Capítulo 4 LA CUESTI Ó N DEMOCRÁ T ICA
Derrocar una dictadura e instaurar luego una democracia no es suficiente. La democracia es un sistema frágil que una crisis grave pue de derribar y que necesita un largo arraigo histórico para consolidar se. En las crisis de las democracias se cuecen las dictaduras, pero, afortunadamente, en las crisis de las dictaduras se cuecen las demo cracias, como se ha visto en numerosos países de América Latina. No evocaré aquí las dificultades para que la democracia se arraigue defi nitivamente en el mundo. Me limitaré a observar que la vía democra tizadora es necesariamente larga y aleatoria. La democracia necesita un parlamento representativo salido de unas elecciones, la separación de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, pero necesita también una pluralidad de concepciones y opi niones antagonistas en la arena política, libertad de prensa, de medios y de opinión, respeto a los derechos individuales, protección de las minorías ideológicas o de origen. La democracia parlamentaria, por muy necesaria que sea, es insu ficiente. Incluso está en vías de desvitalizarse allí donde el pensamiento político pierde vigor; hay un gran desinterés ciudadano y una consi derable incapacidad para afrontar los grandes desafíos de la era plane taria. Habría que concebir y proponer las diferentes modalidades de democracia participativa, sobre todo a escala local. Sería útil despertar a los ciudadanos y fomentar su interés, necesario para la regeneración del pensamiento político, que, a su vez, regeneraría las vocaciones mili tantes para hacerse cargo de los grandes problemas. También sería útil multiplicar el número de universidades populares, que ofrecerían a los ciudadanos una iniciación al pensamiento complejo con el que podrían abarcar los problemas fundamentales y globales impartiendo, por una parte, un conocimiento no mutilado y, por otra, una iniciación a las ciencias históricas, políticas, sociológicas, económicas y ecológicas. La democracia participativa debe inventarse a partir de diversas experiencias locales, como en el caso de Porto Alegre, donde se invitó