Rostros Del Medioambiente | Océanos 2023

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Una

publicación de
Celi a Acosta · Andrew Rhodes · Aracel i Domínguez · Pablo Ahuja · Dulce Díaz
22 de ma rz o , 2024 | Año II, Vo l. I
Pablo Montaño · Sofía Trejo · Adrián Munguía · Carmina Sali nas · Juan Barnard

DIRECTORIO

CARTA DEL DIRECTOR

Diez ejemplos de esperanza

Por Eduardo Rolón

EDITORIAL

Los grandes esfuerzos por los océanos tienen rostro

Un mensaje desde la voz de Causa Natura Media

CELIA ACOSTA | Una cazadora de oportunidades en la pesca sostenible

PABLO AHUJA | Educación y limpieza para preservar el acuario del mundo

DULCE DÍAZ | La joven divulgadora que reúne a miles por el medioambiente

PABLO MONTAÑO | Una mirada climática del mar

SOFÍA TREJO | Eliminar los desechables para salvar los océanos

ADRIÁN MUNGUÍA | Proteger para el disfrute

CARMINA SALINAS | La mujer en el rescate del abulón en el Pacífico Norte

JUAN BARNARD | El buzo de Acapulco en defensa de los mares

ARACELI DOMÍNGUEZ | Un ejemplo de protección ambiental en Quintana Roo

ANDREW RHODES | La innovación de la política oceánica

ARTÍCULO ESPECIAL Voltear al frente

Por Horacio Armendáriz

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DIRECTORIO DEL CONSEJO

Consejo Directivo

José Eduardo Rolón Sánchez Presidente

María José Espinosa Romero Secretaria

Ignacio Gómez Urquiza Tesorero

Ernesto Herrera Guerra Vocal

Consejo Asesor

Fernando Díaz López

Gloria Soto Montes de Oca

Alfonso Mercado García

Ana Harumi Hayashida Carrillo

Oscar Álvarez Macotela

Rodrigo Gallegos Toussaint

DIRECTORIO EDITORIAL

Esteban Silma Director de Arte

Diana Gabriela Martínez Directora Creativa

Patricia Campos Asistente Editorial

Juan Luis García Jefe de Redacción y Edición

Patricia Ramírez Escritora

Daniela Reyes Escritora

La Liga | Producción Gráfica Prensa

Equipo de Fotografía

Paola Chiomante

Rafael Narval

César Ernesto

Aldo Santoro

Mario Marlo

Patricia Campos

Daniela Reyes

Agradecimientos

Horacio Armendáriz Mendoza

Adrián Munguía Vega

Araceli Domínguez Rodríguez

Sofía Trejo Lemus

Pablo Ahuja

Celia Milagros Acosta

Carmina Salinas

Juan Manuel Barnard Ávila

Pablo Montaño

Dulce Belém Díaz Mera

Andrew Rhodes Espinoza

DIRECTORIO INSTITUCIONAL

Eduardo Rolón Director General

Unidad de Periodismo de Investigación y Datos

Juan Luis García Coordinador

Patricia Ramírez Periodista de Investigación

Daniela Reyes Periodista de Investigación

Unidad de Comunicación y Media

Patricia Campos Coordinadora

Diana Gabriela Martínez Oficial de Eventos

Esteban Silma Director de Arte

Unidad de Administración y Logística

Sandra Méndez Coordinadora

Unidad de Ciencia de Datos

Sara Chávez Coordinadora

Isaac Pineda Analista

Oscar Nava Analista

Unidad de Investigación Aplicada

Ana Harumi Hayashida Coordinadora

Fernanda Onofre Oficial de Gobernanza Ambiental

Nos complace presentar en esta edición a diez personas que son una muestra de las acciones y el trabajo que podemos hacer para lograr una sociedad más justa y prospera a través de océanos sostenibles. Al conocer más el mar deciden tomar la iniciativa de conservarlo, ya sea mediante campañas de limpieza de playas, colecta de residuos o proyectos de restauración de corales que innovan —con el uso de la ciencia y aplicaciones tecnológicas— para ayudar a mejorar actividades productivas, reducir la contaminación o resolver la pesca ilegal.

En el 2023 la labor de las mujeres vuelve a destacarse, tomando la iniciativa y asumiendo liderazgos para impulsar cambios en beneficio de nuestra sociedad y de los océanos. Encabezan emprendimientos en sus comunidades que incrementan la eficiencia en aprovechamiento de recursos; promueven la equidad de género y la inclusión en la pesca, o lideran acciones de movilización ciudadana para conservar y restaurar ecosistemas marinos.

Sobresalen también, utilizando las redes sociales y los medios digitales, los esfuerzos de personas que desde el ámbito científico o artístico intentan comunicar mejor la importancia de atender los problemas ambientales, presentándose el mar como una oportunidad para avanzar desde la economía azul hacia sociedades más prósperas.

La lucha en torno al cambio climático es algo que destacan varias de nuestras personalidades, protegiendo a las comunidades costeras de los efectos del calentamiento global, o promoviendo la reducción de las emisiones contaminantes que lo ocasionan. Sin lugar a duda, este será uno de los temas donde encontraremos más gente colaborando en los siguientes años, conforme esta problemática cobre más urgencia.

Este año pudimos apreciar, en medio de sucesos como el Huracán Otis que azotó Acapulco, el gran trabajo de mucha gente para poder afrontar los obstáculos y las dificultades que presenta su vida en las zonas costeras de México. En estos diez rostros vemos el amor por el mar, al estar en contacto cercano con los océanos y tener la oportunidad de apreciar su grandeza, así como la interdependencia que guarda nuestra propia existencia de que estos estén conservados, y esperamos inspiren a más mujeres y hombres a participar con acciones para mantener y aprovechar mejor esa gran riqueza que nuestros océanos representan.

5 ROSTROS DEL MEDIOAMBIENTE | OCÉANOS 2023

Los grandes e sfuerzos por los océanos

Un mensaje de sde la voz de

Por segundo año consecutivo, Causa Natura Media publica una lista de personas con una destacada labor a favor del medio ambiente, particularmente, de los océanos. En un país con más de 11 mil kilómetros en litorales, un conjunto robusto de mexicanos trabaja por la conservación y uso sostenible de los ecosistemas marinos. Ha sido pues, en esa tesitura, un desafío destacar a 10 personas en esta nueva edición.

Sin embargo, el ejercicio llega en los tiempos más necesarios. La vulnerabilidad climática de nuestro país y el papel ponderante de los mares frente a la inseguridad alimentaria, requieren que volteemos hacia las soluciones y a las personas que las impulsan.

Para hacer posible esta selección, se abrieron postulaciones en línea donde organizaciones de la sociedad civil, académicos y periodistas presentaron el trabajo de numerosas personas comprometidas durante el 2023. Sin la colaboración de decenas de postulantes este ejercicio de realce de candidatos no hubiera tenido la pluralidad ni representatividad, que finalmente enriqueció el proceso, cuya lista final definió un equipo editorial con base en los criterios establecidos en la convocatoria inicial.

A partir de ahí, el equipo de Causa Natura Media se dio a la tarea de buscar a estas personas sobresalientes. Las entrevistamos para saber más de sus trayectorias y los retos a los que se han sobrepuesto para cumplir con sus objetivos. A la vez, nos movilizamos por todo el país para obtener sus rostros, entendidos como la comunión que hacen entre sus labores y sus entornos.

Lo que hallamos nos da energía para seguir contando historias como parte de nuestra labor diaria. Nuestro equipo encontró personas abiertas a hablar sobre la misión que guía sus labores, y en algún punto la conciencia de que es importante comunicarlas.

Este trabajo abona a este último objetivo. Nos complace decir a los lectores que podrán encontrar las historias detrás de estos rostros, entender las motivaciones individuales y colectivas que han dado vida a mayúsculas empresas a favor de los mares, con el afán de que esta revista sea un medio para inspirar a más personas a saber que es posible generar un impacto positivo.

Te damos la bienvenida a

Yo nada más soy la mano que mece la cuna. Soy una persona a la que no le gusta aparecer”.

Celia Acosta

Las toneladas de camarón que se capturan en Las Arenitas ubicada en la Bahía Altata-Pabellón en Culiacán, Sinaloa, son procesadas para darles un valor agregado. Principalmente, les quitan las cabezas y son tiradas en montículos por los manglares y playas generando daños ambientales. Donde la mayoría ve basura, Celia Acosta ve un gran potencial que está siendo desperdiciado por la industria pesquera. “La pesca sostenible es aprovechar al máximo lo que se saque del mar. Aprovechar al 100% si es posible”, dice.

Su plan es recolectar las cabezas de camarón de las cooperativas, evitar que sean tiradas, y aprovechar que son una fuente rica en proteína y aminoácidos para convertirlas en harina y en una fuente de empleo para su comunidad. Con su proyecto pretende aplicar lo que ha aprendido en los múltiples talleres de fortalecimiento, de regulación pesquera y hasta inteligencia emocional y liderazgo que ha tomado desde 2010 con la organización Environmental Defense Found (EDF) México.

De estos surgió la creación y formalización de la Cooperativa Binapas, como un proyecto personal, cuyo principal objetivo es la recuperación de la cabeza de camarón y atacar dos problemas: la falta de empleo y la contaminación por desechos de este marisco.

En Las Arenitas las personas están migrando y dejando la pesca y la comunidad misma. “La gente se va de los campos pesqueros porque no ven alternativas económicas ni sociales para tener una vida digna”, dice preocupada Celia. Ella pertenece a la tercera generación de una familia de pescadores y reconoce que los integrantes de su familia dedicados a la pesca están en peligro de extinción debido a que ya no es una actividad redituable. Algunos de sus

Una cazadora de oportunidades en la pesca sostenible

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hermanos continúan en la actividad pero de la generación de sus sobrinos la mayoría se fueron del campo pesquero e hicieron vida como profesionistas.

La Cooperativa Binapas actualmente involucra a seis familiares, por lo que la considera una empresa familiar local y como un proyecto piloto que si funciona, lo hará crecer fuera de Las Arenitas. Antes de la pandemia, Celia logró formalizar la cooperativa y la ha sostenido con mucho esfuerzo pese a que atravesó una pandemia por Coronavirus en 2020 que confinó a toda la población y paralizó su proyecto de harina con cabeza de camarón. Sin embargo, este 2023 lo retomó con fuerzas renovadas y se ha dedicado a la búsqueda de financiamiento para que crezca.

MUJERES CREANDO SINERGIAS

Desde los primeros talleres que tomó sobre sostenibilidad, Celia conoció a Janeth, fundadora de la cooperativa Almejeras de Santa Cruz en Sinaloa y a Miriam, integrante de la Sociedad Cooperativa Trabajadoras del Golfo ubicada en Sonora, y con el tiempo emprendieron la iniciativa virtual Trazando el Rumbo de la Pesca que lleva tres años siendo una red de comunicación para pescadores, que principalmente realiza transmisiones en vivo donde invitan a pescadores, organizaciones de la sociedad civil, personas de la academia para visibilizar casos exitosos de pesca sustentable.

Ella se encarga de darle seguimiento vía correo electrónico a quienes invitan a participar en las transmisiones en vivo, enviar invitaciones para las videollamadas y las agendas,

8 ROSTROS DEL MEDIOAMBIENTE | OCÉANOS 2023

hacer los enlaces y administrar los recursos que ingresan como donaciones para que las cuentas de la agrupación sean transparentes y ordenadas. Lo suyo es la logística y la administración. “Yo nada más soy la mano que mece la cuna, soy una persona a la que no le gusta aparecer”, comenta. Sin embargo su función, como la de las demás, es crucial para el sostenimiento de la iniciativa.

Para 2027 tiene la meta de consolidarse como una organización de la sociedad civil y ayudar a otras iniciativas que quieran una mejor vida económica, social y ambiental y para lograrlo trabajan arduamente. Es su forma de retribuir todo lo que han recibido. “Así como a nosotros nos han echado la mano diferentes organizaciones nosotros también queremos hacerlo. Tenemos que hacer más casos de éxito en las comunidades pesqueras y si hay un problema, ver la solución”, señala. También formaron una red con cuatro cooperativas lideradas por mujeres que se dedican a promover la equidad de género en el mar.

“Yo no estoy dentro del mar pero sé las carencias que las mujeres sufren como pescadoras tanto quienes están dentro del mar, como toda la red de la elaboración de los productos. No tienen seguridad social, no tienen un respaldo, no hay seguridad. Salen a trabajar y si ellas se lastiman no tienen las mismas oportunidades que un varón que tiene seguridad social por medio de las cooperativas. Por eso ellas se integraron como cooperativas y se formalizaron para trabajar en cubrir esos derechos humanos”, explica Celia.

Para ella es importante que las mujeres se acerquen a quienes tienen proyectos y se incluyan para unir esfuerzos y que las propias mujeres se hagan conscientes de su contribución a la pesca en el descabezado, separado, desviscerado de productos pesqueros y hagan visibles que no son sólo “amas de casa”, frente a las encuestas de ocupación y empleo, para que se haga visible las aportaciones de las mujeres a esta actividad.

LAS MÚLTIPLES JORNADAS

Cuando se le pregunta si se dedica a tiempo completo a su cooperativa o lo hace en su tiempo libre, Celia se empieza a reír, responde “no hay tiempo libre” y cuenta sus múltiples jornadas.

A las cinco de la mañana se despierta para atender a sus tres hijos, uno de nueve y una de doce que lleva a la escuela, y una de 20 que tiene una discapacidad y está bajo el cuidado de su familia que la apoya para que ella ejerza como comerciante y atienda su propia tienda de abarrotes y administre una tortillería. A partir de las tres de la tarde, cuando pasa la hora de la comida hay un pequeña tregua en los negocios que le permite atender pendientes de su cooperativa, del proyecto de harina con cabeza de camarón y de Trazando el Rumbo de la Pesca que son interrumpidas por uno que otro cliente o algún incidente en la tortillería que requiere su atención.

Después de su jornada como comerciante que termina con el regreso de sus hijos de la escuela a las cinco de la tarde continúa la jornada de cuidados y de labores domésticas: cocinar, lavar, ayudar con las tareas de la escuela, avanzar en la comida del día siguiente. Su principal obstáculo es el tiempo. Debido a que por vivir en una comunidad pesquera, para cualquier trámite de su cooperativa debe trasladarse a Culiacán, la ciudad capital donde están las oficinas centrales de todas las instituciones gubernamentales, a dos horas de su comunidad.

“Tengo que hacer la bitácora del día para dejar aquí ya listo quién se va a quedar y qué va a hacer para irme y arreglar allá. Pero de todos modos me están hablando. Sí estoy allá pero estoy acá también al pendiente”, dice. Para ella la desconexión es imposible.

Trasladándose a sus recuerdos, Celia revive una escena que le dolió mucho y a la que le atribuye el involucramiento con la pesca sostenible pese a los obstáculos. Ella tenía ocho años y la enviaron a recoger el pago de su padre y hermanos a las oficinas de la cooperativa. Por curiosidad, antes de llegar a entregarlo a casa lo abrió y vio una moneda de cinco pesos que la llenó de indignación.

“Cómo es posible que yo veo que salen mis hermanos y mis papás a las 5 de la mañana todos los días se van temprano y... ¿y qué? Me quedé en shock. Desde ahí yo visualicé que algo estaba mal porque yo los veía trabajar mucho y como dicen, al que le duele le duele”. De ahí sus fuerzas para ver el potencial de transformar el dolor y el desperdicio en oportunidad y vidas dignas en su comunidad.

9 ROSTROS DEL MEDIOAMBIENTE | OCÉANOS 2023
“ Mar Libre no tiene oficinas ni gastos. Las limpiezas se sostienen solas”.

Pablo Ahuja

Educación y limpieza para preservar el acuario del mundo

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Daniela Reyes

Como muchas personas alrededor del mundo, Pablo Ahuja fue un niño neoyorkino que conoció el mundo submarino guiado por las series documentales del oceanólogo francés Jacques Cousteau. Vio en él un gran ejemplo de conservación, divulgación y activismo por el mundo submarino y conoció a través de la pantalla el Acuario del Mundo, como nombró Cousteau al Golfo de California.

Inspirado por esta figura estudió la licenciatura y la maestría en biología marina en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) y a finales de los años noventa viajó a La Paz, Baja California Sur, donde nadó junto a mantarrayas gigantes en Isla Cerralvo y, prontamente, se involucró en un proyecto para estudiar esta especie.

En La Paz se sintió tan acogido que decidió mudarse de forma permanente en el 2003. Se rodeó de amigos biólogos con los que siempre terminaba hablando sobre la contaminación de las playas, una especie de “sección de quejas”, dice. Hasta que un día de julio de 2015 propuso hacer una limpieza submarina, la primera en la historia de La Paz.

Difundieron la invitación en redes sociales y acudieron alrededor de 70 personas que voluntariamente pusieron pangas, tanques, equipo y su tiempo para limpiar la Isla San Rafaelito y sus alrededores.

La actividad fue todo un éxito y generó mucha satisfacción colectiva, tanto que surgió la idea de hacerlo anualmente a lo que Pablo se opuso y les dijo: “Piensen en todas las cosas que hacemos cada mes como pagar la renta, el teléfono, el agua, el internet… Vamos a pagar la renta a la Pachamama cada mes”.

Desde entonces Mar Libre ha organizado una limpieza mensual, incluido el tiempo de confinamiento por la pandemia de Covid-19. Hasta 2023 llevaban 103 limpiezas y más de 200 toneladas de basura retirada.

Mar Libre se sostiene por múltiples voluntades y no es una asociación civil o una organización no gubernamental, sino un proyecto ciudadano al que se unen personas voluntariamente a las actividades. También colabora con otras organizaciones e instituciones en La Paz como Niparajá, Costa Salvaje, Zofemat La Paz, Grupo Calafia, Desplastifícate, No Más Basura en La Ventana y Cero Basura en Todos Santos.

“Mar Libre no tiene oficinas ni gastos. Las limpiezas se sostienen solas. El gasto de una limpieza en un manglar son bolsas y agua en garrafón, y en las limpiezas con buzos les pedimos a los prestadores de servicios locales que nos presten barcos y los buzos van con su equipo propio”, comenta Ahuja.

Con el huracán Norma, Mar Libre se hizo muy visible junto a la basura de la ciudad que arrastran los arroyos y contaminan el mar, ya que el Malecón quedó tapizado de basura. Para atenderlo, la organización convocó a una limpieza por la que fueron muy reconocidos, sin embargo, todo el año hacen este trabajo en playas no tan conocidas e igual de contaminadas, así como limpiezas submarinas que no son tan visibles.

10 ROSTROS DEL MEDIOAMBIENTE | OCÉANOS 2023

“Esta limpieza tuvo mucha visibilidad porque las playas más afectadas estaban sobre el Malecón, en plena vista de todo el mundo. Cuando la basura está en la cara de la gente, se dan cuenta, pero cuando está en el patio de atrás, no lo ven, ni importa. En este caso fue en el Malecón, que es el gran orgullo de La Paz y del gobierno, y porque estaba a punto de arrancar la temporada de turismo”, explica el activista.

BARCOS VARADOS Y EDUCACIÓN AMBIENTAL

La Paz, que también es conocida como el “Puerto de Ilusión”, se llena cada vez más de yates y veleros de lujo que según Pablo, debido a que no hay un buen control por parte de ninguna autoridad sobre su anclaje, se incendian, hunden y encallan accidentalmente provocando la contaminación de la bahía, situación que se acentúa en la temporada de huracanes.

“No hay buen control de lo que llaman muertos, que son algo pesado en el fondo que sirve como ancla. Hay gente que pone uno y lo renta, porque es más barato que una marina pero es un negocio prohibido. Desafortunadamente, casi todos los dueños son extranjeros que se enferman y regresan a su país o mueren aquí. Esas embarcaciones después de tantos años, cuando hay un huracán, se sueltan y terminan en las playas, pero Capitanía de Puerto y la Armada no toman cartas en el asunto”, apunta.

Por eso en 2023 Mar Libre inició un nuevo proyecto que consiste en retirar los barcos varados de las costas. En el año retiraron cuatro barcos, uno de ellos un trimarán que llevaba 15 años encallado en el manglar y dañándolo. Era de madera, entonces lo cortaron en pedazos con sierras para ser retirado. También removieron un barco de 50 pies hecho de concreto, encallado desde 2014, para el que se requirió maquinaria. Éste era utilizado como baño público y como contenedor de basura. “Son barcos viejos y nadie hace nada, entonces nosotros tomamos la responsabilidad de hacerlo”, expone.

No obstante, es un problema que no termina, ya que a causa del huracán Norma, que tocó tierra en octubre en Baja California Sur, hay alrededor de doce embarcaciones encalladas y hundidas entre ellos un yate de lujo de más de 600 pies que está en el canal de navegación de la bahía.

“Es un peligro para el transporte marítimo y para las especies. Obviamente, cuando se hundió soltó sus combustibles, aceite, lubricante, todo. Y está a plena vista, mientras todos los barcos que pasan por el canal de tráfico marítimo, pasan por un lado”, denuncia Ahuja.

Las limpiezas y ahora la remoción de embarcaciones ha estado acompañada de un programa de educación ambiental que fue el objetivo por el que se creó Mar Libre. Desde 2015 han visitado todas las escuelas brindando charlas a más de 125 mil estudiantes, de los cuales 225 charlas en 33 escuelas fueron durante el 2023.

Pablo sabe que organizar limpiezas es solo mover el problema de lugar porque al final va al relleno sanitario de La Paz que carece de un buen manejo y termina en incendios involuntarios que contaminan el aire, de ahí su apuesta por la educación ambiental e, incluso, la desaparición de Mar Libre.

“Toda la otra basura se quema, se va al aire y a los pulmones de quienes respiramos. Entonces es más que obvio que la solución no es limpiar, sino dejar de usar, comprar y tirar tantas cosas. Buscar la forma de usar material que realmente sea biodegradable. No tantos plásticos, no tantas cosas con petroquímicos. Esa es la meta, cambiar el chip del consumismo y que no haya necesidad de ir a las escuelas ni de ir a limpiar. Yo quiero que Mar Libre desaparezca”, sentencia.

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Dulce Díaz tiene un proyecto en redes sociales llamado “Pregúntale al Biólogo” donde habla de ciencia y problemas ambientales. Lo que comenzó en secundaria como un espacio para resolver las dudas de sus compañeros de clase, el año pasado se destacó por la difusión para detener el proyecto de minería submarina Don Diego en el golfo de Ulloa, Baja California Sur.

Para Dulce su interés por la naturaleza surgió desde que era niña. Principalmente, cuando la llevaban al parque o jugaba con sus primos en el jardín de sus abuelos. Aunque en su entorno nadie le habló de animales y plantas, ella siempre sintió que quería saber más.

“Mis papás no me dejaban tener peceras y casi ningún animal, entonces lo que yo hacía era que recortaba peces de las revistas y, por ejemplo, una caja de zapatos la forraba de azul y ahí pegaba a mis peces. Me gustaba aprender sobre ellos”, recuerda la joven originaria de la Ciudad de México y criada en Hidalgo.

Actualmente, Dulce es bióloga enfocada en la divulgación y, además de Pregúntale al Biólogo, tiene otro canal llamado “Hablemos de Setas” para informar sobre especies de hongos y reflexionar sobre los impactos que genera la industria de la carne. Más allá de lo digital, todos los años participa en jornadas de reforestación y voluntariados en campos tortugueros del país. Una de sus convicciones es que la ciencia puede acercarse a todas las personas para generar cambios significativos.

PREGÚNTALE A DULCE

El primer acercamiento de Dulce con la biología fue cuando ingresó a la secundaria. Recuerda que le gustaba cómo el profesor tenía facilidad para responder las dudas de la clase. Sin embargo, notó que algunos de sus compañeros no preguntaban por la pena y los nervios de la pubertad, que considera comunes a esa edad.

Dulce Díaz

La joven divulgadora que reúne a miles por el medioambiente

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Las personas no están buscando la ciencia, entonces la ciencia tiene que buscar a las personas”.

Esto hizo que Dulce abriera una página de Facebook llamada “Pregúntale al biólogo” para recibir las inquietudes de sus compañeros. La dinámica consistía en recopilar todas las dudas de manera anónima, preguntarle al profesor y posteriormente publicar las respuestas. El sitio funcionó durante aquellos años, pero tuvo que suspender el proyecto por diversas causas hasta la universidad.

“Mi familia quería que fuera médico, pero algo en mi corazón me decía que no. Como esas cosas que tú sientes que debes hacer, que estás aquí para una misión, y simplemente dije ‘lo siento, no sé qué me está pasando, pero algo dentro de mí me dice que debo hacer esto’”, recuerda Díaz sobre su ingreso a la licenciatura.

Fue tras el primer año de la carrera cuando oficialmente retomó “Pregúntale al Biólogo”, sólo que en esa ocasión su objetivo era combatir la desinformación. “Me quería formar en saber cómo distinguir la información real de la que es falsa. Creo que eso es algo bien importante cuando hablamos de ciencia”, explica.

Actualmente, Dulce realiza videos para Facebook, Instagram, YouTube y TikTok llegando a millones de personas. El año pasado, se enteró del proyecto de minería submarina Don Diego, que tenía el objetivo de dragar el fondo marino del Golfo de Ulloa para extraer fosfato, que sirve para la creación de fertilizantes. Aunque el gobierno de México ya había rechazado la manifestación de impacto ambiental en dos ocasiones, Dulce notó que la postura del país no era firme para asegurar que la minería submarina no se realizaría.

“En la justificación que entregaban las empresas no tenían los datos del lugar en el que querían hacer el dragado del fondo marino. Fue como ‘a ver, México, no puedes asumir que son lo mismo los estudios que se han hecho en Europa que lo que pasa en México’, porque para empezar México es un país megadiverso”, cuenta la joven bióloga.

12 ROSTROS DEL MEDIOAMBIENTE | OCÉANOS 2023

A través de todas las redes sociales de “Pregúntale al Biólogo”, Dulce promovió la recolección de firmas de la organización Sustainable Ocean Alliance para pedir el cese de la minería submarina. El primer día tras postear el video se reunieron alrededor de 50 mil firmas.

Asimismo, otro de sus videos de divulgación que más movió a la audiencia en 2023 fue la decisión de Elizabeth Guerrero, coordinadora de Ecología en el municipio de Huatabampo, Sonora, sobre mutilar los aguijones de las rayas. El propósito era evitar que picaran a turistas durante la época vacacional de Semana Santa. Lo que derivó en denuncias públicas y el despido de la funcionaria. Dulce considera que también es importante visibilizar la falta de capacidades por parte de funcionarios públicos en la gestión ambiental del país.

“No nada más es sólo hablar de ciencia y ya, tenemos que involucrar a la sociedad y al gobierno porque si no lo hacemos difícilmente vamos a hacer un cambio. Y por involucrarnos con el gobierno no me refiero a meternos a partidos políticos y hacerles la barba, más bien es participar en las políticas públicas, votar, estar bien al pendiente de qué es lo que se está autorizando en las áreas naturales, qué está pasando en los océanos…”, agrega.

RETOS DE LAS REDES SOCIALES

Dulce reconoce que la divulgación en redes sociales puede traer retos que van desde la visión de la ciencia tradicional hasta las ofensas por parte de usuarios. Respecto al primero ha tenido que lidiar con colegas que le cuestionan su manera de expresarse al no usar términos técnicos todo el tiempo, así como sus propias motivaciones para difundir un contenido científico con audiencias masivas.

“Yo podría esforzarme un montón en hacer conferencias, hacer talleres, pero ¿a cuántas personas voy a llegar con eso? En una conferencia que se llene al tope tal vez 5 mil personas, 10 mil personas, pero en redes sociales lo pueden ver millones. Es ahí cuando yo veo que puede llegar a tener un impacto mayor, por la estadística si más personas te ven, tal vez existen más posibilidades de que esas personas hagan un cambio en su vida para poder conservar la naturaleza, esa es la importancia que yo le veo”, explica Dulce.

Asimismo, Díaz asegura que “Pregúntale al Biólogo” no sólo está realizado por ella. Para poder brindar contenido verificado y sustentado recurre a otras organizaciones ambientales, así como a diversos especialistas.

“Las personas no están buscando la ciencia, entonces la ciencia tiene que buscar a las personas, y ¿dónde se encuentran las personas masivamente? En redes sociales”, agrega.

UN SÓLIDO GRANITO DE ARENA

Para Dulce el mundo es su casa. Esta es una de las principales razones por las que no ha detenido sus proyectos y tiene planes como acercarse más a las comunidades que están en defensa de sus territorios y el medio ambiente.

“Por lo menos una o dos veces al año ir a comunidades a ver en qué les podemos apoyar, ver qué problema ambiental tienen, ver cómo lo podemos resolver”, plantea Díaz, quien por el momento acude a reforestar en zonas como el sur de la Ciudad de México y a campamentos tortugueros en Veracruz, Yucatán y Sinaloa para trabajar de manera voluntaria. Comparte que uno de sus sueños es destinar un área de playa para la conservación, principalmente, de las tortugas marinas que llegan a las costas mexicanas.

Entre la divulgación que involucre a más personas, así como el trabajo en las regiones que requieran de cuidado ambiental, Dulce cree que con este tipo de acciones a futuro “estaríamos dejando un granito de arena bastante sólido para poder hacer un mundo mejor”. Mientras tanto su plan es seguir con la divulgación en “Pregúntale al Biólogo” y “Hablemos de setas”, donde considera que puede reunir a las suficientes personas para que en conjunto reflexionen sobre la importancia de cuidar el mundo ante la sobreexplotación que existe.

“Para mí es algo muy valioso sentir que el mundo es mi hogar y el mundo es el hogar de todos. Así como nosotros tenemos nuestra casita normal, nada más es hacerla un poquito más grande. El mundo es tu hogar y no quieres que nadie venga y ensucie tu casa, no quieres que nadie venga y le eche petróleo…”, reflexiona Dulce.

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Pablo Montaño

Una mirada climática del mar

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Antes de zarpar el capitán del barco le dijo “nunca vas a volver a ver el mar igual” y el presagio se cumplió. La odisea de tres meses a bordo del Rusalca cambió la mirada de Pablo Montaño. Entonces de 23 años se sumó a la tripulación de un velero de 100 pies con nombre de ninfa para surcar el mar de Mallorca a Sicilia y después quedarse en los alrededores de la isla italiana.

Supo entonces, lo que era vivir sobre un barco como lo había hecho alguna vez su padre y acompañar la tradición marinera de la familia de su madre. A bordo sintió el cálido viento del Siroco proveniente del Sáhara y se maravilló con la fauna del Mediterráneo. Hay que repensar el mar, afirma Montaño, para ya no sólo verlo como un lugar de recreo sino en su inmensidad y la interdependencia que tenemos con este ecosistema.

“El mar que es lo más desconocido que tenemos en nuestro mundo, también es una idea súper interesante, que si te acecha es intimidante. No conocemos dónde estamos parados, dónde estamos navegando, entonces para mí el mar es algo muy especial, mágico”, apunta. La experiencia de navegante la complementó años más tarde con sus estudios. Es politólogo y tiene una maestría en medio ambiente y desarrollo sustentable por la Universidad del Colegio de Londres.

“Nuestro planeta está regulado climáticamente por el mar, si perdemos climáticamente al mar nos vamos al carajo”, comenta.

En 2021, durante la pandemia de Covid-19, el hambre de acciones lo llevó a la fundación de Conexiones Climáticas, una organización que se dedica a la acción climática y a hilvanar narrativas en torno al clima. Montó esta organización junto a Monserrat Ledezma, hoy coordinadora de proyectos, e inició diversas colaboraciones y alianzas que dan cuenta de una habilidad de tejer que ha sido el sello de la casa. “Con la intención de ir encontrando qué es lo que falta comunicarnos, qué herramientas faltan para que se entienda un problema, para que se activen las poblaciones, para que colaboremos juntas organizaciones que probablemente no tendríamos razón de conectarnos entre nosotros, entre nosotras”, comenta.

En el 2023 Conexiones Climáticas fue una de las organizaciones que denunció el derrame en el Golfo de California por parte de Petróleos Mexicanos. La petrolera tardó 16 días en cesar la producción y reparar una fuga en la sonda de Campeche que inició el 3 de julio. En su momento, Montaño hizo una denuncia pública en la que se estaba privilegiando la producción por encima de los impactos del derrame. La presión de las organizaciones civiles obligó al director de Pemex Octavio Oropeza y al presidente Andrés Manuel López Obrador a dar varias conferencias de prensa. La postura de las autoridades fue la de minimizar los hechos.

“Fuimos como armando la comunicación y justo contando una historia alrededor de los desatinos y de las incongruencias de la comunicación de Pemex y sacándolo entre varias organizaciones. Nos parece importante que no se lograra establecer de nuevo una narrativa de que eso es normal y que la operación petrolera ni modo, a fuerza, consiste en derrames que nos teníamos que aguantar todos”, comenta.

Tras la denuncia diversas comunidades de pescadores denunciaron la llegada de petróleo a sus costas y más datos salieron a la luz. Para Montaño el modelo fósil y sus consecuencias son inaceptables. No obstante, la presente administración apostó por ello pese al calentamiento global que demanda una transición energética.

14 ROSTROS DEL MEDIOAMBIENTE | OCÉANOS 2023

UN GUIÓN A LA MAR

“La crisis del clima nos llama de vuelta al mar, a entender su complejidad, el contraste de su fuerza incontenible y la fragilidad de sus corales, su promesa de sustento y los límites que nos marca, la arrogancia de pensarnos ajenos nunca había sido tan peligrosa”, inicia la narración sobre el documental Océano, correspondiente al capítulo 5 de El Tema, uno de los seis cortos de la crisis climática que abarca dicho proyecto.

Montaño fue el guionista de estos metrajes lanzados en el 2021 por la productora Corriente del Golfo de los actores Diego Luna y Gael García. Es con este último que comparte el crédito de idea original de la serie.

“Gael me escribe un día por Twitter y ahí empiezan una serie de conversaciones con él, de su propia preocupación climática, la mía y qué podemos hacer, qué se nos ocurre y le piché un día la idea de hacer la serie de documentales”, cuenta.

La exposición al público recibió mucha atención mediática y concientizó también sobre el impacto de las megaobras en los ecosistemas marinos, como el caso del Tren Maya.

Si bien, el guión fue realizado aparte de su labor dentro de Conexiones Climáticas, hubo oportunidad para que la organización se encargara de realizar una campaña para los documentales.

“Al principio, separado, y después desde Conexiones hacemos la campaña de impacto, es decir, preparamos que los documentales tuvieran eco, que hubiera quien los aprovechara y los acercamos a las organizaciones de los aliados como una herramienta más que se podía utilizar en la conversación climática”, explica.

Parte del trabajo narrativo de la organización los ha llevado a ayudar en los dramas sociales que dejan en México el cambio climático.

“Yo creo que en otros lados lo que ha servido mucho es vincular organizaciones y gente local, ha sido súper importante que quienes estén acompañando las denuncias, no sean solamente gente de las organizaciones, que pues nos dedicamos y esto hacemos, sino que también hubiera gente local, que digan oigan esto lo estoy viendo en tiempo real”, refiere.

“ Nuestro planeta está regulado climáticamente por el mar. Si perdemos climáticamente al mar, nos vamos al carajo”.

En 2023 trabajaron el caso de El Bosque, en Tabasco, un pueblo que está siendo devorado por el mar. Presentaron varias opciones para que sean al final las comunidades quienes decidan qué quieren contar sobre los percances que les afectan.

Las denuncias sirven también para sumar comunidades que pasan por lo mismo, de tal cuenta que se hilvanen luchas comunes y las autoridades atiendan a estas poblaciones.

“El trabajo que hemos hecho con ellos ha sido desde ir armando una respuesta que a ellos les haga sentido, que ellos se sientan representados por lo que estamos denunciando y que la voz la lleven ellos al final de cuentas”, explica.

Uno de los aspectos que le interesaban a Montaño de colaborar con esta comunidad de Tabasco es saber qué respuesta dará el gobierno mexicano de ahora en adelante a los refugiados climáticos.

“Creo que también vamos a ver cada vez más casos donde el mar es la consecuencia más clara de la crisis climática para muchas poblaciones. Entonces como Conexiones Climáticas cada vez nos va a llamar más el mar, cada vez vamos a encontrar más la emergencia, la urgencia de decir, de hacer, de vincularnos en poblaciones que están en el mar”, refiere.

15 ROSTROS DEL MEDIOAMBIENTE | OCÉANOS 2023
“ Mi objetivo siempre ha sido qué hacer con las manos e invitar a otros, pues es que ahí es donde vas cambiando conciencias en los estudiantes”.

Sofía Trejo

Eliminar los desechables para salvar los océanos

TEXTO

Daniela Reyes

En Sinaloa la ley prohíbe el uso de bolsas de plástico, popotes y productos de poliestireno, pero no se cumple, según Sofía Trejo Lemus, activista y fundadora del colectivo MazConciencia. La basura de las calles es arrastrada por arroyos y en gran medida termina en el mar.

Ver como el mar, las playas y manglares se convertían en basureros la motivaron a emprender el proyecto de biobardas en Mazatlán, Sinaloa que en 2023 evitó que 107.8 toneladas de residuos sólidos urbanos contaminaran estos ecosistemas.

Las biobardas están hechas de redes y boyas recicladas de la pesca y se colocan dentro del mar, a unos metros de la costa para retener la basura y evitar que llegue a los océanos. Ahí cada día se acumula hasta formar una plasta de basura que semanalmente tiene que ser retirada con retroexcavadoras.

A Sofía le gustaría seguir colocando biobardas en Mazatlán, sin embargo, tiene claro que esa no es la solución de fondo. Para ella la clave es dejar de consumir materiales desechables y que se haga cumplir la ley.

“Son leyes que se quedan en el papel y no se aplican porque no se destinan recursos para que se pueda monitorear el cumplimiento. Yo creo que la solución está en que nosotros dejemos de consumir materiales desechables. Ahí es cuando los fabricantes de estos materiales van a tener que migrar y buscar alternativas para ofrecerle al consumidor y migrar hacia desechar lo desechable”, explicó.

LAS TRANSICIONES

Sofía estudió ingeniería en alimentos marinos en el Instituto Tecnológico de Mazatlán (ITM). Después trabajó en el ámbito académico y en la industria, pero todo el tiempo “encerrada en un laboratorio o en una oficina”. Hasta entonces veía al mar solo como un atractivo turístico.

“Mi trabajo era darle un valor agregado a los productos pesqueros, no tenía esa formación de que hay que cuidar esos recursos pesqueros también. Tú vives en una industria y no sabes que esos desechos, esos lixiviados van al mar. Lo ves normal en ese momento”, señaló.

En 2014 se integró a programas de capacitación de la Conapesca para el sector pesquero donde en pláticas con los pescadores hizo conciencia de cómo la sobrepesca y la contaminación afecta a la abundancia de los océanos.

“A través de los años y sobre todo de palpar en los campos pesqueros la realidad de lo que llega a la industria, la realidad del manejo que se le da a esos recursos pesqueros, ahí fue cuando me di cuenta de la problemática”, dijo.

Esa experiencia profesional la sensibilizó tanto que en 2019 decidió fundar MazConciencia, un colectivo al que le dedica su tiempo libre “por amor a Mazatlán y a los océanos” y que actúa bajo la premisa de que cada quien es responsable de limpiar el pedacito que le toca. Y para ella el que le toca es Mazatlán.

Desde los 12 años migró de Hidalgo a Mazatlán y se siente sinaloense. “Aquí me formé, estudié, amo Mazatlán y pues bueno, sobre todo porque pues es cuando llegas a una casa que no es tu casa, pero te reciben y te formas y vives y eres feliz, yo creo que la sientes más como tu casa”, compartió.

En medio del boom inmobiliario y turístico que vive Mazatlán, Sofía busca visibilizar las consecuencias ambientales como la contaminación de los océanos e invita a “repensar la manera en cómo nosotros estamos viviendo y en cómo estamos degradando nuestros recursos naturales, de los cuales dependemos para vivir, porque en Sinaloa las actividades económicas más importantes son el turismo y en Mazatlán es la pesca”.

16 ROSTROS DEL MEDIOAMBIENTE | OCÉANOS 2023

BARRERAS CONTRA

LA CONTAMINACIÓN DE LOS OCÉANOS

Su activismo se materializó en 2018 cuando empezó a colaborar con la Dirección de Ecología y Medio Ambiente de Mazatlán brindando talleres y en la campaña Por un Mazatlán del Todo Limpio para el que colocó cuatro contenedores con forma de especies marinas para recolectar botellas hechas de un tipo de plástico denominado PET, pero además se realizaron brigadas de limpieza de playas, instalación de colilleros y de contenedores para basura.

Con el gran éxito de esta campaña, Sofía se quedó con ganas de continuar emprendiendo acciones por el ambiente y fue ahí cuando surgió la idea de atender la contaminación de los esteros colocando biobardas. La primera fue colocada en el Estero del Infiernillo que desemboca en el canal de navegación y posteriormente al mar. Para esto replicaron un modelo de biobarda que se había implementado en Guatemala con PET y redes recicladas que fue elaborado con el apoyo de alumnos del MIT.

“Mi objetivo siempre ha sido que hacer con las manos e invitar a otros, pues es que ahí es donde vas cambiando conciencias en los estudiantes”. Esta biobarda fue colocada en junio de 2019 y pese a las opiniones que decían que no funcionaria, en su primera lluvia logró captar 30 toneladas de basura.

“Te podías parar encima de la basura. Tenía un espesor de más de un metro hacia abajo. Tuvimos que conseguir grúas para sacarlas, nos prestaban tinas para echar ahí la basura y lograr sacarla. Y ahí fue cuando todo el mundo ahora sí nos tomó en serio. Dijeron sí sirve”, comparte triunfante Sofía.

Ella cree que la parte más sencilla de este proyecto es colocar las biobardas, lo complicado es darles mantenimiento y retirar la basura. “El problema no es poner biobardas, el problema es después administrarlas, que para mí es limpiarlas, darles mantenimiento, cambiarlas, monitorear su funcionamiento, ver quién va a estar resguardándolas”.

Las biobardas tienen una vida útil de seis meses, después de este tiempo se empiezan a romper las redes y tienen que ser reemplazadas para que no se vuelva contaminante. Cada seis meses la empresa de barcos atuneros, Pesca Azteca, dona tramos de biobarda que son hechos con materiales reciclados de la pesca como redes y boyas.

Además se debe retirar diariamente la basura que se vaacumulando y se sacan entre siete y 12 costales de basura, por lo que es necesario contratar a alguien para que haga este trabajo e inclusive contratar maquinaria como retroexcavadoras y camiones que solventan los integrantes de MazConciencia.

Sin embargo, la temporada de lluvia es la que más trabajo representa. Después de cada lluvia se acumulan entre 20 y 30 toneladas de basura, mientras que las precipitaciones aumentan.

“Del 2019 para acá habíamos tenido más o menos dos grandes limpiezas porque hubo dos lluvias muy copiosas acá en Mazatlán. Pero este 2023 de verdad que fue bien complicado porque no fueron una ni dos, sino ocho grandes limpiezas que con la carga de trabajo el personal no es suficiente”, expresó.

Actualmente la biobarda que está en El Estero del Infiernillo tiene una extensión de 44 metros y es administrada por MazConciencia, sin embargo, hay otras tres de las que sólo se encarga de darles mantenimiento y reemplazarlas cada seis meses. Está el caso de una que filtra la basura de un gran arroyo que atraviesa 17 colonias, otra que evita que ingrese basura al Estero del Yugo, que es una reserva municipal, y una cuarta instalada en 2023 que está en un canal pluvial que da hacia la playa que arrastra la basura de la zona dorada de Mazatlán. En cuatro años con estas biobardas, el colectivo ha evitado que 245 toneladas de basura terminen en el mar de Mazatlán.

LIMPIEZA DE PLAYAS Y COLILLEROS

Además de los biobardales, MazConciencia hace limpieza mensual de playas con la que en 2023 recolectaron 966 kilogramos de basura en siete jornadas y 480 kilogramos de redes en desuso en dos jornadas.

Este 2023 iniciaron con la limpieza del estero de la Isla de la Piedra, que está a 10 minutos de la costa y es a donde se va la basura que no logra capturar la biobarda del Estero del Infiernillo, en el que seis limpiezas recolectaron cuatro toneladas de basura.

“Ahorita está igual o peor que como estaba cuando nosotros empezamos en enero. Entonces, pues vamos a ver qué hacemos entrando el año. Creo que podemos encontrar colaboraciones con otras empresas o instituciones que nos puedan ayudar. Es impresionante la contaminación que está ahí en ese manglar”.

Estas actividades se sostienen de voluntariado. MazConciencia ha construido vínculos de cooperación muy fuertes con instituciones educativas cuyo estudiantado se compromete a acudir de forma voluntaria a las actividades, de esta forma siempre acuden entre 30 y 40 personas por jornada de limpieza.

Otra problemática que atiende el colectivo es la contaminación de las playas por colillas de cigarros ya que no se cumple la prohibición de fumar en espacios con acceso al público, según Sofía.Por lo que desde hace dos años empezaron a colocar colilleros cercanos a las playas. WWActualmente hay 25 colilleros en los que se recolectan alrededor de tres mil colillas de cigarro al mes. Tan solo en 2023 fueron recolectadas alrededor de 21 mil 900 colillas.

Para continuar con estas labores, MazConciencia busca constituirse como una organización de la sociedad civil para poder recibir apoyos económicos que les ayude a costear los gastos derivados de la operación e instalación de las biobardas, la instalación de más colilleros y realizar más limpiezas mientras la transición hacia la eliminación de los desechables se consolida.

17 ROSTROS DEL MEDIOAMBIENTE | OCÉANOS 2023

Adrián Munguía

Proteger para el disfrute

TEXTO

Daniela Reyes

Al regresar a La Paz vacilaba entre la idea de incorporarse a un centro de investigación o innovar. Optó por lo segundo al ver las limitaciones que tiene la investigación en México y se dio cuenta de que había una necesidad de servicios de ciencia, que además tuviera tiempos de ejecución más rápidos. Su laboratorio funciona como una consultora para proyectos, principal pero no exclusivamente, en la península y el golfo de California. Se dedica a “analizar el ADN para contestar preguntas relevantes para las personas”, con múltiples aplicaciones, puede ser a pesquerías,acuacultura, cuestiones de mercado, de conservación o de investigación básica, dependiendo del proyecto, lo cual le resulta muy interesante y lleno de posibilidades.

En su laboratorio, a diferencia de los centros de investigación que se acercan a los usuarios cuando ya tienen los resultados de la investigación, colabora en proyectos que surgen de las necesidades de los usuarios para atender una problemática. Usualmente los proyectos se enfocan en la conservación de especies o de un hábitat, como estudios para la creación de una reserva marina o de una pesquería importante, o el análisis de una bacteria asociada a organismos que afectan a especies cultivadas en la acuacultura.

“Utilizo ácidos nucleicos -las moléculas que contienen la información genética- de los organismos vivos para contestar preguntas sobre los impactos humanos que nosotros estamos teniendo a través de la pesquería, la comercialización, la destrucción de hábitat, o cosas que estamos haciendo en los ecosistemas”, explica.

En este tiempo, ha colaborado en proyectos con más de 35 organizaciones e instituciones de las cuales la mitad han sido de la sociedad civil organizada en México y el resto en Sudamérica. Otras colaboraciones han sido con universidades o centros de investigación en México y en Estados Unidos. También tienen clientes privados como acuacultores, comercializadores y gobiernos locales.

“ Sin saber cómo son, estamos describiendo las comunidades de los arrecifes profundos del Golfo de California”.

Adrián bucea y aprecia la biodiversidad tanto como comérsela en un buen platillo. Disfruta del mar y lo que da. Protege la biodiversidad como si se tratara de un círculo: porque disfruta, protege, y porque protege disfruta.

“Las cosas que amas son las que vas a proteger. Ya sea porque vas a bucear o porque te lo vas a comer, pero si no lo proteges no vas a poder bucear y maravillarte, ni comer, ni a tener una experiencia. Esas son las cosas que valoro de mi vida, ir a bucear a un lugar que me encanta o ir a comer algo que me fascina y saber que estoy trabajando para tratar de mantenerlo, para mí es el círculo completo”. Por eso, desde hace 10 años emprendió con sus propios recursos un laboratorio para implementar técnicas básicas de biología molecular que han aportado a temas de conservación y pesca sostenible a través de ciencia independiente y de calidad.

Aunque nació en la Ciudad de México, llegó muy jóven a La Paz, Baja California Sur, para estudiar la licenciatura y después la maestría en Biología Marina, donde se interesó en cuestiones genéticas y estudió el doctorado en Recursos Naturales y Pesquerías con especialidad en biología evolutiva en la Universidad de Arizona.

18 ROSTROS DEL MEDIOAMBIENTE | OCÉANOS 2023

ENGAÑO EN LA MESA

Sustitución de pescados

Durante el 2023, Adrián participó en numerosos proyectos. Entre los más significativos estuvo uno sobre las especies que viven en los arrecifes profundos del Golfo de California que desarrolla junto con investigadores del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (Cicese), donde él se encarga de analizar muestras de agua para identificar ADN de las especies que se encuentran entre los 40 y 600 metros de profundidad.

“Sin saber cómo son estamos describiendo las comunidades de los arrecifes profundos del Golfo de California. Del 80% de los registros no hay nada que se parezca en las bases de datos, quiere decir que hay muchas especies que no conocemos y que estos sistemas profundos son tan ricos o incluso más ricos en cuanto a diversidad que los sistemas someros. Entonces hay otro mundo literalmente allá abajo que conocemos muy poco”.

Otro proyecto en el que colaboró fue con la organización Comunidad y Biodiversidad (Cobi) para la identificación genética de la carnada que se está utilizando para la pesca de pulpo en la península de Yucatán, que es la pesquería económicamente más importante del sureste de México, para ver sus impactos y donde, por ejemplo, descubrieron que hay afectaciones a la pesca de crustáceos en la costa del pacífico de México, de donde se están extrayendo más de mil toneladas para transportarla y ser usada como carnada en Yucatán.

Sin embargo, el proyecto del año y por el que es más reconocido es su colaboración en Gato por Liebre, una campaña de la organización Oceana, en donde hace muestreo de pescado en restaurantes, pescaderías y supermercados para saber qué es lo que se come en México y en el que han encontrado un alto índice de sustitución.

“Es una prueba muy directa de por qué es importante conservar la biodiversidad, porque literalmente nos da alimento y nos mantiene físicamente y es algo que muchas veces no reconocemos, que la biodiversidad te la comes literalmente y que si no tienes biodiversidad entonces vas a comer otras cosas que no son tan saludables, que no tienen ciertas características o que vienen de otro lado del mundo, que traen arrastrando con ellas otro tipo de consecuencias”, alega.

Su interés inició cuando al comprar pescado sospechaba que lo que le daban no era en realidad lo que había pedido. De ahí surgió la idea de repartir kits a amistades en La Paz para que tomaran muestras de sus alimentos en los lugares donde comían habitualmente y se llevó una gran sorpresa. “El 48% de las veces que tú vas a un lugar no te están diciendo la verdad de lo que estás comiendo” y en realidad se están sirviendo especies protegidas como tiburón martillo o cazón o mantarrayas.

La idea de la campaña es que los consumidores sepan qué es lo que están consumiendo y asuman la responsabilidad de preguntar y cuestionar lo que les sirven en sus platillos, porque mientras no sepan, “‘ojos que no ven, corazón que no siente’, pero todos tenemos derecho a saber cuáles son los impactos de lo que comemos”.

“Tendríamos que estar enfocándonos en programas de manejo y en medir y en monitorear a esas poblaciones que son las que realmente nos estamos comiendo, no las que nos dicen que estamos comiendo”.

Este 2023 salieron los resultados de otras ciudades del noroeste y después los resultados de Baja California Sur donde encontraron que el promedio de sustitución era del 44% y que Los Cabos es la ciudad con el mayor índice de sustitución a nivel nacional con un 60%. Esto se debe a que no hay suficiente pescado como cabrilla, pargo, perico o abulón, para satisfacer la demanda creciente en los restaurantes.

En total, desde 2019, Oceana ha analizado la sustitución de pescado en 10 ciudades de México donde el promedio ha sido del 44% y ha mostrado que en México se comen más de 500 especies distintas y muchas de ellas no las conocemos ni valoramos.

Desde entonces, se impulsa una norma de trazabilidad para que, según Adrián, los consumidores tengan información sobre qué están comiendo, de dónde viene y cómo fue pescado.

NUEVOS PARADIGMAS EN LA INVESTIGACIÓN

Su laboratorio es el ejemplo de que se puede hacer ciencia de calidad, con otro enfoque y tiempos, y eso mismo es lo que quiere transmitirle a otros jóvenes que recién empiezan en la investigación. Además le interesa reducir el retraso tecnológico que hay en México de aproximadamente 10 años y descentralizar los conocimientos de genómica, bioinformática y de todas las herramientas tecnológicas nuevas.

Con ese objetivo, Adrián abre espacio en su laboratorio para recibir a estudiantes desde licenciatura hasta postdoctorado con el fin de que desarrollen sus tesis y experimenten un modelo diferente de ciencia.

“Me interesa mostrarles a los estudiantes que existen alternativas, que pueden cubrir necesidades, contestar preguntas relevantes haciendo lo que saben y comercializándolo. Lo que quiero es acortar esos tiempos y tener gente capacitada en México que pueda asimilar las nuevas tecnologías de manera más rápida y que podamos empezar a emplear esa tecnología mucho más rápido”, explica.

También forma parte de la Red de Investigadores del Desierto Sonorense que involucra a investigadores del noroeste de México y del sureste de Estados Unidos que desde 2021 través del Foro Conciencia entrenan y capacitan a nuevas generaciones de investigadores para aumentar su incidencia y ponerlos a dialogar con actores gubernamentales y de asociaciones civiles para que puedan ampliar sus horizontes. Ya que de esa vinculación depende para él que las personas entiendan mejor los servicios que brinda la naturaleza del lugar donde viven y sus limitantes.

19 ROSTROS DEL MEDIOAMBIENTE | OCÉANOS 2023

Carmina Salinas

La mujer en el rescate del abulón en el Pacífico Norte

TEXTO

Patricia Ramírez

“ Definitivamente cada día era un reto porque acercarte a los pescadores siendo mujer es difícil”.

Para Carmina Salinas su trabajo es como su refugio. Cuando no está activa tiene una inquietud que sólo se calma al regresar a su labor, sea en el mar o en la tierra. Sólo así se siente “como un pez en el agua”, dice ella desde su natal Bahía Tortugas, una comunidad pesquera ubicada al norte de Baja California Sur que colinda con el océano Pacífico.

Carmina es bióloga marina y fue la primera mujer en hacerse socia de la cooperativa “Emancipación” por su trabajo como encargada de las pesquerías. Los resultados en la crianza de abulón y langosta, dos especies de valor comercial para los pescadores y sus familias, han permitido que se abra paso en un ambiente donde los trabajos del mar los llevan los hombres. El último año ha sido difícil para Carmina porque se han complicado los desoves de abulón. Ella lo atribuye a que la temperatura del mar ha cambiado. De acuerdo con su registro, el rango promedio que sería de 14 a 18 grados ha prevalecido en 21. Muy cerca de los 24 grados que es cuando el abulón se estresa y con ello incrementa la mortalidad.

“No me había tocado otros años enfrentarme a este tipo de situaciones. Siempre ha sido un poco más fácil hacer los desoves, y se me ha dificultado, pero allí vamos porque sí he tenido resultados”, explica. Aún así terminó el 2023 con su nueva generación de abulones, cuya forma tradicional de siembra cambió cuando ella planteó modificar los periodos en que la especie pasa en laboratorio antes de ser liberada en el mar para apostar por un mayor crecimiento y sobrevivencia. Con su trabajo, Carmina ha generado cambios no sólo en esto sino en el rol de las mujeres en Bahía Tortugas.

UNA JUGADORA DE WATERPOLO

Carmina Salinas creció entre la pesca y el mar. Su abuelo fue uno de los fundadores de una de las cooperativas pesqueras de Bahía Tortugas y años después su papá también se convirtió en pescador y socio de ésta. Así que cuando ella apenas tenía 13 años ya sabía bucear y andar en la lancha, lo que motivó a su abuelo para alentarla a que también se dedicara al mar.

“Siempre fue muy insistente en que estudiara biología marina”, dice Carmina. Pues él se justificaba en que la cooperativa pesquera necesitaba ciencia para mantener a la especie y no perder la producción.

Carmina se mudó a La Paz, capital de Baja California Sur, para cursar la preparatoria técnica, en la que decidió enfocarse en el área de acuicultura. Fue en aquel tiempo cuando también se acercó a otros intereses en los que destacó: las matemáticas y el waterpolo. Con las matemáticas concursó a nivel nacional e incluso se planteó presentar un examen para la licenciatura de físico matemático en la Universidad Nacional Autónoma de México. Mientras que al waterpolo se dedicó alrededor de unos ocho años consiguiendo ir a seis nacionales, unos Juegos Centroamericanos y otros Panamericanos.

20 ROSTROS DEL MEDIOAMBIENTE | OCÉANOS 2023

Finalmente se decidió por estudiar biología marina en la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), a la par de que seguía con el deporte. Sin embargo, un año y medio después de haber empezado la carrera, el padre de Carmina falleció. A partir de ese momento tuvo que distanciarse del waterpolo para dedicarse a trabajar y estudiar.

“El deporte en ese momento apenas empezaba con incentivos económicos en el estado, no como está ahora. De hecho (ahora) ya hay un poco más de incentivos que si en ese momento hubieran existido, a lo mejor hubiera podido seguir con la parte del deporte y la carrera”, comenta.

ENTRE PESCADORES

Carmina regresó a Bahía Tortugas como bióloga marina y como madre. Acababa de terminar la universidad y buscó trabajo en la cooperativa pesquera donde habían trabajado su padre y su abuelo, con la idea de desarrollar su tesis enfocada en el cultivo de abulón.

La cooperativa de Bahía Tortugas le dijo que por el momento no necesitaban personal, así que Carmina decidió postular a la cooperativa Emancipación. Y para la asamblea de pescadores que anualmente se da en marzo de 2010, ella presentó su solicitud al entonces presidente de la cooperativa. La respuesta fue positiva, pero lo que vino después se convirtió en un obstáculo a superar.

“Definitivamente cada día era un reto porque acercarte a los pescadores siendo mujer es difícil”, recuerda. “Al principio era un poco complicado establecer la comunicación sin que se perdiera esa línea de respeto”. Carmina considera que su trabajo le ayudó a mejorar en el ambiente con los pescadores. “Veían que sí me subía a la embarcación, agarraba, no sé, un tiburón y me decían ‘lo tienes que limpiar tú’, así que lo limpiaba y le sacaba las medidas y todo lo que ocupa la parte biológica”.

Además, en su ingreso fue la encargada de renovar las concesiones pesqueras de la cooperativa que lidiaba con 20 años de no haber reportado adecuadamente. Lo que comenzó a repercutir en la visión que tenían los pescadores en la participación de las mujeres de la comunidad.

“Rompe un poquito el esquema porque ahorita ya han permitido que más mujeres estén trabajando conmigo, por ejemplo. Y no las limitan en el sentido de que no se puedan subir a la lancha porque son mujeres”, explica la bióloga.

MANTENER UNA ESPECIE

A Carmina Salinas también le llegaron otros trabajos que la involucraron en el repoblamiento de abulón negro con el Centro Regional de Investigación Pesquera (CRIP) y también un proyecto en colaboración con la UABCS para el monitoreo de rayas y elasmobranquios con pescadores libres. Toda su experiencia y conocimiento se han reflejado en el laboratorio que inició junto con la cooperativa Emancipación. En el proceso se han hecho cambios como el que se dio en 2021 bajo una propuesta de la misma Carmina.

“El cambio que dimos nosotros fue que (el abulón) lo dejamos seis meses en el laboratorio y de ahí tiene un periodo de acondicionamiento en un sistema llamado long line en una jaula flotando en el mar, y ahí pasará otros seis meses. (Porque) lo que detectamos es que tiene un mayor crecimiento, una mayor sobrevivencia. Y cuando ya es plantado en el mar igual se sigue manteniendo y es más fuerte”, explica la bióloga.

Aunque aclara que en México no hay actualmente estudios que digan este es el método correcto de liberación de semillas para hacer repoblamiento, para ella ha dado resultados y lo llama “buenos datos” sobre el futuro de la especie. Además de la generación de abulones como los que obtuvo este año. El trabajo de Carmina, al que considera un refugio, también podría serlo para el abulón que es de importancia pesquera en el noroeste de México. Si se mantiene una especie, se mantienen las comunidades.

21 ROSTROS DEL MEDIOAMBIENTE | OCÉANOS 2023

Juan Barnard

El buzo de Acapulco en defensa de los mares

TEXTO

“ La vulnerabilidad de estos ecosistemas va de la mano con los efectos antropogénicos que nosotros hemos causado”.

Juan Barnard se resguardó en el armario de su casa con algunas provisiones durante el paso del huracán Otis por Acapulco, Guerrero. La intensidad del fenómeno hizo que el mismo mar donde creció, aprendió a bucear y a tomar fotografías le arrebatara su hogar. Sin embargo, la catástrofe no detuvo su convicción por rescatar la vida que habita bajo el agua.

Juan cuenta que, debido a su trayectoria como biólogo, entendió que el huracán podría convertirse en devastación. Una lectura que no se difundió en su momento ya que el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés) llevaba un monitoreo en el que hubo un error de predicción y negó que Otis pudiera alcanzar una categoría 5.

“Me deja marcado y por eso estoy tratando de desarrollar una red hidrográfica para tener un alertamiento temprano”, dice Barnard desde Ciudad de México, donde pasó las primeras semanas luego del paso del huracán.

La trayectoria de Juan es amplia. Desde antes de buscar alternativas para apoyar a las comunidades afectadas por Otis, ha trabajado con pescadores de Puerto Marqués para impulsar una zona de refugio pesquero que permita mantener a las especies; ha desarrollado estudios sobre el blanqueamiento de corales, así como la instalación de arrecifes artificiales; y ha hecho trabajo comunitario para la limpieza las playas de Guerrero.

Su motivación es la certeza de dejar un mejor mundo para las siguientes generaciones.

LA DEFENSA DE LOS CORALES

Desde que nació, para Juan Barnard el mar ha sido su casa. Creció en el Hotel Mirador, un ícono de Guerrero donde se encuentra el acantilado La Quebrada, famoso por sus clavadistas. Así que sus recuerdos de infancia están construidos por las personas perdiéndose en el azul del agua, los peces que se acercaban a las pozas, la pesca con cordel y su madre que le inculcó el interés por la vida más allá de la superficie.

Todo hizo que a los 13 años tomara un curso de buceo y, años más tarde, junto con un amigo buscaran la manera de diseñar una cámara subacuática. Así que, para cuando ingresó a la universidad para estudiar biología marina, ya tenía convicciones.

22 ROSTROS DEL MEDIOAMBIENTE | OCÉANOS 2023

“Parte de la educación que llegamos a tener es que si ibas al mar (a bucear) la primera pregunta era ‘¿y qué sacaste?’. Entonces era como una obligación, si vas al mar tienes que sacar algo y pues yo saqué una buena experiencia, saqué fotografías”, recuerda Juan, quien decidió alejarse de las actividades extractivas para sólo estudiar lo que ocurría bajo el agua. Años más tarde serían estas fotografías las que lo llevarían a representar a México en el Campeonato Mundial de Fotografía Subacuática, así como a exposiciones en distintos lugares del país.

Al salir de la universidad, Juan se mudó a Zihuatanejo, al noroeste de Acapulco, donde comenzó una operación de buceo en la que documentó los impactos que generan las anclas de las embarcaciones en los arrecifes. Un proyecto que llevaría a la siembra de corales y al desarrollo de arrecifes artificiales, los cuales sirven de hogar para diferentes especies de flora y fauna submarina.

En el último año, Barnard se ha enfocado en documentar el avance del blanqueamiento masivo de corales en el Pacífico, un fenómeno que implica la pérdida de color de estos organismos debido al aumento de la temperatura del mar. “Lo que estamos viviendo ahora me dejó de enseñanza que la vulnerabilidad de estos ecosistemas va de la mano con los efectos antropogénicos que nosotros hemos causado. No hemos sido capaces como seres humanos de evitar que siga subiendo la temperatura (de los océanos)”, apunta.

EL MAR, UN REFUGIO

Cuando a Juan Barnard se le pregunta sobre sus principales aprendizajes a lo largo de su trayectoria, su respuesta es la empatía. En los últimos años ha tenido acercamientos con cooperativas pesqueras, principalmente de Puerto Marqués, para trabajar en establecer pilotos de zonas de refugio que hagan frente a la sobreexplotación pesquera sin que los pescadores pierdan su trabajo a través de zonas en las que, parcialmente, no se capturará para ayudar a la recuperación. Sin embargo, ser aceptado por los pescadores ha sido un trabajo complicado. Ya que en varios casos no existe un enfoque de conservación hacia las especies que generan alimento e ingresos, pero esto ha ido cambiando poco a poco por el trabajo que desarrollan junto con el buzo.

“Entienden que cuidar las especies vale la pena, que cuidar que no saquemos de cierto tamaño vale la pena, que evitar que otros saquen el producto vale la pena”, dice Barnard. Aunque las afectaciones por el huracán Otis han modificado la vida de las comunidades pesqueras de Guerrero, el buzo no desiste en tratar de reproducir organismos como los bivalvos para contribuir a la seguridad alimentaria a futuro. Para él, si se obtiene algo del mar, deberían de buscarse alternativas para su recuperación, es por esto que plantea ampliar los pilotos que ya realiza en Puerto Marqués. “Si es posible trabajar con alguna cooperativa donde ellos (los pescadores) puedan salir beneficiados y podamos replicarlo de una manera organizada y sistematizada para que no esperen que todo lo tiene que dar el gobierno”, explica.

EL FUTURO

Entre las múltiples historias de trabajos con el mar que ha hecho Juan Barnard durante más de 40 años, la motivación para no desistir de la lucha ambiental ha sido conservar la vida de los mares para las siguientes generaciones.

“Yo estoy en la primera línea debajo del agua, estoy en la primera línea hacia arriba y estoy en la primera línea para hacer cualquier tipo de trabajo donde pueda conservar los ecosistemas”, señala Barnard. Además, como parte de su preparación se encuentra estudiando un doctorado en Ciencias Ambientales. Su interés es seguir capacitándose para comunicar desde la ciencia y no hacer “meras suposiciones ni hablar de mitos”, ya sea con públicos jóvenes o con personas especializadas en distintos temas marinos.

Para Juan Barnard, el mar lo es todo. Desde el recuerdo de su infancia en el que su mamá le enseñó a pescar y le mostraba los peces que llegaban a las pozas, hasta el imponente lugar donde nace la vida y las tormentas pueden convertirse en huracanes.

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Araceli Domínguez

Un ejemplo de protección ambiental en Quintana Roo

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Patricia Ramírez

Lo único que no puedo perder es la esperanza. Esto es algo que nos tiene que mantener motivados, el hecho de que hemos sembrado muchas semillas”.

Cuando Araceli llegó a vivir a Cancún ya estaba familiarizada con la devastación ambiental. Desde niña había sido testigo de cómo los residuos de la actividad petrolera contaminaban el río Coatzacoalcos, en Veracruz. Por eso, le alarmó que a la laguna Nichupté llegaran las aguas residuales sin tratamiento.

En aquel momento, se agrupó con otras mujeres de Cancún para comenzar las exigencias y detener la contaminación. Se constituyeron en el Grupo Ecologista del Mayab (Gema), que Domínguez preside.

“A partir de allí fue que iniciamos la lucha. Una lucha que, además, nos costó mucho trabajo por ser mujeres, porque en esa época nos decían ‘señoras caceroleras, no tienen nada que hacer’, ‘que se vayan a darle de comer a los niños’, ‘que vayan a atender a sus maridos’”, cuenta Araceli, quien lleva 41 años en la ciudad.

A décadas de aquella primera movilización, la lucha por la laguna de Nichupté no se detiene. Cancún, considerada la ciudad más joven de México, tuvo un auge turístico por el atractivo de su región selvática y sus mares celestes característicos del Caribe. Pero el crecimiento urbano y la demanda de la industria hotelera han afectado parte de esta diversidad, donde la defensa ambiental de mujeres como Araceli se volvió una pieza clave.

CUATRO DÉCADAS DE NICHUPTÉ

El interés por el medio ambiente siempre ha estado presente en Araceli. Creció en la región de los Tuxtlas, al sur de Veracruz, donde tuvo cercanía con los animales y la vegetación. Incluso, a los 14 años, comenzó a rescatar perros y gatos. “Desde siempre ha sido mi pasión”, reconoce Araceli al recordar esos años en contacto con la naturaleza. Y aunque estudió la licenciatura en Comunicaciones, tras años de trayectoria ambiental se considera una autodidacta de la biología y otras ciencias naturales.

En la década de los 80, Araceli y su esposo se mudaron a Cancún, perteneciente al municipio de Benito Juárez. La contaminación en la laguna de Nichupté fue su primer motivo de movilización, pero los problemas no se detuvieron a pesar de que en enero de 2008 se nombró Área Natural Protegida mediante un decreto federal. En junio de 2022 comenzó la construcción de un puente vehicular en la laguna para conectar con la zona hotelera. La obra se promocionó como el segundo puente vehicular más largo de América Latina al prever una extensión de 8.8 kilómetros. Preocupados por los riesgos a los manglares de esta zona, el grupo Gema consiguió una consulta pública en la que reclamaron la necesidad de un saneamiento a la laguna.

Un caso similar ocurrió en los 80 con la firma de la empresa Calizas Industriales del Carmen (Calica) con el gobierno de Quintana Roo, entonces encabezado por Pedro Joaquín Coldwell, y el gobierno federal para extraer piedra caliza de Playa del Carmen y ser exportada a Estados Unidos. Sin embargo, el grupo Gema se opuso y denunció desde ese entonces los daños ecológicos de dicha actividad.

“Fueron los dos primeros proyectos y todavía seguimos en lo mismo”, señala Domínguez.

24 ROSTROS DEL MEDIOAMBIENTE | OCÉANOS 2023

ORDENAR LA VIDA

Araceli considera que uno de sus principales logros en la defensa ambiental de Quintana Roo es el ordenamiento ecológico. Su participación desde la parte legal fue decisiva para que los programas del corredor Cancún - Tulum y de Nichupté consideren la protección de hábitats para las tortugas marinas, manglares y lagunas costeras.

“El principal objetivo es que el desarrollo vaya de acuerdo a lo que el ordenamiento ecológico requiere, no lo que requiere el inversionista, sino que se puedan definir cuáles son los criterios ecológicos de cada zona para que con base en ellos se decida la capacidad de carga de cuartos de hotel (por ejemplo)”, explica Araceli.

Otro de sus más importantes logros fue el rescate de Xcacel Xcacelito, un santuario para tortugas carey y laúd, donde se autorizaron distintos proyectos para la construcción de hoteles. Pero las denuncias que el grupo Gema interpuso ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente y las movilizaciones locales los detuvieron. Actualmente el grupo de defensa encabe- zado por Araceli insiste en ampliar el Área Natural Protegida para que los proyectos hoteleros no afecten las zonas de anidación de las tortugas. Asimismo, durante estos años, se logró la protección de Tajamar. Ya que se autorizó la construcción de diversos proyectos turísticos en el malecón y se deforestó una parte de los manglares. Por lo que grupo Gema, junto con otras organizaciones, se movilizó para detener las obras y solicitar la restauración del sitio.

Sin embargo, a la par de estos logros, Domínguez señala que su principal obstáculo son los gobiernos de Cancún y Quintana Roo. “No ha habido una sola administración que le haya interesado el medio ambiente. Las cosas que se han logrado han sido por la gran insistencia que tenemos nosotros”, apunta.

LA LUCHA INTERMINABLE

El espíritu de Araceli por mantener la biodiversidad de Quintana Roo es imparable a pesar de los obstáculos. Como en 2005 cuando fue detenida por agentes judiciales derivado de una denuncia de difamación que interpuso Bernardo Zambrano, dueño del entonces delfinario Atlántida Cancún, al que Domínguez señalaba por irregularidades en la importación y trato en cautiverio de delfines.

“Lo único que no puedo perder es la esperanza. Esto es algo que nos tiene que mantener motivados, el hecho de que hemos sembrado muchas semillas”, dice Araceli cuando se le pregunta sobre su trabajo después de tantos años.

Para ella la lucha por el medio ambiente no es sólo una cuestión de sembrar árboles y reducir residuos, se trata de sobrevivencia.

“La calidad de vida de la gente depende del equilibrio que hay en el medio ambiente, y si no hay equilibrio ecológico no hay calidad de vida”, señala.

Además, considera que si bien los puntos de vista científicos son importantes para mantener el medio ambiente, también lo es la perspectiva del conocimiento ancestral, pues es ahí donde podrían encontrarse más respuestas sobre cómo crear conciencia y mejorar la relación del desarrollo con la naturaleza. Por lo que también tiene cercanía con la tradición de diversas culturas como la maya y la mexica.

25 ROSTROS DEL MEDIOAMBIENTE | OCÉANOS 2023

A la par de esto, el grupo Gema trabaja con comunidades en Cozumel, Isla Mujeres, Playa del Carmen, Puerto Morelos, Chetumal y Carrillo Puerto. Parte de los objetivos es que apoye a disminuir la presión y situaciones de riesgo para los pobladores de estas comunidades que también se oponen a proyectos que afecten los ecosistemas.

Aunque Araceli reconoce que, tras décadas de defensa, en el último año tuvieron “batallas perdidas” como la inauguración del Tren Maya y la construcción del puente en la laguna Nichupté, su intención es apoyar y asesorar a otros grupos que han surgido por la defensa ambiental en Quintana Roo.

“Para mí es muy importante tener esta confianza y esta seguridad de que sembramos en tierra fértil y que las nuevas generaciones van a continuar el trabajo que hicimos, que iniciamos hace 40 años o más, y que tendrán una visión diferente”, afirma.

Para Carmina Salinas su trabajo es como su refugio. Cuando no está activa tiene una inquietud que sólo se calma al regresar a su labor, sea en el mar o en la tierra. Sólo así se siente “como un pez en el agua”, dice ella desde su natal Bahía Tortugas, una comunidad pesquera ubicada al norte de Baja California Sur que colinda con el océano Pacífico.

26 ROSTROS DEL MEDIOAMBIENTE | OCÉANOS 2023

Andrew Rhodes

La innovación de la política oceánica

TEXTO

Juan Luis García

El Panel de Alto Nivel para una Economía Oceánica Sostenible es una iniciativa global, que inició el gobierno de Noruega junto con Palaos en 2018, para transformar el océano con una agenda innovadora y voltear a estos ecosistemas como una oportunidad. En el presente sexenio, Rhodes fue Coordinador de Instrumentación de Acuerdos y Recomendaciones del Panel dentro de la Subsecretaría de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Cancillería de México.

En su participación en el seminario “Futuro de los Océanos” sobre los océanos en el Colegio Nacional a mediados del 2023, Rhodes mostró una fotografía tomada por él para abrir su ponencia. Una abertura en el centro de una roca, como la salida de un túnel hacia la luz en el que aparece el paisaje del mar.

“Esta fotografía refleja un poco lo que escuchaba en pasillos de que existe una falta de optimismo en torno a la agenda, este sentir de la invisibilidad del mar y las costas en la agenda pública, una suerte de gran olvidado todavía y es un poco un gran reflejo, fotografía mía, de que aún hay esperanza en términos de que hay una agenda y un futuro muy promisorio en la agenda de los océanos”, dijo Rhodes en aquella oportunidad.

Uno de los mensajes principales del Panel es voltear a ver a los océanos como una oportunidad: “Donde transitemos del discurso y la narrativa clásica de los océanos como una víctima de la sobrepesca, calentamiento global, acidificación, al aumento del nivel del mar, la contaminación de plásticos, etc; sino que lo veamos como una propuesta de soluciones para la nueva agenda oceánica”.

El Panel también está integrado por Australia, Canadá, Chile, Fiyi, Francia, Ghana, Indonesia, Jamaica, Japón, Kenia, Namibia, Noruega, Palaos, Portugal, Seychelles, Reino Unido y Estados Unidos. Juntos estos países suman el 21% de las pesquerías del mundo, el 25% de las flotas navieras, el 50% de las costas y el 45% de las zonas económicas exclusivas. Cada país contó con la libertad para definir su plan océanico sostenible, de manera que el plan mexicano se basa en la actualización de varios elementos que robustecen la política de mares.

El documento “Transformaciones para una economía oceánica sostenible” retoma la agenda oceánica del panel, además de que rige y orienta las acciones de los países involucrados. Este esfuerzo internacional será heredado al siguiente sexenio. Las transformaciones planteadas en el Panel giran en torno al 2030, en armonía con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU del mismo año.

“El Panel es un acelerador”, apuntó Rhodes en aquella ocasión, “una enzima que nos ayuda a cumplir diferentes compromisos”. “Sólamente espero que esta fotografía vaya incrementando de tamaño y vayamos viendo al mar, las costas, como una oportunidad de desarrollo sostenible para México”, sentenció.

Convencido de la importancia de los mares, Andrew Rhodes ha sido un protagonista de la instrumentación de los compromisos en materia de los océanos en la función pública.

‘Rostros del medio ambiente | Océanos 2023’ es una muestra de las personas destacadas en la protección y uso sostenible de los mares y costas en México en dicho año. En esa tesitura, Andrew Rhodes ha sido incluido por Causa Natura Media en esta lista debido a su labor en el marco del ‘Panel de Alto Nivel para una Economía Oceánica Sostenible’ que contribuyó a que México abra las puertas hacia acuerdos innovadores en el beneficio de los mares.

La conformación de esta lista de rostros fue gracias a la participación de periodistas, organizaciones civiles y del público en general que postularon personas que, desde diversas perspectivas y roles, hacen frente a la crisis ambiental, trabajan por el bien común y luchan por los entornos marinos y costeros en México.

27 ROSTROS DEL MEDIOAMBIENTE | OCÉANOS 2023

www.bistro83.com.mx

Todos los acuerdos que nos civilizaron se hicieron mirando al frente. Nuestra civilización se hizo en torno al fuego... en torno a la mesa.
TEXTO Horacio Armendáriz Chihuahua, México Chef Ejecutivo de Bistró83 Cocina clásica mediterránea San Ángel, CDMX
28 ROSTROS DEL MEDIOAMBIENTE | OCÉANOS 2023

Los recursos para nuestra subsistencia se administraban y muchos de los pueblos originarios reconocieron y veneraron a la pasha mama. Eso se ha roto porque ya no importa de dónde proceda, simplemente se adquiere empacada en plástico al alto vacío.

Nos hemos perdido el respeto a nosotros mismos envenenándonos, y nos hemos abandonado a una glotonería que apesta, que enferma y que no nutre, ni el cuerpo, ni la convivencia, en lo que es el rito del cuidado y la preparación de lo que comemos y nos alimenta en muchos sentidos.

Hemos perdido tanto nuestra capacidad crítica, que vivimos simplemente “agachados” frente a un teléfono y ya es muy complicado vernos a los ojos. Ya nos es muy complicado voltear al frente y ver qué sucede en nuestro entorno, e incluso no volteamos ni para ver dentro de nosotros mismos; y así, “agachados”, no vemos cómo nuestro hábitat cada vez nos lo hacemos menos posible y lo enfermamos más. Cada vez tiene menos posibilidades de retorno, menos reconocimiento y respeto de nuestra parte. Si no volteamos al frente, menos a los lados.

Esta revista visibiliza a quienes, desde distintas trincheras, luchan por la sostenibilidad de los océanos de México; en mi caso, como cocinero —y dentro de la industria de la restauración— ésta responsabilidad toca a mi puerta y reflexiono cómo me comprometo a hacer de mi quehacer, una gastronomía responsable.

Respeto a vedas, alternativas de insumos marinos cultivados, respeto a especies en peligro de extinción, apoyo a comunidades pesqueras artesanales y aplico un manejo responsable en mis técnicas de cocina y sus desechos, que poco se hace en esta industria que siempre se ha catalogado como la “industria sin emisiones a la atmósfera”, cuando en realidad es una de las más contaminantes y derrochadoras en el planeta.

Tan sólo con el desperdicio de productos de proteína y otros alimentos que desechamos todos los días, la población mundial no solo tendría el estómago lleno, estaría nutrida. De nada sirven las estadísticas —ni seguir diciendo que ya hay continentes de plástico en los mares— si ni siquiera volteamos al frente para vernos a los ojos, conversar, convivir y, por lo tanto, acordar.

Recuperemos nuestra capacidad de asombro en todos los sentidos e iniciemos por compromisos simples que siempre sumen y nos hagan posibles como especie. Nuestro hábitat se está defendiendo y sería ideal que lleguemos a un acuerdo con él. No somos sus dueños, porque tranquilamente, en el tiempo que le requiera, el planeta volverá a tener todo y más, y eso lo hará sin nosotros.

El dilema es nuestro, simplemente hay que enderezarnos y voltear al frente.

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Causa Natura Media es un medio de comunicación independiente que se especializa en la cobertura de temas sobre sociedad y medio ambiente

Investigamos, analizamos y creamos espacios de discusión plural con el objetivo de fomentar decisiones informadas y acciones responsables. A través del periodismo de investigación, el uso de datos y la participación de especialistas, difundimos información basada en evidencia sobre temas de interés público desde una perspectiva ambiental y de derechos humanos, abriendo el diálogo y amplificando la voz de quienes luchan por un mundo más incluyente y sostenible.

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