LEGADO N°1: La revista del Archivo General de la Nación.

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La Revolución de Mayo

LA SITUACION ESPAÑOLA Y LOS BORBONES Como hemos visto al comienzo de este trabajo la llegada de los Borbones al poder generó en España tibias expectativas de cambio que fueron efectivizándose a lo largo del siglo XVIII. A paso lento, reformas de carácter liberal como la apertura del comercio español con varias ciudades americanas fue generando el crecimiento de nuevos puertos y sus zonas aledañas ahora habilitadas. Buenos Aires fue una de ellas. De este siglo fue Carlos III (17591788) el gran rey Borbón y expresión cabal del despotismo ilustrado. Llevó adelante en España importantes reformas que modificaron el entramado económico, como crear Sociedades Económicas de Amigos del País, entidades que impulsaron la modernización de España procurando ser la voz de la burguesía española. Protegió el fomento de la agricultura en la dirección de las nuevas corrientes económicas europeas, clausurando La Mesta institución de la nobleza de Castilla que agrupaba a los ganaderos lanares que arruinaban la agricultura. Desde el centro del Estado emprendió obras de riego e impulsó el desarrollo industrial, especialmente el textil. Alentó la educación estatal orientada a los sectores sociales no privilegiados. En síntesis un ventarrón de modernidad sacudió a España con este rey ilustrado. Puso al frente de Madrid a un hombre de su absoluta confianza, el Marqués de Esquilache, quién implementó una política de remozamiento de la ciudad que implicaba iluminar las calles oscuras, “bocas de lobo” donde la marginalidad madrileña esperaba agazapada al incauto transeúnte. Intentó corregir la indumentaria de los “chulos”, pícaros salteadores madrileños, mandando a cortar sus capas y levantar las alas de sus sombreros impidiendo la Pág. 78 - LEGADO: La revista del AGN

costumbre delictual de andar embozados. Ante estas medidas la marginalidad orillera se sublevó logrando expulsar del poder a Esquilache en un severo motín donde estuvieron involucrados los jesuitas. Fundó el virreinato del Río de la Plata nombrando a Vertiz como primer Virrey, motivado al igual que Carlos III y Esquilache en actualizar y embellecer la ciudad de Buenos Aires. Con este nombramiento la ciudad adquirió un perfil cosmopolita. Vivió un gran cambio. Se empedró, tuvo teatro, Colegio, casa de niños expósitos (un espacio para criaturas abandonadas), Protomedicato, institución encargada de regular, regimentar y controlar la práctica de la medicina. Obligó a iluminar los frentes de las casas y a realizar veredas. Al morir asumió su hijo Carlos IV un rey apático y con escaso don de mando. Fue una versión lavada de su progenitor. No le llegó a los talones. Administró a reglamento bajo la ley del menor esfuerzo. No le interesaba gobernar, aunque amaba el poder. Le aburrían los temas de Estado, de manera que derivaba responsabilidades a ministros y funcionarios. Descansaba en la energía de su mujer que en todo se metía y hurgaba. Aquello no era normal. O en tal caso no era lo que se esperaba. Ni siquiera era la reina quién gobernaba. Lo hacía su amante Godoy. Esbelto y armonioso soldado que de guardia de corps ascendió vertiginosamente a funcionario de primer orden por la escalera íntima de la alcoba. Sus condiciones viriles le permitieron gerenciar un estado y conducir a un pueblo sencillamente, manso. A Godoy y su círculo se los conoció como “los afrancesados” por su enorme


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