Pequeños escritos desposeídos #3 (2018)

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Pequeños escritos desposeídos #3

Leandro Ene


Estos textos fueron escritos durante 2018, un periodo de cierre de ciclos, de duelo y sanación interna. Ya no representan el presente: son huellas que pertenecen a otro plano, a otro espacio y tiempo. Por eso, tienen la necesidad de ser soltados, arrojados a la tierra, al mar, al cosmos, al fuego, a las calles donde fueron concebidos para retroalimentarse y así, dar nacimiento a otros.

Leandro Ene. Últimos días de diciembre 2018

Fines de diciembre 2018. Portada y contraportada: Arte expropiado a Paul Klee “Strong dream” (1929). Textos: Leandro Ene. Editora: Subcultura Press.


HUERTA GRANDE Abrazo con la cara una noche en Huerta Grande. Intento juntar con los ojos todas las estrellas que no se ven en la ciudad. Tan bellas, ellas, giran y se estrellan en mi cabeza. ¿Para qué acapararlo todo? ¿Para qué tenerlas todas para mí? Sólo una será mi guía, cuando camine o pedalee de noche, de tarde o de día, o cuando me duerma en el monte bajo el manto de los cerros. Invento mundos de duendes y aldeas, fabulo cuentos que me cuentan cómo se inventan historias y noticias para que creas que no hay salida, que no hay chance, que no hay meta, que hay sólo un planeta, que no tiene anillos ni cometas, y que sólo se habla de cifras, de hombres y cuentas.


SOS Sos la oscuridad y los ruidos del monte. Sos las estrellas multiplicadas en el abismo del cosmos. Sos la respiración de los cerros y los cañaverales. Sos las hojas amarronadas de un libro abandonado que habla de otros mundos posibles. Sos los ríos de gente que me hacen invisible en la estación de tren. Sos todos los mares y océanos que abrazan tierra firme y yo, de día soy un árbol de espinas y de noche una botella a la deriva con una carta escrita a mano, que naufraga en vos.


AGUJERO EN LA TIERRA Un asteroide hizo un agujero en la Tierra. Cuando me soltaste la mano para irte a otro cielo, cuando te fuiste en un cometa inalcanzable. Me enseñaste por la fuerza a caminar a oscuras, a hacerme fuerte a las tormentas de arena que me arrasaban por dentro. ¿En qué galaxia estarás juntando estrellas? Yo te espero, cuando busco tu mirada multiplicada en todas las personas que me envuelven y me encierran en la babilonia. Yo te abrazo, porque cada carta escrita a mano me dice que el pretérito no se fue, porque sos un asteroide que hizo un agujero en la Tierra que no puedo ni tengo ganas de tapar.


REMOLINO Miro la luna, me muerdo los labios y espero sentado en una isla ese mensaje que nunca llega. Tal vez se quedĂł atrapado en el remolino interminable de una taza de cafĂŠ, o tal vez en las nubes que se forman sobre el tĂŠ de manzanilla. La tinta baja al ritmo del silencio. El tiempo se congela. Mi alma se incendia.


REFUGIO I Aprieto fuerte los puños y frunzo el ceño cada vez que te sueño. Cruzo los dedos y junto fuerzas para entrar al universo de tus cosas pero la respuesta es siempre la misma: Un “no” rotundo, que me paraliza y resquebraja las paredes de mi refugio. Profundo. Me hundo.


REFUGIO II Cuando por fin pudiste verme en la otra punta del puente me alejé a cada paso que dabas y de espaldas mi cuerpo se internaba lentamente en las sierras del Valle de Punilla. Supe ser casa y abrigo donde habitaban pájaros, sueños y poesías pero por temor al apego, obsesión o desengaño me convertí en un árbol lleno de espinas que creció al costado de tus días. Al amanecer, contemplo la niebla que descansa sobre los verdes silvestres del monte donde tus ojos ya no alumbran mis mañanas, ni tus abrazos son refugios de montaña. Cuando recordaste que estuve esperando del otro lado del puente Yo ya no estaba, Yo ya no… Ya no.


ESPACIO & TIEMPO Y un día nos sentamos en la orilla de un abismo a recordar cuando compartimos espacio y tiempo: momentos de hablar en silencio y masticar lento, de acortar distancias con la mirada y viajar lejos sin despegar del suelo. Pero de repente, la confusión fue nuestro lenguaje, el viento dobló rasante y no había techo ni ventanas que dieran calma a aquel paisaje. Las aguas turbias del río nunca llegan a ser mar cristalino, y así nuestros cauces se bifurcaron en otros brazos y caminos, para empezar de nuevo y continuar siendo, en otro espacio y tiempo.


ENSOÑACIÓN ...y cuando termina el día me abrigo en una ensoñación sabiendo que la poesía está ahí, desnuda, frágil, tan esencial como invisible, como la luna en los pétalos de una flor, como mis versos entre las cosas de tu habitación.


FIN Habré sido yo, tal vez quien no supo llenar las sombras que el sol alargaba en tantas tardes de invierno en la estación de tren. Habré sido yo, entonces quien no pudo ver todo eso que tenías para poder vencer las oceánicas distancias que había cuando caminábamos de la mano a la vera del río de la Plata. Habrás sido vos, tal vez quien me soltó la mano y me dejó caer, tal vez por amor a la libertad de amar sin atar o quizás por la resignación de saber que el fin de los ciclos son mantras que duelen, pero que también enseñan y fortalecen. Pedaleo en círculos en la oscuridad y el silencio de mi caverna donde ya no arden nuestros cuerpos en el fuego ni resuenan tus palabras como ecos.


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