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UNA CERVEZA ASTURIANA CON ESPÍRITU SIDRERO
Fran Ordóñez, Blanca Fresno y Ricardo Aftyka, col dieldu obteníu nel llagar Viuda de Angelón.
Blanca Fresno y Ricardo Aftyka, fundadores de la empresa Dúa Blanca Fresno y Ricardo Aftyka, fundadores de la empresa Dúa Sparkling Beer, han sacado al mercado las cervezas Grisette y Sparkling Beer, han sacado al mercado las cervezas Grisette y Ambrée, ambas elaboradas con escanda asturiana y levaduras Ambrée, ambas elaboradas con escanda asturiana y levaduras captadas en el ambiente del llagar Viuda de Angelón.
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Blanca Fresno quería hacer algo asturiano de verdad y, después de dejar su trabajo, encontró el impulso definitivo junto a su compañero, Ricardo Aftyka, creando la empresa Dúa Sparkling Beer, que ha salido al mercado con dos referencias: Grisette y Ambrée. Ambas elaboradas con escanda asturiana y empleando levaduras captadas en el ambiente del llagar Viuda de Angelón. Es una forma de potenciar la sidra asturiana a través del canal cervecero, porque “cuando voy de jueza a campeonatos internacionales de cerveza fuera de España, siempre que se habla de sidra me preguntan por el País Vasco”, apunta.

Llevaba tiempo dándole vueltas al proyecto, pero no sabía muy bien cómo hacerlo porque “tenía ganas de hacer una cerveza más asturiana, pero no la podía hacer ni cambiando la malta ni el lúpulo porque aquí no hay, así que, como me encanta la sidra, se me ocurrió hacer una fermentación mixta y agregarle a la cerveza la levadura que se utiliza para la sidra”. Le comentaron la idea a Fran Ordóñez, propietario del llagar Viuda de Angelón, y aceptó al instante. El proceso de recogida de la levadura, como comenta Fresno, “fue bastante curioso y lo hicimos mediante el método de fermentación coolship”. En el llagar, “hicimos unos 20 litros de mosto cervecero, con extracto y un poco de lúpulo, lo vertimos en unos recipientes grandes, pero poco profundos para que hubiese mucha superficie de contacto y lo dejamos enfriar durante 24 horas en cuatro zonas diferentes del llagar”. Lo hicieron en octubre, cuando “las levaduras de la sidra, además de en los toneles, están suspendidas en el ambiente y todo lo que está por el aire, acaba bajando y depositándose en ese mosto caliente de cerveza. Una vez se enfrió por sí solo y captó todo lo que había en el aire, nos lo llevamos, conservándolo y manteniéndolo vivo”. Han conseguido un producto diferente, con calidad y sin estridencias. Una cerveza “técnicamente difícil de hacer y en Asturies no encontramos ninguna fábrica que la pudiese hacer, solo hubo una en Cataluña que nos la quiso elaborar. El problema es que lleva mucha levadura salvaje y eso requiere después, de unos protocolos de limpieza muy intensivos, porque si no la siguiente cerveza que elaboren se puede contaminar
“Son como dos cerveces nuna, va evolucionando na llata y, col pasu’l tiempu, van apaeciendo nuevos matices florales y afrutiaos”, desplica Blanca Fresno.
y no se quieren arriesgar. La producimos en Cataluña y lo que nos llevamos de aquí es la escanda y la levadura del llagar”. Cuando la cerveza está recién elaborada, se nota, como explica Blanca, “un recuerdo a piel de manzana roja”. La gracia que tiene “es que son como dos cervezas en una, ya que va evolucionando en la lata y, con el paso del tiempo, se va volviendo más funky, apareciendo nuevos matices florales y afrutados”. En definitiva, viene a ser una cerveza rústica como las que se hacían en la antigüedad. La acogida está siendo “buena, gracias a su carácter innovador y su vinculación con la sidra, aunque lo que más sorprende es su sabor, porque la gente se piensa que va a ser ácida y es lo contrario, siendo, a su vez, seca al final y con aguja”. A sus referencias fijas, Grisette y Ambrée, van a ir sumando una nueva en cada lote, incorporando, en la próxima, arándanos asturianos ecológicos. Estas cervezas se pueden encontrar en cervecerías especializadas, tiendas gourmet o en su web: www. poligamiaetilica.com.