George orwell y su paso por aragón

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GEORGE ORWELL Y SU PASO POR ARAGÓN

Eric Arthur Blair, más conocido bajo su pseudónimo como escritor, George Orwell, nació en Motihari, Raj Británico, en 1903 y falleció en 1950 en Londres, Reino Unido. Es conocido internacionalmente por su fábula contra el estalinismo Rebelión en la granja (1945) y por la novela 1984 (1949). Pero nuestro interés por Orwell se debe a su participación en el frente de Aragón durante la Guerra Civil española. Tras el golpe de estado de julio de 1936, Aragón quedó divida en dos mitades de norte a sur, a causa de las diferencias políticas. Miguel Cabanellas, general jefe de Zaragoza, apoyó el golpe de estado y fue quin movilizó al resto de las capitales aragonesas, Huesca y Teruel, para evitar la resistencia obrera y popular al golpe. Su propósito no fue cumplido totalmente. Aragón “se repartió” en dos frentes: el lado occidental, que perteneció a los sublevados que apoyaban el golpe, y el lado oriental, que fue ocupado por los republicanos, que se opusieron al golpe. Existía una gran diferencia de organización y armamento entre los dos bandos enfrentados. El frente cubierto por el bando de los sublevados superaba a los republicanos en ambos. Los primeros contaron muy temprano con la ayuda de las potencias fascistas europeas, quienes usaron, además, el campo de batalla español como campo de pruebas para su armamento y sus soldados. Por otra parte, el bando republicano estaba mal organizado y no contaba con el armamento suficiente. Como el propio Orwell explica en uno de sus escritos, hasta su tercera mañana en la Sierra de Alcubierre no recibieron los fusiles y, además, estos no estaban en unas condiciones óptimas como para ganar una guerra. Hasta noviembre de 1936 el bando republicano no recibió ninguna ayuda de armamento. Fue entonces cuando la Unión Soviética mandó refuerzos; aunque estos no participaron en el frente de Aragón, sino que lo hicieron en Madrid. A diferencia de todo lo anterior, el frente republicano en Aragón conmovió y atrajo a muchos antifascistas europeos que colaboraron en la lucha, las Brigadas Internacionales. Desde atletas olímpicos hasta novelistas como el propio Orwell. La Guerra Civil en el frente de Aragón se mantuvo desde julio de 1936 hasta la primavera de 1938, cuando la ofensiva de Aragón provocó la retirada del bando republicano del territorio aragonés. Estos huyeron o se refugiaron por poco tiempo en Cataluña y la frontera francesa. Orwell llegó a España para cubrir la noticia de la Guerra Civil española para un periódico inglés. Pero fue conmovido al apreciar la revolución que se estaba llevando a cabo, por lo que abandonó su trabajo como corresponsal para unirse como miliciano del POUM, partido marxista, al frente de Aragón. Con una instrucción mínima y con un pañuelo negro y rojo partió en tren hasta Barbastro y en camión hasta Alcubierre. El escritor fue destinado a la Sierra de Alcubierre en diciembre de 1936. Durante tres semanas combatió en Monte Pucero y, posteriormente, en Monte Irazo, hasta febrero. Orwell

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En la sierra de Alcubierre la guerra de trincheras no era como en el resto de los frentes anteriormente conocidos. El propio Orwell quedó asombrado al ver la distribución del campo de batalla. Los dos bandos enfrentados no se encontraban separados a unos cincuenta o cien metros, como él pensaba: “En la cima de la colina opuesta, al otro lado del barranco, por lo menos a unos 700 metros, se veía el diminuto borde de un parapeto y una bandera roja y amarilla ¡la posición fascista! Me sentí indescriptiblemente desilusionado: estábamos muy lejos de ellos y, a esa distancia, nuestros fusiles resultaban totalmente inútiles.” El frente no era una línea continua de trincheras, lo cual resultaba imposible en un terreno tan montañoso. Se trataba simplemente de una serie de puestos fortificados, los cuales recibían el nombre de “posiciones”, instalados cada uno de ellos en cada cumbre de la sierra. Los días pasaban lentamente en el frente. Los tiradores se colocaban en sus puestos y hacían su función disparando al bando contrario. Pero la mayoría de las balas caían en los collados vacíos; la poca efectividad de las armas y su disminuido alcance era la causa principal. Rara vez una de las balas perdidas llegaba al cuerpo de un contrincante. Los combatientes simplemente esperaban que un proyectil llegase del bando contrario para poder ver dónde caía e intentar averiguar la posición de salida, para poder atacarla con las pocas bombas de mano de las que disponían. A pesar de la tranquilidad del día a día en el frente, aquello no dejaba de ser una guerra. Donde la suciedad, los excrementos o el frío invierno de 1937 parecían ser los dueños de las trincheras. Lo cual posiblemente producía más bajas que los propios ataques del bando enemigo. A todo ello se sumaban las ratas, las reinas en las trincheras, y la mayor fobia de Orwell. A mediados de febrero, las unidades del POUM de Monte Irazo fueron enviadas a trincheras situadas a cuatro kilómetros de Huesca y Orwell fue uno de los destinados a la nueva posición. Allí, durante el asedio de Huesca, fue gravemente herido por un disparo en la garganta. Lo que casi supuso la muerte que hubiera provocado la no existencia de Homenaje a Cataluña. George Orwell, ya antes de su llegada a España, se consideraba miembro de la “izquierda disidente” en contraposición a la “izquierda oficial” y el estalinismo. Lo cual lo llevó a unirse al POUM, debido a que era una de las primeras organizaciones en denunciar las políticas de Stalin y las purgas contra los bolcheviques. A lo largo de toda su obra Homenaje a Cataluña podemos ver su mentalidad contra los totalitarismos, en especial, el estalinismo. Desde su punto de vista, la Guerra Civil española y el conflicto interno que se vivió en el bando republicano, del que él mismo formaba parte, fue silenciado por la prensa internacional.

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Orwell vivió los sucesos más importantes para él de la Guerra Civil en el frente de Aragón, localizado en la sierra de Alcubierre. La razón por la que la ruta a través de las fronteras y “posiciones” de dicha zona recibe su nombre. En la actualidad, muchas de las posiciones y otros monumentos de ambos bandos siguen en pie y se pueden visitar. Incluso existe una reinterpretación de lo que fueron las trincheras, lo que nos permite hacernos idea de las cualidades físicas de las personas de entonces. Se pueden visitar refugios ante la fusilería, observatorios y los pozos desde donde disparaban los tiradores, entre otros. Pero, además de las zonas de combate, también podemos pasearnos por las zonas de vida de las milicias: atravesar los dormitorios y reconocer la perfecta disposición de todo el poco mobiliario para salir con armamento en unos pocos segundos; ver los sistemas de abastecimiento de agua que facilitaban en parte la vida en el frente; o simplemente las zonas de descanso donde los combatientes hacían vida y jugaban a las cartas, fumaban, etc. Todo aquello nos permite hacernos una idea de lo dura que podía ser a veces la vida en el frente. Porque no dispones de los medios, tanto alimentarios como de armamento, en abundancia; tu vida se desarrolla alrededor de pequeñas salas, refugios en la propia piedra o directamente, en las trincheras, durante el propio combate. George Orwell describe su estancia en el frente aragonés como una experiencia que le ha permitido tener más fe que antes en la honradez de las personas. Al mismo tiempo que dice que para él lo que había pasado en España durante la Guerra Civil no era solo una guerra sino el comienzo de una revolución. Fuera lo que fuese, el paso de Orwell por el frente aragonés marcó una pequeña distinción para lo ocurrido en Aragón durante la guerra. Muchos acontecimientos no reciben la atención que se merecen a pesar de su importancia en la historia. Esto es lo que podría haber pasado con la Ruta Orwell y todo el frente de Aragón, si no fuera por la obra de George Orwell y su importancia a nivel mundial. Homenaje a Cataluña fue el empujón final para descubrir e investigar lo que en realidad pasó en esta zona de Aragón, para que hasta un escritor británico luchara en ella. Lo que fue un combate lento y a veces poco eficaz en las tierras aragonesas fue también una forma de participación política y bélica para el escritor británico George Orwell. Una nueva visión sobre los actos de la humanidad y, sobre todo, una experiencia que marcó su vida para bien y para mal.

Lucía Aparicio Sancho 4º de ESO 3


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