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Entre impuestos y aranceles, florece el contrabando
La promesa del presidente Guillermo Lasso de construir un modelo económico basado en la iniciativa privada ha resultado hasta ahora una quimera. El Legislativo bloquea todo giro hacia una economía más libre, pero también se percibe falta de determinación del propio mandatario. Aunque en muchas áreas tiene las manos atadas, en lo tributario y comercial el Ejecutivo sí cuenta, constitucionalmente, con un gran margen de acción que parece teme aprovechar.
El país sigue inmerso en un sistema que, desde todos los frentes, encarece la actividad privada, reduce el poder adquisitivo y prioriza el mantenimiento de la burocracia. La inesperada reforma tributaria castigó la capacidad de consumo e inversión de la clase media para privilegiar el ineficiente gasto corriente. El resultado ha sido un país con menos actividad privada para dinamizar la economía y, al mismo tiempo, sin inversión pública que la reemplace.
La elevada carga arancelaria, la abundancia de trámites y los costos laborales hacen que la actividad formal, que ya de por sí tiene que vérselas con un mercado reducido y empobrecido, resulte prohibitivamente cara. Ante ello, lo que crece es el comercio ilegal y la informalidad.
El Gobierno anuncia un oportuno correctivo tributario. ¿Cuándo hará lo mismo con aranceles, tasas y trámites? Incluso si no aumentara sensiblemente la recaudación —que sí lo hará—, incrementaría la formalidad y la participación de la actividad privada, justo lo que se supone que un régimen como este debería perseguir. ¿O acaso ya solo piensa en la forma más fácil y rápida de cuadrar las cuentas fiscales?
Hoy se celebra el Día Mundial de la Libertad de Prensa. Para muchos eso es solo tener el derecho incuestionable de publicar y circular información sin censura, sin intromisión de un tercero, siempre el Estado. Pero esto es un ideal, pues como todo proceso social y como toda actividad humana, está a merced de las subjetividades de quienes administran los espacios informativos, públicos, privados o comunitarios, y ven a ese medio como algo propio, no como algo de intermediación ni de servicio
La libertad de prensa va mucho más allá de poder publicar, difundir y circular información; tiene que ver con la libertad de autocontrol, también; de medir tiempos, sucesos y beneficios para la sociedad, pues muchos periodistas publican sin medir estos tiempos, sin valorar los efectos de la publicación, emisión o circulación de la información, y solo ven el beneficio de su propia imagen, cuando su trabajo es social, es comunitario y que tiene que verse en la satisfacción de necesidades de los demás.
La libertad de prensa es un arma potente para quien sabe manejar la información, para quien de manera profesional y ética respeta a sus fuentes, a la sociedad y los lectores, receptores de su contenido. Allí radica la libertad de prensa: saber considerar si la emisión de un contenido, en el tiempo y el espacio, es oportuna y ayuda a revertir una situación anómala en la sociedad.
La libertad de prensa es una actitud que el periodista y el medio deben tener por sobre cualquier interés económico, político o ideológico. Una prensa libre es la que comprende que la información con la que trabaja afecta, moviliza, emociona y proporciona datos comprobables para que los ciudadanos evaluemos y decidamos. Una sociedad sin prensa libre está a merced de la desinformación, de la manipulación, de los intereses protervos de quienes no desean una sociedad equilibrada y solo desean atenuar la polarización y el desencuentro.
ElSr. Alcalde de Ambato de acuerdo con la Ley obligatoria para todos los Administradores de los fondos públicos, realizó su última rendición de cuentas ante la ciudadanía, paso previo para la transición del mando a la Señora Alcaldesa electa para reemplazarlo, proceso
JAIME LÓPEZ que no se cumplió porque lo subjetivo de quienes debían ejecutarlo le puso sellos de resentimientos a una entrega de responsabilidades que era lo que todos los ambateños esperábamos. No se puede comentar más allá de lo que ocurrió en Ambato, porque nos enteramos también que en las ciudades que se las califica como principales, sucedió lo mismo. Los burócratas dotados de su doméstica importancia y de su altanería absurda y ofensiva, cuando deben pensar en su ciudad y en su País y poner sus capacidades para que el servicio al contribuyente no se deteriore, no lo hacen, se dan la media vuelta exhibiendo su sonrisa sardónica para comentar con sus compañeros los problemas que debe enfrentar la sucesora, ante la falta de información que debían poner a su conocimiento para que no tenga tropiezos al empezar su gestión. El Señor Alcalde Altamirano en declaraciones a la prensa local le dice a la ciudad lo que todos habíamos esperado, que se retira con la conciencia tranquila y con el convencimiento que hizo todo lo que pudo para que Ambato no deje de ser Linda Ciudad, sentimientos y expresiones que deco- ran su partida con buenos calificativos, que harán que el olvido no se imponga a las obras que se realizaron en su Alcaldía, que se callen los dueños de micrófonos y de otras ideologías en sus diatribas y que si insisten que mucho no se hizo, ahora deben preocuparse de indicarle a la Sra. Alcaldesa lo que debe enfrentar y poner el hombro junto a ella, para que las soluciones nos beneficien y que las críticas naufraguen en el torrente de acciones que todos debemos hacer porque si han olvidado, hay que decirles que el Municipio somos todos, todos somos culpables que la proliferación de ventas ambulantes impida el acceso a nuestras viviendas, todos somos culpables que el centro de la ciudad se contamine con ruidos de parlantes ofensivos, todos somos culpables que ciertos mandos medios sigan al servicio de quienes concurren esperando su acción y ejerzan el cohecho, también todos debemos cooperar a que nuestros barrios y parroquias emprendan la descentralización de servicios comerciales y de diversa índole, para que la Ambato Linda que todos amamos preserve sus espacios tradicionales y su imagen.
En un estudio del Banco Mundial se dio a conocer que el 42% de los adultos en América Latina utiliza pagos digitales en comercios, y el 11% se adaptó a este tipo de transacciones desde el inicio de la pandemia por la COVID-19.
Y con esto también se incrementaron los delitos y estafas por este medio.
Víctimas
Han pasado tres meses desde que Andrés, nombre protegido, ha buscado por todos los medios hacer el reclamo de una compra que hicieron con su tarjeta de crédito sin su autorización.
Recuerda que a su teléfono le llegó la notificación de que había pagado mil 330 dólares en suplementos vitamínicos que usan las personas que van al gimnasio.
“El mensaje lo recibí en la noche y llamé al servicio al cliente y me dijeron que la compra estaba hecha de manera correcta y aunque pedí que la anularan me dijeron que no podía hacer nada y que haga los trámites para el reclamo y activar el seguro ”, contó Andrés.
Este no es el único caso, pues Julia G. de 39 años, cuenta que ella sí hace compras con su tarjeta de crédito , pero nunca se ha excedido, sin embargo, a finales de febrero le llegó un correo electrónico en el que le comunicaban que su compra de 5 mil 800 dólares se había hecho de manera correcta.
“ Yo nunca hice esa compra , he ido hasta la principal del banco en Quito pero me dicen que todo está legal, por eso contraté a un abogado para ver si logramos solucionar este problema, pues no es justo que desde el banco se permita hacer una compra tan grande sin pedir una autorización extra o algo por el estilo”, comentó la afectada.
Añade que aunque ya solicitó al banco la efectivización del seguro, todavía no recibe una respuesta positiva. Además, menciona que darle de baja a sus dos tarjetas de crédito ha sido mucho más difícil que