3 minute read

Quealisten sus mejores cuadros

Quienes se alistan para participar en las próximas elecciones presidenciales deberán tener clara la situación que enfrentan. Se dibuja en el horizonte un preocupante déficit fiscal, producto de la caída en la recaudación tributaria, el descenso en la producción petrolera y la fallida venta de activos del Estado. A ello, se le suma el probable fenómeno de El Niño y el potencial cierre, vía consulta popular, de la producción petrolera del ITT. En el cálculo político debe considerarse el aumento de la inseguridad, de ideologías radicales y los efectos de los sacudones geopolíticos internacionales.

Aunque Ecuador ya ha enfrentado y superado momentos álgidos, se requiere un liderazgo a la altura. Utilizar este período como trampolín para las elecciones de 2025 no faci- litará los grandes desafíos que enfrentará el país hacia el final de la década, como los espinosos pagos de deuda y los nuevos saldos del IESS. Tampoco estaría bien —como en crisis anteriores—, que las principales fuerzas políticas se guarden sus mejores cuadros, empleen candidatos de segunda categoría como ‘carne de cañón’ y se escuden en el discurso de echarle la culpa al régimen anterior. A la larga, el país y el nuevo gobierno tendrán que asumir, de una forma u otra, los costos de la situación. Esta campaña es una excelente oportunidad para llevar a cabo una adecuada pedagogía del electorado e inaugurar los nuevos liderazgos que la ciudadanía reclama. Pero ello requiere sinceridad, entrega y buena voluntad de parte de las principales fuerzas políticas. honradez y probidad.

Con mayor frecuencia y en los países subdesarrollados, entre los cuales se encuentran la mayoría de los Latinoamericanos, se aprecia como estamos afectados y crónicamente infectados de un populismo dañino que ha contaminado e invadido ideológicamente a los más necesitados y débiles.

El “caudillismo” y “populismo” que constantemente ofrecen dádivas a cambio de sometimiento de conciencias, utiliza la alienación mental para lograr estos objetivos. En nuestro medio ronda hasta en un 25 % de esa población aún afectada. Ahora y otrora, servidores públicos de nombramiento directo, “kikuyos” sin oficio ni beneficio “que viven sin pena ni gloria” son parte de un ejército furtivo, oculto e improductivo, pero que sufraga.

Se han consolidado matrimonios a conveniencia, o simplemente viven juntos y están “enmozados” y esto es funesto para los verdaderos intereses nacionales, ligados al desarrollo social y político de todos los pueblos y nacionalidades que conforman el Estado ecuatoriano. Políticos inescrupulosos y narcotraficantes viven en “unión libre” o legalmente “desposados” sin que busquen formar una familia y tener una descendencia normal, eso no, estos grupos buscan otras cosas, el dinero fácil, por ejemplo.

En esta alianza, los miembros del crimen organizado son los que más arriesgan, porque la competencia debe ser dura y agresiva , desleal y siniestra entre parias sin escrúpulos que viven en constante peligro, armados, pero siempre inseguros, porque sus rivales también se han armado y conocen del negocio, igual o más que ellos.

Se están perdiendo los valores y el “cuanto tienes cuantos vales o nada tienes nada vales” se ha difundido como una epidemia que ha contaminado a una parte de la juventud honesta que ha sido cobardemente agredida, que es a la que debemos guiar para que no caiga en la tentación de obtener “dinero fácil”.

El éxito de un proceso electoral depende de muchas circunstancias, entre ellas la calidad del candidato, en la que primará la preparación política, su seriedad,

En materia política, las elecciones son procesos institucionales en virtud de los cuales los electores asumen la gran responsabilidad de elegir con su voto a los candidatos de su preferencia, quienes ocuparán las dignidades políticas resultantes de la máxima expresión democrática

Los ecuatorianos tenemos algunas interrogantes: ¿sabemos elegir? ¿Acaso ya comenzamos a estudiar a los candida- tos que van apareciendo? Ya es hora de que los votantes hagan conciencia de su responsabilidad en las próximas elecciones, porque las anteriores resultaron un fracaso; fueron elegidos por ejemplo, quienes aconsejaron que “si roban, roben bien”, u otros que decían que en el presupuesto nacional, ya viene el 30% para el alcalde. Entonces, estos hechos deben hacernos reflexionar, analizar a cada candidato en relación a su entorno social, laboral, político, y, sobre todo, en relación a sus valores, su conducta y su nivel educativo.

Tengamos presente que el mejor candidato no es quien más grita, sino quien presenta las mejores propuestas, las mismas que a la vez, deberán ser creíbles y no producto de la demagogia.

En fin, cada uno de los votantes seremos los responsables del destino de nuestro Ecuador, que durante toda la vida ha sido maltratado por los malos gobiernos que han preferido satisfacer aspiraciones de sus partidos políticos, sin importarles el país. el dato

Me cuesta creer que hayan olvidado las elecciones de nuestros exasambleístas que resultaron un fiasco; por supuesto, no se puede decir aquello de todos los elegidos, ya que hubo unos cuantos rescatables.

Bien, con la experiencia que ya tenemos, no volvamos a equivocarnos. El país no soportará una mala elección.

El chofer del bus se dio a la fuga, no estaba en el lugar de los hechos.

This article is from: