Septiembre 2008

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a n u : a r r a z i p La a t n e i m a r r e h buena a z n a ñ e s n e para la La pizarra mejorará su enseñanza…si la emplea de forma apropiada.

ILUSTRACIONES Y FOTOGRAFÍA DE UNA TIZA POR ERIC P. JOHNSEN; PIZARRA © PHOTOSPIN; FOTOGRAFÍAS POR CAMILLA COMBS.

C POR ROBB JONES Departamento de Cursos de Estudio de la Iglesia

omo maestro, siempre estoy buscando formas eficaces de hacer participar a mis alumnos en la lección. Pensaba que estaba empleando correctamente la pizarra hasta que vi la del aula que está junto a la mía. Allí, en el centro y ordenadamente, aparecían una sencilla declaración de doctrina, una lámina y dos preguntas junto con instrucciones para que los alumnos las contestaran. Una vez que los miembros de la clase entraron, los observé mientras buscaban en las Escrituras las respuestas a ambas preguntas; incluso hablaron entre sí sobre la doctrina presentada. ¡Y toda esa actividad tuvo lugar antes de que empezara la clase! Me quedé muy impresionado. Ahí había un maestro que empleaba una sencilla herramienta para envolver a sus alumnos en el aprendizaje durante un tiempo que generalmente queda perdido. Les dio la bienvenida y los reunió para la oración, pero cuando empezó la lección, el Espíritu del Señor ya había llegado al corazón de muchos de ellos y estaban preparados para una maravillosa experiencia con las Escrituras.

Pautas básicas

Aparte de las pautas que aparecen en La enseñanza: el llamamiento más importante (véanse las págs. 181 y 203), he encontrado que las siguientes ideas son útiles para emplear la pizarra en la enseñanza del Evangelio. • Hágalo con sencillez. En la reunión mundial de capacitación de líderes que se realizó en febrero de 2007, el élder Jeffrey R. Holland, del Quórum de los Doce Apóstoles, recordó a los maestros que las ayudas visuales son solamente ayudas y que “no deben sustituir la lección. Utilícenlas de la misma forma en que se usan las especias para cocinar: para dar sabor, para realzar, para acentuar, para enriquecer. Un mapa, una pintura, el fragmento de un video o un punto clave escrito en la pizarra pueden marcar la diferencia entre una buena lección y una gran lección”1. • Prepárese. Antes de enseñar la lección, organice en una hoja de papel lo que desee escribir en la pizarra. • Escriba claramente. En La enseñanza: el llamamiento más importante (artículo Nº 36123 002), se alienta a los maestros a escribir “con claridad y con letras suficientemente grandes para que todos puedan LIAHONA SEPTIEMBRE DE 2008 21


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