2001 ODISEA ESPACIAL – IV. ABISMO
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de la misión, y estaba por ende yendo mucho más allá del campo de sus atribuciones. Lo que había pasado antes pudo ser una serie de accidentes casuales; pero esta era la primera indicación de motín. Bowman sintió como si estuviera andando sobre arenas movedizas al responder: —Puesto que se ha planteado una emergencia, deseo tanta ayuda como sea posible. Por lo tanto, haz el favor de pasarme el control manual de hibernación. —Si está usted decidido a revivir a toda la tripulación, yo mismo puedo manipularlo. No hay necesidad alguna de que se moleste. Había una irreal sensación de pesadilla en todo aquello. Bowman sintió como si se encontrase en el estrado de los testigos, siendo interrogado por un acusador hostil por un crimen del que no se percataba…, sabiendo que, aun cuando fuese inocente, un simple desliz podría acarrear el desastre. —Deseo hacer esto yo mismo, Hal —dijo—. Por favor, pásame el control. —Mire, Dave, tiene usted una serie de cosas que hacer. Sugiero que me deje esto a mí. —Hal… conecta a control manual de hibernación. —Puedo apreciar, por las inflexiones del tono de su voz, que se encuentra usted muy afectado, Dave. ¿Por qué no toma una píldora contra la tensión y descansa? —Hal, yo estoy al mando de esta nave. Y te ordeno que sueltes el control manual de hibernación. —Lo siento, Dave, pero de acuerdo con la nota C 1435-guión-4, cuando los miembros de la tripulación están muertos o incapacitados, el computador de a bordo debe asumir el control. Por consiguiente, debo no admitir su autoridad, puesto que no se encuentra usted en condiciones de ejercerla inteligentemente. —Hal —repuso Bowman, hablando ahora con helada calma—. Yo no estoy incapacitado. A menos que obedezcas mis instrucciones, me veré obligado a desconectarte. —Ya sé que ha tenido usted eso en la mente desde hace un buen rato, Dave, pero ello sería un terrible error. Soy tan capaz como usted de supervisar la nave, y tengo tanto entusiasmo por la misión y confianza en su éxito como usted pueda tenerlos. —Escúchame atentamente, Hal. A menos que sueltes inmediatamente el control de hibernación y cumplas cada orden que yo dé en adelante, iré a la central y haré una desconexión completa. La rendición de Hal fue tan total como inesperada.