CRÓNICAS 50

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CINE-BAR “EL TUNEL” Benjamín de Castro Herrero

el siglo XVI como Señorío. Sigue diciendo: Una plaza ha sido siempre el espacio más importante de una población. Ya desde los tiempos más remotos las chozas se establecían en círculo creando en su interior una especie de plaza; los campamentos romanos fueron origen del establecimiento de ciudades formando un círculo o cuadrado como especie de plaza. Más adelante, en las primeras aldeas las plazas servían para instalar una especie de mercado o poner la fuente de agua donde se abastecía la población.

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uiero situarme, para la confección de este artículo, en la calle llamada de “Tendezuelas”, cuyo nombre se remonta al siglo XVI. Esta conserva una excelente perspectiva desde cualquier ángulo que se la contemple y sirve de pórtico para entrar en la Plaza Mayor pasando bajo el arco con su rica viguería que sostiene el corredor con su balcón central que une el Palacio de los Condes de Montalbán con la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Paz. Una vez situado en el centro de la misma, que era mi destino, pude describir todos y cada uno de los monumentos que la conforman. Don Jesús María Ruiz-Ayucar Alonso, miembro correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, presidente de la Real Academia de la Historia de Torrijos e ilustre catedrático y asiduo colaborador de la revista “Crónicas” desde su fundación en el año 2006, publicó en su número 17, página 24, un estudio sobre el origen de los pueblos, catalogándolas de “lugar” a las poblaciones de reducido poblamiento; “aldea” a un lugar más poblado y con una incipiente vida comercial, no solo agrícola; y “villa” a una población a la que se la han concedido por parte del rey capacidad para impartir justicia, crear impuestos, posibilidad de establecer un mercado franco, así como la concesión de privilegios y obligaciones y que tenía como símbolo el rollo de picota, orgullo de su propietario y atributo de independencia. Las poblaciones que pertenecían al Rey eran llamadas de realengo; otras pertenecientes a un Señor eran llamadas señoríos y otras pertenecientes al Obispado o a una Abadía recibían el nombre de Episcopales o de Abadengo. La Puebla de Montalbán se encontraba en

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Con la llegada de los Reyes Católicos y su inteligente visión de futuro es cuando comienzan a desarrollarse las verdaderas plazas. Una ordenanza de 1480 establecía la obligatoriedad de tener un edificio (Ayuntamiento) destinado exclusivamente a la reunión del consistorio, ya que hasta entonces se celebraban en el atrio de las iglesias, en domicilios particulares o bajo un árbol. Observamos también que las construcciones de iglesias, catedrales o palacios de los nobles se efectuaban, en lo posible, en las plazas al objeto de darles a las plazas mayor dignidad e importancia. En nuestra plaza, La Plaza de La Puebla de Montalbán, se cumplen estas condiciones o premisas: en el año de 1461 el rey Enrique IV cede a su valido don Juan Pacheco, Marques de Villena. La Puebla de Montalbán con su Villa y su castillo. Sería su tercer hijo el que, en año de 1474, ya con el título de Señorío, construyera el palacio que ocupa toda la fachada sur de la plaza. Y cuyos descendientes Pacheco y Téllez-Girón sin interrupción, le han mantenido hasta la actualidad ya con el titulo de Condes de Montalbán, es decir, más de 500 años. En la fachada orientada al este, se encuentra la Iglesia Parroquial dedicada a Nuestra Señora de la Paz y construida por los Condes de Montalbán en el siglo XVI en los terrenos que ocupaban los jardines de palacio.

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