La Voz 536

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Nº 536 de La Voz. Mazarrón, 25 de junio de 2021

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OPINIÓN

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LA OCULTA LUNA DE MIEL DE SIONISTAS Y NAZIS (y III) Carlos Corvalán

Profesor y Director jubilado de IES

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El frustrado viaje del St. Louis. Boicot y declaración de guerra del sionismo a Alemania

ara bien o para mal, volver atrás en la historia es imposible. Sí lo es [posible] cambiar la verdad histórica por otra verdad que tenga "Memoria". Pero también lo es dar publicidad a hechos y situaciones que la verdad oficial silencia o minimiza, y no precisamente por ética. Y ahí es donde vamos. En los años 30, y mucho antes también, existía un antijudaísmo (hay quienes lo llaman antisemitismo) más o menos generalizado por todo Occidente, debido a motivos históricos, religiosos, económicos, culturales... Y, a este respecto, es un hecho innegable que los campeones de la libertad, los Estados Unidos, pudieron haber sentado un precedente para salvar a muchos judíos del negro e infausto futuro que les esperaba en el III Reich. Y otro tanto se puede decir de la campeona de la democracia, Inglaterra, que obstaculizó todo cuanto puedo, mientras le convino, la creación de un Hogar Palestino, acorde con la palabra dada -miserablemente incumplida- en su día por lord Balfour a las organizaciones sionistas. No se trata de exculpar al Nacional Socialismo de sus crímenes, ni siquiera de disminuir su culpabilidad, en lo relacionado con el judaísmo o el semitismo. Ya fueron juzgados sus jerarcas, la mayoría de los principales ahorcados; y todavía siguen siendo juzgados, con independencia de que sean nonagenarios e incluso centenarios, quienes pudieron tener la más mínima responsabilidad en alguno de los campos de concentración existentes en los territorios situados en la órbita germana. Sin embargo, "los buenos" no eran ni tan buenos, ni tan angelicales como la propaganda oficial los presenta. Ese y no otro es el quid de este artículo. Y es que como bien dice el Evangelio, "el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra". Pero vayamos a los hechos.

El viaje del St.Louis

El 13 de mayo de 1939, el transatlántico alemán St. Louis zarpó de Hamburgo con destino a La Habana (Cuba), con 937 pasajeros a bordo, la mayoría judíos que habían solicitado visas para Estados Unidos y tenían planeado permanecer en Cuba solo hasta que pudieran entrar a ese país. Sin embargo, los pasajeros, que tenían en su poder certificados de desembarco expedidos por el director general de migración de Cuba, no sabían que tan solo una semana antes de que zarpara el barco, el presidente cubano Federico Laredo Bru (1875-1946) había promulgado un decreto que invalidaba todos los certificados de desembarco expedidos. Para entrar a Cuba era necesario poseer autorización escrita de los secretarios de estado y de trabajo de Cuba, así como haber satisfecho el pago de una fianza de $500 dólares. Además, en Cuba se había desatado una campaña mediática exigiendo al gobierno que pusiera fin a la continua admisión de refugiados judíos: también allí eran antisemitas. Numerosos cubanos estaban resentidos por la cantidad relativamente grande de refugiados (incluidos 2.500 judíos) que el gobierno de Cuba ya había admitido, pues consideraban que estaban compitiendo por los escasos empleos disponibles. Así las cosas, el 8 de mayo, cinco días antes de que el barco zarpara de Ham-

burgo, tuvo lugar en Cuba una manifestación antisemita a la que acudieron 40.000 personas y en la que se urgía a los cubanos a "luchar contra los judíos hasta expulsar al último de ellos". Llegado el St. Louis a La Habana el 27 de mayo, el gobierno cubano sólo admitió a 28 pasajeros, de los que 22 eran judíos, del total de 937 que llevaba. El 2 de junio el presidente Laredo ordenó que el barco abandonase las aguas cubanas. Reiniciada la navegación, cerca de Florida, algunos pasajeros enviaron cables al muy "pro derechos humanos" presidente Roosevelt pidiéndole refugio: nunca recibieron contestación. El Departamento de Estado y la Casa Blanca del país de la "democracia" habían decidido no adoptar medidas extraordinarias para permitir la entrada de refugiados. Y es que por encima del humanitarismo primaron los más variopintos intereses de orden político, especulativo y económico. La Gran Depresión había dejado millones de parados y desempleados, que temían que pudiera abrirse una competencia por los escasos puestos de trabajo existentes. A mayores, si por un lado una encuesta publicada en aquellos días por la revista Fortune revelaba que el 83% de los norteamericanos se oponía a disminuir las restricciones de migración, por otro lado el Partido republicano, entonces en la oposición, no mostraba simpatías por la acogida a los inmigrantes, y Roosevelt tenía ya in mente postularse para un tercer período presidencial sin precedente... Así las cosas, el St. Louis regresó a Europa el 6 de junio de 1939, pero no a Alemania. Las organizaciones judías consiguieron que sus tripulantes fuesen distribuidos entre Gran Bretaña (288), Países Bajos (181), Bélgica (214), y Francia, pero en ésta solo temporalmente (224).

La otra cara de la moneda

Los sionistas llevaban un doble juego. Los afincados en Alemania y Austria mantenían con los nazis una estrecha "relación sentimental", que incluía su intercesión ante las organizaciones sionistas hermanas de otros países para que dejasen de incitar al boicot a los productos alemanes, y cuya finalidad era conseguir lo antes posible, por encima de lo que fuese y costase lo que costase, su ansiado Eretz Israel. Sin embargo, las de Gran Bretaña y de Estados Unidos se hallaban en la atalaya opuesta del "desamor". Ya desde 1932, un año antes del ascenso de Hitler al poder, las declaraciones de prominentes organismos y personalidades sionistas afincadas en los dos citados países, en contra del nazismo y de Alemania entera misma fueron abundantes. Esa fue una de las causas más importantes de la vorágine de odio creciente de los nazis -y se puede decir que de todos los alemanes- hacia los judíos. Hay quienes dicen que esto es ser "revisionista", pero lo que decían los periódicos, lo que se declaraba en la radio y lo que se proc-


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