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Padre denuncia que su hija murió por una presunta mala práctica médica

“Que la muerte de mi princesa sirva para dejar un precedente y que no sigan muriendo más personas por negligencias”, son las palabras de Washington Freire, padre de María Paula Freire Vallejo, una adolescente de 15 años quien murió el 9 de junio de 2023, a consecuencia de una presunta mala práctica médica.

Con la voz entrecortada, varios documentos en sus manos y la valentía de no quedarse callado, Freire contó a La Hora el triste caso de su hija.

Acontecimientos

El primero de mayo de este año, la menor llegó al Hospital General Docente de Ambato con un dolor estomacal, al cabo de varios análisis, los médicos decidieron internarla por haber detectado una supuesta anomalía congénita en el intestino, por lo que debía ser intervenida quirúrgicamente.

Proceder con la operación era algo con lo que Washington no parecía estar del todo seguro. “Una doctora de ahí casi obligado me hizo firmar la autorización”, dijo.

La menor fue sometida a una intervenc ión laparoscópica. Al salir, cuando todo se supone debía mejorar, resultó peor. Según Washington, María Paula seguía con dolores fuertes, vómito, descompensaciones con inflamaciones en el pecho, taquicardia y más.

Esto hizo que 15 días después del alta regrese al Hospital General Docente de Ambato.

Se hicieron más análisis hasta que por un segundo diagnóstico debía volver a ser operada. Era 20 de mayo. Ante esto, Was hington aceptó y María Paula entró para ser intervenida, solo que en esta ocasión, el médico le permitió el ingreso al quirófano para explicarle el problema detectado.

El intestino lacerado y el uréter cortado es lo que el nuevo cirujano encontró en la

En la primera intervención de María Paula Freire en el Hospital General Docente Ambato le habrían cortado el uréter y el intestino. Su papá pide justicia para que un caso así no vuelva a pasar.

Proceso penal

° Con todos los antecedentes del caso, la denuncia formal del hecho reposa en la Fiscalía de Tungurahua, en la que la causa de la acusación particular se apoya en una ampliación del artículo 146 del Código Orgánico Integral Penal (COIP), tipificado como el delito de homicidio culposo por mala práctica médica.

“Yo no quiero dinero, no quiero ningún arreglo, no me voy a prestar para eso, yo quiero que se haga justicia por la muerte de mi angelito, ella era una inocente y me la mataron”, dijo Washington llorando.

a la supuesta nueva intervención en el Hospital General Docente Ambato, Washington ya buscaba la forma de llevar a su hija a otra casa de salud, por la gravedad de su estado.

“Ella estaba pálida, los vómitos seguían. A mí no me dejaban estar cerca, los guardias me mandaban sacando, las enfermeras, allí me trataron muy mal”, dijo.

Por más que buscó, recibía la misma respuesta, “no hay camas, hay que esperar”.

TOME paciente, esto, supuestamente tras la primera cirugía.

El médico le mostró la gravedad de la complicación en el cuadro de María Paula y posiblemente, el médico buscaba que Washington descarte la idea de que en su intervención se suscitó este hecho.

Momentos de angustia

Una vez realizada la segunda intervención, la mejoría estaba lejos de llegar para

María Paula. “Mi hija sufrió mucho”, dijo Washington, mientras juntaba las manos sobre los papeles que tenía sobre sus piernas, todos relacionados a la historia clínica de su amada pequeña.

Tras la segunda operación, el padre de María Paula dijo haber recibido la llamada del médico que operó a su hija la

EL DATO primera vez.

María Paula era la última hija de cuatro hermanas, para su padre, era una niña alegre, llena de vida, quería ser economista y le gustaba la danza.

Según él, supuestamente el doctor trató de calmar su preocupación aduciendo que lo sucedido en la primera intervención, habría sido una complicación inesperada, y que la adolescente debía ser intervenida una tercera vez el lunes 22 de mayo, con otro especialista y él mismo, quien asistiría en la cirugía.

Aún era 20 de mayo y, pese

Finalmente, y luego de preguntar e ir de un lado a otro, regresó a su casa, hasta que cerca de la media noche del domingo 21 de mayo recibió una llamada desde el hospital, al fin había un espacio para María Paula en otra casa de salud y le dijeron que debían llevarla de emergencia al Hospital Baca Ortiz en Quito.

Sin ambulancias

“Me dijeron que tenía que conseguir una ambulancia privada para que traslade a mi hija, eran 400 dólares los que me cobraban y ya había gastado tanto que no tenía cómo pagar”, contó Washington.

Así pues, acudió hasta el Cuerpo de Bomberos de Ambato, donde le habrían manifestado que no podían prestarle ninguna ambulancia, ya que estas no tenían orden de salir de la ciudad.

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