12 Octubre 12 de 2010
Informe
La tumba del padre Tiberio Fernandez fue profanada por extraños en un misterioso ritual que nunca se investigó.
el 5 de mayo de 1991. Fueron retenidos en la plaza principal del pueblo y luego conducidos a la hacienda Villa Paola. Arcila Cardona (junto con su acompañante) se convirtió en victima de aquello de lo cual fue testigo: su cuerpo fue descuartizado vivo y luego arrojado a las aguas del rio Cauca.
Carta de Ana Rosa Cuartas, madre de José Norbey Giraldo empleado de la parroquia (Desaparecido) “Desde la desaparición de mi hijo mi vida cambió totalmente, porque día tras día lo añoro, todos los días lo espero, y con la zozobra de que mi hijo todavía está vivo y de que en cualquier momento aparezca. A veces me levanto tarde en la noche al baño y me asomo por la ventana con la ilusión de verlo venir. Es muy difícil aceptar la realidad, pero aún más difícil vivir la incertidumbre de querer saber dónde está mi hijo y realmente qué fue lo que hicieron con él, si está vivo o está muerto. Me pongo a pensar si mi hijo murió, qué me le hicieron, cómo me lo maltrataron o me lo masacraron, cómo serían los sufrimientos de mi hijo. Si lo hubiera encontrado, al menos sabría que de verdad lo vi muerto, pero de esta manera es imposible la tranquilidad, mi corazón desangra cada vez que lo traigo a la memoria diariamente, porque todos los días se lo encomiendo a Dios. Sufro la agonía y la tristeza de saber que lo arrebataron injustamente sin tener culpa de nada, solo porque iba con el padre como acompañante ese día”.
Oracion del padre Tiberio Fernández, durante el sepelio de Abundio Espinosa
Intentaron los violentos, desaparecer un cuerpo, hacerle correr la suerte nefasta de otros cuerpos. Quisieron que su piel hecha para la caricia y para ser acariciado, no volviera a sentir. !No pudieron! Hoy sigue acariciando a través del viento impetuoso, y de la suave brisa, miles de metros de piel de aquellos que amó y por quienes se entregó. Quisieron quitar sus brazos hechos para el abrazo acogedor, en la alegría de los logros, en la solidaridad frente al dolor; hechos para la ofrenda eucarística. ¡Pero se equivocaron! Hoy sigue abrazando en todos aquellos brazos que celebran un logro, en las comunidades, en aquellos brazos que se abrazan en la tristeza del desplazamiento, en esos brazos que se abrazan para seguir resistiendo. Quisieron quitar sus piernas hechas para caminar. Que lindos son los pies del mensajero de la paz. . ¡No pudieron! Hoy sigue caminando en los miles y miles de mensajeros que hoy recorren ciudades, pueblos y veredas, para gritar que es posible la civilización del amor, la solidaridad, la justicia y la paz. Quisieron erradicar su intimidad, el lugar de donde brota la simiente. ¡No pudieron! Hoy sigue intimo en quienes le amamos, y su capacidad de engendrar Reino de Dios, Justicia, Verdad, Organización comunitaria, no fue cercenada
No hay amor más sincero que el amor a la comida.
El padre Tiberio, fue el único quese atrevió a denunciar las desapariciones de campesinos y eso le costó la vida.
Quisieron desaparecer su cabeza, con ella la creatividad, la inteligencia, la capacidad de comunicarse, la alegría, el ingenio, la picardía. ¡No pudieron! Porque su proyecto no era un proyecto egoísta, era el Proyecto de Jesús de Nazareth, cielo y tierra pasaran, mis palabras jamás pasaran.
¿Quién era el padre Tiberio?
De origen campesino, nacido en la vereda La Vigorosa, del municipio de Riofrío (Valle), el 9 de abril de 1943, el Padre Tiberio se destacó en su juventud como líder campesino y fue uno de los primeros alumnos de la universidad campesina de Buga, fundada por la Compañía de Jesús. Allí nació su entusiasmo por el cooperativismo, lo que le mereció un viaje a Israel en 1969 para conocer de cerca la experiencia de Kibutz. En 1970 se sintió llamado al sacerdocio e inició sus estudios en el seminario de Cristo Sacerdote, de La Ceja (Antioquia) y luego los continuó en la Universidad Javeriana de Bogotá, siendo ordenado como Presbítero el 25 de marzo de 1977, adscrito a la Diócesis de Buga. Entre 1977 y 1980 ejerce su ministerio en la Parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en el barrio Las Américas de Tuluá; entre 1980 y 1985, en la Parroquia de San Vicente Ferrer, del municipio de Andalucía, y entre 1985 y 1990 en la Parroquia de
Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Trujillo. De su paso por Trujillo se le recuerda como un pastor que jamás abandonó a sus ovejas y por el contrario ofreció su vida, porque él sabía que lo iban a matar. Días antes escapó de un atentado. El padre Tiberio ante el silencio de las autoridades denunció desde el púlpito el origen de los crímenes en Trujillo y durante una semana cerró el templo en protesta por la impunidad reinante en su pueblo. La investigación que permitió el esclarecimientop de estos terribles hecho fue adelantada por Gonzalo Sanchez G. Coordinador del área de Memoria Histórica. Álvaro Camacho Guizado Coordinador de la investigación sobre la “Masacre de Trujillo”. Investigadores: Jesús Abad Colorado, Pilar Gaitán, Fernán González, S.J., Absalón Machado, Iván Orozco, Jorge Restrepo, Pilar Riaño, Andrés Suarez, Rodrigo Uprimny, Maria Victoria Uribe, León Valencia, María Emma Wills Asistentes de investigación: Oscar Acevedo, Angélica Arias, Laura Bonilla, Gina Cabarcas, Marcela Cuesta, Daniel Chaparro, Juana Davila, Eliza Escobar, Héctor Galindo, William Mancera, Renata Moreno, Laura Porras, Viviana Quintero, John Jairo Rincón, Liliana Rincón, Paula Rodríguez, Javier Soto, Luis Carlos Sanchez, Ana Maria Trujillo, Teófilo Vásquez, Ronald Villamil Laura Corral B. Asistente del coordinador Natalia Rey C. Claudia Corrales Asistente administrativa
El padre Tiberio
sintió el llamado de Dios y se unió al humilde labriego. La soberbia de los hombres lo llevó al sacrificio.