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Elecciones: la oportunidad de oro

Hoy el Consejo Nacional Electoral publicará el calendario electoral y arranca lo que, en la práctica, será una larga campaña previa al período presidencial 2025-2029. Quienquiera que gane esta elección anticipada —a excepción del presidente Guillermo Lasso— podrá candidatizarse dos veces más, lo que abre la posibilidad a un nuevo ‘reinado’ de casi 10 años. Además, tendrá a su disposición la maquinaria estatal para hacer un año y medio de campaña con miras a los comicios de 2025.

El correísmo, dueño del único partido funcional, lleva la ventaja. Se enfrenta a una plétora de optimistas y ambiciosos candidatos; un par de ellos opcionados —si logran sumar fuerzas— pero otros solo con claros objetivos corporativos, publicitarios y financieros.

Además, van con la marea: 12 de las 19 naciones latinoamerica- nas hoy tienen gobiernos de izquierda.

La centro derecha deberá aprender rápido. Solo la unidad partidista, la capacidad de formar y mantener alianzas, y el encontrar acuerdos mínimos que las consoliden servirán ante la aplanadora populista.

Lasso no logró articular políticas de contención y asistencia social basadas en ayudas directas y paliativos redistributivos; la fórmula era lograr un bienestar tangible, por más que fuera pasajero, por medio de la reubicación de recursos públicos.

Aunque el proceso sea largo, algunas naciones maduran, de la mano de sus líderes. En cambio, otras solo repiten sus errores, con consecuencias cada vez más caras y dolorosas. La oportunidad hoy es inmensa, pero ninguna nación —ni sus élites— llega a la cima sin inmensos sacrificios.

La dictabanca

Todos los ecuatorianos estamos observando el funcionamiento de los mecanismos institucionales de la “democracia”, parece sencillo; el presidente Guillermo Lasso aplica el Art. 148 de la Constitución, disuelve la Asamblea Nacional y en 6 meses se convocan a nuevas elecciones presidenciales y legislativas; esta medida conocida popularmente como la “muerte cruzada” cual varita mágica resuelve todos los problemas.

Esto es un espejismo, es la forma, es lo que se ve afuera y que los analistas más elementales ubican como el elemento principal de la grave crisis política, económica y social del país, pero no es así.

Detrás de la “DictaBanca” que durante seis meses va a gobernar vía decretos ejecutivos, se ocultan poderosos intereses de los grandes grupos económicos, bancarios y empresariales, que ven en ella la oportunidad para llevar adelante su proyecto neoliberal y privatizador.

Está en camino las negociaciones con las empresas telefónicas, que en el caso de Movistar su concesión vigente concluye en noviembre de este año; están prácticamente listas las reformas a la Seguridad Social, con la que pretenden elevar los años de jubilación y el porcentaje de aportación de empleados y trabajadores; el Ministro del Trabajo Patricio Donoso anunció que vía decreto se impulsará las reformas laborales.

Seis meses parecen poco tiempo para que culmine la “DictaBanca”, pero para los amigos del banquero es tiempo suficiente para llevarse todo lo que puedan. ¿Se imaginan ustedes a Danilo Carrera, y a la Mafia Albanesa dirigiendo la venta de CNT y del Banco del Pacífico?

cio del pueblo ecuatoriano, salvo muy honrosas excepciones de algunos asambleístas.

En este periodo legislativo, como en ningún otro, se ha dejado entrever la poca capacidad política y una pésima capacidad de ejecución de propuestas en benefi-

La gran mayoría de estos legisladores cumplen consignas de sus “líderes”, que desde Bélgica los instruyen para conseguir su regreso mediante la captación de todos los poderes del Estado, a efecto de lograr poderes omnímodos y traer con amnistía a quienes tienen sed de poder; aunque es evidente los juicios por diferentes delitos cometidos en gobiernos ante- riores, estos pretenden llegar al poder para repartirse las funciones del Estado como si fuera carroña, como llenas que intentan devorarla. Los ciudadanos sufren la vergüenza ajena, al observar la forma que con tanta altivez y salieron con el rabo entre las piernas, huyendo como ratones en barco naufragando.

La democracia permite disentir, obviamente es legítimo que en política haya puntos de vista diferentes; pero de ahí a negarle la oportunidad al pueblo de tener leyes que beneficien el trabajo, abrir las oportunidades para atraer capitales extranjeros que permita generar trabajo para los millones que están sin trabajo y por otro lado facilitar leyes que permitan el libre ingreso de los jóvenes a las universidades; eso es dar la espalda al pueblo.

La percepción ciudadana es que estos asambleístas no querrán pasar la vergüenza al quererse reelegir para este próximo periodo legislativo; sin embargo, como son descarados y sin ningún pudor, han de intentar de nuevo y engañar al pueblo modesto. Creemos que sí existen algunos elementos de bien y quienes han demostrado desde antes de ser asambleístas ser buenos investigadores, cuyo trabajo ha permitido descubrir grandes atracos que han terminado sindicando y enjuiciando a no pocos “revolucionarios”. Hasta que la Asamblea llegue gente calificada, que Dios nos ampare.

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