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No soy tu fan Cinexcusas/

Luis Tovar @luistovars

A FINALES DE abril de 2010, en el Canal Once de la televisión pública mexicana se transmitió el primer capítulo de una serie denominada Soy tu fan Compuesta por dos temporadas de trece capítulos cada una, fue producida por la empresa Canana Films –uno de cuyos propietarios es Gael García Bernal–, además de Pablo Cruz, Geminiano Pineda y Ana Claudia Talancón, entre otros. La dirección, tripartita, corrió a cargo del argentino Álvaro Hernández y los mexicanos Gerardo Naranjo y Mariana Chenillo, y los protagonistas fueron la mencionada actriz mexicana Talancón y Martín Altomaro.

Los fans de la serie deben saberlo por puro gusto, pero basta una leve googleada para averiguar un par de datos: primero, que no se trata de una producción concebida en México, sino de una adaptación del original argentino de 2006, cuya creación se le atribuye a las argentinas Dolores Fonzi, actriz, y Constanza Novick, guionista y productora de cine y televisión; ocho capítulos fueron dirigidos por el mencionado Álvaro Hernández. El segundo dato parece materia farandulesca: Fonzi, que también coprodujo y protagonizó la serie en su país natal, en aquellos tiempos era pareja sentimental de Gael García, con lo que se cierra el círculo: en los hechos, y en parte con dineros públicos –los de Canal Once–, el novio consiguió chamba en México para Novick, como coproductora de la versión mexicana, y para Hernández, que acá dirigió seis capítulos.

Lo que sucedió con Soy tu fan no es atípico, por desgracia: basta con que equis producción extranjera tenga cierto éxito, así sea medianito, para que en estas latitudes abunde quien se vaya de boca para “tropicalizarla” y, si se tiene el aliciente de echarle la mano a la enamorada, pues más… Tampoco fueron atípicos el nepotismo y el amiguismo con cargo al erario, sobre todo en aquellos tiempos nefandos cuando Fernando Sariñana decidía los destinos del principal canal abierto de la televisión pública.

Y eso es todo

DE LA TRAMA desarrollada a lo largo de veintiséis partes hace doce años, se impone una confesión: para decirlo con una frase popular, este juntapalabras no la vería completa manque le pagaran, de modo que lo sabido al respecto procede de unos diez capítulos y otra googleada, lo cual arrojó los magros resultados previstos: básicamente, la cosa consiste en que Nicolás –un Martín Altomaro a paso veloz rumbo a la pachorra histriónica– se enamora de Carla o Charly –una Ana Claudia Talancón quemando para siempre lo escaso que alguna vez tuvo como actriz–, y hace lo que sea menester para conquistarla, cosa que logra, pero sin la menor sorpresa ni complejidad dramática. Y ya.

Se habla de esto porque hace algunas semanas fue estrenada Soy tu fan (2022), con el resobado motete “la película” para distinguirla, pero en realidad para que el público la relacione con la serie de la cual procede. Dirigida por Mariana Chenillo, productora, guionista y cinerrealizadora que después de su buen debut largometrajista, Cinco días sin Nora (2008), no se ha bajado del tobogán que conduce a la simplonería chabacana de la complacencia argumental –Paraíso (2013), Todo lo invisible (2020)–, Soy tu fan “la película” podría resumirse en una frase igual de lugarcomunesca: es más de lo mismo y nada más, a saber: los protagonistas son Talancón y Altomaro, exhibiendo un desempeño en las condiciones profesionales que se citaron, no-corregidas pero sí aumentadas, el resto del elenco es básicamente idéntico, y la trama, sin ser la misma, en el fondo lo es: Charly y Nicolás iban a casarse pero no, pasaron diez años, ella le ha jugado una década a la solterona y él no, una gran amiga –en la persona de Maya Zapata, otra actriz ya instalada en la comodidad del actuar-apenas– se va a casar, y ese evento los reúne en un mismo tiempo y lugar. El resto, paja pura y obviedad sin freno, existe sólo para que los tórtolos vuelvan a enamorarse y se den un beso.

Eso sería lo peor, pero ahí no para la cosa: como si el asunto diera para más, verdadera amenaza, el filme cierra anunciando que la historia continuará. Hágasenos el favor ●