Libro Cincuentenario Rosario Central

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UNA PUBLICACIÓN OFICIAL DEL CLUB ATLÉTICO ROSARIO CENTRAL REDACTARON: CIPRIANO ROLDÁN Y JUAN PASCUAL COLABORÓ: OSVALDO F. ALBERTELLI PORTADA: JULIO VANZO DIBUJOS: ROLANDO DE MARCO FOTÓGRAFOS: JOAQUÍN CHIAVAZZA, BLAS PERSIO Y ANTONIO LÓPEZ MARTÍN FOTOGRABADOS: LUIS MARTÍNEZ

“ESTA EFEMÉRIDES GLORIOSA DE ROSARIO CENTRAL VUELCA EN EL RECUERDO LA ACTIVIDAD DE CINCUENTA AÑOS VIVIDOS INTENSAMENTE AL CALOR DEL ESFUERZO AURIAZUL. LOS ‘PIONEERS’ DE LA PRIMERA ÉPOCA, DIRIGENTES Y FUTBOLERS, JORNADAS MEMORABLES, NOTAS SALIENTES EN LA HISTORIA FECUNDA DE LA ENTIDAD Y AÑORANZAS GRATAS, EN APRETADO HAZ, PARA DIGNIFICAR A LOS QUE HICIERON DE ROSARIO CENTRAL UNA INSTITUCIÓN GRANDE Y PODEROSA”. LOS EDITORES.

ACERCA DE ESTE TRABAJO: El material ofrecido en estas páginas corresponde a la digitalización de la revista "Cincuentenario", publicación del Club Atlético Rosario Central que data del año 1939. Tiene por objeto poner a disposición de los navegantes un material de carácter único, ya que los ejemplares que se conservaban en la biblioteca del club, fueron destruidos en un incendio. Dado el estado del original, fue imposible utilizar un scanner para obtener el texto digitalizado, por lo que no hubo más remedio que volver a tipear el contenido. Para realizar este trabajo se respetó estrictamente el contenido original, con excepción de la ortografía de algunas palabras, a las que las actuales reglas han cambiado, y de unos pocos errores tipográficos. Se conservó en cambio la puntuación, más allá de estimarla correcta o no. Esperamos que el material presentado sea de interés para la numerosa hinchada canalla y también para aquellos que tengan la intención de bucear en el pasado de la entidad y de nuestra ciudad. Dicho material se encontraba en formato web y se ha realizado el proceso de transferirlo a Word y luego a PDF.

TRABAJO EN WORD Y PDF: Franco Gómez. 1


C.A. ROSARIO CENTRAL SEDE SOCIAL: SAN LORENZO 1245 – U.T. 20000 – 24745 CAMPO DE DEPORTES: AVENIDA GÉNOVA Y CORDIVIOLA – U.T. 91171 DEPARTAMENTO FÍSICO: SAN LORENZO Y OVIDIO LAGOS – U.T. 98701

SUMARIO: PAG. 4 - La adhesión de entidades amigas. PAG. 5 - Autógrafos. PAG. 11 - La actual C.D. PAG. 13 - La palabra del presidente. PAG. 14 - El historial de Rosario Central es rico en antecedentes deportivos. PAG. 23 - Mr. Colin Calder, presidente fundador. El primer capitán de Rosario Central es lord y vive en Inglaterra. PAG. 24 - Tomas Hooper vino al país por unos años y ya hace cincuenta que vive en Rosario. PAG. 26 - Del portón N°4 al estadio de cemento. PAG. 28 - Época de oro. Un gran equipo de los primeros tiempos. Hay que cuidar a Serapio. PAG. 29 - Green y Jackson lo “descubrieron” a Zenón. PAG. 30 - Rosario Central y la Copa Ibarguren. PAG. 31 - Zenón Díaz fue el primero. PAG. 33 - Los campeonatos de primera división. PAG. 33 - Players auriazules en los combinados rosarinos. PAG. 34 - 61 campeonatos en 35 años de fútbol. PAG. 35 - Campeonatos ganados por las divisiones inferiores. PAG. 36 - Indaco le enseñó la “chilena” al mago Samitier. PAG. 38 - De Calder a Quintana. Dos presidentes: Flynn y Babbini. PAG. 39 - Dos campañas memorables: 1915 - 1916. El “Chueco” Perazzo. PAG. 43 - Los grandes cracks: Zenón Díaz. PAG. 45 - Harry Hayes. PAG. 46 - Antonio Blanco. PAG. 47 - Danny Green. PAG. 47 - Pablo Molina lo paró un día a Isabelino Gradín. PAG. 48 - Octavio J. Díaz. PAG. 50 - Un triángulo famoso. PAG. 51 - Florencio y Félix Sarasíbar. PAG. 52 - Ignacio Romero y Juan Rota. PAG. 53 - Ennis. PAG. 54 - El pequeñín que no ha de olvidar Zamora. PAG. 55 - El “monito” Francia. PAG. 56 - Botafogo. PAG. 56 - José Fioroni.

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PAG. 57 - Pinceladas auriazules. PAG. 58 - El inventor de la chilena. PAG. 58 - El rinconcito de Fuggini. PAG. 59 - El buen humor auriazul. PAG. 60 - Inauguración de las tribunas populares. PAG. 61 - Semillero de cracks. PAG. 62 - Glorias del pasado. PAG. 62 - Vistieron la casaca nacional. Lo que son hoy. PAG. 63 - Rosario Central en Chile. PAG. 65 - Anecdotario auriazul. PAG. 68 - La línea maravillosa de la época profesional. PAG. 69 - Acotaciones en el campo profesional. PAG. 72 - Un club democrático de un pueblo democrático. PAG. 73 - El basketball en Rosario Central. Una gran victoria. PAG. 74 - De progreso en progreso. Fútbol nocturno. PAG. 75 - Rosario Central en el primer campeonato nocturno. PAG. 77 - Más cerca que nunca. PAG. 77 - Rosario Central y el Dr. Colombres. PAG. 78 - Rosario Central y el campeonato de la A. del F.A. PAG. 80 - La campaña de 1939. PAG. 81 - Los players de hoy. PAG. 84 - La fusión de las tendencias. PAG. 88 - Rosario Central y el baseball. PAG. 89 - Lo raro e interesante. PAG. 90 - Los festejos. La llama eterna. PAG. 91 - El desfile. La amistad con Peñarol. PAG. 92 - La A. del F.A. y Rosario Central. PAG. 94 - River Plate vino después de su gira en Chile. PAG. 96 - Casacas auriazules en todos los barrios. PAG. 96 - Boca también estuvo presente. PAG. 98 - El banquete popular consolidó la unión. PAG. 99 - La piedra fundamental. PAG. 100 - Las emisoras rosarinas y el cincuentenario. PAG. 101 - La maratón de las antorchas. PAG. 102 - El campeonato de basketball 50° aniversario.

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La sala de trofeos del C. A. Rosario Central donde se guardan los numerosos premios conquistados por los equipos a través de largos años de brillante actuación deportiva.

LA ADHESIÓN DE LAS ENTIDADES AMIGAS. Rosario Central no puede menos que agradecer la gentil y valiosa colaboración de las instituciones amigas con motivo de las bodas de oro que acaba de festejarse. A la adhesión de los institutos que enviaron sus equipos para ofrecer los espectáculos a que asistió el pueblo deportivo de la ciudad y el interior, se agregó el obsequio amable, placas y plaquetas que de hoy en más permanecerán guardadas en el cofre de los mejores recuerdos de la institución. En modo especial el agradecimiento para los dirigentes amigos, entre los cuales el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, doctor Adrián C. Escobar y el presidente del Tribunal de Penas, doctor Francisco Belgeri, cuyos autógrafos engalanan las páginas de esta revista.

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DEL PRESIDENTE DEL TRIBUNAL DE PENAS Ocupa la presidencia del Tribunal de Penas de la Asociación del Fútbol Argentino un gran deportista: el doctor Francisco Belgeri. Ha sido jugador entusiasta en una época brillante de nuestro fútbol y posteriormente fue dirigente del Club A. Estudiantil Porteño. El acierto de su designación para presidir el Tribunal disciplinario de la entidad madre no pudo ser más grande y así, al correr de la temporada, podría decirse que las resoluciones emanadas de ese cuerpo, ajustadas a la mayor equidad, llevan la inspiración de ese deportista que tras de pasar por las canchas de fútbol, sigue ahora siendo un guía en el deporte desde tan alta investidura. Los antecedentes deportivos del doctor Francisco Belgeri, con su responsabilidad y corrección, le proporcionan incuestionablemente esa autoridad que tiene para juzgar a los que se apartan de la nobleza del fútbol. Su palabra de aliento para el Club A. Rosario Central, en el 50º aniversario, será debidamente apreciada por dirigentes, jugadores y asociados.

El Club Rosario Central, prestigiosa Institución Rosarina, cuya larga trayectoria en las filas del Deporte Nacional ha dejado huellas indelebles por su técnica y caballerosidad, por cuyas filas han pasado jugadores de la talla de Zenón Díaz, y Harry Hayes, que se iniciara hace medio siglo en los viejos talleres del F.C.C.A. fragua donde se forjara, al par que el desenvolvimiento de este gran Club, gran parte del progreso de esa prominente ciudad. Al adherirme complacido al cincuentenario que hoy festejan asociados y admiradores, hago votos porque el Club auriazul - siga su trayectoria ascendente y consiga nuevos triunfos, no sólo en el certamen de Foot-ball en que ahora compite con derecho y títulos sobrados, sino también en todos los aspectos de su actividad deportiva, educacional y cultural.

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DEL DR. ADRIAN C. ESCOBAR – PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN DEL FÚTBOL ARGENTINO.

Desde el sitial de la presidencia de la Asociación del Fútbol Argentino, el Dr. Adrián C. Escobar cumple una labor de singular provecho para el fútbol nacional. La obra que hasta ahora ha realizado, buscando la concordancia de la familia futbolística argentina, merece el más decidido apoyo de todas las entidades que practican este deporte, como así también, de la masa deportiva que continuamente da calor popular a las reuniones que se efectúan en el país. La palabra del Dr. Adrián C. Escobar, llega en la forma de sincera y alentadora para el Club A. Rosario Central en momentos en que cumple sus 50 años de existencia "en la noble y patriótica tarea de formar atletas". Y el gran deportista, y a la vez alto funcionario de la Nación, debe saber también que, a través de su actuación en la presidencia de la Asociación del Fútbol Argentino, se ha granjeado en la afición deportiva de Rosario y en particular entre los asociados del Club A. Rosario Central, una simpatía y admiración que se ha exteriorizado, y se repetirá en nuevas oportunidades, cuando se ponga nuevamente en contacto con nuestro público.

Asociación del Football Argentino. Viamonte 1372 – Buenos Aires.

Cincuenta años de vida fecunda en la noble y patriótica tarea de formar atletas, cumple el antiguo y prestigioso Club Atlético Rosario Central, de la Provincia de Santa Fe. En tan simpáticas circunstancias, me es muy grato enviarle mis más cordiales felicitaciones formulando sinceros votos para su creciente prosperidad, con el deseo de que el alto espíritu deportivo que ha evidenciado siempre en todos sus actos, siga siendo, como hasta ahora, la base inconmovible de todos sus éxitos. Buenos Aires, diciembre 13 de 1939.

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Admiración y simpatía siente R. Plate. Recientemente electo para desempeñar la presidencia del Club A. River Plate, cargo en el cual tuviera ya en años anteriores una destacada y progresista actuación, el doctor José Julio Degrossi, se ha adherido a la grata efemérides que festeja el Club A. Rosario Central, con las siguientes líneas.

Al Club Atlético Rosario Central, me complazco en hacer llegar con motivo de cumplirse el cincuentenario de su fundación, los saludos cordiales del Club Atlético River Plate y mis expresiones de admiración y simpatía, formulando los votos más sinceros para que la prosperidad acompañe siempre a la veterana y gloriosa Institución. Buenos Aires, diciembre de 1939.

Hace honor al deporte argentino. Don Eduardo Sánchez Terrero fue presidente de la A.F.A. y en la actualidad lo es del Club A. Boca Juniors. Referente al acontecimiento que festeja Rosario Central, dice así:

El hecho mismo de festejar las bodas de oro, evidencia la potencialidad de una Institución que como Rosario Central, tiene una tradición que hace honor al deporte argentino. Al adherirme en nombre del Club Atlético Boca Juniors y en el mío propio, a tan grato acontecimiento, formulo fervientes votos por el constante progreso de la institución y por el mantenimiento de las cordiales relaciones entre Rosario Central y Boca Juniors Buenos Aires, diciembre de 1939.

Sirve, útilmente, a la cultura física. Socio honorario del Club A. Rosario Central, el doctor Faustino V. Sanguinetti, aun cuando hace años que reside en Buenos Aires, vive al día de los acontecimientos de la entidad. Hay en el autógrafo que reproducimos, la sincera y llana expresión de sus sentimientos. Dice así:

Soy adicto a Rosario Central, desde hace treinta años. Primero, porque sirve, útilmente, a la cultura física de numerosos sectores populares. Después, porque ha contribuido a difundir el deporte como fomento de disciplina colectiva y de intercambio social. Y, siempre, porque sus colores significan para mí, una perdurable evocación de juventud. Buenos Aires, diciembre de 1939.

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Rosario Central en tren de progreso. Don Víctor G. Heliz fue uno de los fundadores del Club A. Newell´s Old Boys e integró en los años iniciales del fútbol los equipos de la entidad del Parque Independencia. En distintas épocas ha ocupado posteriormente la presidencia del club, responsabilidad que asume nuevamente por la voluntad de los asociados que lo consagraron en la última asamblea. Referente al 50 aniversario del club. el Sr. Heliz dice lo siguiente:

Me congratulo en presentar mis más fervientes votos de prosperidad a la entidad amiga, el C.A. Rosario Central, que en hora propicia para el fútbol rosarino festeja sus cincuenta años de vida deportiva. En mi carácter de presidente del C.A. Newell´s Old Boys, como admirador de los triunfos de nuestros dignos adversarios en épocas lejanas de mi actuación como futboler de la institución rojinegra y como deportista, me adhiero, pues, a la fausta conmemoración que sorprenda a Rosario Central en tren de franco progreso. Rosario, diciembre de 1939.

Ha cumplido plenamente su destino. Es don Antonio V. Liberti uno de los deportistas de más figuración y prestigio en el país. El ex – presidente del Club A. River Plate dice lo siguiente, refiriéndose a los 50 años de vida del Club A. Rosario Central:

A los cincuenta años de su fundación, Rosario Central puede afirmar con legítimo orgullo que ha cumplido plenamente con su destino y la fecunda obra realizada por sus dirigentes de todas la épocas, constituye una importante contribución al mejoramiento cultural y físico de la juventud de la segunda ciudad de la República. Es con sin par satisfacción que comparto el júbilo de todos los centralistas en esta fecha memorable, ya que me siento espiritualmente con ellos, en mi condición de socio honorario admirador de ese gran Club. Buenos Aires, diciembre de 1939.

Cuna de inolvidables jugadores. Las manifestaciones del presidente del presidente del Racing Club, don Luis Carbone, respecto al 50 aniversario del Club A. Rosario Central que la entidad festeja tan jubilosamente, son las siguientes:

El Club Atlético Rosario Central, a través de su fecunda vida deportiva, ha sido cuna de inolvidables jugadores, desde la época de otro de nuestro fútbol hasta el presente. Por esto no puedo menos que mirar con profunda admiración y cariño el momento en que festeja su 8


50º aniversario, que alcanza pleno de grandeza y siguiendo una línea de conducta de la que no se ha apartado en ningún momento. Avellaneda, diciembre de 1939

El corazón nos empuja hacia delante. Representó al Club A. Rosario Central ante el C. D. de la Asociación del Fútbol Argentino el Dr. Adolfo Tacus. Rosarino, y tras de haber vivido en nuestra ciudad durante muchos años, se encuentra ahora radicado en la capital federal donde junto a sus actividades profesionales, es abogado, colaboró en el deporte en una delicada función representativa que la cumplió con eficiencia. El Dr. Tacus, con motivo del 50 aniversario del club dice:

El 50 aniversario de Rosario Central tiene para sus viejos amigos, reminiscencia de juventud y da nuevo aliento a sus entusiasmos. Amigos y admiradores se reúnen cual columna que detuviere su marcha para contemplar el camino recorrido y reanudarlo después, satisfecha y feliz. Es que al evocar la historia de Rosario Central, que es un poco la de esa gran ciudad, parece que el corazón nos empuja hacia delante. Buenos Aires, diciembre de 1939.

Uno de los baluartes del fútbol. Fue el Dr. José L. Munin, vicepresidente del Racing Club, el que llevó al C. D. de la Asociación del Fútbol Argentino la iniciativa de incorporar a Rosario Central y Newell´s Old Boys al campeonato de aquella entidad. Lo hizo con argumentos irrebatibles y por eso triunfó su proyecto que luego tuvo la más amplia confirmación en la realidad. Dice el Dr. Munin, refiriéndose al 50 aniversario del club auriazul:

Rosario Central es desde su fundación con el nombre de Talleres y en todo tiempo, uno de los baluartes del fútbol argentino y constituye, sin lugar a dudas, una verdadera escuela del fútbol rosarino, siempre entre los mejores del país. Leader del fútbol organizado, funda con otros tres club hermanos de la Liga Rosarina en 1905 y es desde entonces, con su nombre actual, actor de los principales en las grandes lides del fútbol argentino. Su contribución al esplendor del deporte nacional está rubricado, no solamente por los numerosos campeonatos rosarinos que conquistara y por la Copa Ibarguren de 1915, sino por la intervención de sus grandes jugadores en la representación argentina para los partidos con los británicos desde la primera hora y en los sudamericanos y demás internacionales permanentemente. Y es que sus grandes hombres reunían y reúnen – como el viejo campeón de su divisa – la habilidad técnica suma, la corrección deportiva impecable y el entusiasmo superlativo y la responsabilidad plena de sus actuaciones superiores. Con tales elementos y con tal modalidad e iniciada una nueva era – la que corresponde a su jerarquía – al participar en el torneo futbolístico máximo de la República Argentina, el glorioso cincuentenario

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de Rosario Central no es más que el anticipo apenas de la eternidad de su existencia y de la constancia de su calidad deportiva e institucional inalterable. Diciembre de 1939.

A la conquista de amplios horizontes. El presidente del Club A. San Lorenzo de Almagro, una de las entidades más populares del fútbol argentino, también se ha adherido en forma expresiva al cincuentenario del Club A. Rosario Central. Lo que dice el presidente de la entidad porteña, don Enrique Pinto, es lo siguiente:

Rosario Central cumple las bodas de oro de su fundación. Cincuenta años de vida activa y proficua, abriendo camino a cuantos abrazaron después la práctica del que habría de constituirse más tarde en el más popular de los deportes. Rosario Central, que fue uno de los primeros en abrir la brecha, se encuentra hoy en la ruta que habrá de llevarlo, sin duda, a la conquista de más amplios horizontes. Su cincuenta aniversario viene, justamente en el momento de su incorporación a la Asociación del Football Argentino, donde la competencia con las instituciones porteñas retemplarán sus viejos y gloriosos laureles, y habrán de significarle nuevos triunfos y nuevas alegrías. Formulo votos porque así sea. Buenos Aires, diciembre de 1939.

50 años puestos al servicio de un ideal. El presidente del Club A. Independiente de Avellaneda, Sr. Miguel Martinicorena, se ha expresado en la siguiente forma al referirse al cincuentenario del Club A. Rosario Central:

Con íntima satisfacción, hago llegar al Club Rosario Central, mis más efusivas y calurosas felicitaciones en el cinquagésimo aniversario de su fundación. Cincuenta años puestos al servicio de un ideal; con voluntad inquebrantable, y con fervor ejemplar; difusión de la práctica del deporte y elevación de la cultura del pueblo, son títulos honrosos que se exhiben a la consideración del país, y que le han permitido ocupar un lugar prominente, entre las principales entidades deportivas. Es para mí, motivo de legítimo orgullo pertenecer en carácter de socio honorario, a esa prestigiosa Institución, que en medio siglo de existencia, ha podido realizar tan grande y patriótica obra. De ahí, que la afición deportiva del país haya celebrado la incorporación del Club Rosario Central, al seno de la Asociación del Fútbol Argentino, en cuyo primer año de actuación le ha correspondido tan destacada figuración, promisora de próximos triunfos. Avellaneda, diciembre de 1939.

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LA ACTUAL COMISIÓN DIRECTIVA. Desde el día 5 de enero de 1940, los destinos del Club A. Rosario Central son dirigidos por la siguiente Comisión Directiva:

Presidente: Sr. JOSÉ B. QUINTANA

Vice-Presidente 1º:

Vice-Presidente 2º:

Sr. RUFINO ELIZALDE

Sr. FRANCISCO D’AMBROSIO

Secretario General:

Secretario de Actas:

Sr. RAMÓN OSACAR ROMO

Sr. FERMÍN LEJARZA (hijo)

Tesorero:

Pro-Tesorero:

Sr. JUAN M. LAYUS

Sr. ALFREDO SOLINA

Intendente de Estadios:

Sub-Intendente:

Sr. JAIME J. SUST

Sr. LUIS G. IZAGA

Vocales Titulares:

Vocales Suplentes:

Sr. MARIO QUARANTA CASAS

Sr. MARIANO GARCÍA

Sr. ABEL MONTES

Dr. DANIEL L. CASTILLO

Sr. AMADOR BARRALD

Sr. ALFREDO WOODWARD

Sr. JULIAN CABRERA

Sr. ALFREDO FILLOL DAY Sr. SALUSTIANO ALVAREZ Sr. ENRIQUE GIANNASTASIO

Síndico Titular: Dr. JOSÉ E. CELORIA

Síndico Suplente: Sr. GUIDO FANINI

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Rosario Central y Newell’s Old Boys ofrecieron en 1939 un banquete en el Cifré a los dirigentes de la Asociación del Fútbol Argentino, en donde se obsequió con medallas de oro a los señores Luis Carbone, Antonio V. Liberti, Enrique E. Pinto, Miguel A. Martinicorena, Eduardo Sánchez Terrero y José L. Munin.

Miembros titulares y suplentes de la C. D. del Club A. Rosario Central que han tomado a su cargo la dirección de la entidad después de haber sido consagrada primeramente en la asamblea general de asociados que aprobó la unidad interna y luego con el voto de los mismos en el último acto eleccionario.

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LA PALABRA DEL PRESIDENTE.

En breves líneas, el presidente del Club A. Rosario Central, señor José B. Quintana, hace la declaración que damos a continuación, y que en verdad no necesita comentarios:

Con motivo de celebrarse las Bodas de Oro del Club Atlético Rosario Central, nuestra gloriosa institución a la cual tengo el honor de presidir, hago llegar a la opinión deportiva del país y del extranjero, mi profundo agradecimiento por las diversas demostraciones de adhesión y simpatía de que ha sido objeto en este tan fausto acontecimiento. A los asociados y simpatizantes en general les invito a mantenerse agrupados al lado de los dirigentes y alrededor de nuestra insignia para que el viejo, club, pleno de triunfos, pueda sentirse fuerte y proseguir ostentando gallardo, altivo y orgullosos el honorable título de decano del fútbol argentino, después de haber recorrido esa larga trayectoria por el camino que indicaron sus fundadores: la senda limpia y recta de los hidalgos del deporte.

Miembros de la subcomisión de fútbol. Presidente, Antonio Macías; secretario, Antonio Bertolini; vocales: Juan González, Víctor Ricciardi, Julio Cataldi, Agustín Ravaioli y Félix Romano. Con ellos vemos también al entrenador Florencio Sarasíbar, el masajista Jesús Lapetina y el encargado del estadio José Piccoli.

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EL HISTORIAL DE ROSARIO CENTRAL ES RICO EN ANTECEDENTES DEPORTIVOS. Vamos a ponernos de acuerdo con respecto a una cosa, lector amigo: no es esta una historia completa del C. A. Rosario Central. No puede serla. Para escribir y reseñar en un volumen la vida y milagros de una institución deportiva de cincuenta años de actuación sería necesario disponer de muchas páginas. Rosario Central es, entre las entidades que practican fútbol oficial en esta ciudad, la más antigua y su comienzo casi coincide con la iniciación del juego en el país. Siendo así, necesario sería convenir que su campaña abarca amplia esfera deportiva, que toda su existencia está ligada a la evolución experimentada por el popular sport en toda la República y que no es posible en la relativa brevedad del espacio observar todo el panorama de su extraordinaria actividad y progreso. Sabemos que mucho, pero mucho, quedará en el tintero o en el teclado de la máquina. Tratamos solamente, simplificando en lo posible, de arrojar, sincero puñado de recuerdos, en las páginas de esta revista, nada más que una síntesis de los pasajes salientes en el historial deportivo del club auriazul. FOTO: Juan Díaz e Ignacio R. Rota, grandes defensores de los colores azul y oro, en los primeros equipos oficiales de Rosario Central. Juan Díaz falleció el 10 de enero de 1924, poco después de disputar un match de cricket.

COMO NACIÓ EL CENTRAL ARGENTINE RAILWAY ATLETIC CLUB – LA PRIMERA ÉPOCA – DIFICULTADES – DETALLES INTERESANTES – EL CAMBIO DE NOMBRE – EN LA FUNDACIÓN DE LA LIGA ROSARINA – EL PRIMER EQUIPO OFICIAL – DIRIGENTE Y FUTBOLISTA – DOS EQUIPOS DE CENTRAL EN PRIMERA – EL PRIMER GRAN TRIUNFO – PLAYERS EN ABUNDANCIA – AQUELLAS JORNADAS – EL CARIÑO POR LOS COLORES – ROSARIO CENTRAL GANA EL PRIMER CAMPEONATO – AUTONOMÍA DEL F.C. – DOS VECES SEPARADO DE LA LIGA ROSARINA – CAMPAÑAS MEMORABLES.

COMO NACIÓ EL CENTRAL ARGENTINE RAILWAY ATLETIC CLUB. Un puñado de muchachos. No es el caso que recordemos la inauguración del ferrocarril en Rosario. La presidencia de Roca. Para la historia sucinta, breve, inconclusa, de un club deportivo, no interesa posiblemente. Pero lo importante es señalar que a raíz de ello llegaron en la segunda mitad del siglo pasado a nuestro país numerosos súbditos británicos para ejercer distintas funciones. Desde Londres fueron comisionados altos empleados que venían a dirigir. También eran ingleses gran cantidad de obreros ferroviarios. Entre esos "jonhis" muchos había de edad madura. Otros eran jóvenes. Y no faltaban, como es lógico suponer, los pibes. Nos cuentan que los inglesitos, que en su patria ya se divertían pateando la pelota, empezaron aquí, en los "güecos", cercanos a los talleres, a darles puntapiés a la redonda. Ese puñado de pebetes empezó a hacer ejercicios con una pelota de goma que quedaba frente a la parada Castellanos. Eran los muchachos de don Tomás S. Hopper – William y Henry – y F. Mc. Leen, Michel Green, F. Barton, E. Camp, J. Mac Intire, Sthephen Simps, entre otros. 14


Fueron ellos quienes iniciaron la ruta de la entidad que habría de surgir oficialmente. Durante un tiempo jugaron partidos amistosos bajo la denominación de Talleres, hasta que

SE FUNDA EL CENTRAL ARGENTINE RAILWAY ATLETIC CLUB. Era el mes de diciembre. Corrían los días agonizantes del año 1889. Caía la tarde. Un grupo de obreros y empleados del F.C. Buenos Aires y Rosario acababan de llegar, terminadas sus ocupaciones, a un viejo café de la Avenida Alberdi, donde años más tarde habría de levantarse el edificio del Colegio de los Talleres. Entre ellos se hallaban, Colin Calder, Tomás S. Hoper, R.C. Chamberlain, Miguel Green, W. Mulhall, N. Cooper, Simps, Maybe, Wilkinson, Lamb, Hollis, Muskett y algún otro que la memoria se niega a precisar. Esa tarde el círculo se había hecho más estrecho. Todos ponían atención en las palabras de Calder, que en tono al parecer convincente, poniendo calor en su expresión, exponía vaya a saber qué argumentos. ¿De qué conversaban aquellos ingleses que no podían ni siquiera presumir los criollos de las mesas cercanas? Cuando ya entrada la noche los contertulios se alejaron del lugar, se adivinaba en ellos como una promesa de una reunión no lejana. Al día siguiente, en el mismo local, quedaba fundada una entidad deportiva para la práctica de un sport que por entonces sólo se había jugado en forma esporádica, alguna tarde que después de la tarea diaria se habían reunido en el descampado para practicar cricket. T. Mutton propuso el nombre de la institución. Se llamaría Central Argentine Railway Atletic Club. Fue primer presidente mister Colin Bolin Calder y secretario mister C. Chamberlain. Había cristalizado, pues una noble intención. Central Argentine Railway Atletic Club daría cabida a todos trabajadores del F.C. Rosario y Buenos Aires que desearan hacer deporte. Cuando la empresa cedió un terreno para que ahí se diseñara el campo de juego, se iniciaron de inmediato las prácticas de cricket y muy poco después las de fútbol. Los primeros colores de la flamante institución fueron blanco y rojo, más tarde casaca blanca y azul repartidos en cuadros grandes y, posteriormente, la auriazul, en franjas verticales.

EN LA PRIMERA ÉPOCA La primera época estuvo erizada de dificultados. Se jugaba por el deporte mismo. El juego de los "cuatro ingleses locos" se practicaba, realmente, por pura diversión. Esos obreros entusiastas después de pasar muchas horas del día entregados a la tarea que a cada cual correspondía en los talleres del ferrocarril, junto a hierros y maquinarias, necesitaban, fuera del trabajo, buscar motivos de distracción. Es que existía, por lo demás, verdadero amor por el deporte. Los hijos de la Albión habían sabido predica con el ejemplo las bondades que aporta el cultivo del músculo mediante el ejercicio físico, ya fuera este bajo el aspecto del cricket o del fútbol. El ferrocarril aportó bien pronto un terreno para que se hiciera el campo de deportes. Aquellas tardes del viejo barrio Talleres hallaba a los "pioneers" del gran fútbol de ahora, entregados a la práctica de un sport que, con el correr de los años, habría de alcanzar enorme arraigo y popularidad. Pero si bien es cierto que el campo de juego, contando con la colaboración de la empresa, significaba un aporte considerable, no salvaba ello todas las necesidades del momento. Había que comprar los implementos necesarios para la práctica del fútbol, que no eran pocos, representaba un gasto apreciable, si se tiene en cuenta la carencia de un número calificado de contribuyentes y lo elevado de esos artículos importados que más de una vez habrían de causar la risa de los empleados aduaneros.

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UN EPISODIO PINTORESCO Danny Green nos decía en cierta ocasión que hallándose un día jugando fútbol en un descampado que daba sobre la hoy Avenida Alberdi, en las inmediaciones del portón número dos, de un shot fue a parar la pelota al medio de la calle en circunstancias en que acertaba a pasar un coche de plaza o victoria, guiado por un auriga de pocas pulgas. El hombre descendió del pescante, tomó el esférico y partió con él entre el asombro y el descontento de la muchachada que reclamaba a gritos su devolución. - Para nosotros la pelota tenía un gran valor, que seguramente no sabía apreciar el cochero de marras. Fuimos detrás de él hasta el centro de la ciudad. Y no nos costó poco convencerlo de que se trataba de un juego sin molestias para nadie y menos motivo de burla, como posiblemente fuera su interpretación. Cuando nuestros equipos actuando en campeonatos oficiales fueron ganando popularidad, en las canchas donde jugábamos solíamos hallar al buen hombre que a la postre resultó ser nuestro mejor "hincha".

Rosario Central se popularizó con el nombre de Talleres. Así lo denominaba la hinchada. Talleres, a secas, cariñosamente, por al Instituto lo formaban empleados y obreros de F.C.C.A. Ahí vemos a Zenón Díaz y Octavio J. Díaz, haciendo un alto en su tarea, en los talleres ubicados en la localidad de Pérez. Zenón Díaz está jubilado desde hace años.

COMIENZOS DIFÍCILES Las primeras vicisitudes no son pocas en la vida de una institución. Todos los comienzos son difíciles. Pocos clubs deportivos en el país han nacido con ventajas favorables. San Lorenzo de Almagro, que primero se llamó "Forzosos de Almagro", no tenía como comprar un sello cuando sus dirigentes por indicación del R.P. Lorenzo Massa resolvieron cambiarle de nombre al club. El Racing Club, de Avellaneda, se inició con un capital de veinte pesos con cuarenta centavos. Independiente, el gran campeón de la Asociación del Fútbol Argentino, tuvo que andar peregrinando de baldío en baldío, para organizar sus primeros encuentros. Y así la mayoría de los que hoy son grandes instituciones que honran deportivamente al país. En cada etapa de Rosario Central, a cada paso, aparece el esfuerzo y la buena voluntad de sus propulsores. Desde aquella vez que uno de los "pioneers" donó tres libras esterlinas para los primeros gastos, pasando por Venancio Fuggini, que les compraba los botines a algunos jugadores para descontarles el importe a razón de dos pesos mensuales, hasta las damas que en 1919 se cotizaron para premiar a los players campeones, porque el club no estaba en condiciones de hacer gastos extraordinarios. Todavía se conserva en la entidad un pergamino obsequiado a los futbolistas por ese núcleo de

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entusiastas centralistas, entre los que se recuerda a la señora de Flynn, señora Delia Rimini y una hermana del entonces activo secretario Salustiano Gorostiza.

DETALLES INTERESANTES DE LA PRIMERA ÉPOCA En viejos archivos que tenemos ante la vista encontramos algunos detalles interesantes. Como los dirigentes de los primeros tiempos eran empleados del ferrocarril y dominaban más el idioma inglés que el nuestro, la correspondencia del club era redactada en aquél. Repasando los archivos del entonces Central Argentine Railway Athletic Club se encuentran infinidad de cartas y otros documentos redactados en inglés, cosa que se hacía aún en simples anotaciones de la época. Muchos documentos de la entidad en sus comienzos han desaparecido, mientras que otros se hallan celosamente guardados. Entre estos, al repasarlos, hemos visto una de las primeras actas de reuniones de C.D. Corresponde a la celebrada el 23 de setiembre de 1904, presidida por el señor H. Pearce. En ella se autorizó la práctica del cricket y el comienzo de un campeonato interdepartamental del mismo deporte, como así también la construcción de armarios, cobrándose a los socios que los usaren, una suscripción anual. Cada seis meses se estilizaba realizar asambleas para designar al capitán y subcapitán, a la vez que miembros de la comisión de cricket. Una de las citaciones halladas en los archivos, es la de la sesión para el día 13 de octubre de 1906, a las 5 P.M.

SE DENOMINA “ROSARIO CENTRAL” El primitivo nombre de Central Argentine Railway Athletic Club, subsistió hasta principios de siglo. Cuando en el año 1903 se produjo la fusión de los ferrocarriles Buenos Aires y Central Argentino, se realizó una asamblea entre los asociados rosarinos y personal ferroviario que se trasladara desde Campana a esta ciudad. Fue un acto en el cual se trató de buscar la fórmula que conciliara las preferencias de las dos tendencias. Y fue así que tras algunas deliberaciones se adoptó una denominación mixta, dándose el nombre de C.A. Rosario Central, aprobándose una moción de don Miguel Green. Si bien es cierto que desde tiempo antes la práctica del fútbol constituía ya la preferencia de los asociados de la floreciente entidad, puede decirse que a partir de entonces tomó mayor arraigo y popularidad el juego. Los partidos amistosos prosiguieron a partir de entonces sin solución de continuidad y fue formando Rosario Central en sus filas a elementos que poco después habrían de brindarle legítima satisfacción. Cuando los institutos que propulsaban el juego de la redonda entre nosotros resolvieron constituir una institución central que los cobijara y organizara campeonatos, el club auriazul habría de ser uno de los más decididos organizadores.

R. Luna

Rodaro

Fajardo

Di Pauli

Mulhall

Tami

Guaraglia

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EN LA FUNDACIÓN DE LA LIGA ROSARINA El club Rosario Central, un activo propulsor del fútbol desde fines del siglo pasado, no podía estar ausente en el acto de fundación de una entidad que diera vida oficial al juego de la redonda. Y así, con la colaboración decidida de los dirigentes del floreciente instituto auriazul, surgió la Liga Rosarina de Fútbol, el 30 de marzo de 1905. Es memorable aquella reunión en donde se echaron las bases para la fundación de la Liga, llevada a cabo en el hotel Britania, que a la sazón estaba situado en la calle Urquiza a la altura del 1200. Fue primer tesorero de la Liga Rosarina de Fútbol don Miguel Green, representante del Club A. Rosario Central.

EL PRIMER EQUIPO OFICIAL Cuando ese mismo año se inició el campeonato de segunda división, por la copa Intendente Santiago Pinasco, Rosario Central estuvo representado por un conjunto de entusiastas elementos en su casi totalidad británicos. En ese plantel prestaron su valioso concurso dos figuras cuyo apellido habría de abarcar, hasta el presente, toda la vida oficial de la entidad: Juan Díaz y Zenón Díaz. Veamos la formación del eleven en aquellas jornadas precursoras: A. Norris; A. Faggiani y H. Grant; J. Díaz, A. Ellison y H. Boan; W. Whartley, A. Vázquez, P. Hearnett, S. Hooper y Percy Jones. Rosario Central disputó su primer match con quien habría de ser su más calificado oponente en todos los tiempos –Newell´s Old Boys- el 21 de junio, exactamente un mes después de haber dado comienzo el certamen. Dirigió la lucha don Ricardo W.O. Le Bas. El encuentro se llevó a cabo en el field de Plaza Jewell, finalizando con el triunfo rojinegro por un gol a cero, señalado por Faustino González. Recién volvieron a enfrentarse los mismos rivales en un cotejo revancha el 13 de agosto en la cancha de Rosario Central. Este lance que finalizó empatado en dos goles por bando tuvo un desarrollo accidentado, ya que se produjeron incidentes y tumultos entre los players y los espectadores.

DIRIGENTE Y FUTBOLISTA Miguel Grenn, activo propulsor del fútbol, tesorero de la Liga Rosarina en el momento de su fundación, pese a ser dirigente, no descuidó su preparación física, practicando al mismo tiempo el noble juego que introdujeron los ingleses. En el año 1906, él intervenía, conjuntamente con su hermano, Danny Green, en los encuentros que disputaba por el campeonato el team de Rosario Central. El cuadro de ese año estaba formado por Anderson; Zenón Díaz y H. Grant; Tompset, A. Postel y A. Ellison; P. Jones. M. Green, D. Green, W. Whortley y E. Plaing.

DOS EQUIPOS DE CENTRAL EN PRIMERA Cuando en el año 1907 se decidió crear la primera división, teniendo en cuenta el incremento que había tomado el fútbol, se instituyó la copa don Nicasio Vila. Intervinieron en el primer certamen los clubs Rosario Central, Newell´s Old Boys, Rosario Atlético, Argentino y Provincial. Rosario Central contó a la sazón con dos equipos, dándosele a uno de ellos la denominación de Central Extra. La entidad auriazul había hecho ya mucho en favor del viril deporte y en sus filas se desempeñaban con acierto numerosos players. De ahí que solicitó y obtuvo la inscripción de dos cuadros, pues hubiera sido una injusticia dejar de lado valores tan capaces como los que más y que podían dar relieve al campeonato. Uno de los equipos estaba formado así: F. Cornejo; Z. Díaz y H. Grant; A. Woods, A. Postel y C. 18


Tompsett; P. Jones, D. Green, A, Paling, A. Vázquez y W. Whorthley. Central Extra estaba constituido con V. Pisso; G. Stoalker y J. Cantón; J. Faggiani, J. Díaz y J. Santucho; S. Hooper, F. Recanzone, H. Hayes, V. Leonard y Ramos.

EL PRIMER GRAN TRIUNFO Con anterioridad al campeonato de ese año se jugaron algunos encuentros amistosos. Era necesario preparar los equipos para las contiendas oficiales. Rosario Central y Newell´s Old Boys que ya en los dos años anteriores, durante los campeonatos de segunda, se habían trenzado en luchas que no siempre finalizaron en amable camaradería, jugaron un cotejo de pretemporada. El resultado de ese match fue concluyente en favor de la casaca auriazul, ya que significó su primer gran éxito futbolístico, insuperable en jornadas entre los dos grandes adversarios de nuestro fútbol. Rosario Central venció a Newell´s Old Boys por el score de 10 goles a 0. Este resultado, por cierto no definió una superioridad que no pudo ponerse de relieve a lo largo del primer campeonato oficial de primera división, que ganó Newell´s Old Boys. No olvidemos, sin embargo que Rosario Central intervino con dos elevens y eso restó potencialidad a los mismos, ya que, con un solo plantel, en el que actuaron los mejores players de los dos cuadros, se hubiera podido formar una fuerza superior.

Cerro

De Nicola

Lizarraga

Moretti

Ferreyra

D'Alessandro

PLAYERS EN ABUNDANCIA Fue el club cuna de grandes cracks. En sus divisiones inferiores hicieron sus primeras armas muchos futbolistas que luego actuaron en el círculo privilegiado de la entidad o bien fueron buscando un sitio propicio a sus condiciones en ascenso, incorporándose a otros institutos de primera categoría. En más de una temporada, Rosario Central inscribió en los campeonatos de la Liga Rosarina, una primera, una segunda, cuatro terceras, dos cuartas y dos quintas. Defendieron los colores azul y oro famosas segundas y terceras divisiones. Entre las terceras cabe recordar a las de Patrick Clarke, la de Juan Rota, la de Cirilo Aguirre y la tercera de los "jonies" que integraban Adsbury; A. Cockrane y Maciel; Macks, Furlong y Tommi Jooting, Tedhy Jooting, Bafford, Hopper, Foster y J. Clarke. Tanta era la cantidad de jugadores que una tarde, después del entrenamiento Harry Hayes y Zenón Díaz comentaban en los vestuarios: - ¿No te parece, che, que hay demasiados players? ¿No sería acaso conveniente que se fueran algunos a otros clubs? Ente ellos se hallaba un muchacho Good, a quien le decían Laforia. Los que así conversaban no habían hecho referencia personal a nadie, pero él se dio por aludido. - Si lo dicen por mí, ahora mismo me voy... Todos rieron por lo que creían una ocurrencia. Pero Good, picado seguramente en su amor propio, lió sus petates y al domingo siguiente apareció jugando en Provincial.

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UNA CANCHA EN 48 HORAS Se ha dicho y con razón: "Nosotros mismos llevábamos los palos a la cancha" Eran los tiempos heroicos. Dirigentes y jugadores confundidos en un mismo esfuerzo enajenaban sus energías, ya en la faena deportiva del domingo o en los arreglos de la cancha durante las horas libres del trabajo diario en los Talleres del F.C.C.A. En el año 1917 todavía ocupaba Rosario Central la cancha en la quinta Sanguinetti. al promediar la temporada y hallándose el campeonato en pleno apogeo, los propietarios de una franja del terreno que abarcaba el campo de deportes, obligaron a la empresa del F.C. a reducir la cancha. La Liga Rosarina emplazó entonces a Rosario Central para poner el field en condiciones dentro del término de 48 horas, de lo contrario el equipo auriazul debía jugar contra Argentino (hoy G. y Esgrima) en la cancha de este, en el Parque Independencia. Ahí fueron las de a peso... Pero el amor propio, el deseo de triunfo, el sacrificio habrían de poder más que la amenaza oficial. Los players, los dirigentes, obreros y empleados del ferrocarril, sin distingos, iniciaron una tarea extraordinaria, que tuvo su recompensa. Nadie se salvó del trabajo de alisar el terreno, delinearlos y plantar los palos. La cancha estuvo en condiciones en el tiempo acordado por la Liga Rosarina. Es domingo Rosario Central pudo, gracias al sacrificio común, jugar en su propio field. El resultado del match fue un empate en un tanto por bando. Rosario Central iba perdiendo, pero Zenón Díaz igualó las posiciones al señalarle un penalty a Eduardo Araya.

AQUELLAS JORNADAS… Eso sí, los players de la primera hora querían entrañablemente a la entidad. Y que esto no signifique un menoscabo para los contemporáneos, por más que la implantación del profesionalismo haya hecho desaparecer la más pura cualidad del deportista. Es que en aquellos tiempos verdaderamente se hacía deporte por el deporte mismo. Para sacar triunfantes los colores, para hacer progresar a la institución, había que jugarse entero, poner el hombro... Por eso que los encuentros con Newell´s Old Boys, que fue desde el comienzo el más caracterizado rival, asumían una importancia de cuya responsabilidad no podía substraerse ningún centralista. Nos decía una vez Ignacio Romeo Rota, el gran back que surgiera a la consideración pública jugando en primera el año 1909, que los días previos a cada match con el bravo oponente rojinegro, sorprendía a los jugadores auriazules animosos y resueltos, físicamente adiestrados, pero sin que dejara vislumbrarse en cada uno la preocupación por el resultado que habría de depararles la jornada. - Llegábamos a los vestuarios silenciosos, nos alistábamos casi sin cambiar palabra. Muchas veces sorprendíamos a Zenón sostenida la cabeza entre las manos, pensando, vaya a saber en qué cosas de la contienda vecina... Y después del encuentro, si el score nos había resultado adverso, era aquello un concierto de llanto. Juan Díaz, el malogrado gran defensor desaparecido era quien más sentía una derrota. - Había que llorar – nos contaba en una ocasión Octavio J. Díaz – porque el que no lloraba, no era centralista...

EL CARIÑO POR LOS COLORES El respeto a la casaca, la lealtad, la consecuencia y un cariño jamás desmentidos, se pusieron de manifiesto en innumerables ocasiones. Zenón Díaz, el gran fullback internacional, fue ejemplo invariable. El, quizás más que nadie, experimentó en carne propia la satisfacción del triunfo y el pesar de la derrota. Seguramente será la prueba más concluyente de su fidelidad deportiva, la vez que rechazó el ofrecimiento de los británicos para ir a jugar en Inglaterra. 20


Una vez que Rosario Central perdió en la histórica cancha de Plaza Jewell frente a Newell´s Old Boys, tal fue el pesar que la caída del equipo le produjo, que quería "quemar la ropa". -¡No juego más! ... ¡No juego más! ... Pero el notable criollo actuó durante más de dos décadas defendiendo la camiseta auriazul. Estos recuerdos, simples pero emotivo, servirán, sin duda, para dar la pauta del entusiasmo, del "corazón", puesto al servicio de una causa deportiva que habría contado con defensores de fibra, de alcanzar los más altos sitiales con el correr de los años.

ROSARIO CENTRAL GANA EL PRIMER CAMPEONATO Recién en la temporada de 1908 el primer equipo auriazul pudo ver cristalizados sus esfuerzos con la obtención del título de campeón de la Liga Rosarina de Fútbol. Se abría así, pues, oficialmente, el camino definitivo del éxito. A través del tiempo iban a ser numerosos los triunfos logrados en las distintas divisiones y por los diversos trofeos puestos en disputa. Hoy las vitrinas de la institución están llenas de premios ganados en jornadas memorables. El team que logró el primer campeonato estaba formado de la siguiente manera: A. Winn; Z. Díaz y H. Grant; P. Wilson, D. Mackenzie y J. Díaz; D. Green, F. Corti, H. Hayes, A. Vázquez y J. Santucho. Ese año también Recanzone, de winger derecho y Paling de puntero izquierdo, integraron el plantel. En el año 1909 se alineaban en la primera división los siguientes jugadores: Winn; Z. Díaz y Rota; Wilson, J. Díaz y Santucho; Woods, Pupplet, H. Hayes, A. Vázquez y E. Paling.

El equipo superior de Rosario Central en 1907, la época de la iniciación de Harry Hayes que después habría de convertirse en uno de los más grandes centre-forwards sudamericanos. Vemos en la presente nota, parados, a Postel, Stockens, Juan Díaz, Grant, Nissen, Thompson y Zenón Díaz; y sentados a Dawes, Danny Green, H. Hayes, Paling y Wells.

FAMILIARIDAD DEPORTIVA Rosario Central, puede decirse, abarcó desde los primeros tiempos en su zona de influencia todo el barrio norteño de la ciudad: Arroyito, Refinería, Industrial, Alberdi. En ese enorme sector, verdadero pueblo aparte de Rosario, si se nos permite, florecieron los grandes cracks de nuestro fútbol. Sus figuras fueron a enriquecer el historial argentino con sus actuaciones internacionales. Hubo entre los players una familiaridad nunca desmentida. Jugadores que militaban en otras 21


entidades puede decirse que estaban ligados fuertemente al instituto de la divisa azul y oro. Por eso aquellos clásicos partidos entre los obreros ferroviarios alcanzaron popularidad y fama. No eran todos futbolistas centralistas, mas, podían considerarse, tal era la amistad y el entusiasmo por el popular juego. Con emoción se recuerdan los encuentros entre los equipos denominados Locomotoras vs. Coches y Vagones. No habrá nada más que hacer desfilar por la memoria a los players que integraban aquellos conjuntos para apreciar la importancia, rivalidad y valor deportivo de aquellas jornadas inolvidables. Por Locomotoras solían jugar Serapio Acosta; Zenón Díaz e I. R. Rota; P. Molina, J. Díaz y E. Fagginani; C, Grieshaber, A. Blanco, M. Argüelles, C. Guidi y Ramírez. Y no menos poderoso era el plante de Coches y Vagones: Colombo; Morgoux y Paldal; Jamil, E. Blanco y J. Perazzo; Barbieri, Sánchez o Antuña, H. Hayes o Laiolo, E. Hayes y Pimentel. Cracks de Rosario Central y Tiro Federal se confundían, pues, en partidos que tenían el alto significado de un acercamiento que con el correr de los años ha quedado grabado con caracteres indelebles.

AUTONOMÍA DEL FERROCARRIL Largo tiempo estuvo Rosario Central bajo tutela. La empresa del ferrocarril ejercía influencia directa sobre la institución. Sus altos empleados eran sus dirigentes. Sus asociados no podían ser otros que obreros y empleados del F.C. Central Argentino. Cuando en aquella asamblea del año 1903 se halló la fórmula conciliatoria que dio un nombre definitivo a la entidad de los colores azul y oro, se había dado un paso firme en su destino futuro. Más recién veinte años después se logró la independencia absoluta. Rosario Central tenía por delante amplios horizontes. No era menester para su desenvolvimiento y progreso la fiscalización y organización de una empresa que cerraba al instituto su campo de acción, reducido entonces a los beneficios deportivos que podía proporcionar a sus empleados ferroviarios. No será necesario destacar nada más que alguna cifras progresivas dentro de los primeros años que siguieron al acto de la independencia, para poner en evidencia su rápido progreso. Abiertas las puertas para todos los deportistas de buena voluntad que quisieran ingresar a sus filas, el movimiento de asociados dio rápidamente la impresión de lo que habría de ser en un futuro no lejano. En el año 1918 los socios apenas si llegaban a 182 y el capital oscilaba en los seis mil pesos. En 1926 los asociados sumaron la cantidad de 1.700 con un capital de 47.000 pesos. Tres años más tarde se triplicaba el número de socios y el capital ascendió a 73.000 pesos. Apenas lograda la autonomía, el club fue organizado en su carácter de sociedad civil y el gobierno de la provincia le acordó la personería jurídica.

DOS VECES SE SEPARA DE LA LIGA En dos ocasiones Rosario Central estuvo separado temporalmente de la Liga Rosarina de Fútbol desde que esta fuera fundada en el año 1906. En los años 1912 y 1920 hubo escisiones serias en la organización futbolística local que motivó en ambos casos el retiro del instituto auriazul. En la primera oportunidad se apartó de la liga conjuntamente con Tiro Federal y Sparta, encabezando la fundación de la Federación Rosarina, para regresar nuevamente a la entidad central dos años más tarde. Al producirse el segundo conflicto, Rosario Central, Gimnasia y Esgrima, Nacional, Sparta y F.C. Santa Fe, dieron vida a la Asociación Amateur. En 1922 se reintegraba Rosario Central a la Liga Rosarina, hasta que se produjo en el fútbol nacional una radical evolución con la implantación del profesionalismo. En nuestra ciudad se fundaba en 1931 la Asociación Rosarina de Fútbol y poco después desaparecía la Liga primitiva. 22


UNA TEMPORADA NOTABLE Hay en el rico historia de la entidad jornadas brillantes, hechos notables, que se recuerdan siempre con cariño. Fue en la temporada de 1916 cuando los equipos de Rosario Central escribieron una página magnífica. Ganaron a la sazón todos los trofeos en disputa. La primera división obtuvo las copas de Competencia y de Honor, después de cumplir excelentes actuaciones. Finalizó en el campeonato oficial invicta. Jugó 18 partidos, obtuvo 60 goles a favor y 8 en contra. También se clasificó campeón de los torneos de Competencia y de Honor el team de segunda división y fueron campeones del mismo modo los cuadros de tercera, cuarta y quinta. En esa cuarta campeón comenzó a fulgurar con destellos propios un astro de primera magnitud: Octavio J. Díaz.

CICUTA EN VEZ DE GRAMILLA Ahora que en el barrio Arroyito se levanta orgulloso el magnífico estadio de cemento, aparece engrandecido el esfuerzo y el sacrificio de los tiempos pretéritos. En 1918 Rosario Central tuvo que dejar el field de la quinta Sanguinetti, también conocida por cancha del "cruce" Alberdi. Detrás de los talleres del F.C.C.A., hacia el este de la avenida Alberdi, bifurcaban sus límites del nuevo terreno cedido al efecto, las vías ferroviarias. Poner el campo en condiciones motivó otra tarea extraordinaria. Se compró la semilla para dotarla del verde césped. Roturóse la tierra, se regó convenientemente, se sembró. Todo fue a pedir de boca. Mas no sabemos cómo en vez de gramilla lo que salió fue ... cicuta. Al asombro del primer momento, se sobrepuso la voluntad, el entusiasmo y el afán de remediar el mal. Era menester arrancar rápidamente los cicutales. En esa faena se multiplicaron jugadores y dirigentes otra vez. Salían de los talleres y enseguida, todos, como un solo hombre, iban a sacar cicuta. Cuando el campo estuvo libre de impurezas un nuevo inconveniente vino a sumarse. Estuvo tres meses sin llover. Fue entonces que Harry Hayes obtuvo de su cuñado Mackay, capitán de bomberos del ferrocarril, el permiso necesario para hacer pasar una gran manguera a través de los ventanales del local de los talleres y así dieron agua al field. No faltó nunca en estas simpáticas jornadas, que no eran precisamente deportivas pero que llevaban el sello inequívoco de amor al deporte, la nota pintoresca. Nos contaba una vez Octavio Díaz que para pasar el rolo por la cancha montaban un caballo con los vasos redondeados de arpillera para que no perjudicara la gramilla.

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PRESIDENTE FUNDADOR

Mr. Colin Calder, uno de los fundadores de Rosario Central, que ocupó la presidencia del Central Argentine Railway Athletic Club, en la época inicial en el año 1889. Lejos estaban de imaginar los "pioneers" del fútbol entre nosotros, que con el correr de los años, la modesta entidad formada para la práctica del cricket entre los obreros ferroviarios, iba a alcanzar el prestigio, la popularidad, y la potencialidad económica que en la actualidad acusa el instituto auriazul en el concierto de las instituciones argentinas.

EL PRIMER CAPITÁN DE ROSARIO CENTRAL ES LORD Y VIVE EN INGLATERRA Si bien el Club A. Rosario Central surgió a iniciativa de los obreros de los talleres del F. C. Central Argentino, hubo en sus filas, en el primer año de actuación futbolística, una persona de la más rancia aristocracia británica. El primer capitán de Rosario Central, constituido ya bajo este nombre, fue R. M. Jackson, que actuaba en el puesto de zaguero. Jackson había venido a la República Argentina, por una breve temporada y desempeñaba las funciones de Inspector General de la compañía. Actuó un tiempo en Rosario Central y fue uno de los más entusiastas animadores de la entidad. Regresó luego a Inglaterra y al fallecimiento de su señor padre, y siendo el mayor de los hijos, heredó el título de Lord, que de por sí sólo lo constituye en una figura representativa en Gran Bretaña. Rosario Central, que es club de pueblo, esencialmente democrático en su fisonomía general, ofrece, pues, este raro contraste de que Lord R. M. Jackson, que actualmente vive en Inglaterra, haya sido el primer capitán de sus equipos de fútbol.

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THOMAS HOOPER VINO AL PAÍS POR UNOS AÑOS Y YA HACE CINCUENTA QUE VIVE EN ROSARIO. Viven aún algunos de los iniciadores del Central Argentine Railway Athletic Club, que con el correr de los años pasaría a ser el Club Atlético Rosario Central. Exactamente hay referencias de que existen, radicados en Buenos Aires, los señores W. Mulhall, A. H. Mayne y Miguel H. Green; como así también en Rosario los señores Tomás S. Hopper y S. Sims. Ferroviarios en su totalidad, empleados en los talleres, a acogerse a los beneficios de la jubilación fueron alejándose del ambiente deportivo y viven en la actualidad casi por completo al margen de la actividad de la entidad que ellos crearan hace nada menos que cincuenta años. Don Tomás S. Hopper llegó a Rosario en el año 1889 coincidiendo su arribo a nuestra ciudad con la instalación de los talleres del F.C. Central Argentino. Venía de New Castle. Ya en Inglaterra era un entusiasta del fútbol, no practicándolo, sino como espectador. Su ciudad natal ha sido una de las que ha dado más altos valores al fútbol británico. No tenía el propósito de permanecer mucho tiempo en nuestro país. Creía, cuanto más, que podría estar dos años, ya que ambicionaba emprender el regreso a Inglaterra. Sin embargo se han cumplido cincuenta años y don Tomás S. Hopper sigue en nuestra ciudad, con hijos argentinos; nietos argentinos y hasta una bisnieta nacida en nuestro país. A pesar de tan larga residencia, no ha aprendido a hablar el español y con la mediación del señor Daniel Green nos dice de los primeros tiempos de la institución. Fueron los iniciadores de la entidad don Tomás S. Hopper y C. B. Calder, casado con una hermana de los Green, y junto con los Mulhall, Sims, Muskett, Mayne, Chamberlaine, Wilkilson, Lamb y M. H. Green. Dedicados al cricket, al comienzo de la entidad, recién tres o cuatro años después se hizo fútbol en organización de torneos internos entre los equipos constituidos por las distintas secciones de los talleres. En aquella época, los deseaban jugar fútbol militaban en las filas del Club A. Rosario, pero Hopper, gran animador, quería que la práctica de este deporte se intensificara dentro del club. Así era como en un castellano champurreado, en los días señalados para el adiestramiento, se dirigía a los asociados y a la vez obreros de los talleres, y les recomendaba: - Hoy "pata bola" (significaba con ello que se pateaba la pelota). El fundador de R. Central, don Tomás Hooper, acompañado de su señora esposa, doña Brígida Brennan de Hopper

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Tan popular se hizo esta invitación, y tanta gracia causó a los obreros, que a Mr. Hopper se le llamó desde entonces "Pata Bola", y él mismo nos recordaba con una risa franca la ocurrencia de ese seudónimo originado en su mala pronunciación. Recuerda este "pioneer" del fútbol en Rosario, cosas interesantes. Desde las primeras cotizaciones para constituir el capital inicial del club que se invirtió en la compra de artículos para la práctica del cricket, pasando luego por la iniciación del fútbol en los torneos internos y frente a los conjuntos de los barcos ingleses que llegaban a nuestro puerto. Nos habló también de los primeros criollos que alternaron con ellos y menciona a Luis Oliva, ya fallecido. Pero de quienes tiene los más gratos recuerdos es de Juan y Zenón Díaz. Juan Díaz, padre de Octavio, falleció hace ya muchos años y ratifica Mr. Hopper lo que muchas veces se dijera, que era un gran deportista a la par que un obrero inteligente. Nosotros le manifestamos a don Tomás Hopper que Rosario Central es en la actualidad una entidad de hondo arraigo popular y que sobre todo en los barrios, los purretes, tienen una preferencia singular por la institución. Y él nos dice que eso también fue una característica del comienzo y que, si bien en aquellos años el público era reducido, su club se destacaba por contar con una "hinchada" de chiquilines, los que luego, seguramente, fueron desfilando en los cargos representativos del club. Hopper no practicó activamente el deporte. Pero era de estos ingleses de notable capacidad como directores, sobre todo porque tenía el convencimiento que la juventud dedicada a la práctica de la cultura física se alejaba de otros lugares donde adquiría hábitos perjudiciales. Con su autoridad, y sobre todo por la simpatía que despertaba, actuaba de referee o linesman. Sus hijos, Estanislao y Enrique Hopper, llegaron a ser jugadores de primera división. Son pocas líneas éstas que dedicamos a uno de los fundadores de Rosario Central. Don Tomás S. Hopper, a los 85 años, vive una vejez tranquila, en compañía de su señora esposa doña Brígida Brennan de Hopper. Quizás nunca soñó que el club adquiriría tanto renombre y prestigio y que hoy, el lector exclamará asombrado: - ¡Parece mentira! –

LUIS Y ESTEBAN INDACCO Hace algo así como diez años, el ala izquierda de la primera división del club estaba formada por dos hermanos: Luis y Esteban Indaco. Los que los hayan visto actuar han de recordar las satisfacciones que brindaran a la "hinchada" de Rosario Central, por la excelente comprensión que entre ambos existía. De los dos el que más se destacó fue Luis, pero Esteban, en el extremo de la línea supo conducirse bastante bien, tanto que a veces integró selecciones locales.

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DEL PORTÓN N°4 AL ESTADIO DE CEMENTO

En el recinto oficial de la cancha del "cruce" ubicada en la quinta Sanguinetti fue tomada esta vista hace largos años. En ella vemos reunidos a dirigentes y jugadores, asociados y simpatizantes del club, de hace cerca de tres décadas.

Entre el personal superior del F. C. Central Argentino, tuvo el Club A. Rosario Central (entonces Central Argentine R. A. Club), dos animadores y favorecedores en los Sres. W. O. Lucas y T. G. Russell. Por su intermedio consiguieron los iniciadores, dentro de los terrenos de la empresa, el espacio para instalar la primera cancha de "cricket", donde también se iniciaron las prácticas de fútbol. Esta cancha estaba ubicada entre el Portón Nº3 y Portón Nº4, en las proximidades del Pasaje C. Escalada. Pocos años después de su fundación, en 1896, se construyó la que fue llamada Plaza Ollendorf y que estaba ubicada en la Avda. Alberdi y Jorge Hardin, pero al lotearse esos terrenos, el club se vio nuevamente obligado a buscar el lugar donde poder desarrollar sus actividades deportivas, sin que esta contrariedades disminuyeran en lo más mínimo el entusiasmo de sus dirigentes y sostenedores. Fue así como se llegó a la Quinta Sanguinetti en 1902. Era la famosa "cancha del cruce", donde empezaron a surgir con caracteres propios grandes figuras de nuestro fútbol. Eso era al comienzo nada más que un descampado pues no se dejaban de noche ni tan siquiera los arcos ya que la experiencia les había hecho comprender que no faltaría vecino aprovechado que los empleara cómodamente como leña. Poseían nada más que una casilla y cuando se hacía práctica de fútbol, previamente los entusiastas deportistas tenían el trabajo de colocar los arcos, que al final eran nuevamente desarmados. Desfilaron por esa cancha grandes valores de Rosario Central y el cual había ya reafirmado considerablemente su personalidad y prestigio. Hubo posteriormente que cambien de cancha y en la quinta Sanguinetti se siguió hasta el año 1918. No se alejaron de la zona, y lo que hicieron fue volver a las inmediaciones del lugar inicial pues la cancha se instaló en 1919 en terrenos de la empresa del F. C. C. A., cerca de la Estación Castellanos, 27


la que pueden ver todos los que circulan por Avda. Alberdi. Hasta 1924 permaneció en ese lugar el estadio de Rosario Central y justamente al producirse la absoluta independencia de la entidad de la empresa ferroviaria donde se había iniciado, dejó los terrenos para dar los primeros pasos que habrían de conducirlo a la construcción de su actual monumental estadio. Salió por breve tiempo Rosario Central de su zona y se aceró al sur. En la cancha del Club A. Bolsa de Comercio, situado en Avda. Ovidio Lagos y E. Zeballos, actuó en los años 1925 y 1926, pero ello no era nada más que transitoriamente, pues el 1º de diciembre de 1927 la Municipalidad concedió al club, por el término de 20 años, el terreno de la Avda. Génova y Juan B. Cordiviola, cuyas amplias tribunas ofrecen amplia comodidad para más de 30.000 personas, y con unas plateas con butacas pullman que son las únicas instaladas en los campos deportivos rosarinos.

Entrada a la tribuna oficial del Club A. Rosario Central en la esquina de Avenida Génova y Juan B. Cordiviola. La firma comercial Fernández y Sust tomó a su cargo y cuenta la realización de esta obra.

La primera actuación oficial en ese campo de juego tiene un grato recuerdo: ese día el primer equipo de Rosario Central se impuso a su tradicional adversario, Newell´s Old Boys, por 4 tantos contra 2. Esta es la trayectoria seguida, desde la cancha del Portón Nº 4 hasta el estadio de cemento.

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ÉPOCA DE ORO UN GRAN EQUIPO DE LOS PRIMEROS TIEMPOS Un poderoso eleven de la época gloriosa. De izquierda a derecha: Juan Díaz, el malogrado padre de Octavio Díaz y hermano de Zenón Díaz; Pablo Molina, el gran half; Ignacio R. Rota, fuerte zaguero, que popularizó su nombre formando pareja con Zenón; Mario Barbieri, delantero que llegó a jugar en Atlanta y en River Plate; el "chino" Sánchez, insider de buenas aptitudes, que murió ahogado en el río Paraná, Zenón Díaz, el notable zaguero internacional; Harry Hayes, gran centro delantero internacional; Serapio Acosta, verdadera maravilla en la custodia de los tres palos y de quien se habla en esta página, José Fuggini; Alfredo Woodward, hermano de Chale Woodward, fallecido y Wilson. El equipo se alistaba así: Acosta; Z. Díaz y Rota; Molina, J. Díaz y Wilson; Barbieri, Sánchez, Harry Hayes, Fuggini y Woodward.

HAY QUE CUIDAR A SERAPIO. Serapio Acosta fue uno de los más grandes jugadores que dio al fútbol argentino el club Rosario Central. Era un guardavalla de notable aptitudes. En su época, insuperable. Pero adolecía Serapio de un grave vicio. Le gustaba mucho codearse con Baco, el dios de los espirituosos vinos. Y esta fue la causa de su fugaz actuación deportiva. Allá por 1914 Serapio Acosta se hallaba en la plenitud de su estado físico. Era punto fuerte del viejo Talleres. A la sazón el equipo auriazul debía sostener un match de gran trascendencia con Newell´s Old Boys, el clásico rival de todos los tiempos. El partido era de suma importancia y se esperaba con enorme interés. - Hay que cuidar a Serapio - se dijeron los muchachos auriazules. Y el gran arquero fue objeto de especial vigilancia. Era menester que llegara al terreno de la lucha en excelentes condiciones, no fuera que ... Era el comentario obligado de la semana. Un periódico, "La Nota", se ocupaba del caso destacando el cuidado que sus compañeros de team prestaban al notable guardameta: "Serapio Acosta está concentrado. No lo dejan ni a sol ni a sombra. El gordo Rota está de sereno. No le pierde pisadas. Con toda seguridad que el excelente cuidapalos podrá defender con su acostumbrada habilidad el arco frente a los rojinegros." Y llegó el día del match. Serapio Acosta presentaba un estado físico inmejorable. Fresquito como una lechuga. Pero a medio día, cuando nadie se lo imaginaba, el inglés Ennis, que entonces lo tenía a su custodia, se fue a almorzar. Fue un descuido. Serapio pegó una escapada e hizo de las suyas... Al entrar al field se mostró dicharachero, jovial... Y comenzó el encuentro. De entrada no más Lito González dirigió uno de sus clásicos violentos shots. Serapio se largó cuan largo era y encontró en un planeo espectacular uno de los postes. Fue el primer gol rojinegro. El guardavalla cayó lesionado. Cuando sus compañeros se acercaron para atenderlo, se dieron cuenta de lo que ocurría. Serapio estaba bebido. Y pensar que el gordo Rota había actuado de sereno toda la semana. Newell´s ganó esa tarde por 6 a 0.

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GREEN Y JACKSON LO “DESCUBRIERON” A ZENÓN Estuvimos recientemente en San Martín para visitar a don Miguel Green. No lo encontramos en su domicilio y para entrevistarlo tuvimos que trasladarnos al campo del Club Deportivo Central Argentino, donde ese mismo día tenía que actuar como juez en un torneo atlético. Pasaron los años para don Miguel Green, pero su entusiasmo deportivo no decae de ninguna manera y sólo así comprendemos cuán grande ha sido su influencia y su acción en la organización del Club A. Rosario Central, donde durante muchos años actuó como secretario cooperando con la labor de su cuñado C. Calder y de Mr. Hopper. En los archivos del Club, a partir de 1903, hemos encontrado infinidad de cartas firmadas por Miguel Green, lo que demuestra todo el tiempo que él le dedicaba, al margen de sus labores en la empresa ferroviaria, a la entidad auriazul. Luego cuando se ausentó de nuestra ciudad por el año 1913 dejó de pertenecer al instituto del cual fuera uno de los fundadores y al que se encontraba tan íntimamente ligado por vínculos de amistad y de familia, vínculos éstos que no han desaparecido por completo, pues su hermano Daniel, como decimos en otro lugar, es uno de los socios honorarios del club. En 1897, Miguel Green era jugador del primer equipo del Club Atlético del Rosario. Ya había jugado anteriormente en algunos conjuntos de "Talleres", en luchas amistosas, y entre sus más destacadas actuaciones de aquella época se destaca su intervención en dos encuentros por la final de la Copa Competencia. El primero de esos partidos se jugó en 1900, en la cancha del Flores A. C. y fue entre Rosario y Belgrano, ganando los porteños por 2 a 0. M. Green formó la pareja derecha con Nelo Newell, hijo del Dr. Isaac Newell, fundador del colegio donde se iniciara el Club A. Newell´s Old Boys. El año siguiente Rosario también llegó a la final jugando con Alumni en la cancha de Lomas. Green era centro delantero y hubo necesidad de jugar cuatro períodos suplementarios de diez minutos cada uno para que el match se definiera a favor del Alumni por 2 tantos a 1. Su último partido los disputó en 1913, cuando tenía 34 años de edad. Llegó un día a la cancha de San Isidro y como faltaba un player le solicitaron sus servicios. No pudo negarse y jugó de wing izquierdo formando pareja con R. L. Hulme. Fue don Miguel Green uno de los que iniciaron en el fútbol a Zenón Díaz. Corría el año 1903, El y Jackson estaban ocupados en la constitución del Club Rosario Central. Después de la labor diaria salieron de los talleres, y en las inmediaciones había unos muchachos jugando a la ronda (juego popular de aquella época como hoy es el fútbol que se practica en los huecos y en la calle) Zenón Díaz demostraba gran agilidad y seguridad de manos y entonces decidieron de inmediato: - Vas a jugar de arquero en Rosario Central... Y así fue. Zenón se inició como guardavalla pasando después a consagrarse en la plaza de zaguero. Don Miguel Green tiene para él gratos recuerdos. Debemos señalar que él es argentino y recuerda que entre los primeros criollos que figuraban en el club, junto a los Díaz, estaban también Luis Zeballos y Luis Oliva. La obra de este fundador del club no podía quedar en el olvido. Estas líneas sirven para destacarla como corresponde. Por otra parte, el Club A. Rosario Central en su última asamblea general de asociados resolvió designar a don Miguel Green socio honorario de la entidad en reconocimiento de su intensa y efectiva labor justamente en los años más difíciles, pues desempeñó cargos directivos, cuando el club intensificó su actividad al iniciar su campaña oficial en la entonces novel Liga Rosarina de Football, de la cual fue también un animador y dirigente activo, por lo cual merece el reconocimiento de toda la afición.

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D. Miguel Green, prestigiosa figura de la primera época del Central Argentine Railway Club

FIGURAS AURIAZULES DE OTRAS ÉPOCAS

De izquierda a derecha: J. García, Scarpin, Gaitieri, Bray, D’Andrea, M. Pereyra y R. Luongo.

ROSARIO CENTRAL Y LA COPA IBARGUREN En el año 1913, cuando el Dr. Carlos Ibarguren desempeñaba el Ministerio de Justicia e Instrucción Pública de la Nación instituyó el trofeo que lleva su nombre para ser disputada por los campeones de Buenos Aires y Rosario. A Rosario Central le correspondió jugar es copa por primera vez en 1914 siendo vencido por el Rácing Club, pero al año siguiente, 1915, frente al mismo conjunto, obtenía un triunfo significativo y traía por primera vez a nuestra ciudad el cotizado trofeo. Caber hacer una síntesis de este match que se jugó en Palermo. Los cuadros formaron de la siguiente manera: Rosario Central: R. Moyano; Z. Díaz e I. R. Rota; E. Rigotti, E. Blanco, J. Perazzo; J. Barbieri, A. Blanco, J. Laiolo, E. Hayes y A. Woodward. Rácing Club: S. Arduino, R. Pepe y A. Reyes; A. Betular, F. Olazar y J. Viazzi; Z. Canavey, A. Ohaco, N. Vivaldo, J. Hospital y J. N. Perinetti. Laiolo abrió el score, empatando en seguida Vivaldo, goles que se produjeron en el primer período. El tiempo reglamentario finalizó empatado, jugándose dos períodos más de 15’ cada uno y recién en la segunda etapa Laiolo y Woodward aseguraron el triunfo de los auriazules por 3 tantos contra 1. La hazaña de Rosario Central fue posteriormente igualada por Tiro Federal que la ganó en 1920 31


frente a Boca Juniors, y por Newell´s Old Boys, en 1922, vencedor de Huracán. En la primera época de la copa Ibarguren, Rosario Central intervino cinco veces sobre diez partidos jugados en total. Años después, en 1937, se reinició la disputa del trofeo y le correspondió a Rosario Central jugar en esa temporada y en 1938 con los campeones de la Asociación del Fútbol Argentino. River Plate e Independiente, siendo vencido en ambas oportunidades.

Este equipo, vistiendo la casaca de cuadros grandes azul y blanco, actuaba en 1903, la época en que el Club adquirió el nombre de Rosario Central y disputó encuentros con Atlético del Rosario. De pie están J. Kellard, L. E. Darch, A. Welk, R. Nissen, S. Thompson, J. Canton y de particular J. Stocker que sabía actuar de árbitro o linesman. Sentados, J. Stiddock, W. Wostel, A. Postel, Z. Díaz y D. Green.

ZENÓN DÍAZ FUE EL PRIMERO Los jugadores de Rosario Central en los equipos nacionales. El 29 de junio de 1905, cuando el Nottingham Forest hacía su séptima presentación en el Río de la Plata, habiendo obtenido rotundos triunfos, un player de Rosario Central se alistó en la combinación nacional, teniendo para sí el honor de haber sido el primer rosarino que formó en los equipos argentinos. Era Zenón Díaz, que ya había actuado en dos oportunidades anteriores frente al poderoso conjunto británico, formando la pareja de zaga de los combinados rosarinos, en una oportunidad con R. Stuart y en la otra con R. Le Bas. En esa oportunidad Zenón Díaz formó pareja con C. C. Brown y a partir de aquel momento, en el correr de los años, Rosario Central siguió aportando con altos valores de una calidad tan personal, que se convertían en insustituibles en sus puestos. Así por ejemplo después del gran zaguero, apareció la joven figura de Harry Hayes que actuaba 32


indistintamente en cualquiera de los tres puestos centrales de la línea de ataque, y posteriormente pasaron a vestir la casaca albiceleste en encuentros efectuados en nuestro país una sensación exacta del enorme paso que diera en su medio siglo de vida. Rememorando aquellos campos, donde comenzó a elaborarse el prestigio de un nombre que llegó a la cúspide de la popularidad y trayendo a la memoria la serie de hechos salientes que lo impulsaran hacia ella, se puede apreciar mejor que nunca, la importancia de la obra que desarrollaron los hombres que siempre estuvieron dispuestos a jugarse por ese ideal, por ese afán de elevar al club querido. Y toda esa comparación de actividades nos hace que, al llegar al estadio de Arroyito, lo hagamos con la inmensa alegría de que nos acercamos a un templo, al templo donde se rinde el homenaje que se hicieron acreedores todos los que aportaron su grano de arena, para que Rosario Central, sea lo que es en la actualidad; el orgullo de quienes simpatizan con su nombre y orgullo también del fútbol nacional.

HONROSA NÓMINA El día 24 de agosto de 1906, el secretario del Rosario Central Athletic Club, remitió al secretario de Argentina Football Association, una nómina de los jugadores que el domingo siguiente irían a la capital federal para cumplir con el compromiso oficial que se le había asignado. En esa nómina figuran players de destacada figuración, quienes fueron los puntales en que se afirmó el prestigio ascendente del actual Rosario Central y dándole un repaso a ella, se siente cierta emoción. Veamos quienes fueron los que defendieron los prestigios del club en aquel entonces Goalkeeper: H. Scrivener Backs: Z. Díaz y H. Grant ½ backs: J. Díaz, J. Pestell (cap.) y C. Tompsett Forwards: P. Jones, D. Green, H. Hayes, E. Palin y W.Wothley. Suplentes: G. Stalker y J. Canton

HACE VEINTE AÑOS. – Equipo de primera división, campeón en la temporada de 1919. Lo integraban, parados, de izquierda a derecha: Furlong, P. M. Clarke, O. Díaz, Barbieri, J. Perazzo y F. Sarasíbar. Sentados: A. Blanco, E. Guaraglia, Harry Hayes, Ennis Hayes y A. Miguel. Ese año jugó también Rodolfo Mulhall, quien no aparece en el gráfico. 33


MUCHAS VECES CAMPEÓN DE PRIMERA DIVISIÓN, ROSARIO CENTRAL GANÓ PRESTIGIO Y POPULARIDAD En los campeonatos oficiales organizados por la Liga Rosarina de fútbol primeramente y en la Asociación Rosarina al iniciarse el fútbol profesional, el Club A. Rosario Central conquistó 61 títulos de campeón en las distintas categorías; figuran entre ellos el de campeón argentino, por la Copa Dr. Carlos Ibarguren, que se adjudicó en el año 1915. Hablemos de los torneos de la categoría privilegiada. 10 veces la Copa "Vila" La copa "Vila" fue el trofeo instituido para el campeonato oficial de 1º división de la Liga Rosarina de fútbol a partir del año 1907, o sea al realizarse el tercer certamen. En 1908 Rosario Central ganó por primera vez el trofeo "Vila", hazaña que repitió en distintas oportunidades. El año antes de implantarse en el profesionalismo, también el equipo de Arroyito había obtenido el título máximo de nuestro fútbol. La Copa "Vila" estuvo en poder de Rosario Central en los siguientes años: 1908, 1914, 1915, 1916, 1917, 1919, 1923, 1927, 1928 y 1930. Otros torneos de primera. Al pasar a la época profesional, Rosario Central conquistó en sus dos últimos años de actuación en el torneo rosarino el título de campeón, o sea en 1937 y 1938, lo que le dio derecho para disputar la Copa Ibarguren frente a River Plate e Independiente, perdiendo ambos compromisos. En 1936 el primer equipo ganó el Campeón Estímulo y sus campañas de 1937 y 1938, en las que se adjudicó el título máximo, las complementó venciendo en los torneos por la Copa "Hermenegildo Ivancich". Hay además otros campeonatos. Desde 1910 a 1916 la Liga Rosarina hizo disputar un torneo por la Copa Damas de Caridad con fines de beneficencia, habiéndolo adjudicado Rosario Central en las siguientes temporadas: 1910, 1914, 1915 y 1916. En consecuencia Rosario Central ganó 10 veces la Copa "Vila" en dos oportunidades la Copa "Gobernador Molinas" del torneo profesional, una vez el Campeonato Estímulo, dos ocasiones el trofeo "H. Ivancich" y cuatro la Copa "Damas de Caridad". Si agregamos a esto la conquista en una sola oportunidad de la Copa "Ibarguren" y el torneo nocturno jugado con los clubs santafecinos por el trofeo "Guadalupe", la entidad auriazul tiene en su haber VEINTIUN CAMPEONATOS DE PRIMERA DIVISIÓN.

PLAYERS AURIAZULES EN LOS COMBINADOS ROSARINOS Combinado Rosarino que venció al seleccionado porteño, por 2 goals a 0, en el field de Gimnasia y Esgrima, el 24 de setiembre de 1916. Se jugaba la copa Culaciati. Nuestro team lo integraban J. Repucci; Z. Díaz y F. Bearzotti; E. Celli, E. Blanco y J. Perazzo; A. Jáuregui, A. Badalini, J. Laiolo, C. Guidi y E. Hayes. Calcule el lector la potencialidad del once adversario al citar estos nombres: Isola, Chiappe y J. D. Brown; Matozzi, Olazar y Pepe; Canaveri, Ohaco, Killer, Hospital y Perinetti

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Cuando se constituyó la Liga Rosarina de fútbol, primera entidad que organizó la práctica de este deporte en nuestra ciudad, el Club Atlético Rosario Central fue uno de sus fundadores y en consecuencia, desde aquella época le prestó su eficaz concurso no solamente interviniendo en los torneos oficiales, sino que contribuyendo con sus players para integrar los seleccionados rosarinos con sus encuentros interprovinciales o internacionales. En el año 1905, un combinado se alistó oficialmente para enfrentar al primer conjunto inglés que llegó al Río de la Plata: el Nottingham Forest y entonces se alinearon en la representación local que sostuvo el cotejo en Plaza Jewell, los defensores de Rosario Central A. Norris, Z. Díaz, R. Stuart, A. Ginochio (que luego pasó a Newell’s Old Boys), C. H. Nisser, D. Green y W. Kelled. Rosario Central, que fue cuna de campeones, siguió luego en distintas épocas del fútbol rosarino, brindando grandes valores que no solamente integraron las selecciones locales, sino que llegaron también a vestir la casaca nacional. La nómina es extensa, pero a través de esto años en los que se consiguió dar al fútbol de Rosario una personalidad fácilmente equiparable al de Buenos Aires y Montevideo, y por momentos superior por la calidad individual de alguno de sus valores, los jugadores que pertenecían a Rosario Central mantuvieron inalterable esa línea tradicional trazada por el club. Y así, de aquellos players que actuaron frente a Nottingham Forest, pasamos luego por D. Mackenzzie, Juan Díaz, Harry Hayes, J. Podestá, A. Vázquez, P. Molina, S. Acosta, Flynn, J. Francia, E. Blanco, A. Blanco, J. R. Rota, O. J. Díaz, J. Laiolo, F. Sarasíbar, J. Perazzo, A. Macías, A. Miguel, F. Puplet, A. Woodward, C. Woodward, E. Hayes, A. Ramírez, R. Mulhall, E. Clarke, C. Scolari, José Podestá, J. Fioroni, E. Guaraglia, L. Indaco, E. Indaco, G. Rivas, E. Cordone, F. De Cicco, J. González, P. De Benedetti, N. Luna, F. Romano, etc. Se llegó más tarde al fútbol rentado y Rosario Central, militando en la Asociación Rosarina, continuó prestando el concurso de sus jugadores para los seleccionados de nuestra ciudad y en la referencia de nombres debemos cita a P. Araíz, J. Díaz, J. J. Lescano, G. Gaitán, J. Cagnotti, J. Gómez, S. Guzmán, E. García, L. Bray, S. Laporta, R. D’Alessandro, E. Espeche, A Maffei, R. Cisterna. Estas participaciones no solamente ha contribuido a prestigiar figuras firmemente destacadas dentro del Club A. Rosario Central, sino que con el cariño que pusieron en la defensa de los colores rosarinos jugaron un rol sumamente importante para acreditar el fútbol de nuestra ciudad, con la que se encuentra tan identificada la institución.

61 CAMPEONATOS EN 35 AÑOS DE FÚTBOL UNO DE LOS EQUIPOS CAMPEONES. – El team de primera división campeón de la temporada oficial de 1919, al salir al field para disputar uno de los encuentros da las hurras de estilo en el field de Gimnasia y Esgrima. De izquierda a derecha vemos a P. M. Clarke, Furlong, Guaraglia (Q.E.P.D.), Miguel, Sarasíbar, H. Hayes, A. Blanco, E. Hayes, O. J. Díaz, (Q.E.P.D.), Miguel, Sarasíbar, H. Hayes, A. Blanco, E. Hayes, O. J. Díaz, Mulhall y Perazzo.

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En 35 años de fútbol oficial, la Liga Rosarina se constituyó, como se sabe, en el año 1905, Rosario Central ha ganado 61 campeonatos habiendo sido contados los años en que un equipo auriazul no se adjudicara alguno de los títulos oficiales. La estadística que damos a continuación habla elocuentemente, desde el primer campeonato adjudicado en 1908 hasta el de reserva que se obtuvo al cumplir el club su 50º aniversario: 1908: 1ª (oficial) y 2ª (oficial) 1910: 1ª (eliminatorio) 1914: 1ª (oficial), 1ª (eliminatorio) y 2ª (oficial) 1915: 1ª (oficial), 1ª (eliminatorio); 1ª (Copa Ibarguren), 2ª (oficial) y 3ª (oficial) 1916: 1ª (oficial), 1ª (eliminatorio), 2 ª (oficial), 2ª (eliminatorio), 4ª (oficial) y 5ª (oficial) 1917: 1ª (oficial) y 3ª (oficial) 1918: 2ª (eliminatorio) y 5ª (oficial) 1919: 1ª (oficial), 2ª (oficial), 2ª (eliminatorio) y 4ª (oficial) 1922: 2ª (oficial), 2ª (eliminatorio) 1923: 1ª (oficial), 3ª (oficial) y 4ª (oficial) 1924: 4ª (oficial) 1925: 3ª (oficial), 3ª (eliminatorio) y 4ª (oficial)

1926: 2ª (oficial), 3ª (oficial) y 4º (oficial) 1927: 1ª (oficial), y 3ª (oficial) 1928: 1ª (oficial) y 5ª (oficial) 1929: 2ª (oficial) y 4ª (oficial) 1930: 1ª (oficial) y 4ª (oficial) 1931: 2ª (oficial) y 4ª (oficial) 1932: 2ª (oficial) y 5ª (oficial) 1933: 4ª (oficial) 1934: 4ª especial (oficial) 1935: 4ª especial (preparación) 1936: 1ª (preparación) y 4ª especial (oficial) 1937: 1ª (oficial), 1ª (Ivancich), 4ª especial (oficial) y 4ª (oficial) 1938: 1ª (oficial) y 1ª (Ivancich) 1939: Reserva (oficial)

LA FAMOSA SEGUNDA DE 1916 Este equipo conquistó en la temporada dos campeonatos: el oficial y el eliminatorio. De pie, de izquierda a derecha: Furlong, J. Díaz (Q.E.P.D.) Farías, Trivella, J. Blanco y P. Molina. Sentados: F. Flynn, P. M. Clarke, J. Cíntora, Pastor Romeo y A. Woodward.

CAMPEONATOS GANADOS POR LAS DIVISIONES INFERIORES LA RESERVA CUMPLE CON SU MISIÓN Desde 1934 hasta el presente puede decirse que la cuarta especial o reserva de Rosario Central ha cumplido con su misión de que cada hombre fuera un digno suplente de los titulares de la categoría privilegiada. Fue tan neta la superioridad de los equipos auriazules en algunas temporadas, que ganar el título de campeón no significaba nada más que un relativo esfuerzo. Los equipos de cuarta reserva o especial brindaron a los asociados auriazules magníficas exhibiciones de buen fútbol y era incuestionable ese poderío que en dos oportunidades pusieron en 36


evidencia, no hace mucho tiempo, en los encuentros disputados con el equipo de igual categoría de Boca Juniors que cumplía actuaciones brillantes en los campeonatos de la A.F.A. De esa reserva, de la cual han surgido elementos como Monjo, Enrique Hayes, Pedro Perucca, Gaitieri, D’Andrea, Moretti e infinidad de players cuya lista sería sumamente extensa, Rosario Central ha experimentado satisfacciones y ha realizado conquistas dignas de sus prestigios. En la época del fútbol profesional y teniendo en cuenta que el torneo de esta categoría comenzó a disputarse en 1934, el equipo auriazul conquistó el título en las siguientes temporadas: 1934, 1935, 1936 y 1939. 14 TÍTULOS DE SEGUNDA DIVISIÓN La actuación de los equipos de 2ª división del Club A. Rosario Central, desde la constitución de la Liga Rosarina en 1905 hasta el presente ha proporcionado a la entidad catorce campeones, distribuidos en la siguiente forma: Campeonatos oficiales. Copa S. Pinasco: Ganados en los años 1908, 1914, 1915, 1916, 1919, 1922, 1926 y 1929. Campeonato Profesional: 1931 y 1932. Además desde 1913 a 1925, la Liga Rosarina hacia disputar anualmente un torneo eliminatorio por la copa "Dr. Lisandro de la Torre", que Rosario Central ganó en las siguientes temporadas: 1916, 1918, 1919 y 1922. LOS EQUIPOS DE TERCERA DIVISIÓN Los cuadros de Tercera división también han proporcionado significativos triunfos para el Club A. Rosario Central en los torneos de la Liga Rosarina de fútbol, ya que ganaron el título de campeón en las siguientes temporadas: 1915, 1917, 1923, 1925, 1926 y 1927. CAMPEONATOS DE CUARTA DIVISIÓN Desde 1910 se juegan en nuestra ciudad campeonatos oficiales de cuarta división, pero Rosario Central por primera vez el título en esa categoría en el año 1916. La cuarta división fue un verdadero "semillero" de jugadores y en su filas se formaron elementos que con el correr de los años habrían de tener firme figuración en el fútbol rosarino y nacional. La conquista del campeonato de esta categoría Rosario Central la cumplió en las siguientes temporadas: 1916, 1919, 1923, 1924, 1925, 1926, 1929, 1930, 1931, 1933 y 1937. Hasta el año 1930, o sea hasta que perteneció el club a la Liga Rosarina de Fútbol, se disputó la copa Ciudad de Rosario. EL APORTE DE LA QUINTA DIVISIÓN No son muchos los campeonatos de 5ª división que Rosario Central ha ganado. Es un raro contraste, pues en la mayoría de estos campeonatos el club contó con la intervención de uno o dos equipos que siempre estuvieron colocados cerca del puntero. El campeonato de 5ª división se jugó por vez primera en 1915 habiéndolo ganado Rosario Central en las temporadas de 1916, 1918, 1928 y 1932.

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INDACO LE ENSEÑÓ LA “CHILENA” AL MAGO SAMITIER En otro lugar de esta revista, nos ocupamos de Luis Indaco, sin duda uno de los mejores insiders izquierdos argentinos de hace una década. Pero en tren de satisfacer la ansiedad de los lectores por conocer distintos aspectos de quienes fueron sus ídolos, creemos necesario recordar un momento en que Indaco cobró pública notoriedad, aumentando así los incalculables prestigios que ya había conquistado en las canchas del país. Fue en ocasión del match que la representación de la entonces Liga Rosarina sostuvo con el Barcelona F.C., en el mes de setiembre de 1928. Como se recordará, ese partido se disputó en el campo de juego de Newell's Old Boys, ante una crecida concurrencia y la victoria correspondió a los rosarinos por cuatro tantos contra cero, todos ellos marcados por Indaco, que se constituyó en el héroe de la jornada. Hablamos días pasados con Indaco sobre esa extraordinaria performance suya, y él, con esa modestia que es su característica, no le asigna mayor importancia. - Los marqué yo - nos dijo - como los pudo señalar cualquier otro compañero. Tuve la suerte que todo me saliera bien y de que Llorens, arquero del once catalán, no ofreciera resistencia a mis shots. Fue ese uno de esos días en que las cosas se presentan a pedir de boca, compensando los sinsabores que se sienten cuando la mala suerte se empeña en perseguir aún al más constante. El triunfo conseguido por la selección rosarina, fue inobjetable y de no haber sido yo quien convirtiera los goles, con toda seguridad que otros de los integrantes de la misma lo habrían hecho, ya que se presentaron ocasiones propicias para hacerlo. -¿Quiénes formaban el conjunto rosarino? - En el arco Carlos Guida, el popular "zambullida", que brilló por un tiempo en la valla belgranense; de backs jugaron Julio Capitanelli y Roberto Cockrane; de halves, Arturo Podestá, Carlos Villa y Silvestre Conti; y en la delantera, Agustín Peruch, Humberto Libonatti, Gabino Sosa, yo y Celestino López. - ¿Y de los catalanes, recuerda a alguno? - Sí, al guardavalla Llorens, al famoso Samitier, al wing Sastre, al húngaro Platko, un guardavalla que tuvo su cuarto de hora y que hoy es entrenador de fútbol, a Rocha, un buen insider. - ¿Otro recuerdo de esa visita? - Después del partido se sirvió una cena en el hotel Italia, da la que participaron los catalanes y los integrantes del conjunto local. Tuve ocasión de trabar amistad con Samitier, el "mago", y me manifestó que le había agradado una jugada que yo había realizado varias veces durante el encuentro. Se refería a la "chilena", y me dijo que estaba deseoso de aprenderela. Accedí a su pedido y luego de la cena me dediqué a la enseñanza. En el mismo hotel, y ante la carencia de una pelota de fútbol, para hacer las "exhibiciones" utilicé una salivadera. Con ella, ante la atención de Samitier, de Platko y otros visitantes, hice una serie de demostraciones y al cabo de ellas, muchos fueron los que asimilaron mi rudimentaria enseñanza, fue una satisfacción grande para mí, que futbolistas de tanto renombre se interesaran por aprender una jugada que por lo sencilla nunca le di tanta importancia como la que se le brindó. De izquierda a derecha, parados, Capitanelli, A. Podestá, R. Cockrane. C. Villa, C. Guida y S. Conti. Sentados: A. Peruch, H. Libonatti, G. Sosa, L. Indaco y C. López.

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UNA SEGUNDA QUE VISITÓ VILLA CONSTITUCIÓN En septiembre de 1903, la segunda división del Rosario Central Athletic Club se midió con la primera del Club Atlético Villa Constitución de la localidad del mismo nombre. Con tal motivo, la secretaría de la entidad dictó un comunicado, por el que se hacía saber a los jugadores que debían partir a las 11.20 horas de la estación Sunchales y que el equipo estaría formado por estos jugadores: F. Cornejo; A. Faggiane y G. Luchtemberg; H. Boam, A. Ellison y J. Díaz; S. Hopper, A. Vázquez, J. Ramos, H. Hayes y F. Recanzoni. Suplentes: C. Pringles y A. H. Olken. Agregaba el comunicado que el team tenía que usar los colores del club.

FRANQUICIAS PARA LOS EMPLEADOS DE LA EMPRESA Cuando fue fundado el Rosario Central Athletic Club, solamente podían pertenecer a él los empleados de la empresa del hoy F.C.C.A. Más tarde, cuando la entidad fue cobrando carácter popular, fueron permitiéndose ingresos de elementos ajenos a aquel ambiente, pero para ser aceptados debían pagar cuotas de entradas superiores a las de los empleados. Veamos lo que dice una parte de los estatutos del club aprobados en 1903: "Las suscripciones mensuales serán para socios empleados de la empresa, mayores de 17 años de $ 1,00 y menores de 17 años de $ 0,50. Estas suscripciones serán deducidas del sueldo. "Los socios no empleados pagarán una cuota de entrada de $ 5,00 y la mensualidad correspondiente será de $ 1,00.

DE CALDER A QUINTANA Los presidentes de Rosario Central desde 1889 hasta el presente. Desde la época del Central Argentina Railway Athletic Club hasta el Club A. Rosario Central de hoy, la entidad ha tenido los siguientes presidentes: Desde 1889 hasta 1901: Sr. Collin Calder. Desde 1902 hasta 1903: Sr. J. Mulhall. Desde 1904 hasta 1905: Sr. R. W. Jackson. En 1906: Sr. H. Scrivener. En 1907: Sr. J. Nissen. En 1908: Sr. H. Scrivener. En 1909: Sr. Miguel Green. En 1910: Sr. F. W. Puplet. Desde 1911 hasta 1912: Sr. A. Ortelli. En 1913: Sr. J. Remy. Desde 1914 hasta 1915: Sr. A. Ortelli.

Desde 1916 hasta 1917: Sr. Tomás Flynn. Desde 1918 hasta 1921: Sr. Federico Flynn. Desde 1922 hasta 1923: Sr. Tomás Kehoe. Desde 1924 hasta 1931: Sr. Federico Flynn. Desde 1932 hasta 1933: Dr. Rafael Babbini. Desde 1934 hasta 1935: Sr. Federico Flynn. Desde 1936 hasta 1936: Ing. Juan T. Louhau. En 1939: Sres. C. De Mattia, Adolfo Baglione y Oscar Capellin. En 1940: Sr. José B. Quintana.

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DON FEDERICO FLYNN EN LA PRESIDENCIA DEL CLUB Fue primeramente jugador. Integró la segunda división y sus condiciones lo llevaron luego al círculo privilegiado. Federico Flynn debía luego asumir los destinos del Club A. Rosario Central y desde el cargo de presidente fue cuando puso invariablemente de manifiesto su cariño por las cosas de la entidad. Fue un presidente organizador, de iniciativas y puede decirse que su cooperación no faltó en ningún instante en los momentos trascendentales de la vida de la institución. Por primera vez fue electo para la presidencia del club en el año 1918 y siguió en el cargo durante 16 años con breves descansos de dos períodos en los cuales dirigieron el club los señores Tomás Kehoe y Dr. Rafael Babbini. Cuando en 1931 se constituyó en nuestra ciudad la Asociación Rosarina de Fútbol, implantándose la práctica del fútbol profesional, a don Federico Flynn le correspondió desempeñar la presidencia, realizando desde ese sitial, y que momentos difíciles porque había que organizar al fútbol dentro de las nuevas características, tener un brillante desempeño. Al finalizar el año 1935 el señor Flynn cumplía su última presidencia en el Club A. Rosario Central. Queda como ejemplo su magnífica obra desarrollada durante 16 años en que la masa asociada lo eligió para el cargo.

EL DOCTOR RAFAEL BABBINI Figura simpática la del Dr. Rafael Babbini. Vinculado al Club A. Rosario Central desde sus años de estudiante siguió luego de cerca todas las actividades de la entidad. Fue un amigo de todos los jugadores. Desde el más consagrado y popular de los "cracks" al más modesto de las divisiones inferiores. El que necesitaba sus servicios de médico, ya fuera por lesiones originadas en la práctica del deporte, ya por otras dolencias, recurría a su consultorio y no encontraba al profesional, sino que entraba en tratos con un amigo. Hoy sigue siendo del mismo carácter, pero al tener otras actividades no se encuentra tan íntimamente ligado a los players del club. En 1932 y 1933 el Dr. Babbini pasó a desempeñar la presidencia del Club A. Rosario Central y lo hizo con el acierto que solamente podía esperar de un hombre de su cultura, capacidad y comprensión. Médico, profesor de la Facultad de Medicina, político, tuvo a pesar de sus múltiples actividades el tiempo necesario para dedicar al club un tiempo preciso que habla bien claro de su capacidad.

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DOS CAMPAÑAS MEMORABLES EN 1915 En el campeonato "Vila" de la Liga Rosarina de Fútbol correspondiente al año 1915, el equipo superior de Rosario Central tuvo en contra solamente cuatro goles, mientras que en su favor conquistó una cifra récord de 104 lo que deja establecida por una parte la eficiencia de su línea de ataque y por la otra la magnífica potencialidad de su defensa. Ese mismo cuadro, campeón rosarino de 1915 conquistó posteriormente el título de campeón argentino al vencer al Racing Club por la Copa "Dr. Carlos Ibarguren" y estaba integrado con R. Moyano, Z. Díaz, J. R. Rota, E. Rigotti, E. Blanco, J. Perazzo, J. M. Barbieri, A. Blanco, J. Laiolo, E. Hayes y A. Woodward. Rosario Central Rosario Central Rosario Central Rosario Central Rosario Central Rosario Central Rosario Central Rosario Central Rosario Central Rosario Central Rosario Central Rosario Central Rosario Central Rosario Central Rosario Central Rosario Central Rosario Central Rosario Central Rosario Central Rosario Central

10 G. y Esgrima 0 G.P G. y Esgrima P.P. 2 Belgrano 0 9 Belgrano 0 0 Rosario Atlético 0 6 Rosario Atlético 0 5 Tiro Federal 0 3 Tiro Federal 0 3 Central Córdoba 0 4 Central Córdoba 2 6 Newell's Old Boys 0 6 Newell's Old Boys 0 2 Nacional 0 11 Nacional 0 5 Sparta 0 3 Sparta 0 6 Provincial 0 2 Provincial 0 9 Atlantic Sportsman 0 12 Atlantic Sportsman 0

Solamente en dos partidos fue vencida la valla de Rosario Central. En la primera rueda en dos oportunidades con Belgrano en un match que resultó empatado y en la segunda cuando derrotó a Central Córdoba por 4 a 2.

EL “CHUECO” PERAZZO Jacinto Perazzo fue titular del equipo superior de Rosario Central en una de las épocas más brillantes del club y que están comprendidas entre los años 1915 y 1919, durante la cual mantuvo en realidad una situación de superioridad dentro del fútbol rosarino. El "Chueco" Perazzo era de esos jugadores que se entregaban por completo a su club. Jugaba con todo el corazón y con un entusiasmo invariable. Un día nos decía: - Es cierto que en aquellos tiempos no había fútbol rentado y que los jugadores no recibíamos las grandes recompensas que tienen en la actualidad. Pero entonces, un triunfo sobre Newell's Old Boys, por ejemplo, nos proporcionaba una satisfacción tan grande que no sería compensado con el mejor de los premios en efectivo del presente... Y Perazzo no fue solamente el jugador de Rosario Central, es decir, el hombre que 41


responde únicamente dentro de su equipo por circunstancias especiales. Sino que fue llamado a integrar equipos rosarinos y se le ha visto jugando junto con los Jhonston, Eduardo Blanco, Mulhall, Ballart, Revilla, habiendo constituido en los últimos años de actuación un terceto de garra en los combinados rosarinos: era Charolín, Salcedo y Perazzo. Campeón rosarino en varias temporadas, integró el cuadro de Rosario Central que en 1915 ganó al Racing la final por la copa Ibarguren. Perazzo ha seguido, en su retiro de la práctica del fútbol, viviendo junto a las actividades de Rosario Central y domingo tras domingo lo encontramos en un cargo de control en el estadio de Arroyito.

EN 1916 Hemos destacado la brillante campaña del cuadro de Rosario Central, que obtuvo, invicto, en el año 1915 el campeonato oficial que patrocinaba la Liga Rosarina. Esa hazaña fue repetida en el año 1916 con una campaña aún más destacada. El conjunto auriazul, invicto también, ganó la Copa "Vila" habiendo empatado un sólo encuentro frente a Tiro Federal, y logrando en su favor 60 goles y solamente ocho en contra. Posteriormente se adjudicó el campeonato Eliminatorio por la Copa "Damas de Caridad", que realizaba la Liga Rosarina al final de la temporada. Y en aquellos años se disputaban aún las Copas Competencia y de Honor con la intervención de equipos de Buenos Aires, Montevideo y Rosario, habiendo llegado Rosario Central a la final en ambos torneos, y si bien perdió los dos encuentros decisivos, no puede dejar de señalarse los extraordinario de sus campañas. Haremos así un rápida referencia de esos encuentros. Por la Copa de Honor jugó la final con Nacional de Montevideo y siendo vencido por 6 tantos contra 1, tras una falsa perfomance, habiendo formado los cuadros de la siguiente manera: Rosario Central: Adsbury; Z. Díaz e I. R. Rota; Rigotti, E. Blanco y Perazzo; A. Blanco, Laiolo, H. Hayes y C. Woodward. Nacional: Demarchi; Pesquera y Foglino; Del Cioppo, Porte y Vanzino; Bracchi, H. Scarpone, Romano, C. Scarone y Somma. Poco tiempo después del 24 de diciembre, en la cancha del Rácing en Avellaneda, Rosario Central jugaba el match decisivo del campeonato de Competencia. Fue también frente a un cuadro uruguayo, pero esta vez su gran amigo, Peñarol. El partido se definió en favor de Peñarol por 3 a 0, pero un cronista de la época dijo en un comentario: "Rosario Central actuó con una mala suerte a toda prueba, revelada en múltiples ocasiones en las cuales sólo la casualidad evitó más de contraste a los visitantes. Los cuadros en este match se alistaron así: Rosario Central: Niblo; Z. Díaz, e I. R. Rota; Rigotti, E. Blanco y Perazzo; A. Blanco, Laiolo, H. Hayes, E. Hayes y Ramírez. Peñarol: Chery; Rímolo y Varela; Pacheco, Harley y Savio; Pérez, Viola, Piendibene, Gradín y Cámpolo. Ese cuadro había ganado a comienzos de 1916 la Copa Ibarguren correspondiente a 1915. Y como Rosario Central y Rácing ganaron nuevamente los campeonatos porteños y rosarinos, en el mes de diciembre se midieron nuevamente poniendo en juego la Copa Ibarguren. Racing consiguió en esta oportunidad un desquite de la derrota sufrida anteriormente, ya que se impuso categóricamente por 6 tantos contra 0. La alineación de los cuadros fue la siguiente: Rosario Central: Niblo; Z. Díaz e I. R. Rota; Rigotti, E. Blanco y Perazzo; A. Blanco, Laiolo, H. Hayes, E. Hayes y Ramírez. Rácing: Arduino; Ohaco y Reyes; Viazzi, Olazar y Pepe; Canavery, Vivaldo, Marcovecchio, Hospital y J. N. Perinetti.

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Nos hemos referido pues a tres contrastes consecutivos experimentados por Rosario Central en el transcurso del mes de diciembre de 1916. Derrotas que no fueron todas lógicas, pero que, como quiera que sea, señalaban al conjunto auriazul compartiendo con Peñarol, Nacional y Rácing el privilegio de ser los mejores cuadros de fútbol del Río de la Plata.

Equipo de Rosario Central que se cubrió de gloria en las temporadas de 1915 y 1916: Moyano; Z. Díaz y Rota; Rigotti, E. Blanco y Perazzo; A. Blanco, A. Woodward, H. Hayes, E. Hayes y Ramírez.

UN GOL QUE SE HIZO PREPOTENCIA En 1911, en un match jugado en la 2º rueda frente a Provincial, en el estadio del Parque, Rosario Central encontró una tenaz resistencia. Se estaba ya jugando el último cuarto de hora y el "score" se mantenía en blanco pese a la ofensiva sin tregua de los auriazules. Se habían colocado en forma decidida en el ataque que la línea media de Rosario Central se encontraba colocada dentro del cuadro grande de los rojos, pero por más tentativas que se hacían la pelota no trasponía la línea del gol, hasta que en una de esas Juan Díaz se encontraba a la expectativa cuando venía un rechazo corto, y entonces fue violentamente empujado por su hermano Zenón que de esta manera le hizo rematar inesperadamente y anotar el primer gol de la tarde. En verdad no se sabría a quién acordar el gol; si a Juan o Zenón Díaz. Al final, Rosario Central ganó por 3 a 0.

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Uno de los excelentes conjuntos que brindó éxitos significativos a la institución. De izquierda a derecha: Miguel, Park, P. M. Clarke, Guaraglia, H. Hayes, A. Blanco, F. Sarasíbar, E. Hayes, J. Rota, O. J. Díaz y J. Perazzo.

LAS INFORMACIONES EN EL ESTADIO Rosario Central paso a paso fue colocándose a la altura a que lógicamente debía pretender merced a su honrosa tradición y prestigio. No ha descuidado ningún motivo de progreso. Hace tres años instaló en su estadio del barrio Lisandro de la Torre, un moderno equipo sonora para la propalación de música e informaciones, con motivo de los encuentros realizados en su field. Es encargado del transmisor un entusiasta asociado del club y conocido locutor cerealista, Roberto Catáneo, quien ejerce sus funciones con eficiencia y celo. Se completan las informaciones, desde la incorporación del equipo a la Asociación del Fútbol Argentino, con el tablero anunciador de "Alumni". De tal suerte que los aficionados, mientras asisten al match pueden estar al tanto de lo que va ocurriendo en otros focos deportivos.

UN GESTO DE LOS CHARRÚAS Central Córdoba, de acuerdo a ciertas referencias, consiguió vencer por primera vez a Rosario Central allá por 1917 en un match efectuado en la cancha de Villa Sanguinetti. Fue una lucha emocionante y de gran interés. Los parciales "charrúas" festejaron ruidosamente la conquista, sobre todo teniendo en cuenta que se imponían por vez primera a un cuadro como Rosario Central que ya tenían escritas páginas de gloria en su vida futbolística y ganando un gran concepto dentro del deporte argentino. Frente a la puerta de acceso de los vestuarios, por las calles Castellanos y Catamarca, los socios de Central Córdoba esperaban la salida de sus jugadores, cuando entonces asomó la figura de Zenón Díaz, con su valija, avanzando entristecido por el contraste. Primero fueron unos aplausos para el gran zaguero internacional que éste respondió con su habitual cordialidad, pero en seguida lo alzaron en andas y los socios de Central Córdoba lo llevaron a Zenón Díaz así hasta su casa, situada por calle Catamarca.

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LOS GRANDES CRACKS DE ROSARIO CENTRAL Zenón Díaz fue el primer representante que el fútbol rosarino tuvo en los equipos internacionales. Zenón Díaz es una reliquia viviente del fútbol argentino. fue el futboler más popular de su época, como lo fueron Harry Hayes y José Viale. Pero algo había en la estampa de ese "negro" macanudo, que lo distinguía con caracteres propios y le permitía sobresalir por encima de quienes como él hacían del deporte un verdadero culto. Es que ese criollo de pura cepa, supo asimilar bien pronto, y aún superar, las enseñanzas de los "pioneers" británicos que nos trajeron el juego de la redonda. Zenón Díaz fue un atleta completo, jugador de la ronda criolla - en otra página hallará el lector una nota con respecto al descubrimiento que hicieron de él Jackson y Green - practicó también el atletismo, lanzamientos y saltos fueron su especialidad, adjudicándose numerosos premios en torneos importantes. Mas sus grandes triunfos los consiguió en el fútbol. Fue el primer representante que el fútbol rosarino tuvo en los teams internacionales.

DOCE AÑOS ZAGUERO INTERNACIONAL Zenón Díaz fue un un player excepcional. Jugó el primer match internacional integrando el combinado rosarino que el 16 de junio de 1905 disputó el match en Plaza Jewell contra el Notthinghan Forest y realizó su última actuación del mismo carácter frente a los uruguayos, por la copa Asociación Argentina, el 9 de julio de 1917, en el field de Gimnasia y Esgrima, en nuestra ciudad. En aquel partido contra el Nothinghan Forest integraron el seleccionado rosarino exclusivamente jugadores de Rosario Central y Atlético del Rosario. Recordemos la alineación del plantel: Norris (R.C.); Z. Díaz (R.C.), y R. Stuart (R.C.); A. Ginochio (R.C.), R. O. Le Bas (A.) y C. H. Nissen (R.C.); S. O. Le Bas (A.), D. Green (R.C.), W. Kellerd (R.C.), A. O. Le Bas (A.) y W. Stocks (A.) Después formó pareja con J. G. Brown cuando en 1906 los argentinos vencieron a los uruguayos por 2 a 0 en Montevideo, por la copa Lipion. Intervino también en los encuentros por la copa Newton, Gran Premio de Honor Ministerio de Justicia e Instrucción Pública de la Argentina, Gran Premio de Honor Ministerio de Justicia e Instrucción Pública del Uruguay y copa Asociación Argentina. Fueron también numerosas sus actuaciones como jugador interprovincial. Con Ignacio R. Rota, su gran compañero del primer equipo auriazul, formó la zaga del combinado rosarino que derrotó al seleccionado porteño en el primer partido por la copa Reyna, el 9 de junio de 1912. Rosario ganó el encuentro por cuatro goles contra tres y el plantel estaba integrado de la siguiente manera: Osuna; Z. Díaz y Rota; J. Díaz, C. González y P. Molina; C. Grieshaber, M. P. González, G. Dannhaber, H. Hayes y J. Viale. Disputó también vistiendo la casaca rosarina las copas Rosario (Culaciati), Ibarguren, Liga Cordobesa, Competencia y de Honor Cusenier. Jugando partidos internacionales, ya en los combinados de la Liga Argentina o en los de la Liga Rosarina, fueron sus compañeros de zaga, además de los nombrados, Armando Reyes, Reparaz, Varni, R. Bordabehere, Rota y F. Sarasíbar. En cotejos interprovinciales Rota, R. H. Roberts, Sarasíbar y F. Bearzotti. Grandes satisfacciones han experimentado Zenón Díaz en su brillante carrera deportiva, excepcional por distintos conceptos. Entre ellos cuando en 1916 integró el equipo de Rosario Central que en Buenos Aires venció a Rácing, por 3 a 1, el día 30 de abril, clasificándose campeón argentino en la disputa de la copa Ibarguren correspondiente a la temporada 1915. Zenón Díaz ha sido uno de los futbolers más queridos por la afición deportiva no ya de esta ciudad sino del país. En Buenos Aires, después de consagrarse entre nosotros, alcanzó amplia notoriedad. El cariño de los deportistas de la primera hora se mantiene invariable. Han pasado los años, Zenón 45


ya dio vuelta el codo de los sesenta, pero ostenta un estado físico magnífico. Sus padres fueron centenarios. Espléndido exponente de una raza fuerte, es este criollo de pura cepa que fue el primer representante rosarino en los combinados internacionales.

HERMANOS EN EL CLUB Hay infinidad de familias que están ligadas a Rosario Central por lazos indestructibles a través de sus muchos años de vida. De esas familias han surgido numerosos jugadores, que el azar ha querido que en momentos dados formaran parte de su primer equipo dos hermanos, cuando no era otro parentesco el que los unía. Así tenemos que en los primeros tiempos, Ignacio Romeo y Juan Rota, Antonio y Eduardo Blanco, Juan y Zenón Díaz, Harry y Ennis Hayes, Paticio M. y José Clarke, Alfredo y Carlos Woodward, fueron puntales de la escuadra superior del club y lo mismo aconteció más luego, con Florencio y Félix Sarasíbar, Arturo y José Podestá, Luis y Esteban Indaco, Nazareno y Ramón Luna, hasta llegar a Aníbal y Humberto Maffei, ya en los últimos años. Entre esos player encontramos nombres que alcanzaron pública notoriedad y que en sus tiempos fueron figuras sobresalientes del fútbol argentino.

HARRY HAYES FUE EL MAESTRO DE UNA ESCUELA QUE HA PERDURADO EN EL FÚTBOL ROSARINO

Harry Hayes se inició en el fútbol siendo muy niño, viendo jugar los grandes matches del antiguo Central Argentino. Sus comienzos arrancan en un colegio inglés, donde se educó. Le contaba una vez al doctor Antonio Palacio Zino. - "En aquel tiempo tenía un tiro muy violento. Así lo acreditaban los vidrios y vidrieras de las inmediaciones... Nunca había jugado en partidos oficiales, cuando un día faltando un jugador en una tercera me

llamaron: ¡Harry desvístete! ¡Aquí hay uniforme, pero faltan botines de fútbol! ¡Arréglate nomás con los tuyos! (Siempre recuerda que llevaba unos zapatos amarillos). Y me pusieron de centro fordward. Yo no sé cómo estuve; lo cierto es que hice tres goles, que me aplaudieron, que a los tres meses pasé a segunda y que al año siguiente no solo actué en primera, sino que hasta me daba el lujo de llevar mi novia a los partidos..."

Han pasados 32 años. Desde 1907 hasta 1926 Harry Hayes defendió invariablemente la casaca auriazul. En la actualidad, su primogénito del mismo nombre y apellido, es centro fordward del primer equipo. Para reconstruir la vida deportiva de Harry Hayes, como en el caso de otros grandes jugadores que dio al fútbol argentino el club Rosario Central, sería preciso tiempo y espacio. Aquí sólo va un brochazo, para hacer justicia con el notable eje delantero internacional que durante largos años integró los combinados nacionales y defendió los colores de la Liga Rosarina en encuentros interprovinciales. El fútbol rosarino tuvo en el difícil puesto figuras excepcionales: Harry Hayes, Guillermo Dannhaber, Atilio Bodalini, Gabino Sosa, Sebastián Guzmán. Entre todos -sin intentar comparaciones que pueden resultar odiosas- la figura de Harry Hayes surge con caracteres propios. Se agiganta a través del tiempo. A nadie como a él le tocó en suerte, merced a sus excelentes aptitudes, actuar en tantos encuentros 46


internacionales. La carrera deportiva de Gabino Sosa -el brillante internacional- fue de más larga duración, no menos ejemplar y magnífica, pero sin las proyecciones, posiblemente, del gran delantero auriazul. El primer encuentro importante que oficialmente jugó Hayes, fue en el equipo superior de Rosario Central que se midiera con Belgrano, en Buenos Aires. Perdió el cuadro rosarino por 4 a 3. No tardó en consagrarse al integrar el combinado nacional que por el campeonato sudamericano derrotó a los chilenos por 3 a 1 en Buenos Aires. Más tarde jugó en el seleccionado frente al "Swindon Town" y fue entonces que los juicios de la prensa deportiva elogiaron sus brillantes condiciones. Una prueba de la capacidad de Harry Hayes la da el hecho de que, en diez años, hasta 1917 solamente, su mejor época, fue cuarenta veces internacional e interprovincial. Harry Hayes fue realmente un jugador extraordinario. Él fue iniciador y mejor maestro de una escuela que ha perdurado en el fútbol rosarino a través del tiempo. Su característica, el pase corto, la gambeta estilizada, sin descuidar el efectivismo, rubricó el virtuosismo de nuestro fútbol, que ganó así fama y prestigio en el país y en el extranjero. De modalidad propia, se le veía tomar la pelota en el centro de la cancha, gacha la cabeza, y eludir, en breves zig-zags a toda una defensa. Sus goles, de gran factura, amagando a un costado para vencer al guardavalla por el lado opuesto, hicieron época. Harry Hayes fue más tarde, cuando se hubo retirado del fútbol activo, excelente consejero dentro de la institución que durante largos años lo contó en sus filas, y ocupó también el cargo de entrenador de la Liga Rosarina de Fútbol. Precisamente el lector lo verán en su puesto en el gráfico que en otro lugar de la revista ilustra una página donde se recuerda la visita del Barcelona, cuando Luis Indaco le enseño la "chilena" al mago Samitier.

ANTONIO BLANCO Jugaba indistintamente de wing e insider derecho. Antonio Blanco fue uno de esos futbolistas a quien puede ponerse como modelo a los players de todas las épocas. No solamente por sus habilidades, que era muchas. Antonio Blanco practicaba un fútbol estilizado, que posteriormente tuvo en nuestro medio grandes cultores como H. Libonatti, O. Goicoechea, L. Indaco. De un físico que por cierto no era imponente, disponía de tantos recursos que cuando entraba en poder de la pelota ejercía un control poco menos que absoluto. Y cuando tenía que llegar al remate, pues él no se excedía en individualismos que perjudicaban al equipo, empleaba un shot de una potencialidad y precisión que se constituían en una sorpresa. Pero aparte de sus grandes condiciones de jugador, poseía ese don de ser un gran deportista. Siempre correcto, no protestaba nunca; su caballerosidad se puso en evidencia en infinidad de oportunidades. Ganó así un magnífico concepto entre sus compañeros y adversarios. En 1915 comenzó a actuar en los combinados rosarinos. Pero su campaña le tenía reservados otros triunfos y satisfacciones. Fue al campeonato sudamericano de 1917 jugado en Montevideo integrando el seleccionado argentino, en el cual formó en distintas oportunidades alternando con hombres de la talla de Isola, Reyes, Mattozzi, Olazar, Pepe, Calomino, Ohaco, Juan N. Perinetti, Castagnola, etc. Invariablemente defendió la casaca de Rosario Central y cuando abandonó la práctica del fútbol se dedicó al referato donde nunca se le pudo reprochar de apartarse de la corrección que fue su norma en todas las canchas que pisó.

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PEDIDO DESDE CÓRDOBA En 1904, el Córdoba Athletic Club invitó a Rosario Central para que se trasladara a la docta a fin de sostener un encuentro de carácter amistoso. Aceptó el club rosarino, y en conocimiento de esta visita, el Club Central Córdoba, también de aquella ciudad, con fecha 18 de agosto remitió a Rosario Central una nota en la que pedía que el team se quedara un día más, a efectos de jugar un match con su equipo. Ya en aquel entonces, interesaban los cotejos con el club que a poco se constituyó en uno de los más prestigiosos del país.

“DANNY” GREEN, FIGURA INTERNACIONAL DE LA PRIMERA ÉPOCA Daniel Green es socio honorario del Club A. Rosario Central. Se lo conoce cariñosamente por Danny Green, a secas. Cuando solamente tenía ocho años, seguía a los equipos del Central Argentino que practicaban fútbol. En una escuela inglesa que funcionaba en la calles Paraguay y Urquiza, el maestro dedicaba algunos días de la semana a la enseñanza de este deporte y a tales efectos los alumnos se trasladaban a Plaza Jewell. Siguiendo a su hermano don Miguel Green, que tenía cargos directivos dentro del club, "Danny" se convirtió poco después en un alto valor de la entidad del barrio Talleres, actuando indistintamente en cualquiera de los puestos de la línea de ataque. Cuando en 1905 vino a Rosario Central el Nottingham Forest, fueron jugadores de Rosario Central y Atlético del Rosario los que constituyeron la primera selección Rosarina. La nota que entonces se le envió a Danny Green, que ésta aún conserva como recuerdo de su primer match internacional, dice así: "Rosario, junio 13 de 1905. - D. Green. Presente. Muy señor mío: Sírvase tomar nota que Ud. ha sido designado por la Comisión de selección de fútbol para jugar por Rosario contra Nottingham Forest el viernes 16 del actual en Plaza Jewell. El partido dará comienzo a las 3 horas p.m." "Rosario jugará con camisetas blanca y pantalones azules." "En caso de serle imposible aceptar la designación, sírvase avisarme a la mayor brevedad posible. (Fdo.) S. S. R. W. O. Le Bas." "Danny" Green siguió vinculado por muchos años a Rosario Central. Cuando nuevos valores surgieron con mayor capacidad para actuar en el equipo superior, él no tuvo reparos, pese a su carácter de player internacional, de pasar a actuar en segunda división, donde continuó practicando fútbol con invariable entusiasmo. Años después, llamado por don Federico Flynn, pasó a formar parte de la C.D., precisamente cuando se decidió la construcción del estadio donde actualmente se encuentra ubicado. Alejado de la actividad, recuerda siempre al club que lo contó invariablemente en sus filas, viviendo ahora un tranquilo retiro en el barrio Alberdi, en una casita próxima a la pintoresca plaza Santos Dumont.

EL PRIMER MATCH: CONTRA LA TRIPULACIÓN DEL “BEAGLE” Nos contaba Enrique Hooper, hijo de don Tomás Hopper, uno de los fundadores de Rosario Central: El primer encuentro que disputó aquella entidad constituida con la denominación de Central Argentine Railway Athletic Club y que desde el primer momento también se le identificó con el nombre de "Talleres", fue entre el año 1890 y 1891. 48


Visitó entonces nuestra ciudad una nave de guerra inglesa, el "Beagle", y se concertó al poco tiempo un match entre la tripulación del mismo y los muchachos de "Talleres". El cuadro de la entidad que con el tiempo habría de llamarse Rosario Central, estuvo constituido por los siguientes jugadores: F. Barton; J. Postell y G. Camp; J. Muskett, J. Barton y T. King; L. Mc Lean, T. Muskett, M. Green, L. Mc Intoch y H. Hooper. Debemos señalar que la práctica del fútbol no se hacía en una forma realmente oficial ya que el club en su comienzos se dedicaba con preferencia al juego del cricket y los asociados que deseaban practicar aquel deporte los hacían en la filas del Club Atlético del Rosario. Esto podría decirse que fueron ensayos, ya que es indiscutible que la iniciación del fútbol, en una forma debidamente organizada, data del año 1903 que fue precisamente cuando la entidad tomó el nombre del Club A. Rosario Central.

PABLO MOLINA LO PARÓ UN DÍA A ISABELINO GRADÍN En el estadio de Arroyito muchas veces el lector habrá encontrado en uno de los puestos de control a Pablo Molina. Llegó en 1908 a Rosario Central y jugó en la 3ª división, ascendiendo ese mismo año a la categoría superior, vistiendo la casaca auriazul hasta 1918 en que pasó a Gimnasia y Esgrima por razones que no es el caso comentar en este momento. Pablo Molina fue siempre delgadito, y en aquella época en que el fútbol se jugaba haciendo alarde de más coraje que en la actualidad, el defensor de Rosario Central tuvo que hacer uso de recursos de habilidad para sobreponerse a la violencia de los más fuertes. Era tan puro el estilo de Pablo Molina que él resultaba incapaz de tomarse desquite del rival que procedía en forma enérgica. Pero estaba bien respaldado. Un día actuaban contra Provincial y Fontanarrosa jugada tras jugada lo mandaba a Molina fuera de la cancha y éste, entonces, casi llorando y teniendo en cuenta que era poco menos que un chiquilín le decía a Ignacio R. Rota: -¡Che, gordo, miralo!... Me está pegando... Y entonces Fontanarrosa tenía que aguantar de parte de Rota, lo que él le hacía a Molina. Pablo Molina sabe de gestos altruistas. Un ex coequiper ha caído enfermo y se ha organizado un partido a beneficio. El gran half internacional se ha subido a un tonel y reclama la adhesión popular. La afición, que sabe de los sacrificios de los players de la época amateur, responde ampliamente al llamado.

En 1912 Pablo Molina integró el combinado argentino que jugó con los uruguayos la Copa Newton en el estadio de Rácing Club. Integraban los equipos los siguientes jugadores: Argentinos: Wilson; Brown y Brown, Chiappe, Russ y Molina; Watson Hutton, Susán, Hayes, González y Viale. Uruguayos: Saporiti; Apesteguy y Benincasa; Pacheco, Durán y Foglino; Módena, Dacal, Piendibene, C. Scarone y Romano. El resultado fue un empate en tres goles. Al año siguiente, dividido el fútbol argentino, Pablo Molina formó en el cuadro de la Federación Argentina que jugó con la Federación Uruguaya en Montevideo perdiendo por 5 tantos contra 4. El último match internacional jugado por Pablo Molina fue hace 20 años, en el estadio de Gimnasia y Esgrima, frente a los uruguayos que ese día perdieron por 4 tantos a 1. 49


Cumplió Molina una notable actuación, pues encargado de custodiar la pareja que formaban Gradín y Pérez, consiguió anular por completo al famoso Isabelino que en aquella época estaba aún en pleno apogeo. Modesto, alegre siempre a pesar que la fortuna no le ha sonreído como se lo merecía, estar charlando con Pablo Molina recordando tiempos pasados es una cosa agradable pues es pintoresco en sus expresiones, como buen criollo, y precisamente su picardía y vivacidad, y un estilo característico, fueron las causas primordiales de su triunfo y consagración en el fútbol de la época de oro.

OCTAVIO J. DÍAZ, EL NÚMERO UNO DE LOS GUARDAVALLAS ROSARINOS DE TODOS LOS TIEMPOS Alcanzó como ninguno la mayor popularidad y prestigio. Numerosos guardavallas pasaron por los tres palos auriazules desde la época inicial de las actividades oficiales en el Club Rosario Central. Cuando en el año 1905 se disputó por primera vez el campeonato de segunda división al fundarse la Liga Rosarina de Fútbol, fue Norris el arquero del team representativo del glorioso instituto. Sucesivamente fueron desfilando Anderson, Cornejo, Pisso, Winn, Araujo (Q.E.P.D.), Serapio Acosta, Juan Bruno, Ramón Araujo, Trivella, Guillermo Nibio, Guillermo Adsbury (Q.E.P.D.), Fernández, Octavio J. Díaz, Pugliese, Scolari, De Marchi, Bray, Nadalutti, Casagrande, De Nicola, Palmero, Bonini, Monjo, Araiz y Martínez. De esa larga lista de excelentes guardapalos, Cornejo fue sin duda el mejor de los que actuaron en los primeros tiempos, hasta que surgió la gran figura de Serapio Acosta, cuyas notables atajadas se recuerdan con emoción. De cualquier manera y teniendo en cuenta que necesitaríamos un espacio considerable para referirnos particularmente a cada uno de ellos, es bueno señalar que todos exhibieron excelentes aptitudes y que fueron - algunos de los ya citados todavía lo son - entusiastas defensores de los colores auriazules.

OCTAVIO J. DÍAZ Decididamente, es Octavio J. Díaz la figura cumbre entre los guardavallas que tuvo Rosario Central. El número uno de los arqueros rosarinos de todos los tiempos. Nadie como él alcanzó tan extraordinaria popularidad y ninguno gustó de tantas satisfacciones deportivas, ya vistiendo la camiseta de Rosario Central o luciendo los colores de la Liga Rosarina de Fútbol o de los combinados nacionales. Su fama se consolidó mediante sus brillantes perfomances. Escribir la historia deportiva de este formidable guardavalla demandaría numerosas páginas. Su campaña está jalonada de recuerdos gratos. Recuerdos que están ligados a la vida misma de Rosario Central. Fue campeón rosarino varias veces, con el equipo de su club que ganó los campeonatos de la Liga Rosarina. Fue campeón argentino cuando el combinado de la entonces entidad matriz del fútbol local se clasificó vencedor en el año 1929, en aquel memorable match contra los tucumanos jugado en el field de River Plate. Y logró también el título de campeón sudamericano con el team argentino que en el año 1927 derrotara en Lima al seleccionado uruguayo en aquel 50


memorable match accidentado donde se armó la inolvidable tremolina entre Lorenzo Fernández y "doble ancho" Monti. Los nuestros se impusieron por tres goles a dos. Obtuvieron los tantos argentinos los players Seoane, Luna y Recanatini (penalty). El plantel campeón estaba integrado así: Octavio Díaz, Bidoglio y Recanatini; Evaristo, Zumelzú y Monti; Carricaberry, Maglio, M. Ferreyra, M. Seoane y S. Luna. Le estaba reservado a Octavio Díaz otro título aún de mayor importancia deportiva: el de vicecampeón olímpico. Fue en Amsterdam, en 1928. El equipo argentino, que había hecho méritos para ser el vencedor, cayó derrotado por el plantel uruguayo, que se clasificó campeón olímpico.

Anverso y reverso de la medalla ganada en Amsterdam cuando se clasificó vicecampeón olímpico. Octavio J. Díaz es de ascendencia netamente deportiva, hijo de un futboler, Juan Díaz. Sobrino de Zenón. Su padre solía reprenderlo. - Sos muy pachorriento. En el field hay que estar en continua actividad. El, que era todo nervio en la cancha, que se despedazaba frente, al contrario, que enajenaba sus mejores energías, no podía comprender cómo el cachorro le había salido tan tranquilo. La mamá tenía mucha fe. - Mirá, Juan, este va a ir lejos. Verás que se lo van a llevar a Europa. Desgraciadamente su padre no pudo ver cumplido el vaticinio de su señora esposa. Un año después de fallecer Juan Díaz, su hijo integraba el equipo de Boca Juniors que en 1925 realizará tan brillante gira por varias naciones del viejo mundo. Octavio Díaz paseó así el nombre de Rosario Central - era su genuino representante - por La Coruña, Madrid, Barcelona, Irún y Pamplona, de España. En Alemania por Francfort y Leipzig y en Francia por París. Tres años más tarde visitó Lisboa y Barcelona, integrando el seleccionado argentino que intervino en Amsterdam en el campeonato olímpico de fútbol. Ya hemos dicho que también jugó en Perú. Los públicos de otras naciones sudamericanas, Chile, Uruguay y Paraguay, conocieron la gran calidad de este notable guardavalla. Esa tranquilidad muy propia, que fue su principal característica, le permitió desarrollar una labor serena entre los palos. Unía a ello un gran golpe de vista, seguridad de manos y arrojo. Pero quizás su colocación en el arco le valió el éxito definitivo, pues lo cubría de tal manera que no era tarea fácil para los delanteros rivales, encontrar un claro por donde hacer colar la pelota en la red. Decididamente mucho se podría escribir sobre la brillante campaña de este gran futbolista. Pero no es posible dentro del espacio relativo de esta publicación, donde solamente van reflejados, en rápidas pinceladas, los aspectos salientes de la vida de un instituto deportivo.

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UN TRIÁNGULO FAMOSO Hubo una época en que el fútbol rosarino se mostraba potente en cuanto compromiso afrontaba. Figuras valiosas actuaban en nuestros campos y los espectáculos que en ella se desarrollaban, llevaban el sello inconfundible de la capacidad alcanzada por nuestros futbolistas. En esa época, fue, precisamente, cuando brillaron con caracteres netos tres hombres que honraban la casaca que vistieron. Esos tres hombres fueron Octavio Díaz, Francisco De Cicco, y Juan González, guardavalla y backs de la escuadra superior de Rosario Central. Aún se recuerdan las performances que cumplieron, no sólo en la defensa de los prestigios del club al que pertenecían, sino también del popular deporte local. Eran los candidatos obligados a integrar las selecciones rosarinas y siempre acusaron desempeños magníficos. En el arco, la habilidad serena de Octavio, le permitía maravillar a los espectadores, en tanto que desde su puesto sabía conducir a sus compañeros con voces de mando, como un estratega insuperable, para que De Cicco y González rindieran el máximo de sus capacidades. Habían llegado a compenetrarse tan bien que sus desempeños siempre felices, habían llegado a convertirse en cosa común. Fueron quienes integraron el equipo de la ex Liga Rosarina de Fútbol, que en 1929 se adjudicó el campeonato argentino y este solo antecedente, si no existieran otros valiosos, serviría para enaltecer los méritos de esos tres jugadores, que son recordados con cariño por la gran cantidad de simpatizantes con que cuenta el Club Atlético Rosario Central.

Octavio J. Díaz, Francisco de Cicco y Juan González

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FLORENCIO SARASÍBAR

Florencio y Félix Sarasíbar, los hermanos que en épocas pasadas jugaban brillantemente en Rosario Central. Actualmente es Florencio director técnico del equipo superior. ¡Florencio! ¡Florencio! era el grito que estremecía el espacio, cuando su figura recta y serena surgía alejando el peligro que se cernía sobre la valla del club. Y ya apareciera o abandonara el field, las mejores palmas eran para él. Lo eran porque su presencia en la defensa auriazul fue siempre una garantía de seguridad y un ejemplo de corrección deportiva. Con este comportamiento se granjeó las simpatías generales y los que recuerdan sus actuaciones sobresalientes, no pueden dejar de reconocer que Florencio Sarasíbar fue de los mejores zagueros que surgieron en los campos, no sólo rosarinos, sino de todo el país, precisamente en una época en que los había en elevada proporción y condiciones brillantes. Como se le quería enormemente, llegó a llamársele por el nombre de pila solamente y lo que en principio fue obra de la familiaridad, se convirtió en popularidad. No se le conoció más que por Florencio y cada vez que se le citaba, el apellido quedaba relegado a un segundo término. ¡Florencio! ¡Florencio! se coreaba desde los cuatro costados de la cancha cuando había que ejecutar un tiro libre o un penalty-kick. Así se hacía, por cuanto se sabía que en la extraordinaria potencia de su shot estaba depositada mejor que en ningún otro player la esperanza del gol que podría ser el origen de un triunfo más de Rosario Central.

ACTUACIÓN COMO INTERNACIONAL Sarasíbar fue internacional en numerosas oportunidades. Algunas veces vistiendo la casa de Rosario Central; otras formando en los combinados rosarinos y en dos oportunidades vistiendo los colores argentinos. Estas dos ocasiones, las de más importancia por el compromiso que se asumía, fueron en el año 1922. Una vez frente al conjunto Checoslovaco que tan magnífica campaña desarrollara en las canchas argentinas y posteriormente cuando formó parte de la delegación nacional que concurrió al Campeonato Sudamericano jugado en Río de Janeiro. La pareja titular estaba integrada por A. Celli y P. Castoldi, pero Florencio formó pareja con el "alemán" en el partido que jugaron con los brasileños y que los nuestros perdieron por 2 a 0.

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HABÍA QUE VER AL SUD ÁFRICA Por eso cedió los puntos una segunda de Newell's Old Boys. En el año 1906 visitó nuestro país el equipo del Sud África y jugó en Rosario, también. Como el día en que actuó en nuestra ciudad coincidía con el que debían medirse las segundas "A" de Rosario Central y "C" de Newell's Old Boys, el capitán de esta última, además de confesar su inferioridad, cedió los puntos a aquéllas, hecho que notificó mediante una carta cuyo contenido reproducimos: "Rosario, junio 30 de 1906. - Señor N. Canton, capitán del 2º team "A" del Rosario Central, Rosario. Muy señor mío: El motivo de la presente es avisarle a Ud. que el team "C" de Newell's Old Boys ha resuelto cederle los puntos correspondientes al match que se debería jugar mañana, por dos razones: primero, por ser demasiado débiles para poder competir con Uds., y además que vienen los sudafricanos, y como supongo que Uds. estarán ansiosos de ir a verlos igual que nosotros, resolví tomar la arriba mencionada medida. Sin otro motivo saluda atte. S.S.S. - (Fdo.) PERCY BISSON, capitán".

IGNACIO ROTA Y JUAN ROTA Así como los hermanos Zenón y Juan Díaz; Harry y Ennys Hayes: Antonio y Eduardo Blanco; tienen ganado un hondo afecto dentro del Club A. Rosario Central por haber contribuido en forma destacada a su afianzamiento en los momentos más difíciles de la entidad, también los hermanos Ignacio Romeo y Juan Rota figuran en el mismo plano que los anteriores. Don Ignacio R. Rota, actualmente comisario de la seccional 9º, formó pareja con Zenón Díaz en una época singularmente brillante del fútbol argentino. Unidos por lazos de parentesco, había entre ellos una gran amistad que contribuyó también a su entendimiento en las canchas. El "Chueco" y el "Gordo", así lo distinguían hasta sus familiares, nos referimos a Zenón Díaz e Ignacio R. Rota, salían juntos para la cancha y regresaban juntos. Alegres y bulliciosos cuando se había triunfado. Tristes y silenciosos cuando se perdía... Ignacio R. Rota actuó por más de una década en el primer equipo de Rosario Central. Inició su campaña en el año 1907 y se despidió del fútbol en 1918 después de haber lucido en varias oportunidades el título de campeón rosarino y haber logrado, a comienzos de ese año, el campeonato argentino correspondiente a la temporada de 1915, venciendo al Racing en una final memorable. Rota fue zaguero fuerte, animoso, sin desfallecimientos, de múltiples recursos y sobre todo invariablemente dispuesto para defender los colores de su club. Cuando se retiró del fútbol, sirvió a la entidad en cuyas filas se formara como dirigente o integrando diversas sub-comisiones. Fue, también referee de la Liga Rosarina y posteriormente de la Asociación Profesional y puede decirse sin miedo a equivocarse que resultó uno de los árbitros más capaces y respetado en las canchas rosarinas. Su hermano Juan llegó poco después al círculo privilegiado. No tuvo una actuación tan prolongada como Ignacio. Desde 1920 a 1922 se le vio defendiendo la casa auriazul actuando con igual eficiencia en los puestos de zaguero y centre-half. No desmintió los prestigios de su predecesor y en muchas jornadas ratificó su clase como futbolista y en especial modo un cariño inmenso por Rosario Central. Debía seguir los pasos de su hermano mayor y cuando abandonó el fútbol se inscribió como referee y también se destacó por sus amplios conocimientos. Juan Rota ha sido, y podría continuar siendo, uno de los mejores árbitros rosarinos. 54


Un día, no hace mucho tiempo, hablando de Rosario Central y de los hombres que han estado invariablemente bajo su bandera, no decía don Ignacio: - Vea, amigo, a los Díaz, los Hayes, los Blanco y los Rota, no los encontrará usted en el fútbol si no está vinculados a algo que pertenezca al Club A. Rosario Central...

ENNIS Ernesto Hayes, conocido por la afición con su nombre en inglés, Ennis, llegó por momentos a equiparar la popularidad y el prestigio de su hermano Harry. Inició su carrera más tarde y formó al lado del gran centre-forward y actuando indistintamente de insider derecho o izquierdo. Ennis no alcanzó la gloria dentro del fútbol porque llevaba un apellido ya popularizado, ni perdió personalidad al encontrarse colocado al lado de su hermano. Se consagró por sus propias cualidades. Había en ciertos aspectos similitud entre el juego de Harry y Ennis, pero a veces existía entre ambos un abismo de diferencia. No porque uno de ellos defeccionara, sino que en sus distintos aspectos cada uno le daba a su acción atractivos particulares. Ennis, forward rosarino primero y en seguida, durante muchos años, integrante de los combinados argentinos, era un delantero científico. Hacía un fútbol inteligente y productivo. De cuerpo delgado, dispuso siempre de infinidad de recursos para burlar a las defensas reacias que hubo en otros tiempos. Hasta podríamos decir que se excedió en la medida. Fue el precursor de las grandes "cachadas" en el fútbol. Harry no hubiera hecho nunca lo que hizo Ennis en un partido en que después de gambetear a todos los contrarios, se sentó arriba de la pelota antes de convertir el goal. Y esto lo repitió más de una vez, entre sus "mil y una" mañas del fútbol. El público rosarino lo admiró y aplaudió. Lo mismo hizo el de Bs. Aires en la infinidad de veces que lo vieron vestir la casaca celeste y blanca de los grandes encuentros internacionales. Y Ennis, de esa manera, ha pasado al rico historial del fútbol argentino, junto a los más grandes valores que tuvo este deporte.

El gran delantero auriazul que en 1916 integró el seleccionado argentino que derrotó a los uruguayos por 7 a 2 en un match a beneficio del Círculo de Prensa de Buenos Aires. Es este el "score" máximo obtenido frente a los uruguayos.

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EL PEQUEÑÍN QUE NO HA DE OLVIDAR EL “DIVINO” ZAMORA Ha sido Antonio Miguel una de las figuras más simpáticas del fútbol argentino. Su reducida estatura y esa particularidad en la práctica del popular deporte con sus recursos extraordinarios que tenían una gran parte de maestría, aunque muchas veces el público las festejó por lo pintoresco. Un ascenso rápido tuvo hacia el círculo privilegiado. Iniciado en la 5º división de Embarcadero, en 1913, al año siguiente estuvo en el primer equipo u en una tarde excepcional. Había jugado a la mañana en la cuarta división de Embarcadero que venció a Rosario Central, por 3 a 1 y Miguel le anotó precisamente dos goles a Octavio Díaz que defendía la valla de Rosario Central. Por la tarde jugó en la 3º división y a continuación se alistó en el primer equipo, precisamente en el día en que hacían su debut en Gimnasia y Esgrima los hermanos Celli y Atilio Badalini. Embarcadero ganó ese día por 1 a 0 y el gol lo hizo Miguel. Desde 1917 el popular "Petiso", a quien encontramos todos los días atendiendo su quiosco de diarios y revistas en la esquina de San Martín y San Juan, pertenece a Rosario Central donde empezó actuando de centre-forward pues Harry Hayes se encontraba lesionado y lo hacía militando junto a elementos como Ennis Hayes, Woodward, Flynn, Blanco, etc. A partir de ese momento Antonio Miguel habría de tener, año tras año, numerosas satisfacciones a la par que contribuía al prestigio de R. Central. Ha participado Antonio Miguel en cuatro campeonatos sudamericanos. El primero fue en 1920 cuando fue a Chile. En 1923 y 1925 concurrió a Montevideo y cerró su actuación en el año 1926 volviendo a Chile. Debemos agregar que en 1922 había sido designado para ir a Río de Janeiro, pero por causas que no viene al caso comentar no pudo integrar la delegación. Intervino también en numerosos seleccionados argentinos siendo aproximadamente cuarenta los partidos que jugó defendiendo la casaca nacional, actuando en todas esas oportunidades en distintas plazas de la línea de ataque desempeñándose con igual eficacia en cualquier puesto. Vino el "Divino" Zamora a Rosario en 1926. Recordamos que el Real Deportivo Español se presentó en la cancha de Newell’s Old Boys frente al seleccionado rosarino que lo venció por 3 tantos a 0. El ataque local estaba formado por Peruch, H. Libonatti, Sosa, Miguel y García, y fue tal la superioridad técnica, tanto el malabarismo de fútbol que se hizo, sobre todo a cargo de Miguel, que los aficionados que estaban detrás del arco de Zamora oyeron cuando el "Divino" gritaba a sus compañeros: - ¡Cuida al pequeñín! ¡cuida al pequeñín!. Ese día Miguel anotó dos goles. La última vez que Miguel vistió la casaca nacional fue en 1928 y también frente a un conjunto español: el Real Madrid. El partido se jugó en la cancha del Racing Club y los argentinos ganaron por 2 a 1 habiendo convertido nuestro player el gol del triunfo. En Rosario Central jugó hasta 1930, año este de grata recordación, pues el equipo auriazul conquistó una vez más el título de campeón, cuando Miguel estaba ya al ocaso de su carrera deportiva. Una vida de satisfacciones, triunfos y que ahora recuerda con cariño cobijado siempre bajo los pliegues de la bandera azul y oro.

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EL MONITO “FRANCIA” En tres épocas distintas el fútbol argentino ha tenido otro tantos punteros izquierdos notables: José Viale, Juan Francia y Enrique García. "Pinoto" era de la época de oro; el "chueco" García de la actual y el "Mono" Francia de aquella época depurada, del fútbol estilizado y de alta calidad, que se inició por el 1915. Sus antecesores habían sido Viale, Juan N. Perinetti, Plimeni hasta que un día, tras de haber integrado ya los seleccionados rosarinos, fue requerido para integrar el equipo argentino, debutando contra los tradicionales rivales, los uruguayos. En 1922, Francia integró la representación argentina que intervino en el campeonato sudamericano efectuado en Río de Janeiro y ese mismo año, en San Pablo, jugó la copa "Roca" frente a los brasileños. Juan Francia tenía características propias. Poseía una infinidad de recursos. El público, en todas partes que actuó, lo admiró por esas condiciones, la rapidez en sus desplazamientos y la colocación de centros matemáticos. Esto cuando no finalizaba una carga con esos formidables shots cruzados lanzados desde un ángulo que parecía imposible se fueran a convertir en goles. Después esa habilidad extraordinaria que tenía cuando el defensor contrario lo arrinconaba en la esquina de la cancha. Francia, bien salía con la pelota o bien punteaba un córner que, por su precisión era un peligro para la valla contraria. Puede decirse que era una jugada esperada y los contrarios, por más que trataban de evitarlo, sorpresivamente se veían impulsando la pelota al córner. El "Monito" Francia, uno de los jugadores más bullangueros que tuvo el fútbol de Rosario, supo en cambio, ser extremadamente cuidadoso de su estado físico. Había declinado, poco menos que caído en el olvido, cuando se produjo su resurgimiento y volvió a integrar con éxito el primer equipo de Rosario Central formando pareja con Gerardo Rivas que ganó el campeonato local en 1930. Tenía 37 años cuando jugó su último match en primera división profesional y lo hizo vistiendo la casaca de Provincial. Ahora, con más de cuarenta años, todavía sabe vestir los pantalones cortos para jugar en algún partido de veteranos. ¡Y el "Mono" siempre es el "Mono! Pasan los años, pero cuando él está en la cancha se siente como cuando tenía veinte abriles y.… se hace presente el bullanguero por todos conocidos. Mientras tanto el público lo aplaude y se deleita con sus jugadas como en 1918.

BOTAFOGO Pudo haber sido una de las más grandes figuras del fútbol. Pero una tarde, el 1º de noviembre de 1918, durante una práctica interna se malogró a consecuencia de una lesión en la rodilla izquierda al tener un encontrón con Santucho. Eduardo Blanco, iniciado en el Club A. Rosario Central, elemento consecuente y que durante su actuación no faltó a un solo match oficial, ni amistoso, ni a los entrenamientos, había ascendido a primera división en el año 1915. Y después de haber jugado el tercer partido en la categoría privilegiada fue llamado para integrar el combinado rosarino en el puesto de centre-half y desde entonces, hasta la terminación de su campaña futbolística fue siempre el eje indiscutido de los seleccionados locales. Fue llamado – esto ocurrió también en el año 1918 – para integrar los seleccionados argentinos. Suplantaba en el equipo nacional nada menos que a Olazar, el gran valor del Racing Club. Se estaba 57


entonces frente a un elemento de tan notables condiciones que la consagración que Eduardo Blanco había obtenido primeramente en Rosario Central y luego en los conjuntos rosarinos, se hacía en efectividad indiscutida en la representación nacional. Cuando Eduardo Blanco dejó de jugar, tara esa lesión sufrida en el estadio auriazul, apenas contaba 21 años. Era un muchacho que no había llegado todavía a dar todo lo que de él podía esperarse. Y si sin esa experiencia que dan los años, había conseguido ya disputar a Olazar el puesto en los equipos argentinos ¡qué podría haber sido entonces Eduardo Blanco de no haber visto malograda su carrera futbolística! "Botafogo" ... Su dinamismo y sobre todo la notable vitalidad y rapidez de ese magnífico centre-half que era Eduardo Blanco, sirvió para que un grupo de amigos le identificaran con el seudónimo de "Botafogo". Surgió la idea entre un grupo de centralistas que se reunía en el café situado al lado del Teatro La Comedia: Rimini, Branjien, Pizoll, etc. Y lo consagraron un día que Rosario Central jugaba frente a Central Córdoba y en cuya oportunidad "Botafogo" tuvo una actuación brillante. Jugador correcto, tenía gran ascendencia entre los dirigentes de su club o de la Liga Rosarina. Un día, don Sebastián García, que era presidente de la Liga, le consultó sobre las condiciones de Gabino Sosa. Eduardo Blanco, incapaz de una acción que significara egoísmo, tuvo en seguida palabras de elogio para el entonces joven defensor "charrúa", y más tarde una de las glorias del fútbol argentino. Así debutó G. Sosa en los combinados rosarinos. Retirado de la práctica del fútbol, pasó a ser referee de la Liga Rosarina y posteriormente de la Asociación. Desde 1922 está inscripto en los registros locales y es en consecuencia uno de los árbitros más veteranos de nuestro medio. Como director de equipo experimentó una satisfacción muy grande. Llevó al triunfo al conjunto de Rosario Central en la temporada de 1930, o sea la última vez que el equipo auriazul disputó la Copa "Vila" pues al año siguiente se implantó el profesionalismo.

UN GRAN CENTRO MEDIO: JOSÉ FIORONI Sereno, bien colocado, atento a la acción del enemigo para sacar el mejor provecho posible, como certero en los quites de cabeza, agrandando su figura cuando más se le exigía, llegó en un momento dado a ser de los mejores centre-halfes argentinos. Su prestigio adquirió amplitud y el público de Rosario seguía con visible interés sus actuaciones, al extremo de que muchos partidarios de entidades rivales, sentían hacia él, una gran simpatía. Se le llamó "cabecita de oro", por la eficacia de su juego de cabeza y tuvo épocas felices en defensa de la camiseta de Rosario Central. Ese hombre fue José Fioroni, el otrora gran centre-half del club, posiblemente uno de los últimos grandes jugadores que en ese puesto pisaron las canchas rosarinas. Se le recuerda siempre, porque cuando vestía la casaca auriazul, siempre puso al servicio de ello un entusiasmo enorme y porque siempre fue de los que buscaron que su bando saliera triunfante, fuera quien fuera el adversario. En estos instantes en que la gran familia de Rosario Central conmemora un acontecimiento de significación para la vida del club, justo es rendir un homenaje a Fioroni, para que su nombre figure entre los más sobresalientes players que han actuado en el club, por cuanto él supo conquistarlo con aquellas performances recordadas y que no se borrarán de las mentes de quienes tuvieron la suerte de verlo jugar.

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VISITAS EN EL ESTADIO En toda época las autoridades de Rosario Central se ha preocupado particular y entusiastamente para ofrecer en los estadios de la entidad los espectáculos más interesantes que, aparte del fútbol, pudiera brindar a los aficionados y en modo especial a los asociados, momentos gratos e inolvidables. Por los fields auriazules han desfilado grandes figuras del deporte mundial. En otro orden de actividades ha visitado también los stadiums de la entidad, conocidos hombres públicos, que dieron en ocasión de importantes matchs del popular deporte, el puntapié inicial. En la canchas de Rosario Central, además del juego de la redonda se ha practicado el pedestrismo y se han realizado espectáculos de box y baseball. Hace uno años, cuando el gran pugilista Luis Angel Firpo trató de reanudar su carrera, visitó el estadio con motivo de jugarse un encuentro contra Racing. En el gráfico que ilustra esta página vemos al popular boxeador acompañado de los capitanes de ambas escuadras, antes de dar el puntapié inicial de la lucha. También hace unos años en el actual estadio se levantó un ring para presentar en una interesante reunión al fuerte pugilista vasco Paulino Uzcudum, quien efectuó con sus sparrings una atrayente exhibición.

PINCELADAS AURIAZULES Cuando Zenón Díaz colgó – ya cargado de gloria – los botines de futboler, lo reemplazó Patricio M. Clarke. "Cabecita de oro" integró aquel cuadro campeón rosarino en el año 1919 – hace exactamente veinte años – en el también jugaban O. Díaz, F. Sarasíbar, Mulhall, Furlong, Perazzo, Guaraglia, A. Blanco, H. Hayes, E. Hayes, y A. Miguel. Ramírez, que fue puntero izquierdo del once auriazul, falleció en los últimos días de 1929. Otros wingers izquierdos que tuvo Rosario Central: A. y C. Woodward, Miguel, Fornacier, Francia, De Benedetti, E. Indaco, etc. etc. El mejor centro delantero que tuvo Rosario Central fue Harry Hayes. Octavio Díaz fue el jugador de Rosario Central que logro mejores satisfacciones en su brillante carrera deportiva. Fue campeón rosarino, campeón argentino y campeón sudamericano y vicecampeón olímpico. En el año 1925 el gran arquero fue con Boca Juniors en gira por el viejo mundo. Las clásicas resbaladas de Zenón Díaz, provocaban verdadera sensación en su época. Serapio Acosta fue un verdadero fenómeno en su puesto. Su padre murió en la cancha víctima de un síncope que le produjo la intensa emoción causada por ver actuar a su hijo con tanta habilidad y maestría.

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Octavio Díaz, el gran guardavalla, recibió valiosas lecciones en el custodio de los tres palos, de Serapio Acosta, el maravilloso arquero de los primeros años de Rosario Central. Eduardo Blanco, que llegó a ser centre-half internacional, debió retirarse en el apogeo de su eficiencia a raíz de una lesión a la rodilla. Todavía era un pibe cuando el fútbol argentino perdió a uno de sus más grandes elementos. Se lo conocía bajo el cariñoso apodo de "Botafogo".

EL INVENTOR DE LA CHILENA Tenía una rara habilidad para llevar la pelota, engañando al rival, que resultaba difícil contenerlo. Era una jugada personalísima, a la que para distinguirla de las otras se le llamó la "chilena". Un simple movimiento de piernas y el adversario quedaba burlado, sorprendido, casi, rezagado y no sabiendo qué hacer para quitarle la ball. En tanto que él hacía eso, el público deliraba de satisfacción, su nombre corría de boca en boca, en tanto que su prestigio evolucionaba considerablemente. Unía a su juego sobrio y elegante, una caballerosidad puesta a prueba en infinidad de oportunidades y donde quiera que actuara conquistaba múltiples simpatías. Es que Luis Indaco era el prototipo del jugador brillante que señaló una etapa de gloria par el fútbol rosarino. Fue en un momento dado, el mejor insíder que actuó en nuestra ciudad y fue como lógica consecuencia el candidato obligado a integrar las selecciones de la ex Liga Rosarina. Aún se recuerda aquella estupenda perfomance cumplida en la cancha de Newell’s Old Boys frente a un equipo que en ese entonces nos visitara. En ese match, Indaco fue el autor de los cuatro goles que el team rosarino se acreditó y todos ellos fueron de magnífica factura. Pero este hecho aislado, no es el único que registra en su haber nutrido de eficacísimas actuaciones. Cuenta con muchos más, y el público adicto a Rosario Central ha de recordar como nosotros, cuando era el hombre que brindaba de continuo satisfacciones a los que sintieron agitar sus corazones cuando lo veían vestir la querida camiseta azul y oro.

EL CLÁSICO “RINCONCITO” DE FUGGINI Hace algunos años, cuando alguien quería encontrarse con lo más granado de Rosario Central, iba hasta la intersección de las calles Salta y San Nicolás. Allí, en un bar ubicado en una casa que hoy ha sido demolida, solían reunirse los más fervientes simpatizantes de los colores auriazules para alternar con las figuras más sobresalientes de la institución. Cuando la victoria correspondía a Rosario Central, ese rincón rebozaba de alegría, mostrándose animado más que nunca y todos los habitués se entregaban a las más distintas manifestaciones de júbilo. En tanto que eso ocurría, detrás del mostrador, la figura patriarcal de don Venancio Fuggini, el propietario del negocio, se contagiaba de ese entusiasmo y la copas que servía parecían tener mejor sabor que otras veces. Es que el ambiente imperante era centralista al cien por cien. Y allí se festejaron muchos triunfos auriazules. Se festejaron como correspondía hacerlo por la 60


importancia de los mismos; ya que ellos iban apuntalando los prestigios del club que tan adentrado está en el corazón del pueblo rosarino. Desfilaron por el bar de don Venancio, los jugadores de las más diversas categorías que defendieron la gloriosa casaca azul y oro, los que, por no reunir condiciones para hacerlo, le brindaron su aliento desde las tribunas y los que iban en busca de un lugar propicio a sus manifestaciones de solidaridad para con todo lo que llevara el sello de Rosario Central. Hoy, que ese rincón amable ya no existe, muchos son los que lo recuerdan con cariñoso fervor. Quienes fueron partícipes de las reuniones que en él se celebraban, se lamentan de que haya desaparecido y de que los partidarios del club no tengan un sitio determinado en el que puedan explayar más a gusto sus simpatías, tal como lo hacían cuando allá en Salta y San Nicolás comentaban los triunfos o derrotas centralistas, entre copa y copa servidas por el inolvidable don Venancio, que con su sonrisa bonachona poníase a tono con el ambiente y sabía granjearse las simpatías de los que lo trataron.

DON VENANCIO En aquellos tiempos, antes de que el club hubiera trasladado su local social al centro de la ciudad, el negocio de Fuggini era como otra secretaría de Rosario Central. Llamadas telefónicas, reuniones extras, citación a jugadores, consultas sobre resultados o prácticas, todo ello se formulaba en el almacén de Don Venancio. Pasó la entidad por algunos momentos financieros sumamente difíciles mientras que Fuggini no podía quejarse de la marcha de su negocio, y entonces era cuando bajo firma, o con dinero, los jugadores adquirían sus botines de fútbol que luego abonaban en cuotas. Así fue de bueno y desinteresado. Era, y lo sigue siendo, un centralista de corazón. Su hermano, Juan Fuggini, recientemente fallecido, fue jugador del primer equipo de Rosario Central. Quizás nunca se sepa y se diga todo lo que Don Venancio Fuggini hizo por el club. Pero lo cierto es que no hay crack o socio de la guardia vieja que no tenga para él los más gratos recuerdos, como lo tenemos nosotros, periodista de hace muchos años, y que sabemos cómo vivió Fuggini los buenos y malos momentos del club.

EL BUEN HUMOR AURIAZUL Alpisteros y Ley Seca Se anunciaba que "alpisteros" y "Ley Seca" iban a disputar un match de fútbol y la cancha se llenaba. Esos dos equipos, formados con socios, jugadores y dirigentes de Rosario Central, cada año celebraban esos cotejos y en ellos se fomentaba la familiaridad, esa familiaridad que tanto ha predominado entre la gente auriazul. No eran en realidad, excelentes demostraciones de fútbol. No lo podían ser, por cuanto la vestimenta de los participantes y el buen humor de que se hacía gala, no le permitían y eso que pudo muy bien denominarse "parodia Uno de los equipos que disputaban los de un match de fútbol", era el motivo para que luego de pintorescos encuentros matutinos. ella, se hicieran los debidos honores a un suculento almuerzo criollo, donde abundaban las empanadas, el asado apetitoso y el tintillo tentador.

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Los que integraban los equipos se divertían de lo lindo y el público que llenaba las tribunas participaban de esa alegría. El score no interesaba, porque más de una vez los goles no se contaban. La cosa era pasar el tiempo de la mejor manera posible, dando rienda suelta al sano espíritu y al cabo de la jornada, todos iban de boca al lugar donde se ponía punto final a la fiesta. Los tiempos modernos hicieron que esa costumbre que era tradicional entre la gente de Rosario Central, fuera desapareciendo, con el consiguiente pesar de quienes disfrutaban de ella y hoy sólo queda el recuerdo de aquellas fiestas que bien podrían repetirse en adelante.

INAUGURACIÓN DE LAS TRIBUNAS POPULARES

El estadio de Arroyito que supliera la vieja cancha de los "talleres", tenía su tribuna oficial, que enhiesta se levantaba, como índice del progreso de Rosario Central. Frente a ella, las oficiales parecían más pequeñas que nunca y su capacidad era fácilmente colmada apenas se jugaba un cotejo más o menos interesante. Es que al team representativo auriazul, que a medida que la entidad crecía en prestigio se sumaban en forma intensa, para llegar a reclamar mayores comodidades. Fue entonces cuando se creyó conveniente la construcción de las tribunas populares de cemento que hoy bordean el hermoso campo de juego. Crecieron ellas de la misma manera que creció Rosario Central: sobre bases firme, y cuando quedaron terminadas, parecían como si quisieran demostrar a los que las vieran que se sentían orgullosas de servir para evidenciar la importancia poderosa de su club. Sus espaciosos escalones, fuertes como la tradición del club, de haber tenido el don de la palabra, habrían, con seguridad, manifestado su inmensa alegría de poder albergar a la bulliciosa concurrencia que hasta ella llegaría para asistir a los futuros espectáculos. Desde entonces, el club, el viejo club tan adentrado en el calor popular, contó con el estadio amplio y cómodo, como lo exigía su tradición y su importancia deportiva.

Una visita honrosa. Para celebrar tan magno acontecimiento, se hacía necesaria la realización de una gran fiesta. Así se hizo y en el número principal de ella participó el tradicional amigo, el club que está ligado a Rosario Central por lazos indestructibles y que en Montevideo viene a ser la encarnación de éste, hasta por la casi similitud de los colores de su divisa. Nos hemos referido a Peñarol, el decano del fútbol uruguayo, que con una representación dignísima se hizo presente en esa ocasión. Vino con sus mejores valores encabezados por el veterano y caballeresco Benincasa, que ya en el ocaso de su carrera deportiva quiso pasear una vez más su gallarda figura por un campo rosarino. La participación de Peñarol significó una adhesión simpática a 62


la celebración de un hecho significativo de la potencialidad adquirida por Rosario Central y quienes estuvieron ese día en el estadio de Arroyito, recuerdan con cariño la presencia del ya citado Benincasa, del arquero Delgado, otro crack oriental de la época de oro, junto a Zenón Díaz, Harry Hayes, glorias puras de Rosario Central. Con ello, el club dio su bautizo de popularidad a las cómodas tribunas populares, que hoy siguen estremeciéndose ante el calor que en ellas siempre existe, como si fuera una continuación del producido en la primera ocasión que asistieron a un espectáculo tan hermoso y de tan gratos recuerdos como el comentado.

TRES FIGURAS: TRES ÉPOCAS. Juan Francia fue un player brillante de lo que podría llamarse con absoluta propiedad "la época de oro" del fútbol argentino. Pertenece a esa legión de jugadores que levantaron el nivel del popular deporte de Rosario ante el consenso general y sus estupendas actuaciones son recordadas aún por quienes lo vieron años tras años sobresalir con caracteres netos. Gerardo Rivas, surgió a la notoriedad internacional, cuando siendo un pibe, formó parte de la representación paraguaya que en 1921 sorprendió a todos por su eficaz participación en el torneo sudamericano de ese año. Desde entonces su figura diminuta ocupó un lugar grande en el ambiente deportivo para llegar a ser uno de los estilistas más brillantes que pisaron nuestras canchas. Teófilo Juárez pertenece, podríamos decir, a la nueva generación, y prueba de ello es que aún actúa con éxito en una de las entidades más prestigiosas del país: el Racing Club. Los tres jugadores, durante algún tiempo actuaron juntos en la primera escuadra de Rosario Central. Así fue como se unieron, por obra de la casualidad, tres épocas distintas del fútbol, que por ser distintas no pueden parangonarse entre sí. Francia representó a la "época de oro", Rivas a la siguiente y Juárez a la contemporánea. Y los tres, mientras actuaron en el club, supieron comportarse dignamente, conquistando simpatías y laureles para la divisa auriazul.

SÍMBOLO AURIAZUL: SEMILLERO DE CRACKS

Gran cantidad de trofeos guarda en sus vitrinas Rosario Central. Fueron conquistadas en distintas épocas por sus equipos de primera y divisiones inferiores.

Está tan adentrado Rosario Central en el corazón del pueblo de esta ciudad, que muchas pruebas podrían presentarse de ello. Una, tal vez la más sugestiva de todas, es la popularidad que cuenta, y que se manifiesta en cuanto rincón de Rosario se habla de fútbol. Basta para aseverar este aserto, con apreciar la enorme cantidad de menores, que diseminados por nuestras calles lucen orgullosos una camiseta con los colores auriazules. Cuantas veces hemos tropezado con algún pebete que, en rueda de amigos, al hablar de sus mayores aspiraciones, dijo: - Quisiera jugar en Rosario Central y ser como Indaco, o como Fioroni, o como el "chueco" García.

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Cuantas veces nos hemos encontrado con un núcleo de pibes que, amenazando los peligros callejeros, corriendo detrás de una pelotita de trapo, había mayor cantidad vistiendo la casaca del Club. Todo ello es índice de que Rosario Central están bien adentrado en el ambiente, y que se pone en evidencia desde los primeros momentos en que el futuro crack o el crack fracasado se siente atraído por el fútbol. Otro de los hechos que hablan en forma elocuente del arraigo popular de Rosario Central, es el que se aprecia al comienzo de cada temporada, cuando van a formarse los equipos de divisiones inferiores. Cada vez que se citan a los futuros integrantes de esos equipos; acuden infinidad de elementos, con ansias de poder vestir la azul y oro. Ningún otro club de Rosario, puede contar con esta facilidad para formar sus conjuntos menores y esto es algo que produce satisfacción en quienes muestran sus preferencias hacia la institución. Es Rosario Central, podemos decirlo a toda voz, el "semillero" rosarino de cracks. En la actualidad continúa manifestándose eso, pero en años anteriores, el club fue una verdadera colmena, tal era la cantidad de players que ingresaban a sus filas ansiosos de demostrar sus habilidades y triunfar defendiendo la divisa querida. Recordamos que, en temporadas pasadas, eran cuantiosos los conjuntos que defendían los prestigios del club con raro acierto. Hubo años en que Rosario Central mantuvo una superioridad neta sobre sus demás adversarios y ello era la consecuencia de esa gran cantidad de reserva con que contaba. Pero estas reservas eran trabajadas debidamente por lo delegados, que, desde ese puesto, fueron modelados sobre bases firmes a figuras que más tarde, a la vez que prestigiaron el nombre de Rosario Central, adquirieron notoriedad individual.

GLORIAS DEL PASADO, GRATOS RECUERDOS

Fue el 27 de octubre de 1929, Zenón Díaz, Harry Hayes y José Benincasa encabezan el desfile preliminar al match que sostuvieron los primeros equipos de Rosario Central y Peñarol. 64


Hace algunos años, cuando se inauguró oficialmente el estadio de Arroyito, los festejos organizados por el Club Atlético Rosario Central reunieron a deportistas de distintas épocas que realizaron un desfile preliminar a un cotejo internacional que estuvo a cargo de Peñarol, el decano del Río de la Plata y el equipo auriazul. Glorias del pasado fueron las que encabezaron este desfile y vemos en el presente grabado a Zenón Díaz llevando con firmeza y cariño la enseña de franjas azul y oro. Junto a él Harry Hayes, el incomparable centre-forward, exterioriza su alegría por el grato momento que vive al ver solidificada la grandeza del club. Y con estos dos valores máximos de la época de oro del fútbol sudamericano aparece José Benincasa, el caballeresco cuan positivo defensor de Peñarol que, como los anteriores, dejó bien sentada su capacidad en lides internacionales, ya fuera defendiendo la casaca aurinegra del prestigioso club de Montevideo o la celeste de los seleccionados uruguayos que, cuando fue tomada esta nota gráfica, ya habían triunfado en París y Amsterdam.

VISTIERON LA CASACA NACIONAL LO QUE SON HOY El Club A. Rosario Central tiene una amplia cooperación prestada al fútbol argentino. Desde Zenón Díaz hasta Ignacio Díaz, rara coincidencia en los apellidos y en la actuación en el mismo puesto, han desfilado dieciséis jugadores de la entidad de Arroyito en la alineación de los combinados nacionales. Daremos ligeras referencias, de lo que son en la actualidad: Zenón Díaz: Jugó su primer match el 29 de junio de 1905. Hoy es jubilado del F.C.C.A. Harry Hayes: Trabaja aún en los talleres del F.C.C.A. Es inspector electricista. Juan Laiolo: Pasó a River Plate y en la actualidad vive en Buenos Aires. Ennis Hayes: También trabaja en los talleres, en la sección electricidad. Antonio Blanco: En la oficina del Ingeniero Jefe de Mecánicos del F.C.C.A. Antonio Miguel: Es difundidor de diarios y revistas. Tiene un kiosco en San Martín y San Juan. Eduardo Blanco: Es empleado del F.C.C.A. en la oficina de control de la estación Rosario Norte. Pablo Molina: Trabaja en la Administración Sanitaria de nuestra ciudad. Juan Francia: Pertenece al personal de la sección cargas de Rosario Norte. Florencio Sarasíbar: Se ha reincorporado no hace mucho tiempo a la empresa del F.C.C.A. Trabaja en la sección pinturería. Octavio J. Díaz: Es del personal de los Talleres. Trabaja en la sección coches y vagones. Juan Scolari: En la actualidad trabaja en los Molinos de Minetti y Cía. José Clarke: Vive en la vecina localidad de Gálvez. Enrique García: Es wing izquierdo titular del Racing Club de Avellaneda. Vive en Buenos Aires. Germán Gaitán: Ha sido concedido en préstamo al Club A. Rampla Juniors de Montevideo. Ignacio Díaz: Es titular del primer equipo y capitán del mismo. Fue el último jugador de Rosario Central que integró los seleccionados argentinos. Ello se produjo en los encuentros por la Copa R. Chevalier Boutell disputados en agosto del cte. año en Asunción del Paraguay.

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ROSARIO CENTRAL EN CHILE

Delegación de Rosario Central antes de salir en gira a las provincias del norte. Las excursiones deportivas permitieron a los equipos del club prestigiarse en distintos lugares del país y del extranjero. En innumerables oportunidades el equipo de Rosario Central ha actuado en Montevideo, ya sea para disputar encuentros amistosos o cumplir compromisos correspondientes a torneos extraordinarios. Rosario Central, aparte de los encuentros mencionados, salió una vez a demostrar la capacidad del fútbol rosarino en tierra extranjera. Fue en el año 1937 cuando realizó una rápida gira a Chile sosteniendo tres encuentros. A la alta calidad el fútbol desplegada, Rosario Central agregó la más grata impresión en lo que se refiere a corrección deportiva, a caballerosidad. Cumplió de esta manera, de acuerdo con los honrosos antecedentes del Club que, donde quiera que fue, impresionó siempre por clase y por su elevado concepto del deporte. En la gira a Chile el equipo auriazul disputó tres encuentros, registrándose los siguientes resultados: Rosario Central, Rosario Central, Rosario Central,

3; 4; 1;

Colo-Colo, Unión Española, Colo-Colo,

3. 2. 1.

ERAN OTROS TIEMPOS... En los encuentros de hace muchos años, se ponían en juego medallas, pero su compra era costeada por los mismos jugadores. Tal cosa se deduce de la carta que reproducimos, remitida al capitán de Rosario Central por el secretario de Newell's Old Boys, concebida en los siguientes términos: "Rosario, agosto 29 de 1906. - Sr. Carlos Pringles, capitán del Rosario Central Athletic Club. Presente. Muy señor mío: Le dirijo la presente rogándole se sirva entregarme a la mayor brevedad posible la suma de Diez pesos m/legal, importe que le corresponde pagar al team del cual Ud. es capitán como cuota para la impresión de las medallas según se ha resuelto anteriormente. Como no sabemos fijamente la suma que han de costar, dado el caso que sobrara o faltare dinero le avisaré en oportunidad. Sin otro motivo queda de Ud. como siempre atto. y S.S. - (Firmado): LUIS MAFFEI, secretario." 66


ANECDOTARIO AURIAZUL UN GOL DE HARRY HAYES. Eran los tiempos del fútbol de antaño. Sostenían un encuentro en el field de Gimnasia y Esgrima, el primer equipo de esta institución y Rosario Central. En el "papel" - que diría un carrerista - los auriazules se perfilaban como seguros candidatos al triunfo. Sin embargo, la actuación magnífica de Natalio Molinari y de su golkeeper Araya, había impedido hasta finalizar el tiempo inicial que los visitantes abrieran el marcador. El "team" que oficiaba de local se defendía como gato panza arriba, replegándose hacia la valla que tan celosamente custodiaba el afamado portero. En una de esas se produce un "córner" a favor de Rosario Central. Viniendo de alto, la pelota, infaliblemente la cabeceaba el "gringo" Molinari. Y aquí aparece la viveza el inglés Ennis Hayes... Su hermano Harry se le acercó, antes de que el puntero hiciera efectivo el tiro de esquina, para decirle bajito: - Cuando salte el "gringo" agarralo de la camiseta... - Perdé cuidado - fue la respuesta. Realizada la infracción, Molinari saltó para realizar de alto... es decir, intentó saltar, porque, la verdad, se sintió como pegado al suelo. Increpó, pero no hubo nada que hacer. ¿Qué había ocurrido? Muy sencillo. Al querer hacerlo, Ennis lo tenía agarrado de la camiseta. El esférico siguió su trayectoria y, entonces, Harry Hayes, sin inconveniente, lo alojó en la red de un furibundo cabezazo... Fue el primer tanto de Rosario Central que ganó, a la postre, por 5 a 0...

AQUEL GOL DE "SARAVIA". Posiblemente en toda la historia del fútbol rosarino pocos hombres tuvieron un shot más potente que Florencio Sarasíbar. Sus goles espectaculares fueron muchos, innumerables, pero uno de los mejores que le vimos marcar fue en oportunidad de una visita que hiciera Unión de Santa Fe. Los albirrojos tenían en esa época una delantera maravillosa. Jugaban Simonsini, Beltramini, Valiente, Acosta y Mir que eran considerados como cuatro de los mejores forwards provincianos. Y la defensa no le iba en zaga, lo que hacía del cuadro santafecino uno de los mejores del país. El match se jugó en el field de Rosario Central y las posiciones estaban igualadas sin goles, cuando Sarasíbar se adelantó para efectuar un tiro libre por foul de la defensa adversaria. La distancia al arco era de no menos cuarenta metros, pero igualmente no se descartó la posibilidad de un gol. Por el contrario, los defensores visitantes procuraron cerrar el camino de la probable trayectoria de la ball. Inútiles fueron estos esfuerzos porque la pelota, impulsada con violencia extraordinaria llegó a la red ante el asombro de los espectadores que como es lógico imaginar, tributaron una verdadera ovación al autor de la hazaña. Lamentablemente no estaban de buenas ese día los rosarinos y al final Unión ganó por 4 a 1. Pero por la categoría del gol anotado por el tantos años capitán auriazul, bien puede decirse que el suyo valió por los otros cuatro... aunque el partido se perdiera.

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CUANDO EL DEPORTE SE HACIA POR EL DEPORTE MISMO. Figuras ejemplares del viejo "Talleres" viven y vivirán en el recuerdo inmarcesiblemente. La constancia, la lealtad, el cariño por la casaca que vestían eran las características que dignificaban a los jugadores de una época ya remota del glorioso Rosario Central. Entre esos ejemplos magníficos, he ahí a José Blanco, hermano de Antonio y Eduardo, que fueron grandes defensores de la entidad. Pepe Blanco no logró alcanzar la fama y prestigio de sus hermanos, pero fue un zaguero de muy discretas aptitudes, entusiasta y caballeresco a carta cabal, en aquella segunda división don de actuaban valores de reconocida capacidad. Pepe Blanco - ejemplo magnífico de constancia - jugó 18 años en la segunda división de Rosario Central. Sólo un partido jugó en primera división, formando pareja con Florencio Sarasíbar en reemplazo de Patricio M. Clarke, cuando ya el veterano Zenón Díaz había colgado los botines. José Blanco es hoy encargado mecánico en Coches y Vagones del F.C.C.A.

F. Altube

B. Laterza

G. Gaitán

L. Amaya

B. Gómez

P. Vorrazo

EL ABRAZO HISTÓRICO. De los jugadores de Rosario Central en la primera época Zenón Díaz y Harry Hayes gozaron de la más extraordinaria popularidad. Concentraron ellos solos, por mucho tiempo la atención especial de la afición del país. Ambos playes estuvieron tan ligados - el recuerdo perdura - a la vida del instituto auriazul, que no podía creerse que pudieran abandonar sus filas mientras estuvieran en condiciones de darle de puntapiés a la redonda. Por entonces Harry Hayes era el mejor centro delantero argentino, Insustituible en los combinados nacionales. Un día se recibió la noticia de que Harry Hayes sería trasladado a Buenos Aires y había, pues, la gran posibilidad de que se alistara en un equipo porteño. El dato corrió como reguero de pólvora. Si así ocurría Rosario Central iba a perder a su gran centro delantero, su alma mater, el maestro. Zenón Díaz, su gran amigo y camarada, se resolvió a entrevistarlo. - Vos, Harry, ¿serías capaz de abandonar el club? Hayes no disimuló su emoción. El, que se había jugado en todas las horas por su querida entidad, no podía, no debía dejar de defender su casaca. Se expresó así, anudada su voz en la garganta: - Mirá, Zenón, mientras haya tres palos en la cancha, siempre jugaré por Central. Y se estrecharon en un abrazo. Harry Hayes y Zenón Díaz jugaron su último partido vistiendo la casaca auriazul.

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UN GESTO DE CONRADO GRIESHABER. Conrado Grieshaber fue uno de los grandes delanteros de la primera época de nuestro fútbol. No perteneció a Rosario Central, pero estuvo ligado a sus players por vínculos de sincera amistad deportiva, como Guillermo Dannaher, como Lorenzo Colombo, Carlos Guidi y tantos y tantos otros excelentes jugadores del barrio Arroyito. En otro lugar de esta publicación recordamos sucintamente el trágico final del autor de los días de Serapio Acosta, el notable arquero de los tiempos iniciales. Jugaban en la cancha de Argentinos (hoy Gimnasia y Esgrima) Rosario Central y Tiro Federal. Esa tarde Serapio Acosta hacía maravillas entre los tres palos. Se produjo un penalty-kick en favor de los tirolenses y se aprestó a ejecutarlo Dannhaber. Su violento tiro fue detenido magnífica, soberbiamente por Serapio. El delirio de la hinchada auriazul fue extraordinario. A un costado de la cancha, víctima de una emoción fatal caía para siempre el padre del gran guardavalla. Los jugadores no tardaron en enterarse del desgraciado suceso. Algunos players tirolenses querían obligar a Serapio a que siguiera actuando. Fue entonces que intervino prestamente Conrado Grieshaber y pidió al árbitro la suspensión del match. Así se hizo. Fue un gesto de correcto deportista.

LA "RANA" PUGLIESE. Buenos guardavallas, cracks muchos de ellos - Serapio Acosta, Octavio Díaz, Pedro Araiz - desfilaron en el marco de Rosario Central. Pero si hubo alguien que supo hacer honor a un mote pintoresco con que lo bautizó la afición, es sin duda Pugliese. Usted debe recordarlo, lector, cuando alguien menciona a la "rana", nos parece verlo en una tarde de lluvia y fría en el fiel de Gimnasia y Esgrima, en un match bravo jugado por los centralistas. Si la pelota visitaba el sector contrario y no había peligro inminente para su valla, se colocaba sobre los hombros un perramus y se arrinconaba junto a un poste corrido por el agua y el viento helado. Pero apenas amagaba un avance la delantera adversaria saltaba al centro de la valla y era un espectáculo verlo saltar entre el barro, como si el terreno estuviera firme y en lugar de tapones usaba resortes en los botines. La rana le salvó muchos partidos a Rosario Central, pero su paso por los fields fue un poco efímero. Siempre le recordaremos como le recordarán muchos en aquella tarde de lluvia y frío cuando saltaba en el barro como si estuviera en su elemento, en la cancha de Gimnasia y Esgrima que fuera escenario de tantos cotejos memorables.

UN GOLAZO A SCOLARI Hacen dos décadas. Newell's y Rosario Central (cuando no) andaban entreverados en la disputa del primer puesto. Por eso el match que debían jugar en el Parque adquirió los contornos de un verdadero acontecimiento. Las viejas tribunas pintadas de rojo y bordeadas de espinos se vieron materialmente colmadas. Si hasta se filmó una película cinematográfica que tuvo un éxito extraordinario en todas partes donde fue exhibida. Ese día los delanteros de Newell's andaban con los ocho puntos, pero en la valla adversaria había un guardavalla de la talla de Scolari que también estaba en su día. Un duelo dramático se entabló entre los forwards locales y Scolari, hasta que al detener un furibundo remate se le escapó la pelota que fue impulsada de tres metros escasos por Libonatti. Los forwards rojinegros entraron en la misma valla auriazul en el ímpetu de su carrera y allí fueron a encontrarse para abrazarse emocionados y mientras tanto Scolari lloraba la caída de su valla... Aquel golazo que le hicieron al gran guardavalla auriazul figura en los recuerdos mejores de las clásicas contiendas entre los eternos rivales del fútbol rosarino.

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EL BOTÍN DE PODESTA Los hinchas uruguayos una vez pasearon triunfantes el botín triunfador de Scaroni. También los auriazules tuvieron su botín heroico. Hace de esto unos doce años. Jugaron en el fiel de Newell's Old Boys el team local y Rosario Central el match final de la temporada de 1928. Pocos días antes los auriazules les habían ganado a sus viejos adversarios por cinco goles. Pero esa tarde parecía que los papeles cambiaban. Newell's estaba en su día y no había manera de repetir el plato. Sin embargo, he ahí que José Podestá tomó con tanta puntería un tiro libre que se convirtió en el único gol del match. Y aunque los rojinegros quizás no merecieron la derrota, debieron resignarse. Mas el motivo de este recuerdo no lo tomamos precisamente dentro del field, sino cuando la hinchada auriazul celebró el triunfo. En manifestación, llevando el botín de Podestá como estandarte, recorrieron algunas calles. Y hasta hubo gresca, cuando la hinchada entusiasta cruzaba por el café de propiedad de Celli.

Monjo

Bruera

A. Macías

P. Salvia

Espeche

P. De Biasi

LA LÍNEA MARAVILLOSA DE LA ÉPOCA PROFESIONAL

Durante las distintas épocas en que el fútbol argentino fue apuntalando su potencialidad, siempre hubo jugadores diestros en las líneas delanteras. Sin remontarnos muy lejos, en Buenos Aires, para ser más precisos, casi en un mismo tiempo, actuaron dos quintetos que adquirieron pública notoriedad y que se les exhibe como modelos de brillantes. Fueron los de Independiente y Huracán, integrados, respectivamente, por Canavery, Lalín, Ravaschino, Seoane y Orsi; y Loizo, Spósito, Stábile, Chiesa y Onzari. Rosario también los tuvo y más estilizados tal vez. Pero ya en mismo auge del profesionalismo, hace poco no más, Rosario Central tuvo la inmensa satisfacción de contar con una delantera que era un espectáculo al verla accionar, por la lucidez que sus players imprimían a sus acciones. La formaron Gagnotti, Gómez, Guzmán, Potro y García. Son, como puede apreciarse, nombres que están aún en la mente de nuestros contemporáneos, y 70


todos los que hayan visto actuar a estos cinco players han de estar de acuerdo con nosotros de que fue una de las delanteras más brillantes de los últimos años. Su juego era lucido en sumo grado. Su capacidad indiscutida fue valorada por quienes se maravillaban con su labor homogénea. Se recuerdan aún las corridas veloces de Cagnotti, característica que era debidamente aprovechada por Gómez, el hombre que siempre sabía valerse del punto débil del rival. Se comenta aún la tranquilidad pasmosa con que Guzmán, pese a su lentitud descolocaba a las defensas enemigas, como se comenta también el empeñoso trabajo que Potro realizaba, para establecer un nexo con la retaguardia y se celebran todavía las espectaculares jugadas del "chueco" García, que pese al inconveniente de que sólo puede hacer uso de la pierna izquierda, llegó a convertirse en el wing izquierdo más cotizado de esta era profesional. Desmembrada esta línea de ataque, quienes están en continua actividad, son: Gómez, que luce sus habilidades ahora como director de ataque en Estudiantes de La Plata, y García, el crack indiscutido del Racing, al que pasara hace algunos años. Los demás aún están en condiciones de hacer reverdecer sus laureles que por cierto se los ganaron en buena ley cuando juntos formaban el quinteto al que se la recuerda con entusiasmo por lo que hizo en su tiempo.

GÓMEZ

GUZMÁN

POTRO

Decididamente, estas figuras han dejado un recuerdo imborrable no ya entre los parciales de la enseña azul y oro sino entre todos los aficionados rosarinos. Aquella famosa delantera brindó al club grandes satisfacciones, pues por su labor magnífica dejó la impresión de una suficiencia que el tiempo no logrará borrar. Cagnotti, Gómez, Guzmán, Potro y García ratificaron la fama de Rosario Central de haber tenido grandes delanteros.

ACOTACIONES EN EL CAMPO PROFESIONAL El "loro" Gaitán. Entre los valores más sobresalientes que se alistaron en las filas de Rosario Central en la época profesional, merece destacarse a Germán Gaitán. El "loro", como siempre se le llamó, llegó a constituirse en uno de los más eficaces defensores de la casaca auriazul y desde el difícil puesto de centre half brindó no pocas satisfacciones a la gran legión de "hinchas" del club. Reposado, de una tranquilidad pasmosa, propia de la experiencia adquirida en sus largos años de fútbol, se distinguió principalmente por la regularidad de sus perfomances y el hecho de haber conquistado muchas simpatías entre la gente adicta a Rosario Central, hace que merezca un lugar preferente y se le recuerde en estos instantes.

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Aquel gol de Guzmán... Pasaron más de cuatro años y aún se le recuerda. Fue en la temporada de 1935 y en ocasión de un match que sostuvieron Rosario Central y Newell's Old Boys en el estadio del Parque Independencia. Ese día, y lo han de recordar muy bien los lectores, las acciones correspondían casi por completo al tradicional adversario, que asediaba de continuo la valla en la custodia de la cual De Nicola no tenía un momento de sosiego y se lucía, al extremo de que hubieron quienes aseguraron que ese día, precisamente, fue el de su santo. Pero en una escapada de la delantera auriazul, Sebastián Guzmán, entró en poder de la pelota justo en el centro de la cancha y avanzó breve trecho. Tuvo la feliz ocurrencia de despedir, desde unos treinta metros, un shot rasante, en lugar de hacer un pase a algún compañero. La ball iba en forma casi lenta sobre el arco de Newell's Old Boys, y Gerónimo Díaz que lo defendía, con absoluta confianza, se agachó lentamente para contener la pelota con la mano derecha, pero lo hizo displicentemente y ante el estupor general se convirtió en gol. Demás está decir la alegría que este tanto produjo, ya que además de lo inesperado, fue el que le dio la victoria a Rosario Central y fue señalado en circunstancias en que nada hacía prever su conversión.

Guzmán scorer. Hubo un tiempo en que la carrera de goleadores del fútbol rosarino se convirtió en uno de los puntos más sobresalientes de los torneos locales. La afición seguía con avidez las alternativas de la tabla respectiva y no faltaron los que manifestaron sus preferencias hacia determinados players. Rosario Central tuvo, en la temporada de 1935 en Sebastián Guzmán, cuya puja con José Fabrini, el conocido insider de Newell's Old Boys llegó a apasionar a muchos. Pero al cabo del año, el morocho centro delantero superó en forma leve a su ocasional rival y lo consiguió en el último match, disputado contra Provincial, en el que acumuló la suficiente ventaja como para adjudicarse el título de goleador de esa temporada. Y al recordar ese motivo de satisfacción para la "hinchada" centralista, digamos también que no faltaron los perspicaces que aseguraron que Guzmán aventajó a Fabrini gracias a la "manito" que en la última fecha le dio Casagrande, que a la sazón ocupaba la valla de Provincial...

Volvieron a vestir la auriazul

Enrique García y Julio Gómez hicieron el servicio militar cuando jugaban en Rosario Central. Ahí los vemos vistiendo el traje de "milico".

Integrantes de aquella famosa delantera de Rosario Central que tanto admiró al público argentino a comienzos del fútbol profesional, Enrique García y Julio Gómez pasaron luego a militar en institutos porteños. El "chueco" continúa siendo en el Rácing Club el más alto valor del conjunto mientras que "Gomita" ha reeditado sus hazañas en las filas de Estudiantes de La Plata, ante un público que sabe mucho del fútbol estilizado pues por ese club pasaron nada menos que figuras como Lauri, Scopelli, Guaita, Nolo Ferreyra, etc. Lo cierto es que alejados del club, los socios de Rosario Central no creyeron que habrían de verlos más vistiendo la casaca auriazul, pero el grato acontecimiento que fue la visita del combinado de la Asociación del Fútbol Argentino, permitió que esos players actuaran nuevamente en el cuadro donde adquirieron fama y prestigio. Debemos señalar que estuvo de por medio la gentileza y atención de las autoridades de los clubs Rácing y Estudiantes de La Plata que no pusieron reparo alguno en que el "Chueco" y "Gomita" integraran el cuadro de Rosario Central, comportándose en tal oportunidad con la eficiencia y entusiasmo que pusieron durante los años en que eran valores efectivos de la entidad.

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Luis Bray. Recordaremos al guardavalla Luis Bray con estas breves líneas. Cuando se incorporó al círculo privilegiado fue nada menos que para suplantar a Octavio J. Díaz. sus primeras actuaciones fueron de un éxito completo para compartir luego la responsabilidad con Fidel Casagrande, otro elemento que surgía dentro de los valores propios de la entidad. Bray estaba destinado a no ser acompañado por el éxito en Rosario Central pero el club no le cortó su carrera deportiva y así lo cedió en préstamo en diversas temporadas a entidades amigas, reintegrándose al club donde en distintas ocasiones fuer llamado para defender la casaca que tanto quiere.

Equipo que defendió los colores de la institución en el campeonato de la Asociación del Fútbol Argentino durante la temporada de 1939. Lo integraban Araiz; Lescano e I. Díaz: H. López, H. García y Fogel: Grassi, Cisterna, H. Hayes, Laporta y A. Maffei. También está el director técnico Emérico Hirchis y el masajista Jesús Lapetina.

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"Los pibes dan mucha leña" Esto ocurrió hace poco. Fue en ocasión del match que Rosario Central y River Plate sostuvieron amistosamente, durante la celebración de las fiestas del cincuentenario. Antes del cotejo, se encontraron Carlitos Peucelle e Ingacio Díaz. Luego del saludo de rigor, el popular delantero "millonario" preguntó a Díaz si intervendría en el mismo, a lo que éste respondió: No, porque esta noche van a jugar Perucca y Verga, los "pibes" de la cuarta... Se disputó el primer tiempo y durante su transcurso los zagueros centralista no fueron muy corteses que digamos con los visitantes y apenas llegado el descanso, mientras los jugadores se encontraban en los vestuarios, Peucelle buscó a Díaz y le dijo: Che, Ignacio, por favor vestite y jugá vos, porque estos "pibes" dan mucha leña... Esta expresión de Peucelle, tan gráfica, significó lo que momentos antes había ocurrido en el field, donde Perucca y Verga "cargaban" a diestra y siniestra y no faltaron quienes al oírla la celebraron debidamente.

UN CLUB DEMOCRÁTICO EN UN PUEBLO DEMOCRÁTICO

Un día de acción proselitista en la vida interna del C. A. Rosario Central para una próxima renovación de autoridades. Rosario Central es del pueblo. Se le identifica rápidamente. No hay barriada, y esto ha ocurrido desde los primeros años del fútbol, donde no haya un purrete que trate de emular al crack del momento, defensor de la casaca auriazul. Tiene esa característica propia de entidad popular y es así como el equipo, en las buenas o en las malas, siempre cuenta con un público que lo alienta y lo estimula para el triunfo. Y no es un "hincha" deportivo exclusivamente. Lo es en el orden general de la institución. Por eso es que en sus asambleas generales, donde se ha debatido asuntos de tanta trascendencia, contaran siempre con la concurrencia de una masa de asociados numerosa que se interesa de verdad por la trayectoria que sigue la institución. No es con el afán de crítica que se llega a esos actos, sino que quien entra a integrar la familia auriazul viva tan íntimamente la vida del club, que se encuentra de inmediato ligado a todas sus 74


actividades y con su presencia en las asambleas justifica sus aspiraciones de un mejoramiento seguro y efectivo.

El equipo de basket-ball del club que está cumpliendo una buena campaña en el campeonato de la Federación Rosarina.

El basket-ball en Rosario Central El basket-ball, después del fútbol, ha sido el deporte que con más adeptos ha contado dentro de la institución. Cuando se introdujo la práctica de este juego en nuestra ciudad el Club A. Rosario Central respondió ampliamente al llamado de Don Juan Cecchi, y fue una de las entidades fundadoras de la que entonces se llamó Federación Santafecina de basket-ball. Siguió actuando en sus filas y participó también en la constitución de la Asociación Rosarina de basket-ball de la que tuvo que separarse en el año 1937. Entre los primeros cultores del basket-ball en Rosario Central debe citarse a los hermanos Florencio, Félix y Vicente Sarasíbar, Prada, Sinclair, Jurado, Tami, J. Mottino, Leonardo y Manuel Di Giorgio, para llegar a los elementos de hoy entre los cuales una que ha surgido netamente de nuestras filas y a quien debe presentársele como modelo de corrección, consecuencia y alto espíritu deportivo: se trata de Duilio Fuggini, hijo de Don Venancio, y que por lo tanto no podía ser más que un gran defensor de los colores auriazules. El 19 de setiembre de 1938 se confirmó el cisma del basket-ball rosarino, sin que al Club A. Rosario Central se le pueda cargar la responsabilidad ya que lo hizo defendiendo situaciones definidas e intereses primordiales. Y así surgió la Federación Rosarina de basket-ball que es la entidad en la cual milita con Huracán, Unión de Santa Fe, Newell's Old Boys, Deportivo Sarmiento, Centro Don Bosco, Arroyito Juniors, Estudiantes y Estudiantes Juniors.

Una gran victoria. Al escribir estas líneas había finalizado la primera rueda del campeonato oficial de la Federación Rosarina de basket-ball, correspondiente a la categoría privilegiada. Compartieron entonces el primer puesto Huracán y Unión de Santa Fe, mientras que Rosario Central 75


se encontraba en el posterior, en igualdad de puntos con Newell's Old Boys. Pero hay algo que destacar en este torneo, sobre todo en la primera rueda. La magnífica victoria que el "five" de Rosario Central obtuvo sobre Huracán despojándolo de su condición de invicto. No es necesario repetir lo que es Huracán no sólo en nuestra ciudad sino también en el país entero. El cuadro que tantas veces gano el campeonato de la Asociación, que se adjudicó el primer campeonato nacional de campeones, que realizó una gira triunfal por el Brasil y que cuenta en su haber con triunfos resonantes, cayó vencido frente a Rosario Central por 37 tantos contra 35, después de perder en el período inicial por 21 a 17. Un triunfo logrado a fuerza de voluntad y entusiasmo, sobre un cuadro que, dentro de la lógica, debía ser el vencedor. En este partido, los cuadros formaron de la siguiente manera: Rosario Central: D. Giannone (7), I. Giannone (5), M. Argenti (5) A. Lanzini (4), J. Vulich (16), R. Bagnasco (0), J. Gallo (0), F. De Nicola (0) y A. Gianni (0). Huracán: N. Lagreca (6), J. C. Mothe(3), R. Pujals (3), C. Gallo (10), E. Bianchi (7), G. White (2), B. Gentile (4), D. Messa (0), J. C. Castro (0) y R. Fernández (0)

DE PROGRESO EN PROGRESO El fútbol nocturno

Equipo que se impuso a Boca Juniors en el último match que en el estadio de Arroyito se jugó por el campeonato de la Asociación del Fútbol Argentino. Esa noche se realizó una interesante exhibición de aeromodelismo. El fútbol acaparó por completo al pueblo argentino. Se ha hecho de él una distracción predilecta, tanto que no hay rincón del país donde no se la practique. Enormes masas siguen atentamente el desarrollo de este deporte viril, solazándose con las emociones que él brinda. Es, desde hace muchos años, la pasión nacional y uno de los muchos motivos que han influido en que la juventud de estos tiempos vaya alejándose de los lugares donde predomina el vicio y las malas prácticas. Tanto 76


interesa el fútbol, tanto se ha afianzado en las costumbres criollas, que cuando no hay fútbol, muchos aficionados no saben en qué distraer sus ratos libres. El progreso, que también debía manifestarse en el popular sport, ha permitido que durante la temporada estival se le siguiera practicando. La iluminación artificial de los campos de juego hizo que las actividades futbolísticas no acusaran impasse alguno. Surgieron entonces los sistemas de "iluminación a giorno" gracias a la electricidad, una de las más preciadas conquistas de la humanidad y pronto las canchas argentinas comenzaron a ser dominadas por altas torres de acero, con profusión de reflectores, que en la penumbra nocturna surcaron el espacio con la potencia de su luz, para que nuestro público siguiera gustando de su distracción predilecta. Las instituciones que mayores ansias evolutiva manifestaban en su actividades, no tardaron en acoplar a ellas el nuevo sistema. Entre ellas se encontraba Rosario Central, el popular club del pueblo rosarino para ponerse a tono con lo que la lógica imponía. Su estadio de Barrio Arroyito sumó una comodidad más a las que ya contaba para ofrecerla a la afición que tanta preferencia le dispensó en sus largos años de vida. Empezaron a realizarse en él espectáculos que llevaban otro sello, pero que eran una reedición de los que sirvieron para cimentar los prestigios alcanzados por la divisa auriazul. Desde los primeros partidos, la barriada norteña vivió momentos de intenso movimiento nocturno y la suave brisa del caudaloso Paraná, acarició cariñosamente a todos los que hasta allí llegaban, para llenar con su bullicio y entusiasmo las espaciosas gradas de cemento. Jornadas brillantes se desarrollaron en la placidez de la noche en el hermoso escenario centralista. Figuras sobresalientes del balompié nacional e internacional fulguraron a la luz de los potentes reflectores y pudo así Rosario Central brindar a la afición de esta querida ciudad, una prueba más de su potencialidad y de su progreso. Comparando lo que es el field de la entidad en la actualidad con sus costados bordeados de cómodas tribunas, con sus esbeltas columnas de acero rematadas con reflectores de cientos de bujías, con lo que eran las primeras "canchitas" del club en sus primeros tiempos, se tiene o en el extranjero, los jugadores de Rosario Central, Juan Laiolo, Antonio Blanco, Antonio Miguel, E. Hayes, Eduardo Blanco, Pablo Molina, Octavio J. Díaz, Juan Francia, Florencio Sarasíbar, Luis Indaco y llegando a la época presente, del fútbol profesional, también se requirió el concurso de elementos como Enrique García, Germán Gaitán e Ignacio Díaz. El hecho de ser seleccionados para los combinados habla bien claro del estilo del fútbol que había hecho escuela en Rosario Central. El valor del viejo Zenón y la habilidad de Hayes; el formidable centre-half de tanto aliento que lo conocían por "Botafogo", esa picardía criolla de delanteros como Ennis Hayes, Miguel y Francia; la pureza de estilo de Florencio Sarasíbar, la estampa de Octavio J. Díaz que parecía que cubría con sus amplias espaldas todo el arco. Esto es algo muy significativo para Rosario Central, porque esos hombres que defendieron su casaca en distintas épocas y simultáneamente integraron los conjuntos argentinos, contribuyeron grandemente para el prestigio y afianzamiento de la entidad.

CRACKS QUE ACTUARON EN DISTINTAS TEMPORADAS

De izquierda a derecha: D. Izaga, A. Rizzi, P. M. Clarke, Vázquez, De Benedetti, J. Fornacier y J. Perazzo

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ROSARIO CENTRAL EN EL PRIMER CAMPEONATO NOCTURNO Los cinco clubes grandes de la Asociación del Fútbol Argentino – San Lorenzo, River Plate, Boca Juniors, Racing e Independiente – fueron los iniciadores de los concursos nocturnos con la intervención de los más calificados conjuntos de nuestra ciudad – Rosario Central y Newell’s Old Boys – y los de Montevideo, Peñarol y Nacional. En el primer campeonato nocturno, jugado en 1936, fue brillante la campaña cumplida por Rosario Central, como lo atestigua la tabla de posiciones, en la cual figuró en el tercer puesto, aventajado solamente en 3 puntos por Independiente y en 2 por San Lorenzo de Almagro. De ocho partidos que disputó el once auriazul ganó cuatro, empatando dos y perdiendo dos encuentros. Rosario Central derrotó en el primer match que se jugó en nuestra ciudad la noche del 4 de enero, a Nacional de Montevideo por 2 a 1. Luego se impuso a Boca Juniors, en Buenos Aires por 1 a 0 y venció también a Racing y Peñarol. POSICIÓN FINAL Clubs Independiente San Lorenzo R. Central River Plate N. Old Boys Nacional Peñarol Boca Juniors Racing

J. 8 8 8 8 8 8 8 8 8

G. 5 5 4 3 2 1 2 1 1

E. 3 2 2 3 4 4 2 3 1

P. 0 1 2 2 2 3 4 4 6

Gf. 24 22 20 19 12 8 18 14 17

Gc. Pts. 10 13 17 12 17 10 19 9 12 8 12 6 21 6 20 5 26 3

MAS CERCA QUE NUNCA La brillante historia del fútbol rosarino está matizada de hechos salientes motivada por la rivalidad que en todo momento ha existido entre sus dos clubs más populares. Ha sido tanto el antagonismo que separó en toda época a Rosario Central y Newell’s Old Boys, que es antagonismo, aunque resulte una paradoja, fue el motivo que más los acercaba. Desde los años en que, en las canchas rosarinas, los aficionados que en forma paulatina iban engrosando las filas de los amantes al deporte que implantaron en estas tierras los "ingleses locos", comenzaron a desbandarse. Comenzaron a dividirse en dos sectores: o se era partidario de Newell’s Old Boys o se era de Rosario Central. Los términos medios no podían existir y si bien los hubieron que mostraron sus preferencias hacia otras instituciones que surgieron más luego, siempre hubo una superioridad numérica de adeptos a las casacas auriazul o rojinegra. Ello fue lo que elaboró esa rivalidad que con el correr de los años se hizo tradicional. Ello fue lo que echó las bases del gran incremento que alcanzara el fútbol, porque de no haberse manifestado un antagonismo como el que existía, los certámenes locales se habrían El trofeo doctor Carlos G. desarrollado entre el interés, desde luego, pero nunca entre la pasión, Colombres, disputado en la madre de todos los hechos salientes de la historia de nuestro popular temporada nocturna de 1939. deporte. 78


Esa rivalidad los alejaba y a veces los acercaba cada vez más. Y así fue como Rosario Central y Newell’s Old Boys, nombres gloriosos, escribieron páginas magníficas en el libro de oro del balompié nacional. Los alejaba el afán de la victoria, pero los acercaba cuando, precisamente, esa victoria una vez se inclinaba, para mostrársele esquiva en la siguiente, a uno de los dos bandos. El calor popular que siempre primó en el ambiente en que Rosario Central y Newell’s Old Boys desarrollaron sus actividades, fue el causante de la estela luminosa que cada cual trazó a su paso y hoy asistimos a un acontecimiento que viene a sellar y a poner un broche magnífico a toda esa obra mancomunada que llevaron a cabo en forma tan acertada. Ese broche, es el ingreso de ambos clubs a las filas de la Asociación del Fútbol Argentino. Como los dos hicieron tantos méritos en sus continuas pujas por la conquista del triunfo, como entre ellos se repartieron la mayoría de los campeonatos rosarinos, el escenario local les ha resultado chico. Ahora están en un lugar donde pueden volver a reverdecer aquellas tradicionales jornadas de antaño, porque la situación es propicia y demostrar cual es la potencialidad alcanzada, que es la potencialidad del fútbol rosarino. Se enfrentan con los más calificados conjuntos del país y esa rivalidad que los acerca siempre, se manifiesta de nuevo, ya que en esta lucha de capacidad con los porteños, los allegados a Newell’s Old Boys y Rosario Central mancomunan sus esfuerzos, porque el éxito, antes que nada acompañe a quienes defienden los prestigios de esta ciudad, que se siente orgullosa de contarlos en su seno. Hoy, Rosario Central y Newell’s Old Boys, los tradicionales rivales del fútbol de Rosario, están más cerca que nunca y ello debe celebrarse como corresponde.

R. Central y el Dr. C. G. Colombres. Al margen de la rivalidad deportiva que ha existido entre Rosario Central y Newell’s Old Boys en todas las épocas, hubo entre jugadores, dirigentes y asociados una corriente de cordialidad ratificada en numerosas oportunidades. La unidad de las dos entidades en sus aspiraciones, las condujo a la incorporación de ambas al seno de la Asociación del Fútbol Argentino. Presidía entonces los destinos del Club A. Newell’s Old Boys el doctor Carlos G. Colombres, que participó en forma activa en esas gestiones. La masa asociada de las dos entidades máximas del fútbol rosarino saben cuánto hizo el doctor Carlos G. Colombres para introducir tan importante variante en la organización del popular deporte en el país. El fallecimiento de este gran deportista, acaecido el 9 de setiembre de 1939, provocó en nuestra ciudad, y en especial modo en la masa deportiva, un sentimiento de verdadero pesar, hondamente sentido en la filas del Club Atlético Rosario Central, donde el doctor Colombres se había granjeado tan sinceras simpatías.

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ROSARIO CENTRAL EN EL CAMPEONATO DE LA A. DEL F. A. Cuando un club, tras 50 años de vida intensa ha dejado una estela luminosa de éxitos, y hechos indestructibles lo señalan entre los más sobresalientes del ambiente en que actúa, es índice de que se trata de una verdadera potencia. Entonces ese ambiente le resulta un tanto pequeño y debe procurar mejores horizontes, mejores oportunidades, para hacer resaltar su valer y demostrar su capacidad en plena evolución. Lo que corresponde a sus directores es buscar el lugar en donde le sea factible alternar con elementos de su categoría, para que en esos cotejos los prestigios adquiridos en buena ley aumenten gradualmente. Eso ocurrió con Rosario Central. El círculo en que desenvolviera sus actividades locales, lo mismo que al adversario de todos los tiempos, Newell’s Old Boys, era demasiado estrecho, y una especie de asfixia se cernía sobre el futuro de ambos institutos. Había que procurarles un mejor campo de acción. Y ese mejor campo de acción era el de participar en la disputa del campeonato de la Asociación del Fútbol Argentino, el de mayor trascendencia del balompié nacional. Los dirigentes del club con ojo avizor, tendieron las redes en procura de esa intervención y los incalculables prestigios obtenidos a lo largo de tantas jornadas honrosas, se encargaron de hacer que esas gestiones culminaran con el más completo de los éxitos. Así fue como Rosario Central empezó a competir en el núcleo de clubs más poderosos de la Argentina. Así fue como el instituto popular de esta ciudad fue partícipe de luchas memorables durante la temporada de 1939. Lo que en principio se hizo a manera de ensayo, prestamente llegó a convertirse en cosa segura y ahora el nombre de Rosario Central, nombre glorioso en la historia del popular deporte nacional, está en condiciones de responder a ese honor que se le ha brindado. Hoy el club está en el lugar al que lo llevaron sus triunfos en las canchas argentinas. Sus cotejos con los teams de Buenos Aires y La Plata, a la par que sirven para aquilatar la potencialidad del fútbol rosarino, del que Rosario Central es celoso defensor. De este cotejar incesante, que se renueva domingo tras domingo, el público de esta ciudad, el mismo público que tiene reservado un pedazo de su corazón a la casaca auriazul, saca ventajas incalculables ya que asiste al desfile de las figuras más cotizadas del popular deporte que integran los planteles actuantes. Durante la presidencia del ingeniero Juan T. Louhau se activaron las tramitaciones para ingresar al campeonato de la Asociación del Fútbol Argentino. Cristalizó la iniciativa siendo presidente el señor Luis C. de Mattía. Continuó la obra el señor Adolfo Boglione. Es ésta, tal vez una de las más preciadas conquistas obtenidas por Rosario Central en los últimos tiempos. No importa que su colocación en el torneo de 1939 no haya estado acorde con sus merecimientos. Lo que realmente interesa es que se encuentre en el sitial que se tiene bien ganado y hechos venideros harán ver que él le pertenece con absoluta propiedad. Ha entrado por la puerta que sólo se abre a los que valen la de verdad y éste es el orgullo de la gran familia centralista. Está entre los más poderosos, porque Rosario Central es poderoso, no sólo en el aspecto deportivo, sino también en el aspecto social, y esa potencia ha de adquirir mayor amplitud a medida que el tiempo pase y que los éxitos en todo sentido acompañen sus futuras actividades. Cuando de hoy en adelante se pase revista a la nómina de las instituciones más fuertes del país, en ella se encontrará grabado con letras de oro, indelebles, el nombre de Rosario Central, que en esas catorce letras sintetiza el esfuerzo que durante cincuenta años, hicieron por elevarlo a este lugar privilegiado, quienes pasaron por sus siempre compactas filas. TRES PRESIDENTES DEL CLUB

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Hermosa vista aérea del monumental estadio del C. A. Rosario Central en barrio Arroyito. Zona populosa, de gran influencia deportiva, aporta dominicalmente la concurrencia de numerosos aficionados. Esta nota fue tomada un día de importante jornada futbolística.

SATISFACCIONES BRINDO EL CAMPEONATO DE 1939 TRIUNFOS NOTABLES OBTUVO EL EQUIPO AURIAZUL El primer año en que Rosario Central interviene en la disputa del torneo de la Asociación del Fútbol Argentino, la suerte no le es propicia. Diversos factores contribuyen a que no tenga el desempeño que hacía esperar su condición de campeón rosarino de 1938 y es así como el equipo no cumple las performances anheladas por todos los que tienen preferencia por los colores azul y oro. Sin embargo, a lo largo del campeonato se han presentado satisfacciones intensas, que llegaron justo a tiempo para entonar el espíritu de quienes se sintieron desalentados en un principio por las defecciones precitadas. Así, al menos, se salvó la situación de Rosario Central y sus prestigios quedaron también salvados, permitiendo mirar con absoluto optimismo el porvenir, no obstante reconocerse que el camino a cubrir es completamente escabroso y presenta inconvenientes difíciles de salvar.

La campaña de 1939 En forma breve vamos a reseñar la campaña cumplida por el team superior del club en el curso del campeonato 1939 de la Asociación del Fútbol Argentino. De entrada, nomás, asistimos a una derrota que en rigor de verdad no era esperada. En ocasión del debut en el certamen, toca enfrentar a Huracán y este, contra toda previsión, se impone por 5 a 1, score que no fue la real expresión de los valores exhibidos en la lucha. En el segundo compromiso, otra derrota experimenta Rosario Central frente a Vélez Sarsfield, por 3 a 1, mala racha que continúa contra Chacarita Juniors, que vence por el mismo score, con River Plate, ganador por 4 a 0. Llegamos así a la quinta fecha y Rosario Central presenta cuatro contrastes consecutivos. Viene 81


Ferrocarril Oeste a medirse en el estadio de Arroyito y el triunfo corresponde al equipo local por el abultado score de cinco tantos contra cero, triunfo que logra hacer renacer las esperanzas de los menos optimistas, ya que abre nuevas posibilidades de éxito. Pero esta esperanza queda nuevamente desvanecida, al volver a caer batido en La Plata frente a Gimnasia y Esgrima, por dos a cero, en Rosario ante Independiente por el mismo resultado. En Quilmes logra empate con Argentinos en un gol por bando, para mejorar en la fecha siguiente al igualar posiciones con San Lorenzo de Almagro, match en el que no fue abierto el score. Un nuevo revés lo sufre ante Tigre, por 2 a 0 y en la undécima jornada, conquista su segundo triunfo frente a Platense por 4 a 1. En tren de mejoramiento, vence a Atlanta, en Buenos Aires, por 1 a 0 y en Rosario se impone por 4 a 1 a Estudiantes de La Plata. Estos dos triunfos son promisores y quedan ratificados en el match que sostiene en el Parque Independencia ante el tradicional adversario, Newell´s Old Boys, con quien comparte los honores del triunfo en una lucha lucida, superior a todas las sostenidas en los últimos tiempos, y en las que las mejores acciones están de parte de Rosario Central. Sigue venciendo y más luego bate a Lanús por 3 a 1, para llegar a la penúltima fecha de la primera fecha frente a Boca Juniors, que le gana por 3 a 0, en un partido accidentado. Pero todos los contrastes quedan relegados al olvido, ante el brillante triunfo que conquista al cierre de la rueda inicial, frente al Racing por 3 a 1. En las revanchas, busca Rosario Central tomarse desquite de los reveses sufridos y espera con optimismo a Huracán, con quien debe romper el fuego. Pero de nuevo vence el team del ""lobito"" por 2 a 0. Ya le va mejor con Vélez Sarsfield, con quien empata en un goal y mucho más con Chacarita Juniors, al que derrota por 2 a 1. Pero sufre una nueva declinación al caer ampliamente por 6 a 0 frente a River Plate, en el estadio de Nuñez, para resurgir de nuevo contra Ferrocarril Oeste, al que se impone por 5 a 2. Contra Gimnasia y Esgrima de la Plata se toma un buen desquite al imponérsele por 4 a 1 y lo mismo hace contra Independiente, el puntero del certamen, que con Rosario Central pierde su condición de invicto en su campo de juego de Avellaneda. Fue esta la perfomance más sobresaliente del equipo del club cumplida en la temporada 1939. Tres tantos contra uno, es un score que refleja en forma elocuente la importancia de este triunfo, conseguido frente a un equipo que no conoce la derrota en su cancha, con una serie de éxitos brillantes y su recuerdo sirve para hacer olvidar todas las vicisitudes experimentadas a lo largo del campeonato. Vence en Rosario a Argentino de Quilmes, por 4 a 2, para perder en Buenos Aires contra San Lorenzo por 3 a 0, y en esta ciudad con Tigre, por 2 a 1 y con Platense por 5 a 1. Estas derrotas le hacen perder la posibilidad de conquistar mejores posiciones. Derrota más luego a Atlanta, por 6 a 1, partido jugado en el estadio de barrio Arroyito y de nuevo pierde en La Plata, por 6 a 2, frente a Estudiantes. Se mide, en la 14ª fecha con Newell´s Old Boys y otra vez el partido arroja un empate. Fue un lance sostenido con lucha tenaz y como en la primera rueda, Rosario Central, supera levemente a su viejo adversario, pero no consigue inclinar el triunfo a su favor. Se traslada a Lanús y cae batido por 4 a 1, para conseguir en las dos últimas jornadas otros tantos triunfos consagratorios. Vence en un lance nocturno verificado en nuestra ciudad, por 1 a 0 a Boca Juniors y en Avellaneda, al Rácing, por 2 a 0. Fueron estos, con el conseguido ante Independiente, los mejores éxitos que exhibe Rosario Central de los obtenidos en el importante certamen de la Asociación del Fútbol Argentino, que lo cuenta como uno de sus mejores animadores. Ahora cabe esperar que en 1940 la suerte le sea más propicia y que el conjunto auriazul haga reverdecer, frente a los fuertes adversarios que le saldrán al paso, los laureles conquistados en su larga actuación en el escenario deportivo nacional. Al menos ese es el deseo de todos y ojalá que al cabo de la temporada venidera pueda exhibir, Rosario Central, mejores éxitos que en la anterior.

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Durante la temporada de 1939 los jugadores auriazules se vieron sometidos a una rigurosa preparación atlética bajo la experta dirección del "maestro" Emérico Hirchsl. Ahí vemos a entrenador y players en un instante de descanso durante un día de práctica en el estadio de la institución.

LOS PLAYERS DE HOY El hombre que siempre estuvo listo fue ALFREDO FOGEL. No ha faltado a un solo match del certamen y los que es más digno de destacarse es que el rubio defensor auriazul ha cumplido por lo general actuaciones sobresalientes. Fogel es el jugador que se hizo a base de voluntad ya que sus primeras actuaciones en primera división no pasaban de discretas. Se le mantuvo en el cuadro y hoy es un medio zaguero completo, con múltiples recursos. Cuando hace falta una corazonada ahí está Fogel, como en el match clásico de la segunda rueda, en los momentos que ocupó el puesto que había dejado vacante Ignacio Díaz. El padre de IGNACIO DÍAZ no quería que su hijo fuera jugador de fútbol. Una vez, cuando ya Ignacio defendía la casaca auriazul le dijeron: - ¡Ud. Don Díaz tiene un hijo "crack”! Primero no lo quería creer. Luego, cuando supo que era verdad, se llevó una gran contrariedad. Al fin cedió, como en todos estos casos. Este Ignacio Díaz que debutó en primera división nada menos que jugando contra Peñarol de Montevideo, haciéndolo de half, es ahora uno de los zagueros más completos del fútbol argentino. Por donde desfilaron Zenón, Sarasíbar, Pancho de Cicco, González, en ese mismo puesto, es puntal firme de la defensa auriazul. Lo ha ratificado en el presente campeonato jugando 29 partidos, sobre los 34 realizados. RICARDO CISTERNA llegó un día de Tucumán integrando un seleccionado del Jardín de la República. Poco después volvía a Rosario para incorporarse en forma definitiva a nuestro fútbol vistiendo la camiseta auriazul Su primera actuación fue consagratoria y de las tribunas, la hinchada coreó su nombre festejando al nuevo crack. A veces ha fallado Cisterna, no por falta de entusiasmo sino por deficiencia física. Por 83


eso es que ahora, bien entrenado, produce magníficamente y es el delantero endiablado sobre el cual a comienzos de temporada pusieron el ojo los seleccionadores del team nacional. En el año, Cisterna, jugó 27 partidos oficiales. Vino de Villa Constitución y militó en el desaparecido Washington. Lo hacía con el prestigio de que, en la temporada anterior, en el campeonato Regional, había detenido nada menos que ¡catorce penales!... Este es PEDRO ARAIZ. Cuando ingresó a Rosario Central se le brindó la oportunidad que tanto esperara, de actuar en un cuadro grande. Y se consagró. Después le disputó a Tito Funes el puesto en los seleccionados rosarinos y hoy "Cañita" sigue invariablemente siendo un guardavalla de clase. Vive en Villa Constitución habiendo entrado este año a la categoría de los hombres casados, que según dicen es la mejor receta para aumentar de peso. Aráiz, por lo menos ya ha tenido un repunte. La valla de Rosario Central la defendió 24 veces en el campeonato. Es JUSTO J. LESCANO un zaguero de juego muy particular. En un puesto como el que se desempeña no se impone siempre el estilista, sobre todo en la época actual del fútbol. Sin embargo hay que decir que Lescano es un zaguero poseedor de recursos tan depurados que por ello precisamente se hacen más brillantes sus actuaciones. Universitario, inscripto en la Escuela de Odontología de nuestra Facultad, ha desechado muchos ofrecimientos para trasladarse a la capital. Seguirá en Rosario Central hasta finalizar su carrera y permanecerá en Rosario Central mientras se necesiten sus servicios. Ha tenido muchas satisfacciones en el deporte. Ahora espera ansiosamente el momento de colocar la placa de bronce que diga "Dr. J. J. Lescano" En la temporada, ha intervenido en 15 partidos. Después de un tiempo que los estudios le obligaran a mantenerse algo alejado, volvió al círculo privilegiado para formar pareja con Ignacio Díaz, destacando así nuevamente sus bondades.

LAPORTA: HOMBRE ORQUESTA Tiene Rosario Central en Salvador Laporta un hombre múltiple. Puede decírsele viejo defensor auriazul ya que militaba en el club antes de la implantación del profesionalismo, volviendo a la entidad para conseguir entonces una consagración completa, ya que no fue sólo elemento indispensable del equipo sino que por sus condiciones mereció muchas veces la designación en los seleccionados rosarinos. Pareciera imposible que en un cuerpo tan menudo exista tanta vitalidad; porque Laporta es de esos hombres que no se agotan y en todo momento tienen recursos ante el adversario. No es individualista, cualidad muy grande y que le ha conquistado tantas simpatías. Y si bien es cierto que su mejor desempeño es como delantero, en las oportunidades que por circunstancias especiales se le requirió en la defensa, respondió con el máximo de eficiencia. Laporta fue a Chile solicitado en préstamo por el Club A. River Plate en la gira efectuada por la prestigiosa entidad porteña. Y su intervención en la "tournee", aparte de destacar su valía, sirve para intensificar aun más la corriente de amistad y simpatía que existe entre Rosario Central y River Plate.

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Toca ahora hacer referencia a algo que significa tradición dentro del Club Atlético Rosario Central. Lo haremos en esta sección con breves líneas porque el elogio que en realidad le corresponde lo destacamos en lugar aparte; se trata de ENRIQUE HAYES, hijo del gran centre-forward internacional de la época de oro del fútbol argentino, Harry Hayes. Fue el último valor que se incorporó al primer equipo en la temporada de 1939 y resultó el más efectivo. Es que por sus venas corre sangre de "crack" y el pibe consagrado hace ya años en la 5ª división alternó esta vez entre los mejores con una suficiencia notoria. Hayes dirigió en 11 oportunidades el quinteto de Rosario Central. TOTO LAPORTA juega de lo que venga ¿falta un wing? ahí está Laporta. ¿Qué se necesita un half? Toto está listo para ocupar la plaza. Y no interesa que sea a la derecha o la izquierda. Su capacidad no tiene límites. En las postrimerías del campeonato, en partidos de responsabilidad frente a Newell’s Old Boys y Boca Juniors, la defensa tuvo que ser modificada y entonces Laporta pasó a jugar de half. Fueron dos demostraciones más de que es un futbolista completo y hoy creemos que el día que a Rosario Central le falte un half de ala puede recurrir muy cómodamente a los servicios de este muchacho, tan menudito y con un corazón tan grande. CONSTACIO RIVERO se incorporó a Rosario Central cuando era titular del equipo superior Germán Gaitán. Tuvo así este nuevo elemento que esperar la oportunidad propicia para ascender al círculo privilegiado y, cuando lo hizo en el año 1938, sus actuaciones jugaron un rol muy importante para que el once auriazul repitiera por segunda vez consecutiva la hazaña de conquistar el título de campeón profesional rosarino. En 1939, Rivero, integró 15 veces el primer equipo. A FRANCISCO RODRÍGUEZ también le resulta lo mismo actuar en cualquier extremo de la línea de ataque. Aunque él prefiere el costado izquierdo. Comenzó la temporada haciéndolo de wing derecho, luego estuvo en "relache" algún tiempo y finalizó la campaña oficial integrando el equipo que se impuso al Rácing Club en el último compromiso del año, en cuya oportunidad anotó uno de los goles. En total, durante el certamen, Rodríguez jugó 19 partidos. Integrante de seleccionados argentinos en temporadas anteriores, HECHOR GARCÍA defendió este año la casaca de Rosario Central cedido en préstamo por el Club A. Huracán de Buenos Aires, ratificándose con este intercambio la cordialidad de las relaciones que existe con esta entidad. Ha sido García un centre-half de recursos y en el curso del año ratificó bondades hasta convertirse en el titular del cuatro, que lo integró en 19 oportunidades. Sus actuaciones, en rigor de verdad, ofrecieron altibajos como consecuencia de una lesión en una rodilla, pero en líneas generales puede decirse, que mostró sus conocimientos y experiencia para un puesto de suma responsabilidad.

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EL GRAN CAPITÁN IGNACIO DÍAZ Lleva un apellido cargado de tradición dentro de Rosario Central. Pero ningún vínculo familiar lo une a Zenón, Octavio y Oscar. Primero fue half y más tarde pasó a la zaga donde se formó el jugador de clase que se impuso en forma amplia. Muchas entidades desearon conseguir su concurso y a Rosario Central se le hicieron ofertas tentadoras, pero en ningún momento se tuvo la intención de transferido por cuanto significaba dentro de la entidad algo muy querido, ya que él, con ese cariño invariable en que durante tantos años ha defendido la casaca auriazul supo granjearse unánimes simpatías. El cargo de capitán del equipo no podía estar en mejores manos. Y recordamos aquí, entre sus muchas hazañas, la que cumplió a fines de temporada, frente a Boca Juniors, en que actuando lesionado y ocupando la plaza de centreforward, fue el autor del gol que dio el triunfo a Rosario Central en una jornada memorable. Su primera campaña en el campeonato oficial de la A.F.A. la ha cumplido el Club A. Rosario Central con el concurso de 34 jugadores llegándose finalmente a concretarse la efectividad del equipo con un número considerablemente más reducido y que fue con el cual se obtuvieron los más significativos triunfos.

CRISTALIZÓ UN ANHELO: LA FUSIÓN DE LAS TENDENCIAS

Hermosa vista que ofrecía el estadio del C. A. Rosario Central en una tarde de importante encuentro. Las gradas de cemento cobijan dominicalmente a gran cantidad de aficionados. El 9 de noviembre, tras diversas reuniones provocadas por la Comisión Directiva que actuaba bajo la presidencia de don Adolfo Boglione, se tomó una de las resoluciones más trascendentales dentro de la vida interna de la institución: la unión de las diversas tendencias que actuaban en la misma y que había provocado no pocos inconvenientes en el desenvolvimiento de sus actividades sociales y deportivas. Con un espíritu de colaboración amplio. Llevando como único punto de mira los intereses del club. Contando para ello con la intervención y adhesión de un prestigioso y caracterizado grupo de asociados, se realizaron varias reuniones en las cuales también intervino, especialmente invitado, el asesor letrado del club Dr. José N. Antelo quien a su tiempo hizo llegar oportunas sugerencias que contribuyeron grandemente al éxito de las tramitaciones. Se llegó así a lo que tanto se anheló. Desaparecido hasta el más mínimo detalle que pudiera provocar una discordia y surgió de esta manera la "Lista Única" que se presentó al último acto eleccionario y que tuvo previamente una amplia ratificación de parte de la masa asociada cuando en una asamblea convocada extraoficialmente se ratificaron los puntos que habían sido aprobados en las reuniones previas. A todos por igual corresponde el éxito de la gestión: A los que iniciaron los trámites, como a aquellos que concurrieron a las reuniones a significar en una u otra forma su adhesión. Y aun a los mismos que fueron invitados y no se hicieron presentes, también les toca en parte este éxito, pues han aceptado las decisiones de la mayoría, comprendiendo que todo se encuentra por la senda del bien, de la concordia y el afianzamiento del progreso de la entidad. 86


Quienes intervinieron En la reunión decisiva para la unidad del club, estuvieron presentes los miembros de la C. D., señores: Adolfo Boglione, Italo Rizzotto, José M. Puig, Jaime J. Sust, Francisco D'Ambrosio, Santos Díaz, Marcos Brodsky, Jorge Alod, Carlos Guida, Oscar A. Capellín y José De Sanctis. Los asociados señores: Ing. Juan T. Louhau, Julio Artundo, Pericles de Sanctis, Jorge A. Gray, Dr. José E. Celoria, Isidoro M. Melero, José López Bussé, Ignacio R. Rota, Dr. José Varela Silveira, Fermín J. Lejarza (hijo), Victorio Gugliucci, Roque Contristano, Domingo Sofo, Serafín Costa, Luis Lumia, Víctor Quaroni, Guillermo Jáuregui, Julio Fernández, Alfredo Woodward, José B. Marcogliese, Mario Quaranta, Amadeo V. Re, Julián de la Rúa, Agustín Ravaioli, Juan Russo, Felipe Lullo, Andrés Cipullo, Antonio Bertolini y José Alod. Justificaron su inasistencia los señores: Agustín Rodríguez Araya, Luis C de Mattia, Antonio Blanco, Alfredo A. Rossi, José B. Quintana, Joaquín Lueso, Emilio Leandrini, Rafael Villafuerte y Luis Izaga. Además habían sido invitados a intervenir en la reunión los señores: Dr. Ernesto R. Suárez, Federico Marcogliese, Federico J. Flynn, Antonio Cingolani, Dr. Rafael Babbini, Alfredo C. Di Monte, Juan Buono, Gerardo Errico, Antonio Sforza, Dr. Juan A. Gallo, Joaquín Ripoll, Dr. José Imhoff, Juan M. Layús, Rufino M. Elizalde, Guido Fanini, Jacobo Bondino, Antonio Tréspide, Juan Peduzzi, Rafael Márquez, Carlos Márquez, José Márquez y Enzo Frati.

HIRSCHL EN ROSARIO CENTRAL A mediados del año anterior el Club A. Rosario Central contrató los servicios del entrenador Emérico Hirschl, que tan buenos antecedentes había ganado en nuestro fútbol a través de sus actuaciones en Gimnasia y Esgrima de La Plata y River Plate de Buenos Aires. Llegó Hirschl al club en momentos difíciles. La campaña del primer equipo acusaba marcada irregularidad. No se podía tampoco hacer milagros inmediatos, pero lo cierto es que el paso de Hirschl por Rosario Central fue de singular provecho a la par que su preocupación brindó satisfacciones a los asociados, también las tuvo el "maestro" para sí. El alejamiento de Hirschl de Rosario Central no fue motivado por ninguna situación de tirantez. Finalizó su contrato y regresó a Buenos Aires donde se ha reincorporado recientemente a Gimnasia y Esgrima. Pero puede afirmarse que dirigentes, jugadores y asociados lo distinguen con el aprecio que él supo conquistar durante el tiempo que dirigió el primer equipo de la casaca azul y oro.

EL TRIBUNAL PERMANENTE DE APELACIÓN A partir del mes de marzo de 1936, y cumpliendo con una de las disposiciones estatutarias, quedó constituido en el Club A. Rosario Central el Tribunal Permanente de Apelación, cuyos integrantes dejan de pertenecer al mismo cuando son electos para desempeñar cargos en la Comisión Directiva, volviendo a formar parte de dicho cuerpo al finalizar sus mandatos. La constitución actual del Tribunal Permanente de Apelación es la siguiente: Presidente: Secretario: Vocales:

Dr. Sr. Dr. " " " Sr. " "

Dr. ERNESTO R. SUÁREZ Sr. DOMINGO SAGGESE Dr. DANIEL BOSSANO ANSALDO GUILLERMO SCHOELLER ISIDRO CARCAMO ENRIQUE ROSSI RAFAEL VILLAFUERTE GERARDO ERRICO LUIS C. DE MATTIA

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Cuando JUAN J. GRASSI debutó en Rosario Central, frente a Ferrocarril Oeste, lo hizo destacando su efectividad. Procedente de Montevideo, puso en evidencia, desde el primer momento, una voluntad con la que ha compensado cualquier otra falla. Grassi es el mejor ejemplo de que puede ofrecerse como jugador constante y animoso. Su peligrosidad fue siempre una esperanza que quedó confirmada en muchas oportunidades, durante los 18 partidos que disputó en el campeonato. RAÚL MARTÍNEZ es porteño. En la primera rueda integró el equipo de River Plate que venció a Rosario Central en el estadio de Arroyito. Posteriormente pasó a vestir la casaca auriazul y cada una de sus actuaciones era un afianzamiento de su clase que llegó a la máxima expresión en el match clásico frente a N. O. Boys jugado en la 1ª rueda. Ha cumplido 16 partidos durante la temporada. Otro porteño es HECTOR VIDAL. Formado en las filas del Club A. Lanús se incorporó el año pasado a Rosario Central y a poco de iniciada la temporada oficial llegó a constituir con Ignacio Díaz una pareja positiva. Poseedor de un dinamismo extraordinario ha cedido luego su puesto a un valor como Lescano, pero siempre una reserva de calidad dentro del equipo. Jugó 14 partidos. Ha vuelto ahora a las filas de Lanús. Procedente de la cuarta especial de River Plate, RICARDO COLOCCINI tuvo en Rosario Central la oportunidad que no se la brindaba en su club de origen, o sea pasar a ser un player efectivo en el círculo privilegiado. Ha conformado a través de sus catorce actuaciones en el primer equipo, siendo un hombre de regularidad y que consideramos no ha llegado todavía a la plenitud de sus medios. El puesto de wing izquierdo estuvo "militarizado" durante el año próximo pasado, pues Rodríguez y ANÍBAL MAFFEI han tenido que cumplir con el servicio militar y ambos compartieron esa plaza durante el campeonato. Maffei se incorporó a Rosario Central para cubrir la vacante que había dejado nada menos que un jugador de la talla de Enrique García. Ha jugado 13 partidos en el año.

ENRIQUE GUERRERO, ex jugador de Racing, fue el eje delantero en la parte inicial del campeonato. Posteriormente integró el cuadro de reserva y hubo en él cualidades excelentes, destacándose por su caballerosidad deportiva. Guerrero jugó en 12 partidos y respondió a base de voluntad con la difícil misión que se le encomendaba. Otro player cuyo apellido se encuentra íntimamente ligado a la historia deportiva de Rosario Central es OSCAR DÍAZ, hijo del gran Zenón, sobrino de Juan Díaz y primo de Octavio. Oscar Díaz es un insider formado completamente dentro de la institución y llevado al círculo privilegiado refirmó la clase de sus antecesores. En el correr de la temporada, llamado a defender la casaca auriazul, lo hizo en diez oportunidades.

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Ha tenido Pedro Aráiz un digno suplente en JUAN MARTÍNEZ, un elemento netamente formado en las filas de Rosario Central y que en las 9 oportunidades que le tocó actuar, lo hizo en gran forma, habían sido sus más sobresalientes performances las registradas en los dos últimos compromisos del año frente a Boca Juniors y Racing Club, manteniendo en ambas oportunidades invicta su valla. Martínez, que de la 5ª división dio un salto a la categoría privilegiada, es un elemento ya consagrado dentro del fútbol profesional. DAVID MARCOVICH posee condiciones, aun cuando a veces se le discuten, pero que él ha confirmado a través de los 9 encuentros en que actuó en la primera división ocupando en la mayoría de los casos la plaza de insider izquierdo aun cuando en un par de oportunidades se le requirieron sus servicios como puntero y dio resultado. Elemento que se hizo dentro de la entidad, es también un valor constituido ya en una realidad. Además, han integrado el plantel superior en el curso del año, hasta completar la cifra citada al comienzo, los siguientes jugadores: P. Perucca, 8 partidos; Hernán López, 5; Francisco Sosa, 5; Luis Amaya, 4; Tomás Cuello, 3; Alejandrino Barrios, 3; Roberto D'Alessandro, 2; Antonio Ciraolo, 2; Gregorio Chávez, 2; Pedro De Biassi, 1; Angel Miranda, 1; Mario Casagrande; 1 y Antonio Rivarola, 1.

CUANDO ENNIS SE SENTÓ SOBRE LA PELOTA Ennis Hayes tuvo su cuarto de hora de gran popularidad. Cinco lustros atrás fulguraban con destellos propios. Era un astro de primera magnitud. Un virtuoso del fútbol que hacía maravillas con la redonda. En su puesto de insider izquierdo se consagró ante propios y extraños. Por eso mereció el honor de integrar los combinados rosarinos y nacionales, en la mayoría de las ocasiones al lado de su hermano Harry, con quien tan bien se comprendía. Sus diabluras eran clásicas. Habilidoso en el dribling, intuitivo, vivaz, inteligente, apilaba adversarios en notables arabescos, hasta cansar a toda la defensa. Y, a veces, el mismo arquero rival, sorprendido, veía entrar a su valla a aquel delantero endiablado que había iniciado, zigzagueantemente, su esfuerzo en el centro del field. La picardía de Ennis era conocida popularmente. En la cancha se gastaba chistes, como aquella vez en la cancha de Gimnasia y Esgrima... La rivalidad entre Rosario Central y Argentino (hoy Gimnasia y Esgrima) venía desde tiempo atrás. El once mens-sana, que hace dos décadas estaba integrado por valores destacados amenazaba con hacerle un gran match a la escuadra auriazul. Pero en el campo de juego la cosas ocurrieron de distinto modo. Central obtuvo un gol... y otro... y otro. La valla gimnasista había caído en cuatro ocasiones cuando Ennis, que ya festejaba risueñamente tamaña conquista, realizó una de sus famosas apiladas, para sentarse en seguida sobre la pelota a la espera del próximo rival. Esta actitud, vista desde el aspecto festivo, señala una de las tantas humoradas del gran insider internacional.

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SEBASTIÁN GUZMÁN Ya implantado el profesionalismo, los dirigentes del club buscaron al hombre que supiera conducir el quinteto ofensivo y le diera categoría al mismo. En esa búsqueda dieron con Sebastián Guzmán, que en una localidad de Córdoba hacía maravillas con la pelota. Traído a Rosario, no tardó mucho en aclimatarse y demostrar que se trataba de un player de condiciones poco comunes. Se afianzó en su juego y presto conquistó las simpatías de la "hinchada". Sus actuaciones fueron casi siempre excelentes y su nombre adquirió merecida popularidad. En el club se le quería. Los partidarios no cesaban de brindarle elogios y llegó a ser el conductor de la delantera más brillante que hubo en los fields rosarinos en los últimos tiempos. Pero su indolencia, su falta de empeño, quizás, por mantener su estado atlético, conspiro con todo y poco a poco comenzó a decaer, para llegar a actuar con poca eficacia. Y el hombre que había maravillado con su hábil manejo de la ball, de pronto perdió notoriedad y se confundió con los que habían sido. Sin embargo, se los recuerda con cariño. Es que fue un gran jugador.

ROSARIO CENTRAL Y EL BASEBALL

Uno de los equipos de baseball que tuvo la entidad. No ha descuidado Rosario Central durante su activa vida deportiva la práctica de diversos deportes entre sus asociados. Club popular por excelencia tiente abiertas sus puertas para cobijar en su seno a los aficionados que bajo la gloriosa enseña bicolor desean hacer del sport un verdadero culto. Con su aporte, con su calor amigo, Rosario Central fue haciéndose grande. Desde los años remotos de su iniciación, el club auriazul con la práctica del cricket comenzó su labor incansable en pro de la difusión de los deportes. Si bien su mayor ahínco consistió en alcanzar los más elevados sitiales con sus equipos de fútbol, los dirigentes se han preocupado también con febril entusiasmo en propiciar la difusión del deporte ciencia, el ajedrez, también el basket-ball, el box y el baseball. La familia auriazul, heterogénea y laboriosa – gran república de gente animosa, entusiasta y consecuente – supo también allegar a sus filas a un núcleo de laboriosos japoneses que dieron vida, bajo los colores auriazules, al baseball, deporte que si bien está poco arraigado entre nosotros se hizo conocer en espectáculos que vino así a constituir un motivo más de atracción para los 90


numerosos parciales de la entidad y el público en general. Los equipos de baseball de Rosario Central – en los cuales se alistaron también elementos criollos rápidamente – han tenido destacada actuación en los campos deportivos, ya en jornadas de competencia amistosa como en torneos oficiales, en donde los viéramos alcanzar lugares de verdadero privilegio. De tal suerte ha cumplido Rosario Central con un motivo más de su razón de ser en cincuenta años de provechosa vida deportiva.

LO RARO E INTERESANTE LOS CINCO GARCÍA Así como Rosario Central puede exhibir en su rico historial nombres que fueron los que propendieron a su popularidad, tales como los Díaz, Hayes, Blanco, Rota, etc. que significan los más sólidos pedestales en que se afirmaron sus bases indestructibles de hoy, cuenta entre quienes pasaron por sus filas, con otros valiosísimos. Hay un apellido que, por ser extremadamente común, tan común que en la guías telefónicas ocupa nutridas páginas, también tuvo que estar ligado a la vida del club. Ese apellido es el de García. Y muchos fueron los García que vistieron la gloriosa casaca azul y oro, pero vamos a recordar a los que por haber actuado en el círculo privilegiado cobraron mayor notoriedad y hagamos resaltar, también, de que por rara coincidencia, a ninguno de ellos los ligó vínculo alguno de parentesco. Antes del profesionalismo, actuó como centrehalf durante regular tiempo, Julio García, el popular "chancha", que pese a su excesivo peso, se prodigaba con singular entusiasmo en la defensa de los colores de Rosario Central. Luego jugó Pedro García, el "Monti de Bragado", aunque en forma fugaz, siguiendo más tarde Enrique García, el gran "chueco", sin duda el más sobresaliente de los García habidos en los últimos tiempos, Juan García, el "gallleguito", que a veces se lució en el extremo derecho del quinteto ofensivo, y en la temporada anterior Héctor García, que en el centro de la línea media realizó algunas performances meritorias. Pero lo más raro de todo ello, como queda dicho, es que ninguno de estos cinco García cuenta entre sí ni el más lejano parentesco.

MODELO DE CABALLEROSIDAD Cuando un jugador, amén de las condiciones para la práctica del fútbol, posee el preciado don de la caballerosidad y la mantiene aún en los instantes más críticos de su carrera deportiva, llega a conquistar simpatías que no se diluyen en el correr de los años y su figura se recuerda siempre con cariño. Ello es lo que ocurre con Ernesto Cordonez que durante una época fuera uno de los más eficaces defensores de la casaca auriazul. Esta caballerosidad citada, le significó a Cordones el aprecio general del público deportivo rosarino y su paso por las canchas de nuestra ciudad es reconocido como un ejemplo del que deben servirse los players de hoy. Porque el unir las dos condiciones que él poseía y que manifestaba de continuo es algo que no todos pueden exhibir. En el gráfico que ilustra esta líneas, aparece Cordones en ocasión de un match con Independiente disputado en nuestra ciudad, desempeñando el papel de capitán de Rosario Central y estrechando la mano de Juan Carlos Corazzo, el formidable ex centrehalf del campeón de 1939, también uno de los más caballerescos elementos que actuaron en los campos porteños en estos últimos tiempos. 91


UN GOL QUE NO SE OLVIDA Que un delantero conquiste un gol espectacular o que un half lo obtenga mediante una jugada brillantísima, es cosa común. Pero que un back, lesionado e improvisado en un puesto del quinteto ofensivo, precisamente por esa inferioridad física, sea el autor de un tanto que significa el triunfo sobre un calificado oponente, no se produce a menudo. Y cuando se produce, esa proeza no puede borrarse así no más de la mente de los que simpatizan hacia un determinado club. Por eso es que el gol que Ignacio Díaz consiguió frente a Boca Juniors, en el match disputado de noche en el estadio de Arroyito por el campeonato de la Asociación del Fútbol Argentino, queda grabado en la retina de todos los que asistieron al mismo. Fue, sin duda alguna, una proeza, ya que lesionado y ocupando el puesto de centro delantero, mediante una jugada de clase, significó la victoria de su bando, cuando no estaba en condiciones de brindársela, precisamente.

LOS FESTEJOS LA COMISIÓN La organización de los festejos del 50º aniversario no fue tarea fácil. La comisión que los tuvo a su cargo debió realizar, en un término limitado, una labor extraordinaria, pero finalmente tuvo la satisfacción de ver cumplidos sus propósitos, y los de la masa asociada, con un éxito singular. La comisión estuvo integrada de la siguiente manera: JUNTA EJECUTIVA: José B. Quintana, Mario Persig y Jaime J. Sust. HACIENDA: Francisco D’Ambrosio, Guido Fanini, Agustín Orsi, Santos Días y Antonio Rizzotto. PRENSA Y RADIO: Julián de la Rúa, Guillermo Jáuregui y Felipe Lulo. BANQUETES: Anselmo García Fernández, Luis Lumia, Miguel Pietrafesa, Angel Martorano y Víctor Quaroni. BAILES: Miguel Quaranta Casas, Fermín Lejarza (hijo), Alberto Fillol Day y Víctor Quaroni. DESFILE Y REPARTOS: Luis Lumia, Raúl Rodríguez Azategui y Anselmo García Fernández. DEPORTES: Comisión directiva, subcomisión de fútbol y subcomisión de basketball. ORNAMENTACIÓN: Julián de la Rúa, Jorge Alod y Jaime J. Sust.

LA LLAMA ETERNA Noche del 28 de setiembre de 1939. Fecha inicial del programa de festejos. La simbólica carrera de postas unió en línea luminosa el local social de la entidad, en la calle San Lorenzo 1245, con el estadio glorioso del barrio Arroyito, escenario de las jornadas conmemorativas del cincuentenario. La antorcha fue pasada de mano en mano hasta hacer su entrada triunfal en el stadium magnífico, vestido de gala en una noche memorable. Las banderas flameaban besadas suavemente por la brisa y los gallardetes ponían en el ambiente una nota simpática de fiesta extraordinaria. Digno marco era el público, abigarrado y entusiasta.

duraron los festejos.

Desde el centro de la urbe febril y laboriosa al campo de deportes, teatro de tantos triunfos de los colores auriazules pasando por las calles San Lorenzo, O. Lagos, Salta, Avenida Alberdi, Boulevard Avellaneda y Avenida Génova, fue transportado el fuego olímpico que quedó convertido en llama para seguir ardiendo mientras

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En el estadio se levantó la lámpara votiva y fue reservado a míster Tomás S. Hooper el derecho de encender el fuego sagrado. El venerable anciano recibió la antorcha de manos del atleta Sixto Ibáñez. Emocionado, viviendo el instante significativo, trascendental, del acto conmemorativo, fu a da vida a la llama, rodeado de viejas figuras, deportista de ayer y hoy, entre aplausos y vítores, y el clásico grito de ¡Central!... ¡Central!... coreado al unísono por millares de almas. No habría de olvidarse así nomás ese momento emotivo que habría de rubricar don Tomás S. Hooper cuando dijeron por boca de su hijo don Enrique Hooper: "La antorcha que acabo de encender simboliza la vida eterna de Rosario Central ¡for ever!" Al señor Tomás S. Hooper, integrante de ese puñado de entusiastas fundadores, Rosario Central le obsequió una medalla de oro. En representación de la entidad usó de la palabra el señor José M. Puig, cuyas palabras oportunas levantaron el entusiasmo popular. La jornada inicial fue en verdad brillante. En días posteriores se realizaron actos que también adquirieron singular lucimiento, festejándose dignamente el cincuentenario.

Momento en que se pone en marcha la columna, entre los aplausos frenéticos de la muchedumbre. Se había cumplido el acto preliminar. Ardía en la lámpara votiva la llama simbólica. No se habían acallado los aplausos que sellaron los discursos de Hooper y Puig, cuando aparecieron en el campo de jugos los abanderados de las entidades que se hacían representar en el magnífico acontecimiento. Fue ésta también una nota emotiva, que renovó el entusiasmo popular. Desde frente al recinto oficial, emergiendo por el túnel al verde cuadrilátero, iniciaron un desfile alrededor del field. Al frente José Minella con la bandera nacional e Ignacio Díaz con la auriazul. Detrás de ellos, Zenón Díaz abanderado del club, marchando a su lado Ignacio R. Rota, Octavio J. Díaz y Luis Indaco. Seguidamente Eduardo Gómez, transportando la bandera de la Asociación del Fútbol Argentino y a continuación los abanderados de Independiente, River Plate, Huracán, San Lorenzo, Newell’s Old Boys, Boca Juniors, Rácing y demás instituciones de la A. del F. A. Estaban también las banderas de Peñarol y Nacional, de Montevideo, de la Asociación Rosarina de Fútbol y sus entidades afiliadas y además de la Federación Rosarina de Basketball. Una ininterrumpida salva de aplausos siguió el paso de la columna hasta que dio la vuelta completa al campo de juego del glorioso Rosario Central. 93


La amistad tradicional con Peñarol Surgió la amistad entre Rosario Central y Peñarol de Montevideo no por convencionalismo, sin por la identificación de procederes y por llevar las mismas aspiraciones en el deporte. En el Uruguay, Peñarol es el club del pueblo, como lo es Rosario Central en nuestra ciudad. Por eso fue que entre la realización de uno y otro encuentro, tanto en Rosario como en la capital del país hermano, fue germinando entre jugadores, dirigentes y asociados, una simpatía que al cabo de un tiempo habría de convertirse en la más amplia y cordial amistad. Cuando las embajadas del club decano del Río de la Plata llegaron a nuestra ciudad, encontraron casa amiga en la sede de Rosario Central y el público les aplaudió como hermanos. Hubo siempre esta reciprocidad en cuanta oportunidad los equipos auriazules fueron a Montevideo. Y no hay acontecimiento memorable, para Peñarol o Rosario Central, en que los dos clubs de alguna manera no se encuentren ligados. El aurinegro de Peñarol y el auriazul de Rosario Central, junto con la similitud de sus casacas, contribuye aún más a formar el ánimo, que está en lo cierto, que estas dos entidades gloriosas del fútbol sudamericano marchan cordialmente unidas.

LA A.F.A. y ROSARIO CENTRAL

Instantes en que D. Tomás S. Hooper acaba de recibir la antorcha de manos del ateta Sixto Ibáñez, en presencia de los Sres. José B. Quintana, Adolfo Boglione, José M. Puig y Alfredo Woodward, entre otros. La jornada inicial de los festejos conmemorativos alcanzó singular lucimiento. Al modificarse en el año 1939 el panorama del fútbol nacional, el Club A. Rosario Central quedó incorporado en forma definitiva a la Asociación del Fútbol Argentino en cuyo torneo superior había intervenido junto con el Club A. Newell’s Old Boys. Los antecedentes deportivos de la entidad, brillantes desde el comienzo del fútbol en el país, fueron tenidos muy en cuenta y puede decirse que a Rosario Central se le respeta y considera dignamente 94


dentro del máximo organismo. Una ratificación de lo que afirmamos fue cuando el club obtuvo, por mediación del Dr. Adrián C. Escobar, que la Asociación del Fútbol Argentino enviara a Rosario un conjunto combinado para competir con Rosario Central en la jornada inicial de los festejos. Fue un gesto que se ha sabido valorar en todo su grande significado pues era la voz de aliento y adhesión de la entidad "mater" a una de sus filiales. No fue en sí la calidad del encuentro, la emoción de la lucha en sus distintas alternativas, sino que estaba de por medio la hermosa actitud de la A.F.A. compartiendo la satisfacción de uno de sus clubs, recientemente incorporado per de los más entusiastas sostenedores, lo que hizo sumamente grato el espectáculo. Y es importante destacar que el combinado de la A.F.A. estuvo en su totalidad integrado por elementos de cartel y que han sido muchas veces representantes de los conjuntos argentinos. De esta manera pues Rosario Central no solamente ofreció a sus asociados y a la afición rosarina en general la oportunidad de ver al cuadro nacional, sino que tuvo la satisfacción de comprobar en el alto concepto que se le tiene dentro de la A.F.A.

ALGO SOBRE EL PARTIDO. En la etapa inicial del encuentro el juego fue favorable al team visitante, que llegó a ejercer un marcado dominio, no obstante, fue Rosario Central el cuadro que obtuvo una ventaja por intermedio de Marcovich a los 41’, finalizando la etapa con su triunfo parcial por 1 tanto contra 0. En tiempo suplementario, en cambio, el once auriazul superó a su adversario y pudo ser el vencedor del match. Pero entonces se registró el empate, Eduardo Gómez fue el autor del gol, terminando el cotejo con el siguiente resultado ASOCIACIÓN DEL FÚTBOL ARGENTINO ROSARIO CENTRAL

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Players que actuaron en el partido contra el combinado de la Asociación del Fútbol Argentino.

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Figuras de ayer y hoy, dirigentes y ex jugadores, antes del desfile.

El seleccionado que envió la Asociación del Fútbol Argentino para disputar el encuentro con el once auriazul en el estadio iluminado de barrio Arroyito.

Este encuentro fue dirigido por el referee señor J. Solari a quien secundaron los referees rosarinos J. Podestá y E. Blanco, en carácter de linesmen. La composición de los equipos fue la siguiente: Rosario Central: J. Martínez; P. Perucca e I. Díaz; H. López, H. García (después R. Martínez) y A. Fogel; F. Rodríguez, J. Gómez, F. Sosa (después J. Gómez), R. Cisterna (después I. Marcovich y aquel pasó de insíder derecho y en el segundo tiempo O. Díaz) y E. García (después Lorenzo). A. del Fútbol Argentino: L. Heredia (N. O. Boys); A, Montañez (G. y Esgrima) y J. Alberti (Huracán) (después Salomón de Rácing); Aragüez (Ch. Juniors), Minella (R. Plate) (después Perucca, de N. O. Boys) y A. Wergifker (R. Plate); C. Peucelle (R. Plate), D. Benítez Cáceres (Rácing), E. Gómez (N. O. Boys), J. Moreno (R. Plate) y E. Pedernera (R. Plate).

RIVER VINO DESPUÉS DE SU GIRA TRIUNFAL POR CHILE Una adhesión significativa a los actos del 50 aniversario fue la visita del equipo superior del Club A. River Plate de Buenos Aires. Había polarizado la atención de toda la afición argentina, semanas antes, con motivo de su gira triunfal por Chile, y justamente días después hacía su reaparición en las canchas de nuestro país, jugando precisamente en el estadio de Arroyito el 3 de enero. River Plate presentó un cuadro poderoso. Integrado con elementos que visitaron el país hermano y otros players que habían solucionado su situación con el club, y de indiscutido prestigio internacional. El partido, con un resultado adverso para el once auriazul por dos tantos contra uno, "score" injusto ya que las mejores acciones correspondieron al equipo rosarino, tuvo un desarrollo interesante. Y en todo momento se puso de manifiesto un alto espíritu deportivo de parte de los jugadores y el 96


público, como si se quisiera reafirmar una vez más las cordiales relaciones que existen entre ambas entidades. Este match fue controlado por el referee rosarino señor José Podestá y los detalles sintéticos del lance son los siguientes: RIVER PLATE 2 ROSARIO CENTRAL 1 Primer tiempo: RIVER PLATE 2 ROSARIO CENTRAL 1 Referee: José Podestá R. Central: J. Martínez; Perucca e I. Díaz (después de los 30’ Lescano); López, R. Martínez y Fogel; Rodríguez, Laporta, Hayes, O. Díaz y Maffei. Después de los 20 del 2º tiempo el ataque formó asó: Laporta, O. Díaz, Hayes, Cisterna y Rodríguez. R. Plate: Sirne (en el 2º tiempo Rodríguez); Blanco y Vassini; Cilaurren, Rodolfi y Santamaría; Peucelle, Gallo (después Pedernera), Rongo, Moreno y Pedernera (después J. Martínez) Goles en el primer tiempo: Moreno a los 13’; Rongo a los 22’ y O. Díaz a los 24’.

LA AMISTAD DEPORTIVA Desde hace muchos años existen cordiales relaciones entre los clubs Rosario Central y River Plate. En la realización de encuentros amistosos, la participación de campeonatos nocturnos y últimamente la intervención del club en el certamen oficial de la A.F.A., permitió en diversas oportunidades que se pusiera francamente de manifiesto la estrecha amistad existente entre ambos institutos. En 1939 hubo cesión mutua de jugadores y así D’Alessandro y H. Maffei pasaron a River Plate quien correspondió cediendo los pases de R. Martínez y A. Coloccini. Más reciente aun fue el permiso especial que se acordó al jugador S. Laporta para que integrara el equipo de River Plate que tan brillante actuación tuvo en Chile y que contribuyó a que Rosario Central tuviera también una legítima satisfacción por sus triunfos: ya sea porque los obtenga el club amigo, como por el hecho de que integrara el equipo un jugador auriazul. En prueba de esa amistad invariable, durante su última visita al estadio de Arroyito, River Plate hizo entrega de una placa de adhesión con motivo del 50º aniversario.

TRAJO FIGURAS DE GRAN CATEGORÍA

Plantel de jugadores de River Plate que disputaron el match en el estadio de barrio Arroyito en los festejos del cincuentenario.

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Acto de la entrega de la placa que River Plate obsequió a Rosario Central con motivo de las bodas de oro.

Los players auriazules que actuaron frente a River Plate en el encuentro cincuentenario disputado en la noche del 3 de enero. Fue un match que sirvió para estrechar aún más los vínculos de amistad deportiva entre las dos instituciones.

CASACAS AURIAZULES EN TODOS LOS BARRIOS Los pibes de antes querían ser émulos de Zenón Díaz y Harry Hayes. Pasaron los años, se renovaron las purretadas de los barrios y simultáneamente variaban ídolos que ya fueron Francia, Miguel, los Blanco, Octavio Díaz, De Cicco, Rivas, para llegar a los presentes con Ignacio Díaz, Aráiz, Lescano, Laporta, etc. No hay barrio de la ciudad donde no viva por lo menos un pibe que es de Rosario Central. Diríamos más: en cada cuadro hay un purrete centralista que lo confiesa y lo sostiene en la mala y en la buena. Las autoridades del club, completando los festejos del 50º aniversario, recorrieron todas las barriadas rosarinas haciendo reparto de camisetas con los colores auriazules y ese día, como en los sucesivos, y hasta ahora mismo, se ven por las calles de nuestra populosa ciudad, a infinidad de purretes llevando la casaca azul y oro, con orgullo y satisfacción, como si la estuvieran defendiendo en una jornada trascendental para la entidad.

Otro de los números programados para celebrar el cincuentenario auriazul fue el gran baile que se realizó en la amplia sala del teatro Colón y que alcanzó singular lucimiento. En el gráfico se observa una vista parcial de la concurrencia, mientras se hallaba entregada a la danza. 98


BOCA TAMBIÉN ESTUVO PRESENTE

Delegados de Boca Juniors hacen entrega de una El equipo de reserva de Rosario Central que plaqueta recordatoria al señor J. B. Quintana. dividió los honores de la jornada con Boca Juniors BOCA JUNIORS, entidad amiga de todas las épocas, también estuvo presente en los actos del 50º aniversario del Club Atlético Rosario Central. No vino con su equipo superior, que había llegado poco antes de una gira por Chile con la mayoría de sus hombres lesionados, pero envió una representación de categoría: la 4ª reserva, que se clasificó campeón en el torneo de 1939 de la Asociación del Fútbol Argentino y que precisamente se midió en el estadio de Arroyito con el cuadro de reserva de Rosario Central, campeón de la Asociación Rosarina de la misma temporada. El partido se jugó el 13 de enero. Un espectáculo interesante que finalizó con las posiciones empatadas en 2 tantos. Los cuadros formaron de la siguiente manera: Rosario Central: J. Martínez; Perucca y Pezzota; Menéndez (después Laporta), Rivero y Guacci, Blanco, O. Díaz (después Sosa), Gamalero, Marco-vich (después Coll) y Rodríguez. Boca Juniors: Fusco; Laidlaw y Flores; Pena, Fonda y De Terán; Elena (después Zacaro), Cambarelli, Valsechi y Lloret. Gol en el primer tiempo: Valsechi a los 36 minutos. Goles en el segundo tiempo: Gamalero a los 10’ (penal); Lloret a los 20’ y Rivero a los 31’.

BOCA JUNIORS OBSEQUIÓ UNA PLAQUETA Ese mismo día, las autoridades de Boca Juniors, por intermedio de sus delegados hicieron entrega al presidente del club señor José B. Quintana de una plaqueta recordatoria del acto que se festeja. La amistad entre Rosario Central y el poderoso instituto porteño data de muchos años atrás y los actos a que nos hemos referido no hacen nada más que confirmarlo en el presente. Plantel de jugadores del Club A. Boca Juniors, campeón de cuarta especial de la Asociación del Fútbol Argentino.

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EL BANQUETE POPULAR CONSOLIDÓ LA UNIÓN Uno de los actos más simpáticos de los festejos del 50º aniversario, en lo que se refiere a la vida interna de la entidad, fue la realización del banquete popular que se llevó a cabo el día 2 de enero en el local de Ovidio Lagos y San Lorenzo y donde asistieron aproximadamente un millar de personas. Fue esta comida la reafirmación espontánea que faltaba para consolidar la unión de la entidad, sellada en las últimas asambleas y ratificada con la elección de la nueva C. D. Concurrieron a la misma los miembros actuales de la Comisión, ex dirigentes, jugadores de las distintas épocas y de la actual y numerosos asociados, poniéndose de manifiesto una vez más la franca cordialidad que existe entre todos los que integran la gran familia de Rosario Central. Resultó en realidad una fiesta de camaradería, rememorándose con todo oportunismo fechas gratas en la vida del club y formulándose votos para seguir luchando por su engrandecimiento. Pronunciaron discursos los señores J. B. Quintana, I. R. Rota, Dr. J. Varela Silveira, Z. Díaz, L. Rossi, R. Elizalde, Ing. J. T. Lohuau, etc. Pero hubo un "fin de fiesta" alegre que estuvo a cargo de los ex internacionales Florencio Sarasíbar y Pablo Molina, quienes pusieron de relieve sus condiciones de cantores. Sarasíbar cantó el "Himno de Rosario Central", que fue coreado por numerosos asociados siendo entusiastamente aplaudido por la concurrencia. 100


Autoridades, dirigentes, asociados y público, en un detalle de la colocación de la piedra fundamental de la futura tribuna oficial.

LA PIEDRA FUNDAMENTAL La piedra fundamental de la nueva tribuna oficial del estadio de Arroyito fue colocada en una ceremonia que se llevó a cabo el domingo 31 de diciembre de 1939. Fue un acto rodeado de sencillez, pero que tuvo sus pasajes emotivos. Se rezó una misa de campaña en el estadio, que estuvo a cargo del cura párroco de la Iglesia del Perpetuo Socorro bendiciendo la piedra fundamental el padre D. Onis. La asistencia del Jefe de Policía de nuestra ciudad, Dr. José A. Martínez Cilveti, dio realce al acto, pronunciando en ese momento oportunas palabras el secretario del Club A. Rosario Central, Sr. José M. Puig. Las autoridades presentes en el acto, invitados especiales y dirigentes del club concurrieron luego al lunch que se sirvió en el buffet del club, en cuya oportunidad habló el Sr. José B. Quintana en representación del club. Las palabra que luego virtió el Dr. José A. Martínez Cilveti, a la par que recalcaron la obra desarrollada por Rosario Central dentro del deporte rosarino fueron también de aliento para proseguir la actividad cumplida durante 50 años de existencia.

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Zenón Díaz y Oscar Díaz frente al "fierrito" de L T 3, en la audición extraordinaria realizada por La Voz del Deporte.

LAS EMISORAS ROSARINAS Y EL CINCUENTENARIO Con motivo de la gloriosa efeméride las broadcastings rosarinas L T 1 y L T 3, por intermedio de sus boletines deportivos se adhirieron al grato acontecimiento, realizando audiciones especiales que fueron sintonizadas por gran cantidad de aficionados. "Tablero Deportivo", que dirige el periodista Teodoro Mirtun, que es al mismo tiempo jefe de la sección deportes del diario "La Capital", llevó a cabo su transmisión desde los estudios de la emisora, contando con la presencia del presidente del club Rosario Central, señor José B. Quintana, quien pronunció un interesante discurso donde destacó motivos salientes de la vida de la institución. "La Voz del Deporte", bajo la dirección del cronista deportivo Cipriano Roldán, jefe de la sección sportiva del diario "Tribuna" y con la colaboración del comentarista Juan Pascual, efectuó una audición extraordinaria por la onda de L T 3, a la que concurrieron haciendo uso de la palabra los dirigentes señores Francisco D’Ambrosio, Guillermo Jáuregui, Mario Quaranta Casas y Julián de la Rúa, el gran ex zaguero internacional Zenón Díaz y el player del presente, su hijo Oscar. Se irradió música adecuada, se emitieron conceptos interesantes y se contaron anécdotas del tiempo viejo. Fue un acto simpático digno de esa audición diaria "amiga de todos los deportistas". Dirigentes, viejos y jóvenes futbolers, músicos y comentaristas que intervinieron en la audición por L T 3. Colaboraron con los relatores deportivos el jefe de prensa de la emisora, Miguel Ángel Cárcano, y el locutor Norberto Blesio.

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80 ATLETAS EN LA MARATÓN DE LAS ANTORCHAS

El mismo día que se midieron los cuadros de reserva de Rosario Central y Boca Juniors una legión de atletas disputó la maratón de las antorchas. Ochenta aficionados entre los que encontramos a figuras consagradas como Tomás Palomeque, a veteranos entusiastas y hasta un chiquilín de 11 años, Marianito García, del Club D. "Felipe Moré", partieron poco después de las 21 horas desde el local central del Club, en la calle San Lorenzo 1245 y tomando por Entre Ríos, siguieron por Santa Fe, Buenos Aires, Córdoba, Boulevard Oroño, Salta, Avenida Alberdi, Boulevard Avellaneda, Avenida Génova, ingresando al campo de juego donde después de cumplir una vuelta daban por finalizada la competencia. Fue un espectáculo magnífico y a todo lo largo del trayecto, por zonas céntricas y populosas de la ciudad, numeroso público se congregó para alentar a los maratonistas. Tomás Palomeque, atleta rosarino consagrado por significativos triunfos en competencias de ese estilo, se impuso también en esta prueba que tenía un recorrido aproximado de 8.000 metros. En uno de los gráficos vemos a los participantes antes de iniciar la prueba, y en otro al presidente del club, señor José B. Quintana felicitando al vencedor de la maratón, el atleta Tomás Palomeque.

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Arroyito Juniors

Newell's Old Boys

Centro Don Bosco

UN MAGNIFICO CAMPEONATO 50º ANIVERSARIO En los actos del 50 aniversario el basket-ball brindó una magnífica fiesta en dos jornadas que se cumplieron en el estadio de la Avda. Ovidio Lagos y San Lorenzo y que contaron con la adhesión de numeroso público. Los nueve equipos que intervienen en el torneo oficial de primera división de la Federación Rosarina de basket-ball participaron en el campeonato Eliminatorio, que se llevó a cabo los días 9 y 11 de enero ppdo. En la primera jornada los resultados que se registraron fueron los siguientes: Rosario Central, 35; Estudiantes Juniors 5. Don Bosco, 20; Arroyito Juniors, 16. Huracán 48; Dep. Sarmiento, 23. Newell´s Old Boys, 31; Estudiantes, 15. La segunda reunión en la cual se definiría el campeonato tuvo aún más importancia, y los resultados generales fueron los siguientes: Cuarto de final: Unión de Santa Fe, 36; Don Bosco, 29. Semifinales: Huracán 34; Newell´s Old Boys, 33. Unión, 22; Rosario Central, 20 Final: Unión de Santa Fe, 25; Huracán, 20.

ALGO DEL MATCH FINAL

En el encuentro decisivo se midieron los equipos de Unión y Huracán, quienes brindaron una lucha de lucidas alternativas. En el período inicial se iba imponiendo el equipo rosarino pero, posteriormente la victoria correspondió a los santafecinos, que totalizaron 25 tantos, contra 20 de Huracán. Controló el partido el árbitro señor Manuel, y los cuadros se presentaron a la cancha integrados por los siguientes jugadores: Unión: W. Casteño (6), J. C. Benaglio (1), L. D’Alessandro (1), G. Botto (9), N. Segovia (7),A. Bachich (0), N. Marchesi (1), G. Wagner (0), P. Ballardini (0), y A. Bettanin (0). Huracán: N. Lagreca (0), J. Bosco (2), G. White (3), E. Bianchi (6), J. C. Mothe (0), J. C. Castro (0), B. Gentile (0), R. Pujals (0), C. Gallo (9) y D. Boubilá (0). Deportivo Sarmiento

Huracán

Estudiantes

104


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