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El maestro hace todo OPINIÓN

Gilberto Guevara Niebla nacional@cronica.com.mx

No habrá transición gradual entre la enseñanza del pasado y la enseñanza a aplicar el próximo año escolar. Lo que hay es ruptura. Es “un cambio de paradigma” dice, orgulloso, el Dr. Marx Arriaga. No se quiere repetir la educación del pasado, se quiere implantar una “nueva manera de educar” que no parte de la experiencia sino de premisas conceptuales distintas.

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Los maestros deben prepararse para ese cambio radical. Sin embargo, no se trata tanto de educar como de “transformar la sociedad”

La reforma de la educación básica conlleva un cambio sustancial en el trabajo docente. En primer lugar, despoja al maestro de su jerarquía o autoridad frente al alumno. El Marco Curricular (SEP, 2022) dice: “Las relaciones que se desa- rrollan en la comunidad escolar no privilegian las acciones de los adultos hacia las niñas, niños y adolescentes, sino que se plantea un diálogo entre sujetos con los mismo derechos y potencialidades que da lugar a formas de socialización que permiten que los adultos aprendan de sus estudiantes”.

Prepárense, amigos maestros, para actuar como alumnos. En segundo lugar, se cambiarán las actividades del profesor; no es solo un cambio de métodos sino de un cambio total en el trabajo magisterial. Éste no consistirá más en enseñar el conocimiento escolar con las disciplinas, sino que el maestro junto con la comunidad deberá seleccionar “problemas sociales” con el objetivo de “solucionar” esos problemas.

De ese trabajo surgirá la educación de los alumnos. El maestro decidirá la organización de todas las acciones (aunque por razones retóricas se diga que las decisiones en la escuela y en la comunidad se tomarán “democráticamente”, por todos, con la participación incluso de los vecinos de la comunidad). ¿Qué actividades se deben decidir en las asambleas democráticas? ¿Cómo y cuándo se organizarán? El maestro deberá decidirlo. El maestro también deberá decidir los contenidos educativos útiles para la investigación –científica, seria, desde luego-- de

Va la FGR contra juez por el caso Nochixtlán

La Fiscalía General de la República (FGR) va contra el juez del caso Nochixtlán, Álvaro Niño Cruz, al asegurar que detectó irregularidades en su actuación que favorecieron a imputados relacionados con investigaciones de ese asunto registrado el 19 de junio de 2016 en Asunción Nochixtlán, Oaxaca, en la que fallecieron seis personas y otras 27 resultaron lesionadas.

La FGR presentará una queja ante el Consejo de la Judicatura Federal en contra del Álvaro Niño Cruz, juez de control del Centro de Justicia Penal Federal del estado de Oaxaca pues considera que el impartidor de justicia favoreció a varios imputados relacionados con el tráfico de drogas, incumplimiento a resoluciones de amparo y en la agresión armada.

Recordó que en noviembre de 2022, imputó a dos exmandos de la entonces Policía Federal que participaron en ese operativo y pese a que debían permanecer en prisión preventiva, el juez determinó que continuarían su proceso penal en libertad, fijándoles únicamente una garantía de 20 mil pesos a cada uno, contraviniendo la Constitución federal y las reglas del procedimiento penal, según se queja la dependencia encabezada por Alejandro Gertz Manero.

Explicó que en junio de este año, Niño Cruz, decidió de nueva cuenta no imponer alguna medida que restringiera la libertad contra el encargado del Segundo Agrupamiento de la División de Gendarmería que también participó en esos hechos y a quien se le imputó el delito de lesiones por disparo de armas de fuego.

Se quejó de que a este uniformado solo le señaló la obligación de presentarse mensualmente ante el órgano jurisdiccional durante su proceso penal.

En esa misma audiencia, dicho juzgador no vinculó a proceso a uno de los policías estatales implicados en la masacre de Asunción Nochixtlán, quién fue señalado por el homicidio de una de las personas que participaban en las protestas de la Sección 2 del SNTE.(A. Páez) esos problemas sociales.

El maestro tendrá un apoyo para su trabajo: las instrucciones pormenorizadas que vienen en los libros de texto. Al abrir estos libros el docente percibirá rápidamente que son apodícticos en exceso, como un Código de Hammurabi. Son tan taxativos que no dejan margen para la creatividad e iniciativa del profesor y del alumno. Pero debemos asumir hipotéticamente que esa dificultad se supera.

Los alumnos se van a educar, se supone, a través del diálogo entre la escuela y la comunidad. Por ejemplo, para escoger el problema social a estudiar alumnos y maestros deben trasladarse a la comunidad. Pero aquí cabe detenernos en un problema normativo; al sacar a los pequeños a la calle: ¿quién se hace responsable, de su seguridad? ¿El profesor? ¿Los padres de familia? ¿La escuela? ¿La delegación municipal? ¿El municipio? ¿La SEP estatal? ¿O la SEP federal? Dados los índices de violencia y el desorden que existe en el país este asunto adquiere particular importancia.

Una vez en la comunidad hay que organizar un encuentro con ella. ¿Pero a qué parte de la comunidad vamos a invitar? La pregunta tiene sentido: debemos suponer que es materialmente imposible incluir a todos sus miembros. ¿Cómo de define esa parte? ¿Con qué criterios?

¿Atendiendo cuáles intereses sociales? En otras palabras, ¿Qué parte de la comunidad recibirá de la escuela trato prioritario? ¿Tiene el maestro libertad para decidir esto? No lo creo. La retórica que envuelve el discurso de la reforma es revolucionaria y a favor de los grupos oprimidos o subordinados, por lo tanto, se puede pensar que el profesor se verá obligado por las autoridades a seleccionar “un grupo oprimido”.

Pero ¿quiénes forman “un grupo “oprimido” o “un grupo subordinado” en un país donde abundan la pobreza y el sub-empleo? Ante ese problema se me ocurre que se necesita hacer un análisis sociológico y político para proceder a un diagnóstico empírico de la comunidad y sus problemas. Ahora: ¿quién lo va hacer? Dado que no hay otro trabajador de la enseñanza a la vista, está claro que será el maestro.

Estas reflexiones son pertinentes cuando faltan solo unos días para que la autoridad eche a andar esta disparatad reforma. En realidad, la SEP no ha dado suficientes orientaciones al magisterio sobre lo que será su trabajo en el próximo ciclo escolar; nadie le ha hablado al docente sin demagogia, con franqueza, sobre los enormes desafíos que deberá enfrentar próximamente, con las responsabilidades que conllevan.

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