El gran libro de los cuentos de los ninos y ninas de Malaga
En esta versión vale todo, siempre que nadie sea lo que parezca. En esta pudieron utilizar tanto los bocadillos como los espacios de arriba de cada viñeta.
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Un día se nos ocurrió otra forma de jugar a La Oca. No se trataría de llegar el primero, aunque también se tiran los dados y hay fichas. Ningún participante ganaría la partida, pero todos ganarían un cuento. Ya conocéis que el tablero consta de muchas casillas y que cada una de ellas tiene un dibujo distinto (salvo las ocas, los dados y los puentes). Estos dibujos nos darán las pistas para crear los cuentos. Podemos jugar con uno, dos o tres dados, depende de lo largo que queráis que sea el cuento. Podéis jugar individualmente o en grupo. Se trata de tirar el o los dados y mover la ficha hasta el número que os haya salido. El dibujo de esa casilla da origen a vuestro cuento. Por ejemplo, si el dado te lleva hasta una casilla que representa un bebé llorando, el cuento empezará con él, o relacionar al bebé con la segunda casilla a la que nos lleve el dado. Si el dado nos lleva hasta la casilla que tiene un buzo, la historia puede empezar con un buzo que va a buscar el sonajero que un bebé ha tirado al fondo del mar, y que por eso llora, o con un bebé que lloraba cuando su padre, que era buzo, tenía que irse a alta mar, o con un bebé que soñaba que era un buzo, etc. Si en la siguiente tirada nos toca una oca, la incorporamos al cuento, y así con todas las casillas hasta que llegamos al final. Probad, lo pasaréis muy bien. Os dejo un cuento en el que jugamos con tres dados y los dibujos a los que nos llevaron los dados fueron: Un abuelo, un elefante, un globo aerostático, una oca, la cárcel, un chino, Don Quijote y Sancho Panza y la oca del final del tablero.
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