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Descubren en la Catedral un tesoro de reliquias sacras que datan de hace siglos

Durante los trabajos de mantenimiento del histórico inmueble fueron hallados 23 nichos con imágenes de santos y cruces, entre otros objetos // Su propósito, según investigadores y teólogos, era “tender un manto de protección al conjunto catedralicio de la ciudad”

Durante los trabajos de restauración de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México se encontraron dentro de su cúpula 23 nichos con imágenes de santos, cruces y otras reliquias que desde siglos pasados estuvieron ocultos ahí y que, a decir del director de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural, Arturo Balandrano Campos, representan un “hallazgo muy emocionante”.

Se ubican, precisó, en la época final de la construcción del “principal monumento religioso del país”, que culminó el arquitecto Manuel Tolsá y que en la hipótesis de los investigadores y de los teólogos que la han estudiado, “ estas cajas contienen imágenes de los santos que tienden un manto de protección al conjunto catedralicio de nuestra ciudad”.

En la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador, el funcionario de la Secretaría de Cultura explicó que se ubicó dentro de uno de los nichos, el que corresponde a San Juan Bautista, una nota dejada en 1810 por pintores y albañiles que en ese entonces participaron en la construcción de la Catedral; otras de las cajas, que son de metal, contienen escritos en latín, sin ninguna data, pero son un descubrimiento “histórico” en torno a esa obra arquitectónica portentosa.

Balandrano Campos precisó que en el esfuerzo por instaurar nuevos protocolos de conservación y mantenimiento, para que en caso de sismo los daños no sean tan graves como en 2017, se atendió a la Catedral Metropolitana y ocurrió “lo que sucede cuando intervenimos un monumento de esta antigüedad y de esta historia: encontramos algunas sorpresas”.

En Palacio Nacional, con López Obrador de testigo, se exhibió un video que da cuenta del hallazgo en ese edificio señorial ubicado en el Zócalo, cuyo origen se remonta a 1524, cuando Hernán Cortés puso la primera piedra de esa catedral levantada sobre parte de lo que fue el Templo Mayor de la Gran Tenochtitlan.

En el mismo se explica que el pasado 30 de diciembre a las 10:30 horas surgió ese descubrimiento de relevancia histórica, durante los trabajos de intervención arquitectónica y estructural de la Catedral Metropolitana que realiza la Secretaría de Cultura, por conducto de la Dirección General de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural.

“Cuando se ejecutaban trabajos de aplanados dentro del tambor de la linternilla en la cúpula central, se desprendió una baldosa de barro que cubría un nicho orientado al norte. Dentro del mismo, un restaurador encontró una caja rectangular de plomo. La tapa de ésta contenía una inscripción en latín con el siguiente texto: ‘Jesus Nazarenus rex judaeorum. Titulus triumphalis defende nos ab ómnibus malis. Sancte deu, sancte fortis, sancte inmmortalis miserere nobis’”.

Junto a ese primer hallazgo encontraron otras cuatro baldosas de barro contiguas que cubrían otros nichos, que albergaban cajas forjadas de plomo con inscripciones en latín con las leyendas: “Ste Gabriel ora pro nobis 22, Ste Raphael, ora pro nobis 21, Ste Ionnes euaeg ora pro nobis 20”.

La contratista notificó de inmediato a la residencia de obras sobre el hallazgo, que se encargó de dar aviso al director general y a las autoridades correspondientes del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

La empresa ejecutora de los trabajos siguió verificando la existencia de más nichos. Durante el transcurso de ocho horas se encontraron 19 cajas más, todas fabricadas en plomo, algunas con inscripciones que hacían alusión a santos o seres divinos, y otras con la tapa grabada sin data ni otro signo que permitiera suponer el contenido de éstas.

En 1810, albañiles del equipo de Tolsá abrieron una de las cajas

Al término de la jornada se tenía conocimiento de la existencia de 23 cajas con inspiraciones religiosas que contenían distintas pinturas, cruces de madera y palma, así como fragmentos que posiblemente conformaban medallones de barro y cera, se resaltó en el video.

Se destacó que en la caja perteneciente a San Juan Bautista se encontró una nota referente a su hallazgo en 1810 por uno de los pintores que intervinieron en ese año la Catedral y que posiblemente eran parte del equipo del arquitecto Tolsá. Esta caja fue la única hallada y abierta en ese año.

La nota es la siguiente: “Severo Arceo y Nicolas Serrano, pintores, y José Félix; José Sicilio y Juan García, albañiles, y Juan Flores, sobrestante, cuando se pintó esta cúpula, año de 1810, encontraron estas reliquias de su Santidad Juan Bautista. Y ro- gar a Dios por sus almas por amor de Dios. Era virrey el señor arzobispo don Francisco Xavier de Lizana y Beaumont, gobernaba en España Fernando VII y en Francia Napoleón Bonaparte”.

El paso siguiente fue proteger las reliquias, a través del registro del emplazamiento, medidas y descripción breve de las cajas y el sellado nuevamente de los nichos, restringiendo totalmente el acceso a ellos con la intención de resguardarlos hasta que los restauradores especialistas del INAH pudieran acudir al sitio del descubrimiento.

“Una vez que el INAH, por conducto de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural, realizó la exploración, registro y trabajos de conservación del contenido de estos bienes patrimoniales y de las cajas de protección, se prevé que éstas sean reintegradas a su posición original en el arranque del cimborrio de la linternilla de la cúpula central de la Catedral de México, acción que se prevé concluya a finales de enero del presente año.”

Al respecto, Balandrano Campos precisó que ya terminaron los trabajos de restauración y conservación de la Catedral, luego de los sismos de 2017, y sólo falta reintegrar las 21 cajas a su sitio para mantener la tradición de protección religiosa al conjunto catedralicio.

La nota dejada por los pintores y albañiles en 1810, cuando encontraron una caja, dijo, “nos habla de la importancia de la referencia histórica de estos monumentos en la cultura de nuestro país”.

El funcionario destacó asimismo que el

▲ El 30 de diciembre pasado surgió el descubrimiento de relevancia histórica, durante los trabajos de rehabilitación de la Catedral Metropolitana, que sufrió daños a causa de los sismos de 2017. Foto cortesía de la Secretaría de Cultura federal gobierno federal ha estado muy atento a la conservación de la Catedral Metropolitana; en un primera etapa “se hizo una intervención importante para mantener la estabilidad del monumento, que sabemos, como todos los otros monumentos del Centro Histórico de la Ciudad de México, se hunden paulatinamente ante el antiguo lecho lacustre que tenía la ciudad”.

Para prevenir más hundimientos, se atendieron los pilotes de control para mantener la estabilidad de su estructura, se retiró toda la flora parásita que crece en las juntas de las piedras, se rehabilitó con ayuda de la CFE, todo el sistema eléctrico, con el fin de evitar chispazos y siniestros por incendio.

También, agregó, se rehabilitó el sistema de pararrayos de la Catedral para protegerla del golpe de un relámpago en una tormenta. Los trabajos concluyeron y se atendieron los daños menores en las dos torres y en las cúpulas del histórico inmueble.

“Estamos por devolver a la comunidad de la capital, y a todos los visitantes que acuden, este señorial monumento para dejarlo seguro y resistente ante próximos sismos que sabemos que vendrán”. En la cúpula seguirán las cajas del tiempo.

▲ Durante los trabajos de restauración de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México se encontraron en su cúpula 23 nichos con imágenes de santos, cruces y otras reliquias sacras que desde siglos pasados estuvieron ocultos. En una de las cajas, correspondiente a San Juan Bautista, había una nota dejada por pintores y albañiles del equipo del arquitecto Manuel Tolsá, fechada en 1810; otras de las cajas de metal contienen inscripciones en latín sin fecha. Sin duda, el conjunto de objetos es un hallazgo “histórico” en torno esa obra arquitectónica portentosa, refirió el director de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural, Arturo Balandrano Campos, en la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador. Fotos cortesía de la Secretaría de Cultura federal

Se desarrollará del 18 de febrero al 14 de octubre

Ngel Vargas

Aunque las cocinas tradicionales de México “están vivas y no necesitan de un rescate”, es conveniente que cuenten con políticas públicas favorables; que tengan, por ejemplo, una planeación turística respetuosa y de actividades que partan del respeto a las festividades comunitarias desde la gastronomía.

Así lo sostiene Efrén Calleja Macedo, coordinador académico del diplomado Latidos de la Cocina Tradicional Mexicana, cuya tercera edición será del 18 de febrero al 14 de octubre en modalidad presencial, en la ciudad de Puebla, y en línea, directa o diferida.

Organizado por el Centro de Producción de Lecturas, Escrituras y Memorias (LEM), el propósito de esta propuesta educativa es realizar “una inmersión en los territorios históricos, culturales, rituales y festivos de la gastronomía tradicional mexicana”, declarada en 2010 patrimonio cultural inmaterial de la humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés).

Explica Efrén Calleja: “Es decir, poner en la mesa que el platillo o lo que se cocina es la síntesis de un conjunto de saberes que viene de muchos tiempos, confluencias, encuentros y desencuentros, y que ahí toma sentido el platillo, cuando se le pone en el contexto y desde los saberes adecuados.

“Por otro lado, nos interesa que los maestros y maestras cocineros transmitan sus conocimientos, que es a lo que tienen derecho en todas las comunidades, a transmitir y preservar sus saberes de primera mano; es decir, sin intermediarios, que no haya un especialista explicando lo que ellos hacen o traduciendo lo que dicen, sino que sean ellos los que hablen de la cocina tradicional, no sólo desde la práctica, sino desde su experiencia, sus reflexiones, sus aprendizajes y su manera de habitar el mundo.”

Otro aspecto esencial, dice, es que los 18 maestras y maestros cocineros participantes en el diplomado, provenientes de diversas regiones del país, compartan cómo mediante la cocina logran transformar su realidad, como Estela Lázaro, de Tabasco, quien no sólo produce y transforma cacao, sino que desde esa actividad como punto de partida organiza cooperativas de mujeres.

Ver más allá de las recetas

Según el especialista, es fundamental acercarse a la gastronomía más allá de las recetas, pues en su opinión éstas “son un resumen, una síntesis operativa, pero hay mucho más en juego, y sólo adentrándonos en esos territorios podremos dimensionar lo vasto, lo interminable, lo maravilloso que son las cocinas tradicionales en México; porque son muchísimas manifestaciones según cada región cultural”.

Sobre el sentido del diplomado, aclara que en él no se cocinará, sino que es “una convocatoria para tomar a la cocina como un espejo de todo lo que somos en nuestras múltiples y afortunadas diferencias”.

Añade que el programa –dividido en cuatro módulos, además de una sesión de apertura y otra de clausura– “permitirá conocer

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