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F. MARTÍNEZ, R. GARDUÑO, A. SÁNCHEZ, A. ALEGRÍA Y B. CARBAJAL / P 18 Y

Cristian Alarcón, Premio Alfaguara de Novela 2021

El autor chileno-argentino fue reconocido en la edición 25 del galardón por su obra El tercer paraíso

ALONDRA FLORES SOTO

Una obra literaria que abre una puerta a la esperanza de hallar en lo pequeño un refugio frente a las tragedias colectivas, El tercer paraíso, del escritor chileno-argentino Cristian Alarcón, fue reconocida con el 25 Premio Alfaguara de Novela, se anunció ayer en una conferencia que se transmitió desde Madrid.

“Surgió de la desesperación y la soledad”, declaró el autor galardonado, quien se incorporó a la transmisión desde una videollamada en su hogar.

La escritura tuvo que ver con una pandemia que nos sigue acosando, periodo en el que fue creada durante un retiro a las afueras de Buenos Aires y en una casa antigua en Chile, también en medio de las montañas y junto a un lago, detalló Alarcón, quien ha combinado la labor literaria con una larga trayectoria como periodista de investigación.

La novela fue un encuentro con los ancestros, al mismo tiempo que un redescubrimiento de lo botánico, de la vida más allá de las urgencias, un alivio y una aventura de conocimiento, ante las circunstancias que nos hemos puesto como humanos hasta este punto de crisis global, expresó Alarcón.

“Ambientada en diversos parajes de Chile y Argentina, el protagonista reconstruye la historia de sus antepasados, al tiempo que ahonda en su pasión por el cultivo de un jardín en busca de un paraíso personal”, se describió en el acta leída por Fernando Aramburu, presidente del jurado, en el que también participó la editora mexicana Marisol Schulz, directora de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

El premio, dotado con 175 mil dólares y una escultura de Martín Chirino, incluye la publicación simultánea de la novela, que estará a la venta a partir del 24 de marzo en territorio de habla hispana en América y España, “lo cual implica una amplia difusión en toda la lengua española y, para el autor, un giro en su carrera literaria”.

La obra fue reconocida entre 899 manuscritos (de los cuales 119 son de México) y fue enviada bajo el seudónimo de Daniel Vitulich.

El jurado, también integrado por los escritores Olga Merino, Ray Loriga, la editora Paula Vázquez y Pilar Reyes, directora de editorial Alfaguara (con voz, pero sin voto), destacó “el vigor narrativo de una hermosa novela, con una estructura dual”.

Durante la lectura del anuncio citaron las palabras de Alarcón: “La belleza comienza en la maravilla de las flores, tan hermosas como finitas, en las que siempre veremos el misterio que no puede ser resuelto”.

En la conferencia que se transmitió en vivo por YouTube y redes sociales, se recordó el pasado del galardón, que cumple su 25 aniver-

▲ “Ambientada en diversos parajes de Chile y Argentina, el protagonista reconstruye la historia de sus antepasados, al tiempo que ahonda en su pasión por el cultivo de un jardín en busca de un paraíso personal”, se describió en el acta del jurado. Foto cortesía de Alfaguara

sario, después de su relanzamiento en 1998, luego de que en 1972 se dejó de convocar. Nuria Cabotí, consejera delegada de Penguin Random House, recordó que el escritor mexicano Carlos Fuentes fue el presidente del jurado en aquella ocasión, y anunció que se había decidido premiar dos novelas por su excepcional calidad: Margarita, está linda la mar, del nicaragüense Sergio Ramírez, y Caracol Beach, del cubano Eliseo Alberto.

El tercer paraíso es un relato que, anclado a hechos históricos de Argentina y Chile, como el terremoto de 1960, el triunfo de Allende y el golpe de Estado, con la posterior represión, “es en realidad una novela de esperanza en la que se postulan la belleza, el placer de los sentidos y la posibilidad de encontrar un refugio en un espacio ajardinado”, señaló Aramburu, quien para ejemplificar la música y el tono narrativo de la novela recordó palabras de Violeta Parra: “Cuando me aumentan las penas, las flores de mi jardín han de ser mis enfermeras”.

Publicar para no desaparecer, lema de la feria de libros de arte Index

El encuentro se realiza en la galería Kurimanzutto hasta este domingo // Participan 60 sellos editoriales

MERRY MACMASTERS

La quinta edición de la feria internacional de libros de arte Index se lleva a cabo hasta el 23 de enero en el espacio de la galería Kurimanzutto. Participan 60 editoriales, de México, España, Estados Unidos, Colombia, Francia y Argentina. Además, cuenta con un programa público de actividades diarias, centrado en “la identificación de coaliciones potentes de organización y de acciones comunes para la generación de espacios de construcción de sujetos colectivos y la formulación de nuevos modelos en contra de la lógica de la competencia”. Uno de sus lemas es “publicar para no desaparecer”.

En del programa destaca la presentación, hoy a las 16 horas, de Aún te espero (Gato Negro Ediciones/Miau Ediciones), libro de Anaí Tirado, que documenta una parte de las vallas metálicas colocadas por el gobierno frente al Palacio Nacional, en marzo de 2021, durante las manifestaciones por el Día Internacional de la Mujer, con la finalidad de “evitar” una confrontación.

La colectiva feminista Antimonumenta CDMX intervino el muro improvisado con los nombres de víctimas del feminicidio en el país. Posteriormente, se unieron cientos de mujeres. La idea del libro es que las vallas sigan siendo leídas como “un homenaje, un grito de rebeldía, ante la indiferencia y el olvido”.

También resalta la presentación de un proyecto de documentación, investigación y mapeo de lenguas indígenas mexicanas para el desarrollo de tipografías adecuadas como herramientas de resistencia para las comunidades que las hablan. Estará a cargo de Sol Aréchiga Mantilla, Santiago Orozco y Miguel Escamilla, mañana a las 11:30 horas.

El libro Sergei Eisenstein: dibujos eróticos (Alias Editorial) se dará conocer el domingo a las 17 horas, por Sergio Raúl Arroyo, Nicolás Echevarría y Daniela Gil. Manejados casi en secreto durante mucho tiempo, los dibujos eróticos de Eisenstein, en buena medida realizados en México en los años 30, son revelados ahora.

El libro presenta una selección de 155 dibujos reproducidos a color y, de acuerdo con su formato original, tomados de las colecciones de los museos del Hermitage, del Estanquillo y acervos particulares de París, acompañados por textos de María Haltunen y Jean-Claude Marcadé.

Adicionalmente, se dará inicio a IABF Radio-Publicando en el Aire, iniciativa coordinada por María Fernanda Lartigue (editorial MAGMA), que explora el formato radiofónico como forma de publicar.

La feria es un esfuerzo conjunto de Index, Kurimanzutto y Casa Bosques. Entrada libre hasta completar aforo máximo.

La galería Kurimanzutto se ubica en Gobernador Rafael Rebollar 94, colonia San Miguel Chapultepec. Para mayor información, consultar: www.indexartbookfair.com.

Diáloco bancario

Xantias: Tengo dos propuestas que hacer respecto de la próxima venta de Citibanamex.

Sosías: Dime la primera.

Xantias: Que nos regrese todos los bienes culturales que siempre han pertenecido a México. Que se pongan guapos con una donación.

Sosías: Eso ya lo dijo Ebrard.

Xantias: Sí, pero yo y todos los mexicanos lo exigimos.

Xantias: Que el gobierno mexicano compre Banamex.

Sosías: Eso ya lo dijo Pablo Gómez.

Xantias: El gobierno mexicano, junto a otros socios mexicanos, le entraría siendo socio mayoritario.

Sosías: ¿Y tu nieve de limón, de qué la quieres?

Xantias: De Fobraproa. Porque, después de la compraventa, ese banco ya no lo recibiría.

PENULTIMÁTUM La peor derrota de Djokovic

LO QUE HOY es la República Serbia ha sido corazón de sangrientos conflictos bélicos. Baste recordar el que entre 1992 y 1996 cobró la vida de miles de personas, en la guerra de Bosnia-Herzegovina, durante la cual se cometieron todo tipo de delitos contra la población civil: limpieza étnica, violaciones masivas y genocidio. Hoy Serbia es nuevamente noticia, no por las atrocidades que cometieron sus milicias en esa guerra, sino porque Novak Djokovic, su máxima figura deportiva e internacional sufrió la peor derrota de su carrera.

TODO APUNTABA A que en el máximo torneo de tenis que se celebra ahora en Melbourne, Australia, se convertiría en el mejor de todos los tiempos, superando a Rafael Nadal y Roger Federer. Pero sus mentiras y el creerse por encima de la ley echaron por la borda su deseo.

LA HISTORIA COMENZÓ el pasado diciembre, cuando Novak se contagió de covid-19 y no cumplió con las normas de aislamiento y cuarentena. Aunque las autoridades australianas de salud no permiten el ingreso al país de quienes no posean el esquema completo de vacunación, el tenista quiso hacer válida una exención médica para no tenerlo al aterrizar el 5 de enero en Melbourne.

SIN EMBARGO, LAS autoridades migratorias australianas cancelaron su visa. Lo trasladaron a un hotel y lo pusieron en aislamiento. Los medios serbios y los políticos clamaron contra “los abusos” cometidos contra el ídolo y por “menospreciar vergonzosamente al tenista número uno”. El presidente del país, Aleksandar Vucic, dijo que con la detención “no sólo se humillaba a su familia, sino a toda una nación libre y orgullosa”. El padre de Novak lo comparó con Jesucristo, al decir que “está siendo crucificado”.

EL PRIMER MINISTRO de Australia respondió que “nadie está por encima de la ley”. Pero un magistrado otorgó al tenista un aval para jugar en tan importante torneo y ordenó su liberación. Mas el 16 de enero pasado, el máximo tribunal de justicia de ese país decidió por unanimidad cancelar definitivamente el visado del ídolo y fue deportado. También se supo que mintió al llegar a Melbourne, cuando aseguró no haber viajado a terceros países previamente. Sí lo hizo.

CON SUS 7 millones de habitantes y 88 mil 500 kilómetros cuadrados, Serbia encarna de nuevo en el tenista Novak Djokovic lo peor de los nacionalismos. Quiso convertir en víctima a quien se creyó intocable y violó claras normas para evitar el covid-19.

El colectivo Múunyal rescata en un libro las historias que dan vida a La Merced

FABIOLA PALAPA QUIJAS

Cuentos, crónicas, vivencias infantiles, historias que rescatan un pasado que da identidad a La Merced, uno de los barrios más antiguos de la metrópoli, conforman un libro editado por el colectivo Múunyal en colaboración con el Programa Social Colectivos Culturales Comunitarios Ciudad de México, que se presentará hoy en el Museo Archivo de la Fotografía.

El libro Relatos y retratos del barrio de La Merced, coordinado por María Nieto Cuevas, Juan Ángel Salinas y Jessica Pérez Guerrero, es el resultado de una serie de actividades organizadas por el colectivo Múunyal, en el que colaboran historiadores, antropólogos, sociólogos y químicos, con el propósito de difundir la historia del barrio.

La Merced se encuentra en el sureste de la Ciudad de México, donde en su momento estuvieron las orillas de la ciudad. Se convirtió en el barrio español de San Pablo, y ocupaba la tercera parte del área total de la división de barrios, por lo que fue uno de los más grandes y más concurridos y transitados por indígenas y mulatos, quienes desempeñaron en su momento un papel esencial en el remo de canoas en los tres canales principales: Xoloco, Real (ahora calle Roldán) y Canal de la Viga que atravesaba conventos hasta llegar a la puerta del de La Merced, razón por la cual el barrio fue llamado con ese nombre.

En entrevista con La Jornada, la historiadora María Nieto Cuevas expresó que los integrantes del colectivo Múunyal se interesaron en ese barrio por sus diversas realidades, actividades, mercados, espacios y personajes.

“Siempre nos atrapa algo de ese lugar, no sólo la memoria urbana, las transformaciones del espacio mismo, sino las historias de vida. Queremos contribuir a que se conozca ese espacio y sumarnos al trabajo de otros colectivos, crear redes que beneficien a la comunidad.”

Nieto comentó que a través de sus relatos, los protagonistas reflejan las diversas identidades de quienes habitan La Merced, como los del mercado de dulces y los del de comida, o los comerciantes ambulantes, que les permite romper con prejuicios y sentirse orgullos de pertenecer a uno de los barrios más antiguos de la capital del país.

En Relatos y retratos del barrio de La Merced se presentan historias que hablan de migración, de oficios que se han heredado, así como narraciones de ficción y cuentos llenos de milagros y del mercado de Sonora, del que se incluyen relatos sobre las pócimas que ahí se ofrecen, como el “Ven a mí”, para que regrese el marido o el novio.

De acuerdo con los coordinadores del volumen, La Merced se renueva constantemente para ser un espacio festivo y religioso, lleno de milagros, remedios y conjuros para cualquier mal.

El libro también incluye fotografías captadas por Rafael Doniz, Raúl Eduardo Salcedo, Antonio Nieto, María Oventic y Xuwá Ángel, así como grabados de Fito Valencia y Fernando López Enríquez e ilustraciones de Claudia Trejo, María Elena Morales Zea y collages de Marginal (Antonio Nieto).

El colectivo Múunyal presentará también su revista Milagritos, en la que comparte historias relacionadas con el mercado de Sonora y su conocida sección de herbolaria.

María Nieto comentó que el colectivo realizó el proyecto Yo soy de la Merced, e impartió talleres para niños, jóvenes y adultos, como Hablemos de mi barrio, donde se compartieron anécdotas; además, el grupo lanzó la convocatoria del

▲ Juancho, collage de Marginal, realizado a partir de una ilustración de Freyre y una foto tomada por Antonio Nieto. Foto cortesía del colectivo

cuarto Concurso de Fotografía, Cuento y Crónica 2021.

Relatos y retratos del barrio de La Merced se presenta hoy a las 17 horas en el Museo Archivo de la Fotografía (República de Guatemala 34). El cupo estará limitado a 25 personas.

Temblando de frío: ómicron

JOSÉ CUELI

Sigmund Freud escribió en 1920 más allá del Principio del placer, donde introduce la punción de muerte. En él se conjuntan de manera clara y original las diferentes formas de lo que suele llamarse lo negativo: odio, destrucción, agresión y sadomasoquismo. Punción de muerte, fuerza irrefrenable que se propone reducir en forma regresiva lo más organizado a lo menos organizado, las diferencias de nivel a la marginalidad, y lo vital a lo inanimado; la muerte como fin último. Punción de muerte que, silenciosa, emerge como energía destructiva que se vuelve sobre el otro o abre lo que de sí mismo proyecta en el otro.

Pero, ¿cómo trasmutar en lenguaje esa compulsión a repetir la destrucción, si no llega la conciencia y se ve obnubilada por el odio y el rencor? ¿Cómo transmutarla en lenguaje en negociación pacífica y racional, si el instinto de muerte es un reactivo al revés, una inapropiada visión retrospectiva de lo que es y no es?

El mundo se revela con ínfulas de urbanidad electrónica suprema, pero desmentida por la disonancia de la agitación estruendosa de las masacres, el hambre, las desigualdades brutales, las ejecuciones, las caravanas de marginados tratando de entrar a las naciones ricas, el ecocidio, la corrupción e impunidad y, por último, la nube invisible que se ha llamado covid-19 u ómicron que rebasan la razón. Sensación de fracaso e impotencia, en suma repetición inelaborable de la historia que se repite sin remedio. Por lo pronto, estamos prendidos y temblorosos de las fuerzas irracionales de la naturaleza con la pandemia.

La angustia e incertidumbre por los muertos de esta misteriosa enfermedad que ha dejado millones de muertos en el mundo, las posibles y terribles consecuencias paralizan, en estado de consternación de aparente no pasa nada. Perplejos y aturdidos ante la muerte los sentimientos que nos invaden hacia una espantable sensación de vulnerabilidad extrema. Las pérdidas se tornan depresión y los abandonos generan desconfianza y desorganización. El desvalimiento y el dolor se entremezclan mientras las listas de muertos van al alza.

Sin embargo, no podemos permitir que el dolor nuble nuestra capacidad de reflexión y menos aún que el rencor oscurezca nuestro pensamiento. Quizá lo más dramático y duro de aceptar es no haber aprendido de la historia de la humanidad. Seguimos dando vueltas en la noria, instalados en la compulsión a la repetición. Nuestra gran civilización no ha servido más que para matar de manera cada vez más sofisticada.

Las naciones progresaron y su avance material sirvió para proporcionar a sus pueblos medios más poderosos y sofisticados de destrucción (covid, ómicron), en cambio, su avance moral y racional no le ha servido para sostener la fraternidad entre los humanos y sí para confirmar que en el fondo de la persona se ocultan fuerzas irracionales que compulsivamente se repiten y tienden a la destrucción. Parece indudable que la raza humana no tiene remedio y que el proceso de evolución cultural es una ilusión. Los muertos aniquilan una vez más lo construido, determinando un nuevo caos acompañado de una estela de dolor que se convierte en traumas inelaborables que en los intentos fallidos de la resolución de lo traumático tenderán a repetirse una y otra vez. ¿Cuándo será el tiempo para reflexionar y no actuar por impulsos destructivos reprimidos y desplazados en el otro? ¿Cuándo, el tiempo de asumir con conciencia y no acicateados por el odio y las fuerzas irracionales ocultas desde donde actuar?

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