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AGENCIAS

LA JORNADA DE ENMEDIO Sábado 16 de julio de 2022

ESPECTÁCULOS

Lámina once, polarización y radicalización del pensamiento en medio de la pandemia

El Cuarteto de Nos visitará las ciudades de Monterrey, Puebla, Morelia, CDMX y otras

JUAN IBARRA

El último álbum de la banda uruguaya El Cuarteto de Nos es Lámina once, material en el que Roberto Musso intentaba condensar su “inspiración lírica de escribir sobre canciones que tuvieran sí, la atmósfera de la pandemia, pero que no específicamente tocaran el tema”, explicó en entrevista. Dentro de las ocho piezas se tocan temáticas como la polarización y la radicalización del pensamiento en medio de la contingencia sanitaria, “cuanto más polarización, más radicalizados todos. Esa búsqueda de culpables siempre está en el lado contrario, no están los grises para echar culpas, y menos que menos la autocrítica”, detalló el vocalista y guitarrista.

Al nuevo álbum de El Cuarteto también subyacen conceptos provenientes de la sicología, como la prueba de Rorschach, utilizada para evaluar la personalidad de los individuos. “Vi una especie de paralelismo o correlato con lo que estaba contando, como ese test que justamente intenta clasificarte con una determinada patología sicológica por simplemente ver cosas en las manchas, entonces me pareció interesante eso. Como en esta sociedad que estamos cada vez más condicionados a sacar conclusiones con muy poquitos datos. Como dice una canción: ‘sabemos casi nada de casi todo, y opinamos de casi todo sabiendo casi nada’”, explicó Musso.

Con eso en mente, el músico pensó a un personaje que cantara sin poder ver nada en ninguna de las diez láminas del test, y así surgió el sencillo Rorschach, junto con la identidad visual del álbum. Lámina once “sería la lámina siguiente, que es la inexistente en realidad”, señaló el uruguayo, “hay muchos caminos que conducen a Rorschach”.

El disco pudo lograr una forma conceptual diversa gracias al tiempo que los músicos tuvieron que pasar en casa. “Soy súper rutinario, muy esquemático, y solamente puedo componer aquí en Uruguay”, admitió Musso, “el tiempo de componer canciones es

Más allá de las arrugas y el paso de los años han sabido conservar un espíritu rebelde

acá, y ese tiempo se multiplicó; esa es la verdad”.

Además de poder trabajar en Lámina once durante un tiempo particularmente largo, debido a las acostumbradas giras de la banda, Roberto también fue capaz de estar con su familia. “Con todo lo negativo que tuvo la cuarentena, si puedes poner algo de lo positivo; que quizás es mínimo con todo el desastre que fue y que va a ser”, aclaró. Entre esos momentos, el músico destaca el poder ser padre de una hija a la que finalmente tuvo oportunidad de ayudar en la escuela.

Preocupación por el entorno

Aunque la preocupación por el entorno siempre ha estado presente en las obras de El Cuarteto de Nos, la manera en que tocan los temas se ha modificado. “Mientras siga habiendo cosas que a uno lo motivan para escribir, obviamente han cambiado mucho, el ir creciendo, madurando, o que me vayan movilizando diferentes tópicos para escribir. Creo que siempre he encontrado la manera de poder hallar temas relacionados con mi edad biológica, que también te da una perspectiva diferente”, indicó.

Para Roberto Musso esa constante búsqueda de conceptos y puntos de vista ha logrado que su banda se mantenga incluso en el gusto de las nuevas generaciones. En los conciertos de la agrupación, es común ver a adolescentes de 14 o 15 años que se sienten identificados con las letras que componen los uruguayos. Aunque el vocalista asegura no querer indagar en las razones por no querer perder esa magia, también considera que, “más allá de las arrugas y el paso de los años”, han sabido conservar un espíritu rebelde.

En la parte musical, El Cuarteto ha procurado rodearse de productores de distintos géneros para enriquecer la variedad de sus discos, de esa forma han logrado producir canciones que combinan géneros insospechados. De todas formas, la base característica de la banda, esa suerte de “hip rap rock”, ha logrado permanecer e incluso, el elemento ha comenzado a ser incorporado por nuevas bandas.

El rap del Cuarteto está inspirado por Eminem, quien en opinión de Musso lograba mezclar letras muy emotivas y reflexivas en un formato de canción pop con coros. Ahora sirve al roquero para solventar una cualidad que él observa en otros autores. “Me da la posibilidad de meter más palabras por minuto en una canción. Siempre digo que envidio sanamente a muchos colegas que son capaces de comprimir en una frase, con pocas letras, una idea maravillosa; y eso para mí es muy difícil de lograr, porque soy así en la vida personal también”, explicó.

La posibilidad de volver a tocar frente a un público también ha permitido a la banda terminar el ciclo que comenzó con Jueves, su anterior disco, el cual tuvo una “vida complicada porque fue muy joven, le vino la pandemia arriba”, dijo Musso. Para El Cuarteto de Nos su música se completa hasta que pueden ponerla a prueba en vivo, por eso los conciertos virtuales les parecían ajenos; “y faltaba un elemento más del show, que es la gente, sin duda. Es como si faltara una guitarra, la batería, un parlante o la consola, es algo incompleto. Y más para el espectáculo del Cuarteto, hay como una catarsis”, detalló.

Incluso al momento de tener que definir casi cuarenta años de carrera, el cantante considera que la mejor forma es por medio de sus presentaciones. “Una foto de lo que es la banda en este momento es el show en vivo. Si me preguntas cómo me defino a Roberto compositor, o al Cuarteto como banda; capaz que no te digo escuchá tal disco, te digo: ‘vení a un show’; porque ahí resume lo que fueron decantando estos pasados 15 años”, sostuvo.

Roberto celebra que la música de El Cuarteto de Nos haya podido cruzar la barrera de los géneros y las generaciones, como preocupación le resta “no transformarse en

▲ La nueva producción de El Cuarteto de Nos ya está disponible en plataformas digitales. Foto Karin Topolansk

una especie de parodia de sí mismo, de lo que éramos hace unos años, eso es todo un trabajo que también lleva conseguir”, indicó.

La banda uruguaya visitará ciudades como Monterrey, Puebla, Querétaro, Morelia, León y Guadalajara, además de la Ciudad de México. Lámina once ya se puede escuchar en plataformas digitales.

Del cine a la guerra, las mil vidas del director ucranio Oleg Sentsov

El realizador señaló que “al fi nal de cuentas, Ucrania vencerá porque libra una guerra por su existencia”

AFP UCRANIA

“He tenido varias vidas”, dice Oleg Sentsov. Ayer rodaba películas de renombre internacional, hoy está en el frente de combate en Ucrania con la convicción de nada es más importante que defender a su país de la agresión rusa.

Imponente en su atuendo militar, el cineasta de 46 años, miembro de una unidad de las fuerzas especiales ucranias en la región de Kramatorsk, narró el camino que transitó del cine a las cárceles de Vladimir Putin y luego a las trincheras del Donbás.

“He tenido varias vidas y no lamento nada”, declaró en una entrevista con Afp durante su día libre en Kramatorsk, centro administrativo de Ucrania donde la guerra arrecia desde hace meses.

Sentsov, director de las películas Gamer (2011) y Rhino, presentadas en el festival de Venecia en septiembre pasado, siempre ha sido un hombre comprometido.

Activo en Kiev en el movimiento proeuropeo del Maidán en el invierno 2013-14, que provocó la salida de un presidente ucranio prorruso, luego en Crimea, de donde es originario, anexionada por Moscú en 2014, fue detenido ese mismo año y condenado en Rusia a 20 años de prisión por “preparación de actos terroristas”.

Enviado a una prisión en Siberia, exremo oriente de Rusia, el realizador fue liberado en 2019 en un intercambio de prisioneros entre Ucrania y Rusia.

Su caso había motivado una movilización internacional, especialmente entre cineastas como Ken Loach, Pedro Almodóvar y Wim Wenders.

En 2018, estando detenido, recibió el premio Sajarov del Parlamento Europeo.

“Comencé mi carrera de director a los 30 años, me tomé un tiempo de descanso en una cárcel rusa, volví al cine y ahora estoy en el ejército”, resume el cineasta.

La guerra, una prueba

Abandonó su cámara sin miramientos el 24 de febrero, el día en que Rusia invadió Ucrania.

“Llevé a mi familia a Leópolis (oeste) porque me volví a involucrar en la defensa territorial de Kiev”, entonces bajo amenaza de las tropas rusas, explicó.

Sin formación militar, el director pasó semanas en puestos de control antes de ir a la primera línea de combate al norte de la capital.

Desde entonces ha seguido entrenando y “aprendiendo”, insiste, y se incorporó a una unidad de las fuerzas especiales encargada de derribar helicópteros y drones rusos.

“Formo parte de una unidad de inteligencia de apoyo y de defensa, de los grupos que operan especialmente los Stinger”, los lanzadores de misiles tierra-aire utilizados contra los aparatos que vuelan a baja altura. ¿Extraña el cine? “Es una parte importante de mi vida, pero sólo una parte”, responde Sentsov,

▲ El cineasta, escritor y activista, Oleg Sentsov, originario de Crimea, en la ciudad de Kramatorsk, centro administrativo de Ucrania donde la guerra arrecia desde hace meses. Foto Afp

quien no pudo ver a su presidente, Volodymir Zelensky, cuando se dirigió al festival de Cannes en mayo.

“Hoy día vivo en un mundo totalmente diferente, donde todo tiene que ver con la guerra”, agregó el cineasta, quien ha visto de cerca los combates.

El mes pasado, el puesto en el que se encontraba cerca de Bajmut, al sureste de Kramatorsk, fue eliminado por un ataque. “No pudimos trasladar todos los cuerpos”, afirmó.

Pero “al final de cuentas, Ucrania vencerá porque libra una guerra por su existencia”, afirma Sentsov.

“Putin y la Federación Rusa no aceptan que Ucrania y los ucranios no son una colonia, sino un país independiente”, agregó al fustigar “las visiones claustrofóbicas, xenófobas e imperiales” de Moscú.

El cineasta convertido en combatiente continúa viviendo y amando. A inicios de julio se casó en Kiev con una abogada.

“La guerra es una verdadera prueba, y te deshaces de cosas inútiles. Sólo quedan las cosas cruciales: el amor, la familia y los hijos por los que se lucha”, afirma. Y para él, ”la vida es más grande que el cine”.

El rey del exceso

LEONARDO GARCÍA TSAO

Debo admitir que tenía toda la renuencia del mundo para ver una biografía de Elvis Presley dirigida por el australiano Baz Luhrmann. Conocido por su vena maximalista, el cineasta es el responsable de películas bombásticas como Romeo + Julieta (1996) y Moulin Rouge (2001), cuyo exceso visual se codeaba con la vulgaridad. Pues ha llegado el momento de la reconciliación. Puede decirse que con Elvis Luhrmann ha encontrado un tema a la altura de su estilo.

Hasta ahora las biografías de Presley no han sido especialmente memorables (apenas recuerdo el telefilme Elvis hecho por John Carpenter en 1979, con Kurt Russell en el papel titular). Luhrmann y sus diferentes coguionistas han decidido que el narrador de su historia sea nada menos que el coronel Tom Parker (Tom Hanks), el empresario transa quien mangoneó y estafó a Elvis durante toda su carrera. Es como asignarle al diablo la narración de la historia de Fausto.

Sin embargo, la apuesta funciona. Sobreactuado por un Hanks maquillado como un hombre feo y gordo, Parker es un personaje mefistofélico que le vende a su protegido la inmortalidad a cambio de su alma. Y por mucho que Elvis trata de escapar de su control, vuelve a caer en sus garras.

Esa es básicamente la historia contada, con sus inexactitudes históricas, por Luhrmann. Pero es cómo la cuenta lo que marca la diferencia. Desde sus primeras imágenes, el realizador utiliza un arsenal de recursos visuales que cautivan nuestra atención. Eso se sostendrá a lo largo de toda la película. Si antes la hipérbole visual de Luhrmann me fatigaba, en esta ocasión es apenas el vehículo adecuado para narrar el ascenso y ocaso de un ídolo excesivo.

Otro acierto del director fue encomendarle el demandante papel epónimo al desconocido Austin Butler. Aunque físicamente el actor no se parece mucho al verdadero Elvis, quien tenía facciones heroicas de una estatua griega, lo compensa con una recreación sorprendente de su fisicalidad. Butler se mueve y contonea con la misma forma electrizante que le valió a Elvis el mote de la Pelvis. Pero no se trata de una mera imitación. Como lo hizo Angela Bassett con Tina Turner, o Val Kilmer con Jim Morrison, se trata de una auténtica encarnación de lo que hizo grandioso al cantante. (El canto se consiguió mezclando grabaciones de Presley con la voz del propio Butler).

Por supuesto, Luhrmann hace obvia la atracción sexual de Elvis enfocando los movimientos de su entrepierna, alternados con acercamientos de sus fans femeninas jadeando y gritando de forma orgásmica.

Tal vez el mayor acierto de esta biopic es la forma cómo establece la profunda influencia que, desde la infancia, ejerció el misterio y la maravilla de la música negra en Elvis. Eso se refuerza con las significativas apariciones de B.B. King (Kelvin Harrison Jr.), Little Richard (Alton Mason) y Arthur Big Boy Crudup (Gary Clark Jr.).

Y musicalmente, Elvis no es otra cosa que una revisión de sus Grandes Éxitos con una interpretación apoteósica de Suspicious Minds, en Las Vegas, la que sería su tumba. No es una biopic particularmente profunda o introspectiva. De Presley sabemos de su fijación edípica y de su matrimonio con Priscilla (Olivia de Jonge) que está allí básicamente para lucir una serie de pelucas; de su forzada incorporación al ejército para censurarlo y su posterior adicción a las drogas. Pero ignoramos qué es lo que lo mueve.

No importa. Elvis sirve como un vistoso espectáculo, un vital recordatorio de las glorias y tribulaciones del rocanrol.

Elvis: Baz Luhrmann/ G: Baz Luhrmann y Sam Brommell, y Craig Pearce, y Jeremy Doner, sobre un argumento de Baz Luhrmann y Jeremy Doner/ F.en C: Mandy Walker/ M: Elliott Wheeler; canciones varias/ Ed: Jonathan Redmond, Matt Villa/ Con: Austin Butler, Tom Hanks, Olivia DeJonge, Helen Thomson, Richard Roxburgh/ P: Bazmark Films, Roadshow Entertainment, The Jackal Group, Whalerock Industries. Australia-Estados Unidos, 2022. Twitter: @walyde

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