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Leiden, revuelve al corazón

HACE UNAS SEMANAS nos juntamos con Leiden en una cantina. Hablamos de esa brillante compositora y socióloga méxicocubana que tantas cosas buenas ha creado con su guitarra. Inteligente, lúcida como siempre, sonriendo y cantando a la menor provocación, entre vinos –aunque ella pensaba en mezcales–nos compartió un par de cosas que la traen comprometida.

La primera: su concierto en el Auditorio del Centro Pepsi, allí abajo del World Trade Center de Ciudad de México. Un reto que consolida su carrera, tan expansiva durante el año pasado, dentro y fuera de sus patrias. Un crecimiento natural, merecido, producto de la disciplina que se divide en los senderos del talento y del oficio. Ambos, en ella, persistentes e inevitables. Podrá comprobarlo el próximo 12 de mayo. Los boletos ya están a la venta. Conociéndola, podemos adelantar que ocurrirán sorpresas tanto en su repertorio como escénicamente. Allí estaremos.

La segunda: Volver al corazón, su álbum más reciente (disponible en todas las plataformas musicales). Un disco que no la exhibe en portada ni con nombre ni con imagen por razones encomiables que dejan a flote lo importante: nueve canciones hilvanadas con mujeres en prisión, bajo circunstancias especiales. Así es.

En la ilustración de cubierta hay un árbol de la vida en que se ven figuras vestidas de azul, acompañándose, apoyándose con amorosa simetría. Personas sin libertad que, de una u otra forma y con Leiden como vehículo, dejaron su impronta desde cinco diferentes penales del país: El Centro de Readaptación Social (CERESO) Guanajuato, el Centro Penitenciario y de Reinserción Social Nezahualcóyotl Bordo de Xochiaca, el Centro Penitenciario y de Reinserción Social Santiaguito, Almoloya y el Centro de Reinserción Social Femenil de Escobedo en Nuevo León.

La idea comenzó durante la pandemia, a través de la iniciativa Dona1Hora de la Fundación Plan B, creadora de la primera Video-Penitenciaria Femenil del país. Luego de contactarla, la cantautora y activista ofreció una sesión creativa que tuvo gran resonancia. Así, lo que originalmente sería un solo encuentro virtual se convirtió en dieciocho sesiones de creación conjunta; un taller de largo aliento a través del cual se compartieron historias que más tarde darían vida a las letras musicalizadas por ella y producidas por el talentosísimo Luis Luca Ortega.

Fue entonces que a partir de una metodología única, lejana a la re-victimización, al juicio parcial y a los estereotipos de la lástima, el equipo construyó un eco transparente, reflejo natural de esas vidas tras las rejas. De allí el ranchero, el corrido tumbado, la balada, la cumbia y el ska que humedecen el aire cuando suenan. De allí las frases contundentes: “Mujer detente, no bajes la frente sólo porque algunos te llamaron delincuente.”

De allí que podamos entender a cabalidad y en forma diferente lo ya sabido: que miles de mujeres recluidas en México sueñan desde el abandono de la familia, del sistema judicial y de la sociedad en general. Con ello, Leiden consigue visibilizar no sólo sus vivencias sino su resiliencia, su identidad y su capacidad comunicativa a través de ese objeto maravilloso que llamamos canción.

Distribuido por el Sello Jueves (primero de mujeres en nuestro país), Volver al corazón apunta a la melancolía pero no es vencido por la tristeza. Citando el texto introductorio de Mariana Martínez Esténs, en él hay “consejos y humor, caricia del sol, canto de los pájaros que se escuchan desde el cuarto piso, un llegar a casa caminando o en camión y mucha, pero mucha humanidad”. Esperamos que lo escuche y que esté de acuerdo con nosotros. Y nos vemos en mayo, bailando bajo el escenario. Buen domingo. Buena semana. Buenos sonidos ●