Veo,
huelo, toco, pruebo... ¿Qué harías si la Gioconda saliera del cuadro delante de tus narices? Imagina que estás en el Louvre y a la chica más ambigua del mundo le da por arremangarse la falda y descender hacia el común de los mortales. Algo parecido a eso es lo que nos ofrece cada año el Festival València Escena Oberta, el VEO, aunando los espectáculos clásicos de butaca con el descaro de la improvisación callejera. Mira a tu lado, porque aquella señora que da de comer a las palomas podría ser una actriz dispuesta a tomarte el pelo... Texto: N. Aguado
lamilk 19_febrero | 46
Este año el VEO va por su sexta edición y llega con ganas de marcha. Para empezar, se decide a presentar dos obras de producción propia: Oral de Roberto García y Ansia de Xavier Puchades. Son la apuesta fuerte del festival junto a El Mal de Holanda, una producción de la Compañía de Teatro de Hungría y Tornaveu, y Callejón sin salida, del Grupo Amores y Los Supremos. VEO –del 13 al 24 de febrero- se pone como leit motiv el sonido y para demostrarlo lo hará visible desde diversos puntos de Valencia. Comienza por una espectacular instalación de 30 lavadoras a toda máquina en la Plaça de l’Almoïna, la juerga por cuenta y riesgo de la compañía Mecamusique-Jacques Rémus. Beatriz Simón es la concejala delegada de Juventud en el Ayuntamiento de Valencia. “No es difícil predecir la risa de las máquinas hablando unas con otras y cómo esta instalación se convertirá en referente sonoro y visual de esta edición”. Según Beatriz Simón, el festival atenderá siempre a “propuestas arriesgadas, de innovación y experimentación”. Esto es teatro experimental, señores. Representaciones, música y danza. Aquí el arte toma la calle. El VEO lava más blanco El festival parece ya el reclamo fijo para todo ese sector de espíritus inquietos que se interesa por lo más innovador. Para Mariví Martín, directora del festival, se trata de un empeño personal. “La intención del VEO es amparar a los creadores al margen de equipos estables como compañías o colectivos. El objetivo es impulsar la creación contemporánea dentro del panorama valenciano”. Por lo que respecta a las producciones valencianas, habrá seis funciones cada una y como marca la casa, serán en espacios fuera de lo corriente. Mariví Martín destaca que se trata del santo y seña del VEO que “apuesta por continuar ubicando los montajes en espacios no convencionales y por producciones de pequeño formato y muy manejables que investiguen en otras formas de expresión”.