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Asamblea enfrentada al orden constitucional
La irresponsabilidad de la mayoría de la Asamblea Legislativa de perseguir el enjuiciamiento del presidente Guillermo Lasso deja a la Corte Constitucional (CC) en una situación delicada. De dictaminar la admisibilidad del pedido, la CC estaría enterrando hasta las más ingenuas ilusiones de justicia y razón en nuestro sistema político. De negarla —que es lo que debería hacer— chocará de frente con la voluntad de la mayoría de las fuerzas políticas, lo cual podría conllevar un alto costo material y humano. Estaría, además, afianzándose en su rol tutelar en la política nacional, de dueña de la última palabra; un papel para el que no fue concebida, pero que asume con frecuencia.
Esta es una crisis absurda y prefabricada por fuerzas políticas que juntas son más fuertes que el Gobierno, pero de las que ninguna es lo suficientemente poderosa como para imponerse sola. Junto con un Legislativo desprestigiado y temeroso de convocar a elecciones anticipadas, buscan un revuelco político para deshacerse del Presidente sin mancharse las manos. Conocen su inoperancia y envidian a un Ejecutivo que recién este año dispondrá de los recursos y el margen de acción necesarios para conquistar ciertos espacios.
Nuevamente, la mayoría en la Asamblea decidirá entre azuzar a las masas contra el orden constitucional y abrir la puerta del diálogo en aras del ‘acuerdo nacional’ que el Presidente, derrotado, planteó tras las últimas elecciones. Tener al país sumido en esta parálisis por dos años más dirá mucho sobre su verdadero interés.
Día
CHRISTIAN PÉREZ
Internacional
De La Mujer
Elpróximo 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer; pero, ¿cuál es su origen?
A manera de contexto histórico vale mencionar que la primera huelga de mujeres se desarrolló el 8 de marzo de 1857, con cientos de trabajadoras textiles de Nueva York marchando en contra de sus condiciones laborales inhumanas y de los salarios bajos que recibían que eran inferiores hasta en un 70% en referencia a los hombres. Esta movilización fue reprimida brutalmente por la policía y las manifestantes fueron detenidas.
Posteriormente, el 25 de marzo de 1911,123 trabajadoras textiles de Nueva York, murieron en el interior de la fábrica Triangle Shirtwaist, donde se desató un incendio del que no pudieron escapar porque las puertas estaban cerradas, muestra de sus precarias condiciones laborales, evento que marcó un antes y después en la historia de las mujeres trabajadoras en todo el mundo.
Es así que en 1977, en conmemoración a estos hechos históricos, la Organización de las Naciones Unidas proclamó el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer.
Pero, ¿este día se debe celebrar?
No, nada que celebrar. En nuestro país, este día no pasa de ser un recordatorio de la deuda que mantiene el Estado frente a los derechos de las mujeres. En efecto, de las cifras que se disponen del año 2022, la Alianza Feminista para el Mapeo de los Femicidios en Ecuador, reportó que hasta el 15 de noviembre del año pasado, existieron 272 muertes violentas de mujeres por razones de género, 152 feminicidios por delincuencia organizada, y al menos 85 femicidios, de cuyas víctimas, 109 mujeres eran madres y 9 se encontraban en estado de gestación.
Como se ve, no hay motivos de celebración ya que los derechos de las mujeres aún no pueden ser respetados, protegidos y garantizados por el Estado. Cabe, sí, la conmemoración para recordar la deuda histórica que no se subsana con la creación del Ministerio de la Mujer y Derechos Humanos sin el presupuesto necesario para su adecuado funcionamiento, y peor aún con el derrumbe de edificaciones para construir otras con “enfoque de género”, haciéndose gala de ignorancia.
Cambiar vidas
Durante un poco más de una semana, nuestra ciudad albergó a un grupo de médicos y voluntarios estadounidenses que de forma anual contribuyen a través de cirugías gratuitas en distintas especialidades médicas como traumatología, medicina general, cirugía
AGUSTÍN SÁNCHEZ plástica, ginecología, por citar algunas. La denominada Misión Médica se ejecuta anualmente en Ambato, con la coordinación del Club Rotario Ambato, Damas del Voluntariado, y casas de salud que generosamente abren las puertas para que esta noble causa sea posible. Esta edición en particular, la número veintinueve, tuvo una connotación distinta, pues retomó luego de verse suspendida por dos ocasiones consecutivas a causa de la pandemia por el Covid-19. Más allá de la cifra estadística, la cual no deja de ser importante, considerando un aproximado de 130 cirugías, de cientos de personas evaluadas, y un cuantioso aporte en medicinas, insumos médicos, prótesis y dispositivos médicos entregados, debemos rescatar la voluntad de servicio de quiénes hacen posible obras con este gran impacto social que moviliza a gente de escasos recursos de distintas partes del país en busca de ayuda médica para mejorar sus complejas condiciones de vida. Son varios los mensajes que este tipo de ayuda extranjera lleva intrínseca, en primer término, ese generoso desprendimiento de tiempo y ocupaciones por parte de quiénes se movilizan largas horas y distancias para servir desinteresadamente a gente necesitada; y, algo fundamental, lograr demostrarnos que trabajando en equipo, con voluntad y una verdadera motivación como la ayuda social, no resiste ningún límite para alcanzar los objetivos de un mundo mejor. Nada recompensa dicho esfuerzo como la sonrisa de un niño, o lágrimas de alegría de padres de familia, que en medio de todas sus dificultades, verán aliviado un problema de salud que limitaba el desarrollo de sus hijos. Precisamente esos derechos fundamentales, como el acceso a la salud pública, que tanta restricción presentan en nuestro país, son los que debemos exigir sean priorizados y orientados a las personas que más lo necesitan. Es momento de motivar la generación de más eventos como estos, sensibilizando a la sociedad en causas que no pueden mantenernos indiferentes.








