La lleca: Como hacemos lo que hacemos

Page 1

La Lleca

1

LA LLECA

CÓMO HACEMOS LO QUE HACEMOS


2

Cómo hacemos lo que hacemos

Copyleft La Lleca correolalleca@gmail.com www.lalleca.net Primera edición Marzo de 2008 La edición consta de 1000 ejemplares Producción editorial Ana Victoria Jiménez A. anavicja@prodigy.net.mx Diseño de portada Ligia Concepción Lupercio Navarrete ISBN 970 Hecho en México Para esta publicación se recibió apoyo económico del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes a través del Programa de Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales en el año 2007. Y de la Fundación/Colección Jumex a través del Programa de Patrocinios y Becas.


3

La Lleca

AGRADECIMIENTOS A los presos que en su paso por el CERESOVA se han podido meter por ese huequito que es La Lleca y han encontrado una salida. Queremos agradecer a nuestras colegas, amigas y compañeras que han visto a La Lleca como ese “espacio inventado” y de autonomía que posibilita una elección en el desarrollo personal de muchos de los hombres del CERESOVA. Sobre todo a la Directora del CERESOVA Esmeralda Vázquez Osorno, Mónica Mayer, Sandra Martí, Elia Espinosa y Bojana Piskur. A Angélica González quien con su forma de practicar la psicología nos acompaña desde la distancia a ese gran foro, como ella le dice a nuestro hacer en La Lleca, donde nosotros nos jugamos el cuerpo y la vida. A Marcelo Expósito por poner sobre la mesa la discusión de las nuevas formas de pensar las prácticas artísticas y políticas. Por supuesto, al personal del CERESOVA que nos facilita nuestros encuentros de La Lleca, en especial

a Angie, como le decimos con cariño, la secretaria de la dirección del Centro. Al Director Técnico Fabio Bermúdez y su asistente Angélica. A Fernando Alonso V. y al personal de la Subdirección técnica y de prevención social por creer en nuestro trabajo. Les agradecemos especialmente a todos los que han colaborado en La Lleca, permitiéndonos abrir un espacio en el CERESOVA y en la calle con otra política, conectada al afecto, semana a semana. A Gerson Palomares por poner la mirada a través de su cámara, a Rodrigo Hernández por acompañarnos desde su exilio en la ciudad, a Quetzal Belmont por su labor amorosa, y a los compas del Centro de Medios Libres por coincidir con nosotros en La Lleca. A la mamá de Lorena Colín por su lectura de los primeros textos y Ana Victoria por su acompañamiento editorial. Y a quienes participaron de una u otra forma en la elaboración de este libro y que han trabajado en esta última etapa de La Lleca: Gina Vázquez, Héctor Mancilla, Juan Mena y Saúl Sandoval.


4

Cómo hacemos lo que hacemos

CONTENIDO Pág. AGRADECIMIENTOS

3

PRÓLOGO

7

CAPÍTULO 1 FUGARSE DE LA DISCIPLINA

17

En éxodo a La Lleca: salirse de las relaciones entre lo artístico y lo social en México

18

En continuo exilio: la práctica del dibujo sin horizontes específicos Entrevista a Gloria González

31

Propuestas en fuga (Secretos de Martha, Matrimonio colectivo y Radio Kanero)

38

Secretos de Martha Matrimonio colectivo Radio Kanero (taller de radio)

38 48 52

CAPÍTULO 2 INSUBORDINACIÓN DEL AFECTO Sobre los afectos y las formas de hacer conocimiento

57

Relaciones con el sentir

58

De los sentimientos y los afectos en la práctica de La Lleca

63


5

La Lleca

Pág.

Aprender poniendo el cuerpo: sobre la inteligencia movida por la energía del corazón Notas del diario de Lorena Méndez

71

Del desorden a la acción Reflexiones sobre género en espacios complejos

80

Los sentimientos puestos en juego. Diario 3.5.05

90

CAPÍTULO 3 MODOS DE TRABAJO Hacia un hacer radical

93

Crítica a la educación institucional. Entrevista a Cristian

94

Desaprender para saber: el trabajo en La Lleca como educación radical

96

Liberar el “hacer” en un medio como la prisión. Diario 13.12.05

107

Organización y colectividad en la prisión

113

APÉNDICE

125

Fallas y fugas. Conversaciones en La Lleca

126

Transformarse en el “ir haciendo”. Rodrigo Hernández Gómez

154


6

C贸mo hacemos lo que hacemos


La Lleca

PRÓLOGO … esa capacidad spinoziana de fundar sobre el mecanismo conatus vivente, el conatus de vida, el conatus sensible, el amor o la cupiditas, como el momento de asociación constructiva y constituyente. Y después, el amor racional, ontológicamente constructivo, que me permitió reconquistar no sólo el sentido del trabajo, de la actividad, que el marxismo me había enseñado, sino ese sentido de la pasión que debe cubrir los conceptos y permitirles desarrollarse.* *Mariana Canavese y Bruno Fornillo. El regreso de la política, entrevista a Toni Negri, publicada en Clarín. http://www.clarin.com/suplementos/cultura Véase también http://multitudes.samizdat.net

7 En el año 2004, Fernando Fuentes y Lorena Méndez tomamos la opción de transformar nuestro quehacer artístico dentro de las artes visuales. Sin tener el apoyo de ninguna dependencia institucional, decidimos iniciar un proyecto de intervención en el Centro de Readaptación Social Varonil de Santa Martha Acatitla (CERESOVA). En esos momentos nos acompañaron algunos pensamientos, como el de la responsabilidad que tenemos ante los diferentes problemas que se viven en la cotidianeidad de una compleja ciudad, como es el Distrito Federal y sus alrededores. Nos preocupaba el tema de la delincuencia y la inseguridad, pero nos desconcertaba la manera de hablar de ellas entre la población, como un problema ajeno a las posibilidades de actuación de los mexicanos y las mexicanas. Nos molestaba que la mayoría de las personas de clase media baja, media y alta se quejaran de la inseguridad y la delincuencia, que hablaran del tema de la misma forma como se habla de éste en casi todos los medios de comunicación. En México, es característica la dependencia que tiene la pobla-


8 ción del Estado para dar solución a problemas sociales, aunque hay organizaciones campesinas, civiles, colectivos y agrupaciones autónomas, así como individuos que se desentraman de la histórica intervención del Estado para hacer frente a situaciones que van de lo cotidiano a grandes problemáticas estructurales. En su mayoría nos quedamos pasmados: en absoluta quietud frente a situaciones que podrían remodelarse. En una conversación que tuvieron el Colectivo Situaciones y Armando Bartra sobre dilemas históricos y actuales de luchas populares en México, uno de los principales problemas que destacó Bartra es la dependencia política respecto del Estado. Muchísimas personas en México hablan muy mal del gobierno, lo que refleja la “estatización de la perspectiva de las cosas”,1 pero lo peor o más penoso políticamente es que mientras se critica al gobierno también “… se da uno cuenta de que las personas están “Dilemas históricos y actuales de las luchas populares en México (diálogo con Armando Bartra)” en Bienvenidos a la selva: diálogos a partir de la sexta declaración del EZLN, Colectivo Situaciones, Buenos Aires, Ediciones Tinta Limón, 2005, p. 142.

1

Cómo hacemos lo que hacemos

esperando del gobierno la solución a todo, bajo la forma de dádiva o bajo la forma de un derecho ciudadano”.2 No sólo se espera que el Estado (y ahora las empresas) dé solución a todo tipo de problemas, sino que también se deshabilita cualquier intento por cambiar esta situación. Iniciamos el proyecto en 2004 y en ese momento se unió a La Lleca el joven fotógrafo Gerson Palomares. Trabajamos nuestras primeras propuestas con ocho internos: Relatos compartidos y Juegos de niños. En agosto del mismo año, una vez que se amplió el grupo de trabajo, abrimos la intervención para 20 internos aproximadamente. En diciembre de 2004, se integró Rodrigo Hernández. Posteriormente, a principios del año 2005, iniciamos trabajando con alrededor de 80 internos, que se dividieron en varios grupos. Para ese momento ya éramos seis en el colectivo: Lorena Méndez y Fernando Fuentes, artistas visuales e investigadores, Rodrigo Hernández, pintor, Quetzal Belmont, comunicóloga y performancera, Flor Martínez, estudiante de comunica2

Ibídem.


La Lleca

ción visual y Brian Whitener, escritor y editor. También participó un equipo del Centro de Medios Libres. Y desde el año 2007 colaboran Gina Vázquez y Héctor Mancilla, ambos egresados de la Escuela Nacional de Artes Plásticas. Otros participantes que se han integrado al proyecto son Gloria González, Felipe Rallas (ambos artistas visuales), Lorena Escamilla y Gabriela Gordillo (la primera, estudiante de comunicación social y la segunda, de comunicación visual). Actualmente se están integrando Saúl Sandoval y Juan Mena Jarillo, y estamos por empezar nuestro quinto año allá en “Santa Martha la Fresa”,3 como la llaman los internos.

Contexto donde se lleva a cabo La Lleca El proyecto se hace en una cárcel de la Ciudad de México, que tiene el nombre de Centro de Readaptación Social Varonil de Santa Martha Es Santa Martha la Fresa o Fresqui por estar junto al Centro Penitenciario de Santa Martha Acatitla, que es una cárcel en donde se cumplen condenas más largas, además de ser la penitenciaría con más años en servicio en el DF. 3

9 Acatitla. La readaptación y la prevención social forman parte del discurso institucional de la entidad gubernamental que se encarga de la administración de este Centro (Dirección General de Readaptación y Prevención Social del Distrito Federal). El CERESOVA fue inaugurado en octubre de 2003 durante el gobierno de López Obrador, quien también inauguraría una nueva cárcel para mujeres. Lejos de ser una contradicción a su política de izquierda es reflejo de su interés por devolver “la seguridad” y “combatir la delincuencia” en el DF a cualquier precio. El CERESOVA está ubicado en la Delegación Iztapalapa, uno de los territorios políticos del DF con mayor índice de criminalidad. Está construido dentro de un complejo de cárceles, junto a éste se encuentra el Centro Penitenciario de Santa Martha Acatitla y la cárcel de mujeres (Centro Femenil de Readaptación Social). Cuando iniciamos el proyecto nos veíamos insertos en un paisaje en donde ”garantizar la seguridad“ se había convertido en parte esencial de las agendas políticas de los diversos niveles


10 de gobierno (federal, estatal, delegacional y municipal). En el Distrito Federal las apuestas políticas para mermar la inseguridad tomaron formas quiméricas, pero la finalidad real está siempre determinada por la efectividad que puedan tener a nivel electoral. A cuatro años de trabajar en el CERESOVA nos estamos metiendo de manera vertiginosa a un país militarizado, con discursos desde la Presidencia que no esconden su geometría política de una derecha bastante extrema. Con un año 2006 que sirvió de plataforma para que el Estado, desde su conformación en pluralidad partidista (máscara de la democracia en México), pudiera asegurarse la posición de árbitro en el uso de la violencia para el establecimiento del Estado de Derecho, como sucedió en San Salvador Atenco, en Oaxaca y el sistemático ataque que ha sostenido en contra de las comunidades zapatistas en Chiapas; atentados contra la gente de México que se han llevado al aparato legislativo para asegurar así el terreno para la formación de un Estado policiaco. El 11 de diciembre de 2007 se aprobaron reformas

Cómo hacemos lo que hacemos

constitucionales en materia penal en el pleno de la Cámara de Diputados. Los cambios constitucionales que se hicieron, entre otras cosas, asientan el allanamiento y las aprehensiones sin orden judicial, instauran la intervención de las comunicaciones privadas y permiten el acceso por parte del Ministerio Público a información confidencial de los supuestos delincuentes. Mientras que, a dos años de la visita a nuestro país de la Secretaria de Estado de EUA, Condoleezza Rice, se aprobó un paquete de reformas antiterroristas, entre las que se cuenta la modificación al Artículo 139 del Código Penal Federal, que en su conjunto ilegalizan la protesta social civil y pacífica al considerarla una presión terrorista contra las autoridades. Todas estas propuestas de ley y la virtual ocupación de varios estados del Norte del país por el ejército nos ponen a pensar en la urgencia de plantearnos prácticas de vida desde otra lógica que no sea la de la sociabilidad mediática y el control centralizado.


La Lleca

Cómo está escrito este libro La forma de este libro es algo político, que representa una ética política. En el proyecto de La Lleca nos alejamos de la representación como una práctica artística crítica, para enfocarnos en la generación de nuevas subjetividades y colectividades y buscar hacer transformaciones políticas. Entonces, hemos decidido construir el libro de una manera disyuntiva, con múltiples voces, a veces contradictorias (aunque esperamos no todo el tiempo), y como algo que en el fondo está incompleto, que no cuenta todo. Elegimos este abordaje al proyecto porque no creemos que la representación, sobre todo la representación textual de un proyecto con fines que son no representacionales y que jala ideas de tantos campos para deformarlas y conducirlas a fines imprevistos, pueda dar un recorrido fiel de nuestro hacer. Entonces, hemos decidido dar una representación fracturada. Por otro lado, creemos mucho en las prácticas feministas radicales desde las que se propone trabajar, pensar y vivir, reflexionar sobre la

11 experiencia como base de los saberes. La Lleca es un proyecto abierto, siempre en proceso, siempre en búsqueda de maneras para profundizar la lucha, digamos que el proyecto en sí no es un proyecto, sino una herramienta para generar nuevas formas de organización social y otras maneras de vivir la crisis neoliberal. Este libro y su manera abierta, contradictoria e incompleta es reflejo de un deseo inherente al proyecto: no cerrar, momificar ni limitar lo que hacemos. Y estar siempre atentos a nuestra experiencia, buscando puntos y posibilidades para intervenir. Tampoco tenemos ganas de presentar nuestras experiencias como singulares ni pensar en nosotros ni en los pequeños destellos de saberes que hemos logrado tener como autoridades, a través de una rigurosa construcción textual. Para nosotros lo no cerrado, lo incompleto es lo potenciado. De ahí, esperamos que estas páginas sean otra Lleca, es decir, que no sea un libro sino una herramienta para la profundización de nuestra lucha, de nuestro hacer y la creación de nuevas prácticas de un nuevo protagonismo social.


12 Queremos anotar que frecuentemente en este libro cambiamos entre escribir en primera persona del singular a la primera del plural, que es una señal lingüística de algo muy fundamental para el proyecto. La manera en que pensamos la colectividad en el proyecto es algo difícil de construir, que da espacio para el devenir desde la individualidad, y no creemos que la colectividad pueda ser construida de manera utópica. La colectividad para nosotros no significa la contención de las identidades de quienes están en el proyecto, sino su desbordamiento a un tercer espacio. Pensamos en el proyecto como la construcción de este tercer espacio que no sea del individual “yo” ni del “colectivo” (entendido tradicionalmente), sino en donde se podrían generar nuevas subjetividades, y por ende colectividades. Digamos que en el proyecto siempre salimos y entramos: adentro y afuera de la prisión, entre el yo y una colectividad. Constantemente estamos perdiéndonos sólo para reubicarnos en una nueva situación, una nueva constelación, una nueva agrupación de subjetividades haciéndose colectivo.

Cómo hacemos lo que hacemos

No pensamos en la colectividad como algo dado ni forzado, instituido de arriba-abajo, como ocurre en las formas de organización de los sindicatos o de los partidos políticos, a las cuales llegas con una subjetividad y te otorgan otra prefabricada. En La Lleca, la colectividad es siempre una apuesta, un poner en juego o arriesgar, porque creemos, no en la formación de subjetividades estables como una solución política, sino en la búsqueda de múltiples situaciones de transformación. Nosotros y los otros integrantes de La Lleca llegamos con la subjetividad de marxistas, artistas, bomberos, rateros, amas de casa, lo que sea; y La Lleca como un espacio que está cruzado por múltiples fuerzas nos permite ser transformados. Es una apuesta en la cual creemos ver los destellos de nuevas estructuras sociales.

Cuál es el contenido Dividimos el libro en tres partes que corresponden a los tres ejes del proyecto: arte-política, la afectividad y la educación radical. Estos tres


La Lleca

temas aparecen y cruzan cada parte del proyecto, más que ejes son intensidades. En el primer capítulo, que llamamos Fugarse de la disciplina, hacemos un acercamiento al proyecto como una práctica artística crítica y un dispositivo desde el cual saltan transformaciones a nivel social y político. Con Fugarse de la disciplina queremos compartir cuáles son las críticas de donde surgió el proyecto, y las distintas interpretaciones que le damos a la idea de intervención. Hablamos de fuga de disciplina en dos sentidos: por un lado, irnos lejos de la disciplina, que se sigue formando en torno a las prácticas artísticas, digamos que en la tradición decimonónica de la “estética burguesa” las encarrila como formas culturales hegemónicas; y por el otro, el continuo desmarcarnos, fugarnosirnos libres de la unión disciplina-educaciónadaptación al orden social, que dentro de la prisión muta en formaciones impensadas. La conversación con Gloria González, quien tuvo un paso breve por el proyecto, nos deja pensando que incluso una manifestación-disciplina de las

13 artes visuales como el dibujo puede desatarse de sus ligas del academicismo y tomar otras formas, generando nuevos conocimientos y nuevos funcionamientos. Para concluir, presentamos tres propuestas desde La Lleca: Secretos de Martha, Matrimonio colectivo, y Radio Kanero, que han sido muy significativas en el modelado de nuestras formas de hacer en La Lleca. El espacio que construimos en el proyecto está armado a través de la afectividad. Esto da la base para todo el trabajo que hacemos: para las colectividades provisionales que intentamos construir y para la generación de nuevos conocimientos. En el segundo capítulo intentamos crear una representación de las múltiples maneras en que la afectividad cruza, funda y canaliza el proyecto. Decimos intentamos porque en este capítulo nos enfrentamos a un problema bastante complicado que tiene que ver con escribir sobre un proyecto, cuyo punto de partida es la afectividad: o el hueco entre la palabra y el cuerpo, entre la representación


14 y la vida. Hemos vivido este proyecto desde la manera en la cual ponemos nuestros cuerpos y apresuramos sus potencias para afectar y ser afectados en juego, y a veces construir puentes entre lo corporal y lo escrito ha sido bastante complicado. En sí, el proyecto es una investigacion de este conjunto de potencias. La práctica amorosa está dentro de la comunicación que entablamos en cada sesión y la generación de nuevos conocimientos a través de la creación de espacios y subjetividades compartidas. Pero la dificultad para hablar sobre cómo vamos haciendo esto podría ubicarse en la falta de corrientes intelectuales que nos puedan ayudar a pensar cómo ponemos en práctica la afectividad en La Lleca. Desde la política no nos faltan tradiciones ni literaturas que nos puedan ayudar, pero para aproximarnos a la afectividad existe muy poco. Entonces, estamos por empezar a pensar esta parte del proyecto, y en el capítulo dos decidimos dar un recorrido, una especie de circunnavegación por las maneras o puntos

Cómo hacemos lo que hacemos

específicos en los cuales la afectividad está en juego. Puntos que esperamos nos permitan atisbar cómo la afectividad transcurre y cómo se ha vivido en el proyecto. Hay entrevistas, diarios y ensayos, que son como las olas radioelectrográficas de las más distantes estrellas, señales de un fenómeno complejo y casi no observable con las herramientas de representación que tenemos a mano. Cuando llegamos a la cárcel no sabíamos lo que íbamos a hacer o lo que el espacio y los internos nos permitirían hacer, pero llegamos con ganas de ser cambiados, con ganas de buscar una radical transformación de nosotros mismos y del espacio carcelario propio. Desde el principio, hemos armado nuestra práctica a partir de algunas corrientes pedagógicas radicales, atravesando la idea de des-educación y como señalamos antes desde las prácticas feministas. Los cuatro años que llevamos trabajando, nos han quitado la mayoría de nuestras ideas de lo que se puede hacer y nos ha dado otras aún más interesantes. A diferencia de


La Lleca

nuestras colegas en Barcelona,4 a las que les sorprendió tanto nuestra manera de ir haciendo, de “ir echando el cuerpo en el hacer”, no trabajamos desde un plan sino que vamos viendo lo que el espacio nos permite hacer. El espacio de la cárcel no te deja hacer lo que tenías trazado, te abre vistas y posibilidades de trabajar, pero hay que escuchar, ir viendo y aprendiendo. Esta manera de trabajar desde la educacion radical y las prácticas feministas, es algo esencial para el proyecto. En el tercer capítulo intentamos dar un acercamiento a algunos de nuestros “modos de trabajar” y a la forma en que emergen conoEn mayo de 2007, Lorena Méndez hizo una presentación en la Universidad de Barcelona, en la Facultad de Bellas Artes, donde cosa extraña –por tratarse de un espacio para la educación institucional– confluyen formas críticas de pensar la práctica artística y planteamientos radicales de enseñanzaaprendizaje en el campo de las artes visuales. Pero cuando se presentó el proyecto La Lleca, quienes estaban interesadas en proyectos de intervención social (por llamarlos de manera reconocible) desde la práctica artística o pedagógica no comprendían el tratamiento de un trabajo fincado en el desorden, en el caos, es decir, en el “ir haciendo”. 4

15 cimientos contextualizados desde y para la experiencia. Después de juntar todo el material para este libro, nos dimos cuenta de que tenía algunos huecos, en términos de su contenido y su forma. También sentimos, después del proceso de reflexionar tanto sobre nuestra experiencia y prácticas, la necesidad de tener una conversación sobre aspectos del proyecto que se perdieron en la construcción del libro. También teníamos ganas de pensar más en las fallas del proyecto, de aprovechar la oportunidad para hacer una crítica al proyecto mismo. Entonces, incluimos como apéndice una conversación entre los integrantes de La Lleca.


16

C贸mo hacemos lo que hacemos


La Lleca

17

CAPÍTULO 1 FUGARSE DE LA DISCIPLINA


18

En éxodo a La Lleca: salirse de las relaciones entre lo artístico y lo social en México Frente al desalojo de familias en el barrio bravo de Tepito, el silencio o el razonamiento frívolo y servil: ‘se está combatiendo a la delincuencia’, señaló un intelectual y fallido suspirante a la rectoría de la UNAM, y una foto en primera plana mostraba a una niña sentada sobre los pocos muebles que su familia rescató de uno de los desalojos. La filosofía Rudolph Giuliani, importada de Nueva York (como la pista de hielo) por López Obrador con la coartada de ‘primero los pobres’, ahora hecha argumenta-

Cómo hacemos lo que hacemos ción intelectual: esa niña era una narcotraficante en potencia… ahora es… nadie.5 La crítica es siempre crítica de alguna práctica, discurso, episteme o institución instituidos, y pierde su carácter en el momento en que se abstrae de esta forma de operar y se la aísla como una práctica puramente generalizable La relación con tales categorías será ‘crítica’ en el sentido de que no consiste en acatarlas, sino en constituir una relación con ellas que interroga el propio campo de categorización, refiriéndose, al menos implícitamente, a los límites del horizonte epistemológico dentro del cual estas prácticas se forman. No se trata de referir la práctica a un contexto epistemológico dado de antemano, sino de establecer la crítica como la práctica que cabalmente expone los límites de ese mismo horizonte epistemológico, haciendo que los contornos del horizonte, por así decir, aparezcan puestos en relación con su propio límite por vez primera.6 Subcomandante Marcos. “El Centro y la Periferia”. Parte I: Arriba, pensar el blanco. La geografía y el calendario de la teoría. Texto leído en el Primer Coloquio Internacional en Memoria de Andrés Aubry, realizado en diciembre de 2007. 6 Judith, Butler. “¿Qué es la crítica?” en Revista Brumaria Nº 7, Madrid, 2006, trad. de Marcelo Expósito revisada por Joaquín Barriendos. También puede encontrarse en el tercer número del Webjournal Multilingüe Transversal, proyecto del Instituto Europeo para Políticas Culturales Progresivas (eipcp.net). http://transform.eipcp.net/transversal/0806/ butler/es. 5


19

La Lleca

Le llamamos al proyecto de La Lleca una intervención artístico-social para señalar dos intentos del proyecto. Primero, los fines del proyecto no se quedan en el ámbito de lo artístico, eso quiere decir que la idea que tenemos de intervención es flexible, contextuada: cambia con las condiciones en las que nos encontramos trabajando. Segundo, buscamos maneras de salir o ir más allá del nivel de representación, de lo simbólico. Intervención es entonces cómo pensamos la manera en que hemos estado trabajando desde el principio de este proyecto: desde lo caótico, como le decimos a una manera de trabajar sobre la marcha. Lo que queremos es cambiar y ocupar múltiples espacios y sitios, si son virtuales o reales, haciendo nuevos vínculos entre la gente y nosotros (es decir, no somos una vanguardia) y generando nuevos conocimientos y modos de conocer. A partir de una situación determinada, que para nosotros es un lugar institucional (la cárcel), buscamos revelar los horizontes de esa situación y los límites a las posibilidades de actuar en ella (en la manera en que indica Butler). La manera en que hacemos

crítica, es decir, revelar los horizontes del sistema carcelario y los discursos que lo soportan, es lo que llamaríamos una intervención. Cuando llamamos a este proyecto una intervención artístico-social, queremos señalar una genealogía o afinidad con ciertos grupos y artistas. Con intervención también hacemos referencia al trabajo de nuestros compañeros como Etcétera, Mala Calle, Grupo Arte Callejero, BijaRi y Frente 3 de Fevreiro.7 Pensamos que todos trabajamos de alguna manera en o con algo que ha sido o podría ser llamado intervención, que a veces significa trabajar en las calles o con comunidades específicas o con movimientos sociales o con un compromiso de largo plazo y/o sobre una problemática socialpolítica-económica. De forma muy general, intervención significa buscar transformación social, hacer crítica/generar conocimiento, y eso quiere decir que no sabemos lo que es, pero lo http://www.youtube.com/user/grupoetcetera, http:// gacgrupo.ar.tripod.com/, http://www.bijari.com.br/, http:// www.frente3defevreiro.com.br/, http://malacalle.vientos.info/ 7


20 reconocemos cuando lo vemos, como todo lo bueno de la vida. La idea de intervención, como una práctica crítica de arte-política, está profundamente entrelazada con la experiencia que hemos vivido aquí en México en la última década, y más en la Ciudad de México con el cambio de un Estado de Bienestar a un Estado Neoliberal, desde lo nacional hasta lo posnacional, y toda la violencia económica e institucional que significa ese cambio. Nuestro trabajo arranca desde una crítica: un pensar en la situación política y económica que dan forma al contexto de la Ciudad de México. Como dicen los compas del Grupo Arte Callejero: el trabajo artístico político empieza con una denuncia, pero no debería quedarse ahí. La necesidad de desarrollar un proyecto de intervención tiene que ver con un cierto hastío, un sentido de ya no podemos más con el mundo del arte mexicano y con el entorno social y político de México. Pero también con un deseo de afirmar, de actuar, de no esperar a alguien

Cómo hacemos lo que hacemos

para salvarnos, sino de empezar en el presente con lo que tenemos a la mano. Es decir, fue un cansancio con nosotros mismos, con nuestros contemporáneos, con una falta de compromiso, con las maneras de hacer y pensar en nuestra sociedad. Acompañado por un deseo de reaccionar, de responder, de pensar, de no dejar de luchar frente a una ciudad aterrada; en un país asquerosamente neoliberalizado; una ciudadanía desgastada, fragmentada, empobrecida, sobrecargada y lanzada por aquí y por allá de la longitud y latitud de nuestra descompuesta ciudad. Pero no terminamos con la melancolía por una ciudad que ha dejado de ser, sino que actuamos como la única manera de rehacerla: politizarla. Es importante destacar que La Lleca y la idea de intervención que pone en práctica, no pueden verse sólo como herramientas artísticas. La Lleca es un proyecto que niega ser otro ejemplo de producción artística tal cual. Los fines del proyecto son: primero, la transformación social, y segundo, la transformación micropolítica de


21

La Lleca

instituciones (en nuestro caso, el sistema carcelario). Lo que queremos decir es que el proyecto busca, a través de hacer una crítica al rol que juega el arte y la cultura en el capitalismo de producción semiótica, tener efectos en mundos que no sean los del arte. En lugar de eso, se dirige a problemáticas que vienen de otras partes de la experiencia, de otras disciplinas y campos de conocimiento. Trabajamos hacia lugares que vienen de otros deseos, que vienen del deseo por hacer otro mundo menos asqueroso. Parece fácil a primera vista, pero vale la pena decirlo.

la precariedad de la vida cotidiana mexicana y al entorno político mexicano han sido pocas. Aún peor, hemos visto que grupos valiosos, trabajando la mayoría sin recursos, han sido menospreciados por la historia oficial y los centros artísticos del poder institucional. Parecería que dentro del campo artístico poco importa pensar el arte en relación a lo social, a lo político, a lo que no sea meramente artístico, como planteaba Bordieu la construcción del campo artístico como campo cultural.8

La Lleca, pensada como una intervención, surgió del enfrentamiento con el momento que nos ha tocado vivir. Primero, con la escena artística mexicana institucional que ahora y durante los últimos diez años ha demostrado una dolorosa carencia de reflexión crítica sobre el entorno político-social mexicano. No queremos decir que no hay gente luchando, porque obviamente sí la hay, pero hay que señalar que las respuestas serias desde el campo artístico, a la globalización, al TLC, al crecimiento peligroso de la ciudad, a

Es mejor hacer nada que contribuir a la invención de nuevas maneras formales de hacer visible lo que el Imperio ya reconoce como vigente...9

O siguiendo a Alain Badiou:

8 Como un sistema, creado en los siglos XVI y XVII junto al desarrollo de la burguesía, regido por sus propias leyes, independiente de lo político, económico y la vida cotidiana. García Canclini, Néstor en Sociología y Cultura, Introducción, p. 18. 9 Badiou, Alain. Fifteen Theses on Contemporary Art’, http:// www.16beavergroup.org/journalisms/archives/000633.php


22 porque después del TLC México no está afuera del Imperio sino adentro, y eso hay que pensarlo. Es impresionante que no emerjan críticas fuertes a la entrada, durante los últimos cinco años, de capital global financiero al mercado del arte mexicano y los mecanismos para la extracción de capital sobrante (como el MACO).10 Otro asunto que nos queda para reflexionar, como apunta Nina Möntmann, es el de: Las estructuras empresariales del tardío capitalismo ejercen su influencia en las políticas de dirección y en las formas de trabajo de las instituciones, lo cual determina también las nuevas aptitudes y habilidades personales. Así, quien dirige una gran institución tiene que desempeñar las habilidades de manager por un lado y las de político populista por el otro. A su vez, la constitución del sujeto dentro del ámbito de la cultura se convierte, a la inversa, en un proceso político que opera como pauta de creación de roles dentro de la cultura 10 Springer, José Manuel. Art Nexus 6 no 66 132-4 S/N 2007.

Cómo hacemos lo que hacemos

empresarial del capitalismo tardío. La asunción de situaciones sociales precarias y la adopción de estrategias de supervivencia como la autoempresarialidad, la creatividad permanente o los modos de vida flexibles y móviles tal y como son practicados –de forma más o menos voluntaria– en el campo del arte, han triunfado en el proceso constitutivo de la New Economy... Lo que vimos hace cuatro años fue simplemente un desgastado marco del arte, un marco capitalista, americanoeuro-centrista y consumidor (claro, no hay nada nuevo en esto), que era necesario intentar resignificar la tradición del arte político o aplicarla a otras metas, guiarla por otros deseos. El proyecto fue una respuesta a esas condiciones, pero también responde a una de las condiciones políticas más contundentes en América Latina y en la Ciudad de México: el surgimiento de una nueva ideología derechista que ha aprovechado la pobreza para reforzar un Estado de control,


La Lleca

que busca desplazar lo político a lo legal. Como muchos recordarán, en junio de 2004, las clases acomodadas y menos favorecidas (para seguir el discurso político) salieron a la calle vestidas de blanco para protestar en contra de la delincuencia,11 250,000 personas en lo que fue, en ese momento, la manifestación más grande en la historia de la ciudad. Reclamaban soluciones que vendrían desde el poder estatal para combatir la llamada plaga de la inseguridad. Para nosotros, eso marcó un cambio fundamental en la política en México, nos dejó ver hasta dónde ha llegado el marco emocional e intelectual, promovido por instituciones gubernamentales, para explicar fenómenos sociales y económicos como la pobreza, la necesidad y la lucha por la sobrevivencia diaria, en términos que ocultan la raíz de Marcha efectuada en junio de 2004, a la que convocaron México Unido Contra la Delincuencia, entre otras organizaciones no gubernamentales y asociaciones civiles. Además de la marcha en la capital, también se desarrollaron otras en las ciudades de Tijuana, Monterrey, Puebla y Aguascalientes. Salieron todas las personas vestidas de blanco del Ángel de la Independencia hacia el Zócalo, lugar en donde entonaron el Himno Nacional.

11

23 esos problemas como problemas de políticas económicas, a saber la criminalización de la pobreza. Las soluciones que ofrecen de manera superficial la nueva derecha, la izquierda y el viejo partido de gobierno no son programas sociales, que implican la necesidad de repensar desde el fondo las transformaciones que el crecimiento vertiginoso y el TLC han causado en la ciudad. Lo que ofrecen son más cárceles, más “seguridad”, más policía o, en otros términos, más poder estatal, más control: nos dicen bienvenidos a los estados neoliberales latinoamericanos. Frente a estas condiciones y a la demanda de qué hacer, decidimos ir a trabajar dentro del sistema carcelario, con la idea de constatar cómo se ve esa política puesta en práctica y buscar una manera de transformar parte del sistema, a la gente dentro de éste y a nosotros mismos. Pensamos en el proyecto como un punto de partida para ver lo que está pasando y como un espacio determinado para empezar a pensar en una transformación al interior de este sistema. Llegamos con la idea de ver qué sucedía con esa


24

C贸mo hacemos lo que hacemos


25

La Lleca

nueva política y de trabajar con los que estaban siendo desaparecidos bajo la política contemporánea: los presos y sus familias. Sobre quienes cae toda la fuerza del nuevo sistema, pero que nunca fueron respetados, ni representados ni pensados en todo el discurso sobre la pobreza y la represión. La Lleca, entonces, es un proyecto de intervenciones, de múltiples intervenciones, que vienen de áreas distintas, con objetivos distintos, que emergen de las condiciones y las necesidades que hemos encontrado durante nuestros años de trabajo. De esa manera, es importante señalar que el proyecto en sí no es algo fijo, más bien el proyecto siempre está en movimiento, transformándose, mientras aprendemos más y más sobre la realidad de la cárcel podemos pensar nuevas intervenciones para nuevos problemas y otras maneras de trabajar problemas que no nos habíamos percatado antes. El funcionamiento crítico de la idea de intervención se queda en su transversalidad. El término transversal se desarrolló por Deleuze y Guattari

en su libro Mil mesetas,12 pero el uso original del término fue desarrollado por Guattari durante su estancia en La Borde, un hospital en Francia. Para Guattari lo transversal fue una herramienta para la reorganización de las prácticas institucionales de la psiquiatría. Guattari usó el término transversalidad como una herramienta conceptual para abrir lógicas y jerarquías que hasta entonces estaban cerradas, para experimentar con nuevas relaciones de interdependencia y para producir nuevos ensamblajes y formaciones grupales. Nosotros usamos el concepto de transversalidad para explicar los efectos que tienen las intervenciones que hacemos a través del proyecto La Lleca, y como una guía que nos ayuda a pensar cómo podemos cruzar estructuras institucionales para producir nuevas subjetividades colectivas, que rompan las distinciones entre lo individual y el grupo. Deleuze, Gilles y Félix Guattari. Mil mesetas: capitalismo y esquizofrenia, Pre-textos, Valencia, España, 1998. La introducción fue publicada en México como Deleuze, Gilles y Félix Guattari. Rizoma. Introducción, México, Ediciones Coyoacán, 1994.

12


26 Entre las intervenciones que hace el proyecto queremos destacar tres que darán una idea de cómo el proyecto busca nuevas maneras de ocupar y cambiar el espacio carcelario y las relaciones y prácticas que se localizan ahí. La primera es la intervención que hacemos en lo institucional dentro del CERESOVA, una o dos veces a la semana para trabajar con los presos. Al entrar, cada día pasamos por las mismas aduanas, las oficinas administrativas y jurídicas, paramos a ver a las secretarias de la dirección o gobierno (si nos da tiempo) y bajamos hasta la población. Y así como nosotros físicamente transitamos el espacio de la cárcel así transcurre el proyecto a través del espacio institucional. En el CERESOVA nos encontramos con diferentes instancias que permiten el funcionamiento de la institución: la administración de los centros penitenciarios, el aparato jurídico administrativo, el aparato de seguridad o custodia y los técnicos penitenciarios. La administración es: la directora, las secretarias, etcétera; los custodios son los representantes de la policía, del poder estatal

Cómo hacemos lo que hacemos

dentro de la cárcel, y por lo general tienen la mayor parte del poder. Los técnicos incluyen: a trabajadores sociales, psicólogos, abogados, pedagogos, etcétera. Es una figura de la institución que apenas se creó hace nueve años como un tipo de apoyo para mediar entre los presos y los custodios. Llevan a cabo una especie de control indirecto, son una fuerza nueva pero no desestabilizadora, ya que siguen trabajando dentro del marco institucional. Cuando entramos por primera vez al CERESOVA, no teníamos ni idea de cuáles eran los constituyentes del poder ni cómo eran las relaciones entre ellos. Pero aprendimos rápidamente y parte de lo que hacemos es siempre estar cruzando, desbordando el marco institucional que define a esos grupos y que reglamenta sus poderes y deberes. Entramos a la cárcel desde afuera con un punto de vista no institucional e intentamos hacerla funcionar de otra manera. Porque la cárcel es sobre todo un espacio de reglas, un espacio cuyo funcionamiento “debe” conservarse con sus jerarquías y modos de


La Lleca

control. Entonces, cualquier fuerza que corra en contra de todo eso siempre logra tener efectos bastante interesantes. El proyecto, por su manera de exceder lo que funda la institucionalidad, por un lado, causa confusión, discusión, incertidumbre y desacuerdo y, por otro, provoca demandas por más control mientras tienen el efecto de atravesar subjetividades institucionales y desconfigurar algunos espacios dentro de la cárcel. También en el proyecto vemos la intervención como una manera de hacer un trabajo sobre otra división que sostiene la cárcel como institución: la división entre el afuera y el adentro. Esta división, la división más cruel, es lo que desgarra el tejido social y lo que hace posible todo lo fuerte y triste que hemos visto adentro en la cárcel. Entonces, trabajamos en maneras formales e informales para ir recuperando relaciones y reconectando gente en ambos lados. El trabajo informal lo hacemos casi sin querer, porque movernos a todos lados nos lleva siempre al trabajo de comunicar algo entre un preso y la directora o alguien que tenga una herida y no

27 tiene dinero para un tratamiento, entonces nos encargamos del asunto y llamamos a su familia, etcétera. También trabajamos de manera más planeada, más enfocada a reconstruir esos lazos sociales a través de una serie de grupos de familiares de presos con quienes nos hemos reunido y con quienes trabajamos. Con esos grupos discutimos sobre temas y problemas que surgen cuando un familiar cae preso, a través de compartir y construir conocimiento desde y sobre la reclusión. Así, intentamos extender el proyecto hasta una esfera más pública para seguir buscando maneras de desbordar a la institución. Hacerle otra cosa, abrirla a los grupos y discursos que la cárcel tiene que dominar y silenciar para mantener su forma y rol cultural específicos. La segunda intervención tiene que ver con cómo trabajamos con los presos, cómo realizamos un acompañamiento e intentamos crear espacios en los que puedan compartir y construir conocimiento. Así como buscamos maneras, siendo las más básicas o fáciles, para mejorar sus vidas


28

C贸mo hacemos lo que hacemos


La Lleca

adentro. La Lleca es un proyecto de tiempo, a diferencia de los trabajos de artistas que prefieren entrar a un espacio o una comunidad sólo por el tiempo que necesitan para tomar una foto o grabar unos minutos de video. Lo que nos interesa es ocupar un lugar, no en el sentido bélico, y ver los efectos que podemos lograr al estar allí trabajando durante un tiempo largo, y aún más importante, pensando en los fines del proyecto según las necesidades de las personas con las que trabajamos. Los fines de la intervención de La Lleca no se logran en el nivel de representación, sino que son motivados por las situaciones y las dinámicas que encontramos en un lugar específico y unas vidas determinadas y de un deseo de salir de lo representacional. Cuando llegamos a la cárcel nos abrumaron las condiciones que encontramos, sobre todo la vida deshumanizada, la vida que viven los presos bajo un sistema, no sobra mencionarlo otra vez, opresor y violentamente en contra de cualquier ética humana de convivencia con otros seres humanos. Un sistema que empaca a veinte o más personas en una sola celda hasta el punto

29 de que algunas tienen que dormir amarradas a las rejas. Lo peor, si se puede decir así, no son las condiciones, sino cómo se tuercen las personas que viven bajo el empobrecimiento de la vida emocional, la vida, digamos, humana. Afectan todas sus relaciones y sus maneras de ser hasta que se hace una broma cruel de la palabra “rehabilitación”. Enfrentando esa situación, decidimos que como no podemos cambiar la situación material buscamos trabajar desde los afectos. En nuestra búsqueda por ver lo que podemos hacer, como ya estamos con nuestros cuerpos adentro, nos dimos cuenta muy rápido de dos cosas: primera, entre los presos había una carencia fuerte de conexión humana, lo que les faltaba más era estar con gente todavía humanizada, y el proyecto les ofrecería un espacio para la construcción de conocimiento, un punto de reflexión sobre la vida adentro y sobre cómo manejar la relación con sus familiares afuera. También vimos que como un grupo tal cual los presos se enfrentan a los mismos problemas,


30 pero las condiciones deshumanizadoras de la cárcel impiden la creación de relaciones afectivas o de comunicación y no había manera en la que pudieran juntarse para compartir conocimiento o construir estrategias para sobrevivir. Desde un principio desarrollamos el proyecto como una serie de propuestas en las que creamos espacios para construir y compartir conocimiento. En las propuestas lo que intentamos es seguir buscando nuevas maneras de formar y reforzar las relaciones grupales de los presos, y dado que el proyecto está construido como un colectivo (es decir, el poder es compartido entre todos de una manera horizontal) genera conocimientos compartidos sobre lo que ellos viven adentro. Entre las propuestas que hemos desarrollado y desde las que se aborda la producción de conocimientos y otras formas de relación destacamos: Secretos de Martha, un programa de video para el cual se escribieron preguntas y todos iban respondiendo como en un programa de Cristina o Laura de América y Matrimonio

Cómo hacemos lo que hacemos

colectivo, en el que pasamos cuatro meses trabajando los temas de género y la construcción social de las relaciones familiares, terminando con una boda colectiva entre los participantes del proyecto, que realmente fue algo especial y conmovedor. Como señalamos al principio, hay una carencia de información sobre la nueva política mexicana y las condiciones y prácticas institucionales en las cárceles y las vidas de los que viven ahí o de los que tienen un familiar adentro. La tercera intervención que hace La Lleca es al plano informático, es decir, aquí pensamos el proyecto y los trabajos y los conocimientos que generamos como una manera de trabajar en contra de la representación, no sólo de los “delincuentes”, sino de la idea de pobreza y sus causas y efectos, que ya encontramos en una esfera pública dominada por una perspectiva espectacularizada, que está comprometida con el programa para la neoliberalización de la ciudad. También cuando nos invitan a hacer una presentación o dar una plática estamos trabajando en


31

La Lleca

el campo de los medios. Para nosotros, es la intervención más difícil de manejar, porque no queremos ser los representantes de esa información, de esa base de datos y contrarrepresentaciones ni de los presos ni de sus familiares. Entonces, pensamos en cualquier presentación o publicación con quienes componen La Lleca para asegurarnos de que cada parte del proceso sea compartida, colaborativa, como hemos hecho con este libro.

En continuo exilio: la práctica del dibujo sin horizontes específicos Entrevista a Gloria González Fernando. ¿Cómo fue, en general, tu paso por La Lleca? Gloria. Los tres días de experiencia fueron para mí muy intensos, pero no lo que yo esperaba, porque al principio pensé que iba a ser un encuentro más agresivo con los reclusos y fue más bien con los custodios. De repente sentí


32 que estaba en el siglo XIX cuando la gente trabajaba en las haciendas como peones para un latifundio ¿no? Se me hizo de repente así, que hay una explotación y una agresión muy fuerte de los custodios hacia los reclusos. La primera vez como que me habían provocado una revolcada mental, porque empezaron a hacerme preguntas y empezamos a trabajar. Todos querían preguntar al mismo tiempo y cada uno estaba haciendo cosas muy diferentes de lo que yo les explicaba. De repente sí sentí que tenían una necesidad enorme de ser escuchados, de proyectar cada uno sus intereses personales. Aún no dejé un testimonio de lo que se vive dentro del reclusorio, porque siento que están desarmados. Incluso, es gente que me parece como si la despojaran de todo de repente. Siento que son personas que no sólo han vivido aisladas del medio social, de su familia, sino han sido también despojadas de sus armas internas. Como que no hay defensa desde la cual ellos pudieran resistir una agresión del interior del reclusorio. Y, bueno, lo dibujos sí proyectaron bastante lo que cada uno tiene de sí, de su historia personal.

Cómo hacemos lo que hacemos

La primera sesión más que nada era para plantear cómo cada uno de ellos percibe la figura humana a través de un dibujo simbólico. Resultaron cosas que no tenían nada que ver, algunas no tenían hilación, otras eran como esculturas, incluso los dibujos tenían algo tridimensional. Pero me parece que hay cierta fragmentación de su propia concepción del cuerpo humano. Creo que la manera en la que representan el cuerpo humano de repente es una experiencia que les cuesta mucho trabajo expresar con toda sinceridad. Como que hay cierto pánico a proyectarse a sí mismos dentro de la reclusión, varios me proyectaron eso, porque los dibujos eran muy simbólicos, pero cuando yo les decía –ya en la segunda sesión– toca tu rostro y ve dibujando lo que sientes, trata de recordar cómo eres, no sé, siento que algunos se bloqueaban bastante. Después, los dibujos fueron muy transparentes, muy cándidos, empezamos a trabajar con sensaciones, con afectos. Incluso, la comida tenía parte de esos afectos que guardan en su memoria y empezaron ya a integrarse realmente en lo que cada uno quería


La Lleca

33


34 decir. Pero solamente fue hasta ese momento, ya que antes no, el dibujo era muy forzado. Pienso que cada uno tiene intereses muy particulares, hay personas a las que les interesó hacer dibujo porque es la expresión de un lenguaje que no necesita palabras para desarrollar emociones. Creo que para ellos sí fue bastante intenso el trabajo, que finalmente es muy básico, pero bastante enriquecedor y muy sustancioso. Es como la esencia que cada uno quería proyectar: de sus afectos, lo que ellos sienten estando adentro en reclusión, porque cuando les decía que dibujaran una pared, dibujaban el muro, cada uno tenía percepciones que tenían que ver con la comunicación. Hay un bloque de comunicación, de aislamiento, pero a la vez hay un anhelo muy grande de vencer ese obstáculo. La mayoría lo proyectó así, pero creo que sería muy bueno continuar con las sesiones de dibujo, porque como en el caso del Congo, le gustó mucho trabajar los ejercicios. Aparte, sentía yo que realmente estaba comunicando muchísimas de las cosas que con palabras no puede decir. Me parece que es una persona que no tiene la

Cómo hacemos lo que hacemos

facilidad de comunicarse verbalmente, no sé si esto se deba a que no tiene, digamos, una extensión muy grande de lenguaje verbal, sí falta esa habilidad. En cambio, visualmente se comunica muy bien. Los colores son muy intensos y su proyección simbólica es bastante clara de lo que él quiere decir, qué piensa, qué siente, qué le preocupa, qué le angustia. Creo que sí sirvieron las sesiones, aunque sería muy interesante que hubiera un proceso para que ellos continuaran expresándose con más libertad todavía. Fernando. Yo también siento que faltó más tiempo. Gloria. Faltó tiempo para eso. Pero lo esencial creo que está allí proyectado. Fernando. ¿Quieres hacer algún comentario sobre el tipo de trabajo que hacemos? Porque es diferente para quienes estamos yendo siempre que para quienes como tú vienen a veces y también colaboran en el proyecto. Gloria. Sí, toma diferentes giros. Yo creo que un trabajo en comunidad, en la comunidad que sea,


35

La Lleca

siempre requiere de esa diversidad de actividades, de intereses, y que se puedan desarrollar plenamente. Porque ellos mismos te están dando la pauta para que se amplíe la expresión de sus ideas y de las circunstancias que viven. Bueno, no todo es padecer, sino más bien es la intensidad con la que ellos proyectan las cosas que están percibiendo, me parece que el proyecto es bastante ambicioso. Pero en algún punto tiene que haber una convergencia, yo creo que basándose más que nada en las particularidades que presentan casi todos ellos para expresarse, o sea intereses bien específicos. Yo creo que son los que le van dando giro al trabajo que está desarrollándose allá adentro. Creo que en el ámbito artístico no hay todavía una concepción de lo que sería unificar el aspecto sociológico, el aspecto antropológico, el aspecto incluso hasta psicológicosocial. Sí, psicosocial, de lo que hay en el entorno de una comunidad. Parecería no válido por momentos. Porque siempre se nos ha estigmatizado que el arte debe de ser solamente expresado por una genialidad, por

una individualidad. Un individuo que de repente se aísla incluso de su sociedad, ¿no?, y eso es una contradicción. Pero en este momento yo creo que Latinoamérica sí requiere ese trabajo de integrar en una comunidad esas proyecciones, que no nada más pertenecen a un ente individual, sino que pertenecen a una colectividad que tiene necesidades muy particulares de expresión para reflexionar sobre sí misma y proyectarse, no nada más en el presente, sino hacia el futuro. Me parece que eso da la pauta para que haya una incursión un poco más amplia desde la producción, no nada más artística. Finalmente, las actividades artísticas no nada más reflejan cuestiones emotivas o estéticas, también pueden proyectar aspectos sociales, políticos, psicológicos muy específicos. Y pues es un proyecto que a mí me parece que está incursionando apenas en esto. Fernando. Sí. Gloria. En tener una proyección más amplia de una comunidad.


36 Fernando. Y de la experiencia que tuviste cuando ibas a las comunidades zapatistas, si lo piensas desde ahí ¿cómo se proyectaría? Gloria. Pues lo que se hacía en las comunidades zapatistas era trabajar con niños pequeños que estaban haciendo dibujos para generar una catarsis sobre la guerra de baja intensidad, y cómo cada uno de ellos percibía desde su ámbito familiar las agresiones, las hostilidades de los paramilitares, que en todo momento estaban presentes en la comunidad. De esa proyección me queda que los niños no tenían un recurso de expresión verbal, porque estaban limitados por el lenguaje con nosotros los mestizos. Fernando. ¿Tenías que convivir con ellos? ¿Había un intercambio, un diálogo con cada uno? Gloria. Sí, en la primera estancia tú veías que los niños querían expresarse de una manera un poco más libre y había que darles la pauta. Primero jugando, o sea, acercarlos a través del juego para que pudieran empezar a explicar con sus dibujos qué les angustiaba, qué les quedaba en la memoria de lo que estaban viviendo casi en un

Cómo hacemos lo que hacemos

exilio, porque muchísimos de esos niños con los que trabajábamos no estaban en su comunidad, sino en una comunidad cercana al lugar de donde habían salido. De esa experiencia con los zapatistas me queda que sí, que la vía de expresión visual te da la pauta, no nada más para pensar en aspectos psicológicos, también en cómo hay una identidad muy específica en la manera en que se expresa el dibujo de los niños. No es lo mismo trabajar con un niño tzotzil o maya que trabajar con un niño de la Ciudad de México, para nada. Los niños tzotziles tienen un ámbito natural completamente distinto en su entorno, que se proyecta hasta en el dibujo. Para ellos, no existe un horizonte específico, hay muchos horizontes, parece que a veces estás viendo dibujos flotantes, de espacios flotantes, porque para ellos no hay una perspectiva definida del espacio. Y eso es bien interesante cómo se compone su percepción del espacio en términos visuales, eso para mí sí es importante. Te da una definición de su identidad, de cómo ellos expresan lo que perciben, lo que sienten. También los colores


La Lleca

que emplean, aunque para nosotros sería de una manera muy arbitraria, muy sin sentido, pues se emplean de una manera simbólica, anímicamente hablando. Colores que reflejan agresividad, angustia. En el caso de los presos, los dibujos eran también muy ingenuos, de repente ya no tenían la preocupación de que las personas se parecieran a lo que debe de ser la realidad. No había una imposición académica en ese aspecto ni occidental, sino que cada uno ya empezaba a trabajar como cuando dibujaban de niños. Y en ese sentido también lo retomo en relación con las comunidades, pues hay un dejo de angustia muy fuerte, los dibujos expresan como una angustia por recuperar una libertad, un espacio de vida. Es pues equiparable en ambos casos, en los niños zapatistas y los reclusos. Fernando. Y el trabajo en colectivo ¿cómo crees que se arma acá en La Lleca? Gloria. Lo colectivo puede darse desde la estigmatización, aunque una estigmatización crítica que no subordina. Tienen el mismo estigma

37 que yo, ambos nos identificamos en eso, entonces arman esa comunidad, se van integrando a ella. Claro, hay diferencias, pero siempre se encuentra presente ese sentido de pertenencia. Que en el caso de la ciudad, que se expande de una manera tan anárquica, no lo tienes. De repente te puedes perder en el mar de la vida de la Ciudad de México, puedes ahogarte en él y nadie te ve. Estando en reclusión yo creo que hay esa particularidad de la cercanía, en este caso por ese sentido de identidad. Hay algo con lo cual te puedes familiarizar con el otro, a lo mejor no en la misma circunstancia de acciones que te condujeron a ese punto, pero sí en el sentido de que ambos están ahí, y que es –digamos– tener una situación de adversidad total, y eso es lo que yo veía en los niños. También como que me dejó la impresión de que hasta que un individuo no está en una circunstancia de sobrevivencia extrema no puede proyectarse en el otro, hasta ese momento no se cobra el sentido de que no eres individuo, de que no estás aislada, ¡qué feo! ¿no? Sino que el otro te acompaña en esa circunstancia. Eso no


38

Cómo hacemos lo que hacemos

sólo pasó en el 85 con el terremoto. Hay ciertas zonas en la ciudad en las que sucede esto. Yo creo que en el caso de los zapatistas la adversidad estaba ahí latente y hasta la fecha sigue latente. Pero el sentido de supervivencia orilló a que las comunidades empezaran a organizar la manera de apoyarse, mientras unas se encontraban en el exilio, porque era un exilio despojarlos de su territorio. En el caso de los reclusos el sentido de adversidad radica en que todo el tiempo están sometidos al rigor de permanecer hacinados en un espacio, donde unos individuos que se dicen custodios, que de repente pierden también todo sentido de la ética, de la ubicuidad, de en dónde se encuentran empiezan a sobreexplotarlos, a agredirlos. Yo creo que es ahí en donde se recobra también una identidad colectiva.

Propuestas en fuga (Secretos de Martha, Matrimonio colectivo y Radio Kanero) Secretos de Martha Una de las propuestas que hemos trabajado continuamente es sobre la representación de la delincuencia, que es una especie de investigación


La Lleca

militante.13 Una forma de investigar que no busca objetualizar ni tampoco consigue armar conocimientos de valor descriptivos sobre los objetos que investiga, como se hace en la investigación universitaria tradicional.14 En la propuesta Representación de la delincuencia no decimos que estamos escudriñando y organizando el conocimiento sobre las formas en que se representa la delincuencia, porque nuestra forma de investigar no tiene el fin de generar teorías sobre la representación ni sobre la delincuencia. Este proyecto lejos de buscar un espacio para la sistematización y ordenamiento de las ideas sobre las experiencias y saberes de las personas Sobre el tema de investigación militante puede verse el libro de Posse, Derive approdi (Precarias a la deriva), Grupo 116, Colectivo sin ticket, Colectivo Situaciones. Nociones comunes. Experiencias y ensayos entre investigación y militancia. Traficantes de Sueños, Madrid, 2006, 208 p. y en la página del Colectivo Situaciones http://www.situaciones.org/ 14 Movimiento de Trabajadores desocupados de Solano y Colectivo Situaciones. La Hipótesis 891: Más allá de los piquetes, Ediciones de Mano en Mano, Buenos Aires, noviembre 2002, pp. 10 y 11, 252 p. 13

39 desaparecidas bajo la acción de la reclusión, nos sirve de plataforma para afrontar la estigmatización que sufren quienes están encarcelados. En este punto coincidimos con el Colectivo Situaciones con respecto al compromiso que se sigue desde una propuesta de militancia en la investigación; compromiso que implica que la investigación en su carácter militante esté ligada a cuatro puntos: El carácter de motivación que sostiene la investigación. El carácter práctico de la investigación (elaboración de hipótesis prácticas situadas). El valor de lo investigado, el resultado de la investigación sólo se dimensiona en su totalidad en situaciones que comparten tanto la problemática investigada como la constelación de condiciones y preocupaciones. El procedimiento afectivo: su desarrollo es ya resultado y su resultado redunda en una


40 inmediata intensificación de los procedimientos efectivos.15 Mientras vamos investigando buscamos desmarcar a los internos de las formas de representación construidas en los medios, y en algunas franjas de la cultura popular cercana a ellos, para generar un sentimiento de empoderamiento que les permita reivindicarse en su situación actual. El proyecto tiene tres formas de trabajo: una, haciendo una revisión crítica de la representación de los delincuentes en medios impresos y un recorrido por el imaginario popular de las personas involucradas en la situación de reclusión, es decir, los internos, sus familiares, amigos, novias y vecinos. La segunda, a partir de la generación de un archivo crítico (con textos, reportajes e imágenes móviles y fijas) de la utilización de la delincuencia como parte del problema de seguridad pública en los discursos de candidatos a distintos escaños en el gobierno de México. Una tercera sería la de realizar acciones sencillas que tengan repercusión en el sentir de ellos mismos, pero 15

Ibid., pp. 13 y 14.

Cómo hacemos lo que hacemos

que también puedan generar formas de representación que surjan de sus deseos y prácticas de vida. Para trabajar sobre la representación de la delincuencia en los medios hicimos el programa Secretos de Martha: Diálogos en Cana. Una serie de tres grabaciones con los temas: relaciones personales adentro y afuera de la prisión; la construcción de la subjetividad masculina adentro de la prisión; la crítica a la institucionalización de la disciplina y el abuso de poder dentro de la cárcel. En esta propuesta fue mucho más clara la construcción y el intercambio de conocimientos y reflexiones.


La Lleca

41


42 Lo siguiente es parte de una transcripción del programa en el que investigamos la construcción de la subjetividad masculina adentro de la prisión. Lorena. ¿Cómo se relacionan los expertos con sus compañeros? ¿Qué dificultades son las que se les presentan? ¿Qué estrategias utilizan para poder construir y tener diálogo con los compañeros? Javier. En mi opinión de interno, del tiempo que he estado aquí, me he dado cuenta de las diferentes formas de pensar de mis compañeros. A veces hay personas con las que hay que tener tacto para no molestarlas por el pensamiento que tienen. Hay gente que es muy cerrada y se cierra a sus ideas y hay que respetar su forma de pensar. También hay que tener tacto para hablar con ella, para relacionarnos. Hay gente que no le gusta que uno hable mucho, demasiado. Hay gente que es más seria, que no le gusta que se estén riendo. Igual hay gente que es alegre y le gusta estar cotorreando y todo. He aprendido a diferenciar entre los diferentes puntos de vista de mis compañeros. Igual hay

Cómo hacemos lo que hacemos

personas que no es muy difícil tratar con ellas por el tipo de educación que tienen más que nada. Y hay otras que sí son más difíciles de tratar, porque pues tienen otra ideología, diferente a la de uno. Por eso uno debe de tener tacto para saber de qué manera piensa esa persona y saber cómo tener una relación personal con ella ¿no?, ya sea de amistad o de trabajo. X. Como les decía, algunas de las dificultades que más se ven aquí dentro de la cárcel es el dominio de poder entre nosotros, los mismos internos, ya que muchas veces en la estancia en la que uno está hay dificultades para ver quién se va a encargar de las labores de ahora. Sí, de nuestro hogar. Ahí es en donde se comienzan a desenvolver los problemas, ya que uno no se quiere sentir inferior al otro y ponerse a hacer uno las cosas, esa es una de las principales. Lorena. Bueno, continuemos si están de acuerdo los expertos con la siguiente pregunta: ¿qué imagen tienen ustedes de sus compañeros? ¿Qué piensas tú de mí?, y que te digan lo que realmente piensan, porque eso siempre se habla por abajo, pero yo digo que todos sí sabemos


La Lleca

43


44 que tenemos una imagen ante las personas, bueno pues por ahí va. Ustedes escogieron estas preguntas, supongo que es algo que les preocupaba en ese momento, entonces ¿están listos? Beto. Pues yo pienso que todo depende también de la mentalidad con la que uno viene desde la calle, ya que dentro de aquí mismo, de este penal, existen divisiones, ¿me entiendes?, clasificación de los mismos internos, por ejemplo, hay un dormitorio en donde hay puros chavalones, puros chamacos que han estado en la correccional, por lo tanto, son un desmadre los cabrones. También hay otra división en donde, por ejemplo, es un dormitorio en el cual la mayoría son viejos ya, son mayores de edad. Entonces, ahí se diferencian las actitudes que tienen los corregendos, como aquí se les llama, y los tíos. Ricardo. Yo veo a la población como burda ¿no?, por lo mismo de que no tiene experiencia, porque aquí viene a experimentar, es tierra de nadie. La venimos a recorrer, no la venimos a estrenar. Y aquí, pues sin experiencia todo se le hace fácil a la población en general. Por decir, a uno que ya

Cómo hacemos lo que hacemos

la vivió en diferentes reclusorios, pues no se le hace así como burda, sino se le hace como pasajera, por lo mismo de que uno ya la vivió. Y por decir, desarrollar el potencial que uno ya conoce ante la situación de las cárceles pues no va con uno, porque uno lo que ya tiene son otras metas: estar con la familia y prosperar, ahora sí que económica y moralmente ¿no? Me es indiferente la población, como yo me imagino que también le he de ser indiferente. Lorenzo. Sí, mira, lo que pienso también de lo que piensan mis compañeros de mí es que quizás soy una persona muy tranquila. Igual y piensan que soy tonto. Pero a la hora de ponerse a los…, a lo que sea, como sea uno saca las uñas. Pero igual uno aprende aquí a sobrellevarlos ¿no? Si son corregendos y uno les demuestra miedo se van a encajar, y si les demuestra que ya la vivió también ahí le frenan. Igual también me relaciono con personas ya de edad, me relaciono bien, platico con ellas, las entiendo, las comprendo. Yo pienso que es una forma de vivir bien la cana, o sea, como dicen el que quiera vivir la cana


La Lleca

bien se la lleva bien. Es lo que he aprendido aquí, a saber sobrellevarme con las personas de cualquier edad, pues cuando uno voltea ya tiene un muchachón o luego uno va caminando y se topa con un tío ya de edad. Entonces, uno ya va experimentando, y así se va relacionando. Pues eso es para mí. Lorena. Bueno, para continuar con la segunda parte de este programa tenemos el siguiente punto que es: el problema de la masculinidad entendida en términos de dominación y fuerza. Desde que amanece hay que tomar en cuenta el lugar en el que estamos y siempre estar a la expectativa. Eso también sucede en la calle. El contexto nos conduce a relacionarnos con otras personas, a veces de manera agresiva y a veces con violencia, con fuerza de por medio; se sabe que en cana siempre se tienen que tapizar, ahora los expertos nos podrán decir qué es tapizarse y parecer malo, malo y fuerte. Por qué se miente cuando también ellos, los expertos, son hombres sensibles que sienten y tienen buenos sentimientos como nos ha comentado Israel. Son

45 hombres que valen, que valen mucho. Preguntémosle a nuestros expertos qué es tapizarse. Víctor. Bueno, tapizarse aquí en cana se le llama a dar una imagen de lo que no eres. O sea, a ser, digamos, o parecerte fuerte, parecer rudo, hablar con palabras altisonantes, hablar fuerte, echarte la chacalona, le llaman ¿no?, dar miedo, a eso aquí se le llama tapizarse ¿no? Ricardo. Pero hay varias cuestiones, una sería por maldad o por querer aflorar la maldad o el ser buenas personas ¿no?, porque muchos aquí sí dicen ser, por decir, sin ofender a nadie, cada quien, yo respeto los ideales y todo, muchos, ora’ sí que se tapizan con esa actitud ¿no? de poder asistir a la escuela, a la comisión, a los cursos, a trabajar, y en realidad en la calle son otro tipo de personas, o hablan de muchas cosas que en realidad no saben ni por qué lo hacen, porque no lo han vivido, ya hasta que lo viven es cuando se dan cuenta de su mismo yo, y dicen no, en realidad la cagué. Mario. La forma de tapizarse aquí demuestras ser otra persona que no eres ¿no? Aquí te tapizas


46 de muchas cosas, de la clase de ojete que es uno allá afuera. Y aquí quieres ser otra persona, pero vas a salir a hacer lo mismo. Todo lo quieres tapizar con estudios, cursos, trabajo, todo, pero realmente, la verdad, uno es ojete ¿no? Lorena. O puedes tomar el camino de decir, bueno, esto me interesa y me puedo salir y seguir por aquí. Es muy complejo ¿no? Mario. Seamos sinceros. Seamos sinceros, la verdad muchos aquí se tapiñan, o nos tapiñamos, por decir así. Porque en mi caso, yo mi trabajo lo hago, pues para irme más rápido ¿no? Beto. Muchos se tapiñan en cuestión económica. Porque hay muchos que llegan, la verdad sí llegan con un buen cambio. Se tapiñan de que son erizos, como se nombra aquí a la persona que no tiene dinero, por el sentido en que mucha población ve a la gente que sí es de dinero como posible víctima de la extorsión. Y por eso mismo, es que se tienen que tapiñar ¿no? Inclusive para la dirección general también es necesario tapiñarnos y mostrar otra cosa que no somos, porque de esa forma es que nos toman más en

Cómo hacemos lo que hacemos

cuenta en el avance académico y todo eso. Aunque uno en la calle no sea así aquí dentro lo tiene que demostrar, debe uno de demostrar que es eso y eso es a lo que uno le llama tapiñarse. Mario. Sí, es que aquí realmente cada quien tiene su interés. O sea, por ejemplo, más que nada la mayoría de los que estamos aquí tenemos el interés de irnos de aquí, supuestamente, nosotros somos los que tenemos menos tiempo, tenemos más posibilidad de irnos, entonces si todos nos están poniendo así y nos están pidiendo que tenemos que tener estudio, que tenemos que tener trabajo, que tenemos que tener actividades, pues tenemos en cierta forma que hacerlo, por el interés, tapiñarnos de esa forma para poder irnos antes. Pancho. Pero también hay otras personas que sí lo hacen con ese gusto. Como tú lo decías, que afuera no tienes esa oportunidad, porque tienes que trabajar y dedicarte a mantener a tu familia. Y cuando ya entras aquí y te dan esa oportunidad –porque aquí no vas a trabajar– y te dan esa oportunidad de aprovechar tu tiempo pues lo


La Lleca

47


48 aprovechas en ese aspecto. Yo en lo personal aquí vengo a aprovechar eso, vengo a aprovechar el estudio, a aprovechar los cursos. Porque afuera no los tomo, afuera me dedico a trabajar y afuera tienes que vértelas, preocuparte, ya no por ti, y sobrevivir. Y aparte de eso, pues tus hijos, o ya tienes más la relación con tu gente: y ya ves que fulano necesita más apoyo tuyo y como tú no lo necesitas en ese momento lo brindas. Pero eso es parte también ¿no?

Matrimonio colectivo La carencia de afectos dentro de la cárcel nos hizo, a ellos y a nosotros, buscar estrategias de comunicación y acercamiento, que diluyeran las formas de contacto instituidas por el espacio disciplinario de la prisión. Así, aunque parezca rollo psicopedagógico, en el juego y en el performance encontramos un lugar para desjerarquizar las relaciones y para poner nuestros cuerpos en el centro del acercamiento. La cárcel puede ser un espacio para investigar sobre las formas de relación establecidas en el sistema capitalista,

Cómo hacemos lo que hacemos

porque la competencia, la discriminación, la construcción de masculinidad, etcétera se magnifican. Se agudiza la composición subjetiva como individuación hasta un punto impensable: adentro no tienes a nadie más. Hacemos performances/acciones en las que el desarrollo del trabajo es importante por el tipo de acercamiento que desata: ideas construidas, experimentadas y vividas en grupo. Para construir una relación de afecto y comunicación fuera del sistema heterosexual y de las instituciones como la familia, la iglesia, la escuela y sobretodo la misma cárcel, Matrimonio colectivo es la segunda acción que hicimos con el grupo completo de La Lleca. Organizamos una boda en la que un grupo de internos, Lorena y Brian se casaron entre ellos mismos. En la acción nos autorizamos entre nosotros a casarnos. El acta de matrimonio fue escrita por el grupo, y bajo los criterios de cuestionarnos la función de la institución del casamiento-matrimonio y sus principios de posesión y/o propiedad privada según la ideología capitalista. Brian fue juez y contrayente al mismo tiempo. Cada uno de los


La Lleca

49


50 “afortunados” firmó sobre el acta color rosa con una de las partes de su cuerpo. Cada uno de los contrayentes eligió de qué manera colocarse para tomarse la foto de boda. También pensamos en unas palabras para todos a la hora de brindar (con agua). Hubo pastel que llevó Quetzal Belmont. También hubo baile sin música porque la música la llevábamos por dentro. Para cada uno de los participantes la acción tuvo diferentes significados. Para algunos de los contrayentes fue un hecho real construido por nosotros. Para otros fue el evento que selló nuestro encuentro de amistad y una especie de pacto de afecto. Hubo quienes tuvieron la primera oportunidad de casarse por libre elección. Para algunos de los presos que no trabajan en el grupo de acciones fue un juego, y para otros una tontería. Pancho, uno de los que participaron en el performance Matrimonio colectivo, habló sobre la propuesta con otros colaboradores de La Lleca, la Directora del Centro y la Coordinadora del Programa de Educación Superior para Centros de Readaptación Social de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (PESCER).

Cómo hacemos lo que hacemos

Hicimos una boda colectiva, una boda entre todos los compañeros. Y en esa boda buscábamos precisamente ver qué es lo que significaba el performance. Porque no encontrábamos la forma con la que iniciamos, no encontrábamos ni cómo buscarle el entendimiento ¿no? Porque decíamos: ¿qué es el performance? No sabíamos si tenía que ver con encontrar los sentimientos y ver las emociones que resaltan. Nos casamos entre nosotros, nos casamos quince personas con Lorena y con los otros, ese mismo día. Los sentimientos fueron muy distorsionados y fueron encontrados, porque unos compañeros decían ‘qué bueno’. A mí me dio alegría y le preguntábamos a otro y te decía ‘no, pues a mí me da tristeza’ y al otro ‘oye y ¿tú qué sentiste?’, ‘es que son payasos todos ustedes’. Bueno, todo es entendible y aceptable ¿no? Eso es parte de lo que nosotros entendemos. Es parte de lo que nosotros queríamos comentar sobre el trabajo de performance.


La Lleca

51


52 ¿Cuáles eran todas las formas de poder entender realmente cuál era el mensaje? ¿Nuestras formas de comportamiento?, ¿nosotros mismos? ¿Por qué se sintieron todos los sentimientos? En ese momento a Lorena yo le decía ‘mi esposa’, y yo la quería proteger como mi esposa. Pero solo y todos los demás ‘pues es que también es mía’ y todos queríamos tener ese momento sublime de estar casados con la señorita ¿no? Y entre nosotros, porque era tan difícil para ellos como ahora es difícil también. Otra cosa del performance es que nosotros pensábamos: no me voy a casar con un hombre. Bueno ahora ya está permitido, ya lo permitieron y ya lo aceptaron. Nosotros quién sabe. A lo mejor todavía no lo aceptamos, o ya lo aceptamos pero no lo aceptamos ¿no? En eso andamos, eso era parte también de la boda colectiva, era parte también de ver los sentimientos que sentía uno, si era el momento de casarme hasta con el director…

Cómo hacemos lo que hacemos

Radio Kanero (taller de radio) Radio Kanero es una propuesta que trabajaron colegas del Centro de Medios Libres durante casi un año. Ellos trabajan desde la desjerarquización y repolitización de los medios de comunicación. Aquí pegamos lo que ellos escribieron sobre su propuesta, que ha sido una de las más potentes y potencializadoras. Los medios libres trabajamos y creamos en la búsqueda por generar nuestros propios medios y formas para dar voz a aquellas perspectivas de pensamiento, de actuar y vivir que los medios comerciales no difunden. Creemos que la comunicación entre las personas en particular y las sociedades en general suele ser ineficaz, entre otras razones, por estar basada en esquemas importados que difícilmente atienden a realidades locales, lo que, por lo general, impide establecer lazos efectivos de comunicación y por lo tanto de comprensión. Esto, sin duda, tiene un impacto directo en la forma en que nos relacionamos en el diario vivir.


La Lleca

53


54 Actualmente, los medios masivos de comunicación aparecen como formas inaccesibles de comunicar para el común de la población, lo que se acentúa en los sectores más marginados. Quienes tenemos la posibilidad de acceder al conocimiento técnico de algunos medios como la radio sabemos que en realidad resulta tan necesario como sencillo dar voz a las múltiples realidades y problemáticas de la gente. Por ello, uno de los compromisos más importantes de los medios libres con la sociedad es justamente la transmisión de ese conocimiento técnico a los sectores que no tienen acceso a él. El taller de radio que impartimos en el CERESOVA Santa Martha Acatitla busca acercar a la población del penal a dichas técnicas y formatos radiofónicos, tales como: promocional, crónica, cápsula informativa, entrevista, así como técnicas de locución y creación. Consideramos que este acercamiento puede contribuir de manera positiva en la reinserción de los presos, no sólo al momento de quedar en libertad, sino como un canal de comunicación con la sociedad de la que aun en prisión forman parte.

Cómo hacemos lo que hacemos


La Lleca

55


56

C贸mo hacemos lo que hacemos


La Lleca

57

CAPÍTULO 2 INSUBORDINACIÓN DEL AFECTO Sobre los afectos y las formas de hacer conocimiento


58

Cómo hacemos lo que hacemos

partida clave para abordar la forma en que se construyen las relaciones de los presos dentro y fuera de la prisión, con otros presos, con sus familiares y con sus compañeras. Por nuestra parte también hemos tenido que poner a flote las discrepancias que podemos tener entre quienes trabajamos en este proyecto desde la calle.

Relaciones con el sentir De abril de 2007 a enero de 2008, estuvimos leyendo un cuadernillo sobre comunicación no violenta, que preparó nuestra compañera Alettia del Centro de Medios Libres.16 Este cuadernillo lo prepararon en el Instituto Nacional de las Mujeres para que pudiera ser utilizado en diversos contextos como guía para trabajar sobre comunicación y violencia, desde una perspectiva feminista. Para nosotros ha sido un punto de Alettia, Jalile Karen y Witt Herrera. Taller de comunicación no violenta. Guía didáctica, Instituto Nacional de Desarrollo Social, Instituto Nacional de las Mujeres, México, D.F., 2006.

16

Seis meses después de estar revisando el cuadernillo y nuestra forma de relacionarnos desde la violencia, tuvimos el diálogo que viene a continuación. En realidad, uno de los presos tenía que hacer una tarea en la que le preguntaban sobre los tipos de comunicación que hay. Su trabajo era describir la comunicación clara y directa en oposición a la comunicación obscura e indirecta. Algo que siempre tomamos en cuenta en las sesiones de trabajo, para irnos deseducando,17 es que las cosas no están siempre orgaDesde el verano de 2006 estamos colaborando en un proyecto de investigación y acción en torno a la Educación Radical con base en Lubjana. Una de las ideas que trabajan las colegas de Eslovenia con relación a la educación es la de quitarnos nuestros prejuicios que ellas llaman deseducarnos.

17


59

La Lleca

nizadas como polos opuestos. Así que vamos recorriendo todo tipo de dicotomías para reconocer que están conformadas por un sinfín de partes, que podríamos llamar nuestras experiencias de vida y que forman lo que son saberes situados. Por eso nuestras discusiones van por un camino que se multiplica todo el tiempo.

o menos. Pero cuando empiezan a conocerse yo creo que tienen que tener un tapiz y eso es como tener esa parte oscura, esa máscara.

Fernando. Vamos a pensar esto en relación a donde estamos ahora: en la institución. Aquí ¿qué tipo de comunicación es la que más se utiliza?

Lorena. Y a lo mejor sí entre ustedes ya es más directo el asunto. Ahora ¿qué pasa con el ejemplo que nos decía Fernando de ustedes con nosotros y con los de La Lleca?

Roberto. Aquí es clara y directa. Fernando. ¿Aquí son claros y directos? Yo no estoy muy de acuerdo con lo que dicen los compañeros de que la comunicación es clara y directa. Porque yo creo que hay muchos tapices. Ahora, estando en un grupo ustedes ya son con nosotros claros y directos y entre ustedes más En las sesiones de trabajo en La Lleca buscamos también desaprender todas las formas culturales de relación que no hayamos aprendido de manera crítica, es decir, con base en nuestras propias experiencias de vida y formas contextuadas de hacer conocimientos. http://radical.temp.si

Lorena. Cuando está el dinero de por medio, dice Lorenzo, que no va a ser directa va a estar como alrededor de éste. Fernando. Siempre está el dinero de por medio.

Lorenzo. Yo creo que sí es directa. Lorena. Sí, yo siento que es directa cuando ya hay una relación, aunque también ¿saben qué? puede haber una parte menos directa, porque no hay suficiente tiempo. Por ejemplo, hay muchas cosas que yo no conozco de ustedes, hay muchas cosas que ustedes no conocen de mí, y eso requiere una comunicación más personal. Hace falta siempre tiempo para que todos tengamos un acercamiento, para que así sea más clara y directa.


60 Fernando. ¿Más personal? Lorena. Sí, más personal, porque no hay tiempo. Y no sólo pasa con ustedes, por ejemplo, también pasa entre Héctor y yo. Hay cosas que yo no conozco de Héctor ni de Gina, ni ellos de mí. Porque la vida te va fraccionando, entonces sólo hay partes en que nos juntamos ellos y nosotros. Principalmente para hablar del trabajo, para hablar de sus proyectos, para hablar de cómo va el trabajo con ustedes. En cambio, entre ellos que son, por ejemplo, más cercanos sí se conocen en más cosas. Fernando y yo, él y su novio Brian, mi marido Brian y yo… Fernando. Me abandonó, pero él sí fue claro y directo dijo: “me voy en tal fecha”. Lorena. Pero aun así también hay cosas sin conocerse. No puedes y a veces intentamos hacer más cercano el contacto. Como el que tienen Víctor y Mario que son muy cercanos, tienen un contacto muy fuerte. O ustedes con algunos de sus colegas. Como el ejemplo que acaba de comunicar Miguel de que Roberto tiene otra preferencia sexual. ¿Ésta qué otro tipo de comunicación sería? Por

Cómo hacemos lo que hacemos

ejemplo, que ustedes respetan de algún modo a los compañeros que tienen otra preferencia sexual, pero cuando están con ellos ¿cómo es la comunicación? Roberto. Pues depende. Lorena. ¿No hay una comunicación directa? Roberto. No se les acerca uno. Armando. Ellos no se acercan a nadie. Lorena. No se les acercan pero tampoco se les dice lo que piensan. No se les toma en cuenta. Sí, entiendo, la mayoría no se junta con ellos porque sabemos que socialmente importa mucho lo que digan. Bueno, ese fue un buen ejemplo de comunicación violenta: no respetar, como el no juntarte con los compañeros. Roberto. Bueno, sí puede darse la comunicación no violenta. Lorena. Sí. Sí puede darse entre allegados. Roberto. Bueno, sí depende de lo que tú quieras. Lorena. Por supuesto, tiene que ver con que tú tengas un proyecto de no tener comunicación


61

La Lleca

violenta en tu vida y lo lleves a cabo. Como dice el texto “desarrollar condiciones para lograr la expresión de emociones”. Ustedes siempre han sido reprimidos en esta sociedad para no mostrar las emociones. ¿Por qué? Porque las emociones son para mujeres, porque ustedes son muy machines, porque hay relaciones muy fuertes de poder. Porque cómo le voy a decir a mi novia que la extraño un montón, a mi mamá que me siento a veces solo, si yo soy un machito. Yo creo que a ustedes todo el tiempo se les contrapone la emoción y la dureza, porque deben no ser lo que realmente les vendría bien emocionalmente. Roberto. Pero ¿sabes por qué es eso?, porque así nos educan aquí en México.

Roberto. También es cuestión de que uno entienda. Pero tú eres como eres y ya. Lorena. Sí claro, es un proceso. Roberto. Aquí puedes hacer lo que se te hinche la gana. Es que dicen que la sociedad te reprime, y si tú te dejas llevar por la sociedad. Pues no. Lorenzo. Pero aquí mismo, por ejemplo, si ya estás pensando dicen: “ya estás de puto”, “pues para qué robas”. Roberto. Sabes también la que se avientan aquí: “entonces ¿para qué robo?”. Lorena. ¿Saben? es muy interesante lo que dice Lorenzo, ni siquiera puedes quedarte pensando porque te están diciendo todo eso.

Lorena. Claro, es la cultura.

Lorenzo. Sí, si estás tú clavado en otro rollo, todos sobres.

Marco. Nosotros no podemos expresar nuestras emociones, la ciudad te reprime.

Lorena. Sí claro lo vinculan a los sentimientos. Y qué collón ¿no?

Lorena. Sí, como dice el compañero, la misma ciudad te va reprimiendo.

Fernando. A ver Samuel, tú qué ibas a decir.

César. Como aquí.

Samuel. Pues sobre eso, tú volteas hacia la ventana y estás viendo allá a la ciudad, que es


62 muy bella, y “Dios mío ¿dónde estoy?” Entonces estoy volteando hacia allá y pasa un compañero y dice: “¡Vendo corbatas!18 ya estás de puto cabrón”. Lorena. O como dice Lorenzo ¿no?, cuando vienen aquí a Bachilleres o a La Lleca y dicen: “te fuiste de puto con los que vienen”. Retomemos el texto entonces: Desarrollar nuevas condiciones para la construcción de emociones. Eso compañeros, aquí no se puede lograr. Tal vez sí con la relación que ustedes tienen con la visita. Héctor. Estaba pensando en esa inercia en la que te comunicas aquí adentro, del testimonio de un chavo que ya salió de aquí, que dice que quería hablar con su familia, pero ya no se entienden, le cuesta trabajo hablar. Lorena. Sí, tiene razón. Eso es lo que nos comentan en testimonios algunos de los chicos que ya salieron. Las corbatas son sogas o cualquier cosa que sirva para ahorcarse. Corbatearse es ahorcarse.

18

Cómo hacemos lo que hacemos

Enrique. Es que tú mismo generas algún lenguaje violento y por lo mismo que estás en contra. Sí, ya estás en contra de todos y tú ya estás a la defensiva. Yo pienso que eso ya viene también desde la niñez. Lorena. Sí, o sea que debemos impulsar a los niños, a nuestros hijos a que se expresen emocionalmente. Aunque como ya lo han expresado, se van a enfrentar a un mundo que los va a estar acechando. Por ejemplo, pobre de mi hijo, que va a ser totalmente expresivo, va a pasar seguramente por las mismas etapas que yo pasé. Cuando yo iba en la prepa era una chica tan cariñosa con mis amigas que por ahí se decía que yo era lesbiana. Yo no me di cuenta hasta que un día una amiga me dijo: “no me toques así, no me abraces así porque por ahí dicen…” Lo bueno es que yo no me daba cuenta y cuando me lo dijo ella me quedé sorprendida. Claro, es que hay una imagen que debes guardar. Si eres cariñosa, nada más con los hombres, ¿no? Además, también se malinterpreta, compañeros, también con ustedes, y es que toda la sociedad de alguna manera censura las emociones y la


63

La Lleca

expresión de emociones, el contacto directo. O como dice el compañero, agarrar el cuaderno ya es una señal de debilidad. Como dice Samuel, lo que tienen que hacer ustedes es darles buenos consejos a sus hijos desde niños. Como dice Ricardo, decirles: “¿sabes qué? lo que las personas ajenas a ti digan lo vas a tener que poner en una…” José Luis. Ámate a ti. Lorena. Sí, porque es muy importante que se expresen las emociones, si no es un almacén que un día tiene que explotar, porque lo natural es que las mujeres y los hombres nos expresemos, nos expresemos emocionalmente, sexualmente y por supuesto intelectualmente. Pero es una combinación, o sea, no puede haber lo uno o lo otro porque pasa que se llega a un punto en el que explota. Entonces, habrá que buscar tener expresión en todos los sentidos y que ustedes no transmitan esa educación a sus hijos. Como dice Ricardo, que se sobrepongan a lo que dicen los compañeros.

De los sentimientos y los afectos en la práctica de La Lleca ¿Qué importancia tienen la afectividad y los sentimientos en el colectivo? Fernando. Aquí el colectivo somos todos, los de adentro, los de afuera. ¿Por qué hablamos de los sentimientos si el afecto es el primero que emerge?, también podemos partir de un sentimiento negativo. Desde que estoy trabajando en la cárcel me he hecho como más agresivo,


64

C贸mo hacemos lo que hacemos


La Lleca

me he hecho menos paciente también. Entonces, yo creo que los sentimientos juegan un papel súper importante, no sólo se trata de hablar de amor, de cariño, de amistad. Un sentimiento que me ha despertado es estar ya hasta la madre y enojado por ver tanta mierda que pasa allá adentro, lo veo como un espejo de lo que pasa afuera, cuando voy afuera y veo cualquier cosita, pues estoy de malas. Ya no soy paciente, y no tiene que ver con que haya demasiada violencia en la cárcel y se te vaya contagiando, sino más bien tiene que ver con que es un espacio en el que situaciones normales de afuera se recrudecen, se potencian. Vivirlas ahí, frente a frente, cuando ya estás en la calle no puedes cerrar los ojitos y pasar como si nada. Héctor. Es que a veces las consecuencias de las cosas que pasan afuera ves cómo repercuten y llegan adentro y se condensan. Ya no las ves tan a la ligera como las verías normalmente. Lorena. Sí, te entra furia porque ves la diferencia de afuera. Empiezas a entrar en un mar de dudas sobre cómo la gente no puede percibir eso, y

65 entonces hay un enojo continuo, es muy complicado, a mí lo que me pasa es que me vuelvo más solitaria para las relaciones personales. No sé por qué me ha pasado esto desde que estoy en La Lleca. Como llego a tener relación tan estrecha con algunos de ellos adentro, cubre tal vez esa parte que yo antes tenía afuera. O porque mis amigas a veces viven otros temas afuera, y como dice Héctor, lo que hago en La Lleca predomina en mi vida. Entonces no puedo alejarme nunca, es más difícil enlazar una comunicación muy estrecha con gente que tiene otros intereses en sus vidas, porque cuando la llego a tener es con alguno de los hombres que están en La Lleca (los de adentro) o con Fernando o con Víctor que es con quienes más la tengo o con Mario. Eso es lo que me llega a pasar. Creo que los sentimientos son muy importantes dentro de La Lleca porque ellos, en cuanto ven y sienten que hay confianza para hablar lo hacen, lo uno llama a lo otro. Al sentirse en un espacio que no existe adentro, inmediatamente llega el afecto después de la comunicación. Siento que


66 a veces ellos tampoco saben cómo corresponder a lo que está pasando. Pasan cosas muy de nuestro sistema capitalista: el amiguismo o los compadrazgos, te quieren dar un regalo y ya no saben qué darte. Por ejemplo, no saben si darte un collar o un anillo. Pero hay otros que lo empiezan a entender, como Israel, quien ya con tantos años no sé cómo pensará, me gustaría preguntarle cómo vive el dar, porque ya no es como al principio, a veces te da un chocolatito pero es diferente. Nosotros sentimos esa manera muy fuerte de decirnos que están en el proceso de la afectividad hacia nosotros, y lo demuestran de diferentes maneras continuando en el proyecto, aun cuando algunos ya están detenidos en el proceso de los otros, de los nuevos, como Víctor que ya tiene un rato detenido en su proceso porque están los nuevos y él está esperando a que se integren, está a la espera de continuar desarrollándose, pero está ahí. Y Mario, por ejemplo, le pasó que cuando terminó su proceso se fue, entonces ¿cómo llega a pasar esto? Unos se quedan tan enganchados a lo afectivo que continúan, yo creo que sí es uno de los móviles

Cómo hacemos lo que hacemos

más fuertes del proyecto. Que nacen por carencias que tienen ellos, por preocupaciones que tenemos nosotros y por una coincidencia en las relaciones. Ellos buscan tener una relación con alguien y nosotros posiblemente estamos cansados de las relaciones que se llevan afuera. Encontramos con ellos otro tipo de relación compleja, que puede ser a veces bastante sincera, luego que ellos se encariñan también con el proyecto, y ya no lo pueden dejar, se dan fuertes relaciones, no sólo de ellos hacia nosotros sino de nosotros hacia ellos. Fernando. Sí, sobre todo porque no son sentimientos y afectos irracionales. No es como un amor de noviazgo o de pareja súper pasional, como de telenovela, sino que es un amor pensado. Son relaciones un poco pensadas, las hablamos y las vamos practicando todo el tiempo. Entonces, se van convirtiendo en esos otros sentimientos que no sólo tienen que ver con lo irracional, sino que también se hacen parte de la vida, de conocer la vida, de tu experiencia cotidiana y ya no es algo tan desconectado de la vida diaria ni tan lejano de poder utilizarse.


La Lleca

Lorena. Sí, pero por otro lado están totalmente desconectados de lo socialmente permitido, eso es bien interesante del proyecto.19 Ellos saben que es algo que hablamos y que se practica, entonces es muy interesante ver cómo ellos se enfrentan a esa práctica, o sea, que es algo permitido en un lugar en donde nada es permitido todo es a distancia, en donde todo es no, como Víctor que llega y puede ser cariñoso con Gina y conmigo y él sabe que está bien y que ninguno lo prohibimos y ¡qué bueno!, ya llega con Gina y ella con él y ellos también llevan un proceso para vivir esto. Curiosamente Víctor, que es el de más tiempo en el proyecto, se siente con libertad cuando se acerca a nosotras, así como que ya sobrepasé todo, pues al principio no sabía cómo acercarse a mí, Víctor nos es totalmente familiar a Gina y a mí. A mí me parece muy bueno porque los demás pueden estar viendo cómo es la relación, a veces Lorena se refiere a la práctica de afectos inexistentes dentro de las relaciones sociales determinadas. En La Lleca el desarrollo de las relaciones personales es un acto de insubordinación. 19

67 puede haber un poco de problema pues supongo que cuando nos vamos ellos se desconectan de lo afectivo, entonces, no sé cómo ellos vivan esa desconexión. De repente están muy conectados y luego se desconectan, es una situación de la que ellos hablan muy normal. Héctor: La desconexión muchas veces parece estar superada sin que lo notemos. La segunda vez que me encontré con el Mongo en la calle parecíamos seguir en la misma dinámica de trabajo desde los afectos. Nos vimos y hablamos de cosas que no parecen relevantes, nos abrazamos como cinco o seis veces, era la emoción y el sentimiento de demostrar afecto, que no se da mucho afuera. Es extraño también en su círculo, estaba con dos amigos y se hicieron a un lado, ¡cómo que está abrazando a otro hombre!, pero entre nosotros ya rompimos con ese límite. Me gustó mucho ver que sí continúa, que no nada más es adentro en lo que es La Lleca, sino que también afuera nos llevamos la afectividad. Lorena. Es difícil poder continuar, necesitaríamos mayor tiempo. Esto de la afectividad incluso


68 desborda el espacio que armamos cada semana dentro de la prisión. Como en el ejemplo de Héctor cuando logramos reconectar afuera. Y a veces se ve en los pasillos, platicaba con Gina mi desánimo en relación a los recorridos por el pasillo, hacía tiempo que no sentía ese afecto sino todo lo contrario. En noviembre hubo una época en la que yo sentía a los nuevos, a los que iban llegando muy agresivos. A veces eso me desmoronaba un poco, hay algo que no me gustaba y últimamente, otra vez, está fuerte. Cuando ellos gritan por los pasillos, no sólo a los de La Lleca, yo creo que tiene que ver con el afecto, unos hablan con los otros y les dicen a los otros que le entren al proyecto, o les preguntan por qué nos llaman por el nombre, eso es muy importante pues tiene que ver con el afecto. La última vez que iba pasando de cada edificio alguien me gritaba, “Lorena, Lorena”, ¡qué bonito! No los conozco pero sé que hay algo ahí que tiene que ver con el afecto. O como la última vez que me pasó algo bonito, iban dos atrás platicando y uno le dice al otro: “tócala porque ella tiene algo positivo”. Estaban

Cómo hacemos lo que hacemos

en la hora de la comida, había mucho barullo, voltée y le contesté: “… porque si no, yo lo toco, no hay bronca, yo voy y lo toco”, volteé pero ya no estaban, iban pasando los del carro de la comida con todo el relajo de la hora de la comida. Entonces por ahí ya se ha dicho que no pasa nada, si tú me tocas no te voy a agredir. Que no te digan licenciada, también es importante, es algo de lo que ya no nos damos cuenta. Toda mujer que pasa por los pasillos es licenciada, y ellos se refieren a ellas así. Claro, eso también para ellos es parte de la situación de control en la cárcel, yo lo sé. Imagínate, los custodios han de decir: “qué está pasando, por qué no les están diciendo licenciadas, les están diciendo por su nombre”. Seguro que eso hace sentar ciertas dudas sobre nuestro hacer en la prisión entre el personal de seguridad, principalmente, y algunos presos. Héctor. Por eso yo creo que es la misma desconfianza al principio, cuando se meten en La Lleca, porque no es a lo que están acostumbrados allí adentro, ver que de repente se demuestra el afecto es como que quieren otro tipo de relación.


La Lleca

Gina. Para mí empieza el rollo afectivo con ellos, pero también ya te empiezas a proyectar con la gente que te rodea. A mí también me ha pasado lo que dice Lore, te alejas de la prisión, pero igual lo pones en práctica con tu familia, con la gente que trabajas o tus seres queridos, como que ya se tiene esa apertura, no hay prejuicios. De entrada, no sabemos nada de sus vidas, ellos llegan y te cuentan, si quieren, pero ya hay esa afectividad. Esto luego ya lo comienzas a poner en práctica también en tu vida, comienzas a trabajar en ti, cosa que también creo pasa con ellos. Lorena. Sí, es algo que pasa, podríamos llamarlo de manera natural, entre nosotros. Héctor. Pues el afecto te hace regresar, pero es lo que también te hace enojar, porque ese vínculo que haces y lo que ves que les pasa y te pasa a ti también es lo mismo. Ese vínculo emocional es lo que hace que ellos regresen, que continúen chambeando. Lorena. Sí, también nos pasa en nuestro trabajo de dar clases con mis alumnos. Me preocupo

69 por ellos como lo hacen otros colegas, por ejemplo, Alberto Zárate, no es común. Pero nosotros estamos ahí mediados por una labor que es una labor que nos gusta. Como a mí me gusta dar clase estoy por ellos, por los alumnos. Yo creo que con los presos pasa de manera muy fuerte, como cuando ellos no van y tú los estás llamando como ahora pasa con Cristian, además, Cristian es un caso muy particular en lo afectivo, porque ahora que Quetzal ha ido dos veces con él parece que él ya tiene solucionada esa parte. A veces no va al proyecto, porque yo creo tiene bien esa parte afectiva, yo también lo he ido a ver y es curioso cómo le mueve tanto lo afectivo, siendo que es un inadaptadísimo en la cárcel. Ya sabemos que Cristian tiene muchos problemas para adaptarse a la situación de la cárcel, por más que hacemos para que se comunique con otros, con Armando principalmente. Armando lo que nos dice es: “él tiene que venir, yo no puedo ir porque aquí esa no es la manera en la que nos movemos, él tiene que venir, yo estoy aquí pero no puedo ir en su búsqueda”, es el código que tienen ellos, a veces tienen ciertos


70

Cómo hacemos lo que hacemos

códigos y más los que son más fuertes. Como dice Fernando, Pancho es más sensible para esas cosas, Pancho dice que por ahí anda contando lo que hacemos y que es padre pero seguro le han de decir: “pinche mariquete”, pero no le importa, ahí anda y dice: “claro, porque te quedas clavado” y ni modo que no lo platiques afuera.

Luis me dice: “no, no, no pasa eso”, porque tú ya vas cambiando algo del pensamiento. Pero yo tendría duda, si ya aprendieron a moverse aquí como se mueven con los de afuera de La Lleca, esas cosas siempre van a estar ahí en la mesa... esas cuestiones son muy complejas además.

Irene. Yo lo que noté cuando llegó el grupo de baile, que según sé no son del grupo.

Héctor. Si nosotros rompimos algunos códigos, creo que ellos también podrían.

Lorena. Uno es amigo de nosotros.

Lorena. Sí claro, en ese proceso de trabajo ellos pueden lograr romperlos. Por ejemplo, Víctor es muy penoso y le cuesta trabajo hablar con otras personas, con maestros. Y en el caso de Mario también lo afectivo le servía mucho, le pasaba como a Gina, decía que a través del afecto que nos teníamos él empezó a tener más afecto por su madre, podía comunicarse mejor con ella.

Irene. Es que se vio. Yo noté mucha diferencia respecto a lo que han logrado desarrollar como una especie de lenguaje en este grupo de La Lleca. Porque sí se sintió algo muy diferente cuando llegaron los otros, incluso la manera de relacionarse con todos y conmigo que no me conocían. Fue muy diferente y sí es más agresiva. En La Lleca ya están más alivianados, se sienten en confianza. Lorena. Tienen sus cuestiones negativas porque como ellos ya desarrollaron un lenguaje no nos gustaría que no cambiaran su manera de ser ya que encontraron el código adentro. A veces José


71

La Lleca

lleva a cabo estrategias diferentes, dependiendo de las necesidades de la niña o el niño con quienes se relaciona, buscando que en cada uno/ una “su deseo pueda abrirse camino”.20

Aprender poniendo el cuerpo: sobre la inteligencia movida por la energía del corazón Notas del diario de Lorena Méndez Mi quehacer en la cárcel está cruzado por el tipo de relación que he sembrado con los varones y con el personal de la cárcel en general. Uso lo que Francesca Migliavaca denomina como “la inteligencia movida por la energía del corazón”, al hablar de su trabajo con infantes, en el cual

Desde que llegué a la cárcel he mantenido un estrecho contacto emocional con los hombres en reclusión, a pesar de las dinámicas de poder y distanciamiento que te señala la institución. Al igual que Francesca, más que enseñarles algún conocimiento en específico, me interesa que suceda algo dentro de ellos, y a partir de aquello que suceda, entonces, sea motivo para que juntos construyamos, compartamos y reflexionemos dentro de una atmósfera diferente a la que reina en cualquier tipo de institución educativa, y en mi caso dentro de cualquier institución carcelaria. Creemos que movidos por la afectividad es la mejor manera de crecer. Francesca habla de una labor en la que se pone la inteligencia movida por el corazón, yo pongo el cuerpo y mis emociones en juego. Diotima. El perfume de la maestra, Barcelona, Icaria Antrazyt, 2002, p. 61. 20


72 Cada uno de los hombres en la cárcel necesita especial atención y, a pesar de la dificultad que en tiempo significa esto, procuro estar con ellos con la mirada, con estrechar nuestras manos, con abrazarlos cuando me marcho y cuando llego. Acostumbro tocarlos y bromear durante nuestras sesiones de trabajo para aligerar la seriedad de los temas que tratamos y lo fuerte que puede ser para todos. Voy buscando maneras que nos permitan expresarnos lo más libre posible. Me muevo confiada por cada uno de los espacios del lugar, gozosa de estar entre ellos. Así y a través de las dinámicas de juego como Memorama de conceptos o Telegrama recibido (nos tomamos de las manos y las apretamos para mandar un mensaje secreto a alguno de nosotros) intentamos ablandar las situaciones y provocar momentos que nos liberen de los miedos al control y al juicio. En La Lleca vamos haciendo un lugar para las emociones que surgen, las incorporamos como temas de trabajo. Valoro que los muchachos (como les digo a los hombres de la cárcel) puedan moverse de manera confiada y libre en el círculo de discusión, hasta el punto de

Cómo hacemos lo que hacemos

que hablen de cosas personales y sentirse escuchados y respetados. Uno de los últimos ejercicios que hicimos jugando al Memorama estuvo relacionado con nuestra experiencia en el amor. Hicimos cartas de papel y anotamos los nombres de sensaciones, sentimientos y pensamientos vinculados al amor. El ejercicio nos dio varias líneas para desarrollar. Una de ellas fue la relacionada con el tema de las prácticas sexuales, que son reprimidas en nuestra sociedad a través de nuestra educación conservadora, como lo comentó Héctor. Un compañero de recién ingreso en La Lleca se animó a hablarnos de su historia. A los trece años tuvo una experiencia sexual con una chica que quedó embarazada. A esto le siguió una cadena de errores (como él los llamó); hechos que como lo comentaron los compañeros en la sesión fueron causados por la ignorancia, la moral, la religión y la presión social. Recuerdo que esta sesión la cerramos con unas reflexiones de José Luis y Víctor sobre la complejidad del tema y pensar cómo evitar la repetición de historias no deseadas. José Luis hizo varios comentarios sobre lo


73

La Lleca

difícil que es desarrollar en nuestro país la capacidad y libertad para elegir una pareja. Víctor apuntó que el problema no sólo está en la educación machista que tienen los hombres en México, sino también en la educación que tenemos las mujeres. Sobre la moral y las ideas que tenemos de cómo deben ser las cosas y cómo debemos de estar en ellas, quiero hablarles de un hecho que puede parecer absurdo, pero que para mí tiene un sentido de vital importancia en el trabajo que realizo con los hombres en prisión. Es sobre mi manera de vestir cuando voy a la cárcel. Unas veces llevo pantalón y muchas otras me visto con falda, sandalias o zapatos descubiertos. Al igual que cuando me voy a encontrar con mis estudiantes o con un amigo me maquillo. Desde el principio de la intervención, el personal de la cárcel y la custodia me hacía comentarios negativos sobre mi manera de vestir. Lo hago conscientemente, como lo hacen las compañeras profesoras argelinas cuando van a trabajar con niños que han perdido a sus padres y madres. Llegan a la escuela bien vestidas y maquilladas

porque desean que los niños y las niñas vean en ellas cada mañana imágenes de vida.21 Pienso como ellas, que en un espacio de condiciones paupérrimas donde la gente está cruzada por imágenes de violencia, suciedad y pérdida, el color que llevo encima es congruente con el tipo de trabajo que realizo. Dejo al descubierto algunas veces mis pies y piernas, además de mis brazos, porque como me explica Angélica no sólo pongo mi cuerpo, sino que les presto mis manos, mis ojos y mis pies para desarrollar su sensibilidad. Pienso que utilizo una inteligencia movida por el corazón cuando me veo atravesar el gran pasillo del CERESOVA saludando a todos los hombres que pasan y a los que me gritan desde los canEn el texto de Diotima hay un testimonio de Zazi Sadou con una nota de Delfina Lusiardi titulado “He decidido traeros imágenes de vida y de belleza”. Habla sobre el trabajo de mujeres argelinas, maestras de pueblos que a pesar de las profesoras asesinadas y la situación de represión y persecución que sufren en su país acuden maquilladas y bien vestidas a trabajar con los enseñantes, Ibid., p. 39. 21


74 tones, como les llaman a los lugares donde duermen, las celdas. Mientras voy caminando, estrecho las manos de quienes me abordan en señal de que en La Lleca no hay preferencias y todos pueden formar parte de ella si lo desean y les interesa. Mi actitud de alegría al volver a cada sesión en La Lleca los anima para retomar el trabajo. Aunque muchas de las veces me he puesto seria al atravesar el pasillo cuando me gritan comentarios ofensivos en relación con mi cuerpo. Esto sucede cuando recién ingresan a la institución grupos de hombres jóvenes. De inmediato me doy cuenta, siento sus miradas y a veces me duelen sus palabras. No me conocen, imagino que se sorprenden de ver a una mujer moverse con tanta familiaridad por el lugar, sin miedo, sin ideas preconcebidas de la cárcel. Algunas veces, si mi ánimo me lo permite, intento contestar a sus gritos con bromas. Mi modo de trabajar con los hombres en prisión es escribiendo junto a ellos, exponiéndome al juicio de los demás. Recuerdo una de las primeras veces, fue en nuestra sesión de performance con el tema en torno a la construcción del

Cómo hacemos lo que hacemos

género. Les hablé de mi experiencia con el desnudo femenino cuando era estudiante en la Academia de San Carlos, mi maestro de pintura, José Salat, me pedía opinión sobre nuestra modelo de dibujo. En ese tiempo desarrollé una apreciación por el cuerpo humano femenino, era capaz de sentir cada parte de la figura humana que tenía enfrente. Con una de mis manos imaginaba rozarla y con la otra hacía una línea continua sobre el papel mientras tenía la mirada fija en el cuerpo de la modelo. A la fecha me gusta contemplar los cuerpos voluptuosos de las mujeres, cuerpos maduros llenos de historias. Ricardo interrumpió para decirles a todos los presentes que lo que ahí se decía no podía salir a otros espacios de la cárcel bajo ninguna circunstancia, porque podrían “estar de cábulas” y hablar de mí al no conocerme ni tampoco entenderme. La idea de que me faltaran al respeto les preocupaba a Ricardo y al resto del grupo de La Lleca. También pienso que era importante el señalamiento, porque hablar de mi modo de ser “extraño” para los hombres en prisión y los de afuera, los expone a ellos frente a las ideas sobre


La Lleca

75


76 nuestra relación. Hablarles de mi vida personal y del trabajo con Angélica, la psicóloga de La Lleca, no sólo en relación con ellos sino de mí misma, lo hago para que puedan ver que mi vida aparentemente perfecta también tiene sus dificultades, y que mi lucha personal para salir de mis baches es constante. Se ríen por la manera que tengo de contarles mis tareas personales. Por supuesto que estos temas sobre mi construcción como mujer y la educación que recibí de niña, adolescente y joven en la sociedad mexicana tradicional están relacionados con nuestro trabajo en la propuesta de construcción del género y de comunicación no violenta. Pienso que esta manera de abordar algunos puntos importantes abre el espacio para la escucha y la comprensión. Hablar sobre el desarrollo de nuestra sexualidad, nuestras preferencias, los problemas que tenemos a raíz de una educación tradicional y represiva, es parte del proyecto que tenemos sobre educación radical. Salen comentarios y reflexiones muy interesantes cuando nos abrimos en una atmósfera sin tabúes.

Cómo hacemos lo que hacemos

Posiblemente para mis compañeras feministas de la diferencia este actuar mío es una técnica de trabajo arriesgada en la búsqueda de una particular intimidad. Dejarme querer por los hombres en prisión y manifestar mis entusiasmos también es parte de los riesgos de trabajar con la cabeza y con el corazón. Pero de igual manera soy expresiva y lo demuestro cuando estoy incómoda, triste o molesta por alguna cuestión. Es fácil imaginar los comentarios hacia mí por parte de los custodios, de algunos de los presos que no trabajan en La Lleca o de los técnicos penitenciarios. Algunos de los comentarios que se hacen sobre mí y de los integrantes de La Lleca de afuera, los pudimos conocer cuando realizamos un curso para las técnicas y los técnicos penitenciarias/os con el objetivo de conocernos y compartirles la forma en que trabajamos. Reconozco que mi modo de ser confunde a las personas que no conocen el trabajo que hacemos y las ideas que tenemos sobre la enseñanza-aprendizaje. Como lo he platicado con Angélica, mi presencia y cómo hablo de las cosas y abordo los temas, aunque


La Lleca

77


78 muchas veces sólo mis movimientos confrontan a los custodios y los/las técnicos/as penitenciarios/as frente a su ser y quehacer. Les movemos sus ideas acerca de las cosas y de cómo trabajarlas. A lo largo de mi relación con estudiantes y con los hombres en prisión, he aprendido que cada persona tiene su propio proceso y requiere de tiempos distintos. Y para mí es una pena no tener suficiente tiempo para cada uno y para todos. Los últimos quince minutos de cada encuentro en la cárcel son largos, porque nos detenemos en la última esclusa para intercambiar abrazos, apretones de manos y besos, sin importarnos sentir la mirada de los custodios, de los demás presos y de las cámaras de vigilancia. Ahí mismo nos ponemos de acuerdo para que me llamen por teléfono y para los pendientes de la siguiente sesión. Creo que cualquier persona que ponga en juego el modelo de autoridad que trabajamos en La Lleca asume las contradicciones y desilusiones que pueden presentarse. Me parece que hemos aprendido mucho de las ex-

Cómo hacemos lo que hacemos

periencias de trabajar de este modo, de este hacer, y las satisfacciones son muchas. Hemos tenido muy pocas frustraciones, en La Lleca vamos nombrando los sentimientos y hablando cada vez de manera más fácil sobre los problemas de violencia. Cuando me detengo a pensar cómo es mi proceso para tomar decisiones importantes, traigo a mi memoria el día que asumí la responsabilidad del robo de la cámara fotográfica. Ese día tuve que actuar rápidamente para dejar salir a los muchachos del centro escolar detrás de mí, mientras estaba hablando con los custodios. Con mis manos les indiqué que salieran para no poner en riesgo su seguridad, y lo que más vale para algunos de ellos, su tiempo en reclusión. Tuve que estar serena y concentrada en la situación, aunque después, fuera de la cárcel me hubiera derrumbado. Pienso que cuando estoy frente a pequeños y grandes problemas, respondo con mi formación como mujer performancera, es decir, mi pensamiento y mi cuerpo intentan solucionar el conflicto según mi código de comunicación.


La Lleca

Compartir la afectividad, el amor y la emoción provoca diferentes situaciones y algunas pueden tornarse difíciles. El caso que más me ha enseñado es el de Mario. Aún lo veo frente a mí diciéndome que iba a dejar La Lleca porque tenía un fuerte sentimiento hacia mí y no eran respetuosos su pensar y sentir. Mientras lo escuchaba me daba cuenta de cómo había sido capaz de formular sus pensamientos y lo difícil que era para él decirme lo que pasaba por su vida. Le contesté que nuestra relación personal era fuerte para ambos y había provocado confusión, malestar y dudas, pero que con la comunicación que teníamos podíamos sobrepasar la situación. Cuando hablé con Angélica sobre Mario, me dijo que no tenía de qué preocuparme y debía estar orgullosa del trabajo con él y de cómo se había resuelto. Y efectivamente, a los dos meses de aquella charla con Mario todo se había arreglado. Mi experiencia con él ha sido uno de los mejores aprendizajes que he tenido en La Lleca. Nuestros sentimientos se acomodaron y ninguno de los dos resultó afectado. Mi actitud amorosa es una manera de apoyar el crecimiento

79 personal de los hombres en prisión. Es la forma que tengo de actuar frente a las maneras de trabajar y de “ser” que marcan la institución. La estrecha relación que tengo con los hombres de La Lleca me produce la mayoría de las veces un tremendo cansancio, porque la energía de ellos es muy fuerte. Son inquietos y demandan mucho de mi atención y afecto. El trabajo continuo sobre el tema de los sentimientos, reconocerlos y nombrarlos hace que la gente de La Lleca encuentre diferencias entre mi forma de ser y el tipo de saber que construimos con el proyecto. En otro libro me gustaría compartir, con la ayuda de mi diario, muchas de las experiencias que he tenido con cada uno de los hombres con quienes he trabajado en las diferentes propuestas de La Lleca.


80

Cómo hacemos lo que hacemos

ban de las académicas y los académicos e investigadoras/es que se encierran en la soledad de las teorías. Asunción (como la describo en un texto para el Seminario): es una mujer dispuesta a compartir sus dudas con sus alumnas y alumnos, esto la hace especial. Además de su sensibilidad y saber enraizados en el estudio y la reflexión de la diferencia.

Del desorden a la acción Reflexiones sobre género en espacios complejos* En febrero de 2005, formé parte del Seminario Etnografía, biografía y narración, en Catalunya. Era una propuesta de Asunción López, una mujer de clara mirada que transmitía tranquilidad con sus palabras. Su calidez y sencillez la diferencia*Este texto es parte de la conferencia presentada con motivo de la conmemoración del Día Internacional de las Mujeres en el Centro de Estudios de Género en la Facultad de Filosofía y Letras de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

Llegué al seminario para compartir mi experiencia de la primera etapa de trabajo con los varones del Centro de Readaptación en Santa Martha Acatitla (CERESOVA). La Lleca surgía del desorden y de la necesidad de entrar a trabajar en el complejo asunto de la delincuencia, de la que se habla desde el gobierno de manera absurda, como si fuera un problema de policías y ladrones, mientras que casi todas las personas piensan que les afecta directamente, pero cuyo remedio les es ajeno. Es absurda la manera en la que se habla, porque tenemos pensamientos con relación al tema mediados por las representaciones desarrolladas en los medios de comunicación comerciales, porque lo desvinculamos de las


81

La Lleca

políticas económicas que han provocado su aumento. Ni tampoco nos percatamos de cómo muchas personas estamos envueltas en las relaciones violentas que contribuyen y/o forman parte de la delincuencia en nuestra sociedad. Un claro ejemplo puede ser la escuela, que en lugar de ser un espacio de comunicación y confianza se ha convertido en un lugar donde las comparaciones y humillaciones constantes desatan fuertes conflictos que afectan negativamente a las personas. De igual manera podría hablar de otras instituciones como la familia, pero no puedo detenerme ahora en temas que requieren de un largo espacio para su reflexión y discusión. En el Seminario donde conocí a Asunción pude compartir mi preocupación al enfrentarme a contextos que se arman en situaciones complejas, en los que las teorías, los estudios y las investigaciones de preparación en seminarios anteriores y durante los cursos de doctorado me quedaban cortas. Me servían para entrar al campo de estudio con seguridad académica, pero una vez adentro veía alrededor de mi cuerpo desmoro-

narse una a una las teorías. Asunción al respecto comentó en el Seminario que “… cuando las teorías no nos valen es porque ha habido un cambio interno en nosotras como si fuera una señal de cómo van madurando las experiencias significativas...” Continúo citando del diario que hice: Me quedo pensando en las palabras de Asunción y hay un temor en mi interior, porque aunque soy consciente de que uno no adopta ninguna metodología, sino que la construye con base en sus necesidades. Tengo miedo de encontrarme sola frente a la construcción de caminos. Sé que están ‘ellos’ o ‘ellas’ conmigo y algunos de mis colegas que se han unido en este ‘viaje’, pero aun así hay algo en mí de la ‘aventura’ que se me impone.22 Es curioso releer estas líneas de mi diario y darme cuenta ahora –con la distancia– de cómo el encuentro con el Seminario me descubre vulnerable a la hora de reflexionar sobre el desarrollo del proyecto, y cómo hablo de ello. Pero lo que Méndez, Lorena. Diario del Seminario Etnografía, biografía y narración, Barcelona, 2005. 22


82

C贸mo hacemos lo que hacemos


83

La Lleca

más me interesa aquí apuntar es que el trabajo de reflexión, principalmente entre mujeres de diferentes ámbitos en una atmósfera de confianza, es tan necesario para elaborar textos de estudios y de teorías basadas en la práctica de la experiencia de mujeres y su escudriñamiento. Porque con el tiempo, desde La Lleca donde la relación es médula del trabajo, he sopesado la necesidad de dar a conocer nuestra palabra y hacerla legítima dentro y fuera de la academia. Al igual que retomar nuestras experiencias surgidas del “hacer”, un “hacer” siempre situado. Que como escribe Diana Sartori al referirse al hacer de su abuela –quien tenía de la práctica una gramática: Estoy convencida de que su acción y su consigna se realizan bajo la intención y bajo el signo: el de la fidelidad a un saber que no se fije en un sistema codificado, que no se transforme en normas y reglas que predeterminen y constriñan el hacer, que no pueda prescindir del ejercicio del juicio, que no se convierta en un mecanismo muerto que rigidifique la fluidez del movimiento

vital, que no olvide la particularidad de las situaciones y de los contextos en nombre de la universalidad, que no pueda dejar de lado a las personas de carne y hueso y sus relaciones.23 En el Seminario con Asunción, yo era como cualquiera de nosotras las doctorandas, en el sentido de que estaba abierta a preguntar y compartir las incertidumbres. Ella propiciaba esa atmósfera y buscaba pistas en cada sesión de trabajo con nosotras. Asunción venía de la experiencia en otros campos y no sólo el académico. Había estado en otros contextos, lejos de la comodidad europea como el de una comunidad en México y otra comunidad en algún lugar de África (no recuerdo detalles). Nosotras, el resto del grupo, veníamos de diferentes experiencias y campos: unas y uno de la vivencia de ser estudiantes en educación, otras como docentes dentro de las áreas de enfermería, física, sociología y artes visuales, como era mi caso. De alguna manera, todas nos caracterizábamos Sartori, Diana. ‘’Intermedio’’ en Diotima. El perfume de la maestra, Icaria-Antrazyt Barcelona, 2002. 23


84 por el interés de conocer a la otra o al otro con quienes trabajábamos. Asunción, Frida (la compañera mexicana con estudios en sociología) y yo habíamos vivido la diferencia y la cercanía del trabajo en comunidades con “esos otros y esas otras” que nos habían tocado en el sentido de afectar nuestros pensamientos y emociones, marcando nuestra vida a partir de la experiencia y la memoria. Asunción me daba confianza en ese camino de formación en el campo de la investigación. Nos brindaba la oportunidad de reflexionar en grupo, de sentirnos acompañadas en la trinchera o en ese paraíso que puede ser la construcción de la relación con sus múltiples contradicciones. En las sesiones, la experiencia y la práctica en la relación que estaba viviendo con los hombres en prisión se repetían. Asunción lo hacía como coordinadora del Seminario y yo como cocoordinadora de La Lleca. Las diferencias en los contextos eran notables, pero ambas teníamos objetivos semejantes: los de buscar la libertad en el otro o la otra a través de la comprensión y el respeto por la experiencia compartida. Una

Cómo hacemos lo que hacemos

experiencia que al estar dotada de cuidados y afecto posibilitaba la construcción de un conocimiento basado en la enseñanza-aprendizaje: poniéndonos en juego como personas, como humanos, que no es lo mismo que poner en juego nuestras teorías.24 En el Seminario estaba viviendo con Asunción lo que algunos de los hombres del penitenciario han vivido conmigo, la experiencia de reflexionar, de construir conocimientos junto a alguien que te brinda su tiempo, su historia y su vida. Me refiero específicamente a los hombres del penitenciario que me han acompañado en esta “aventura” de aprendizaje conjunto, en el desarrollo de un proyecto que es un proyecto de vida. Esos hombres, que carecieron de afecto y de oportunidades para elegir sus vidas, ahora me acompañan en mis pensamientos, en mis José Contreras nos decía que se tiende a olvidar insistir en este aspecto, especialmente dentro del círculo académico de la pedagogía. Contreras, D. “Estudiantes que investigan: un camino de libertad”. Conferencia presentada en las III Jornadas Universitarias. La investigació com a procés de formació. Universitat de Vic, 2005.

24


85

La Lleca

sueños, en la idea casi utópica de construir con ellos un espacio y un saber que les permita sobrevivir afuera, en la calle, en la lleca como la llaman. Espacio y saber que surge de preguntarnos si será posible construir un lugar donde los intereses no estén determinados por la ley del más fuerte, del más rico, del más culto y del más poderoso. Estas preguntas se vincularán con otras al finalizar este texto.

es un proceso de experimentación, a partir de mi ser mujer, docente, pareja, niña, rebelde, inconforme, afectiva, investigadora, amiga, artista, etcétera. Desde todas estas posiciones “actúo” en los proyectos de intervención y acompañamiento que he desarrollado, en los que la manera de aproximarme y el acercamiento a las distintas personas, en específico varones, ha sido el hilo conductor de la propuesta.25

Una cuestión fundamental de señalar, para iniciar una investigación, es que no puedes llegar al encuentro de otra “realidad” basando tu “hacer” y “actuar” en ideales construidos de antemano desde la academia o en la investigación formal. No puedes llegar al encuentro de personas con información sobre lo que se desea oír del otro o de la otra, basado en nuestras expectativas de investigadoras. Porque como escribí en otro lado hay que enfrentar el conocimiento de la aventura, con esta palabra me refería al “recorrido indefinido” del que echas mano (en mi caso echo cuerpo) de distintos “artificios”. En el sentido etimológico de lo que es “hacer con arte”, y me refiero al arte de la relación. En éste la práctica

Las sesiones de reflexión con los internos del penitenciario, en las que dibujamos unas veces y otras jugamos, giran en torno a las ideas que tenemos de lo que debe ser un hombre y lo que debe ser una mujer. Ideas preconcebidas y consolidadas en las instituciones sociales y culturales. Propiciamos la discusión para que cada uno de los participantes diga qué piensa con relación al tema, y juntos reflexionemos en cómo esos pensamientos, que nos afectan negativamente, han sido mediados por lo que se dice socialmente. Y cómo la no elección de nuestros actos nos ha llevado en la mayoría de 25

Méndez, Lorena. Diario, Op. Cit., 2005.


86

C贸mo hacemos lo que hacemos


87

La Lleca

los casos a relaciones con fuertes conflictos. Juntos hablamos sobre el lugar que ocupamos en la enmarañada trama social, y cómo somos dañados por las preconcepciones y normas que han sido establecidas de antemano, sin dejar lugar a las posibilidades de construir estrategias o trabajar en elecciones posibles.

problemática de tomar decisiones relacionadas con nuestro cuerpo y nuestra vida. Hablamos de cómo las mujeres nos enfrentamos al deber ser y a lo que debemos hacer respondiendo a las expectativas y deseos de las otras personas que forman parte del contexto social en donde nos movemos.

También reflexionamos a través de acciones o performances alrededor de las ideas “naturalizadas” sobre el ser mujer, y la relación de ellos con mujeres de su entorno cercano: madres, hermanas, parejas, hijas, maestras, psicólogas, trabajadoras sociales, etcétera. La primera acción que realizamos juntos en el grupo de performance fue la de fotografiar una de las axilas de los chicos junto a una de mis axilas con la intención de descubrir la cantidad de vello que yo podía tener. Mirarme con abundante vello en las axilas causaba conflicto en ellos, porque de alguna manera se contraponía mi forma de ser a la imagen de una mujer femenina, coqueta, depilada, limpia, discreta. Se quebraba frente a esa noción de mujer, y daba pie a discutir sobre lo que sentimos las mujeres respecto a la

Este tipo de acciones que se desarrollan con el proyecto se vinculan al cuidado en la relación; tarea en la que se basa mucho el trabajo de algunos profesores, maestras e investigadoras, quienes creemos en la necesidad de cuidar la posibilidad de crecimiento.26 Compartiendo el La investigación, como escribe José Contreras, “…es una experiencia de libertad si ‘lo otro’, aquello que exploramos, abre -en palabras de Luisa Muraro- una brecha en el ‘Yo’. Porque la libertad es reconocer en nosotros la posibilidad del otro, de lo otro; reconocerse en la apertura a lo otro... La libertad es la posibilidad de ser más cosas de las que somos. Y ésta es al fin y al cabo la tarea educativa. La libertad es la experiencia de verse de muchas maneras, también en mis propias limitaciones y contradicciones, y en mi consciencia de que me mueven y me conmueven, me crean y me recrean los otros”. Contreras, D. “Estudiantes que investigan: un camino de libertad”. Conferencia presentada en las III Jornadas Universitarias, La investigació com a procés de formació, Universitat de Vic, 2005.

26


88 sentido de la relación amorosa, posibilitando el desarrollo personal, siendo sensibles ante las necesidades y oportunidades de aquella persona con quien compartimos la enseñanza-aprendizaje, como muchas y muchos de los colegas que trabajamos sobre las maneras de incentivar el sentido de la libertad en la educación popular, formal o informal o desde la pedagogía crítica, o de liberación. En La Lleca buscamos, a través de la investigación y la atención en nuestras acciones, poner en práctica estrategias ante situaciones imprevistas como resultado de un trabajo “humano”, y en mi caso con la intención de reconectarlo a lo “artístico”. Creemos que el trabajo de relación debe tener una fuerte dosis de afecto, para dar pie a la libertad, que en el caso de los varones con los que trabajo, puede iniciarse en el proceso de investigación personal. Cito a Ricardo de una entrevista del archivo de La Lleca ... La relación es más emotiva, más seria, más comprometida, más comprometedora.

Cómo hacemos lo que hacemos

Me gusta que ustedes nos ayudan a desglosar nuestras acciones... Cito a Carlos ...Me has enseñado a ver las cosas desde otro ángulo, porque ya no ves con la misma mirada, ya no miras sino observas. Hay intercambio de ideas, de acciones. Yo no me había dado cuenta de eso hasta conocer el performance... Cito a Víctor ...En el proyecto hablamos de varias cosas y reflexionamos. Me pregunto: por qué no podemos hacerlo cuando estamos en nuestras celdas o cuando nos juntamos, en lugar de hablar de otras cosas. También un trabajo de este tipo tiene sus riesgos y me refiero al enfrentamiento de los chicos con la propia ley de la cárcel y con los ideales perversos de instituciones como: la iglesia, la familia o la cárcel, donde rige el principio del sometimiento a cambio de la protección. Algunos de los hombres que participan en La Lleca en el ejercicio de la libertad de reflexión se han encon-


La Lleca

trado con fuertes conflictos entre el pensar, el hacer y la práctica de relacionarse con personas próximas a ellos; personas que no han tenido la oportunidad de ser motivadas en sus vidas a través del cuidado y el afecto. A partir de compartir el desarrollo de La Lleca con tres colegas hombres, y en especial con Fernando Fuentes, no creo que sólo esté en las mujeres la posibilidad de trabajar en una relación basada en el afecto y respeto, a través de poner en práctica lo que hay detrás de la manera en que sabemos lo que sabemos. Para terminar, quiero recordar el comentario de Asunción López cuando compartí el año pasado en mi grupo del Seminario la experiencia de haber abandonado muy joven el hogar en busca de elecciones de vida, y curiosamente haberme encontrado con mujeres como Silvia Durán en el camino. Asunción me dijo que seguramente, aunque no lo recordara, mi madre u otras mujeres me habían compartido en ese camino solitario un conocimiento sensible, fincado en el afecto. Y entonces había podido enfrentarme a una

89 propuesta tan compleja como la que ahora desarrollaba. Al recordar mis encuentros con Asunción y sus palabras, ahora que tengo muchas incertidumbres que me envuelven en el “quehacer humano y artístico con hombres recluidos”, me pregunto si es posible que al no haber tenido estos hombres un lugar de afecto puedan encontrar su lugar en el mundo. ¿Cómo compartir con ellos la experiencia de construir otro “lugar” de afecto fuera de la familia y la escuela como el lugar que hemos construido con ellos los y las colegas del proyecto La Lleca? Y me refiero no sólo al espacio que el mismo proyecto constituye, sino a la relación que tenemos quienes lo iniciamos: Fernando Fuentes, un hombre que estuvo alejado de su madre siendo aún niño y que dejó la escuela para perderse por el mundo entre Estados Unidos, Alemania y México; Rodrigo Hernández, que siendo muy joven tuvo que irse a Canadá y dejar los estudios para buscar junto con su familia ese lugar que le fue negado en su país natal, después fue deportado y por este hecho lo conocimos y se integró al proyecto; Brian Whitener, otro


90

Cómo hacemos lo que hacemos

hombre joven que fuera de su país de origen y lejos de su familia sanguínea ha construido junto conmigo y los otros dos amigos y colegas un espacio de afecto, que trasladamos en cada sesión de La Lleca al penitenciario de varones.

Los sentimientos puestos en juego Diario 3.5.05 Los diarios hablan de nuestros sentimientos puestos en juego, de nuestra decisión de que estos sentimientos no sean escondidos detrás de una posición de autoridad y poder, que puede estar armada desde nuestra educación universitaria o por nuestra posición en espacios pedagógicos (aunque en La Lleca los desbordemos) o formación profesional. Siempre he creído que las “relaciones” son el motor del proyecto y a partir


La Lleca

de nuestra posición de “mojarnos” todos en ellas nos diferenciamos de proyectos institucionales educativos, artísticos y de trabajo social. Creo que nuestra posición política en este sentido es clara. Estamos en contra de las relaciones verticales en las que nos educamos y la represión en ellas presente. Sé que el riesgo de practicar relaciones en donde se involucren nuestros sentires no es poco. Pero en el tiempo que he desarrollado relaciones con los chicos del penitenciario y con inmigrantes marroquíes he aprendido que las “cosas se acomodan solas”, como si fuera cierto que podemos como humanas/os asumir y vivir la libertad de las prácticas de varias relaciones de afecto, sin necesidad de leyes, de represión ni autoritarismo, sobre la idea de un amor institucionalizado o religioso que no hemos elegido, sino que nos ha sido dado de antemano. Viví el temor de Quetzal en relación con Cristian. Me enamoré de Hermes que me robó un beso mientras desarrollábamos los Juegos de niños. Nos escribíamos cartas y me llamaba por telé-

91 fono. Soñaba con Hermes. El último día que nos vimos en el CERESOVA discutía conmigo, porque se ponía celoso de sus compañeros. Para Hermes era muy difícil entender que mi trabajo está basado en la relación de comunicación y afecto con los otros/las otras y darles atención a sus pensamientos e ideas, y con ello dotarles de una confianza en sí mismos/mismas (cuestión, por ejemplo, que Israel ha observado con una gran sensibilidad). Hermes sabía que yo tenía pareja, pero mi comportamiento le hablaba de una correspondencia a su amor e ilusión. Le prometí ir con él al pueblo de su abuela, y aún sé que lo cumpliría. Siempre le aclaré que más allá del especial cariño y atracción que nos teníamos éramos amigos. Varias veces me dijo que no podía ir en contra de su ser egoísta y yo admiraba su sinceridad. Las cosas se acomodaron al moverme a Barcelona y aunque éramos amigos por teléfono él continuaba con un deseo sexual y su deseo me hacía sentir amenazada. Creo que Hermes y yo siempre nos sentiremos atraídos, pero mi vida partida en mil pedazos y en mil (no tantos) cariños no es lo que él busca,


92 y si lo entendió en el pasado, bajo sus condiciones, fue porque ya estaba enredada en un enamoramiento compartido. En conclusión, no hay demasiado de qué preocuparse porque al salir los chicos tienen una vida que retomar, que está fuera de nosotras y nosotros. Debemos dejar claro que nuestra vida, la que podríamos compartir con ellos, posiblemente no es la que ellos esperan. Sobre dar amor y disfrutar de éste en cualquiera de sus formatos, también nos hace libres. Creo que hay que tener precaución en las miradas de la institución y de los custodios hacia el proyecto, pero Quetzal sabrá hacerlo como yo lo hago. O asumir la naturaleza de los hechos transmitiendo que ésta es nuestra forma de trabajo: válida y auténtica. Aunque deberíamos de ser cuidadosas por ellos, porque su relación con nosotras no puede ser como si estuvieran afuera y podrían tener problemas con las “autoridades” del centro. Otra cosa es que si la relación con los demás chicos del grupo se ve afectada por una relación en particular, hay que detectarlo y buscar solu-

Cómo hacemos lo que hacemos

ción. Aunque me parece que la relación de algunos de ellos con nosotras se alimenta de momentos más infantiles, más límpidos, de la imposibilidad de practicar cuerpo a cuerpo el afecto y eso tiene sus delicias…


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.