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Maíz y salud: la razón de los cerdos

SILVIA RIBEIRO*

Seamos claros: la amenaza de demanda de Estados Unidos para que México siga importando maíz transgénico es contra la salud de la población –tanto en México como en Estados Unidos– y para asegurar las ganancias de unas pocas, pero poderosas transnacionales, que controlan desde las semillas hasta la cría masiva de cerdos, aves y vacunos, así como su comercialización. Favorece también a los más grandes empresarios agropecuarios privados a ambos lados de la frontera, una mínima parte de los productores.

Se perpetúa así una forma de agricultura y cría animal que es enormemente contaminante y es una de las principales causas de las epidemias y pandemias en México y el resto del mundo (Ver “Gestando la próxima pandemia” https://tinyurl.com/2p9fawrv).

En este contexto, es risible si no fuera tan grave que Estados Unidos exija a México argumentos que demuestren que el maíz transgénico es dañino para la salud, cuando su principal destino es la industria pecuaria.

Las grandes instalaciones de cría animal, especialmente las avícolas y porcinas, con miles de animales hacinados, en pésimas condiciones de vida desde el nacimiento al matadero, son una fábrica de nuevas cepas de virus y bacterias, de epidemias y enfermedades.

Aún sentimos los graves impactos de la pandemia global de covid-19 y ya vemos múltiples focos –como los rebrotes de gripe aviar que surgieron también en México– de que las pandemias de origen zoonótico (como la gripe porcina) no son tema del pasado, sino un problema estructural relacionado con esa forma de producción. La cría industrial pecuaria es también la principal causa de deforestación global, consume entre 60 y 70 por ciento de los cereales y de la tierra agrícola global.

Además, es gravemente contaminante de aguas y suelos, como mostró el Tribunal Permanente de los Pueblos capítulo México. En las negociaciones del TLCAN, México ofreció como una “ventaja comparativa” la devastación ambiental y la contaminación. Muchas empresas, como Smithfield, dueña de Granjas Carroll (donde se originó la gripe porcina, actualmente propiedad de la mayor productora mundial de cerdos) se mudaron a México para evitar regulaciones ambientales y sanitarias. Sigue siendo un negocio para esas empresas instalarse en México, que junto a algunas grandes empresas mexicanas, tienen ya la mayoría del mercado en varios rubros.

Por ello, aunque México produce más del doble del maíz del que requiere la población para alimentarse, y ha aumentado su producción de maíz a un ritmo mayor que el crecimiento poblacional, esto nunca parece “suficiente”, porque la demanda de maíz para la industria pecuaria crece mucho más rápido. (Ver datos en ¿Quién gana con las importaciones de maíz? https://tinyurl. com/4fjydh6v). Las importaciones de maíz al territorio mexicano no son para México, son para alimentar estas nocivas industrias y las grandes empresas y trasnacionales que las controlan. Tampoco es necesario que los forrajes sean transgénicos, ya que la semilla transgénica es más cara y produce igual o menos que otras híbridas, pero también en Estados Unidos esas trasnacionales controlan a los agricultores e imponen lo que les conviene. Hay una relación estrecha entre las empresas que controlan los transgénicos, las que lo comercializan para alimento pecuario y la cría animal masiva y confinada, por lo que crean intencionalmente un nocivo círculo vicioso de dependencia mutua (Barones de la Alimentación, ETC 2022 https://tinyurl. com/33tk947c).

Es ese puerco negocio lo que defiende Estados Unidos, acompañado desde México por el Consejo Nacional Agropecuario (CNA) y el titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos, no las necesidades de la población (https://tinyurl. com/3xzwky4r).

El decreto del gobierno mexicano del 14 de febrero 2023 sobre maíz y glifosato, navega en esos lodos. Reafirma que México no permitirá el uso de maíz transgénico en masa y tortillas de maíz, un punto esencial. Es preocupante que no limite su uso en productos alimentarios industriales. Que se siga importando para la industria pecuaria mientras no haya suficiencia en México, ya estaba previsto en el decreto anterior que éste sustituye, pese a las mentiras de las trasnacionales y de Estados Unidos. Para cambiar eso se requiere cuestionar el destructivo modelo pecuarioindustrial y las ventajas que tienen esas empresas en el país.

El dirigente destacó que el contexto internacional abre la oportunidad para México de atraer mayores inversiones de calidad y acelerar el desarrollo e integración de las micro, pequeñas y medianas empresas en beneficio de mejores empleos y mayor bienestar social.

Vega Sáenz es contador público por la UNAM y tiene estudios de alta dirección de empresas en el IPADE. Fue presidente de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) en 1990-1992 y también en 2004-2006.

Del Valle Perochena reiteró que el sector empresarial está unido y trabajando para que las familias mexicanas tengan mejores condiciones de vida.

“El CMN ha sido pieza fundamental para el crecimiento de las pequeñas y medianas empresas y la construcción de proyectos de infraestructura que México necesita. Nuestro país está recibiendo inversiones muy importantes, pero tiene potencial para atraer más”, concluyó.

México puede abastecer sus necesidades de consumo con una producción pecuaria descentralizada, basada en la producción campesina y de pequeña escala, con diversidad de piensos adaptados a las condiciones locales, lo cual daría no sólo productos mejores y más sanos, también mucho más trabajo, seguridad y soberanía alimentaria. Pero mientras exista el modelo pecuario confinado a gran escala y esas voraces gigantes, ellas seguirán demandando maíz importado –el que sea–, porque es parte de su propio negocio, que no es la alimentación, sino la ganancia.

Es absurdo que Estados Unidos exija a México presentar pruebas “científicas” de los daños del maíz transgénico a la salud. Existen estudios científicos que muestran esos daños, pero demandar estudios del grano aislado es una falacia. Pandemia tras pandemia, las pruebas están a la vista.

*Investigadora del Grupo ETC

M Xico Sa

Pasta de Conchos: “vamos a cumplir” // Luisa María, omisión o negligencia // Córdova y Murayama, mercenarios

CARLOS FERNÁNDEZ-VEGA

“VAMOS A CUMPLIR”, reitera el presidente López Obrador sobre su compromiso de rescatar los cuerpos de los 63 mineros fallecidos en Pasta de Conchos el 19 de febrero de 2006, los cuales, desde entonces, permanecen bajo toneladas de rocas, mientras el responsable de ese homicidio industrial (Grupo México, del barón Germán Larrea) se mantiene impune tras de un “accidente” que a todas luces era evitable.

DIJO EL MANDATARIO: “todavía falta tiempo y está avanzando bien la empresa que está a cargo del rescate de los mineros, y vamos a pedir un informe a la Secretaría del Trabajo, pero lo que sé es que están trabajando y que vamos a cumplir. Es una acción intensa, pero muy humana, también compleja por lo que se está llevando a cabo de los trabajos de excavación. Todos los gobiernos anteriores omitieron sacar los cuerpos”.

BIEN, EL COMPROMISO presidencial se mantiene firme, pero el problema es a quien ordenó la solución, porque el eslabón más ineficiente de la cadena –por omisión o negligencia– tiene nombre y apellido: Luisa María Alcalde, a quien, según anunció el propio López Obrador, “pediré que informe en general sobre el caso de Pasta de Conchos”. Sin embargo, la exposición que eventualmente presentaría la secretaria del Trabajo debe incluir otros asuntos largamente dejados en el “olvido”, como las tres huelgas mineras (que el próximo julio cumplen 16 años sin solución) y la de Notimex, que recién sumó tres años en el limbo jurídico y laboral.

EN EL CASO de Pasta de Conchos, casi cuatro años después de que el presidente López Obrador se comprometiera a rescatar los cuerpos e instruyera a Luisa María Alcalde para comenzar los trabajos respectivos, lo único que atina a pedir la titular de la Secretaría del Trabajo a las viudas es “paciencia”, pues, les dijo, “si no se logran sacar los restos mortales de los mineros a finales de 2024, el siguiente gobierno de Morena seguirá con esa tarea’”. Y se quedó tan tranquila, no así los deudos a quienes supuestamente atiende.

LA JORNADA (ANDREA Becerril) lo reseñó así: “un grupo de viudas se reunió con Luisa María Alcalde y salió enojado y decepcionado, pues todo indica que la autoridad laboral, al igual que la empresa (Grupo México), está apostando a que los demandantes se desgasten y abandonen

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