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Para Alberto economía sí

A48 horas del segundo vencimiento del aislamiento social, preventivo y obligatorio, el presidente Alberto Fernández confirmó que la cuarentena general por la pandemia del coronavirus seguirá hasta el 26 de abril, aunque anticipó que el confinamiento se extenderá por el tiempo que sea necesario. “No sé cuánto tiempo, nadie sabe cuándo va a terminar este martirio. La única posibilidad que tenemos es hacer lo que estamos haciendo”, declaró.

Tras una presentación al estilo de un profesor universitario (durante la cual mostró gráficos comparativos y ejemplos para argumentar que la cuarentena tiene sentido), el mandatario reveló que comenzó una nueva etapa con un aislamiento administrado: el Gobierno, a instancia de los gobernadores, podrá flexibilizar la medida en algunas ciudades del interior.

“Vamos a seguir igual en las grandes urbes. Pero vamos a focalizar lugares rurales y actividades donde la cuarentena pueda ser aliviada. Lugares donde no se registren casos y no tenga sentido mantenerlos aislados”, explicó el presidente.

En esta línea, celebró que el confinamiento ralentizó la velocidad del contagio, y detalló que, según las proyecciones iniciales, “hoy tendríamos que haber tenido 45 mil casos, pero tenemos el 4,16% de lo que podríamos haber tenido”; aunque que subrayó que “estamos muy lejos de haber alcanzado el logro”.

Por otra parte, y a diferencia de otras conferencias de prensa, Alberto Fernández no se dirigió directamente a la plana empresarial, pero igualmente se las ingenió para entregar un mensaje: “Todos tienen que entender que son actores, no víctimas de la cuarentena. Estamos en el camino correcto, si seguimos así, todo esto nos va a doler menos”.

En sintonía, afirmó que no bajarán los impuestos, y admitió que en la búsqueda de recursos extraordinarios para paliar la severa crisis en que se ve inserto el Estado, no ve con malos ojos la creación de un nuevo impuesto extraordinario sobre el patrimonio de los grandes grupos económicos de Argentina. “Esto es facultad del Poder Legislativo”, aclaró. ¿SENTENCIA DE MUERTE?

Conscientes de que el objetivo primario es la salud, y tras aplaudir la decisión de Gobierno para aplanar la curva de contagios del Covid-19, el sector privado demandó acciones concretas al Estado para evitar el colapso de la economía y la quiebra de las empresas, que llevaría a un salto enorme del desempleo y la pobreza.

“La prolongación de la cuarentena era previsible, y no cambia la delicada ecuación de las pymes turísticas. La certeza del anuncio es que, de no proclamarse medidas específicas para Turismo, se empezarán a multiplicarse los cierres de las empresas”, indicó Aldo Elías, titular de la CAT, quien añadió: “El acompañamiento del Gobierno no es suficiente. La solución es que se hagan cargo de los salarios, pero como es inviable, les solicitamos créditos con tasa realmente bajas y períodos de gracia superiores a los seis meses”.

A su turno, Roberto Amengual, presidente de la AHT, reconoció que para los empresarios estar otros 15 días sin facturar será letal, y remarcó: “Afrontar los sueldos de abril será prácticamente imposible”. Al respecto, comunicó que los alojamientos no resistirán a la pandemia, a menos que el Gobierno se comprometa realmente con la actividad turística.

Por su parte, desde la órbita porteña, el titular de la Ahrcc, Ariel Amoroso, lamentó que el rubro gastronómico no obtuvo ninguna flexibilización laboral, y señaló que los empresarios no tienen solvencia para pagar los sueldos de la primera quincena de abril. “Si ahora la situación es crítica, en dos semanas será terminal para gran parte de las pymes porteñas y sus 60 mil empleados del rubro gastronómico”, dijo, y exigió por la instrumentación de los anuncios.

Para terminar, adelantó que presentarán un proyecto de ley en la Legislatura porteña para que la Ciudad declare la emergencia económica del sector, y así acceder a beneficios reales para la industria turística. El Gobierno extendió el aislamiento social, preventivo y obligatorio –en principio– hasta el 26 de abril. Las gremiales empresariales aseguran que, para evitar el colapso económico turístico y las quiebras, el Gobierno debe velar por las necesidades particulares del sector.

POR MARCOS LLOBET, redaccion13@ladevi.com La cuarentena no se negocia, la economía sí CERRADO HASTA NUEVO AVISO

Durante su oratoria, el presidente Alberto Fernández confirmó la continuidad del cierre de fronteras, y sostuvo que el ingreso al país de los argentinos que aún se encuentran en el exterior “está siendo administrado”, en el marco de la pandemia de coronavirus.

Cabe destacar que con el DNU que prolongará el aislamiento social, preventivo y obligatorio, también quedará extendida automáticamente la prohibición de los vuelos de cabotaje; mientras que los vuelos de repatriación seguirán de acuerdo con el cronograma oficial.

Por otro lado, el primer mandatario señaló que durante los últimos 28 días, antes de implementarse el cierre total de fronteras, volvieron a Argentina 217.105 argentinos, residentes de las áreas metropolitanas de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. Por último, Fernández no hizo mención a la posibilidad de la quita del 30% a los gastos en el exterior para los argentinos que hoy están varados. No sé cuánto tiempo, nadie sabe cuándo va a terminar este martirio. La única posibilidad que tenemos es hacer lo que estamos haciendo. Alberto Fernández

Cinco ideas sobre lo que puede cambiar en el Turismo

Si bien se pronosticaba un crecimiento del turismo global del 3% al 4% en 2020, ya se puede estimar una caída entre el 20% y el 30% en los viajes y una pérdida de US$ 300 mil millones a US$ 450 mil millones en los gastos de pasajeros internacionales.

Ahora es el momento de

En esta columna, la experta brasileña y expresidenta del Embratur, Jeanine Pires, proyecta futuros escenarios para los viajes, donde los clientes, las empresas y los destinos ya no serán los mismos.

poner el bienestar de las personas en primer lugar, no hay dudas con relación a esta res

ponsabilidad global. En el caso de la industria turística, una de las más afectadas, sabemos que ésta está pasando por un escenario inédito y sin precedentes; simplemente las personas dejaron de moverse. Solo las empresas aéreas están proyectando pérdidas por US$ 252 mil millones en 2020 y, según la IATA, son US$ 39 mil millones los pasajes comprados y no volados que son responsabilidad de las compañías.

Según la Organización Mundial del Turismo (OMT) puede llevar de 5 a 7 años recuperar las pérdidas de 2020. Para tener una idea, en 2009 con la crisis económica global las llegadas de turistas internacionales cayeron un 4 %, y durante el SARS en 2003 apenas un 0,4%. Aquí, en Brasil, según la Asociación Brasileña de Empresas Aéreas (Abear), en la semana del 23 de marzo de este año sus asociados presentaron una reducción interanual del 75% en la demanda nacional y del 95% en la internacional.

FUTUROS ESCENARIOS.

Es importante que intercambiemos ideas y proyectemos futuros escenarios; no intentando imaginar, sino buscando testear cuáles transformaciones podrían ocurrir en nuestra industria. La única certeza es que ya no seremos más el mismo negocio, y que, probablemente, las respuestas a nuestras actuales preguntas aún estén en plena mutación. Propongo cinco temas para comenzar a intercambiar ideas:

Como ocurrió después del 11 de septiembre de 2001, muchas nuevas medidas de restricciones y seguridad sanitaria deberán pasar a formar parte de lo cotidiano de los viajes. Siendo la seguridad una preocupación de los viajeros y las autoridades de frontera, todos tratarán de viajar con protección y evitar posibles contagios. El desafío de autoridades y empresarios será garantizar que las medidas de protección se tomen sin perjudicar los desplazamientos,.

Podremos presenciar en un primer momento el predominio de los viajes domésticos. En sus países las personas tienen más información, se sienten más seguras y así están más cómodas para hacer desplazamientos.

Como el turismo ha demostrado a lo largo de décadas una gran capacidad de recuperación, observaremos cómo será el comportamiento del consumidor a fines de 2020 y en los períodos de temporada alta de cada continente para entender el reinicio paulatino de la actividad.

Hay una necesidad urgente de diálogo entre autoridades públicas y empresarios para minimizar impactos y garantizar la supervivencia de empresas, empleos y la recuperación de un sector que es responsable de 1 de cada 10 empleos en el planeta. Dependiendo del tamaño de la empresa, de la duración de la crisis y del segmento de actuación, es preciso monitorear a diario el escenario y tomar medidas que ayuden y apoyen el mantenimiento de empleos y el enfrentamiento de la crisis. Diversas entidades mundiales y nacionales ya divulgaron recomendaciones.

EL TURISTA DEL DÍA DESPUÉS.

Los cambios de hábitos del consumidor son otra tendencia que podemos esperar, aunque todavía es muy pronto para entender cómo ocurrirá. Tal vez siga adelante (pero por otros motivos) la idea de evitar lugares con muchas personas, el overtourism. La exigencia de actitudes sostenibles podría ampliarse, buscando destinos donde el respeto por el medio ambiente se traduzca en más seguridad sanitaria en todos los aspectos (medios de hospedaje, alimentación, playas, naturaleza, respeto a la cultura local, entre otros). Tal vez, también pasemos por cambios en los períodos de vacaciones, aumentando la búsqueda de viajar en baja temporada.

Infelizmente, también podríamos presenciar prejuicios respecto a la procedencia de los turistas, con comportamientos peyorativos por parte de las comunidades locales o incluso de los profesionales.

Ni imaginamos aún los cambios, pero ciertamente el cliente será cada vez más el protagonista de sus decisiones en la búsqueda de experiencias más auténticas, pero más seguras, y con una interacción aún más participativa en todas las etapas de su viaje;

LAS EMPRESAS.

Adaptación e imagen, estos ciertamente serán los aspectos donde tendremos que enfocar nuestra atención en el escenario pospandemia. Las empresas tendrán que evaluar rápidamente los cambios y hacer adaptaciones para asegurar su competitividad y entender y atender las necesidades de los clientes. Esto está directamente relacionado a la imagen de su marca, ella tendrá que transmitir aún más seguridad, valores reales, y demostrar su dedicación a dar respuestas rápidas y precisas al consumidor. Esto vale tanto para empresas como para destinos, que tendrán nuevos desafíos de comunicación y marketing. ¿Cómo será la promoción en el nuevo escenario donde la seguridad tendrá una dimensión aún más amplia y exigente? ¿Qué y cómo comunicar? ¿Cómo hablar de las experiencias y realmente hacer que el turista se sienta parte de algo que satisfará nuevas necesidades? ¿Qué piensa sobre estos aspectos? Ayúdenos a pensar y evaluar este difícil escenario y a buscar caminos que puedan ayudar a la industria de viajes y turismo a superar con fuerza este desafío.•