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Editorial

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Al romper el día

Al romper el día

Microteatro por amor

El segundo encuentro del tercer proyecto Erasmus + conjunto con los institutos de Bedburg en Alemania y Velingrad en Bulgaria ha concluido esta pasada semana con un gran éxito, aunque la sensación que tenemos quienes hemos participado en el mismo deja corta esa palabra. Hemos vuelto a ser testigos de la experiencia tan gratificante de conocer y compartir, de mejorar destrezas y conocimientos académicos y sobre todo vitales en el caso de nuestros alumnos. No exageramos al aseverar que determinadas chicas y chicos han ido floreciendo en el instituto agarrados a proyectos como éste o como el del periódico que tienes entre manos, sintiendo ilusión por su centro, abriéndose a cosas nuevas y diferentes, encontrando complicidad y cariño, superando dificultades en este capítulo tan importante de su trayectoria. Pero además en este caso las vibraciones han sido especiales. Ya en las semanas previas nuestros alumnos han ido protagonizando jueves a jueves actividades tan estimulantes como compartir película y entrevista con los jóvenes actores de Quién lo impide, ganadores de mejor interpretación en el festival de San Sebastián, una cinta que también se alzó con el Goya al mejor documental. Días después compartieron una jornada muy especial con María Bernardeau, la joven actriz hija de Ana Duato y hermana de Miguel que hace sus pinitos en Cuéntame. Porque los proyectos Erasmus + no son un mero intercambio de jóvenes que lo pasan bien y faltan a clase, como a veces se pretende reducir en una grotesca caricatura que nada tiene que ver con la realidad. Se trata de un compromiso continuado de ilusión y de constancia en el que se desarrollan integralmente muchos aspectos imposibles de trabajar en el marco limitado del aula convencional. Y siendo este proyecto de microteatro nuestros alumnos han realizado lo máximo que cabría pensar en este caso: crear sus propias obras en guion, maquillaje y vestuario, cartelería e interpretación y estrenarlas en lo que es el templo de esta variedad teatral en Madrid y casi cabría decir en el mundo, porque es desde nuestra ciudad desde donde se ha extendido a otras capitales españolas y americanas: las salas de Microteatro por dinero de la céntrica calle de Loreto y Chicote, a quienes agradecemos enormemente su ayuda y colaboración. Unas obras concebidas en cuatro equipos totalmente multiculturales que han trabajado de manera autónoma y en plena libertad, con un resultado extraordinario y emocionante. En este caso el microteatro más que por dinero ha sido por amor. Amor al arte en su doble acepción literal y figurada: al arte del teatro y de una manera absolutamente pura y desinteresada, porque ninguna recompensa académica tiene este esfuerzo integral de horas extra que en ningún caso son perdidas, sino ganadas a la vida, a las posibilidades, a la exploración de lo nuevo, robadas a los agobios y ansiedades. ¡Gracias por todo eso!

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