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DOCTOROW narrativa de

rra Fría– como escenarios para historias sobre el dolor moral y la injusticia en su país. Destacó que las técnicas literarias siempre están subordinadas a la narración de una gran historia y a la creación de personajes memorables.

Según el editor Jorge Herralde, Doctorow fue una de las figuras más emblemáticas de “la fase de autorreflexión y discusión de las funciones y modalidades formales” que la novela estadunidense atravesó durante el siglo XX.

Doctorow en México

E.L. DOCTOROW visitó México a mediados de septiembre de 1981. Tras una visita a Teotihuacán, Rafael Vargas –gran lector del escritor del Bronx– y Gustavo García lo entrevistaron. Durante la conversación les dijo que al escribir Ragtime algunos personajes fueron apareciendo sin previo aviso. Confirmó que no había nada planeado, no tenía la intención de llegar a una visión unitaria de Estados Unidos. Confesó que al escribir pensaba en una situación o en un lugar, un paisaje.

Constató que le gustaba la novela; la prefirió a cualquier otra forma de documento social. Ahondó en el “nuevo periodismo”, al que consideró valioso, particularmente a Tom Wolfe. Doctorow leía a esos autores porque trataron de describir hechos concretos y comprenderlos de una manera novedosa, que consistió en utilizar las técnicas de la novela. Para el escritor las diferencias entre esas obras y las novelas de imaginación no son muy claras. Dijo que el periodismo y el manejo de información directa requiere de una singular honestidad. Durante la conversación evocó “Funes, el memorioso”, de Borges, cuyo personaje tiene que descansar en la oscuridad para disminuir la intensidad y la fuerza de su percepción del mundo.

Aseveró que le interesaban otras cosas: la gente y sus historias, aquello que dice un paisaje, por ejemplo.

Narraciones breves, poéticas y fugaces

EN SUS RELATOS, E.L. Doctorow se aproximó en ocasiones al acantilado de la muerte. En el magnífico texto “El soñador del Bronx”, el escritor español Eduardo Lago –narrador, ensayista, traductor y ganador del Premio Nadal 2006– recuerda que Doctorow sostuvo que mientras una novela es una larga y profunda exploración, el cuento “es un organismo vivo que cuando llega al terreno de la imaginación lo hace de manera súbita y con sus rasgos ya perfectamente formados.” Cuentos completos (traducción de Gabriela Bustelo, Isabel Ferrer Marrades, Carlos Milla Soler y Jesús Pardo