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Los dilemas de la Corte

Demasiadas veces se ha visto obligada la Corte Constitucional, en los últimos años, a decidir sobre espinosos asuntos de interés nacional. Ahora, ante una experiencia nueva para el país como la destitución de la Asamblea Nacional y la convocatoria a elecciones anticipadas, se encuentra en una polémica situación que le ha valido hasta el airado reclamo presidencial.

Ante la incertidumbre reinante, así como ante las abundantes contradicciones y vacíos en la norma que empiezan a aflorar, la Corte Constitucional debería proceder con cautela y apegarse única y estrictamente a su tarea de control constitucional. Ir más allá, querer fungir como una suerte de Legislativo difuso, podría derivar en una irremediable distorsión del sistema político nacional y, especialmente, en su propio desprestigio.

Es comprensible que, frente a la innegable crisis de liderazgo que enfrenta la política nacional y al nerviosismo que produce la situación ‘sui géneris’ de un Gobierno sin contrapeso legislativo, varios sectores vean a la Corte Constitucional como el paladín al que acudir. Lo que es inadmisible es que, empujados por un malentendido de salvaguardar el ‘espíritu’ de la Constitución y empleando un arsenal de complejas y forzadas elucubraciones teóricas, los jueces se presten para ese rol de contrapeso político que no les compete en nuestro ordenamiento.

La Corte debe cuidarse, como todo actor e institución, de la peligrosa tendencia del electorado ecuatoriano a buscar redentores y padrinos. Mal le haría al país esta institución si termina siendo identificada —como a este paso sucederá— como adversaria de una tendencia en particular.

Sirvientes de la oligarquía

El título proviene de la definición que dio el conocido economista Marco Flores durante una entrevista a los operadores de la economía ecuatoriana de los últimos seis años, cuya visión neocapitalista aplicada no resolvió nada y agravó problemas que evidencian la precaria situación que tiene el país en cuanto a desempleo y subempleo. De estos fanáticos del libre mercado, algunos estuvieron tras el feriado bancario, y hoy la reserva monetaria tan comentada mediáticamente no se usa para resolver la crisis del ‘subempleo’ —salarios precarios de 2 o 3 dólares diarios—, que va en incremento.

El secretario ejecutivo del Foro de Economía rebatió la idea de mantener la reserva sin tocarla. Dijo que con dos mil millones traídos al país se pudo fomentar empleo, desarrollar infraestructura y realizar muchas cosas urgentes, aclarando que no es necesario más, en oposición a aquellos que sostienen que eliminar el déficit es dogma, visión circunstancialmente válida que solo favorece a la bancocracia y los grandes monopolios. El economista Flores, de tendencia de centro derecha, no es opositor del otro lado. Lo que ocurre es que, con hechos y números en la mano, muestra la precaria situación del 40 por ciento de ecuatorianos sin empleo pleno lo que a su vez conduce a la inseguridad social. Comparando el modelo a una familia, explica que esta se cuida de no tener déficit, pero ante una situación urgente usará parte de sus ahorros. El neoliberal busca eliminar trabas para apoderarse de toda la riqueza posible, con el cuento de garantizar préstamos, generar empleo y bienestar. Todo ello es falso, al punto que quieren eliminar derechos de los pensionistas para hacer capital ‘privado’. Ese economista De la Torre quiere acabar con la seguridad social, reducir pensiones, no hacerla vitalicia, etc.; supone que nadie dirá nada, porque el pueblo está amortiguado y confuso, ¡cuidado!

tácico (alrededor 17.000 pies o 5,6 kilómetros) en el subsuelo, jamás “bajo el subsuelo”.

Preguntar

“¿hay crudo bajo el subsuelo?” causa asombro, porque no existen registros exploratorios, menos actividad extractivista desde tan inmensa profundidad. Ecuador ha explorado petróleo, no crudo; apenas ha llegado al precre-

En la escena política-electoral actual cunde la pregunta: “¿Está usted de acuerdo con que el Gobierno ecuatoriano mantenga el crudo del ITT, conocido como bloque 43, indefinidamente bajo el subsuelo?”. La respuesta rotunda es NO. Enigma es saber si “bajo el subsuelo” hay “crudo”.

La pregunta, que veda al Gobierno cumplir imperativos mandatos constitucionales (Arts. 313 y 314), es osada y en- gañosa. Crudo es adjetivo, no equivale a petróleo. El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española la registra como “dicho del petróleo que no está refinado”. Tiene también otras 16 acepciones; es coloquial.

El petróleo es sustantivo, tiene estructura física y química, integrado por carbono (83-87%) e hidrógeno (11-14%). Contiene parafinas, naftenos, aromáticos, se regula por ley; el “crudo” no.

El espesor del subsuelo de la superficie terrestre oscila los 100 kilómetros. Le siguen el manto y el núcleo. La pregunta que pretende que se quede, indefinidamente, “crudo (…) bajo el subsuelo”, bajo o después de dichos 100 kilómetros es ampulosa. Ecuador no extrae “crudo”, sí petróleo, aproximadamente, desde 5,3 kilómetros de profundidad. El subsuelo está “donde caducan los derechos de propiedad individuales y el Estado (Gobierno) pasa a ser el encargado de la negociación de los recursos, por ejemplo, para la explotación minera, acuífera, petrolera”, que pretende negarle la pregunta. Sus proponentes y certificadores constitucionales, por decir lo menos, bufonean con la ciencia, con la racionalidad; pretenden hacerlo con los electores, con el país. Merecen enérgico rechazo. Por transparencia, salud legal y constitucional, proponentes y certificadores deben retirar la osada y engañosa pregunta revestida con populismo de derecho ciudadano , de animosidad contra el Ecuador. Deben abortar la consulta. Su eventual aceptación derivará en innecesarias y onerosas controversias jurídicas.

Ha sido una experiencia maravillosa. Santo Domingo es la sede, vamos a recibir turistas y promocionar nuestra etnia Tsáchila”.

Es mi primera vez en un certamen de belleza. Estoy muy contenta porque también es una plataforma muy grande para darme a conocer como cantante”.

Estoy feliz de representar a mi hermosa tierra Tsáchila en este Miss Ecuador. las tres candidatas de Santo Domingo vamos a dar lo mejor y, si Dios lo permite, la corona se quedará aquí”. EMIly

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