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BRAULIO CARBAJAL

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ANDREA BECERRIL

ANDREA BECERRIL

Domingo 23 de enero de 2022 DE ENMEDIO

DEPORTES CIENCIAS CULTURA ESPECTÁCULOS

2a

CULTURA

En Cuba hay una muralla invisible que impide el avance: Gerardo Arreola

En el libro Cuba: el futuro a debate, el colaborador de La Jornada aborda la era del mandato de Raúl Castro y los retos de la transición a partir de una crónica periodística

ALONDRA FLORES SOTO

En Cuba se vive un proceso de transición con realidades que son distintas del pasado, pero “hay una muralla invisible, pero muy poderosa, que impide que las cosas avancen”, consideró el periodista Gerardo Arreola, quien fue corresponsal en La Habana por 16 años.

“El problema más importante es una mentalidad obsoleta, hay nostálgicos de la Unión Soviética que todavía quisieran vivir ilusoriamente en un pasado que ya no existe”, expresó durante la presentación de su libro Cuba: el futuro a debate en la Casa Refugio Citlaltépetl.

“Mucha gente dice que en Cuba no pasa nada y que no se discute”, ese fue uno de los motivos para hacer el libro y “mostrar que sí pasan cosas allá y que sí se discute mucho dentro”, declaró el periodista mexicano, quien aborda la era del mandato de Raúl Castro y los retos de la transición a partir de una crónica periodística sobre la historia reciente del país caribeño, con episodios como el colapso del socialismo real y la presidencia de Miguel Díaz-Canel.

La noche del 31 de julio de 2006 fue un momento de inflexión en el destino de Cuba. El comandante en jefe Fidel Castro, líder de la revolución cubana, dio a conocer una proclama en la que decía en síntesis que había tenido una grave crisis de salud y delegaba sus cargos oficiales de manera provisional a su hermano menor, Raúl Castro.

Ese acontecimiento, que Arreola vivió en La Habana, ciudad en la que residió por su labor de corresponsal, primero para Notimex y luego para La Jornada, arranca el hilo del libro sobre el rumbo del país. “Lo más interesante de la proclama era lo que no decía: que nunca antes desde el triunfo de la revolución cubana, 47 años atrás, Fidel Castro tenía que dejar el cargo y no estaba claro lo que ocurriría a partir de entonces”, relató el coeditor de la edición en línea de este diario.

María Cortina, directora de la Casa Refugio, expresó en la presentación editorial: “Si en Cuba, como dice Gerardo Arreola, las redes de comunicación y confianza se tejen a partir de una taza de café, en este espacio lo hacemos alrededor de la literatura, la reflexión, los derechos humanos y el amor por la palabra”.

El autor estuvo acompañado por sus colegas Blanche Petrich y María de Lourdes Pallais, así como por David Velázquez, editor del libro que publica el sello Debate, de Penguin Radom House, en coedición con La Jornada.

Esa noche de 2006, después de mandar la noticia a México, en las calles de La Habana, Arreola encontró un debate entre vecinos con preguntas y conjeturas. Consideró que los cubanos sintieron el momento crítico que interrumpió abruptamente la historia y abrió un horizonte de incertidumbre. Entonces, vieron un futuro que antes parecía más o menos borroso, que trajo un cambio en el conflicto con Estados Unidos, en lo interno sobrevino el relevo generacional en el mando, apertura económica con avances y retrocesos y la explosión civil de una sociedad más observadora, crítica, activa, expresiva y demandante que antes, que ha puesto sobre el escenario reclamos de libertad cada vez mayores.

Testigo de mirada cautelosa

Arreola comentó que por razones de generación creció con una influencia muy grande de la revolución cubana, la cual fue parte de la vida política, histórica y cultural. Sin embargo, cuando llegó a trabajar a La Habana, a partir de 1994, ya tenía una mirada más informada y cautelosa, en el país apenas empezaban las reformas y era un momento profundo del periodo especial, en que se percibía una mezcla de derrota y de esperanza al mismo tiempo, cuando se podían tener dólares en la mano, sin ser detenidos por la policía, relató durante la conversación en el jardín del espacio cultural en la colonia Condesa.

La escultura del diplomático Gilberto Bosques a un lado de la mesa de los ponentes, como si observara despreocupado la conversación, “y quien además fue testigo de la decepción de la revolución cubana, desde su puesto de embajador en La Habana en una década decisiva, de 1953 a 1964”.

El autor dedicó sus palabras a la memoria de tres compañeros: Javier Valdez, Miroslava Breach y Josexto Zaldua, coordinador general de este diario recientemente fallecido, “con quien compartí largas discusiones sobre Cuba, y quien respaldó desde el primer momento la edición del libro”.

La periodista Blanche Petrich, su colega en La Jornada, recordó sus visitas a La Habana, donde Arreola

Los periodistas Blanche Petrich y Gerardo Arreola durante la presentación del libro Cuba: el futuro a debate en la Casa Refugio Citlaltépetl.Foto José Antonio López

la recibía en su oficina en el Vedado, en un piso alto con el mar enfrente. Entonces, se convertía en guía que le daba observaciones y frases cortas que ayudaban a entender el país al que había arribado, cuando recién llegada tenía un jaloneo de ideas entre la revolución y la realidad.

Comentó que para muchos que conocen al autor, era un libro que esperaban desde hace años. “Es uno de los conocedores más sensibles y con una lectura más completa de lo que pasa en la isla”, consideró Petrich. “Aquí hay un tesoro de información invaluable”, opinó al hablar también de la capacidad metodológica, el gran archivo que posee y la red de fuentes de información que tejió Arreola durante su estancia en la isla.

Su participación hizo énfasis en el contraste entre la oscuridad y el silencio del periodo especial, y después el estallido de luces y música. “Marca un periodo vital en la historia de Cuba, muy importante y muy poco comprendido”.

La presentación del libro dedicado al porvenir cubano se transmitió ayer en vivo; la grabación se encuentra disponible en el perfil de Facebook de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México.

Posponen por pandemia la Feria Internacional del Libro de La Habana

ÁNGEL VARGAS

El Ministerio de Cultura de Cuba anunció ayer su determinación de posponer para abril próximo la 30 versión de la Feria Internacional del Libro de La Habana (FILH), prevista originalmente para realizarse del 10 al 20 de febrero, y que tiene a México como país invitado de honor.

La medida fue adoptada a propuesta del Instituto Cubano del Libro debido “a la situación epidemiológica que enfrenta la región, de donde procede la mayor cantidad de visitantes a esta cita cultural cada año”, explicaron las autoridades isleñas en un comunicado, en el que además se informó que tal decisión incluye la realización de la feria en las diferentes provincias de aquella nación.

“Se ha tenido en cuenta que este importante encuentro es el de mayor convocatoria popular de los que realizan las instituciones de la cultura en Cuba”, agregó el ministerio cultural, el cual precisó que el Instituto Cubano del Libro informará en fechas próximas los detalles asociados a la organización y desarrollo del nuevo calendario de la feria.

En diciembre pasado, el presidente del Instituto Cubano del Libro, Juan Rodríguez Cabrera, destacó en entrevista con La Jornada

En la imagen, el buque que arribó la semana pasada a Cuba con materiales y libros procedentes de México. Foto cortesía de la SRE

(10/12/21) que la 30 FILH será la primera actividad realmente masiva que tendrá lugar en la isla luego de casi dos años de aislamiento debido a la pandemia, y subrayó que México es el primer país que por segunda ocasión es el invitado de honor de la feria (la primera fue en 1998).

Resaltó que ese encuentro, considerado el acontecimiento más significativo del movimiento editorial cubano, rompió en 2019 su propio récord, al recibir a más de 124 mil personas en un solo día en su sede permanente, la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña, en La Habana.

A la feria, indicó, suelen acudir autores y editoriales de alrededor de 45 países, así como más de 600 invitados, y precisó que, de forma posterior, se traslada a cada una de las 15 provincias y del municipio especial Isla de la Juventud, para llevar más de 4 millones de libros de todos los escritores participantes, cubanos y extranjeros.

Según Rodríguez Cabrera, ante la situación de la pandemia, para esta edición se tomarán medidas especiales con el fin de evitar, en lo posible, grandes aglomeraciones, entre ellas tener como sede no sólo el morro, sino extenderse al Centro Histórico de la capital, en La Habana Vieja. En total, afirmó, cada año asisten a los recintos feriales en Cuba más de un millón 200 mil personas, donde se venden “más de un millón de libros”.

El domingo 16 de enero llegó a La Habana el cargamento de libros y demás materiales con los que México participará en ese encuentro editorial en su condición de invitado de honor. La posibilidad de que la FILH modificara la fecha de su realización o, incluso, se cancelara debido al nuevo auge de la pandemia, comenzó a manejarse en nuestro país desde el pasado miércoles por autoridades del Fondo de Cultura Económica (FCE).

En la transmisión del programa Desde el Fondo, el subgerente comercial de ese sello, Antonio Hernández, aclaró que, al margen de la decisión que tomaran las autoridades culturales cubanas, el acervo editorial enviado a la isla por el FCE servirá de simiente para la librería que éste abrirá próximamente en La Habana.

Precisó que el embarque mexicano fue transportado por un buque de la Secretaría de Marina y que en él se encuentran “las editoriales más representativas” de la Secretaría de Cultura federal, como las de los institutos nacionales de Bellas Artes y Literatura y de Antropología e Historia.

Quién soy

BÁRBARA JACOBS

Mi primera acción del día, cada día, es arreglarme de pies a cabeza, y arreglarme bien, como si estuviera por atender un compromiso determinante en mi vida. ¿Será vivir?

Al despertar, 3:39, hoy experimenté pánico. Lo de mis piernas, me sobresalté, además de la dificultad, de tiempo atrás, de caminar, están, recientemente, llenas de moretones y de hinchazones; la imposibilidad de levantarme si no es mediante un enorme esfuerzo, y auxiliada por algo de lo cual fijarme, lo cual asir, para que me alce del piso, si me agaché, si me senté en el piso, para, digamos, elegir el par de zapatos que he de calzar ante la ocasión; algo de lo cual asirme, digo, para que me levante de los suelos, me ponga de pie, no es consecuencia, como, tras hacer historia en mi más reciente, larga, detenida, atenta, consulta clave con mi médico de cabecera desde hace 23 años, me temo que lo de mis piernas, según llegó él a la conclusión, no se debe al par de cirugías que atravesé de la columna vertebral, en 1975; sino, y es la razón que provocó mi pánico, a la diabetes que padezco, y que se agrava con el paso de los días. Esperaré; el martes próximo me harán una “resonancia magnética, precisamente de la columna vertebral, lumbo sacra con gadelínica (si descifro correctamente la letra del doctor) cartemi 1.2”, o, en términos del laboratorio, “P S RM COLUMNA LUMBAR CC”. Esperaré, repito, los resultados del estudio y aguardaré, con paciencia, la conclusión que él alcance, al verlos él mismo. No obstante, el pánico de que, según yo intuyo, sea por la diabetes que padezco desde tiempo atrás, y que se agrava con el paso de los días, se ha apoderado de mí. Este pánico desbordado es, ahora, mi segunda naturaleza, no me deja en paz, no me da descanso.

Así es la vida, supongo. Así es mi vida ahora. Me tiemblan los dedos, permanentemente, las manos; se me agarrotan los dedos, las manos, con dolor, con inevitable desesperación.

Por otra parte, asimismo permanentemente, ahora, desde mi soledad, reconozco que yo ya viví; que yo ya pasé, que ya pertenezco al pasado. ¡Soy el pasado! ¡Yo, ya pasé! Ya viví y no lo lamento, en lo mínimo. Me siento en paz con mi vida. Debido a mi origen oriental, encima, creo en el destino. Sé, sin temor, que lo que vendrá, vendrá. Este mundo, el Valiente nuevo mundo de Aldous Huxley, es al que yo no pertenezco más. Y advierte, lector amigo, lector querido, que no lo lamento, en lo mínimo. Mi único deseo es acabar todo mi proyectado trabajo pendiente. Me siento asombrosamente feliz. La única preocupación que, lo reconozco, me domina, me quita el aliento, me asfixia, es pensar en mis hermanos. Les prohíbo que se me adelanten. No toleraría un desprendimiento más. Si el destino, en el que creo profundamente, no me mata, moriré por iniciativa propia, por mi propia mano, por mi propia voluntad. “No se me adelanten”, les he advertido con determinación, con plena certeza, con absolutamente plena seguridad. “Aguanten; ustedes cuatro, Laurence, Gerald, Emile, Karim; son hombres, y el sentido común sostiene que un hombre no deja caer los brazos, no se resigna a perder, a no haber logrado sus sueños. Siguen adelante. Sigan adelante, hermanitos míos, adorados míos, no me provoquen ansiedad. No se me adelanten en el camino. Es mi último deseo. Podría sostener, con la frente en alto, como indican los sabios que hay que hacer, que estas son mis últimas palabras. Aguanten, mis amores. No se me adelanten, ninguno de ustedes. Es mi último deseo. No se me adelanten. Si tuviera algún tipo de autoridad, es la orden que les daría, con firmeza, sin vacilación ninguna. Con el corazón en la mano, como aconseja el sabio que hay que vivir. Y morir. Vivan. No se me adelanten, ninguno de los cuatro, representan, ahora, mi vida afectiva entera, ustedes, específicamente cada uno de ustedes, nacidos entre 1949 y 1970. Karim, nuestro cuarto hermano, el menor de los cuatro, hijo de nuestra hermana mayor, nacida en 1945, que en 2014 murió”.

El escritor Sergio Ramírez, nuevo miembro de la ANLE

CARLOS PAUL

La Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE) nombró al escritor Sergio Ramírez “miembro correspondiente” de dicha institución, y reconoce así “los relevantes aportes del autor para profundizar, consolidar y expandir la lengua, las letras y la cultura panhispánica”.

Mediante un comunicado fechado el 20 de diciembre de 2021 en Washington, dirigido de manera personal al también Premio Cervantes 2017, que el escritor compartió ayer en sus redes sociales, Sergio Ramírez agradeció a dicha academia el honor de incluirlo como uno de sus miembros.

El nombramiento tiene de contexto el “exilio forzado” en el que se encuentra el escritor, debido a una orden de detención que hay en su contra, emitida por el actual gobierno de Nicaragua, encabezado por Daniel Ortega.

Sergio Ramírez actualmente se encuentra en Madrid, España, aunque también reside en Costa Rica, donde ha sido recibido “de manera maravillosa” por el presidente Carlos Alvarado Quezada y por las autoridades del gobierno y desde donde viaja a otros países.

“Tengo muchos amigos en Costa Rica, pues ahí viví 14 años de mi vida, de manera que me siento muy bien, pero tengo mis opciones abiertas. Puede ser que me quede a vivir en México o en España; todavía no lo sé” (La Jornada, 13/8/21).

Hay Festival Colombia en puerta

Durante los últimos días de enero se tiene programada la participación de Sergio Ramírez en el encuentro Hay Festival Colombia 2022, que se llevará a cabo de manera presencial y virtual, del 27 al 30 de enero, con actividades en Cartagena de Indias, Medellín y Jericó.

De acuerdo con la programación del encuentro, Sergio Ramírez sostendrá un conversatorio con Jan Martínez Ahrens, el jueves 27 de enero a las 15:30 horas, en el Auditorio del Centro de Convenciones de Cartagena de Indias.

Entre los viajes más recientes que ha realizado el autor de Ya nadie llora por mí está el que hizo de Costa Rica a Madrid para participar en un encuentro sobre literatura centroamericana y para promocionar su novela más reciente, Tongolele no sabía bailar, así como con el fin de iniciar una gira durante agosto, septiembre y octubre por las distintas sedes del Instituto Cervantes en Europa.

Murió el pensador Thich Nhat Hanh; esparció por el mundo la práctica del mindfulness

Las más de 100 obras del monje y activista se han traducido a casi una treintena de idiomas

DPA WALDBRÖL

Thich Nhat Hanh murió hoy a los 95 años en la ciudad vietnamita de Hue. El monje budista, reconocido en todo el mundo por difundir la práctica del mindfulness, falleció en paz en su hogar en el templo Tu Hieu, informó el centro de meditación Plum Village, creado por él.

Junto con el Dalai Lama, el monje era uno de los representantes más importantes del budismo. El mindfulness, la concentración mental plena en el momento presente, es de su creación.

Miles de europeos han participado en el Instituto Europeo de Budismo Aplicado (EIAB, por sus siglas en inglés). Allí meditan, suman energía y fortalecen su equilibrio interior de acuerdo con las enseñanzas del mindfulness de Thich Nhat Hanh, explicó Phap An, director del centro, ubicado en la localidad de Waldbröl, cerca de Colonia, fundado en 2008 por el fallecido maestro zen y activista por la paz.

El monje destacó que, tras sufrir un derrame cerebral en 2014, Thay

Thich Nhat Hanh falleció a los 95 años. Fundó el Instituto Europeo de Budismo Aplicado en la localidad alemana de Waldbröl en 2008. Foto tomada de la página de Facebook de Thay

(maestro), como llaman sus seguidores a Thich Nhat Hanh, preparó a sus alumnos en todo el mundo para seguir adelante sin él y los guió en esa transición. “Cuando Thay creó el EIAB, ya sabía que no le quedaba tiempo. “Nuestra comunidad llevará su visión al futuro”, afirmó.

El director del instituto remarcó que Thay también es venerado mundialmente por su compromiso con la paz y su acción social.

“Thay visitó cárceles para ayudar a la gente. Y ya desde los años 70 exhortaba a proteger nuestro medio ambiente”, afirmó el hermano Phap An, quien agregó que la muerte del maestro representa una gran pérdida para todos, pero garantizó la responsabilidad de los monjes experimentados a cargo de las comunidades monásticas.

“Duele mucho y es muy triste, pero también tengo confianza. Thay no pudo visitarnos desde 2014, sin embargo, la gente ha acudido a nosotros y depositado mucha confianza en que representemos su enseñanza”, expresó la monja budista Song Nghiem.

Dijo además que el número de participantes en los cursos ha crecido y ahora está aumentando de nuevo tras la pausa impuesta por la pandemia.

Los numerosos libros de Thich Nhat Hanh, en los que aboga por la caridad y una vida de atención plena y conciencia del presente, se han traducido a casi dos docenas de idiomas. Una treintena de las más de 100 obras del monje han sido publicadas en alemán.

En 1966, Thich Nhat Hanh debió exiliarse en el curso de sus esfuerzos por la paz durante la guerra de Vietnam. Luego vivió en Francia durante muchos años.

En 1982 fundó la famosa Plum Village, centro de meditación budista en el departamento de Dordoña, en el suroeste del país galo. Le siguieron muchos otros centros y monasterios, incluso en Estados Unidos, Australia y Tailandia. Miles de personas de todo el mundo acuden a ellos para realizar retiros cada año.

Plum Village anunció su intención de conmemorar al maestro budista durante cinco días con meditaciones y ceremonias transmitidas por Internet.

En 2014 Thich Nhat Hanh sufrió un derrame cerebral y regresó a Vietnam a finales de 2018. Dijo a sus alumnos que quería pasar el resto de su vida en el monasterio de Tu Hieu, en la ciudad de Hue, donde se ordenó de monje a los 23 años.

“La ola no tiene que morir para convertirse en agua. Ya es agua”, es una de sus citas más conocidas.

RELATOS DEL OMBLIGO En la casa de la sal, cada zopilote en su rama

JUAN BECERRA ACOSTA

LA CASA DE la sal, sitio en el que durante siglos se obtuvo del lago esta sustancia con la que se condimentaron los alimentos de los habitantes del valle de México, es hoy una alcaldía en la que, sobre lo que hace no tantos años eran canales y parte del lago de Texcoco, se levantan fábricas y complejos industriales: Iztacalco, la demarcación más pequeña en extensión territorial de la Ciudad de México y una de las más grandes en importancia histórica y cultural. MÁS ANTIGUO QUE la gran Tenochtitlan y localizado en medio del lago, el pueblo de Iztacalco fue un excelente lugar para que quienes nómadas llegaron a su territorio, se volvieran sedentarios y fundaran una población rica en plantas, animales y aves migratorias que durante el invierno llegaban, como hoy lo siguen haciendo a la zonas chinamperas de la ciudad, a refugiarse del frío. Debido a estas condiciones los iztacalcas comían bien y de todo: tortuga, axolote, rana, insectos, plantas y, entre otras carnes, las de aves, como el pato o el chichicuilote. ANTE TAN DIVERSA cantidad de alimentos, los primeros habitantes de Iztacalco encontraron en las piedras de sal del lago, además de materia prima para remedios medicinales y detergente, el mejor condimento para exaltar el sabor de sus platillos, por lo que se dedicaron a extraerla y comerciar con ella. Si usted no ha probado un esquite con tequesquite de Iztacalco se está perdiendo de mucho, tanto como de un “pato totopaguas” o unos tamalitos de anca de rana, platillos típicos que bien merecen una visita al pueblo que durante siglos fue la puerta de entrada a la ciudad.

IZTACALCO ERA PASO obligado de materiales de consumo de primera necesidad que por ahí, y sobre el canal que después fue llamado “la Viga”, navegaban diariamente en miles de embarcaciones mientras realizaban su recorrido por un paisaje en el que confluían chinampas, canales y acequias bajo la mirada de los iztacalcas, a quienes les pusieron el apodo de “zopilotes”, pues se asomaban al canal sentados en las ramas de los árboles –con sus sombreros bien puestos– para contemplar el paso del día. Cuando hoy se le dice a un iztacalca “zopilote”, lo más seguro es que conteste: ‘sí, y a mucho orgullo, y cada uno en su propia rama’, porque son orgullosos de su historia, de su tierra y de sus antiguas aguas.

DURANTE EL VIRREINATO, el canal de la Viga continúo siendo acceso a la ciudad, y su garita se convirtió en una aduana en la que los comerciantes debían pagar impuestos, además de permitir ser revisados para, en su caso, detener las mercancías que no tenían permiso de ser comercializadas más que por la corona española, como el aceite de oliva. Las garitas eran una escala temida, perjudicaban a los campesinos, quienes se veían en la dificultad de lidiar con trámites burocráticos que fomentaron la corrupción, por ello los productores de Iztacalco, y de muchos pueblos más, no pudieron seguir pagando los derechos de piso, dejaron de llevar sus productos y tuvieron que asociarse, con poca ganancia, con intermediarios que aprovecharon la situación para comprar barato a los productores y vender caro a los mercados.

CON EL PASO de los años, los canales fueron siendo cada vez mas complicados para la navegación y la vida misma. A diferencia de lo que sucedía en el México prehispánico –donde los mexicas incineraban a sus muertos– durante el virreinato se enterraban, pero como en la ciudad no había tierra suficiente, quienes no podían pagar un entierro arrojaban a sus difuntos, con lastre para evitar que flotaran, a canales y acequias. Además, los desperdicios iban al agua, los arados con bueyes arrojaban tierra a los canales y se perdió por completo el control de los niveles de los lagos, por lo que en tiempos de sequía el nivel de los canales era tan bajo que no se podía navegar en una embarcación cargada y, en época de lluvias, la ciudad y sus alrededores se inundaban.

A MEDIADOS DEL siglo XIX se ensancharon zanjas y adecuaron canales para introducir en ellos barcos de vapor, el primero fue llamado Esperanza, y a él le siguieron varios más, entre ellos el Guatimoc, que, en una ocasión, transportó al presidente Benito Juárez en un paseo recreativo. Hay quienes dicen que aquel día don Benito se vio en la disyuntiva, ante un incendio de las calderas, de quedarse en cubierta o saltar al canal siendo que no sabía nadar. Como haya sido, el presidente sobrevivió a su travesía y los barcos de vapor no duraron mucho en el canal, pues las condiciones de salud eran terribles y, a inicios del siglo XX, se desecó.

¿Puede Banamex pertenecer a los mexicanos?

ELENA PONIATOWSKA

En 2006, Jesusa Rodríguez ordenó a su equipo de jóvenes actores de Resistencia Creativa comprar rollos de papel kraft, Resistol y pintura, y todos sus miembros nos propusimos envolver el edificio de Banamex (antiguo Palacio de Iturbide), en la calle de Madero, como un suntuoso regalo de Navidad. Jesusa me pidió pararme en la puerta de Banamex y decir sonriente a cada empleado que aparecía corriendo con su angustia de llegar tarde: “No se preocupe, se puede ir a su casa. Hoy usted no va a trabajar”. Ninguno dudó de nuestra súbita e insólita autoridad ni de nuestra festiva presencia que cambiaba la soledad de la calle de Madero, y yo me puse feliz porque nunca fui tan popular.

Envolver a Banamex, el banco más antiguo del país, valuado en 64 millones de dólares, con papel estraza fue un acto que envidiaría cualquier vendedora que adorna regalos de Navidad. El edificio de tezontle de admirables proporciones quedó como niño nuevo cubierto con moños y hojas de papel a lo largo y a lo ancho. No fue tan fácil lograrlo, vaciamos varias tlapalerías. Oí a un chavo explicar contento por su celular: “Mamá, fíjate que tomamos Banamex”.

Los jóvenes aderezaron también el edificio corporativo, el de los directivos y las oficinas de atención al cliente. Un motociclista de Telmex, número 21 GAT, uniformado de azul rey, el color de su motocicleta, se quedó de mirón, mejor dicho, de observador. Una jovencita preguntó a Jesusa Rodríguez: “¿Hasta qué hora nos vamos a quedar?”, y la actriz (senadora suplente de Olga Sánchez Cordero) tomó su magnavoz para informar a su equipo: “Vamos a estar aquí hasta que nos vayamos”. A su vez los desafió: “¿Ustedes se van a cansar?” El “¡nooooo!” resonó hasta el Zócalo.

Todo esto que parece película de Fellini sucedió en 2006. Ahora, en enero de 2022, Banamex está nuevamente en venta y me invade el mismo sentimiento de asombro. Entonces recuerdo que Miguel Sánchez, vestido de overol, me informó mientras nos manifestábamos: “Voy a ajustar los 89 años, soy analfabeta. Si acaso me llegaran a matar, no me importaría, porque soy huérfano y pertenezco a la Revolución”. Hablaba de la Revolución Blanca, movimiento de la tercera edad que se agrupaba todos los miércoles en el Zócalo.

Hace años que no se reúnen. ¿Qué está sucediendo ahora? Banamex ya no conviene a Citigroup y anuncia su venta. ¿Quién puede comprarlo? Mi gurú Zepeda Patterson escribe: “Ningún banco privado en México carga frente a la opinión pública nacional el peso simbólico que representa este banco.” –¿Dónde tienes tu lana? –me preguntó Jesusa. –En Banamex de Miguel Ángel de Quevedo y avenida Universidad.

–Cámbialos a Banorte –exclamó. ¿Recuerdan, mis pacientes lectores, el avión presidencial Boeing 747-200B del que ya nadie habla? ¿Podríamos comprarlo entre todos los mexicanos? Si ya no oímos hablar del avión, ¿cuál va a ser el destino de la extraordinaria colección de arte mexicano de Banamex? ¿Qué pensaría Carlos Pellicer, recientemente homenajeado, de lo que le sucede a nuestro país? Pellicer solía exclamar: “¡Qué pavooor!”, con su voz catedralicia ante cada cataclismo. ¿Qué exclamaría ahora?

Dice Jesusa que su sueño dorado sería que Banamex perteneciera al Estado mexicano, como antes. Por de pronto, el espléndido edificio es parte del patrimonio artístico de México, la gruta de Alí Babá, el Tesoro de Moctezuma, el cofre que rebosa perlas y diamantes y resguarda millones de dólares en objetos de arte. –¿Tú tienes 64 millones de dólares, Elena? Yo nomás tengo 60; tú, que eres medio codinche, pon cuatro. A lo mejor habría una manera de que lo pagáramos como impuestos y convertirlo en un legado a la nación; eso tendría que verlo la Secretaría de Hacienda. Marcelo Ebrard también pidió que el acervo de Banamex fuera patrimonio de la nación en 2001, como hace ahora, porque no podemos correr el riesgo de perderlo.

“En 2016 tomamos dos edificios de Banamex, el antiguo y el moderno. Luego envolvimos 15 edificios en 15 días. Yo te invité el día que fuimos a Banamex, pero antes habíamos envuelto las sedes de Sabritas, Mexicana de Aviación, el Consejo Coordinador Empresarial, la Bolsa Mexicana de Valores y el centro comercial Antara. Tú me acompañaste también a Santa Fe, pero allá no corrimos ningún peligro, al contrario, nos vieron con simpatía.” ¿Banamex fue el único lugar al que entonces acudió la policía? En 2006, Marcelo Ebrard encabezaba la Secretaría de Seguridad Pública y la policía nos trató bien. Sólo nos preguntó a qué hora nos íbamos, porque no le hacíamos bien a la imagen del gobierno. ¿Nosotros o el papel estraza? –Jesusa, en el Banamex en la calle de Madero sentí que a la gente le estábamos cayendo muy bien. Tú me dijiste: “Párate en la puerta y diles: ‘Hoy es día libre, váyase’”, y se iban supercontentos. A lo mejor ahora podemos encontrar una salida. López Obrador dijo que Ricardo Salinas Pliego podría estar interesado en comprar Banamex. –Pero Salinas Pliego es el usurero más usurero de todos los usureros de este país, que le ha sacado dinero a la gente más pobre. Con sus tiendas de Elektra, lo que ha hecho es hacerse rico esquilmando a los que nada tienen. La gente manda sus remesas de Estados Unidos por medio de Elektra. Llega la señora por su dinero y la convencen: “Mejor llévese una licuadora”. Las tiendas de Salinas Pliego son las tiendas de raya de la modernidad y él debe al pueblo de México 40 mil millones de pesos que el SAT tiene que cobrarle.

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