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L. POY Y F. MARTÍNEZ

LA JORNADA DE ENMEDIO Miércoles 22 de diciembre de 2021

CULTURA

Adiós a María O’Higgins,defensora de mujeres, trabajadores y el arte

ALONDRA FLORES SOTO Y FABIOLA PALAPA QUIJAS

María O’Higgins defendió las causas campesinas y obreras, estos ideales en favor de los vulnerables y su profundo amor por el arte fueron el eslabón más fuerte en la vida que compartió con el artista Pablo O’Higgins. La abogada y profesora falleció la noche del lunes a los 101 años luego de varias semanas de permanecer postrada.

El cuerpo de María de Jesús de la Fuente de O’Higgins fue velado ayer en la agencia funeraria Gayosso Félix Cuevas. La Secretaría de Cultura federal y la Universidad Autónoma de Nuevo León anunciaron que el próximo año le rendirán un homenaje póstumo a la pionera en la defensa de los derechos de la mujer.

María dedicó sus últimas décadas a luchar por la conservación del legado de su esposo, el pintor, grabador y muralista mexicano de origen estadunidense Pablo O’Higgins, quien llegó a nuestro país en 1920, invitado por Diego Rivera. Fue aquí donde el originario de Utah adquirió la nacionalidad mexicana y residió hasta su fallecimiento en 1983. Se enamoró de los murales, los magueyes y una inteligente abogada que conoció en Monterrey. Pablo y María se casaron en 1959.

En vida, ella se dedicó a acompañar el quehacer pictórico del muralista y después fue la guardiana de su obra, perseverante y fuerte en hacer cumplir el deseo de que la producción artística del pintor permanezca como patrimonio de los mexicanos.

La reconocida abogada, animada por su esposo, produjo obra propia con técnicas como acuarela, óleo, litografía, bordado y grabado, además de que entre 1962 y 1964 fue ayudante de Pablo O’Higgins en los murales que pintó en el Museo Nacional de Antropología.

La también pintora y promotora cultural inició su quehacer artístico en la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Nuevo León y trabajó con ahínco en favor de los derechos de las mujeres.

Cercana al centenario de vida, dijo en entrevista a La Jornada (10/03/2019) haber recibido propuestas de instancias privadas para adquirir la obra de Pablo. Respondió con negativas firmes: ‘‘si no son instituciones oficiales, no me interesa darles nada, porque la obra de Pablo es de México y para México”. Añadió que el muralista ‘‘siempre respetó y quiso a la gente de este país, los trabajadores primero”.

María de Jesús de la Fuente Casas nació en el pequeño poblado de Valle de Rayones, Nuevo León, el 18 de octubre de 1920. De su padre, quien participó en el reparto agrario de Lázaro Cárdenas en su estado natal al norte del país, aprendió el amor por la tierra y el trabajo duro de quienes se dedican al campo.

Fue la primera mujer egresada de la licenciatura en Derecho por la Universidad Autónoma de Nuevo León; destacó por ser pionera en defensa de los derechos de las mujeres y su acceso a la justicia. También fue una de las fundadoras, en 1947, de la Facultad de Trabajo Social y Desarrollo Humano en Monterrey. Al ejercer el derecho vio los maltratos de género en el sistema de justicia, por lo que implementó la primera defensoría de oficio para ellas en los años 50.

Al ver la miseria e indefensión de las mujeres comenzó a ayudarles con su casos. Habló con el entonces gobernador en Nuevo León, Arturo B. de la Garza, e instauró la defensoría de oficio para mujeres en materia civil. María O’Higgins relató que el común denominador de las personas que defendió era que ‘tenían hambre, hijos abandonados, a veces golpes. Los maridos se iban y ellas se quedaban sin hacer nada, porque en esa época debían ser ‘de su casa’, y la gente decía: ‘si te tocó ese esposo, pues aguántate’, pero ya con hijos no podían soportar esa vida”.

Fue en 1958 que conoció al pintor de origen estadunidense, cuando llegó a Monterrey, acompañado por su amigo Leopoldo Méndez, ambos fundadores del Taller de Gráfica Popular. Se casaron al año siguiente y comenzaron a vivir en la Ciudad de México. Juntos diseñaron el que fue su hogar en Coyoacán, y donde ella residió hasta sus últimos días, acompañada del recuerdo de su compañero de vida. Tras afrontar el duelo, encontró consuelo en

▲ María O´Higgins en enero de 2019, durante una entrevista con La Jornada. Foto María Luisa Severiano

el estudio de la casa y digitalizando el acervo de Pablo O’Higgins.

Como promotora cultural, María de Jesús ocupó desde 1997 la presidencia de la Fundación Cultural María y Pablo O’Higgins. En 2009, por su trayectoria y labor como pionera en la defensa de los derechos de las mujeres, recibió la presea Amalia Solórzano Bravo, otorgada por el gobierno de Michoacán, y en 2019 recibió otro reconocimiento en la Ciudad de México.

En 2017, la luchadora social donó al Museo Mural Diego Rivera 14 bocetos de siete murales de Pablo: La lucha de los obreros contra los monopolios (1934), Expropiación petrolera (1939), Lucha contra la discriminación racial y la unidad obrera (1945), La maternidad y la asistencia social (1946), Dios del fuego/Lucha del pueblo tarasco (1964), Boda indígena en San Lorenzo (1964) y Paisaje tarahumara (1964).

Misión ejemplar

RICARDO GUZMÁN WOLFFER

En 1920, nadie imaginaría que una niña de nombre María de Jesús de la Fuente Casas, nacida en la sierra de Nuevo León, en el municipio de Rayón, vendría a cumplir una misión ejemplar en la construcción y preservación de justicia, de dignidad y entereza, manifestada en acciones a favor de los más vulnerables.

Hoy nos parece normal que haya oficinas públicas para defender a personas de escasos recursos económicos. También nos parece normal que existan oficinas para ayudar y defender a las mujeres. Pero durante siglos no fue así.

La defensa oficiosa (gratuita y pública) de las personas ante actos de personas con mejores oportunidades y la capacidad de contratar abogados particulares es indispensable en una sociedad democrática; también para defenderse de la autoridad: si hay tal desigualdad social en esencia es porque las autoridades lo permiten, lo propician o lo solapan.

Una de las personas que inició este cambio fue María de Jesús de la Fuente Casas (María O' Higgins), quien, entre muchas otras acciones trascendentales, implementó la primera defensoría de oficio a mediados del siglo XX.

La defensoría legal es una manera de democratizar la sociedad, de que todas las personas tengan acceso a la justicia, a los mismos derechos, de que no sea relevante vivir en la pobreza o la ignorancia para poder ser protegido por la ley.

La defensa legal de los desprotegidos rompe con la conquista que caracteriza la historia y el inconsciente del mexicano: si antes los opresores eran los conquistadores, con la Independencia y la Revolución mexicanas los opresores fueron otros. No sólo los dueños de los factores de producción, sino también aquellos que en apariencia poseían la ley para actuar a su antojo bajo el discurso de que su actuar era legal.

Si la religión y la cultura habían dejado de ser fuentes de igualdad y justicia, la defensoría pública abrió un camino de esperanza y, en muchos casos, una posibilidad concretizada de vivir en un país de leyes justas por accesibles.

En aquel entonces, en un país de mayorías analfabetas, tener un intermediario para conocer y ejercer la ley era pasar de la indefensión absoluta a una nueva manera de mirar la vida.

La defensoría pública y gratuita es un cambio trascendental para los individuos y la sociedad mexicana, gracias a María de Jesús de la Fuente.

“Un caso excepcional de sensibilidad y acción”; “mujer de méritos propios”

FABIOLA PALAPA, CARLOS PAUL Y ÁNGEL VARGAS

María de Jesús de la Fuente de O’Higgins, quien falleció este lunes en la Ciudad de México, fue una persona sensible, generosa y comprometida con los derechos de las mujeres, que compartió con su esposo Pablo O’Higgins su amor por el país y por las mujeres de los pueblos. Tenía el sueño de que se hiciera de su casa un museo de sitio dedicado a los muralistas.

Amigos cercanos a la abogada y promotora cultural, así como personalidades culturales coincidieron en que fue una luchadora de los derechos de las mujeres que tuvo la fuerza de abrirles una defensoría de oficio y vivió “con inteligencia, dignidad e integridad”.

Jesusa Rodríguez, actriz y activista social: “Lamento la muerte de María O’Higgins. Recuerdo que cuando la conocí y me contó que abrió en 1951 en Monterrey una defensoría de oficio para mujeres me asombró mucho porque 70 años después se abrirían las primeras en la Ciudad de México.

“Me impresionó la avanzada de esta mujer y si vemos un arco histórico de lo que ha crecido el feminicidio, es sorprendente, como decía María, lo que pasa es que la sociedad está enferma. No puede ser que sigamos creciendo en la tasa de asesinato de mujeres.

“Hay un fracaso social en ese tema y María era un caso excepcional de sensibilidad y de acción. Le propusimos a Claudia Sheinbaum un homenaje a María, hace dos años, el día que se abrieron las defensorías de oficio de la Ciudad de México, y fue hermoso. María estaba emocionada de que ahora había muchas abogadas como ella.

“Es un ejemplo para todo el país y el mundo, creo que trascenderá por su propia obra y no por haber sido la compañera de Pablo O’Higgins, sino por lo que ella hizo por las mujeres.”

Lucina Jiménez, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura: “Fue una mujer generosa, firme y de ideas claras. Abogada defensora de derechos de las mujeres. Acompañó la vida de Pablo O’Higgins y compartió con él su amor por el México que trabaja, los campesinos, los obreros y los albañiles, por las mujeres y las fiestas que reflejan los rituales de la vida.

“Cuidó y ordenó el archivo de Pablo y el de ella misma con esmero y pasión. Estaba consciente de que en esa obra estaba la historia de un México diverso construido desde abajo. Trabajamos con ella para sacar adelante la adquisición de una selección de la obra gráfica y óleos de Pablo O’Higgins y ahora forman parte del patrimonio del pueblo de México, como ella quería. María vivió un siglo con inteligencia, dignidad e integridad.”

Celso José Garza, secretario de Extensión y Cultura de la Universidad Autónoma de Nuevo León: “María O'Higgins fue la primera mujer egresada de la Facultad de Derecho de la UANL. Lamentamos mucho su deceso. Una mujer ejemplar y la gran impulsora de la obra de Pablo. Se distinguió como una gran defensora de las mujeres y también como promotora cultural”.

Alejandra Frausto, titular de la Secretaría de Cultura federal, expresó en un comunicado: “María fue piedra angular de la construcción del país como lo conocemos; pionera en la defensa de los derechos de la mujer, puso sus pies en el camino de la defensa de las y los más vulnerables; siempre serás recordada como una luchadora incansable, profesora generosa y artista solidaria, comprometida con la promoción cultural. Seguiremos trabajando para que el patrimonio cultural que nos dejas sea conocido por cada vez más personas.”

Martha Chapa, pintora: “Fue mi primera maestra, en Monterrey; creó los jardines para niños, realmente una mujer visionaria que se adelantó a su época en muchas cosas. La admiré por su vitalidad, su inteligencia, su preparación y su generosidad. Gracias a ella pervive la obra del maestro Pablo O’Higgins. Realmente, se empeñó en que viviera esa obra y ahora mi preocupación es qué va a pasar con ésta; hay una fundación, pero fueron falleciendo quienes la integraban. Ella deseaba que se hiciera de su casa un museo dedicado a los muralistas y siempre se encontró con muchas dificultades. Ojalá, ahora se cumpla ese sueño.

“María vivió 101 años con una lucidez que conservó hasta el último momento, lo mismo que su vivacidad y amor por Rayones, Nuevo León, su pueblo natal.”

Lucila Rousset Harmony, artista plástica y promotora cultural: “Me encuentro muy triste, fue una incomparable mujer y gran amiga; sumamente generosa y consciente de los problemas de los demás. Hace 35 años, para inaugurar la galería Pablo O’Higgins, que fundé en el mercado Abelardo Rodríguez, generosamente me prestó óleos y dibujos para exhibirlos. Más adelante, tres décadas después, hizo lo mismo, pero para una exposición que organicé en la Facultad de Arquitectura de la UNAM, a la que en diciembre de 2019 donó la serie Los trabajadores de la construcción.

“Tuvo personalidad propia, sus propias virtudes. Fue la primera mujer que se recibió como abogada en la Universidad Autónoma de Nuevo León, fue litigante pro derechos de la mujeres, maestra, y conservó la obra de su marido hasta que la fue donando.”

Andrea Saldaña, diseñadora: “Fui amiga de María desde 2010, una de las más jóvenes que la frecuentaban. Siempre comentaba su preocupación por la obra de Pablo O’Higgins, por lo que pasaría con ella. De allí su interés en hacer donaciones a museos y otras instituciones.

“Ella tenía ya todo un historial en Monterrey antes de conocer a Pablo O’Higgins. Fue la primera mujer abogada por la UANL y pionera en la defensa de los derechos de las mujeres en el país. Una de sus preocupaciones fue darse cuenta de que vivía a la sombra de aquel artista; de pronto le pegaba no recibir ese reconocimiento como persona, más allá ‘de la viuda de’. Como pareja hicieron mucho, pero en lo individual también.

“Siempre quiso dejar un legado al pueblo de México. Le hubiera encantado que su casa, en Coyoacán, se convirtiera en un museo en el que se estudiara el muralismo. Algo que también quería era descansar en paz en Rayones, su lugar de nacimiento y

▲ María O’Higgins, su mascota Laica y La Jornada en un retrato del 2 de julio de 2019. Foto E. Andrea Saldaña

donde está enterrado su esposo.”

Isaura González Gottdiener, secretaria Académica de la Facultad de Arquitectura de la UNAM: “Destaco de María su profunda generosidad, en particular la que tuvo con la UNAM. A fines de diciembre de 2019, donó a la Facultad de Arquitectura la colección de dibujos Los trabajadores de la construcción, de Pablo O’Higgins que están resguardados en el archivo histórico de la facultad y el compromiso es hacer una exposición y un catálogo con ellos, cosa que frenó la pandemia.”

Beatriz Zalce, escritora, dijo en redes sociales: “María tan querida, tan necesaria, tan solidaria, tan luminosa, te encaminas a la luz... Nunca fue suficiente el tiempo contigo... Gracias por haber nacido, gracias por tu amoroso actuar, gracias por amar a Pablo, por cuidar de él y de su obra. Gracias por haberte quedado con nosotros 101 años. Gracias, María, gracias.”

Carmen Gaitán Rojo, directora del Museo Nacional de Arte: “María fue una mujer valiosa que defendió y promovió la obra de Pablo O’ Higgins, y trató de difundirla lo más que pudo (...) lamentablemente no trasciende como pintora, a mi gusto se queda un poco detrás del telón por promover la obra de su esposo y no tanto la de ella.”

La poeta Natalia Toledo, en ocasión de los cien años de María O’Higgins, se refirió a la abogada como “una mujer que se paró junto a la palabra de las mujeres, se volvió los ojos y la boca de ellas, y les enseñó cómo se camina sobre el papel para defender sus derechos. Fue una empática y solidaria”.

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