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J. LAURELES Y AP

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GEORGINA SALDIERNA

GEORGINA SALDIERNA

Alcanzan cifra récord cruces de indocumentados a EU desde México

AP SAN DIEGO

Un aumento en la migración de Venezuela, Cuba y Nicaragua en septiembre elevó el número de cruces no autorizados en la frontera al nivel más alto que se haya registrado en un año fiscal, de acuerdo con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus iniciales en inglés).

Los números reflejan el deterioro de las condiciones económicas y políticas en algunos países, la fuerza relativa de la economía en Estados Unidos y la implementación desigual de las restricciones al asilo en la era del gobierno de Trump.

Migrantes fueron detenidos 227 mil 547 veces en septiembre en la frontera con México, el tercer total mensual más alto en la administración del actual presidente Biden. Eso representó un alza de 11 por ciento respecto a las 204 mil 87 detenciones en agosto y 18.5 por ciento respecto a 192 mil de septiembre de 2021.

En el año fiscal que concluyó el 30 de septiembre, migrantes fueron parados 2.38 millones de veces, un aumento de 37 por ciento respecto a 1.73 millones de un año antes, según las cifras que se dieron a conocer el viernes. El total anual rebasó 2 millones por primera vez en agosto y es más del doble del nivel más alto registrado durante la presidencia de Trump, en 2019.

Unos 78 mil migrantes de Venezuela, Cuba y Nicaragua fueron parados en septiembre, comparados con los cerca de 58 mil de México y tres países centroamericanos que históricamente han representado la mayor parte del flujo.

El notable cambio geográfico es resultado al menos en parte del Título 42, una regla de salud pública que suspende los derechos de solicitar asilo bajo las leyes de Estados Unidos e internacionales para prevenir la propagación del covid.

Debido a las tensas relaciones diplomáticas, Estados Unidos no puede expulsar a los migrantes a Venezuela, Cuba o Nicaragua. Como resultado, en su mayoría son dejados en libertad en Estados Unidos para proceder con sus procesos de solicitud de asilo.

Las remociones con base en el Título 42 han sido realizadas 2.4 millones de veces desde que inició en marzo de 2020, pero han afectado desproporcionalmente a los migrantes de México, Guatemala, Honduras y El Salvador.

Funcionarios estadunidenses señalaron que la migración venezolana a Estados Unidos cayó más de 85 por ciento desde el 12 de octubre, cuando Washington comenzó a expulsar a venezolanos a México bajo la ley Título 42. Al mismo tiempo, el gobierno de Biden prometió admitir hasta 24 mil venezolanos al país por razones humanitarias si realizaban la solicitud vía Internet con un patrocinador financiero e ingresaban por un aeropuerto, de la misma forma en que miles de ucranios han arribado desde que Rusia invadió su país.

Los primeros cuatro venezolanos con un permiso de permanencia temporal en Estados Unidos llegaron el sábado –dos desde México, uno desde Guatemala y otro desde Perú– y cientos más han recibido autorización para volar, informó el Departamento de Seguridad Nacional.

“Aunque estos datos preliminares no están reflejados en el reporte (de septiembre), confirman lo que hemos dicho siempre: Cuando existe una manera legal y ordenada de entrar al país, las personas tienden menos a arriesgar sus vidas en manos de traficantes y de tratar de cruzar la frontera de manera ilegal”, afirmó el comisionado de la CBP, Chris Magnus.

Venezolanos resisten con zozobra en albergue al norte de la capital

JARED LAURELES

Con “una cajita de cenizas” de su tío que era “como un padre”, dos mujeres jóvenes arribaron a uno de los albergues en la Ciudad de México con tristeza. Emprendieron la travesía juntos, pero él falleció de un infarto y ahora decidieron permanecer en el refugio, pues por el momento “no hay esperanza” de continuar.

“Es doloroso. Se acercó un señor y me dijo si podíamos recibir a las dos chicas, que habían quedado varadas en Oaxaca y sólo estaban esperando los restos de su familiar”, cuenta Magdalena Silva Rentería, religiosa que gestiona el albergue Casa de Acogida y Formación para Mujeres y Familias Migrantes (Cafemin).

Muchos de los migrantes que expulsó Estados Unidos llegan a este lugar no sólo hambrientos, cansados y en busca de techo, sino prácticamente en estado de shock, debido a las penurias que han pasado en ese viaje incierto hacia la frontera norte del país.

Para Sergio –nombre ficticio para proteger su verdadera identidad–, permanecer en México “es la oportunidad más cercana que tengo para empezar de nuevo”. Deportado del vecino país del norte tras el anuncio de la nueva medida migratoria, asegura que no intentará cruzar de nuevo la frontera, pero tampoco es opción regresar a Venezuela.

“Si vuelvo a entrar a Estados Unidos, con los datos que ya me tomaron me pueden arrestar de tres a cinco años y tengo una hija y familia que cuidar”, dice el hombre de 37 años durante un recorrido de La Jornada por las instalaciones de Cafemin, que alberga ya a más de 500 migrantes.

En este recinto se mueven con libertad y pueden dormir sin temor a ser detenidos o molestados, aunque sus rostros reflejan enojo, confusión, frustración y tristeza.

Con la rabia contenida y los ojos llorosos, Sergio cuenta cómo fue maltratado y las humillaciones que tuvo que pasar al ser expulsado, luego de que Washington aplicó el nuevo criterio de asilo.

“Nos montaron a un autobús y nos llevaron a una cárcel, porque eso es lo que era (la estación migratoria). Nos tenían arrestados a unas 50 o 60 personas con candado en una puerta como si estuviéramos presos; nos tiraban al piso”, narra.

Después fueron llevados en un

▲ El albergue Cafemin, en la colonia Vallejo de la CDMX, está saturado debido a la llegada de cientos de migrantes que no cesan en su intento por entrar a Estados Unidos. Foto Víctor Camacho

avión a California, hacia un refugio donde sufrieron condiciones similares: “Nos encerraron en un cuarto, comiendo unos panecillos con frijoles todo el día, y cuando pedíamos agua, nos daban un termo y nos pasaban una manguera para llenarlo”.

En ese lugar permaneció cuatro días, siempre esposado de brazos, manos y cintura, dice. Luego fueron entregados a autoridades migratorias mexicanas, quienes lo despojaron de sus pertenencias.

Francelis partió de Venezuela y recorrió junto con su familia más de 4 mil kilómetros en busca “de un mejor futuro”. Parece tranquila mientras se maquilla, pero cuenta que en su país dejó a sus dos hijos. “Mis pequeños me dicen que cuando llegue allá (Estados Unidos) los mande a buscar”, pero mientras esperará en el albergue “a que se calme la situación para ver si podemos seguir avanzando”.

Urge ONG a establecer mecanismo trasnacional de protección a niños migrantes

CAROLINA GÓMEZ MENA

Para resguardar a las infancias que deben abandonar sus lugares de origen, urge establecer un mecanismo trasnacional de protección de niñez migrante y refugiada, expuso Juan Martín Pérez García, coordinador de Tejiendo Redes Infancia para América Latina y el Caribe.

Añadió que en el actual contexto de expulsión de venezolanos desde Estados Unidos a México, muchos de los cuales vienen acompañados con niños y adolescentes, tener un esquema como el señalado haría menos peligroso su traslado hacia el norte.

Pérez García precisó a La Jornada que las infancias migrantes cada vez están más expuestas a las acciones criminales de la delincuencia organizada y a los abusos de elementos castrenses, debido a la mayor participación en la región de fuerzas armadas en temas migratorios.

“Hemos estado insistiendo en que se debe progresar en un mecanismo trasnacional de protección integral de niñez migrante y refugiada entre las autoridades de los respectivos países, en este caso Venezuela con los países centroamericanos y México”.

Lamentó que “todos los países estén avanzando en la militarización para controlar los flujos migratorios, porque eso no sólo es violatorio a los derechos humanos, sino que también los orilla a ir por rutas cada vez más complicadas y con mayor riesgo, lo que se traduce en mas muertes”.

Recordó que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha incorporado entre sus recomendaciones la creación de este instrumento para proteger a las infancias migrantes y que esto se centró en diversos aspectos: “reducir la militarización en términos de la atención a la niñez migrante y refugiada, que sean las autoridades de infancia las que los atiendan en el primer contacto y que la determinación del interés superior de la niñez se haga de forma coordinada”.

Colapso en frontera Colombia-Panamá

La Red Eclesial Latinoamericana y Caribeña de Migración, Desplazamiento, Refugio y Trata de Personas (Red-Clamor), indicó que la frontera entre Colombia y Panamá ha “colapsado”, pues las estaciones migratorias “no dan abasto”.

Dicha información fue difundida por la Agencia de Noticias del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), con base en lo informado por el laico Jorge Ayala, quien expuso que en la región de la selva del Darién las estaciones migratorias recibían de 500 a 600 personas mensualmente, pero a partir de agosto “se disparó y acá estamos recibiendo entre mil 500 y 2 mil personas aproximadamente por día”.

Añadió que, tras el anuncio de Estados Unidos sobre las nuevas disposiciones para los venezolanos, “estamos teniendo personas que se están regresando a Panamá desde Nicaragua y Costa Rica para tratar de gestionar acá alguna categoría migratoria” y conminó a organizar vuelos humanitarios.

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