LOS PIPILES A la llegada de los españoles a El Salvador en el siglo XVI, el grupo indígena más importante era el de los pipiles. El vocablo, pipil, significa en náhuatl “Noble o Señor” y era una rama de la civilización Tolteca. Al arribo de los españoles, los pipiles ya dominaban casi la totalidad del occidente del país y gran parte de la zona central llegando hasta los márgenes del río Lempa. Existían cuatro ramas importantes de pipiles que eran las siguientes: los cuzcatlecos, que conformaban el cacicazgo más importante de ellos con su capital en Cuscatlán (actualmente Antiguo Cuscatlán) los izalcos, los nonoalcos y los mazahuas. En este capítulo se hará un estudio de esta sociedad aborigen que ha sido parte importante de la identidad salvadoreña.
La sociedad pipil Cuando los conquistadores europeos llegaron a lo que es ahora el territorio de la República de El Salvador, encontraron a los pipiles en el área entre el río Paz y el río Lempa. Los pipiles hablaban el náhuatl, una variante del idioma nahua que se hablaba en el México central y desde donde se distribuyó al resto de Mesoamérica. Varios siglos antes de
la Conquista, los antepasados de los pipiles habían emigrado del altiplano central de México y las tierras bajas del sur del Golfo de México para apoderarse de la región de Itzcuintepec (Escuintla) en el sureste de Guatemala y las zonas occidental y central de El Salvador. Aún se desconoce la cronología exacta y la dinámica de las migraciones pipiles, las cuales siguen siendo de los más complejos problemas en las investigaciones arqueológicas que se llevan a cabo en esta área. Sin embargo, es probable que hubiera varias etapas u “oleadas” de migración durante el periodo Clásico Tardío y el Postclásico, comenzando quizás alrededor del año 900 y continuando hasta aproximadamente 1250 ó 1300. Además de los pipiles de Guatemala y El Salvador, varios otros grupos de habla náhuatl llegaron a Centroamérica durante estas migraciones y se asentaron en Honduras, Nicaragua y Costa Rica.
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