Semanal31122016

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la cultura narcisista

Los rostros de la posmodernidad:

■ Suplemento Cultural de La Jornada ■ Sábado 31 de Diciembre de 2016 ■ Núm. 1139 ■ Directora General: Carmen Lira Saade

Mario Campuzano

La gráfica, la sátira y otras artes contemporáneas. Entrevista con K laus S taeck

Ricardo Bada Pirandello y el cine Ricardo Guzmán Wolffer Del silencio y la palabra

Milo de Angelis


CREACIÓN

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Javier Bustillos Zamorano

En la cultura del narcisismo

“Ya son las doce”

que hoy prevalece, la manipulación mercantil y mediática de los deseos ha provocado que eso que hoy conocemos como libertad se reduzca “a la libertad de consumir mercancías y servicios que la propaganda induce, estimulando la dependencia y la exaltación narcisista”. El psicoanalista y pensador Mario Campuzano analiza este fenómeno de la posmodernidad y expone varias de sus consecuencias, tanto en la vida de los individuos como en la de las sociedades. También publicamos un ensayo sobre el monje trapense, pensador y poeta estadunidense Thomas Merton, una entrevista con el polémico cartelista alemán Klaus Staeck, y un texto sobre la relación del italiano Pirandello y el cine.

Comentarios y opiniones: jsemanal@jornada.com.mx

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PORQUE EL CORAZÓN DE MÉXICO ERES TÚ.

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espira profundo, si te es posible, cierra los ojos; llena tu corazón de amor y fraternidad; piensa en paz, seguridad, confianza, honestidad, justicia; ilumina tu entorno con estos sentimientos e imagina cómo deseas que sea México…” La voz de la mujer era hermosa, y mezclada con el fondo musical de una flauta de India, logró que la obedeciera. Entonces imaginé: FunCionaria : Buenas tardes. Les agradezco, señores pe-

riodistas, su presencia en esta conferencia y les ruego me disculpen la premura de convocarlos tan repentinamente. Quiero informarles que he decidido presentar mi renuncia irrevocable al cargo de secretaria de la Función Pública, debido a que mi nombramiento fue una imposición presidencial cuya finalidad no fue otra que retirarme de la Procuraduría y de ese modo frenar las investigaciones que realizábamos de los hechos ocurridos el 26 de septiembre de 2014, en la ciudad de Iguala, Guerrero. Me refiero al caso Ayotzinapa. No voy a abundar en detalles para no extenderme mucho, pues todo está contenido en un informe que mi equipo y yo elaboramos y entregamos a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y a diversos organismos internacionales de justicia y derechos humanos; un informe detallado, con datos precisos, nombres, etcétera, al que ustedes también tendrán acceso. Después de una investigación paralela a la oficial que mi equipo y yo realizamos, investigación inconclusa por la repentina decisión de quitarnos de la dependencia, llegamos a las siguientes conclusiones: 1. Los normalistas no fueron confundidos con narcotraficantes, como se ha manejado hasta ahora, sino que fueron atacados precisamente por ser estudiantes de esa normal. 2. El ataque fue resultado de un plan previamente establecido y coordinado en el que intervinieron policías municipales, estatales, federales y miembros del Ejército acantonados en el cuartel de esa localidad. 3. Después de secuestrados, los estudiantes fueron entregados no a un grupo de sicarios, como se

ha informado, sino a un grupo de paramilitares de quienes se tienen datos preliminares de su identidad y ubicación. 4. No fueron incinerados en ese basurero. Todo el entramado de esa hipótesis está basado en confesiones obtenidas bajo tortura y en una manipulación de datos, declaraciones y otros elementos de la investigación, con el fin de evitar otras indagaciones, pues descubrimos indicios de una mayor participación militar en el suceso. 5. La agresión podría tener móviles político económicos, pues estos estudiantes, de extracción indígena la mayoría, encabezan la oposición regional a la irrupción de empresas transnacionales en sus tierras. Empresas dedicadas a la explotación de hidrocarburos, minerales, agua, madera y otros recursos naturales que esta entidad tiene en abundancia. Existe una poderosa resistencia al esclarecimiento de los hechos. Muy poderosa y sabemos de los riesgos. Por ello, he pedido la protección de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, a fin de que la integridad física de mi equipo y la mía esté garantizada. Como mujer, como madre de familia, pero sobre todo como una mexicana que quiere un mejor futuro para nuestra patria, no puedo, no debo ni quiero prestarme a ser comparsa de esta nueva farsa llamada Sistema Nacional Anticorrupción. Mi renuncia ya fue enviada y no me interesa saber la respuesta. Si queremos acabar con la corrupción, la impunidad, la simulación y la grave crisis de valores que ahoga a nuestro país debemos hacerlo ya y con verdad, sin importar el costo. El futuro sí existe. Es nuestro deber construirlo desde ahora… La música de la flauta india cesó y volví a oír la hermosa voz femenina que me dijo: “Porque el corazón de México eres tú.”

* Mensaje radial que a las 12 horas de todos los días se transmite en Radio Centro 1030 AM

Directora General: C armen L ira S aade , Director: H ugo g utiérrez V ega (†) , Jefe de Redacción: L uiS t oVar , Edición: F ranCiSCo t orreS C ó r d o Va , a L e y d a a g u i r r e r o d r í g u e z y r i C a r d o y á ñ e z . Coordinador de ar te y diseño: F r a n C i S C o g a r C í a n o r i e g a , Diseño de portada y dossier: m arga P eña , Diseño de Columnas: J uan g abrieL P uga , Relaciones públicas: V eróniCa S iLVa ; Tel. 5604 5520. Retoque Digital: a Le Jandro P aVón , Publicidad: e Va V argaS y r ubén H inoJoSa , 5688 7591, 5688 7913 y 5688 8195. Correo electrónico: jsemanal@jornada.com.mx, Página web: www.jornada.unam.mx

Portada: Realidades egocéntricas Imagen tomada de: aleexhoffman3.tumblr.com

La Jornada Semanal, suplemento semanal del periódico La Jornada, editado por Demos, Desarrollo de Medios, S.A. de CV; Av. Cuauhtémoc núm. 1236, colonia Santa Cruz Atoyac, CP 03310, Delegación Benito Juárez, México, DF, Tel. 9183 0300. Impreso por Imprenta de Medios, SA de CV, Av. Cuitláhuac núm. 3353, colonia Ampliación Cosmopolita, Azcapotzalco, México, DF, tel. 5355 6702, 5355 7794. Reserva al uso exclusivo del título La Jornada Semanal núm. 04-2003-081318015900-107, del 13 de agosto de 2003, otorgado por la Dirección General de Reserva de Derechos de Autor, INDAUTOR/SEP. Prohibida la reproducción parcial o total del contenido de esta publicación, por cualquier medio, sin permiso expreso de los editores. La redacción no responde por originales no solicitados ni sostiene correspondencia al respecto. Toda colaboración es responsabilidad de su autor. Títulos y subtítulos de la redacción.


Ricardo Guzmán Wolffer

y el cine

EL ITALIANO TAMBIÉN ESCRIBIÓ RELATOS CORTOS Y FUE DRAMATURGO Y NOVELISTA. EN 1934 RECIBIÓ EL PREMIO NOBEL DE LITERATURA.

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Pirandello

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el Luigi Pirandello se espera todo, incluso el análisis del cine como metáfora de la existencia, pero no a los niveles obtenidos en Cuadernos de Serafino Gubbio operador. En la naciente industria cinematográfica hay de todo, pero nadie parece reparar en el encargado de girar la manivela del aparato principal: Gubbio, apodado el “se rueda”, precisamente porque inicia su labor cuando el director dice a todo el set “se rueda”. A partir de esta simple, por específica, pero compleja labor (ya nos explica que cada escena tiene su ritmo en la actuación y, en consecuencia, una específica velocidad en girar la manivela, entre otras complicaciones), el personaje establece una serie de enseñanzas de vida y reflexiones filosóficas. En el ejercicio de la abstracción, Pirandello evidencia que en todo aquello donde esté la mano del hombre (aquí literalmente), puede estar el concepto mismo de humanidad, al menos en su historia como hacedor de herramientas, unas para lo más indispensable –cazar, comer, etcétera–, otras para lo más complejo: lo lúdico y su valor existencial. Y esas herramientas tienen mayor significado cuando las advertimos capaces de modificar el entorno: el paisaje citado de hoy, ayer era impensado y quien hubiera sugerido ese cambio hace unos siglos podría haber sido apedreado por los fundamentalistas o quemado por la Inquisición. ¿Qué dirían los aztecas si vieran en lo que hemos convertido el valle central o cómo hemos despojado a miles de cerros de su color y vegetación? Antes de hablar sobre su labor, el personaje establece una cavilación señera de la modernidad: ¿entiende la gente lo que está haciendo? Basta una mirada a nuestro alrededor para comprender que las personas actúan bajo una inercia derivada de las más diversas razones. Es necesario establecer nuestra existencia no sólo en relación con la actividad que tenemos: “Hay un ‘más allá’ en todo. Ustedes no quieren o no saben verlo.” Y es que esa actividad, de por sí compleja, de abarcar conceptualmente algo en su totalidad, se desarrolla en escenarios que dificultan su comprensión: la necesidad de llegar puntual en una ciudad donde el menor cambio en la rutina (un accidente, una marcha, una lluvia extrema, un político en campaña...) se traduce en un trayecto de horas, lo que también sucede por la multiplicidad de actividades cotidianas (el trabajo, el pago de servicios, los trámites escolares, los cuidados de la salud...). Entonces, ante su difícil entendimiento, la vida se desarrolla como un montaje mecánico que repetimos sin reposo y del que no captamos nuestro papel ni sus consecuencias, menos sus implicaciones. Ni el político corrupto

que en sus malas compañías representa a toda una nación agraviada; ni el acarreado al mitin que mantiene una falsedad estatal; ni el pasivo trabajador que se abstiene de iniciar o lograr el cambio social que le modificará las condiciones lamentables en que sobrevive; ni el alumno que copia; ni el clérigo que miente; ninguno llega a la claridad de que no sólo actúan para sí mismos, sino que afectan a sus cercanos y a millones más que nunca conocerán. Así, incapaces de asimilar su circunstancia y sus opciones, dice Gubbio, las personas se fugan de la realidad por los caminos menos esperados: “más fatigosas y complicadas que el trabajo, encontramos las evasiones”. A pesar de que la publicación inicial de este libro tiene más de cien años, sigue la sociedad en esa condición: incapaz de comprender el alcance de sus actos (el copartícipe de la corrupción, el pasivo ante el abuso del tirano, el cómplice de los hurtos empresariales, etcétera) y fugado en mecanismos diversos, desde el sencillo y “barato” (el deporte de su preferencia, cuando enajena y distrae) hasta el más sofisticado tecnológicamente (la realidad virtual que plantea internet, donde la masa se compacta en contactos imaginarios que lo aíslan de la realidad, ésa en la que sus acciones sí tendrían consecuencias; o, más sencillo, a buscar picachús). Y, como dice Pirandello, esas fugas sólo llevan a un cansancio más profundo, por falta de un descanso real. Si Gubbio habla del cine y sus instrumentos precarios como una máquina que devora el alma de los millones de cinéfilos, especialmente los comerciales, lo mismo se puede decir de las nuevas máquinas a las que niños y adultos consagran las horas y los días para “desarrollarse” en juegos ajenos a su cotidianidad. Y mientras Gubbio ofrenda su alma a la caja cinematográfica, por volcar su ser en el movimiento manual de la manivela, establece el paralelismo entre esas imágenes que capta para la eternidad y la vida misma: todo pasa. La transitoriedad de la vida y su percep-

ción, como si el cine lograra captar eso que vivimos fuera de la pantalla. “La apariencia es leve y vivaz. Se va, se vuela. Y el viento de la carrera da un ansia vigilante hilarante aguda, y se lleva lejos todos los pensamientos. ¡Adelante! Adelante para que no se tenga tiempo ni manera de advertir el peso de la tristeza, la humillación de la vergüenza, que se quedan dentro, en el fondo. Afuera es un relampagueo continuo, un deslumbramiento incesante: todo se desliza y desaparece.” Como si esa película que vemos fuera un paralelismo de la vida que transcurre inflexible. En su ansia de comprender el mundo, los personajes de Pirandello se lo apropian: “¿Qué somos nosotros? Somos aquello de lo cual, de vez en vez, nos percatamos.” Incluso el trabajador manual, que invierte su vida en un movimiento reiterado, tiene la posibilidad de adaptarse en esencia y pensamiento a cuanto le rodea. Claro, Gubbio ve los rodajes, los actores, los preparativos por bárbaros que sean (matarán un tigre para una escena y él comprende la inutilidad de esa muerte), pero no se convence de que esas posibilidades de ser uno mismo, no sólo mediante el trabajo, sean para todos: comprende que hay más una necesidad de observación y comprensión que de acción y “progreso”: conoce a un hombre “símbolo de la suerte miserable” por haber sido “condenado al continuo progreso”. Cuadernos de Serafino Gubbio operador es una gran novela que muestra una de las muchas razones por las que le dieron el Premio Nobel de Literatura a Pirandello


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entrevista con Klaus Staeck Ricardo Bada

La gráfica, la EL DISEÑADOR BUSCA “IRRITAR” LA “SENSIBILIDAD” DE LOS ALEMANES. EL TAMBIÉN DIBUJANTE Y ABOGADO SE HA INSPIRADO EN GOYA Y DURERO.

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Klaus Staeck exponiendo uno de sus carteles durante campaña electoral. Fuente: unsere.de

Si alguna vez me diese por escribir mis memorias, uno de sus posibles títulos podría ser A mí sí me invitó Klaus Staeck a la fiesta de su cumpleaños 50. Un poco largo, desde luego, pero los timbres de gloria de uno... pues la verdad es que no son tantos, y ése sí que lo es. Klaus Staeck celebró sus cincuenta años en el palacio de Heidelberg y aquella fiesta fue de las que nunca se olvidan. ¿Qué quién es Klaus Staeck? No sé hasta qué punto se le conocerá en América Latina, pero en España se le empezó a conocer en 1991, gracias a una exposición itinerante de sus carteles que se mostró en cuatro ciudades. Para los alemanes, en cambio, Klaus Staeck es lo que ellos llaman ein Begriff, un concepto sólida y

ertenezco a una “tradición” alemana fundada a partir del fotomontaje de John Heartfield en los años veinte, un arte político, comprometido y que se arroga la facultad de “inmiscuirse”. Es una tradición que procuro seguir desarrollando, porque toda tradición debe seguir haciéndolo para poder vivir. Y lo he conseguido desde que empecé en 1971, con un cartel en Núremberg que mostraba el grabado de Durero donde aparece el rostro de su madre, y un texto que decía“¿Le alquilaría usted un cuarto a esta mujer?” Fue mi primer intento para ver si la cosa funcionaba. El éxito fue grande, así es que sigo en el mismo oficio. Entretanto, son varios los millares de carteles, postales y calcomanías que he producido, pero al mismo tiempo me he tenido que enfrentar a cuarenta procesos, lo que quiere decir que la crítica no siempre es bienvenida... para expresarlo de un modo cauteloso. Pero me ayudó mucho el hecho de que soy abogado y pude ganar todos los procesos. Los conflictos con mi obra nacen de que el método que yo uso, la sátira, descoloca mucho a los alemanes, a los viejos y de corte autoritario: todo mensaje basado en una imagen y en un texto lo toman en serio y creen que procede del Estado. Si yo alquilo una columna callejera para anuncios y pego en ella un cartel, la mayoría piensa que ese cartel lo puso ahí el Estado. Su descoloque procede asimismo del uso de la foto en mis montajes; hay mucha gente que ve en la foto el último reducto de la autenticidad, de la verdad. Desconfían de la palabra. Pensé en el Kabarett (no el nuestro, sino el suyo, esa típica institución alemana donde la sátira política alcanza alturas inenarrables) y se lo pregunté: –¿Desconfían también de la palabra del Kabarett? –Es que cuando la gente va al Kabarett sabe a lo que va. Yo hago Kabarett sin que la gente lo reconozca a primera vista. Es la gran ventaja de mi método, la gente no sabe si es realidad o es una fantasía del artista. Por eso uso siempre imágenes y textos del mundo que nos rodea, o bien invento consignas seudoautoritarias que a primera vista no permiten reconocer que no se trata de algo oficial. De ahí su efecto. Le pondré un ejemplo. Una vez saqué un cartel donde se leía: LoS riCoS tienen que HaCerSe máS riCoS . Por Lo tanto , ¡ Voten demoCra -

simultáneamente anclado en el arte y la política.

Cia CriStiana ! Muchos electores de la Cdu [la dC alema-

Hace ahora veinticinco años que me reuní con él en

na] tomaron en serio ese cartel, creyeron que su propio partido se anunciaba con él y se enojaron porque pensaban que su partido no podía anunciarse de ese modo. Fue uno de mis primeros procesos. Lo gané.

su galería de Heidelberg, en vísperas de su viaje a España para presentar esa exposición. Vuelvo a escuchar el casete de la charla que mantuvimos antaño para la emisora Radio Deutsche Welle, donde yo me desempeñaba como redactor, y me digo que no ha perdido para nada actualidad. Empecé por preguntarle cómo le tendría que explicar a mis oyentes quién es él, quién es esa persona cuyos carteles forman ya parte indisoluble del imaginario de los alemanes. Y él me respondió a su manera nerviosa y sin titubeos:

Recordé entonces que en la fiesta de su cumpleaños cincuenta, el representante de los sindicatos alemanes le entregó como regalo de su organización una gran maceta con un árbol. “Ojalá no sea un bonsái –comentó Staeck–, para bonsái nos basta con el gobierno que tenemos.” Y le dije: –Usted juega conscientemente con la seriedad de cartón piedra típica de los alemanes. –Claro que sí, y trato de irritar esa sensibilidad que da crédito total a la imagen, que tiene una fe ciega en ella.

Y una nueva vida florece en las ruinas, 1980

– ¿Contra qué comenzó usted en 1971? –Soy alguien que sufre desde la niñez en presencia de la injusticia. Así de sencillo. No puedo soportar la injusticia, grande o pequeña. Como contra la grande sólo se puede influir de una manera muy ardua, y sólo tal vez, me esfuerzo entonces contra la pequeña y le proporciono argumentos a quien no se puede defender, a quien, si no, sólo tendría su rabia. –Cuando uno conoce su obra, y uno es español, piensa mucho en Goya, en sus Desastres de la guerra, aunque, claro está, los suyos son “Desastres de la paz”. ¿Siente usted alguna relación con Goya? –Y también con Durero. Recuerde que su mujer vendía sus grabados en el mercado de Núremberg; eran pioneros de las octavillas de nuestro tiempo. Sólo que de mis obras no hay “originales”. Yo no soy un proveedor del mercado artístico. Ni tengo la ambición de terminar en los museos... aunque ya se me exponga en ellos. Yo comento cosas y casos concretos, pero no la política diaria, no soy un caricaturista que opina sobre los acontecimientos del día. Casi puede decirse que es deprimente ver que mis carteles siguen siendo prácticamente todos tan actuales como cuando los realicé. –El centro de gravedad de esta exposición suya en España van a ser temas ecológicos. –Hace dos años, en Palermo, Sicilia –me dijo sonriendo–, eran temas exóticos, veremos ahora en España. Me he vuelto muy moderado en lo que se refiere a las posibilidades de cambiar algo. Cuando miro mis carteles ecológicos y lo que de ellos se ha ido convirtiendo, arduamente, en política ecológica, me doy cuenta de que todo estaba ya en ellos hace mucho, lo


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sátira

y otras artes contemporáneas Klaus Staeck: Señor, haz que llueva cerebro en estas cabezas. Cortesía de Ricardo Bada

–Bendito sea ese espíritu ahorrativo. Fíjese en que el factor central de destrucción es el hombre común que si pudiera se iría con su auto hasta la cama, pero luego se queja de lo enrarecido que está el aire de su ciudad. En nuestro Estado federal más populoso, en Renania del Norte-Westfalia, hay más autos que en todo África. Y nuestra “misión” occidental, nuestra meta de valores parece que consiste en que todo el mundo alcance un día la densidad del parque móvil que tiene hoy ese Estado federal. En eso consiste nuestro altruismo. Pensándolo en serio, sólo se puede decir que somos unos locos que vamos cien por ciento derecho a la catástrofe. La locura comienza ya definiendo la libertad en términos automovilísticos: es la libertad de manejar a 200 km/h por la autopista.

El enfoque es siempre el hombre

¿Le alquilaría usted un cuarto a esta mujer?, 1971

dije muy temprano, sin ser por ello un profeta; lo dije incluso cuando mis amigos se reían de lo que yo hacía. Y es que para el arte, y para la política, hay que disponer de un aliento muy largo. El arte es trabajo, la política también. Y lo más difícil de todo es tener paciencia. Es un conflicto que afecta sobre todo a la gente joven, porque hemos establecido un sistema basado en el éxito, y entonces lo primero que se pregunta, al instante, es: ¿Qué conseguimos con eso? Queremos ver enseguida los resultados, de tal manera que las cosas que sólo se pueden conseguir a largo plazo, sencillamente nunca se comienzan. –¿Y qué es lo que usted teme? Porque me doy cuenta de que teme algo. –Mi temor es que la catástrofe ecológica pronto será tan grande que no podremos dominarla. Y estoy muy bien informado [se ríe]. Gracias a que estoy tan bien informado nunca he perdido un proceso. Pero lo que pasa es que somos campeones mundiales del barrido bajo la alfombra. – ¿Qué quiere decir exactamente cuando dice “somos”? –Me refiero siempre a los alemanes, que son quienes me quedan más a mano. Hablando de barrer bajo la alfombra: fíjese en la publicidad. Cuántos hay que hacen publicidad de un artículo con argumentos ecológicos; de productos que no son en realidad ecoviables. Hemos desarrollado un sistema en el que tomamos nota de los problemas que existen, pero no se da el paso decisivo a la consecuencia práctica. – En algún momento tendría que intervenir la ley.

–Exacto, la ley. Yo ya no creo más en la posibilidad del acto voluntario por parte del ciudadano común. Hay cosas que no pueden dejarse a la decisión del particular.

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erivamos en la charla al problema del reciclado. Me cuenta el caso de las latas de uno de los refrescos más famosos del mundo. Ya no viene en botellas, sino en latas, sólo que, claro, en esas latas aparece un pictograma mostrando al usuario dejando caer algo en un contenedor de basura, y encima una leyenda: CoLabora . –Después de superar mi rechazo, compro una de esas latas y quiero saber qué hago con ella cuando está vacía. La envío una carta a la firma productora. La firma productora me contesta diciendo que le han remitido mi carta a la Asociación de Fabricantes de Chapa Moldeable. De allí me mandan un folleto titulado YO ERA UNA LATA, en donde se me explica todo lo que se puede hacer con una lata, un bote vacío. Puedo plantar una macetita, por ejemplo. Entonces, ¿se da cuenta?, el pictograma es una parte de la estafa ecológica. Sólo tiene una función y es la de tranquilizarle la conciencia a quien duda en comprar el refresco en una lata; así se le da la sensación de que está participando en una campaña ecológica. Hay dos puntos importantes a tomar en cuenta. Uno es evitar la acumulación de residuos. Otro es el ahorro de energía. ¿Conoce usted a alguien que ahorre energía, que por ejemplo en su casa apague las luces que no necesita? –Conozco, pero no por conciencia ecológica, sino por espíritu ahorrativo, me crié en la menesterosa postguerra española.

–¿Qué van a pensar mis oyentes de esta charla que presuntamente es un diálogo con un artista? Y Klaus Staeck no se detuvo ni una milésima de segundo para reflexionar su respuesta; le salió como el disparo desde la cadera de un sheriff bueno en una película donde mi pesimismo innato me dice que no van a ganar los “buenos”. –Siempre he entendido mi trabajo como un sendero fronterizo entre el arte y la política. Todo lo que llevo dicho implica un fracaso de los políticos, pero no sólo de ellos, porque en la democracia no se le puede echar la culpa de todo a los políticos, no son ellos solos los “malos” de la película, puesto que todos somos responsables de los políticos que elegimos. Se me ocurre en este instante el tema del pictograma dizque ecológico del hombrecito que introduce algo en el contenedor. –¿No es también –sugerí, hereje– un pictograma de las elecciones democráticas, no se han convertido ellas, para el hombre de la calle, en la coartada de su responsabilidad? –La democracia sigue siendo la mejor, pero también la más complicada forma estatal, puesto que reclama la colaboración de todos y cada uno de nosotros. Lo que pasa es que muchos se conforman con ser espectadores. La democracia no consiste sólo en participar en las elecciones. No sólo hay que tener en cuenta el Principio Esperanza, sino también el Prin cipio Responsabilidad. Es muy sencillo echarle la culpa a los políticos. Pero la basura que producimos por millones de toneladas... ¡No hay tantos políticos como para producirla ellos solos! Y la contaminación ambiental también es obra nuestra. Todo el tiempo de la charla estuve mirándole y diciéndome que este Klaus Staeck no sólo era, y lo sigue siendo, el mayor artista gráfico alemán, uno de los pocos pensadores que hace pensar a su país, sino también el galerista y amigo de Günter Grass y de Joseph Beuys, y el amigo y editor de un poeta secreto llamado Heinrich Böll (quien le dedicó su hermoso cuento “Viajas demasiado a Heidelberg”), así como el promotor de los pintores antifranquistas –Canogar, Equipo Crónica– en Alemania. Y recordé algo que me dijo un amigo común durante la fiesta de sus cincuenta años: “Cuando le conocí, lo único que sabía decir en español era Los olvidados”


CREACIÓN

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Fabrizio Lorusso

El Direttore

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l Direttore, recién llegado, se presenta siempre diciendo que la puerta de su oficina está y estará abierta para cualquiera. Y en seguida le pone candado. Parece un santo o algo más, un apóstol redivivo y milagroso. Igualmente es uno abierto al diálogo, pero al final decide él. Se ríe contigo del mal chiste televisivo más reciente y del meme más impertinente, finge empatía y platica de futbol para endulzar la amargura de las injusticias que comete. No es un líder, carece de seguidores en twitter así como en la vida real. En su perfil de Facebook las selfies son abundantes, el egocentrismo reina ridículo y solapa su timidez. Tampoco El Direttore se parece a un capo, al estilo del que cantaban los sempiternos Tigres del Norte en su corrido: “Soy el jefe de jefes señores/ Me respetan a todos niveles/ Y mi nombre y mi fotografía/ Nunca van a mirar en papeles/ Porque a mí el periodista me quiere/ Y si no mi amistad se la pierde.” Del jefe, finalmente, sólo tiene el atuendo, la corbata y el saco de marca, además del pillo de quien repite a todos, como burla estruendosa, que “valen mil” mientras los va jodiendo día tras día. El Doctor-Licenciado-Director se la cree, pero no gestiona ni manda realmente, más bien impone. Siempre llega de fuera con “ideas frescas” que son versiones recicladas de fracasos anteriores, reincidentes como trágicos loops y reloads. Su autoridad no existe, es un espejismo del sistema burocrático. Es un título honorífico o de estudio, un papel sin vivencia. Su presunta capacidad se diluye ante su propia inseguridad. Él reacciona si se le corrige, se altera si se le aconseja. Su liderazgo es flaco. Llegó hasta donde llegó por ser un gran aguantador, servir a alguna patria o a ninguna, ganar concursos absurdamente concertados o a lo mejor por conocer a los amigos de los amigos en el paraíso. El Direttore es un tecnócrata total con poder parcial y a los trabajadores los maltrata porque puede. Sin más. Divide et impera, decían los latinos. Dos o tres amiguitos, los demás bandidos. Para él, la sociedad, el resto, la masa, no son nada más que individuos, cósmicamente aislados y dispersos, como sostenía la Lady de Hierro inglesa, Margaret Thatcher (que en paz descanse). Nada de que los maestros, los oficinistas o los obreros se organicen para pedir algo, no puede haber representantes e intereses en común porque hoy ya somos todos freelance, profesionales con recibos de honorarios y microempresarios de nosotros mismos. Los nuevos “emprendedores de la precariedad”, más bien, se sienten terciarizados por la vida y el trabajo, eternos outsiders del sistema que sigue desarrollando el subdesarrollo. Mas El Direttore, ¿qué va a saber de eso? Tiene cosas más importantes que hacer, se pasea en el coche institucional mientras concluye, pensativo, que los sindicatos, donde aún perviven, son una desgraciada herencia del siglo xx o incluso del xix , algo retro pero no de moda.

El mandón te da la mano para saludar, pero no te echa la mano si estás en problemas. Para él, eres parte del changarro, de la escuela o de la empresa sólo si te callas sabrosamente. Saluda profusamente a sus empleados con la sonrisa y con la voz el primer mes. Hace muecas indecentes con la cara y bosteza al pronunciar “buenos días” el mes siguiente, y finalmente acaba volteando la mirada, la cara y la barriga frente al saludo de la gente común y corriente que lo rodea. No hay motivo para ello, es la praxis, o quizás haya razones técnicas, como cuando se descompone el refrigerador, se va internet o hay calentamiento global. Es la ruda técnica, nada más. Al final El Direttore se asemeja a la mujer anhelada por los poetas medievales del Dolce Stil Novo, la que te regala un gentil saludo y te concede un etéreo cruce de miradas una sola vez, saliendo de misa, siempre y cuando esté muy enamorada o a punto de despedirte. The man se muestra falsamente solidario con el subordinado, lamenta sus comunes condiciones de seres humanos tristes y mal pagados a la merced de la crisis global, pero se echa a los bolsillos la modesta cifra de 100 o 200 mil pesos mensuales. Más: interminables vacaciones pagadas, acceso con teletransporte desde la oficina a salas ViP , vuelos en primerísima con masajes, invitaciones a los party del mundo que cuenta, y fringe benefits superiores a los de un diplomático estadunidense durante la Guerra fría. Él no se considera uno, sino trino: padre, hijo y espíritu coach. Apadrina y sugiere privadamente, presumiendo recetas de éxito, al tiempo que amenaza y regaña, enrareciendo el ambiente y reiterando que sería mejor para todos pensar en alternativas y buscarse otra chamba. Pero él tiene el puesto garantizado, sus escuchas no. Hay veces que el dirigente es extranjero y viene a México “en misión”, no como humilde misionero sino como inversionista, funcionario público, empresario o adjunto de algo o alguien. Su visita al “país tropical” se concreta en mayores sueldos, a veces correspondidos en divisa extranjera, eurodólares, hectolitros de champaña o barriles de oro negro, pues México es considerado un área riesgosa del cosmos y entonces la remuneración crece. De esta manera, El Direttore logra asumirse como un noble pionero, sacrificado en aras del progreso, que ha escogido la peligrosa onda latinoamericana arriesgando su estabilidad psicofísica pese al sinnúmero de privilegios de los que goza. Su discurso es frustrado, su añoranza del país natal es endémica y las quejas sobre las condiciones de su vida en el exterior son obsesivas. El dirigente-misionero pide esfuerzos a todos, anuncia recortes y “racionalizaciones” a empleados, migrantes, precarios y colaboradores de todo tipo, que son contratados a destajo semestralmente y ganan veinte o treinta veces menos que él. Gente sin jubilación ni futuro que debe soportar el speech y la arrogancia de un jefe demediado y pequeño, temeroso del diálogo y de los acuerdos. El Direttore es tristemente débil, por eso lo escribimos con mayúscula para compensar, y es un coctel fantasioso de figuras, por lo que cada referencia es puramente casual


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Milo de Angelis

Del silencio y la palabra ALGUNA VEZ HEMOS TOCADO LA ORILLA DEL SILENCIO “Y NO HAY VOCES NI LUCES QUE VENGAN A AUXILIARNOS”.

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l silencio poético no es lo opuesto a la palabra, sino más bien otra forma que tiene la palabra de prepararse y esperar su nacimiento. Es el lugar en blanco donde la palabra entra sin forma todavía y se prepara para tomarla, un lugar de energías en equilibrio y en estado de espera, de energías que deben encontrar su camino expresivo, su propia fisonomía. Siempre me gustaron los poetas lacónicos, aquellos cuyas frases recorren un largo camino antes de esbozarse, caen en trampas y en grietas, superan barreras y controles, todo lo que impide la fluidez del discurso. Quizás la poesía consista en esos obstáculos. Y el dique que obliga al flujo verbal a detenerse, a permanecer en sí mismo, a acumular espesor, hasta hacerse denso, profundo, apremiante. Así se prepara la palabra poética para irrumpir, para precipitarse. No es algo que se produzca poco a poco, sino a fuerza de desgarramientos y sacudidas. “Avalanchas”, decía Kierkegaard para referirse a esas “irrupciones”. El silencio y la palabra son dos condiciones en permanente conflicto, dos estados del ser que parecen inconciliables. No se puede pasar del uno al otro poco a poco, por agregados o aproximaciones sucesivas. No se llega a la unidad sumándole decimales a 0.9. No se llega así a la otra orilla. El silencio y la palabra no están vinculados por un puente. No se llega a la palabra de una manera progresiva, como en una carrera, desde los puestos de salida hasta la línea de llegada. Es preciso un salto, un desgarramiento, una herida. “Lo que no lleva en sí su propio fin –escribía Nietzsche en 1886– no tiene derecho a comenzar.”Ya había intuido que toda poesía obtiene su verdad de su zona de penumbras, de una interrupción del verso, del blanco a la derecha de la página, de esa súbita conclusión del sonido. La poesía lleva consigo su fin. Su fin la interpela y la obliga con la fuerza de una sentencia definitiva, la instancia suprema de un juicio. En cambio, lo que no lleva consigo su fin es la conversación, su laxo seguir hasta el infinito, como un debate televisivo, de un programa al siguiente. En resumidas cuentas, es lo opuesto a la palabra poética, que existe sólo si se la interpela con urgencia, como una cuestión de vida o muerte, con la violencia de un ultimátum… Los muertos callan. O, mejor dicho, no hablan. Continúan en silencio. O mejor dicho, no dejan de no hablar. La doble negación en este caso se refiere a sus palabras truncadas que resuenan trágicamente y a

nuestra obligación incesante de escucharlos. No dejan de no hablar. Primero debemos regresar a los lugares donde su palabra estuvo viva. Una vez más, un retorno. Todo viaje es un retorno. Para que su palabra retorne a nosotros, nosotros debemos retornar. A sus lugares. Retornar a esos lugares en los cuales su palabra floreció, en los cuales los muchachos de las pandillas se juraron lealtad, en los cuales una antigua sonrisa se reveló por primera vez y para siempre. “Silentes” llamaban los antiguos a los muertos, pero también a los exiliados. Los muertos y los exiliados tenían el mismo nombre. “Existe el silencio entre dos notas, pero también existe el silencio de las dos notas”, solía repetir Jiddu

Krishnamurti. Es una frase que le concierne a la poesía. Todo poeta conoce el silencio entre dos notas, el silencio entre dos libros, cuando el segundo libro empieza a configurarse y lo reclama con su universo estilístico, le sugiere ritmos y palabras, le pide que no continúe en silencio y que acceda finalmente a la página en blanco. Pero está también el otro silencio. Lo quiero llamar de este modo: el silencio que envuelve a las dos notas. Es un silencio distendido, un dilatarse de días, de experiencias; un mundo que ya no tiene en cuenta a los libros, ni al anterior ni al próximo. Es el silencio de ambas notas, cuando el primer libro ya está lejos y el segundo aún no ha dejado oír su voz y su reclamo. Es preciso aceptar este silencio: puede ser bueno y fecundo, si lo aceptamos. Aparecen, sin que nos demos cuenta, semillas interiores que darán su fruto algún día. Ya no pensamos en el libro que hemos escrito, por fin se ha producido un distanciamiento. Pero tampoco se asoma en el horizonte el próximo libro, no se perfilan sus rasgos, su voz no resuena todavía. Estamos en el corazón de la experiencia, de los días y de los encuentros. Ya no estamos viviendo en la estela del libro precedente. No nos preparamos para el libro que vendrá. Estamos solos en medio de los asombros de la experiencia. Estamos cambiando. Y el segundo libro se dará sólo si el cambio se produce. Un libro no termina cuando acabamos la última página. Un libro termina cuando sentimos agotado su universo estilístico y existencial, cuando se produce un desgarramiento, una fractura violenta. San Agustín cuenta que todos nosotros, en alguna época de nuestra vida, nos encontramos con nuestra pobre balsa en medio de un lago, de noche, en medio del Odilon Redon, Silence, 1900. Fuente: Dominio público silencio… no sabemos dónde estamos, no sabemos dónde está la orilla, no hay luces ni voces que vengan a auxiliaro se lleGa a la palaBra de nos… sólo hay oscuridad y silencio… debemos saltar… es inútil permanecer en la balsa, tratar de arreuna Manera proGresiva glarla, reparar las grietas… debemos saltar en la amenazadora oscuridad del lago… debemos expoCoMo en una Carrera desde nernos a un peligro. Amenaza, peligro, desgarramiento… palabras éstas que están relacionadas con el los puestos de salida hasta pasaje del silencio a la palabra, del pensamiento a la voz… la palabra amenazada por su fin… pero que jusla línea de lleGada s pre tamente en esa amenaza encuentra su verdad, su carácter dramático, su significado Ciso un salto un desGarra

n

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Miento , una herida .

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Traducción del italiano de María Julia de Ruschi


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Los rostros de la p o s m o Mario Campuzano LOS MEDIOS MASIVOS DE COMUNICACIÓN MANIPULAN LOS DESEOS Y LAS EMOCIONES. HA CRECIDO EL INDIVIDUALISMO EN EL SENO FAMILIAR.

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n un artículo anterior sobre la agresión señalábamos que un impulso como la agresividad es normal y necesario para la supervivencia individual y de la especie, pero requiere del encauzamiento adecuado en el proceso de educación familiar, escolar y de socialización en general. Por eso la expresión de la agresión se vuelve un asunto delicado y exigente: requiere ser pertinente en la situación; de intensidad adecuada al estímulo, realista en cuanto a la correlación de fuerzas, utilidad y viabilidad, y con formas culturalmente adecuadas, etcétera. Estos procesos de educación de la pulsión agresiva se llevan a cabo, de manera importante, por medio del aprendizaje y la modelación interpersonal y social, así como por la internalización de reglas e ideales respecto a su uso en el cual pueden alcanzarse modalidades equilibradas o, por el contrario, de exceso, inhibición o impulsividad. En la búsqueda de ese equilibrio resulta de fundamental importancia la neutralización de la pulsión de muerte mediante la libidinización de la misma, según la teoría clásica, o la elaboración de la rivalidad edípica y fraterna, según teorías recientes complementarias, a fin de permitir un buen equilibrio de los polos de competencia/cooperación, sin dominio, rivalidad o destructividad en relación a los otros. Esto requiere un segundo punto de equilibrio: el de un narcisismo normal que no esté devaluado e inhibido, como una situación extrema en la línea del déficit, pero que tampoco esté en el polo opuesto de sobrevaluación, de grandiosidad narcisista. En este último caso, de grandiosidad narcisista, las personas tienden a estar centradas en sí mismas y no son capaces de atender las necesidades de los demás a quienes tienden a explotar en su beneficio. Suelen exaltarse a sí mismas y devaluar a los demás, lo cual les crea dificultades para la cercanía, profundidad y compromiso en las relaciones afectivas.

LA CULTURA DEL NARCISISMO

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hristopher Lasch, un historiador estadunidense que investigó los cambios de la familia de su país en los últimos cien años, descubrió que en la década de los setenta se había dado un cambio radical en las familias y en la cultura: el surgimiento de un acentuado y generalizado individualismo acompañado de una exaltación grandiosa de la visión de sí mismo que consideró una verdadera “cultura del narcisismo”, término que dio título a un trascendente y difundido libro que publicara en esa misma década.

Esa obra generó brillantes reflexiones en los filósofos contemporáneos, que han abordado el tema de la postmodernidad y el neoliberalismo con sus nuevas técnicas de poder y control social, como Lipovestky (La era del vacío) que percibe el cuadro del cambio cultural postmoderno manifestado por el incremento del individualismo con un corte narcisista, hedonista y seductor propio de la época de consumo de masas, que conduce al relajamiento de los lazos sociales y los vínculos familiares y de pareja, así como al desplazamiento de ciudadanos a consumidores y el vaciamiento de sentido de muchas instituciones.

CONTROL SOCIAL MEDIÁTICO-CONSUMISTA EN EL POSTMODERNISMO

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ero en los métodos de control social no se requiere solamente el dominio sobre los cuerpos y los bienes materiales, sino también sobre las subjetividades. Como consecuencia, el control social se vuelve más oculto que en el viejo sistema disciplinario descrito por Foucault y simbolizado en el panóptico vigilante de las cárceles, y se instala mediante la seducción e ideologización del consumo y la manipulación de los deseos y emociones por los medios masivos de comunicación, o sea, el control consumista-mediático logrado mediante la manipulación de los deseos. La libertad queda reducida a la libertad de consumir las mercancías y servicios que la propaganda induce estimulando la dependencia y la exaltación narcisista. Como aumenta la incertidumbre, tanto laboral como afectiva, el futuro ya no se inviste como progreso, lo cual da un tono cultural de predominio del tiempo presente, de un aquí y ahora desvinculado del pasado y con un futuro de inseguridad que dificulta la transmisión generacional de la cultura y la historia a los jóvenes y crea un justificado temor en los mayores carentes de apoyo para el sostén de su vida y salud en la vejez, ya que las instituciones del Estado benefactor han sido despojadas de sentido social y de presupuesto por el neoliberalismo para convertirlas en empresas privadas.

AGRESIÓN, NARCISISMO Y PODER

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a pulsión agresiva y el narcisismo tienen estrecha vinculación con el tema del poder, entendido como fuerza, capacidad, fortaleza que permiten el control o dominio sobre bienes o personas. El concepto de poder es central en el campo de la política y no existe como formulación específica en la teoría psicoanalítica, que asume las establecidas por las ciencias sociales, pero proporciona elemen-

tos sobre sus orígenes psicodinámicos. Sin embargo, es un hecho que el ejercicio de poder se da en todos los vínculos y agrupaciones humanas. ¿Por qué es así? ¿Existirá acaso alguna correlación entre el nivel psico lógico y el nivel social que lo haga inmanente a la naturaleza humana? Considero que esto es altamente probable y trataré de justificarlo en una breve discusión sobre al respecto. Socialmente, el poder tiene que ver con la capacidad de control de las fuentes de satisfacción necesarias para otros seres humanos (dinero, territorio, etcétera), y esta situación social se vincula con la característica del bebé humano que consiste en una prolongada dependencia de sus mayores en el largo proceso de crianza, lo cual implica que la satisfacción de las necesidades del niño va a estar determinada por los otros y, como consecuencia, buscará desde temprano –por sobrevivencia– tener un cierto control o dominio sobre esos otros. De esta manera, las distintas etapas del desarrollo psicosexual contendrán expresiones interpersonales de la pulsión agresiva marcadas por distintas modalidades de ejercer ese poder sobre los otros: en la etapa oral, de tipo dependiente y/o posesivo; en la etapa anal, de tipo expulsivo y destructivo, o de distancia afectiva y control; en la etapa fálica, de rivalidad o seducción. Alguna de estas modalidades será predominante de acuerdo con la estructura caracterológica del sujeto y la implementará en su vida social y afectiva,


la cultura narcisista

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odErnidad:

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Anatol Knotek, Inflados, CC-BY-NC-ND

incluyendo las relaciones de pareja y familia. Será la ambición narcisista desbocada la que marcará la diferencia al buscar satisfacer sus objetivos individuales a costa de lo que sea y pasando por encima de quien sea. Así como los teóricos de la comunicación han planteado que es imposible no comunicar, que aun quien se queda en silencio está mandando con ello un mensaje, así también, en cuanto al poder, nadie podrá ser ajeno a su ejercicio, cada uno tendrá un monto de poder y una modalidad de ejercerlo, con sus estrategias y tácticas, y la correlación respectiva con quien lo ejerza, incluyendo la pareja y los hijos.

TÉCNICAS CAPITALISTAS DE PODER SOBRE LAS SUBJETIVIDADES: DE LA BIOPOLÍTICA A LA PSICOPOLÍTICA

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l concepto de ideología abordado por varios teóricos marxistas permitió gran avance en la comprensión del control de las subjetividades, pero fue Foucault, en su investigación histórica-filosófica, quien insistió sobre su relación con el poder desde el ámbito cultural. Sus teorizaciones se ubicaron inicialmente en espacios de reclusión como las cárceles o los asilos, pero al avanzar la construcción de su obra abordó el tema del poder en poblaciones abiertas a partir de sus conceptos de biopolítica y biopoder sobre las relaciones entre la política y la vida, que permiten establecer,

como formas de ejercicio del poder político, prácticas de control disciplinario sobre el cuerpo social que son ejercidas en el ámbito del conocimiento durante el proceso de formación de los individuos para influir en sus subjetividades y hacer del cuerpo una máquina de producción. El poder disciplinario concebido como un poder normativo, negativo, que crea a un sujeto obediente. La biopolítica es la forma de gobierno de la sociedad disciplinaria que corresponde al período del capitalismo industrial y persiste a la fecha en todos los ámbitos y en especial en los relacionados con trabajadores y obreros. Quien continúa y actualiza las reflexiones de Foucault es Byung-Chul Han (Psicopolítica. Neoliberalismo y nuevas técnicas de poder), un filósofo de origen coreano radicado en Alemania, que considera que el control subjetivo y social propio del neoliberalismo recurre más a la positividad de la seducción narcisista que a la negatividad, inhibitoria y no permisiva, del poder disciplinario, propio de la etapa histórica anterior del capitalismo. Esta nueva forma de ejercicio del poder político es la psicopolítica, que Byung-Chul Han define como la técnica de dominación del capitalismo financiero neoliberal que estabiliza y reproduce el sistema dominante por medio de una programación y control psicológicos, donde “instituye entre los individuos una rivalidad interminable a modo de sana competición, como una motivación excelente. La motivación, el proyecto, la competencia, la optimización y la iniciativa son inherentes a la técnica de dominación psicopolítica del régimen neoliberal”. A este sistema, más sutil y positivo, que motiva y estimula más que prohibir, lo considera más eficiente y concluye: “En lugar de hacer a los hombres sumisos, intenta hacerlos dependientes.” Este poder amable y seductor no sólo es más poderoso que el poder represivo, sino también menos visible, suele pasar desapercibido al sujeto, que se siente libre. Cuatro elementos son los centrales de este régimen: 1. La explotación de la libertad. 2. La dictadura de la transparencia. 3. El Big Brother amable que se acompaña del Big Data. 4. El capitalismo de la emoción, junto con la ludificación.

LA DICTADURA DE LA TRANSPARENCIA

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l control y la vigilancia de la sociedad disciplinaria tenía su modelo en el panóptico de Bentham, ese dispositivo utilizado en muchas prisiones para ver sin ser visto. Ahora esa vigilancia y control se han vuelto menos visibles y coactivas, y en lugar del Big brother orwelliano aparece el Big Da-

ta donde no hay que perseguir la información, ya que la gente espontánea e ingenuamente la ofrece. “Los residentes del panóptico digital… se comunican intensamente y se desnudan por propia voluntad. Participan de forma activa en la construcción del panóptico digital.” El sistema neoliberal convierte al ciudadano en consumidor y la transparencia logra efectos adicionales al desarticular ampliamente el sentido de la otredad y de la interioridad en aras de lograr una comunicación sin limitaciones, y genera un efecto de conformidad. Además, afecta negativamente a la capacidad de una acción política por la pasividad que induce. Los datos circulantes en la red también permiten trazar un perfil de intereses individuales y colectivos con capacidad de predicción del comportamiento, susceptibles de ponerse al servicio de la propaganda tanto comercial como política y favorecer el control social.

EL CAPITALISMO DE LA EMOCIÓN Y LA LUDIFICACIÓN

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yung-Chul Han contrasta el capitalismo industrial descrito por Weber, que sigue una lógica racional, con el capitalismo neoliberal que explota las emociones tanto para incrementar el consumo como para incrementar la productividad y el rendimiento. Se utilizan las emociones “para influir en las acciones a este nivel prerreflexivo” en el control psicopolítico del individuo. El juego se aprovecha para funciones semejantes en el mundo de la vida y del trabajo. El grado de penetración de estas nuevas modalidades de control social, aunque tienden a ser generalizadas, varía de acuerdo con el grado de desarrollo del país, del ámbito en que se trabaje y de la clase social a que se pertenezca. El sujeto narcisista del rendimiento requiere de ámbitos que lo favorezcan y se da especialmente entre los ejecutivos altos y medios de las grandes compañías nacionales y transnacionales. Ahí se promueve esta ideología de manera formal en los cursos de capacitación y de manera informal en la organización del trabajo, donde tiene un lugar relevante el uso creciente del home office. Los otros elementos descritos, que se instrumentan mediante los medios masivos de comunicación, influyen en el gran conjunto de la población y el Estado mexicano lo favorece mediante la distribución gratuita de televisiones y tablets en las capas sociales de bajos recursos, donación que simultáneamente utiliza para comprar votos y estimular adhesiones partidistas


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El viaje del cora

Thomas Me EL PENSADOR DE ORIGEN FRANCÉS HA VIAJADO INTENSAMENTE POR EL MUNDO MÍSTICO. MERTON ES CONSIDERADO UNO DE LOS ESCRITORES MÁS INFLUYENTES DEL SIGLO XX.

Georgina Mejía

DEL AMOR Y LA PIEDAD

D Fuente: archipielagodelapalabra

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a obra del monje trapense, pensador y poeta de nacionalidad estadunidense Thomas Merton (Francia, 1915-Tailandia, 1968) es luminosa y compleja, si así cabe describir el arduo camino hacia uno mismo. Es luminosa por su sentido del humor y su entendimiento de las ideas esenciales; es compleja porque no cualquiera está “listo para un trabajo limpio de pasiones”. Y si algo le interesaba a Merton era justamente un método espiritual que estuviera más allá del individualismo y la pasividad. Su encuentro con el sufismo fue resultado de un estudio serio del misticismo universal. Merton comprendió que para motivar la contemplación de Dios en sus hermanos de la Orden de la Trapa era necesario volver a los métodos olvidados por el catolicismo desde el Renacimiento, que con algunas diferencias seguían siendo practicados por budistas, taoístas y sufíes. Del sufismo le fascinó la idea del devoto como un viajero en busca del Amado (Dios), tal como en la Edad Media Perceval salía en pos del Santo Grial. Merton leyó a Rumi, Hafez, Ibn ‘Arabi y otros poetas sufíes durante la última década de su vida. Incluso poco antes de su muerte, en diciembre de 1968, planeaba un viaje a Irán. Durante su aprendizaje también mantuvo correspondencia con sabios sufíes como Abdul Aziz y Sidi Abdeslam, y académicos como Louis Massignon y Reza Arasteh. El mismo Abdeslam llegó a visitarlo a su monasterio de Nuestra Señora de Getsemaní, en Kentucky, como refiere en una de las pláticas que hemos traducido. Varias de las obras de Merton se encuentran en español, como La montaña de los siete círculos, El signo de Jonás, Nuevas semillas de contemplación y La vida silenciosa. Sin embargo, permanece inédita la serie de pláticas que dictó en su monasterio de Getsemaní y su obra poética, de lo cual ofrecemos aquí algunos fragmentos traducidos del inglés. Nos hemos basado en el libro Merton and Sufism. A Complete Compendium (Fons Vitae, 2005). Tratamos de conservar el carácter informal, repetitivo y humorístico de Merton en la traducción de sus charlas; nótese también el constante diálogo que traza entre catolicismo e islam. En los cinco poemas de temática sufí incluidos, se perciben ecos de Ibn ‘Arabi y Rumi, como la sed de Dios y la aniquilación del ser, del que no quedan siquiera cenizas, como dice uno de sus versos. La intención es que el lector se embriague con la complejidad de estas luminosas palabras.

ice Ibn ‘Arabi: “De no ser por el amor, el mundo nunca habría surgido en su forma concreta.” En este sentido, el tránsito del mundo hacia la existencia fue un impulso del amor que le dio vida. Y no solamente el tránsito del mundo hacia la existencia, también es un acto de amor el hecho de que todo exista, el surgimiento de todo cuanto hay es un acto de amor. Todo lo que acontece es amor y piedad. No siempre parece ser de esta manera, a menudo es lo contrario. Pero todo es producto del amor. Y es claro que quienes señalan esto en el islam son los sufíes, pues el Amor es el gran tema del sufismo. Cuando el sufí Sidi Abdeslam vino aquí, estábamos en el establo. Ustedes saben cómo son las vacas, las vacas son muy confianzudas, maternales y cariñosas. Entonces una vaca se recarga en él y lame su mano, y el monje sufí dice, mahabah, que quiere decir “amor”. Supongo que nuestra reacción sería algo como, bueno, “vieja, sucia vaca, ve a lavarte las manos, te vas a enfermar”. Su idea central es: en todas las cosas, desde todas las cosas, el amor se manifiesta si saben cómo verlo. Es la Piedad de Dios en todo, pero tienen que aprender a verla.

Poemas A un novicio

Sé un hijo de este instante: es mensajero de Alá y el mejor de los mensajeros aquel que anuncia tu indigencia, tu nada. Sé un hijo de este instante y agradece a Alá este bocado de cenizas.

A un novicio Tonto es aquel que se obstina en conseguir a cada instante un resultado que Alá no ha previsto. Versiones deL ingLés de g eorgina m ejía

LOS NOMBRES DE DIOS

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e aquí una idea que creo importante para una vida de oración como la nuestra. Cada quien conoce a Dios por un nombre especial. Ahora bien, no se trata de una palabra especial tomada de un libro; se trata, más bien, de que le hablemos a Dios con un Nombre que solamente nosotros tengamos para Él. Y que Dios nos hable por un nombre que solo Él tenga para nosotros. Y que el nombre con que le hablemos a Dios sea el Nombre con que Él es realmente mi Dios y mi Señor. Claro está que debemos observar esto en el marco de un fuerte espíritu comunitario islámico; hay un gran sentido de comunidad y unidad en el islam. Y deberían ustedes verlos, cómo todos se postran y se inclinan hacia la Meca en cuanto escuchan el llamado a la oración. Ustedes saben cómo a ciertas horas del día, ¡epa!, se arrodillan; tienen un gran sentido de unidad cuando rezan. Sin embargo, uno de los secretos para una vida de oración es encontrar el nombre de tu Señor, de mi Señor, y hablarle a Él que es tu Señor. Debo hablarle a Él que es Mi Señor. No le hablen al Dios de otro, porque el Señor de otro puede ser para ustedes Satán si no tienen cuidado. Deben ser cautelosos, pueden no comprender la bondad, el amor y todo aquello que otro ve en el nombre que le da a Dios. Para ustedes puede ser destructivo. Por lo tanto, uno debe ser terriblemente cuidadoso de no imponer a otros su propio Dios, su propia idea de Dios. Los sufíes le dan mucha importancia a esto; los otros musulmanes no se preocupan de asuntos como éste, pero los sufíes sí están particularmente interesados en ello. Debes conocer a Tu Dios, y claro está que esto no significa que haya un Dios distinto para cada quien, al contrario, hay Un Dios para todos, pero cada uno conoce a Dios con un nombre especial. ¿Cuál es Su Nombre? ¿Cuál es tu nombre? ¿Quién eres? Depende, pues tiene que ver con tu propia identidad. Apropiarse del Dios de otro equivale a perder tu identidad. Apropiarse del Dios de otro es tener un ídolo, porque para ti no es Dios en realidad. Entrar en contacto con este Nombre de Dios, que es el Nombre por el que cada uno de nosotros Lo conoce, el Nombre por el que Él se nos da a conocer, es recibir en nosotros el aliento de la Piedad de Dios. Claro está que todos estos Nombres retornan a la Piedad; aun si tienen un nombre especial y chiflado para Dios no se libran del hecho de que, en realidad, es un nombre de la Piedad. Si no lo es, entonces no conocen Su


azón de

erton amor y no se trata de Dios, sino de un ídolo. Sin embargo, la piedad puede significar muchas cosas para ustedes. Y esto pone a los musulmanes en un predicamento porque la gente piensa: “Vaya, estos musulmanes pueden hacer lo que quieran… Todo les importa un rábano. Y se justifican diciendo que es la voluntad de Alá.” Bueno, detrás de esto encontramos la idea… No sabemos por qué Él hace esto o aquello, o cuáles son sus motivos, es asunto Suyo. En el islam son muy quisquillosos sobre ciertas cosas, pero también son muy liberales en otras, y una de ellas es, especialmente en el sufismo, que cada quien se ocupa de sus propios asuntos. Y esto es así aun cuando tienen un gran sentido de fraternidad, de una gran hermandad, porque el sufismo es semejante a una hermandad en el islam. No es individualista, no en sentido estricto. Cita el Profeta a Dios: “Era yo un Tesoro Escondido”, dice, “y amaba ser conocido, deseaba ser conocido”. La palabra para “amaba ser conocido”, “deseaba ser conocido” es la misma que usa nuestro Señor en el Evangelio: “he deseado con anhelo tomar esta Pascua con vosotros”, esto es, hay un intenso deseo de Dios por mostrarse como es ante Sus criaturas, por mostrarse Piadoso ante Sus criaturas. Y la duración de esta Piedad es una relación personal intensa. “Por lo tanto di vida a las criaturas, y me revelé a Mí Mismo ante ellas, y ellas Me conocieron. Era yo un tesoro escondido (tanzih) y amaba ser conocido. Por lo tanto di vida a las criaturas (tasbih) y me revelé a Mí Mismo ante ellas, y ellas Me conocieron.” Esto es el islam, en pocas palabras. Dios desea presentarse ante Sus criaturas y les da vida para que puedan conocerlo. ¿Y quién Lo conoce? El islam. El islam es el camino para quienes Dios se da a conocer por completo. Ellos son los que saben

Poemas p ertenecer A A lá

Pertenecer a Alá es ver en tu propia existencia y en todo lo que a ella pertenece algo que no es tuyo ni de ti mismo, algo que tienes prestado; ver tu ser en Su Ser, tu existencia en Su Existencia, tu fuerza en Su Fuerza: así reconocerás en tu ser su título de posesión sobre ti como Amo, y tu título como sirviente: Nada.

D esolAción

Para el sirviente de Dios el consuelo es un sitio peligroso donde puede ser engañado (acepta sólo lo que ve, experimenta o sabe) pero la desolación es su hogar: en ella es raptado por Dios y queda totalmente a merced de Dios, en la oscuridad, en el vacío, en la pérdida, en la muerte del ser. Entonces el ser es cenizas. ¡Ni siquiera cenizas!

c ArtA A un sufí que hA AbAnDonADo el sufismo pArA estuDiAr leyes

¡Bueno, mi amigo, prefieres la jurisprudencia a la contemplación! Si intentas pasar tu tiempo coleccionando autoridades y antecedentes, ¿qué consejo quieres de mí? Puedo decirte esto: cada hombre, hoy, obtiene lo que quiere, excepto que nadie ha descubierto una forma verdaderamente perfecta de matar el tiempo. Aquellos que no tienen que trabajar para vivir están ocupados en una serie de tonterías, y aquellos que sí deben luchar por un salario están tan absortos en ello que no tienen tiempo para algo más. En cuanto a encontrar a alguien apto para una vida espiritual listo para un trabajo limpio de pasiones pero con deseos en abundancia sólo por el amor de Alá– esa es una forma de vida en la que nadie está interesado excepto unos pocos que han recibido la especial Piedad de Alá. ¿Estás consciente de esto? ¿Estás seguro de tu condición? Entonces, ve con tus libros de Leyes, no habrá mucha diferencia entre si haces esto o cualquier otra cosa igualmente trivial. No ganarás nada con ello y quizá tampoco pierdas: habrás hallado una manera de matar el tiempo. Como dices: prefieres pasar el tiempo haciendo cosas a las que estás acostumbrado. Los ebrios y los libertinos estarían de acuerdo: Versiones deL ingLés de g eorgina m ejía ellos siguen el mismo principio.

en nuestro próximo número:

aMparo dávila entre la poesía y el Cuento eduardo Cerdán

La Jornada Semanal @JornadaSemanal jsemanal@jornada.com.mx

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ARTE Y PENSAMIENTO ........

31 de diciembre de 2016 • Número 1139 • Jornada Semanal

Jair Cortés jair_cm@hotmail.com @jaircortes

Felipe Garrido MENTIRAS TRANSPARENTES Plantaste Regresamos en silencio, sin ganas de hablar. Mamá al volante. Papá que se cubría a medias, con una mano, y no quería voltear a vernos porque tenía lágrimas en la cara. Había muchísimo tráfico y tardamos tanto en llegar a casa que Salvador se quedó dormido, con la cabeza sobre mis piernas enlutadas. Cuando bajamos del carro, se levantó tropezándose; le di la mano para que no fuera a caerse. Lo encontramos tal como lo dejamos, en la terraza, en una silla de palo, viendo hacia el frente. No había ido al panteón. Se quedó allí todo ese tiempo. El sol estaba muy alto y lo que él veía era una profusión de sombras, helechos y orquídeas. Al fondo goteaba la pileta; más que verse, se escuchaba, discretísima, como si no quisiera alzar la voz. Sentó a Salvador en sus rodillas. Yo puse mi mano en su hombro. Lo oí decir muy quedito, como si estuviera leyéndolo, como si no estuviera hablando con nosotros, Aquí está, en este jardín, plantado por sus manos •

Rogelio Guedea rguedea@hotmail.com @rogelioguedea

AL VUELO Hora escolar Dejar a los hijos en la escuela: es verdad que es una actividad que debería ser cotidiana, incluso banal, pero a mí simplemente me conmueve y, como se dice vulgarmente, hasta me desmiembra. Aunque breve, nadie negará que es una ausencia insoportable. Ver a mi hija o hijo partir hacia la puerta cancel de la primaria o secundaria me parece, de pronto, un golpe tremendo de orfandad, hace enmudecer mi mano, a la que ya no le queda fuerza suficiente ni para decir adiós. Y luego están los otros padres, hombres y mujeres que entregan a sus hijos para después alejarse de ellos cinco, seis, siete horas, sin más remedio, una eternidad si la calculamos por mes, por año, por lustros. ¿Cuánto tiempo de su infancia y juventud en realidad pasan con nosotros si contamos el tiempo que están fuera de nosotros? Pero esto es así: hay que levantarse cada mañana, muy temprano, para continuar este ritual de ausencias justificadas, de soledades “por tu bien”. Yo simplemente no me acostumbro a ese desamparo consuetudinario, y lo peor: nada puedo hacer –como en otras tantas cosas– para evitarlo •

bitácora bifronte Catulo & Bukowski Company

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n uno de sus poemas más conocidos (“A la puta que se llevó mis poemas”), Charles Bukowski (1920- 1994) expone su frustración ante el hurto de algunos de sus escritos:“Algunos dicen que debemos eliminar del poema/ los remordimientos personales,/ permanecer abstractos, hay cierta razón en esto, pero/ ¡Por Dios!/ ¡Doce poemas perdidos y no tengo copias!/ ¡Y también te llevaste mis cuadros, los mejores!/ ¡Es intolerable! […] La próxima vez llévate mi brazo izquierdo o un billete de cincuenta,/ pero mis poemas no./ No soy Shakespeare/ pero puede que algún día ya no escriba más,/ abstractos o de los otros;/ Siempre habrá dinero y putas y borrachos/ hasta que caiga la última bomba,/ pero como dijo Dios,/ cruzándose de piernas:/ ‘veo que he creado muchos poetas/ pero no tanta poesía’. ” Casi dos mil años antes, Cayo Valerio Catulo (84 aC-54 aC) escribió un poema conocido como “¡Devuélveme mis escritos!”:“¡Acudan, endecasílabos, todos,/ de todas partes, acudan todos!/ Una desvergonzada puta me toma por loco/ y dice que no me devolverá mis escritos, si no les parece mal./ Persigámosla y exijamos que los devuelva./ ¿Preguntan quién es? Aquella que ven/ contonearse indecentemente y reírse como/ un pesado payaso con boca de galgo./ Acósenla y exíjanle que los devuelva:/ ‘Puta asquerosa, devuelve los escritos,/ devuelve, asquerosa puta, los escritos!’/ ¿Te importa un bledo?/ ¡Mierda, puta barata/ o algo todavía peor que eso! […] Pero nada conseguimos, nada la inmuta./ Habrá que cambiar de modos y maneras,/ a ver si podéis conseguir algo más,/ para, si no otra cosa, sacar los colores/ a la cara dura de esa perra:/ ‘¡Proba y pudorosa señorita, devuelve los escritos’. ” En ambos poemas, de tono eminentemente autobiográfico, coinciden la anécdota, el tono irónico y ofensivo, pero también la forma en que la prostituta se presenta en el poema: figura conocedora de las artes amatorias y también de la literatura, ladrona (con espíritu vengativo) no de dinero sino de poesía. Sin embargo, los poemas se distancian por la manera en la que abordan el asunto: Catulo apela al lenguaje, a las palabras, para convencer a la prostituta de que regrese los poemas, primero por medio de la ofensa y la exhibición pública, después por “los buenos modos”. Por su lado, Bukowski exige la devolución de los poemas y aprovecha para lanzar una crítica contra una poética que propone extirpar la presencia del “yo” y la anécdota personal del poema; también emite, en palabras de Dios, un juicio acerca de los muchos poetas y la poca poesía. Estos elementos dejan claro por qué el segundo poema no es una copia del primero; por el contrario, Bukoswski logra captar el mensaje último, implícito en el poema (y en las diatribas lanzadas contra la prostituta) de Catulo: todo poema es único, irrepetible e insustituible, fruto de la experiencia personal, la voluntad y el misterio de la creación poética •

Notas para tres noches Dimitris Papaditsas iii

Mira, hace un último esfuerzo Si es necesario se limpia con su pañuelo Hasta despintarse Luego sale con su color natural Como cuando en un sótano brota una tierna habichuela y se tensa Y asoma por la rendija que filtra la luz Se encuentra a un desconocido lo saluda y le dice Que en el cuarto piso espera una señora Cuyos ojos se cierran y se abren Cada vez en una página distinta Así para que más o menos sepas El contenido del libro Tomas su mano la ocultas en una caja Y siempre la tienes disponible Aun cuando están ausentes los grillos Y se incendia el cajón con los manuscritos Eso pensaba y supe cuán aprisa Van los telegramas con los buenos deseos O con la noticia de muerte.

Dimitris Papaditsas (Samos, 1922- Atenas 1987) estudió medicina en la Universidad de Atenas, pero debido a la Guerra con Italia y a la Ocupación no se recibió sino hasta 1958. De 1943 a 1947 trabajó en la Cruz Roja y de 1951 a 1967 como médico y cirujano ortopédico en varios hospitales de la capital y de provincia. Fue director del Instituto Nacional de Rehabilitación de Grecia. Es autor de trece libros de poesía; obtuvo dos veces el Primer Premio Estatal de Poesía (1963 y 1980) y sus poemas han sido traducidos al inglés, francés, italiano, húngaro y flamenco. Véase La Jornada Semanal, núm. 1083, 27/ xi /2015 Versión de Francisco Torres Córdova

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Jornada Semanal • Número 1139 • 31 de diciembre de 2016

Miguel Ángel Quemain quemainmx@gmail.com

Luis de Tavira contra el festín estéril de las descalificaciones

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aime Chabaud invitó a su fiesta de aniversario a tres dramaturgos –Conchi Alonso, David Olguín y Luis de Tavira– que son directores, o a tres directores que también son dramaturgos, para comentar la trayectoria de una publicación cultural especializada en teatro que tendría que ser expresión del más alto ejercicio de periodismo cultural. Es sintomático que, para hablar de un trabajo que se realiza con las herramientas del periodismo, no hubiera ningún periodista invitado a comentar sobre los frutos de quince años de labor. Lo cierto es que Paso de Gato no se hace únicamente con el trabajo de periodistas especializados: quienes forman parte de la comunidad teatral contribuyen con la redacción de sus fichas de estreno o algún texto que guarda ese rasgo intermedio entre la nota informativa promocional y una reseña sobre el contenido del espectáculo. En la celebración de Paso de Gato, Olguín subrayó que la labor editorial de El Milagro ha sido una tarea de reflexión semejante, pero sin la agitación de los cierres inminentes. En la editorial trabajan de un modo más reposado y hay proyectos que pueden tardar hasta ocho años en consolidarse, como el volumen Teatro alemán contemporáneo,, que ahora aparece después de esa larga espera. La actualidad, como señalé en una entrega anterior, consiste en poder ofrecer productos editoriales de larga permanencia y enorme influencia, y que se inserten en una red de comunicación de lo escénico que va más allá del propio texto. Lo que me interesa aquí es señalar una visión reflexiva y profunda que De Tavira llevó

LA OTRA ESCENA escrita a mano, evidentemente sin ánimo de publicarla, y que tiene lugar en un contexto que la convierte en una especie de manifiesto que convoca al pensamiento y a la generosidad. Gracias a Alegría Martínez y la anuencia de su autor podemos compartirla con quienes no asistieron y recordarle esas palabras a quienes las escucharon en un silencio solemne, y hasta culpable. Lo que sigue es una selección con algunos giros: Celebrar los quince años de vida fecunda de una revista dedicada al teatro, es festejar una hazaña. La permanencia viva y creciente de una editorial teatral es un acontecimiento excepcional no sólo en México, lo es también en el mundo. Conmemorar estos quince primeros años de Paso de Gato hace viva y actual la convocatoria de sus iniciadores para articular una interlocución sostenida sobre lo que tenemos que hablar en la tarea común del teatro, lo que hay que discutir, proponer o defender en la exposición abierta de nuestros acuerdos y de nuestros desacuerdos, tanto como acceder a lo que debemos reconocer y valorar para construir la memoria de una identidad teatral común que sea la lealtad a nosotros mismos.

Seguimos haciendo teatro rodeados de barbarie. Vivimos tiempos crispados que han vuelto equívoca la comunicación sobre los problemas comunes del teatro. Se ha sucumbido al festín estéril de las descalificaciones. Se ha ausentado entre nosotros la capacidad de reconocer el valor de los más consistentes emprendimientos de nuestro teatro. Uno de los defectos endémicos del gremio teatral ha sido su incapacidad para reconocer el éxito de sus colegas. Lo más triste de esto es que así nunca podrá tener lugar el éxito común del teatro, porque la provocación de semejante degradación sólo puede aproximar el fracaso de todos y el consecuente desprecio social del teatro. Entre tantos motivos para festejar este cumpleaños de Paso de Gato, el más trascendente es el de su éxito, por cuanto se erige como un referente de dignificación ética y estética de la comunidad teatral. En la celebración, memoria y presente son una sola cosa. Todo aquello que se eleva sobre lo cotidiano se convierte en cultura, la fiesta es creación. Una celebración en la que unos y otros nos reconocemos como lo que ha hecho de nosotros la convergencia, porque sólo lo que asciende converge. extraEn esta difícil postverdad que ha provocado el extra ñamiento del mundo, es necesario volver a preguntarse cosobre el sentir del teatro, un arte comunitario para la co munidad: ¿Para quién se hace teatro? ¿Qué solidaridad produce? ¿Qué amistad trama la confabulación que hace posible al teatro? Hay que volver a preguntar quién resulta siemrealmente amigo en un arte que lo es siem convenpre de iniciativas compartidas, de conven ciones establecidas y al mismo tiempo de la corresmayor diversidad de conflictos y de las corres pondientes posibilidades de entendimiento pa para superarlos y hacer posible la creación común •

Alonso Arreola @LabAlonso

Queridos Reyes Magos, más música y menos balas

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ELCHOR, GASPAR, BALTAZAR, muchachos, no les haremos perder su tiempo con peticiones estrafalarias. Palabra. Ya aprendimos. Basándonos en el poco caso que nos han hecho anteriormente, renunciaremos a peticiones imposibles para dentro de una semana. Está claro que sus poderes fueron vencidos por la metástasis de Mijares y Emmanuel; que no pudieron hacer nada ante los embates de Kabah, ov7, Mercurio, Magneto y Jeans; incluso permitieron que Aleks Syntek se coludiera con Christian Castro, que La Guzmán diera conciertos con La Trevi y que el terrorismo de programas como La Voz México deviniera en chabacanerías como La Apuesta. O sea que, está clarísimo, con ustedes no contamos para retirar la mala hierba del paisaje sonoro mexicano (pensamos en quienes no tienen Netflix o Spotify, por si responden a botepronto). Empero, les escribimos de nuevo para pedirles algo mucho más simple: que den a conocer los siguientes álbumes, parte de lo mejor salido en 2016. La mayoría son desconocidos en estas latitudes. Lean con cuidado. Agnes Obel tiene treinta seis años de edad. Nació en Dinamarca. Vive en Berlín, Alemania. Cuenta tres discos en su carrera. El último, Citizen of Glass, nos impresiona en distintas formas. Basado en la fragilidad de su voz y en el planteamiento minimalista con que toca el piano, se ve inundado por refinadísimos arreglos de cuerdas, coros y programaciones que regalan nieve, trazos de carácter nórdico. Obra que se desarrolla con paciencia, guarda una aparente serenidad, mas se ve gobernada por preocupaciones líricas de gran profundidad contemplativa. ¿Quién puede negar actualmente su delicada ciudadanía de vidrio? Para escuchar a Agnes Obel hay que ponerse un suéter y calentar el café con leche; hay que abrir un viejo álbum de fotografías. Duele.

BEMOL SOSTENIDO

Andy Stott vive en Manchester. Lo suyo es la electrónica inteligente. Se dice inspirado por David Sylvian y Ryuichi Sakamoto (o sea: es de confianza). Se inició en los dosmiles y con Too Many Voices llega a cuatro trabajos en estudio.“Waiting For You”, al inicio del disco, nos parece un tanto forzada. Pero el resto consigue derretirnos. Es música que da tumbos, como recién salida del vientre vacuno, pero que rápidamente nos atrapa con su carácter industrial, fantasmagórico, alterado. La manipulación de velocidades, ediciones y voces es extraordinaria. Bueno para disfrutarse en posición horizontal, acompañados por alguien persistente. Esperanza Spalding nació en Portland, Oregon, en 1984. Joven prodigio, destacó hace una década por su manera de componer, cantar y tocar el bajo (eléctrico o acústico). Ha editado cinco álbumes. El último, salido en 2016, escapa completamente de lo que venía proponiendo. Y nos encanta. En él escuchamos a una artista extraordinaria en busca de algo que no desciframos pero que compromete al oído. Producido por Tony Visconti (el colega de David Bowie), Emily’s D+Evolution –que así se llama el ál-

bum– rinde tributo inequívocamente a la gran Joni Mitchel y a la vanguardia brasileña y a la psicodelia estadunidense y a innumerables cosas... Rock, jazz, bossa, folk… Una rarísima combinación coronada por voces y armonías de altísima complejidad. Doce piezas para zafar la mandíbula con su impresionante originalidad y que exigen atención parcializada. Escuche cuatro mientras cocina, cuatro mientras se baña, cuatro mientras prepara la fiesta. Sarathy Korwar es de esos afortunados que habitan el mundo en diferentes dimensiones. Estadunidense de nacimiento, creció en India para luego trasladarse a Londres, ciudad que lo vio convertirse en músico. Es un percusionista joven abocado a convertirse en puente migratorio. Day to Day es su debut. Para componerlo se basó en el legado de los sidis, nómadas africanos que dejaron huella en India y a quienes grabó in situ para luego establecer diálogo en el estudio de grabación, agregar programaciones e invitar a otros músicos notables. Se trata de un disco con nueve composiciones que enmarcan la inercia, la herencia percusiva de lenguajes en extinción; que toma sus gérmenes para alimentarlos en un invernadero lejano, improbable. Nos gusta para escucharlo con audífonos, mientras viajamos. No importa cómo ni a dónde. Es esperanzador. Otros álbumes que les pedimos, queridos Reyes, son: A Seat At The Table, de Solange, por tratarse de un pop colindante con el rhythm and blues más educado y consciente de su entorno; Burn Something Beautiful de Alejandro Escovedo, con la coproducción de Peter Buck (rem), por continuar con la tradición musical de la prolífica familia texmex Escovedo; Malibu, de Anderson Paak, por su sabroso jugueteo entre el hip hop, el funk y el soul; Air, de Astronoid, por lograr la combinación casi imposible entre el thrash y el pop-folk… En fin, les pido que 2017 nos reciba con música valiosa en el viento y con menos balas. Buen domingo. Buena semana. Buenos sonidos. Buen año nuevo •


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31 de diciembre de 2016 • Número 1139 • Jornada Semanal

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tumbaburros@yahoo.com @JorgeMoch

Respirar hondo

Una voz con todos

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ON LOS AÑOS ME he dado cuenta de que mi propósito de dar la espalda al fin de un año es imposible de lograr. Se cierra un ciclo, y a pesar de que la época que separa un año de otro no significa nada, se hace el corte de caja y el ánimo se cierra por inventario. En el mejor de los casos se examina el año y se agradece lo que ha traído –pero no en 2016. Este año ha sido horrible en todo el planeta. Sólo hay que recordar, así a botepronto, el Brexit; la elección del carnicero Rodrigo Duterte en Filipinas, quien ya inició una estéril y sangrienta lucha contra el narco en la que se han matado a puros menudistas y usuarios; la destitución de Dilma Rousseff en Brasil; el no en Colombia; los atentados perpetrados por isis en Niza, Orlando, Munich; las carnicerías en Irak y Siria; la renuncia de Matteo Renzi en Italia ante el embate del populista Beppe Grillo; la reelección

de Mariano Rajoy y los 65 millones de refugiados que van por el mundo en busca de seguridad. Eso, en el exterior. En México, baste decir que anda circulando por ahí un mapa de este país con un hueco donde debía estar Veracruz. La violencia, imparable. Todos muertos de nervios y tristeza. Los políticos cada día más desprestigiados y cínicos, los votantes hartos, cansados. Además, salimos como unos burros en la prueba pisa , por más que Aurelio Nuño haya salido al ruedo con su capote de medias verdades y mentiras enteras, a tratar de justificar nuestro lugar en las listas. Dice que es una buena noticia que no haya diferencias grandes entre los resultados de las escuelas privadas y las públicas. Y por más que me empeño, no logro ver qué tiene de bueno que todos seamos unos burros. Porque en otras cosas, como el poder adquisitivo o el acceso a la salud y la seguridad, la brecha entre pobres y ricos se amplía con cada hora que pasa. A esta retahíla de horrores hay que añadir la elección de Donald Trump, asunto que todavía tiene un halo de irrealidad, al menos para mí. El Time lo eligió el hombre del año. Debajo de la foto –qué cosa ese pelo color Cheetos, esa cara tallada como en un bloque de queso de puerco– se lee: “Presidente de los Estados Divididos de Norteamérica.” Como para salir corriendo. Pero, ¿adónde? Y con el peso en caída libre, ¿con qué ojos, divino tuerto? Qué año. Pobre planeta. Y lo digo por un hecho concreto: pobre planeta porque al puñado de personas que dirigen, al menos por ahora, muchos países del mundo, el calentamiento global les importa un rábano. Trump por delante. Para 2017 no quiero hacerme ilusiones, pues la realidad se ha empeñado en demostrarnos que todo puede empeorar. La proliferación de sitios de

internet como mequieroir.com indican que todos padecemos un estado de ansiedad horrible y que tenemos miedo de ser víctimas de la violencia o el desempleo. Asomarse a esos sitios es tristísimo, no sólo por la cantidad de personas que desean irse de sus países, también por las advertencias de los usuarios sobre las escasas posibilidades de hacerlo. Y esas posibilidades, precarias, disminuirán todavía más después de la elección en Estados Unidos. Ante este panorama, me puse a hacer propósitos de ahorro, planes, estrategias para no entristecerme más y tranquilizarme un poco. No me salió, pero concluí que, en realidad, México debería poder dar de comer a todos los mexicanos. Es un país lleno de recursos naturales, con un clima extraordinario y una gran variedad cultural. Lo terrible son sus políticos y su delincuencia, separados siempre por líneas delgadísimas y porosas. En este país, hundido en una guerra sin ideologías, la ciudadanía queda en medio. Y norteada, aturdida por la televisión y ciertas publicaciones. Que no nos desconcierte tanto que Trump haya sido elegido. En México, para no ir más lejos, se eligió a Peña Nieto. Marcharon más personas en contra del matrimonio igualitario que contra la violencia. El t v Notas y Tvnovelas, cuyo uso de las cursivas junto a la sordidez de los contenidos pueden dejar tonto al lector más pintado, reinan junto con El Gráfico y El Metro. Las telenovelas más exitosas son sobre narcos. Y esto, al menos, depende de nosotros. Mi modesta sugerencia es que nos despeguemos de la tele, el iPhone y el fb y tratemos de portarnos como ciudadanos, aunque nuestra democracia sea tan defectuosa. De esto depende que exista (y quizás a la próxima votemos por quien de verdad puede gobernar) •

LAS RAYAS DE LA CEBRA

Verónica Murguía

U

NA VOZ CON TODOS, o uvct, es una señal de televisión del gobierno mexicano de la que se habla poco a pesar de que ya tiene muy buena cobertura en casi todo el territorio nacional y además ofrece de manera gratuita programación de buena calidad. Más allá de los ya conocidos canales tradicionalmente culturales (por poner una etiqueta a algo tan simple como no hacer televisión chatarra, tal que hacen prácticamente todas las televisoras en manos privadas, destacando en la ínfima calidad de sus programas desde luego Televisa y tv Azteca, que no es casual que sean las señales de mayor penetración de audiencia y las que realmente se disputan cuotas importantes de televidentes), como Canal 22, adscrito a la Secretaría de Cultura, el Once tv , asignado al Instituto Politécnico Nacional, o t v unam , de la Universidad Nacional Autónoma de México, es un hecho triste pero incontrovertible que casi no hay otras opciones para el público mexicano que se vuelca a esa programación que es ya epítome de deficiencia mental de la televisión abierta, o hacia canales y señales extranjeros que se redistribuyen por medio de carriers, o retransmisores privados, como Sky (que en México tiene participación accionaria de Televisa), Cablevisión (que es de Televisa), Izzy Telecom (sí, también de Televisa, lo que demuestra en estos pocos renglones que la Comisión Federal de Competencia Económica, Cofece, no es más que otra entelequia devoradora de presupuesto federal –y sí, tal cosa como la Cofece existe, y hasta tiene portal de internet: www.cofece.mx), o Dish, que pertenece al otro gran monopolio de las telecomunicaciones en México, el que dirige Carlos Slim. Si bien los inicios de uvct están estrechamente vinculados al Organismo Promotor de Medios Audiovisuales (opma) nacido de un decreto presidencial del nefasto Felipe Calderón –el opma cambió luego de nombre al actual Sistema Público de Radiodifusión ( spr ) del Estado Mexicano–, la programación del canal, quizá excluyendo sus presuntos espacios noticiosos, que carecen desde luego de vena crítica porque en la cultura política mexicana, tan podrida y corrupta, son raras avis los funcionarios o empleados de organismos públicos que son críticos con el régimen, y quizá excluyendo también un programa sobre finanzas, que personalmente encuentro narcótico, es muy buena. Y no me refiero solamente a las producciones extranjeras que retoma uvct , truco que ponen en práctica todas las televisoras “culturales” o estatales, como suelen ser la franja de la televisora estatal alemana, Deutsche Welle, la de la bbc inglesa o algunas

producciones documentales estadunidenses o francesas, sino a las producciones del canal o que son subcontratadas con casas productoras mexicanas. El resultado es una barra programática propositiva, con contenidos verdaderamente positivos, que estimulan el conocimiento y se enfocan en la divulgación de la ciencia o en tratar de explicar desde la microhistoria el mosaico social de este país. También retoma producciones nacionales de t v unam , el Once o el 22. uvct tiene estupendos programas y series que no solamente procuran deliberadamente no abrevar en los manidos argumentos de otras producciones televisivas mexicanas, como los estúpidos programas de concursos come-cuando-hay, las detestables, previsibles, clasistas y verdaderamente estólidas telenovelas o los espacios informativos que rellenan pero no informan, sino verdaderas buenas producciones televisivas –allí Futuros posibles, Infancias mexicanas, Mitos urbanos, Hoja de lata o La ciencia en la ciudad– que tienen que ver con la cultura y la idiosincrasia mexicanos. Como el Canal Mexiquense, que se caracterizaba hasta hace poco por la buena calidad de su barra programática, uvct parece estar haciendo un buen trabajo divulgativo y de producción. Lo malo es que le falta promoción. Millones de mexicanos tenemos acceso a ese canal, pero muy pocos lo revisamos. Y vale la pena. Como valdría mucho la pena que el gobierno federal y su muñequito de sololoy destinaran una mayor cantidad de recursos federales para apuntalar, sostener y estimular la creación y cobertura de programas mexicanos de buena calidad, como uvct o el Once han demostrado que se puede hacer. En lugar, vaya utopía, de desfondar el erario a favor de los mismos azcárragas de siempre. Que ya hasta se piensan gobierno. Sí, otra vez •

CABEZALCUBO

Jorge Moch


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Jornada Semanal • Número 1139 • 31 de diciembre de 2016

Luis Tovar

El cine en México: la brutalidad y la estulticia (ii y última)

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OS TIEMPOS QUE CORREN no pertenecen a los de la Navidad que acabamos de celebrar. Nada más lejos que nuestra época de un tiempo evangélico. Si a algo se parecen es al universo del Marqués de Sade. Casi tres siglos atrás, ese mal escritor auguró nuestra época. Lo que pertenecía a una obsesión literaria intoxicada de crímenes se ha convertido en un hábito cotidiano. Mucho antes que Dostoievsky y Nietzsche, Sade no sólo auguró la muerte de Dios, sino sus espantosas consecuencias que Dostoievsky resumió en la frase de Iván Karamazov: “Si Dios no existe todo está permitido.” Destruido Dios, lo único que queda, dice este maestro del desprecio, es la fuerza que somete y destroza a los semejantes. Donde mejor lo expresa es en la parte final de Justine. Perseguida por el criminal Noirceuil, la inocente Justine huye bajo una tempestad. Noirceuil, en un gesto de cinismo, jura que se convertirá si la muchacha no es alcanzada por un rayo. El rayo la alcanza y el criminal triunfa. La conclusión es terrible: si eso que llaman D ios no resp eta la inocencia, nada impide que Noirceuil o cualquiera envilezca y mate a sus semejantes. ¿En nombre de qué? Del deseo: de “ese impulso ciego –dice Albert Camus al comentar a Sade– que exige la posesión total de los seres al precio mismo de su destrucción”. “Qué son todas la criaturas de la tierra –exclama Sade– frente a uno solo de nuestros deseos.” Esa lógica del deseo no es, sin embargo, asunto de unos cuantos. Debe ser, por el contrario, el principio mismo que rige a la república. Así, en el libelo que, bajo el título de Franceses, un esfuerzo más si quieren ser republicanos, lee su personaje Dolmancé en La filosofía en el tocador, Sade afirma que los revolucionarios, al asesinar a Dios en la figura de Luis xvi , impidieron para siempre la proscripción del crimen y substituyeron la libertad por el libertinaje. Esa república del crimen con la que Sade soñaba y que exigía que el gobierno de su época asumiera; esa república “donde la justicia no tiene existencia real” porque es la de “la divinidad de todas las pasiones”; esa república imposible y sólo celebrada en la afiebradas páginas de su obra, adquirió su rostro en el México actual. La lógica del deseo, que Sade en La filosofía en el tocador argumenta con una retahíla de sofismas para justificar la calumnia, el robo, el asesinato, se volvió una espantosa costumbre en México. Lo que en su momento este profeta de los totalitarismos y las democracias futuras pidió que fuera tolerado en la nueva ciudad, encontró en México el asentimiento. Así, al igual que nuestros políticos y criminales, Sade en su Sociedad de los amigos del crimen se declara en favor del gobierno y de sus leyes, y al igual que ellos también, lo hace para violentarlas mejor. “El proyecto que meditan –vuelvo a Camus– supone la neutralidad [o la complicidad] benévola de la autoridad. La república del crimen no puede ser, provisionalmente al menos, universal. Debe aparentar que obedece a la ley.” Para ello, Sade, como nues-

CASA SOSEGADA

Sade

RACONIANAS HASTA LA BRUTALIDAD, las medidas presupuestales en materia cinematográfica para el año que hoy comienza, referidas aquí la semana pasada, pueden darle el tiro de gracia a nuestro cine si son llevadas hasta sus últimas consecuencias, como pareciera ser la intención. El riesgo es real: quedaríamos condenados a ser casi exclusivamente consumidores de un cine como el que la amacc define bien en su comunicado: transmisor de un discurso único, complaciente y de fórmula, y probablemente volveríamos a tiempos tristísimos, en los que la producción nacional rondaba la decena y no la centena de filmes anuales. Habida cuenta de que, hasta el año recién concluido y a lo largo de los más recientes, la producción fílmica mexicana ha alcanzado e incluso superado los que fueron sus máximos históricos, pero habida cuenta también de que la mayor parte de esa abundancia ha sido –y al parecer seguirá– invisible para el público en general, son cada vez más las voces que, en el fondo, no sólo no lamentan sino festinan esta suerte de crónica de una precariedad anunciada que, para el cine nacional, significa el recorte salvaje a los recursos económicos con los que hasta hoy ha contado. Pero cómo les va a preocupar, tan ocupados como están en que Todomundo sepa, lo antes posible, qué opinan de Rouge One, como lo estuvieron en que se supiera su parecer respecto del anterior blockbuster, y del anterior al anterior, ad nauseam, demostrando así lo poco que conocen, porque no les interesa –o quizás al revés, lo poco que les interesa porque no lo conocen– ese cine por tantas denostado con el simple y cruel acto de ignorarlo.

Marqués de Sade

tros criminales y políticos, crean lugares cerrados. El primero, castillos con seis cercos; los segundos, casas de seguridad o sótanos en las procuradurías o los campos militares. En esas casamatas del horror, dice Camus,“una especie de oficina pública del vicio regula la vida y la muerte de los hombres y las mujeres que han entrado para siempre en el infierno de la necesidad”. Allí, los libertinos de Sade demuestran cada día a las víctimas su impotencia absoluta, una maldad que codifican bajo la frialdad de las cifras.“Asesinados antes del 1 de marzo: 20. Desde el 1 de marzo: 20. Suma anterior: 16. Total: 56.” Como se ve, Sade es un precursor de Calderón y de Peña Nieto, aunque todavía modesto. Para que el crimen funcione es necesario que sus objetos nunca a aparezcan como personas. En una república así sólo cabe la instrumentalidad. En este juego atroz del deseo, donde se posee en el instante en que el ser humano queda suprimido, los criminales vuelven a repetir en otros el momento atroz. Así vamos obteniendo esa acumulación de atrocidades que las páginas de Sade y las notas rojas de nuestros periódicos reproducen sin cesar. Además opino que hay que respetar los Acuerdos de San Andrés, detener la guerra, liberar a José Manuel Mireles, a sus autodefensas y a todos los presos políticos, hacer justicia a las víctimas de la violencia, juzgar a gobernadores y funcionarios criminales, devolverle su programa a Carmen Aristegui y abrir las fosas de Jojutla •

¡Porque lo digo yo! Pocos ejemplos tan claros de lo anterior como las inescapables listas de las diez, las quince, las veinte –da lo mismo el número– películas “más importantes del año”, con las que se llenan todos los diciembres mediáticos. Los hay que parecen sentirse obligados a la confección de su propia lista y al consumo y difusión de las ajenas, sin hacerse cargo del reduccionismo inevitable al que someten varias cosas: su conocimiento, abundante o escaso, su postura frente al fenómeno del que se dicen analistas y, finalmente, el valor de su trabajo, degradado al nivel del otrora encumbrado otorgamiento de “estrellitas”. Acerca de los famosos top ten, conviene recordar lo que dice el filósofo italiano Fabrizio Andreella: que “nacen como un perezoso barandal que sirve para no caerse al subir la escalera infinita del consumo informativo, pero tienen muchos efectos secundarios”; que reflejan “el consumo pasivo de gustos colectivos sin preferencias per-

sonales auténticas”; que prometen “una identidad de ocasión con tranquilizantes iconos estereotipados”; que en realidad sólo son “la bombonera de ‘mis favoritos’ […], tema de conversación muy apreciado para describirse sin entrar en la intimidad”; que invariablemente acaban convertidas en “un puñado de nombres que se desmoronan en el polvo del tiempo” y son, “en resumidas cuentas, un presente enmarcado antes de tornarse en pasado, autorretratos seriales que se adquieren gastando la propia personalidad”. A lo antedicho, de suyo devastador para quienes así desdoran un largo año de labor propia, en algunos casos muy atendible, añádase el tremendamente malinchista “color local”: salvo un par de excepciones –se diría que honrosas si no fuera por la naturaleza indefendible del nocivo ejercicio de toptinear–, todas las listas de preferidas, que no de “las mejores”, que este ponepuntos pudo ver, estaban compuestas, cifras más o menos, por un setenta-ochenta por ciento de cine estadunidense y treintaveinte por ciento de no estadunidense, sin una sola película mexicana. En el colmo del absurdo que descansa en el fondo de esa supuesta manifestación de “lo indispensable”, incluso existe una duplicidad que, de acuerdo con el concepto mismo, debería ser imposible: hay una lista de “las diez” que se distribuyeron y “las diez” que no se distribuyeron… y ahí, como perdonándole la vida a una cinematografía entera, una solitaria peliculita nacional. “Glielo dico io!”: así se burla Julio Cortázar en Rayuela de quienes enarbolan su propia personita como “argumento de fondo”, y eso es lo único que al final queda de cualquier top ten: “¡Lo digo yo, carajo!”, como si el solipsismo tuviera más funciones que las de reproducir la propia imagen; como si a Narciso le importara algo más que su propia imagen reflejada •

Ilustración de Juan Puga

CINEXCUSAS

@luistovars

Javier Sicilia


ENSAYO

6 de noviembre de 2016 • Número 1131 • Jornada Semanal

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a espuma salada y fría humedece la arena negra de la playa de Los Cancajos, mientras una débil capa de polvo traída por el viento desde el Sahara (la calima, como le dicen los canarios) pinta de café una parte del cielo azul. Ese polvillo que de vez en cuando llega a Santa Cruz de la Palma, la famosa isla bonita, no impide que sea considerada uno de los mejores sitios del mundo para observar el Universo, por su oscura bóveda celeste y poca humedad.

Se enciende una luz y se apaga una estrella Impresiona ver afuera del aeropuerto de La Palma (Santa Cruz de la Palma resumido) dos estructuras tipo molino de viento que generan energía eólica para dotar de luz a este inmueble; es imposible no recordar al caballero errante, y más en este año que se celebra a Miguel de Cervantes. De este punto situado frente al mar, hay que viajar en automóvil aproximadamente una hora de pura subida mientras se tiene una vista panorámica de la ciudad alumbrada en la noche por bombillas de gas incandescente color naranja, que por cierto no generan contaminación lumínica y además están dirigidas hacia el suelo. Esta protección de la bóveda celeste, para mantenerla oscura, es resultado de la promoción de la Ley del Cielo por parte de los especialistas del iac , pioneros en el mundo en tomar acciones al respecto. Aunadas a las características naturales del sitio, provocan ojos de plato y bocas abiertas a los visitantes del observatorio cuando dirigen su mirada a esa negrura tachonada de brillos y polvo estelar. Un panal de 10.4 metros de diámetro ¿Es posible empujar cuatrocientas toneladas con una mano? Aunque suene increíble, eso puede suceder en el gtc , ya que descansa sobre una milimétrica capa de aceite que evita su fricción cuando gira hacia las estrellas, se interna en la búsqueda de exoplanetas o registra los faros del Universo o pulsares, entre otros estudios. Por su diámetro, su espejo semeja un panal de abeja pues está fragmentado en treinta y seis hexágonos con soportes detrás, que se mueven como pistones para poder mantener la superficie del telescopio plana y así evitar aberraciones en las imágenes registradas de los objetos celestes, explica el doctor Romano Corradi, director del gtc . Cuando uno de estos segmentos se ensucia, con una grúa lo bajan a una sala ubicada

debajo de este detective estelar. Corradi muestra la campana donde se vuelve a aluminizar después de haberlo lavado con productos químicos que levantan la capa anterior. “Queda como nuevo, listo para colocarlo.” Estos espejos –cada uno bautizado con un nombre tomado de plantas, árboles o aves nativas, entre otros, subraya la doctora Nayra Rodríguez, nuestra guía– no modifican su tamaño con el frío o el calor y, en un futuro, la tecnología permitirá que sean flexibles, podrán deformarse según convenga para capturar de manera óptima las imágenes del Universo, explica este especialista en supernovas, última etapa de la vida de las estrellas gigantes muy masivas. ¿Qué hacen los astrónomos para evitar que la turbulencia atmosférica distorsione la luz del cosmos al entrar en el telescopio? La turbulencia atmosférica provoca que los objetos se vean como si estuvieran en el fondo de una alberca removida. Se corrige apuntando hacia una estrella de la cual ya se conoce su brillo y cómo se ve, y así pasa a ser referencia al observar otros cuerpos celestes. Si hay aberración, los espejos se mueven rápidamente hasta obtener una imagen redonda –en el caso de una estrella–, n o a l a rg a d a , s u b r a y a e l a s t r ó n o m o d e soporte del gtc , Riccardo Scarpa.

La oscura bóveda de La Palma y el Gran Telescopio de Canarias Norma Ávila Jiménez

Además, para internarse en el zoológico estelar, varios instrumentos apoyan a este gigante que desde 2009 brinda servicio a la ciencia. El primero fue osiris .

La magia de osiris El Optical System for Imaging and low Intermediate R esolution I ntegrated S pectroscopy ( o s i r i s ) es un espectrógrafo óptico cuyo diseño y construcción fue liderado por Beatriz Sánchez, experta del Instituto de Astronomía de la u n a m ( i a u n a m ), mientras que por el lado del iac , Jordi Cepa fue el investigador principal. “Insistí en que se le colocara un filtro sintonizable, lo que a la larga ha dado frutos; con su ayuda se han hecho importantes estudios del cosmos, su producción ha sido alta.” ¿C ó m o f uncio na? To d o s lo s cue rpo s celestes emiten luz que al pasar a través de osiris , la separa en líneas espectrales que señalan los elementos químicos que los componen. Con el filtro sintonizable se selecciona un intervalo espectral (el cual tiene un color o colores determinados) para observar, por ejemplo, una nube de gas interestelar o una galaxia, y si este intervalo no corresponde a su composición química “cambio el voltaje y en milisegundos se sintoniza otro intervalo espectral”, hasta encontrar el que corresponde a su emisión de luz, explica el doctor Cepa. “Ese filtro equivale a cientos de los normales que tendría que comprar si quisiera observar, por ejemplo, galaxias a diferentes distancias, ya que entre más se alejan presentan mayor corrimiento al rojo, cambia el intervalo. Este filtro es ideal para el estudio de exoplanetas”, subraya este astrónomo interesado en la evolución de galaxias y quien, en conjunto con un equipo liderado por el director del iaunam, Jesús González, recientemente obtuvo un catálogo de 11 mil galaxias que se investigarán con ayuda del g t c y o s i r i s , entre otros estudios. Las sorpresas cósmicas llegarán bajo la oscura bóveda canaria •

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