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El desarrollo del Campo Amistad agoniza por los ‘privilegios’

Unpremio a la lealtad. En eso se habría convertido la Presidencia de la República del Ecuador si Luisa González, candidata del correísmo, llega a ganar las elecciones. Es indiscutible que después de la mala experiencia que sufrió el prófugo en las elecciones de 2017, para las actuales elecciones estudió muy bien a sus prospectos y se decidió a dedo por la más leal de sus seguidoras, Luisa González.

Hoy, tenemos de candidata a la clásica e intrascendente ‘pipona’ que únicamente se ha servido de la función pública, porque sobre los resultados de su trabajo, no hay evidencia. ¿Cuál es su mérito? Simplemente ser leal y estar en el lugar correcto. Fue legisladora del recientemente disuelto parlamento. Según datos del Observatorio Legislativo, hasta mayo de 2023 no había presentado un solo proyecto de ley.

En calidad de secretaria de la Presidencia de la República durante una parte del periodo correísta encontramos que tiene una glosa por $ 880.472,47 por vuelos injustificados en los aviones presidenciales, cuyos destinos, a los ojos del SRI, son denominados ‘paraísos fiscales’. En los diferentes cargos públicos que ha ocupado no se registran acciones contundentes con resultados reales que correspondan a su gestión.

Está claro que no está en la capacidad para manejar este país. No está preparada y el prófugo le candidatiza para tener un títere que cumpla todas sus locuras.

La elección para el cargo de presidente del Ecuador nos llama con urgencia a votar por quien realmente tenga lo que se necesita para sacar al Ecuador hacia la prosperidad, generando empleo de la mano de la empresa privada, respetando la vida, mitigando la inseguridad y tendiendo puentes en esta enorme grieta que crearon los socialistas con su resentimiento basado en complejos. Un nuevo mandatario debe respetar de forma no negociable la democracia, la libertad y las discrepancias No podemos caer en la trampa de los que quieren volver a destruir al Ecuador.

Innovación y emprendimiento

Sinergia entre empresa, Estado y universidad es lo que se busca integrar para tener una coordinación adecuada de buscar soluciones a las demandas que tiene la sociedad en su conjunto.

Cuando, hace más de una década, el Campo Amistad pasó a manos del Estado, se esperaba que eso beneficiara a las arcas estatales y aumentara la productividad del país. Sin embargo, compromisos precoces y exageradamente optimistas —a los que después no se dio seguimiento—, y giros demasiado abruptos en política y economía, dejaron a todos en una situación precaria: el Estado sigue gastando una fortuna en importaciones, no llegan las inversiones que requiere Campo Amistad para desarrollar su potencial, la infraestructura sigue subutilizada y deteriorándose, y las industrias allegadas enfrentan costos mayores a lo presupuestado. Los únicos ganadores son los grupos económicos con los que, en su momento, el Estado llegó a acuerdos apresurados. La planta de Bajo Alto, pese a su lamenta- ble situación, significó ganancias para los constructores; no importa que el Estado no produzca cuando se suponía que iba a producir, las empresas de grandes grupos económicos se benefician igualmente de energía a un costo privilegiado que, en su momento, el Gobierno les otorgó; los importadores de combustibles siguen enriqueciéndose a manos llenas.

A corto plazo, lo más fácil y barato siempre será mantener el status quo. Sin embargo, si el país logra mantener una política a largo plazo, proyectos como el desarrollo de Campo Amistad o el aprovechamiento del gas de los pozos —que implican un elevado costo de oportunidad para un país crónicamente carente de recursos— llegarían a significar nuevas oportunidades de crecimiento, nuevos estándares ambientales y un gigantesco ahorro en divisas.

Ecuador a la deriva

Nos acostumbramos a que el presidente diga una cosa y haga otra, que cuente una realidad que nada tiene que ver con la que vivimos diariamente. Si bien últimamente esto se hizo más notorio, el momento de mayor irresponsabilidad entre su relato y la cruda realidad que está dejando la ola muertes que pudieron ser menos si se actuaba con la responsabilidad que la hora exigía.

Ecuador de rodillas ante la delincuencia armada , familias destruidas que hoy con dolor lloran sus seres queridos, lo dicen los encabezados de los diarios cada día.

Siete años de desgobierno porque esto lo arrastramos desde la administración anterior, parlamentarios enfermos con el incubo de Correa, persecución política despiadada y se olvidaron por completo cuando llegaron al poder, se olvidaron de que fueron elegidos para sacar adelante un país, a mejorar la economía, a presentar reformas de leyes que garanticen la seguridad ciudadana.

Hoy, a las puertas de elecciones anticipadas escuchamos discursos mal enfocados, como: “sentarnos a la mesa a tratar con los delincuentes más buscados del país”. Me pregunto, desde cuándo el gobierno tiene que sentarse a negociar con la delincuencia, o “recuperaremos lo robado” esto que significa otros cuatro años de abandono, nadie habla de cambiar esta ley tan permisiva que tiene nuestro país, nadie habla de sanciones fuertes a la delincuencia. Los delincuentes están mejor armados que nuestras propias fuerzas armadas y policías que son los llamados a cuidar la integridad de la ciudadanía, las bandas delictivas desde las cárceles gobiernan y manejan a su antojo a jueces, fiscales y por qué no al propio gobierno del país en el que vivimos.

Ecuador no tiene tiempo para cuatro años más de inestabilidad política, económica y social, al país lo levantamos todos identificando los verdaderos líderes políticos, analizando sus planes de gobiernos, su preparación académica para gobernar.

Es ahora o nunca, en nuestras manos está salvar la Patria. Ecuador es de todos.

Asistí a un gran evento organizado por la PUCE SD denominado Conversatorio de Innovación y Emprendimiento, impartido por el PhD Jorge Mesa, de la universidad Eafit de Colombia, donde analizamos varios casos de éxito de empresas que tienen una vinculación directa y hasta sus instalaciones dentro del campus universitario.

Algo que siempre he comentado es que existe un divorcio de las universidades y su entorno, no hay ese hilo conector que pueda unir los proyectos planteados por el sector privado con la investigación que realiza la academia, es urgente y prioritario hacer este enlace para que de manera articulada llegar a proyectos que generen un impacto positivo a la sociedad.

El compromiso generado por los participantes a este evento, fue el de formar una red de apoyo y estar comunicados para desarrollar proyectos piloto que permitan aplicar la investigación que realiza la universidad.

Felicito a la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, sede Santo Domingo, por tomar esta gran iniciativa de integrar empresa, Estado y universidad, el trabajo será arduo, nada fácil, pero dar el primer paso es un gran logro.

Estamos seguros que la empresa privada se unirá a ser parte activa de este equipo, Santo Domingo apunta a un desarrollo agroindustrial y exportador que va a dinamizar mucho más nuestra forta- leza comercial, agrícola y ganadera.

Necesitamos empoderamiento y unión de las cámaras, gremios, academia para que lideren este proceso que va a traer beneficio para todos y realmente ubicará a Santo Domingo como la tercera ciudad en importancia económica.

Con el esfuerzo de todos vamos a conseguir que Santo Domingo sea la ciudad que se convierta en el Centro de Negocios y Convenciones Públicas y Privadas del Ecuador.

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