EDICIÓN IMPRESA
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No. 148 / Cali 24 de Diciembre 2013
Informe
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La Péndola
¿Militarización de la pobreza en Cali?
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POR: HÉCTOR ALONSO MORENO
E
n una acción conjunta con el ministerio de defensa, el alcalde de Cali Rodrigo Guerrero Velasco ha consentido y ordenado la militarización de los barrios de zonas deprimidas y de los habitantes más pobres de la ciudad, como son el Distrito de Agua Blanca, Siloe, Terrón Colorado, y el sector de Nápoles y Meléndez. Se impuso en la actual administración de Cali el concepto de Orden Publico para el tratamiento de los conflictos sociales de los barrios deprimidos, de sectores que crecen a diario producto de la inmigración de miles de personas y particularmente de afrodescendientes que huyen de la pobreza y de la violencia armada de la Costa Pacifica Colombiana. Tuve la oportunidad de acompañar al alcalde en su gestión hace ya casi un veintena de años cuando por primera vez fue gobernante de la ciudad, en compañía de un destacado grupo de profesores de la Universidad del Valle quienes diseñaron un exitoso programa de política publica de intervención y tratamiento de la violencia en la ciudad denominado Desarrollo, Seguridad y Paz (DESEPAZ). En aquella ocasión, se partió del concepto de que gobernar por políticas significa gobernar con sentido público. Los problemas públicos, sociales, poseen su propia especificidad; se inscriben en circunstancias diferentes y en contextos singulares, por tanto, las políticas para su atención y tratamiento deben ser también específicas en sus objetivos, instrumentos, modos, procedimientos, agentes y tiempos, tal como lo diseño y lo esta colocando en practica el actual representante a la cámara Roberto Ortiz con su programa social A LO BIEN. Gobernar de acuerdo a políticas públicas significa incorporar la opinión, la participación, la corresponsabi-
lidad, el ingreso y el cuidado de lo público con transparencia y apertura con miras a la inclusión y a la generación de oportunidades. Las políticas públicas garantizan su eficacia si van acompañadas en sus procesos con la participación organizada de los ciudadanos. Quienes conocen de cerca el modelo social del exitoso programa de esta fundación, cuya iniciativa es de Roberto Ortiz, dan fe de sus resultados. Más de 3000 jóvenes de sectores vulnerables se han capacitado en artes y oficios que les son muy útiles para su desarrollo productivo. 400 muchachos buscan su rehabilitación de la adicción a las drogas con un enfoque novedoso y científico, a carrgo del médico Rafael Guzmán. Primero se les desintoxica sin necesidad de someterlos a internamientos en clínicas, luego se les capacita en el trabajo para evitar las recaídas y finalmente se les estimula para que sean agentes multiplicadores de un proceso que gana en resultados a los fallidos intentos de las autoridades públicas que solo ven en la represión la solución a una bomba de tiempo a punto de estallar; la violencia generada por las pandillas. El modelo de A lo Bien en sus 3 años de funcionamiento le ha disputado a los grupos criminales, a la desesperanza, y al no de futuro más de 4 mil jóvenes, y eso de por si es un éxito rotundo. Es urgente un replanteamiento de la política pública sobre convivencia y seguridad ciudadana en la ciudad. Es preciso el paso de las políticas de orden publico (represión) en las que peligrosamente ha caído
la administración municipal, a las políticas de prevención y de negociación para el pleno ejercicio de las libertades ciudadanas, y del uso, disfrute y goce de los espacios públicos y privados en donde se construye la vida social y la vida personal de los pobres de la ciudad; y donde el Estado debe otorgar las suficientes garantías para que los caleños podamos tener una convivencia democrática, donde los conflictos se trasmiten de manera pacífica y la vida sea digna y generosa. Uno de los propósitos del actual candidato al Senado de la república Roberto Ortiz es contribuir desde el congreso para que el departamento del Valle y en especial Cali, cuente con mayores recursos económicos para inversión social en esas comunas y para que haya mayores recursos para brindar oportunidades laborales y educativas a jóvenes que se encuentran en condiciones de riesgo. Se trata en últimas de aprender de la experiencia del pasado con DESEPAZ y de hacer del exitoso programa A LO BIEN, una política publica del estado municipal. El gobierno municipal debe saber que las Bandas Criminales se combaten con políticas de inteligencia, con mejor eficacia del aparato judicial e investigativo y con un correcto diseño de políticas del manejo del orden público; no se combaten sacando a los militares de la defensa de la soberanía nacional y de sus cuarteles, para enviarlos a patrullar la pobreza de más de un millón de caleños que habitan esas zonas deprimidas.