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Reyna Paz Avendaño - Páginas

López Velarde creó “la más atrevida tentativa de revelar el alma oculta”

El cambio poético de Ramón fue por su gran talento y enormes potencias creativas, dice Fernando Fernández

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Centenario

Reyna Paz Avendaño

reynapazavendano@gmail.com

Aún existen enigmas sobre la relación de la maestra Margarita Quijano y Ramón López Velarde (1888-1921); sin embargo, la genialidad del autor zacatecano no estuvo determinada por los sentimientos que Quijano despertó en el poeta, así lo expresó el editor Fernando Fernández.

Con motivo del centenario luctuoso de López Velarde, Fernández publicará el libro La majestad de lo mínimo. Ensayos sobre Ramón López Velarde, donde reunirá 12 ensayos dedicados a la vida y obra del poeta. Sobre este trabajo, el autor dedicó una charla en el programa Grandes Maestros UNAM.

En la obra próxima a salir, Fernández explicó que uno de sus ensayos se titula Señorita con nombre de flor, donde relata la relación entre Ramón López Velarde y su musa capitalina, Margarita Quijano, que dejó marcada su obra al ser inspiradora de los poemas de amor que aparecen en el libro de 1919 llamado Zozobra.

“La poesía de López Velarde experimentó un cambio radical durante los años que estuvo en contacto con la señorita de nombre de flor; el poeta de La sangre devota, que se ocupaba mayormente de los ámbitos provincianos, se transformó en muy poco tiempo en el responsable de ‘la más atrevida tentativa de revelar el alma oculta de hombre’ como supo ver en los poemas de Zozobra”, señaló el autor.

Sería ingenuo pensar que el cambio se debió a los sentimientos que Margarita le provocó, fue sin duda porque su grandísimo talento y sus enormes potencias creativas alcanzaban por esos días la madurez, añadió.

“Pero también fue sin duda por cuanto vivió, sintió, leyó, pensó, descubrió, analizó, razonó e incluso tradujo durante los largos meses que tuvo a Margarita –y lo diré del modo cervantino–, como faro de sus pensamientos, día de su noche, gloria de su pena, norte de sus caminos, y estrella de su ventura”, comentó Fernández. norantes y extravagantes en la región en que la extravagancia no es divertida. Margarita Quijano es la otra profesora de literatura castellana, se cree Santa Teresa, abomina de don Marcelino y desconoce lo más serio de nuestra literatura”.

El autor explica que existen una serie de testimonios escritos desde “la mejor de las voluntades y con el máximo cariño hacia Margarita Quijano”, pero que en el fondo, comparten la opinión de Torri, es el caso de la alumna de Quijano: Carmen de la Fuente.

Eso no quiere decir que no haya sido una mujer de valor excepcional, añadió Fernández, cuyas virtudes físicas e intelectuales impresionaron a Amado Nervo, Carlos Pellicer, Salvador Novo y López Velarde.

“El ejercicio que propongo en mi libro es ir viendo los poemas que unánimemente considera la crítica como inspirados por Margarita Quijano, los voy siguiendo editorialmente y Ramón López Velarde va haciendo un relato absolutamente transparente y nítido de lo que va ocurriendo en su interior, de tal manera tenemos una crónica de las estaciones de la pasión que Margarita le provoca”, expresó .

Mediateca-INAH

El libro La majestad de lo mínimo. Ensayos sobre Ramón López Velarde, reunirá 12 ensayos dedicados a la vida y obra del poeta zacatecano.

zo Julio Torri sobre Margarita.

“Hace poco encontré unas palabras de Julio Torri que me sacaron un poco de esa suerte de paz acrítica sobre la que reposaba mi visión de Margarita Quijano, a partir de los muchos testimonios recogidos a lo largo de los años. Esas palabras se las dijo Torri a Alfonso Reyes en una carta de 1916, en cierto sentido, esas palabras ‘malévolas’ son del año en que López Velarde cae rendido ante los encantos físicos e intelectuales de Margarita Quijano, aun sin tratarse en persona”, detalló.

Torri narra que en su paso por la Escuela Normal de Maestras las profesoras eran “extraordinariamente pedantes, ig“Es fama que López Velarde era un hombre lleno de introspección, honduras y silencios”

“Sus poemas son extraordinarios claros de lo que estaba ocurriendo en su interior”

Musa

Margarita estuvo oculta por años

El nombre de Margarita Quijano estuvo oculto durante varios años porque López Velarde calló para siempre los detalles. Fue hasta 1971 que Quijano dio una entrevista y declaró que aquel amor fue casto y sincero.

El poeta sabía de Margarita por referencias de amigos en común y sin hablarle, la veía en el barrio donde ambos vivían, tomaban el mismo tranvía sin que ella lo notara. Un día le habló y mantuvieron una relación hasta que en 1918 terminó.

“Después él se presentó en la casa de ella para pedir su mano, los padres lo recibieron como un conocido lejano de su hija”.

ARTGENETIC Revisionismo del arte en redes

Eduardo Egea Twitter: @artgenetic

La actual transición pospandémica del mundo del arte se mueve hacia tres procesos complementarios: 1) La crisis del networking, el formalismo zombie, los currículums estériles, el arte objetual decorativo y los espacios independientes dependientes del Estado o particulares. 2) El inicio de la revisión, apertura y oportunidad de galerías y museos hacia artistas emergentes, subvaluados o redescubiertos, así como el potencial regreso de arte invendible, arriesgado o políticamente incorrecto. 3) La actual era de la información y el internet impulsa en arte un mayor nivel de exigencia y selección estético-formal, crítica y discursiva.

El primer punto lo demuestra Otrxs Mundxs, 2021, en el Museo Tamayo, exposición que a partir de su descarada corrupción marca el fin de toda una era de networking, nepotismo y clasismo. El segundo punto, tiene de antecedente a Antes de la Resaca. Una Fracción de los Noventa en la Colección del MUAC o Yo sé que tú Padre no Entiende mi Lenguaje Modelno, 2014-15, MUAC. Tanto Cien del MUAC como Excepciones Normales. Arte Contemporáneo en México, Museo Jumex, ambas 2021, revisan obras clave del arte nacional. Curadurías que evidencian al arte como redes generacionales son La Causa de las Causas, 2019-20, MAM, así como las Ferias Fain, Fama o Clavo, 2021. Desde My Generation, 2009, las curadurías de Chris Sharp o el proyecto Siembra, 2020-, Kurimanzutto ha convocado artistas veteranos, extranjeros o emergentes o el Museo de Arte Carrillo Gil se ha abierto a jóvenes con Tiempo Compartido, 2021. El tercer punto es demostrado en internet por bienales, ferias o museos, así como Artsy, Artfacts, e-flux, etc.

Con este proceder galerías, curadores e instituciones buscan desesperadamente encontrar al nuevo artista de talento y se fusionan redes sociales e internet con rizomas historiográficos, artísticos y discursivos. Ante el acceso “democrático” a la información, ¿Este es el fin del pedante curador omnipotente?, ¿Todo agente del arte estamos obligados a estar atentos, abiertos y receptivos? .

Fue buen abogado López Velarde, nunca lo sabremos, dice Marco Antonio Campos

El escritor presenta su libro El Diccionario Lopezvelardeano, que busca revivir al poeta

Ana Laura Tagle Cruz

analau1803@hotmail.com

¿Qué tan buen abogado fue Ramón López Velarde?, eso no lo sabremos nunca, pero lo que sí sabemos es que el 13 de mayo de 1908 el padre del poeta, Guadalupe Pérez Morán, cayó enfermo y fue entonces cuando López Velarde le prometió dedicarse a la abogacía para seguir los principios morales y económicos de la familia, explicó el escritor Marco Antonio Campos durante la presentación que realizó El Colegio Nacional de El Diccionario Lopezvelardeano, editado por la UNAM, como parte de la colección Cátedra Universitaria.

“El diccionario de Marco Antonio Campos es un manual de primeros auxilios para revivir a López Velarde, para que el poeta no se convierta en esa estatua de bronce que nadie sabe a quién representa. Algunos lo han considerado poeta nacional, aunque no necesariamente lo es ni quiso serlo, en ese sentido, estaría lejos de Pablo Neruda o de Víctor Hugo que aceptaron, de buena gana, ser poetas nacionales”, expresó el escritor y Premio Crónica Juan Villoro.

En ese sentido, explicó que ya José Emilio Pacheco en el prólogo de La luna inmóvil dijo muy claramente que un poeta como Ramón López Velarde al escribir la Suave Patria tiene muchas más alusiones -siete en concreto- a la tradición católica que a lo que sería el discurso nacionalista revolucionario que se apropió de él después de la revolución un poco por los azares de su sepelio, los tres días de luto nacional ordenados por el presidente Álvaro Obregón, etcétera.

En el marco del centenario luctuoso de Ramón López Velarde (15 junio de 1888 – 19 junio 1921), Juan Villoro explicó que en El Diccionario Lopezvelardeano, Marco Antonio Campos nos recuerda la presencia opresiva del padre del autor de Suave Patria, a quien el poeta siempre guardó luto vestido de negro, “negro en parte por respeto al padre, en parte por pobreza y en parte por su profesión de abogado”.

“Su padre nunca quiso que Ramón López Velarde fuera escritor y, probablemente, cuando murió en 1908 liberó al poeta de la obligación de no ser escritor, de dedicarse a la abogacía o profesiones aparentemente más provechosas. Tenía entonces 20 años, recién cumplidos, se tuvo que hacer cargo del resto de sus hermanos, fue abogado, fue maestro, trabajó en oficinas de gobierno, pero se dedicó en lo fundamental a la poesía”.

A propósito, Marco Antonio Campos destacó que en la familia de López Velarde no había ningún antecedente literario, como en el caso de Jorge Luis Borges, por lo que la escritura fue su vocación. “El padre muere en noviembre de 1908 e, incluso, escribe un poema que no recoge en La sangre devota y que es el único poema que le escribe al padre, aunque en general a la familia no le escribió nada”.

De hecho, en una carta que fechó el 13 de marzo de 1911 expresó la sincera preocupación de ser poeta, “en ella dice que la literatura y la poesía no dan dinero y que a él ya se le señala en San Luis Potosí como un maderista duro, es decir, verlo era como ver al diablo”. “En ese 1911, también el abogado Ramón López Velarde se va avenado a SLP tres meses, donde es un juez inmóvil en un pueblo inmóvil y sólo sabemos de su paso por una prosa que se llama La provincia mental”.

Posteriormente, entre 1912 y 1914 trabaja como abogado, pero ahora en la Ciudad de México, añadió. “¿Qué tan bueno fue como abogado? No lo sabemos. Se puede tener el gran talento, pero no la vocación. Él tuvo el gran talento, pero se impuso la vocación. Cumplió con el padre y con su profesión; fue abogado y fue poeta” .

El Diccionario Lopezvelardeano también busca que el poeta no se convierta en esa estatua de bronce que nadie sabe a quién representa, dice el Premio Crónica, Juan Villoro. Nombre

Ramón Modesto López Berumen

El nombre del poeta zacatecano no era realmente Ramón López Velarde, sino Ramón Modesto López Berumen, explicó Marco Antonio Campos. “Fue su abuelo quien se puso el Velarde, quien se llamaba en realidad Ramón López Díaz, pero “por alguna razón que no sabemos, tal vez por prestigio, se puso el López Velarde, de ahí el padre también, su padre es Guadalupe López Morán y el poeta acaba siendo Ramón Modesto López Velarde Berumen. Me pregunto si sonaría que el mejor poeta mexicano se llamara Ramón López.

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