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Diseñemos la personalidad La estabilidad laboral de Don Alfonso
Alfonso Espinoza de los Monteros se despidió de las pantallas con un llamado a los jóvenes para no caer y recaer en el pesimismo que atora la voluntad de los ecuatorianos. Conmovedor. Resulta interesante hacer una lectura generacional sobre lo que simboliza su salida del mundo laboral y lo que le pide a los imberbes que apenas ingresamos.
ÍTALO SOTOMAYOR MEDINA
Juicio político
Este no es un alegato de defensa, ni un aporte definitivo para el debate que, en cuestión de días, deberá introducir la Asamblea al pleno. Es más bien, un resumen de ideas que considero que es justo y necesario realizar. Quienes siguen esta columna conocen mi opinión sobre el presidente Lasso. Con frecuencia, varias de sus políticas son irreverentemente criticadas desde estas letras que cada sábado comparto con ustedes. Esa opinión no ha cambiado y salvo que nos demuestre lo contario, parroquiales, resulta una disputa desleal. Muchos consideran que se da ventajas “innecesarias a las mujeres” y quieren ocultar, desconocer, la reforma a la letra v) del artículo 67 que modifica el mecanismo para la designación del vicepresidente del GAD, argumentando que el artículo 71 del COOTAD expresa que frente a la ausencia temporal mayor de tres días o definitiva del presidente o presidenta le subrogará el siguiente con mayor votación.
La reforma trata sobre la muy difícil cambiará. Seguro habrá escuchado opiniones encontradas sobre el juicio político. Más allá de las pasiones políticas y de los muchos adversarios que tiene el presidente, es preciso acotar un hecho que ineludiblemente dejará de ser cierto, sin importar si existen o no 92 votos para destituirlo. Si bien la Constitución establece que el juicio político no es un juicio penal, al menos debe servir para constatar, no de forma inquisitiva, que el presunto delito que se le intenta atribuir, tiene al menos una apariencia de ser cierto. No se trata de desglosar imputaciones y sentenciarlo hasta llevarlo a la cárcel, pero sí de encauzar el juicio de tal forma que no quede duda de que el presidente haya cometido peculado. Esa tarea es la que la Asamblea parecería que toda- paridad de género y alternabilidad. En consulta realizada por la Junta Parroquial Santa María, el Carmen en Manabí a la Procuraduría General del Estado y resuelta con fecha 22 de enero del 2021 expresa: “Por lo expuesto, en atención a su consulta se concluye que, de conformidad con el principio de irretroactividad, previsto en el artículo 7 del CC, la modificación del mecanismo de designación del vicepresidente del GAD parroquial, establecido a la reforma a la letra v) del vía no logra hacer. El cometido de la Asamblea, en palabras sencillas, no es otro que el de demostrar que el presidente tiene responsabilidad en los hechos de corrupción de Amazonas Tanker Pool. No tienen que colocarse una toga o llamar a un jurado, tan solo deben determinar que sus sospechas son ciertas, que las pruebas los conducirán a “pensar mal y a acertar” y que las autoridades judiciales y administrativas, ante el resultado político, tendrá n el camino un tanto más sencillo para corroborar el delito que se investiga. ¿Podrá la Asamblea efectuar este análisis? Y, aún más importante, ¿tiene con qué hacerlo? Pronto lo sabremos.
@ItaloSotomayor italosotomayormedina@ gmail.com artículo 67 del COOTAD, rige a partir de su promulgación en el registro oficial hacia el futuro”.
Queda claro el procedimiento, ya que esta consulta es vinculante y despeja la duda. Por tanto, ¿cómo se debe proceder en la designación de vicepresidente/a del GAD parroquial? La reforma al COOTAD, artículo 67 expresa: v) Elegir de entre sus miembros a la vicepresidenta o vicepresidente de la Junta Parroquial para lo cual se deberá tener en cuenta los principios de paridad y alternabilidad entre el Presidente o Presidenta y la vicepresidenta y el vicepresidente o vicepresidenta. Como la razón no pide fuerza, se espera que no se manifieste la violencia política y opere la lucha de poderes desde el primer día de administración. De cara a iniciar este periodo, las y los políticos electos deben demostrar transparencia y ética que seguramente darán por juramento a viva voz el 14 de mayo.
¿Hay motivos para el optimismo en el mundo que nos toca vivir? Como siempre, la respuesta más inteligente es dependiendo de las expectativas y los valores que persigan las nuevas generaciones. A diferencia de los primeros años de Alfonso, el mundo es mucho más especializado, competitivo y fugaz; lo que deja a los empleos de larga data como el de nuestro querido Don Alfonso en franco peligro de extinción. Por otro lado -puede que por no haberlas aspiraciones de permanencia se reducen abruptamente en millennials y z. Estudiamos carreras por el gusto de estudiarlas, pero no existe ninguna seguridad de que lleguemos a practicarlas o no durante toda la vida. Incluso puede que estas no existan en un futuro próximo tras la llegada de la IA.
En contraste, con la generación de nuestros abuelos o nuestros padres, la permanencia y la estabilidad ceden espacio al cambio y la reinvención constante (lo que también implica incertidumbre y precariedad). En Ecuador tener empleo formal es un lujo que los sindicalistas protegen con garras mientras demandan exigencias del siglo XX y los estudiantes con títulos obsoletos bajo el brazo se unen a la marea de la informalidad y engrosan la tasa, de por sí obesa, del desempleo. Eso explica la movilidad familiar, la baja en la natalidad y otras cosillas que están cambiando el mundo.
No sé si habrá espacio para el optimismo, pero como Don Alfonso es el ecuatoriano con más alta credibilidad (y ese será el espacio más difícil de llenar), prefiero pensar que sí.