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medidas para enfrentar el coronavirus

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LUNES, 25 MAYO 2020 metropoli@cronica.com.mx

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Las medidas ante COVID-19 podrían quedarse un año más en México

v Esta situación se mantendrá así hasta que la población mexicana alcance lo que se llama “inmunidad de rebaño”, es decir, cuando al menos un 70% de las personas se hayan infectado, con o sin sintomatología, y alcancen un cierto grado de inmunidad al virus, señala Ricardo Cortés Alcalá, director general de Promoción de la Salud

[ Notimex ] A unque hasta el momento se descarta otro confinamiento generalizado en todo el país a causa de COVID-19, las medidas para la mitigación del virus implementadas hasta ahora podrían quedarse durante un año más, señaló el director general de Promoción de la Salud, Ricardo Cortés Alcalá.

En entrevista explicó que de esto se trata la “nueva normalidad”, pues si bien la Jornada Nacional de Sana Distancia está programada para finalizar el próximo 30 de mayo, lo más probable es que algunas demarcaciones puedan reabrir actividades y otras se queden exactamente igual.

“Por ejemplo, la Ciudad de México y la Zona Metropolitana, sin el menor riesgo a equivocarme, van a amanecer el 1 de junio en semáforo rojo. Vamos a seguir igual que en la Jornada Nacional de Sana Distancia, solamente los trabajos esenciales, todos quedándonos en casa; no hay clases, no hay espacios públicos abiertos y cerrados, todo va a ser igual”, comentó.

Recordó que será el gobierno federal quien decidirá la situación en la que se encuentra cada estado, mediante un semáforo de riesgo que contiene los colores

rojo, naranja, amarillo y verde, de acuerdo con la intensidad de transmisión y número de casos.

Sin embargo, Cortés Alcalá señaló que el que un estado amanezca el próximo 1 de junio en un color naranja o amarillo, y por ende pueda retomar algunas actividades, no representa una garantía, pues al quitar el desconfi namiento “en un futuro cercano, eso va a tornarse en un incremento del número de casos” y podría volver del naranja al rojo.

“Entonces nosotros vamos a decir: Aguascalientes amaneció esta semana en rojo, las actividades se suspenden como en la Ciudad de México, si (después) amanece en amarillo, puede reabrir algunas actividades”, ejemplifi có.

Segunda ola de coronavirus e infl uenza, un nuevo reto

Esta situación, dijo, se mantendrá así hasta que la población mexicana alcance lo que se llama “inmunidad de rebaño”, es decir, cuando al menos un 70 por ciento de las personas se hayan infectado, con o sin sintomatología, y alcancen un cierto grado de inmunidad al virus.

“(Pero) para esto lamentablemente tiene que pasar un año y medio, para poder decir ‘ya todos nos contagiamos al menos una vez de COVID-19 y tenemos esta inmunidad de rebaño’.

“Así es como vamos a estar administrando el riesgo, con pequeñas olas que suben y bajen hasta poder lograr la inmunidad de rebaño, (…) y una vez que el virus se introduzca, como pasó con la infl uenza, vamos a convivir con él; la mortalidad va a disminuir porque nuestro sistema inmunológico se va a acostumbrar a este nuevo virus”, expresó.

Respecto a la segunda ola de COVID-19 en México, la cual podría llegar en octubre y combinarse con la infl uenza, Ricardo Cortés Alcalá aseguró que se tratará de un nuevo reto para el país, debido a que hasta ahora no existe evidencia científi ca sobre lo que pasara con la combinación de estos dos virus.

“Cuando lleguemos a septiembre-octubre, y comiencen a convivir infl uenza y coronavirus, no sabemos qué va a suceder, no hay evidencia científica que nos diga que la persona que se enferma con infl uenza no se puede contagiar con COVID-19, o si pueden convivir ambos virus en la misma persona.

“Infl uenza y coronavirus indudablemente van a convivir (…).Esperemos que no sea una temporada de infl uenza muy cruda que se pueda combinar con más enfermos de COVID-19, ni que los servicios de salud se saturen muy rápidamente”, indicó.

Cortés Alcalá señaló que si bien no podría haber un nuevo confi namiento, “seguramente tendremos que hacer las actividades que ahorita estamos haciendo de regreso a la baja circulación del virus, esta nueva normalidad eso es lo que comprende”.

“El semáforo (de riesgo) va para abajo pero también va para arriba, y cuando llegue la infl uenza seguramente ese semáforo verde que tuvimos a lo mejor en agosto o septiembre, por poner un ejemplo, en octubre transite a amarillo y se reduzca un poquito la actividad social y económica.

“Y si en diciembre llegamos a rojo, pues bajamos aún más las actividades. Eso es lo que representa una nueva normalidad hasta que lleguemos al punto que tengamos un 70 por ciento de personas que hayan tenido contacto con el virus y esto pueda mitigarse más fácilmente”, expresó.

Jorge Gaviño

Corrupción: telegrama no recibido

“No mentir, no robar, no traicionar.”

Canon de la 4T

El pasado 21 de mayo el INEGI publicó la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) 2019. Este instrumento estadístico ofrece información referente a la satisfacción de la población con los servicios públicos básicos, el contacto con las autoridades y sirve para medir el fenómeno de la corrupción. Muchas veces a lo largo de este sexenio, hemos escuchado a las autoridades de Morena expresar cinco palabras con la misma certeza con la que Galileo aseguraba que la Tierra se movía alrededor del Sol: “¡Ya se acabó la corrupción!” Sin embargo, a diferencia de lo aseverado por el astrónomo de la Toscana italiana, las evidencias no soportan los dichos del partido de la llamada Cuarta Transformación. De hecho, lejos de desaparecer, la corrupción en nuestro país ha incrementado desde que la “honestidad valiente” llegó al poder. Basta un sencillo análisis del estudio publicado por el INEGI para demostrar lo anterior. En primer lugar, si observamos la “Tasa de prevalencia de corrupción” que mide la población que tuvo contacto con algún servidor público y que experimentó algún acto de corrupción, nos daremos cuenta que el total fue de 15,732 por cada 100,000 habitantes. Esto representa un aumento del 7.5% con respecto del 2017. No bajó, subió.

Este incremento no es gratuito. Es decir, la corrupción tiene un costo directo para la gente. En el caso de 2019, el costo total fue de 12 mil 770 millones de pesos, un incremento del 64% en relación con el 2017, con un costo promedio por persona afectada de 3,822 pesos. Para darle un poco de dimensión a esta cifra: es más de lo que se juntaría si rifaran cuatro veces el avión presidencial o el equivalente al 94% del presupuesto aprobado para todo el Poder Legislativo Federal para el 2020 (13,540 millones de pesos). El viernes 22 de mayo, un día después de la publicación de la ENCIG 2019, el presidente de la República comentó en su conferencia de prensa matutina que ya les había mandado telegramas a los funcionarios corruptos para avisarles: “Situación cambió, cero corrupción, cero impunidad. Ten cuidado, no vayas a terminar en el bote”. Más allá de que la efi ciencia del medio de comunicación elegido puede ser muy cuestionable, lo importante sería que el mandatario retome la bandera que lo llevó al puesto que hoy ocupa y que aplique la ley a aquellos que no atienden a sus telegramas. Está bien que quieran limpiar la corrupción como las escaleras que se barren de arriba para abajo, pero aumentemos la velocidad del barrido. Tiene que haber consecuencias para esos que desde el poder mienten, roban y traicionan.

Vicecoordinador del Grupo Parlamentario del PRD @ jorgegavino

Presos por partida doble; la vida en la cárcel frente a la COVID-19

[ Notimex ] E l aislamiento por COVID-19 cambió la rutina de Alberto Ramírez Salgado al interior del Reclusorio Oriente: no puede salir a correr como cada mañana, ni seguir sus estudios de prepa o elaborar los cuadros que le dan el sustento de sus tres hijos.

Alberto siente melancolía. Pero lo que más le entristece es no poder ver a su familia, su único enlace con el exterior, y lo que le da la fortaleza para cumplir la condena de 58 años por el delito de secuestro exprés. Está aislado dentro del confi namiento en el que lleva 11 años.

Así lo cuenta su tía Lourdes Ortega Barrera, quien vio a su sobrino por última vez el 24 de marzo. Lulú, como la llaman sus familiares, es parte de la población vulnerable al coronavirus —de 61 años de edad y con diabetes—. Su voz se quiebra cuando cuenta lo preocu

v De acuerdo con la organización Así Legal, hay 295 centros penitenciarios en México, en los cuales —hasta el 14 de mayo— se tenía registro de 171 contagios y 31 defunciones (22 presos y 9 custodios) por coronavirus

pada que está por Alberto, por sólo escucharlo durante unos minutos cada viernes que él llama.

Las cárceles de México y del mundo se convirtieron en focos de transmisión del coronavirus —señalan expertos nacionales e internacionales—; por lo anterior, se han liberado presos ante el hacinamiento que campea, sobre todo, en prisiones latinoamericanas, o rebeliones de internos ante la falta de información veraz y oportuna.

De acuerdo con la organización

Así Legal, hay 295 centros penitenciarios en México, en los cuales —hasta el 14 de mayo— se tenía registro de 171 contagios y 31 defunciones (22 presos y nueve custodios) por coronavirus.

En la Ciudad de México la organización contabilizó hasta ese momento, 13 personas privadas de la libertad y personal contagiado en los distintos penales, y tres defunciones en el Reclusorio Norte; en el Oriente, donde Alberto cumple su condena, Así Legal registró un contagio el 24 de abril.

No fue el único, los contagios siguen. El 12 de mayo falleció una persona más. Aunque las autoridades le dijeron a Lulú que fue por peritonitis, Alberto y varios de sus compañeros de área fueron divididos:

Los contagiados a la zona 1 del Reclusorio y quienes estuvieron en contacto con ellos fueron a aislamiento en el Centro de Observación y Comunicación (COC), al interior del mismo penal.

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