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En marcha la construcción del nuevo punto limpio en el Polígono P-29

También puede ser que, cuando ustedes lean esto, se haya celebrado (o no, todo es posible). En cualquier caso, esa circunstancia temporal no es obstáculo para llegar a una conclusión: a nuestra alcaldesa le gusta sufrir. Porque, de lo contrario, no se explica que soporte sobre sus hombros la deslealtad, la sospecha y la amenaza, desde hace años, de una moción de censura por parte de sus propios socios de gobierno. Una amenaza que confirmaba Andrés Villa en los micrófonos de la SER y que coincidía con los días que Vargas permanecía ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital.

Le gusta sufrir porque, de lo contrario, no se explica que, tal y como ella misma ha asegurado, ya en Diciembre pasado tenía conocimiento de la presencia de Francisco Santandreu (personal de confianza de Ciudadanos) en reuniones preparatorias y deliberaciones de reuniones de un tribunal de oposición y ha sido un mes después cuando ha tomado la decisión de cesarlo. Algo que ha puesto más de los nervios aún a su socio naranja.

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En pocas palabras: estaba todo preparado para amañar una oposición. Algo lo suficientemente grave como para que, cuanto menos, el Comité de Empresa del Ayuntamiento, hubiera (al menos) dicho

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