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Prólogo a esta edición

El estilo es un conjunto de rasgos peculiares que caracteriza a alguien, en su obra artística o bien en su vida y comportamiento diarios. Se trata de una palabra de resonancia abiertamente positiva o favorable, porque tener estilo, así a secas, no está al alcance de cualquiera (otra cosa es que se diga que alguien tiene un estilo pésimo, claro).

Y para alcanzarlo se debe partir del conjunto de normas y comportamientos culturales que nos unen, de nuestro acervo. Es común que en clase algunos alumnos pregunten: “¿Y eso para qué lo quiero, de qué me va a servir?”, a lo que se podría responder, entre otras cosas: “Te va a servir porque somos uno, cada cual con su individualidad y peculiaridades, pero igual que las hormigas encuentran su sentido en el hormiguero nosotros nos debemos a lo que nos precedió y va a sucedernos, a nuestra construcción colectiva, dentro de la cual el lenguaje ocupa un lugar preferente”.

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Uno de los logros de los que nos sentimos más orgullosos en estos cuatro años de periódico del instituto es que han ido floreciendo distintas alumnas y alumnos con un estilo propio. Haciendo entrevistas, reportajes, artículos, columnas (el género donde más necesario es hacerse identificable). Todo ello sin una formación específica en la que se haya intentado hacer hincapié en este rasgo individual. Pero es que estos alumnos ya contaban previamente con la preparación que les ha otorgado el hecho de ir bien en clase y preocuparse por sus estudios, con lo que el respeto al acervo común, necesario para luego alcanzar el estatus de estilo, ya estaba garantizado.

En su momento se debatió mucho sobre si el periodismo era un oficio o una profesión, si se necesitaba la preparación universitaria para ejercer este trabajo milenario. Parece que en las últimas décadas se ha asumido que sí, que hace falta cursar la carrera, pero lo cierto es que para ser un periodista con dignidad lo que hace falta es destreza comunicativa, formación cultural, principios éticos arraigados y sobre todo muchísima curiosidad e inquietud, afán de saber y transmitir.

El conjunto de normas renovadas que conforman esta segunda edición de nuestro Libro de Estilo responde a la realidad de que tenemos una plantilla de cronistas que para comunicar con estilo y periodísticamente lo que pasa en el instituto se aferran a lo que nos une previamente, a nuestro acervo, un tesoro que es necesario cuidar y respetar. Gracias por ello.

Justo López Cirugeda Director de CJR Marzo, 2023

Apostilla al Prólogo

Cuéntame algo que no sepa. Me aburres. Son los reproches más temidos por cualquier integrante de la redacción de un medio de comunicación.

En la primera edición de esta obra me centré en la Pasión por la Escritura. Cuarenta números después, he comprendido que la misión de un periódico como CJR, es tanto despertar el gusto por el trabajo bien hecho, entre redactores e ilustradores, como la pasión por la lectura y el arte, entre los estudiantes.

Un periodista no es un artista incomprendido, que odia todo aquello que suponga una mínima merma de su creatividad desmedida. Tiene un objetivo, informar a sus lectores. En nuestra reciente visita a la redacción de un semanario de alcance nacional, nos contaron que disfrutaban mucho cuando creaban contenidos y se sorprendían de que seguían aprendiendo cuando revisaban los de sus compañeros.

El propósito de este Libro de Estilo no es coartar vuestra creatividad, sino facilitar el cumplimiento del cometido de cualquier comunicador, transmitir información veraz, contada de un modo ameno e interesante. Si además logramos despertar la Pasión por la Lectura entre el alumnado del IES JR, podremos estar satisfechos de nuestra tarea.

José Ramón Pérez Sánchez Colaborador de CJR Marzo, 2023

Introducción

Aparece ahora la segunda edición de este Libro de Estilo de CJR, dos años después de la publicación de la primera edición y cuatro desde que naciese nuestro periódico de instituto.

La razón por la que nos hemos decidido ahora a publicar una nueva edición, que no es sino una actualización de términos, radica en que hemos cambiado. No sólo en contenido, también en forma. Desde que en septiembre de 2021 apostamos por un cambio de diseño no habíamos aportado respuesta en forma de libro de estilo a las preguntas que podrían surgir derivadas del nuevo diseño. Además, el trabajo y la disciplina de nuestros alumnos cronistas ha seguido creciendo a la vez que continúan aumentando nuestras filas con reporteros, fotógrafos, ilustradoras y la ya consagrada segunda plantilla fija de profesores que han contribuido a enriquecer el periódico. Y si estas dos cualidades se han visto potenciadas, es porque venían impulsadas por un talento, una ilusión y unas ganas que, cuando empezamos, ya estaban allí. Falta, quizás, una biblia que sirva de guía y referente en el firmamento para nuestros jóvenes cronistas, que se lanzan a la aventura de escribir sin más faro que el que humildemente podemos aportarles en las treguas que da el viaje, entendidas en el universo escolar como recreos, séptimas horas, o intercambios de clase. Esa carrera contrarreloj es precisamente la que intentamos evitar conjugando este Libro de Estilo con un nuevo y mucho más ambicioso taller de periodismo, y la que presentamos en portada ejemplificada, cómo no, en el reloj CJR.

Un reloj que nos sirve para decir que, este curso más que nunca, ha llegado la hora de CJR. Una que avanza desde el presente hacia el futuro, pero que también permite, por obra y gracia de las manecillas, retroceder al pasado para rendir homenaje a las páginas que nos hicieron.

Es hora. Empezamos.

Pablo Vigar Palma Director de Las Crónicas del Joaquín Rodrigo Marzo, 2023

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