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Los dilemas de la Corte
Demasiadas veces se ha visto obligada la Corte Constitucional, en los últimos años, a decidir sobre espinosos asuntos de interés nacional. Ahora, ante una experiencia nueva para el país como la destitución de la Asamblea Nacional y la convocatoria a elecciones anticipadas, se encuentra en una polémica situación que le ha valido hasta el airado reclamo presidencial.
Ante la incertidumbre reinante, así como ante las abundantes contradicciones y vacíos en la norma que empiezan a aflorar, la Corte Constitucional debería proceder con cautela y apegarse única y estrictamente a su tarea de control constitucional. Ir más allá, querer fungir como una suerte de Legislativo difuso, podría derivar en una irremediable distorsión del sistema político nacional y, especialmente, en su propio desprestigio.
Es comprensible que, frente a la innegable crisis de liderazgo que enfrenta la política nacional y al nerviosismo que produce la situación ‘sui géneris’ de un Gobierno sin contrapeso legislativo, varios sectores vean a la Corte Constitucional como el paladín al que acudir. Lo que es inadmisible es que, empujados por un malentendido de salvaguardar el ‘espíritu’ de la Constitución y empleando un arsenal de complejas y forzadas elucubraciones teóricas, los jueces se presten para ese rol de contrapeso político que no les compete en nuestro ordenamiento.
La Corte debe cuidarse, como todo actor e institución, de la peligrosa tendencia del electorado ecuatoriano a buscar redentores y padrinos. Mal le haría al país esta institución si termina siendo identificada —como a este paso sucederá— como adversaria de una tendencia en particular.
EDUARDO F. NARANJO C.
eduardofnaranjoc@gmail.com
Sirvientes de la oligarquía
El título proviene de la definición que dio el conocido economista Marco Flores durante una entrevista a los operadores de la economía ecuatoriana de los últimos seis años, cuya visión neocapitalista aplicada no resolvió nada y agravó problemas que evidencian la precaria situación que tiene el país en cuanto a desempleo y subempleo.
De estos fanáticos del libre mercado, algunos estuvieron tras el feriado bancario, y hoy la reserva monetaria tan comentada mediáticamente no se usa para resolver la crisis del ‘subempleo’ —salarios precarios de 2 o 3 dólares diarios—, que va en incremento.
El secretario ejecutivo del Foro de Economía rebatió la idea de mantener la reserva sin tocarla. Dijo que con dos mil millones traídos al país se pudo fomentar empleo, desarrollar infraestructura y realizar muchas cosas urgentes, aclarando que no es necesario más, en oposición a aquellos que sostienen que eliminar el déficit es dogma, visión circunstancialmente válida que solo favorece a la bancocracia y los grandes monopolios.
El economista Flores, de tendencia de centro derecha, no es opositor del otro lado. Lo que ocurre es que, con hechos y números en la mano, muestra la precaria situación del 40 por ciento de ecuatorianos sin empleo pleno lo que a su vez conduce a la inseguridad social. Comparando el modelo a una familia, explica que esta se cuida de no tener déficit, pero ante una situación urgente usará parte de sus ahorros. El neoliberal busca eliminar trabas para apoderarse de toda la riqueza posible, con el cuento de garantizar préstamos, generar empleo y bienestar. Todo ello es falso, al punto que quieren eliminar derechos de los pensionistas para hacer capital ‘privado’. Ese economista De la Torre quiere acabar con la seguridad social, reducir pensiones, no hacerla vitalicia, etc.; supone que nadie dirá nada, porque el pueblo está amortiguado y confuso, ¡cuidado!
constituye un nuevo modelo de desarrollo sostenible, hablaba de alianzas estratégicas de cooperación con Francia, Perú, Reino Unido, el grupo africano, España, Dinamarca, Italia, Japón, organismos internacionales como Unasur, el Parlamento Latinoamericano, el Parlamento Europeo acogerían esta propuesta, para concretar el apoyo económico y el crudo quedaría bajo tierra.
¿Dónde se quedaría la perorata de la Bakki? quien, con su rimbombante estilo, declamaba que el 83.7% de ecuatorianos está a favor del Yasuní ITT y que a nivel mundial existe también el apoyo de la sociedad civil, pues en el 2012 se realizaron más de 700 millones de impresiones en medios internacionales apoyando esta iniciativa, sin embargo el 2013, el Gobierno decidió explotar el petróleo del parque Yasuní.
Fue entonces que apareció una organización que se definía como una expresión emergente, libre y consecuente con las aspiraciones filosóficas new age; en su mayoría llevaban atuendos de dulce remembranza contracultural, libertaria y pacifista, propia del movimiento hippie nacido en los años 1960 en Estados Unidos; con tendencias veganas, anti-imperio, animalistas, ciclistas, budistas, feministas, ecologistas, indígenas, luchadores por la equidad de género, campesinos, obreros, artistas e intelectuales; y así, ese 2013 nació Yasunidos, quienes después de mucho trabajo entregaron en el CNE más 750 mil firmas en respaldo a su consulta popular para detener la explotación del bloque ITT., se anuló en dos semanas algo más de 400 mil firmas de su petición, que buscaba dejar bajo tierra el petróleo del bloque ITT en el parque nacional Yasuní, en la Amazonía ecuatoria- na. Diez años después el colectivo Yasunidos consultará a la ciudadanía la permanencia bajo tierra del crudo de los campos Ishpingo, Tiputini y Tambococha (ITT); solo que ahora esos pueblos defendidos no han sido consultados, ni siquiera sus dirigentes viven allí, y al habernos convertido todos los ecuatorianos en sobrevivientes de una pandemia, nuestros anhelos del disfrute han cambiado, más aún cuando recordamos la violencia descarnada de dirigentes de grupos indígenas amazónicos en el último paro, ya no es su tiempo Yasunidos.