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21 de diciembre de 2013
EL CAMPO EN TIEMPOS DE PEÑA NIETO Víctor Suárez Carrera Director ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC) Twitter: @victor_suarez
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erradicar la malnutrición es otra política económica, agrícola y alimentaria con base en derechos y una política de Estado social, sustentable y nacionalista de largo plazo.
Desafortunadamente, sólo se dio incremento de impuestos sin imbricar elementos obligatorios de transparencia, contabilidad gubernamental, evaluación de desempeño y rendición de cuentas a las decisiones de gasto, para cualquier nivel de gobierno. En otras palabras: es una miscelánea fiscal porque no hay nada que premie o castigue las buenas y malas prácticas en el ejercicio del gasto público.El retorno del PRI a la Presidencia de la República no ha representado cambio alguno respecto de las políticas agrarias y agroalimentarias llevadas a cabo por el PAN en los sexenios de la alternancia (2000-2012). En este sentido, el gobierno de EPN se ha caracterizado por ser el gobierno de la continuidad panista, de la continuidad neoliberal. Es el gobierno del “cambio” para que nada cambie. El retorno del PRI a la Presidencia, como estaba previsto, augura otro sexenio perdido para el campo mexicano. A continuación se presentan algunos de los indicadores y resultados más sobresalientes de la gestión de Enrique Peña Nieto en el sector agrario y agroalimentario en su primer año de gobierno. 1. El campo carece de rumbo y no es prioritario para el gobierno.- La continuidad neoliberal, la administración sectorial inercial y la inacción pública han caracterizado el primer año del gobierno de Peña Nieto en sus políticas hacia el campo. No existe el tan anunciado “nuevo rumbo” para el campo, ni siquiera retóricamente. Por el contrario, se mantiene el mismo rumbo de los sexenios anteriores; es decir, el que determina el interés de los grandes consorcios agroalimentarios trasnacionales y el interés de Estados Unidos (EU). El rumbo es no tener rumbo. Para el gobierno federal priista como para los panistas, el campo no es prioritario. Lo que sí ha sido prioritario y urgente para el nuevo gobierno peñista han sido las llamadas “reformas estructurales” o, más bien dicho, las contra-reformas de la agenda corporativa:
FOTO: Marte Merlos
a reforma hacendaria aprobada en noviembre pasado fue calificada por expertos como una miscelánea fiscal. ¿Por qué darle un calificativo peyorativo a la búsqueda por mejorar la capacidad recaudatoria del Estado? La respuesta que yo encuentro es: porque una reforma hacendaria debe involucrar mecanismos eficaces, tanto del lado del ingreso como del gasto público y garantizar que el destino del mismo se dé en los proyectos con la mayor rentabilidad social.
la reforma laboral, la educativa, la de telecomunicaciones, la fiscal y la energética. 2. Desplome en la actividad económica del sector agropecuario.En el primer semestre de 2013, de acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), el crecimiento del PIB agropecuario fue únicamente de 0.4 por ciento, en comparación con el de por sí muy bajo crecimiento promedio de 1.8 del periodo de la alternancia panista (2001-2012). De enero a octubre del presente año, la actividad económica del sector agropecuario fue de 2.4 por ciento a tasa anual, de acuerdo con el Índice Global de la Actividad Económica (IGAE) del Inegi. Baste recordar que durante el periodo previo a las políticas neoliberales, el sector creció a un promedio anual de cinco por ciento (1940-1975). El desplome del campo en el primer año de EPN es consecuencia de la nula inversión pública productiva, la falta de política de fomento productivo para la autosuficiencia alimentaria, la escasez y el encarecimiento del crédito, la continuidad de la política de dependencia alimentaria, la administración inercial y el subejercicio presupuestal en la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa). 3. Se mantiene la misma tendencia de las importaciones agroa-
limentarias y forestales respecto de los años previos. De enero a mayo de 2013, de acuerdo con el Banco de México y el Sistema de Información Arancelaria Vía Internet (SIAVI) de la Secretaría de Economía, las importaciones agropecuarias, agroalimentarias y forestales fueron de cuatro mil 966.2 millones de dólares, ocho mil 832.7 millones y cuatro mil 976.1 millones de dólares respectivamente, en comparación con las correspondientes al periodo homólogo del año anterior que fueron cinco mil 856.8 millones, nueve mil 708.7 y cuatro mil 611.1 millones de dólares, respectivamente. Lo anterior, no obstante la desaceleración de la economía observada en el primer año del gobierno de Peña Nieto -al pasar el pronóstico oficial de crecimiento de 3.1 a 1.2 por ciento- y la caída en 25 por ciento promedio de los precios agrícolas internacionales observada en el primer semestre del año con respecto al periodo homólogo del 2012. 4. Nula inversión pública en el campo y subejercicio presupuestal en la Sagarpa.- La inversión pública productiva en el campo ha sido prácticamente nula en el primer año del gobierno de EPN. Lo anterior, como consecuencia de una aprobación inercial del Presupuesto de Egresos de la Federación para 2013. Por si esto fuera poco, la Sagarpa subejerció durante el primer semestre del presente año, de conformidad con
la propia Secretaría de Hacienda, poco más de tres mil millones de pesos. De acuerdo con la misma SHCP, la Sagarpa dejó de aplicar en inversión física la cantidad de cinco mil 15.1 millones entre enero y septiembre del presente año, lo que representa 40.9 por ciento menos que el monto invertido el año anterior (La Jornada; 5 de noviembre de 2013). 5. Crecimiento de la pobreza y la malnutrición en el sector rural.Frente al crecimiento de la pobreza y malnutrición en el medio rural, el gobierno de Peña Nieto ha optado por impulsar la llamada Cruzada contra el Hambre en 400 municipios del país para atender a 7.4 millones de personas. Dicho programa reproduce las políticas fallidas de combate a la pobreza de los 20 años recientes, está restringido a únicamente una cuarta parte de la población con carencia alimentaria de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval) y además está impregnado de una intencionalidad político-electoral absolutamente inaceptable. Por si fuera poco, y para demostrar una vez más cómo el actual gobierno federal está capturado por los intereses de las grandes corporaciones trasnacionales, se incorpora a Pepsico y a Nestlé a dicho programa insignia de la actual administración. Lo que el país requiere para combatir la desigualdad y la pobreza y
6. Continuación del despojo de los recursos territoriales de los ejidos y comunidades.- Con el retorno del PRI al poder, se han radicalizado los procesos de despojo y apropiación de recursos naturales en los territorios de los ejidos y las comunidades a lo largo y ancho del país. En este sentido, es clara la continuidad entre el actual gobierno y los gobiernos panistas en materia de megaproyectos hidráulicos, eólicos, turísticos, comerciales e inmobiliarios, en abierta violación de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales de los pobladores rurales y en la lógica de continuar impulsando un modelo extractivista de nuestro recursos naturales en beneficio de un pequeño grupo de grandes corporaciones multinacionales. Por si esto fuera poco, con la actual administración se ha profundizado la criminalización de las luchas sociales contra los megaproyectos depredatorios, permitiendo la vinculación perversa entre las empresas y el crimen organizado e incrementándose la persecución y el asesinato de dirigentes sociales. 7. En contraposición, aumentan las utilidades de las grandes corporaciones agroalimentarias en México.- A la par que se estanca la economía y crecen desigualdad, la dependencia alimentaria, la carestía de la vida, la pobreza y la malnutrición, las ganancias de las grandes corporaciones agroalimentarias se han visto incrementadas significativamente en el primer año de la administración de Peña Nieto. Así, por ejemplo y de acuerdo con los reportes enviados a la Bolsa Mexicana de Valores, la utilidad de operación del Grupo Gruma (Maseca) pasó de 702 millones de pesos en enero-junio de 2012 a mil 118 millones en el mismo lapso de 2013, esto es creció en 59.2 por ciento. Por su parte, las utilidades de Bachoco se dispararon en 333 por ciento de enero a junio del presente año en comparación con el mismo periodo de 2012, al pasar de 316 millones a mil 371.7 millones de pesos, no obstante -o más bien gracias- al incremento de entre 50 y 66 por ciento que experimentó el precio del pollo y del huevo debido al brote de gripe aviar y a la especulación que le siguió. Por su parte, el Grupo Bimbo vio incrementadas sus utilidades antes de otros ingresos y gastos en