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Otro paro, el peor escenario

la reciente conmemoración de San Valentín para hablar sobre uno de los desafíos más grandes: amar. Se asume que todos sabemos hacerlo. Sin embargo, mientras vamos creciendo, el sentimiento se va juntando con el miedo. ¡Siempre el maldito miedo!

Aprovecho

Ante todos estos temores se va perdiendo uno de los amores más importantes: el amor propio. Esa es la lección básica y fundamental que Claudia González, psicoterapeuta, nos enseña en su libro ‘Amar no cuesta tanto’.

Hasta antes de la pandemia no leía libros de desarrollo personal. Los rechazaba porque sentía que, como lectora voraz y periodista de profesión, solo me debía a la literatura en todos sus géneros. ¡Patrañas! Los libros escritos por psicólogos, médicos, científicos… se han convertido en lecturas imprescindibles para abrir los ojos ante realidades que no queremos mirar. La fórmula ideal para el amor no existe, pero sí existen herramientas para mantenerla de manera saludable. La principal es la comunicación. Comunicar debe ser uno de los verbos más complejos (y se los dice una comunicadora), porque pensamos, creemos, intuimos, sacamos conclusiones anticipadas sobre el otro; pero difícilmente nos atrevemos a decir con claridad, y sin herir, lo que nosotros pensamos, sentimos y queremos.

En la dinámica de pareja adoptamos distintos roles. Claudia identifica tres que están interconectados. Todos funcionan en un orden manipulativo. La víctima, que responde a una postura infantil y se pregunta constantemente, ¿por qué a mí?. El perseguidor, que se alimenta de su víctima, es el verdugo o la autoridad que mortifica al más débil. Y el salvador, que es el que nunca dice que no. Esa que está dispuesta a sacrificarse por el otro o por toda su familia. Pero, cuando su cántaro se llena, se desborda.

Solo con la identificación de estos roles, con su aceptación y posterior corrección, se puede llegar a una relación más saludable.

JOSÉ ALVEAR

@JoseRAlvearC

Esa es la frase que hizo famoso al presidente Guillermo Lasso cuando oficiaba de gobernador del Guayas, nombrado por el expresidente Jamil Mahuad.

Cuando creíamos que Lasso daba un giro de timón positivo,

De nada servirá cualquier giro positivo a la política económica y social del Gobierno si se concreta un nuevo paro.

En las circunstancias actuales, repetir episodios como los de octubre de 2019 o junio de 2022 tendría consecuencias irreversibles, sobre todo para la economía de la Sierra. Tal como al cruzar un puente estrecho unos cuantos centímetros significan la diferencia entre seguir adelante o precipitarse al vacío, una paralización de un par de semanas implicará—con los márgenes actuales— la quiebra definitiva y la destrucción permanente de empresas, comercios y familias.

Al daño que se infringe a los grandes sectores generadores de empleo, como el floricultor o el lácteo, cuya producción se ve irremediablemente perdida, se debe sumar el impacto que sufre el consumo en general; gran parte de este recae en el sector informal y marca una diferencia definitiva en la calidad de vida de decenas de miles de ciudadanos. Si la movilización llegara a extenderse apenas un poco más que la última de junio, los efectos se sentirían también, con fuerza insospechada, en el resto del territorio nacional.

Resulta difícil entender que una fuerza política persiga, conscientemente, un camino tan doloroso para sus compatriotas.

La oposición al Gobierno tiene la oportunidad ahora —con alcaldías y prefecturas bajo su mando— de demostrar con obras y gestión su mentada superioridad, sin necesidad de apelar a la violencia.

Cualquier intento de impulsar estas medidas de hecho y de articularlas con conspiraciones en los pasillos legislativos deben ser denunciadas desde ya con la mayor firmeza por quienes sí creen en la democracia.

Los riesgos y la prevención

Verla columna blanca que emerge del cráter del volcán es un goce, un deleite que luego de unos segundos inquieta: ¿estoy seguro en el caso de una erupción violenta? ¿las carreteras colapsarán? Y lo más importante, ¿qué debo hacer?

Apenas estamos teniendo conciencia de que esa bella montaña cónica que gobierna el horizonte es un volcán, y que su actividad es permanente, pero nosotros no estamos preparados para reaccionar frente a una erupción.

La prevención de riesgos debe tener una campaña permanente en todo el callejón interandino, en lo que tiene que ver con volcanes, sismos y deslaves, pero en las ciudades estas actividades de simulacros e información preventiva deben realizarse cada mes para conocer las vías de evacuación y formas de respuesta inmediata.

Necesitamos saber qué hacer y qué no hacer en estos eventos, pues la primera reacción será buscar a nuestras familias, tomar los autos y generar atascos de tránsito. Por ello, es vital que todas las familias tengamos un plan de acción, una cadena de comunicación y de acción frente a estos sucesos probables. Cada institución, cada barrio y cada comunidad debería tener ya un plan de evacuación, una propuesta de manejo de albergues y de trabajo comunitario frente a un desastre.

Todo esto suena muy ideal, pero no es imposible con una correcta organización comunal, barrial e institucional. Coordinados bajo una estrategia de prevención de riesgos se puede afrontar el desastre, pero siempre y cuando exista compromiso individual y dejemos de ver idílicamente a los volcanes como paisaje, y los asumamos como lo que son: energía que nos puede afectar.

La belleza del volcán envuelve su poder destructor, pero también su potencial benefactor con aguas minerales y termales, con páramos y glaciares. Admirar la naturaleza y entrar en equilibrio con ella no es solo abrazar árboles, sino estar prevenidos de su potencial destructor. No le demos la espalda a los riesgos.

sale a la luz un escándalo más dentro del denominado ‘Caso Encuentro’. En este contexto vemos que, al parecer, la crisis que atraviesa el Gobierno central es un síntoma de que ‘la ley es la ley’, pero no para todos.

¿Cómo funciona la ley para todos, señor Presidente? Nos asalta la duda, pues mientras se entrega a los funcionarios operativos a la Justicia para distracción del país, a los peces gordos de la corrupción de este Gobierno ‘honesto e impoluto’ se les permite huir. Hoy vemos al Gobierno vegano de Lasso apoyar la auto- nomía a la Fiscalía, a través de un referéndum fallido, mientras, por otro lado, desautoriza e irrespeta sus funciones cuando van a allanar las oficinas de sus funcionarios cercanos o ‘asesores’. Ahí, sorpresivamente, ordena la ‘rotación’ de los 37 funcionarios de la Policía que estaban colaborando con investigaciones de la Fiscalía General del Estado mediante telegrama PN-DN-TH-DTD-2023-0508-T. ¡Qué conveniente (entiéndase el sarcasmo)! ¿Dónde quedó esa frase de “la ley es la ley”? ¿Esa frase aplica realmente para todos? ¿O, en realidad es para ‘todos’ los que no somos cercanos a usted, Presidente? En un modelo libertario la Justicia tiene autonomía en todo aspecto, desde la selección de sus funcionarios, que deben ser capaces, probos y honestos, hasta el hecho del respeto de todos los poderes del Estado, entre esos, el Ejecutivo.

Solo así ganará más fuerza ese nuevo intento de unidad que tanto necesita Lasso para evitar ser presa de los que buscan destituirlo a como dé lugar. No debe meter las manos al fuego por nadie. De lo contrario, será cómplice. Que caiga quien tenga que caer.

¿Pero quién cae realmente? Guillermo Lasso subestima al pueblo, siempre lo ha hecho. Ojalá sea consciente del rechazo que ha generado en el país, malestar reflejado en su 8% de aceptación. No puede echar más gasolina al fuego porque después va a ser imposible apagar este incendio.

“La ley debe ser como la muerte, que no exceptúa a nadie” (Montesquieu).

TUNGURAHUA MIÉRCOLES 15/FEBRERO/2023 I

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