
3 minute read
Las enfermedades mentales más frecuentes durante la adolescencia
from 23-02-2023
by cronica
Es muy común que nos preocupemos por el cuidado de nuestra salud física, pero ponemos poca atención en la salud mental
Consuelo Doddoli Ciencia UNAM-DGDC*
Advertisement
Los adolescentes son el sector de la población más vulnerable a padecer de su salud mental. En el mundo, uno de cada siete jóvenes de 10 a 19 años enfrenta un padecimiento mental sin embargo, la mayoría de ellos no son diagnosticados ni tratados adecuadamente.
La adolescencia es la etapa en la que dejamos la niñez y transcurrimos desde la pubertad a la edad adulta. Se producen cambios importantes en la estructura y función del cerebro, entre las que están la producción de hormonas. Estos cambios provocan que la adolescencia sea una época de transición, donde se desarrollan los hábitos sociales y emocionales de la persona y es cuando se experimentan los mayores cambios físicos, emocionales y sociales.
En general, esta etapa suele ser difícil, y si a esto le agregamos que muchos jóvenes están expuestos a factores de riesgo como la pobreza, los malos tratos, la violencia o malas experiencias, crecen en un ambiente vulnerable con una alta probabilidad de que desarrollen un problema de salud mental, afirma
¿DEPRESIÓN O MAL COMPORTAMIENTO?
Ansiedad y depresión son más comunes entre los adolescentes mayores (15 a 19 años) que entre los adolescentes más jóvenes (10 a 14 años). Quienes padecen trastornos de ansiedad suelen manifestar preocupaciones, miedos intensos, excesivos y persistentes sobre situaciones diarias.
Los estados depresivos no son un signo de debilidad o algo que se pueda superar con fuerza de voluntad. Si no se atienden, pueden tener consecuencias graves como proble - mas de aprendizaje e incluso, en ocasiones, llegar al suicidio.
Los trastornos del comportamiento se presentan con una mayor frecuencia entre los adolescentes más jóvenes.
El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), se caracteriza por problemas para prestar atención, controlar conductas impulsivas (podrían actuar sin pensar en el resultado de sus acciones) o por ser demasiado activos.
El trastorno disocial (con síntomas de comportamiento destructivo o desafiante) puede generar problemas en la escuela y dar lugar a comportamientos de riesgo o delictivos.
Los trastornos de la conduc- revista Antiquity, revelaron una empalizada que rodeaba varios edificios de madera construidos durante el quinto milenio antes de Cristo . (Europa press) ta alimentaria, como la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa, suelen aparecer durante la adolescencia y la juventud. Se caracterizan por fijar excesivamente la atención en el peso, la figura corporal y la comida, lo que causa una relación peligrosa con la comida con secuelas en el cuerpo, desde daños en el corazón, el aparato digestivo, los huesos, los dientes y la boca. Psicosis, las señales de este tipo de trastorno suelen aparecen a finales de la adolescencia o a principios de la edad adulta. Se caracteriza por alteraciones en los pensamientos y precepciones como alucinaciones (oír voces o ver cosas que no hay) o el delirio (falsas creencias).
Estas experiencias pueden afectar gravemente a la capacidad del joven para participar en la vida diaria y la educación, y en muchos casos llevan a situaciones de estigmatización o a violaciones de los derechos humanos.
Depresión, ansiedad y trastornos del comportamiento.
El suicidio es la cuarta causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años. Muchas de las personas que se suicidan o lo intentan sufren de alguna enfermedad mental.
El abuso del alcohol, los malos tratos físicos o el abuso sexual en la infancia, la estigmatización a la hora de buscar ayuda, son obstáculos que impiden recibir la atención que necesita una persona que piensa en dejar de existir.
La autolesión es un daño deliberado en su cuerpo, como cortarse o quemarse. Normalmente no es un intento de suicidio, es una forma dañina de enfrentar el dolor emocional, la ira intensa y la frustración.
CÓMO CUIDAR LA SALUD MENTAL Procurar tener buenos hábitos alimenticios.
Realizar ejercicio con regularidad.
Mantener buenas relaciones interpersonales, practicar la tolerancia, solidaridad y el respeto. Evitar el tabaco y el consumo de alcohol y otras sustancias adictivas.
Dormir mínimo de 8 horas diarias.
Realizar actividades sociales, recreativas y culturales.
Mantenerse ocupado en actividades productivas y positivas. La UNAM ofrece orientación a los jóvenes y a sus padres. Más información en https:// www.psicologia.unam.mx/centros-de-formacion y en la Línea de Atención Psicológica de la Facultad de Medicina de la UNAM (CDMX): 56222288 .
* Colaboración de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia.