
3 minute read
Totoras: viven 12 años junto a una acequia contaminada
Este problema genera mal olor durante todo el día, los vecinos aquejan problemas de salud.
La acequia Marañón, ubicada en el barrio Central de Totoras , lleva 12 años convertida en un foco de contaminación.
Los moradores del sector están cansados de la pestilencia que producen los residuos químicos de curtiembres y fábricas de jeans que terminan en esta afluente de agua.
A toda hora se puede observar una especie de espuma blanca que recorre los matorrales, muchas veces el viento hace que este producto se eleve y llegue hasta las viviendas cercanas.
Quejas Flora Galarza vive junto a su familia en la orilla de la acequia , ella asegura que la pestilencia es todos los días y a toda hora.
Posibles molestias causadas por el mal olor
° Mareos.
° Dolor de cabeza.
°Molestias respiratorias.
°Alteraciones psicológicas.

tro de Totoras , explicó que en las tardes y noches el mal olor es insoportable, tanto que ni siquiera se puede comer.
“Llevamos años con este problema , las aguas de aquí van a parar al río Ambato y contaminan aún más”, dijo Salazar.
El vecino del sector señaló que los tres barrios más afectados por este tipo de contaminación son El Mirador, Central y El Recreo.
EL DATO Totoras es una de las parroquias rurales de Ambato.
“Antes mis hijos iban a la acequia para capturar peces de lo limpia que era el agua, ahora tenemos que cuidarnos de la contaminación”, aseguró.
Asimismo, cuenta que el olor a químicos es tan fuerte que se pega en la ropa e incluso, actualmente, está provocando enfermedades en las vías respiratorias de los moradores del barrio.
Patricio Salazar, otros de los vecinos del barrio cen-
TOME NOTA
Según la Organización Mundial de la Salud
(OMS) “La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Así la molestia por el olor afecta la calidad de vida de las personas.
Ante este problema los moradores llevan aproximadamente 12 años quejándose en el Gobierno Parroquial de Totoras sin tener ninguna respuesta.
Respuestas
Mesías Núñez, nuevo presidente del Gobierno Parroquial , dijo que como habitante de Totoras conoce el problema que atraviesa la localidad por la contaminación de la acequia.
Sin embargo, indicó que actualmente se encuentra en el proceso de transición con las autoridades salientes y que está recopilando toda la información necesaria sobre este inconveniente.
“Cuando tengamos todo lo necesario vamos a recurrir a las autoridades competentes para dar solución a la contaminación que existe en nuestra parroquia”, aseguró el Presidente.
Isaías Quinatoa, director de Gestión y Calidad Ambiental del Gobierno Provincial de Tungurahua, dijo que para determinar las causas de la contaminación es necesaria una i nspección en el sector para detectar las empresas existentes que podrían estar incumpliendo la normativa vigente.
“Las empresas que incumplan pueden ser sancionadas económicamente y hasta cerradas por destinar desechos en la naturaleza”, aseguró.
De igual manera, dijo que cada una de las empresas en la provincia deben contar con una planta de tratamiento de aguas servidas para minimizar su impacto ambiental. (RMC)
LORENA BALLESTEROS @booksbylolita
En la era del ‘FOMO’
El FOMO, por sus siglas en inglés, hace referencia al miedo a estar ausente. Se relaciona directamente con la ansiedad que desarrolla una persona por el temor que siente a perderse un evento social, a no estar incluido en un determinado grupo de WhatsApp, a que se organice un plan y no ser notificado o invitado. Lo que más FOMO produce es la desesperación de no generar el contenido, de no difundir, de perderse la experiencia digital.
¿Has asistido a un concierto y lo has visto a través de la pantalla del teléfono? ¿Registraste el minuto a minuto de la fiesta de cumpleaños de tu hijo para enviarles fotos a las madres de sus invitados? ¿Publicas historias de cada encuentro que tienes con tus amigas?
La irresistible tentación de permanecer conectado a las redes sociales es como una fuerza invisible que se apodera de jóvenes y adultos. Conozco a personas que no podrían pasar un día entero sin revisar su cuenta de Twitter, sin comentar en las acaloradas discusiones que propicia. Se convierte en una especie de ‘posteo, luego existo’.
¿Quiénes son más propensos a caer en FOMO? Las personas con baja autoestima y que encuentran consuelo en los ‘likes’ que reciben sus publicaciones. También los adolescentes que no son conscientes de la cantidad de horas que pasan clavados en sus dispositivos, tanto así que no llegan a distinguir entre el mundo virtual y la realidad.
¿Cuáles son los síntomas de esta patología? Altísimos niveles de ansiedad. Perturbación o conmoción cuando están en un lugar sin conexión wifi o cuando sus teléfonos se quedan sin batería. Síntomas de depresión por creer que no se es lo suficientemente bueno, querido, bonita o popular. Incluso llega a instalarse una especie de paranoia.
FOMO o no FOMO, la responsabilidad de autorregularnos y de fomentar normas que equilibren virtualidad y realidad no deben esperar. No queremos llorar sobre la leche derramada.