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Hacer periodismo hoy: entre atentados y descalificaciones

Conforme el país avanza por el espiral descendente de la violencia y la convulsión política se profundiza, la prensa libre e independiente aún es un actor incómodo para muchos. Los atentados contra varios medios de comunicación son el más reciente episodio de una larga saga de violencia contra el periodismo que el Estado observa incólume. Periodistas asesinados impunemente, víctimas de femicidio, agresiones de parte de manifestantes, insultos y descalificaciones provenientes de actores de diferentes sectores del espectro político; atacar a la prensa es fácil, políticamente rentable y, en nuestro medio, implica poco riesgo y bajo costo. Si este fenómeno no se detiene y los periodistas ecuatorianos se ven abocados a una situación similar a la de colegas de otros países de la región hundidos en narcoguerras y polarización, quien pagará el más alto precio será nuestra democracia. Sin libertad de producir y consumir información en un clima de seguridad, no puede existir verdadera ciudadanía.

Todavía sigue pendiente el sistema de protección a periodistas que se discute hace cinco años. Igualmente, aún se aguarda el esclarecimiento de tantas muertes trágicas —desde el propio Fausto Valdiviezo y el equipo periodístico asesinado en Tumaco, hasta el de Gerardo Olmedo—. Mientras, las fuerzas políticas del país, especialmente el Gobierno, podrían desde ya dar un ejemplo de cordura: cesar sus acusaciones infundadas y ataques verbales contra el periodismo y dejar de azuzar la animosidad de sus masas militantes contra la prensa.

La OEA en crisis

La Organización de Estados Americanos —OEA— fue fundada en 1948 para alcanzar un orden de paz y de justicia, fomentar la solidaridad y la igualdad, pero al llegar al 2023 padece de una profunda crisis económica, ética y estructural de impredecibles consecuencias. En la actualidad, la OEA se integra con 35 Estados libres, soberanos e independientes y se esperaba que fuera un espacio de diálogo, conocimiento e integración de nuestros pueblos, siempre que el imperio yanqui lo permitiera.

En el Consejo Permanente de la OEA, el Secretario de Administración y Finanzas, Jay Anania, al referirse a la presente realidad, manifestó que la situación económica de la OEA padecía de “una crisis estructural de largo alcance”, como consecuencia de la desastrosa actuación del secretario general, el uruguayo Luis Almagro, que será sometido a una rigurosa investigación externa para “determinar si incurrió en una supuesta ‘conducta indebida’”, en su relación sentimental con una alta funcionaria del organismo.

Lo grave de esa actuación está en el uso de recursos económicos de la OEA para mantener su relación. Almagro habría hecho 34 viajes al exterior con recursos de la organización. En 32 de ellos, habría llevado a su amiga con gastos pagados, es decir con los recursos de los pueblos que aportan a la OEA para mantenerla activa y que cumpla con sus objetivos que, además, son manipulados por Estados Unidos para ejercer su dominio.

El presupuesto de la OEA es para Almagro y sus relaciones. No existe un ajuste presupuestario debido a la inflación y la cantidad de sueldos que debe pagar. La crisis es inobjetable, por lo que se espera que esa OEA que sirve a los intereses geopolíticos-económicos de Estados Unidos, desaparezca, para reemplazarla por la CELAC.

(segunda parte)

Siendo este comentario parte del artículo anterior; la apología que vinimos haciendo sobre el flaco favor de la ley de la niñez y la adolescencia, la misma de alguna manera ha socavado las bases de la obediencia y la cooperación de los hijos en el hogar; es que el hijo menor que trabaja y ayuda a sus padres no se frustra ni retrasa su crecimiento físico ni psicológico por ayudar a sus padres, igualmente el corregir con firmeza o aplicar un castigo no destruye su personalidad, obviamente cuando se castiga con amor sin odio ni coraje al contrario crea bases sólidas para evitar caer en la delincuencia y ayuda a identificar los posibles delitos futuros. Hay ejemplos por millares de aquellos que han sido cria- dos con dureza y en el decurrir del tiempo jamás han caído en delitos y prácticas inmorales

Existen dos formas de acabar la delincuencia: una sería asesinar a todos los delincuentes y otra educar al niño desde la cuna; ustedes saben que la primera propuesta no es válida y no es posible por ser absurda, pero obviamente la segunda es la correcta y válida por ser inocua e inequívoca para ayudar a que los hijos se formen integralmente desde el inicio de su existencia y así evitaríamos que estos ingresen a la pandilla, al crimen y a los cementerios de forma prematura.

Hoy a los padres no les queda sino el sentido común y no dejarseg engañar por los “vendedores de sueños de perros rabiosos ” y agarrarse de los preceptos bíblicos y los valores de Carreño, con amor y buen ejemplo para sacar a sus hijos adelante.

Estos agradecer y ocuparse en atender a sus viejos socorriendo oportunamente y con amor cuando estos lo necesiten, así lo determina la Biblia: “los hijos y nietos deben recom- pensar a sus padres” (1 Timoteo 5:4). La ley es más exigente al respecto, faculta a los padres demandar a los hijos ante un juez por alimentos, cuando estos irresponsablemente los desatienden.

Convendría recordar a los hijos que la generosidad es una virtud que paga la inversión al ciento por uno y si es para sus padres tiene además una promesa divina la de prolongar la vida aquí en la tierra con salud y prosperidad. Hasta que ello ocurra. Que Dios nos ampare.

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