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Cambio político sin ideas

te porque acentúa el pragmatismo irreflexivo. Además, las herramientas del análisis político se muestran inadecuadas, no solo para comprender, sino también, para describir los escenarios contemporáneos. Las viejas categorías resultan obsoletas, engorrosas e inútiles. Son conceptos escritos para el guión de una época pasada.

El mundo ideal para Xóchitl sería que AMLO siguiera con su promoción en la mañanera y que alguien le diga a Fox, cállate chachalaca.

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La senadora emprendió un deslinde total de Fox cuyos dichos no la representan. No solo en temas de poca sustancia como la pensión de los ex presientes, sino en asuntos de fondo como los programas sociales. Tienen ideas totalmente diferentes.

Xóchitl seguirá jalándole los bigotes al jaguar tabasqueño de Palacio Nacional aunque en ese recinto ya le cayó el veinte al presidente de que la grotesca acometida contra Gálvez fue contraproducente.

Un ojo al gato y otro a la CDMX Aunque formalmente compite por la nominación de Morena para la presidencia, Ricardo Monreal no pierde de vista el proceso sucesorio en la CDMX, por algo será.

Monreal pidió a las fuerzas de izquierda de la ciudad mantenerse unidas, porque Morena puede perder si hay división.

Dijo que además de conservar el Palacio del Ayuntamiento el objetivo de Morena para la capital del país es recuperar las alcaldías que están en poder de la oposición.

La verdad es que en la elección del 2021 Morena tuvo una jornada amarga, derivado del hecho de que pensó que ganaría solo con la camiseta y no leyó bien el descontento ciudadano.

Tiene razón el zacatecano sobre el riesgo del rompimiento, la pregunta es si él está dispuesto a ser factor de unidad en la CDMX donde su nombre circula por diferentes rumbos.

Corcholatas, ¿y ahora qué?

No pueden seguir ofreciendo pan con lo mismo. Las corcholatas tienen que cambiar de guion. Corren el riesgo de volverse irrelevantes y pasar un mes en páginas interiores.

La primera parte del operativo cumplió el objetivo de que el gobierno mostrara sus cartas y enviara el mensaje de que la sucesión era algo entre morenistas, pero eso dejó de funcionar.

La irrupción del Frente Amplio y el crecimiento de la figura de Xóchitl obliga a que le busquen por otro lado.

Las reglas que les impuso el presidente López Obrador le dan ventajas inesperadas a la oposición. Las corcholatas sin mítines al aire libre, sin espectaculares y sin propuestas dejarán de atraer los reflectores.

El cambio tiene que comenzar hoy mismo, para que las siguientes semanas sean provechosas, de otra manera tiene poco sentido el gasto y el esfuerzo personal.

La historia de las instituciones y de las doctrinas políticas enseña que todo proceso de transformaciones de una sociedad, se acompaña de ideales, aspiraciones, modelos y proyectos relativos a un orden superior, más justo y libre, e incluso, con respuestas tentativas a las aspiraciones colectivas. Las discusiones siempre involucraban aquello que en el pasado se conocía con el nombre de utopías y que actualmente, ante la falta de ellas, se denominan programas políticos. Si es cierto que “el fin justifica los medios”, entonces, resulta necesario cuestionarse sobre los objetivos y las metas, es decir, sobre las finalidades que persigue la acción política. La carencia de ideales que ahora se observa es preocupan-

Este fenómeno de ausencia de ideales también se encuentra presente en la política mexicana. Actualmente, nadie se plantea la necesidad de repensar alguna gran teorización y ni siquiera existen proyecciones sobre la sociedad post-capitalista que viene. En anteriores columnas he comentado el caso del gobierno donde el único impulso intersubjetivo proviene del voluntarismo presidencial y de la toma decisiones en función de cálculos políticos. Lo mismo acontece por cuanto se refiere a las propuestas y aspiraciones de la coalición opositora, que hasta ahora no ha logrado introducir plenamente los arquetipos ciudadanos en su acción cotidiana.

Ahora toca el turno al documento “Una Nueva Visión de País”, producto de un ejercicio cívico-político presentado hace días por la organización

“Mexicolectivo”, asociada al Partido Movimiento Ciudadano, con el objetivo de impulsar: “la participación plural y diversa que busca recoger e intercambiar ideas y propuestas desde la sociedad civil para la construcción de un mejor país”. Se trata de un diagnóstico social, económico y político aderezado de buenas intenciones. Los postulados presentados referidos a la justicia social, la inclusión, el respeto por los derechos humanos, el bienestar y el apego al Estado de Derecho, no agregan nada nuevo al debate contemporáneo sobre el futuro del sistema democrático mexicano. Son argumentos coincidentes con los formulados en otros espacios de reflexión política, solamente cambia la escenografía. Representan por decirlo así, la base mínima para la restauración del desarrollo interrumpido en nuestro país. Cuando se reflexiona sobre estas temáticas –sin importar el partido o la audiencia- siempre aparecen los mismos actores, sin novedades, ni soluciones alternativas. Las estrategias para acentuar la orientación ciudadana que se pretende construir resultan limitadas y lo más preocupante, es que no se incorporan importantes temas y causas que actualmente interesan a los electores. Resulta un esfuerzo loable pero incompleto y fragmentado. Dado que mediante la acción y el discurso los individuos muestran quienes son, la política hoy se presenta como un espacio relacional que debe abrirse en todas partes a todos. Es necesario imaginar nuevas modalidades de diálogo y colaboración entre la sociedad política y la sociedad civil.

Vivimos una metamorfosis del mundo que exige también aceptar los riesgos de asumir la transformación de nuestras concepciones. Por ello, es necesario reivindicar la potencia creativa de la política, así como recuperar la potencia política de la creación. Dado que el discurso partidario ha despolitizado a la política, requerimos urgentemente de una repolitización del mensaje que produzca un nuevo léxico que reinterprete a la política y que ofrezca a las oposiciones las capacidades para enarbolar un moderno discurso ciudadano. Se trata de aprovechar la oportunidad histórica –inscrita en la actual crisis mexicana- para replantear radicalmente la política, liberándola de sus concepciones tradicionalistas y por lo mismo, ineficaces.

Sociedad Y Poder

El oficialismo, contra Xóchitl Gálvez

Raúl Trejo Delarbre trejoraul@gmail.com

La mafia del poder ha elegido un nuevo adversario. Por todos los medios, pisoteando restricciones legales, el presidente y sus fieles están empeñados en descarrilar la candidatura de Xóchitl Gálvez. Mentiras y difamaciones en las conferencias matutinas, disciplinadamente reiteradas por los “corcholatos” en campaña, fueron la reacción inmediata, visceral y colérica, a la notoriedad que rápidamente adquirió la senadora hidalguense. Ahora, de la infamia publicitaria, transitan al acoso judicial. El gobierno la quiere intimidar y debilitar y, si puede, expulsar de la competencia política.

La anticipada postulación de Xóchitl Gálvez como aspirante a la candidatura presidencial del Frente Amplio por México ha sido un éxito debido, en primer lugar, a su perfil desenfadado y fresco que contrasta con la rigidez de muchos políticos que menudean dentro y fuera de esa alianza partidaria. Gálvez habla con franqueza, sin la ampulosidad que la vieja clase política ha utilizado para enmascarar las limitaciones de su discurso, pero sin caer en la vulgaridad obradorista que injuria y miente para rehuir la confrontación con la realidad y los hechos.

La candidatura de Gálvez ha reanimado al Frente Amplio en donde hay otros aspirantes presidenciales, algunos sin duda con méritos y experiencia sobresalientes. Ninguno de ellos tiene la capacidad de la “Señora X”, como la llaman sus inesperados propagandistas, para suscitar el entusiasmo y la esperanza que han modificado el escenario político en las semanas recientes.

Esa postulación inicial, desplazó de la agenda pública a las desangeladas campañas de los aspirantes presidenciales de Morena. A pesar del enorme gasto que hacen, en todos los casos con ilegal desfachatez, para contratar propaganda en todo el país, las campañas de Sheinbaum, Ebrard y López bis no despuntan. Cada uno a su modo, los tres son marionetas condenadas a repetir la demagogia que se propaga desde Palacio Nacional. Impedidos para debatir entre ellos mismos, sus discursos carecen de contraste.

¿Alguien que lee los diarios, o mira los noticieros, recuerda qué dijeron ayer o antier la hierática ex jefa de Gobierno, el voluble ex Canciller o el lánguido ex secretario de Gobernación? Beneficiarios de la aquiescencia de su dirigente, saben que el liderazgo en Morena no se comparte. Son disciplinados al caudillo mientras buscan la candidatura. El que la consiga, seguirá obligado a esa disciplina.

En ese panorama, Xóchitl Gálvez gana una presencia vistosa y enérgica. Confronta sin desfiguros la retórica de la inquina, la respalda una trayectoria animosa y con logros constatables, no viene de ninguna elite política ni económica. Se le pueden señalar ausencias programáticas pero ahora, antes que nada, es notorio cómo resiste presiones con entereza casi desenfadada.

El burdo escarnio de López Obrador, los vituperios reproducidos por sus voceros y los memes grotescos para estigmatizarla, reforzaron la popularidad de la senadora Gálvez. Ahora el presidente transita de los improperios, al empleo del poder y al amago jurídico en contra de ella.

La publicación de documentos con datos de finanzas, socios, clientes y declaraciones fiscales de las empresas de Gálvez, constituye un abuso de poder. Difundir esa información, es ilegal. Especular con ella como hace el presidente, es un engaño. Hacer negocios no es un delito pero López Obrador, en su aversión contra la senadora, presentó esos estados financieros como si demostraran una falta. Si acaso, indican que las empresas de Gálvez cumplen con la obligación de pagar impuestos. La misma senadora le respondió al presidente que no tiene nada que ocultar y que él ni siquiera sabe sumar: los documentos publicados como gran revelación no muestran ingresos por más de mil 400 millones de pesos como dijo López Obrador, sino por menos de 80.

Fallido ese intento para desacreditarla, el oficialismo ha emprendido una operación para acosarla judicialmente. El lunes 17 de julio el diputado federal de Morena, Manuel Robles Gómez, pre-

Hidalguense

El presidente y sus fi eles están empeñados en descarrilar la candidatura de Xóchitl Gálvez. Mentiras y difamaciones en las conferencias matutinas, disciplinadamente reiteradas por los “corcholatos” en campaña, fueron la reacción inmediata, visceral y colérica, a la notoriedad que rápidamente adquirió la senadora sentó una denuncia contra ella por “enriquecimiento al amparo del poder político” y evasión fiscal.

Tres días después Víctor Hugo Romo, ex alcalde en Miguel Hidalgo, presentó una demanda penal contra la senadora Gálvez por enriquecimiento ilícito y corrupción, entre otros cargos, cuando ella fue titular de esa demarcación. Gálvez fue delegada en Miguel Hidalgo de 2015 a 2018 y Romo, que la había ante- cedido en ese cargo, volvió a él, ahora como alcalde, en 2018. Desde que regresó a la alcaldía, hace cinco años, Romo pudo haber denunciado a Gálvez por su desempeño en Miguel Hidalgo. Lo hace ahora, cuando ella es aspirante presidencial. (De quien sí se han presentado evidencias de manejos opacos en Miguel Hidalgo, es del propio Romo. Una de las más recientes es una denuncia de la Auditoría Superior de la Ciudad de México que identificó que, durante su administración, esa alcaldía hizo pagos a una empresa por trabajos que no fueron realizados).

Aunque no tengan sustento, el gobierno podrá emplear las acusaciones contra la senadora Gálvez en una maniobra política y jurídica para empañar su fama pública. Si la candidatura avanza no sería imposible que López Obrador, que ya ha demostrado que no tiene miramientos para torcer la ley con tal de cumplir sus propósitos políticos, impulsara la represión penal contra Gálvez. Ese riesgo lo ha señalado, con claridad, Guadalupe Acosta Naranjo, dirigente del Frente Cívico Nacional: “No solo la quieren sacar de la contienda, la van a querer desaforar, y la quieren en la cárcel”, dijo en Twitter.

Mafia es, de acuerdo con una de las acepciones que registra la RAE, “grupo organizado que trata de defender sus intereses sin demasiados escrúpulos”. Eso es lo que encabeza el presidente López Obrador. Ha querido ejercer el poder sin límites. Pretende mantener su liderazgo más allá del fin de su mandato. En el abrupto proceso electoral que ya comenzó, igual que ocurrió en episodios recientes, solamente la exigencia organizada de la sociedad podrá detener los abusos del oficialismo para ganar a la mala en junio próximo. Defender a Xóchitl Gálvez del acoso de la mafia en el poder es defender nuestro derecho a elegir con democracia y libertad.

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